Ficha Etiopía - Proyecto Fragua

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Serie: Investigación Revoluciones
ETIOPÍA
En el presente documento se busca realizar una descripción genérica de lo que ha sido Etiopía en el
siglo XX a partir de, fundamentalmente, los textos “A History of Ethiopia” de Harold Marcus (1994), “The
History of Ethiopia” de Saheed Adejumobi (2006) y “The origins of the Ethiopian Revolution and Contemporary
Ethnic Federalism” de Faisal Robl (2010). Para ello se ha diferenciado el proceso etíope en tres períodos:

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I.
Período imperial: 1855 – 1974
Período comunista: 1974 – 1991
Período contemporáneo: 1991 – 2012
Período imperial
a. Antecedentes: la formación del imperio etíope moderno
Desde sus inicios, el sistema político etíope ha estado atravesado por el sistema de Rey de Reyes,
donde el rey regional más fuerte toma el poder central y se vuelve el emperador de Etiopía, conocida
antiguamente como Abyssinia. Este sistema tiene la guerra como elemento central, pues la prevalencia de un
rey sobre el resto se lleva a cabo en la lucha militar, estando siempre en peligro de ser vencido por algún rey
local. Es esta institución la que suele ser planteada como la fuente principal de la constitución de un Estado
eminentemente militar en Etiopía. En términos regionales, la prevalencia del norte, las tierras altas o
montañosas, ha sido constante por sobre las del sur, pues de allí han salido los emperadores y los grupos
más poderosos hasta el día de hoy, donde el Tigrean People’s Liberation Front tiene preeminencia en el
gobierno del Ethiopian People’s Revolutionary Democratic Front. A partir de esta realidad es que muchos
movimientos de liberación regionales han argumentado contra Etiopía como nación en tanto “imperio estado
obsoleto, una prisión para los pueblos” (Marcus, 1994). Otro elemento a considerar en estos antecedentes es
la relación con las potencias coloniales como son Inglaterra, Francia e Italia, sobre todo considerando que es
con la invasión de esta última en 1935 donde la unificación ideológica de Etiopía se realiza.
La formación del país como lo conocemos hoy tiene sus inicios en el que es conocido como el primer
emperador moderno Tewodros II o, por su nombre de nacimiento, Lij Kasa. Él nació en 1818 en la región de
Dembiya donde se encuentra el Lago Tana, principal fuente del río Nilo Azul y el lago más grande de Etiopía.
Prontamente inicia una conquista de provincias del norte, las de Amhara, Gojjma, Tigre y Shoa, muchas de
ellas controladas previamente por los musulmanes luego de la invasión de Ahmad Gran entre 1530 y 1543.
En 1855, Lij Kasa es nombrado emperador Tewodros II, teniendo por principal objetivo la modernización de
Etiopía a través de la unificación por el Estado, y no por la Iglesia Etíope (iglesia cuyo mito fundacional se
remonta a la reina Saba de Shewa y el rey Salomón, quienes habrían tenido un hijo), y a través de la abolición
del feudalismo, cuestiones que no logra. Su gobierno finaliza en 1868 cuando es derrotado por las fuerzas
británicas, cuestión que lo lleva al suicidio. En estas luchas emergen tres príncipes como los más poderosos
de Etiopía y que se sucederán como emperadores en los años siguientes, Wagshum Gobeze de Wag (Tekle
Gyorgis II, 1868 – 1872), Lij Kassay Mercha de Tigre (Yohannes IV, 1872 – 1889) y Menelek de Shoa
(Menelek II, 1889 – 1913). Los tres validarán su posición planteándose como descendientes directos del rey
Salomón, quien habría tenido un hijo con la reina Saba de Shewa, Etiopía, siglos atrás (mito fundacional de la
Iglesia Unitaria Ortodoxa Etíope). En la misma línea que Tewodros II, los tres seguirán con los proyectos
modernizadores tratando de abrir el paso al capitalismo dentro del país.
En el gobierno de Menelek II es donde se forma la Etiopía moderna a través de la invasión de las
regiones del sur y del oeste entre 1896 y 1906, abandonadas por el Estado etíope desde el siglo XVII y donde
habitaban una serie de grupos étnicos, ya sean nómades o sedentarios. Tales invasiones tuvieron el carácter
de cruzada santa con la idea de restaurar la grandeza histórica de Etiopía, el único país de África jamás
colonizado y cuyos orígenes se remontan al rey Salomón. Otro triunfo del emperador es la derrota que tiene el
ejército italiano en su intento por invadir Etiopía en 1895, aunque mantengan el dominio sobre Eritrea. Si bien
grandes cambios estructurales no hubo en este período en tanto no se logró la modernización del país en los
términos planteados por los gobernantes, sí se iba abriendo camino al proyecto modernizador de Haile
Selassie I con la construcción del tren de Addis Abeba al puerto de Djibouti con capitales franceses en 1915,
la creación del banco de Abyssinia como filial del Banco Nacional de Egipto en Addis Abeba (nombrada
capital en este período) en 1905, la construcción de un sistema de cortes de apelaciones provinciales como
imposición de la autoridad imperial en 1907,el ingreso a la Unión Postal Internacional y la promulgación de
una ley de herencia en 1908, entre otras cosas. En relación a la construcción del tren, cabe acotar que éste
permitió un acceso no soberano al mar por parte de Etiopía, cuestión que le fue negada por las potencias
europeas coloniales y que con el tren posibilitaron bajo su control, en tanto será controlado por los franceses.
Lo que se va buscando con el gobierno es el incentivo de prácticas capitalistas con la cooperación de las
élites locales. Sin embargo, éstas, siempre en busca de la toma del poder central, empiezan la disputa por el
poder entre 1911 y 1913 dado que el emperador se hallaba enfermo y quien regía era su hija, la emperadora
Zawditu.
Tras la muerte de Menelik II en 1913, asume el gobierno Lij Iyasu, quien no tenía la preparación de
su padre dado que su adolescencia la pasó más bien en bares y burdeles antes que en la escuela. Lij Iyasu
desarrolla un gobierno corto, hasta 1916, siguiendo la lógica del padre en la construcción de la nación etíope
como una moderna. A diferencia de su padre, integra a los musulmanes en el gobierno y deja de lado la
capital, Addis Abeba, donde se reunirán los rebeldes al emperador. La presencia de los musulmanes no
agrada a las élites locales, corriendo el rumor de que el emperador estaría armando a los no cristianos contra
los europeos, razón por la cual en 1916 las potencias de Europa instauran un embargo a los armamentos de
Etiopía. La efectividad del embargo, entre otras cosas, está dado por el control de la línea ferroviaria por los
franceses. Además del cambio de autoridades, se desarrolló un discurso de igualdad de oportunidades más
allá del origen racial o religioso de los etíopes, lo que atentaba contra los intereses de las aristocracias
locales. Es en 1916 donde la conspiración llega a su objetivo final, hacer caer a Lij Iyasu. A partir de evidencia
circunstancial es aquí cuando Ras Tafari, próximamente emperador Haile Selassie I, va tomando el rol de
líder de la aristocracia.
b. El ascenso de Ras Tafari a emperador Haile Selassie
En el período de 1916 a 1930 se mantiene la regencia de la emperatriz Zawditu con la administración
de Ras Tafari, quien irá adquiriendo poder a lo largo del período hasta coronarse como emperador en 1930
con la muerte de la emperatriz. Las políticas de Ras Tafari se concentraron en gran parte en Addis Abeba,
donde la población creciente lo constituía como el líder de las masas urbanas. De hecho, su popularidad llegó
a tal punto que en los años 30’ las clases obreras y campesinas jamaiquinas lo definen como enviado de Jah
en la tierra bajo la religión Rastafari. En este período, se desarrolla una política de crecimiento financiero con
la creación de la Société Éthiopienne de Commerce et d’Industrie, se expanden las comunicaciones a través
del correo, el telégrafo y el teléfono con un control absoluto desde Addis Abeba; se importan las dos primeras
imprentas en 1921 y 1922, con las que se crea el primer semanario etíope Berhanena Selam, que significa
“Luz y Paz”; se desarrolla el sistema educacional en la capital, entre otras cosas. El primer semanario surge
en esta imprenta en 1924 con el mismo nombre y bajo la venia de Ras Tafari, siendo repartido todos los
jueves a las 7 de la mañana a caballo, comenzando con reparto gratis por un mes. Otras publicaciones de tal
imprenta son el Atibia Kobeb en 1933, en amhárico y francés, que funcionó hasta la invasión italiana, y el
tercero fue el Negarit Gazeta, en funcionamiento desde 1942 a la fecha. Dado el gran desarrollo de las
comunicaciones y de los caminos, se facilita la exportación e importación de productos, las que se duplican
entre 1926 y 1927, lo que favorece a las élites locales principalmente en productos como el café y cuero. Ello
lleva a dichas élites a tener una visión nacional e introduce en sus intereses el fortalecimiento del centro del
país. La abolición del intercambio de esclavos en 1918, con miras a la abolición total de la esclavitud en
Etiopía, va formando parte de los intereses de las élites locales, quienes desarrollarán una demanda por la
propiedad de la tierra más que por las personas, a la luz de la rentabilidad en aumento que tenía el negocio
del café. Con ello, los esclavos van transformándose en proletarios rurales y las provincias del sur van
adquiriendo mayor poder, lo que exige al gobierno central desarrollar de forma más rápida las ciudades para
aumentar la demanda interna por comida. Las últimas dos conspiraciones que enfrenta Ras Tafari en su
ascenso al poder como emperador se realizan entre 1928 y 1929, las que nacían del seno de su
administración. La primera fue llevada a cabo por parte de los sectores más conservadores y nacionalistas de
palacio, quienes no veían con buenos ojos el impulso modernizador del Estado; y la segunda por parte del
marido de la emperatriz, quien es vencido con la ayuda de la fuerza aérea francesa. Así, en 1929 Ras Tafari
es declarado emperador de Etiopía con el nombre de Haile Selassie, “Poder de la Trinidad”, con lo que su
actitud de regente también cambia al considerarse cómo el símbolo de la nación.
Uno de los elementos centrales que explican el ascenso del nuevo emperador es su rol en las
relaciones internacionales durante el período en tanto Tafari inicia su administración figurando como ministro
de relaciones exteriores y estableciendo fuertes relaciones con Europa. Desde aquel continente, se miraba
Etiopía como un país inestable y corrupto, por lo que el próximo emperador busca mejorar la burocracia
atrayendo a personas educadas en Europa y enviando jóvenes etíopes a estudiar. La prohibición de
intercambio de esclavos en 1918 también sigue esta lógica, con lo que va ganando amigos en Europa. Al
finalizar la primera guerra mundial, envía misiones a los países vencedores con miras a ser parte de la Liga
de las Naciones, con lo que espera asegurar la soberanía total del país y enfrentar el embargo de armas,
cuestión que logra en 1923. En 1924,Tafari viaja a Europa a conocer la tecnología y sistemas educativos, y
para potenciar la idea de un puerto para Etiopía y acceso soberano al mar, cuestión que no logra. La
recepción del administrador es ambigua, las masas lo reciben orgullosas mientras que las élites son críticas
dados los altos costos y escasos resultados. De hecho, un año después Inglaterra e Italia harán acuerdos
sobre territorio etíope sin contar con el beneplácito de dicho pueblo. Sin embargo, las tratativas
internacionales traen algunos beneficios como la exclusión de Etiopía de las prohibiciones al tráfico de armas
en África –Bélgica, Checoslovaquia y Suiza venden armas a Etiopía; y el triunfo de Tafari en un alegato ante
la Liga de las Naciones contra el acuerdo anglo italiano.
c. Primer gobierno de Haile Selassie: 1930 – 1936
En este período el emperador logra concentrar el poder en sus manos y liquidar a gran parte de sus
enemigos, además de desarrollar diversas reformas modernizadoras. Gran parte de éstas contaron con el
apoyo de las potencias europeas, teniendo por Ministro de Correos, Telégrafos y Teléfonos a un francés que
lleva a cabo un sistema nacional de comunicaciones centralizado, y por Ministro del Interior a un inglés que
lleva a cabo la abolición de la esclavitud. Además de estas reformas, destacan el desarrollo de un ejército
profesional, la construcción de caminos que permitieran conectividad entre las capitales provinciales
económicamente activas y Addis Abeba, la expansión de la matrícula escolar y la apertura del Banco de
Etiopía por medio de la estatización del antiguo Banco de Abyssinia. Quizás el punto más relevante de este
afán modernizador es la promulgación de una constitución al estilo japonés, donde se otorga poder absoluto
al monarca a través del derecho divino, se establece un parlamento de dos cámaras y se instituye un estado
de derecho. La unidad que se presenta por parte de las élites de la carta fundamental es total, cosa nunca
antes vista sobre todo bajo la lógica del sistema del Rey de Reyes.
El evento de su coronación como emperador ya marca su liderazgo en Etiopía, haciéndose él mismo
cargo de los preparativos que buscarían establecer la esperanza de una Etiopía moderna. El evento tiene
unos costos estimados de 300 mil libres esterlinas, dinero recolectado a través de donaciones de nobles y
burgueses ya interesados en el fortalecimiento de un gobierno central. La actividad tuvo una duración de una
semana, mostrando a las masas pomposas obras públicas en la capital, nuevos uniformes militares y la
construcción de símbolos de estado. La coronación se realiza en la Catedral de San Jorge de la Iglesia
Etíope, finalizando el evento con una gran parada militar. Descripciones etnográficas del evento plantean el
éxtasis de las masas ante tanta pomposidad, instituyéndose el carácter populista del nuevo gobernante para
con las masas y de líder indiscutido de las élites.
d. Ocupación italiana: 1935 - 1941
Al comenzar los años 30’, el régimen de Benito Mussolini pretendió expandir Italia en el noreste
africano, siendo Etiopía el centro de la invasión. Entre otros elementos, se aprovechaba la periferia
desprotegida dado el centralismo del gobierno de Selassie, la colonia italiana en Somalía y Eritrea y la
presencia de misioneros, personal médico y agentes comerciales que infiltraban comunicaciones y
correspondencias etíopes. La excusa para la invasión fue un problema limítrofe con Somalía, en WalWal,
donde se inició el conflicto, solicitando Etiopía ayuda de la Liga de las Naciones en enero de 1935. De dicha
queja surge el pacto Hoare-Laval de 1935, con Inglaterra y Francia como principales signatarios, que dejaba a
Etiopía en una muy mala situación al entregar los territorios más ricos del norte a Italia. Ya en octubre de
1935, Italia ataca Etiopía sin una declaración formal de guerra, desde Eritrea y Somalía. Las tropas etíopes
fueron rápidamente derrotadas dado su armamento basado en espadas, escudos y armas retrasadas, contra
las tropas italianas que incluían tanques, metralletas y aviones. Sin embargo, es en 1936 cuando el ejército
italiano logra tomar la capital del país, con lo que el emperador es asilado en Inglaterra y se forma Italia del
África del Este con Addis Abeba como su capital. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, la determinación de
cuándo ésta se inició será de especial relevancia para Etiopía, cuyo gobierno planteará que el comienzo se
realiza con la invasión a su país. Los vencedores de la guerra desestimarán este alegato en tanto pretenden
mantener una relación amigable con los italianos, cuestión que se vería truncada por los crímenes de la
ocupación en Etiopía si éstos hubieran sido vistos como crímenes de guerra.
El sentimiento anti colonialista se expandió en la población de origen africano en el mundo,
desarrollándose protestas y propaganda en países como Trinidad, Inglaterra, Granada, San Vicente,
Venezuela, Estados Unidos, etc. La Ethiopian World Federation fundada en Estados Unidos con el amparo de
Haile Selassie, desarrolla una nueva publicación, con subscripción y distribución global, titulada Voice of
Ethiopia. Miles de afroamericanos expresan el deseo de luchar por Etiopía y se forma el Comité Provisional
por la Defensa de Etiopía entre diversas organizaciones, entre las que se cuenta el YMCA, la Universal Negro
Improvement Association, entre otras. Joel Rogers, primer corresponsal de guerra negro, publica el popular
panfleto The real facts about Ethiopia. Si bien el apoyo a la causa etíope adquirió dimensiones inesperadas,
donde ésta obtuvo más apoyo fue en los círculos liberales de Europa, sobre todo en aquellos progresistas y
socialistas.
El emperador Haile Selassie se volvió con mayor fuerza aún un símbolo del nacionalismo africano y
del humanitarismo. En junio de 1936, en Génova, Selassie lee un discurso ante la Liga de las Naciones en
amharico, el cual es alabado por todo el globo, llegando la revista Times a nombrarlo el hombre del año por
ser un ícono para los movimientos antifascistas en el mundo. El discurso finaliza con la sentencia: “Somos
nosotros hoy día. Serán ustedes mañana”.
El gobierno italiano mantuvo una política fuertemente militar contra las comunidades, así como
realzó la supremacía blanca ante la población local. En términos de desarrollo del país, hubo compromiso de
expansión agrícola y mejoras en los servicios públicos a través de la construcción de caminos, puentes,
hospitales y colegios. Sin embargo, el principal objetivo era convertir a Etiopía en el granero de Italia, para lo
cual se promovió el desarrollo de una clase media y un campesinado italiano colonizador. Ya en 1937 se
plantea el fracaso de la política fascista, teniendo enormes costos monetarios y humanos para Roma, dada la
resistencia y la corrupción que se había expandido por toda la burocracia.
La resistencia interna contra la ocupación italiana se desarrolló tanto por cercanos al régimen como
por sus opositores, entre los cuales se cuenta Deajazmatch Balcha, noble de Oromia que utiliza la guerrilla
como principal estrategia de insurgencia, aún cuando haya habido una no despreciable cantidad de
simpatizantes con el nuevo régimen. En la resistencia, el grupo intelectual mejor organizado fue los Leones
Negros, dirigido por un cirujano veterinario, Alamawarq Bayyana y un anglófilo, Faqada-Sellase Heruy. Dicha
organización divulgó un manifiesto de 10 puntos para mantener la resistencia nacional.Se cuenta también con
un fuerte desarrollo en la narrativa, poesía y teatro, donde se buscaba plasmar la tradición oral y canciones de
la resistencia etíope. Entre los autores se cuenta a GermachewTekla-Hawaryat, Ato Welde-GiyorgisWeldeYohannes, SeneduGebru y AseffaGebre-Mariam. Destaca también la publicación del New Times and
Ethiopian News desarrollada por Sylvia Pankhurst, la que estuvo en circulación por 20 años, primero en
oposición al régimen italiano y luego a los intentos colonizadores de Inglaterra. Es el fuerte desarrollo de
diarios, de tradiciones orales, canciones patrióticas y poesías, que recordaban viejas historias, lo que
desembocó en un llamado a la unidad nacional con miras al desarrollo. Muchos grupos indígenas se
insertaron en la resistencia, manteniendo las ambiciones previas contra el centralismo de Selassie.
Muchos etíopes invocaban en aquel entonces una frase bíblica popularizada en el gobierno de
Menelik, “Etiopía extiende sus manos hacia Dios”, con lo que se rechazaba la protección ofrecida por el
colonizador. Dada la fuerza que la Iglesia Etíope otorgaba a la resistencia, el fascismo favoreció a la
comunidad musulmana. Luego de un intento de asesinato del vicerreyGraziani, las fuerzas coloniales
ejecutaron a más de 30 mil personas, entre quienes se contaban los líderes de los Leones Negros y una gran
cantidad de ciudadanos educados. Esto último dice relación, como se supo después, con la política expresa
de Mussolini de eliminar a la población joven educada de Etiopía.
Con la derrota del eje nazi y fascista, Selassie debe firmar un acuerdo con Inglaterra que le otorga a
este país un control extensivo sobre las finanzas, administración e integridad territorial etíopes. En 1944
firman un nuevo tratado, con lo que se define el desarrollo de las fuerzas armadas nacionales al amparo
organizativo, de entrenamiento y administrativo de la fuerza británica. Se desarrolla así una fuerza armada
moderna y profesional, de la cual uno de sus principales objetivos fue hacer frente a las guerrillas que habían
emergido de la resistencia. Por otro lado, Inglaterra toma control de Eritrea y Ogaden. La invasión italiana tuvo
grandes efectos en la política interna de Etiopía, rompiendo con el experimento de colaboración entre
reformistas y el liderazgo real por una modernización autocrática, además de posibilitar la emergencia de una
serie de discursos críticos a la situación etíope y una serie de grupos de resistencia que más tarde se
convertirán en guerrillas contra el emperador. Respecto a la situación internacional, fuertes críticas se alzaron
a la indiferencia europea, lo que se agudizó ante la exclusión de Etiopía del Plan Marshall y de la Comisión de
los Crímenes de Guerra de la naciente ONU. Frente a ello, el gobierno etíope publicó una compilación de
textos y telegramas fascistas titulada La civilization de l’ItalieFasciste. Tal vez el único triunfo que logra Etiopía
en este período es la federación de Eritrea en 1952.
e. Segundo gobierno de Haile Selassie: 1941 - 1974
El segundo gobierno de Haile Selassie mantiene las políticas centralizadoras del poder e integra la
liberalización de la economía de tal forma de ser parte de la economía capitalista mundial. Es en este período
donde se cuaja la revolución que se desarrollará en 1974 y desembocará en una guerra civil que no terminará
hasta 1991. Luego de la invasión italiana, ya nada vuelve a ser lo mismo, pues se ha producido un desarrollo
organizacional e intelectual sin precedentes que lleva a la población etíope a posicionarse con mayor fuerza
con respecto al proyecto país que desarrollaba el emperador, quien no ha perdido el peso mundial que le
cupo en el período anterior, realizándose la primera conferencia de la Organización para la Unión Africana en
Addis Abeba en 1963. Con respecto a las políticas centralizadoras, se pueden plantear tres grandes líneas:
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Contra las aristocracias locales: la formación de un ejército profesional bajo el control imperial y
formado por el ejército británico.
Contra el poder de la iglesia: desarrollo de un nuevo sistema fiscal que termina con los impuestos y
el tipo de trabajo defendido por la iglesia.
Contra la corrupción y discrecionalidad de los administradores locales: reorganización del sistema de
administración.
Reducidos el poder militar, religioso y político de las aristocracias locales, se va limitando a la pura
esfera económica el poder de los teleksawach (bigmen), lo que se condice con las reformas liberales, aunque
guiadas por el Estado. Empero, en la esfera política se instituye la primera constitución nacional en 1957, con
las primeras elecciones populares y la inauguración de un estado de bienestar promotor de la salud y
educación de la población.Tres planes de política económica a cinco años de desarrollo se construyen desde
1957 a 1973, teniendo por objetivo la modernización de la economía etíope. Para ello, el primero se concentró
en el desarrollo de las grandes ciudades y de la construcción de caminos, puentes y comunicaciones entre las
regiones. El segundo plantea ya claramente un objetivo a 20 años, el paso de una economía agraria a una
agro industrial. El último se centra en el aumento de la productividad agrícola, poniendo especial énfasis en
los beneficios que obtendrían los campesinos bajo la privatización de la tierra. Sin embargo, gran parte de los
campesinos pierden la tierra y deben dejar sus hogares, mientras el capital nacional y extranjero se apropiaba
de las tierras para el desarrollo de producción a gran escala. Mas, para el ingreso de la ayuda e inversión
extranjeras se exige la integración del sector rural al mercado global, lo que se inserta en las formas de
distribución de la tierra reinantes, el control de las élites de las exportaciones, el regalo de tierras por parte de
la corona a sus cercanos y la relación patrón-cliente que emerge de su comercialización. Se agrega en este
período la urgente necesidad de expansión de las oportunidades educacionales, dada la gran pérdida de
capital humano sufrida en la invasión italiana y gran desigualdad existente entre los habitantes de las regiones
del norte con las del sur, cuestión que sin embargo no logra resolverse. Los tres planes fracasan en el intento
de aumentar el bienestar de la población, creciendo la desigualdad entre las regiones y entre las aristocracias
locales y el campesinado, además de la persistencia de la pobreza. Esto último se explica, entre otros
factores, en que se erosionan los mecanismos tradicionales de sobrevivencia, volviéndose los campesinos
plenamente dependientes del Estado. Finalmente, el aumento de los precios de las importaciones, que llegan
a su auge en 1973 con la crisis del petróleo, y la disminución del precio de las exportaciones, principalmente
del café, llevan al país a un déficit que el fisco enfrentará con diversas complicaciones. Cabe acotar, sin
embargo, que ello agudiza una balanza de pagos negativa que arrastra el país desde los 50’ y que hasta el
día de hoy no se ha podido sanar.
Antes de pasar al desarrollo político del momento, cabe acotar la persistencia de sequías a lo largo
del país. El punto cúlmine de éstas se da en 1973 y 1974, donde se vive la mayor sequía en la historia de
Etiopía con más de 450 mil muertos por hambre y sed, concentrándose su impacto en las regiones de Wallo y
Tigre. La respuesta del gobierno es descoordinada y lleva el peso de los problemas económicos emergidos
de las situaciones antes descritas. Respecto a las relaciones internacionales, es Estados Unidos el que
emerge como el principal comerciante, desarrollándose una línea aérea nacional bajo su apoyo en 1945, un
pacto de asistencia militar por más de 200 millones de dólares en un período de 20 años, además de la
concentración de las exportaciones a dicho país.
El desarrollo de la oposición intelectual, teniendo por centro a los estudiantes rebeldes al régimen, se
realiza con gran fuerza en la década de 1960, aunque teniendo como antecedente inicial, luego de la invasión
italiana, al Ethiopian Youth Mouvement. Ello se sustenta en la proliferación de instituciones de educación
secundaria y terciaria, con la fundación en 1950 de la Universidad de Addis Abeba, la emigración temporal de
muchos etíopes para estudiar en Europa y Estados Unidos donde se organizan a través de la Ethiopian
Students Union in Europe (ESUE) y la Ethiopian Student Union in North America (ESUNA). En segundo lugar
está el Ethiopian University Service(EUS) iniciado en 1964, donde al terminar el tercer año los estudiantes
debían servir durante un año al país en el área de conocimiento que les correspondiera. Ello los expone a las
condiciones del campesinado nacional, posibilitando la radicalización de unos y otros. Proliferan publicaciones
políticas, la crítica social, la sátira, la poesía y los debates locales en todo el país. En tercer y último lugar, a
mediados de los años 60’ se incorporan sistemáticamente las ideas marxistas al activismo estudiantil. Emerge
el grupo de formación de cuadros que serán líderes del movimiento llamado los cocodrilos, así como la
University Students Union of Addis Ababa (USUAA), frente a lo cual el Estado expulsa estudiantes y cierra
escuelas. El desarrollo literario en este período se encuentra incrustado en las nuevas ideas y movimientos,
resaltando Mangestu Lamma y Tsagaye Gabra-Madhen en el teatro; Berhanu Zerihum, Ba’alu Germa y
Haddis Alamayahu en novelas; y Garba-KrestosDasta en el arte abstracto. Las principales ideas que
dominarán el período son:
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La institución de un gobierno ordenado donde el dominio dela ley sea justo e igualitario.
La erradicación de la pobreza a través de la apropiación del campesinado de los medios de
producción y el producto de su trabajo.
El aseguramiento de la igualdad y la justicia entre las comunidades religiosas y étnicas.
Sin embargo, este proceso dista mucho de ser lineal, es decir la decantación de estas ideas se
realizará en un proceso pleno de conflictos y conocimiento mutuo entre las distintas organizaciones del país,
desde los estudiantes a los movimientos regionales independentistas, desde los trabajadores a las feministas.
En 1969, luego de la fuerte represión del gobierno y asesinato de varios líderes, muchos se van a Sudán,
Somalía y Argelia, formándose en este último el conocido Algerian Group, identificado como uno de los más
radicales. De estos grupos deriva luego la formación del Ethiopian People’s Revolutionary Party (1972). Un
líder importante de la época fue Wallelign Mekonen, asesinado en el cuarto intento de toma del poder, siendo
el primero en articular el problema de lo nacional en la esfera política con la idea de Etiopía como una prisión
de muchas etnias [ver discurso]. Un hito lo marcó 1970, donde el Algerian Group plantea que el tiempo de
debatir se ha terminado y se debe pasar a la ofensiva revolucionaria, cuestión que se asienta en tres logros
del trabajo intelectual:
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Sintetizaron una versión marxista para Etiopía.
Condensaron teorías políticas para identificar fórmulas a aplicar en Etiopía.
Establecieron un marco para un consenso ideológico que posibilitó luego el encuentro de varios
grupos bajo el Ethiopian Peoples Revolutionary Party (EPRP, 1972), del cual Berhane Maskal (Tigre)
fue uno de sus líderes, cuyos miembros están más asociados a Estados Unidos y Etiopía.
Por su parte, el grupo de intelectuales en Europa Occidental, en el octavo encuentro de la ESUE en Alemania
en 1968, deciden volver a Etiopía y formar un partido político, del cual luego surge el All Ethiopian Socialist
Movement(MEISON). Las diferencias entre ambos movimientos pueden sintetizarse en la lectura de las
condiciones que poseen, pues los segundos plantean que las masas no se hayan en condiciones de llevar a
cabo la revolución, se fomenta la formación de una conciencia revolucionaria, oponiéndose así a la lucha
armada; mientras que el EPRP planteaba que el proceso revolucionario ya se había iniciado, por lo que la
élite intelectual debía formar un partido para guiar el proceso, siendo su política una de alianza con los
movimientos armados como el Western Somali Liberation Front (WSLF), el Oromo Liberation Front (OLF) y el
Tigray Liberation Front (TLF). El argumento era que a través de la lucha armada se construiría la conciencia
revolucionaria, por lo que se debía movilizar a las masas y hacerlas parte de esta lucha ya comenzada en
todo el sur. El EPRP recibió bastante apoyo de Somalía, formándose rápidamente el Ethiopian People’s
Revolutionary Army (EPRA). Frente a la cuestión nacional, el EPRP planteaba a Etiopía como prisión de
nacionalidades, por lo que proponía su desmantelamiento y ejercicio del derecho de autodeterminación,
mientras el MEISON proponía un sistema de autonomía regional. Los apelativos que utilizaron para nombrar a
unos y otros dan cuenta de cómo se insertaron en la política nacional, pues a aquellos del MEISON se les
llamó Bole, nombre del aeropuerto de Addis Ababa que es por donde ingresaron al país, y a aquellos del
EPRP,Bale, por entrar clandestinamente por la Etiopía rural. Más tarde, con el ascenso de una junta militar al
poder en 1974, el DERG, MEISON participará de la persecución al EPRP a través de la lógica del enemigo
interno como elred terror, para luego ser ellos mismos perseguidos por el gobierno.
Dada la complejidad de las condiciones, los rebeldes logran muy buenas formas de comunicación,
siendo un gran logro el paso de las ideas de los intelectuales a la sociedad en general. Respecto a las
publicaciones, se pueden citar:
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Publicaciones extranjeras: Challenge, Combat, LandTenure News Letter (University of Wisconsin);
Struggle, Tegilachin, etc. legales en Europa y EEUU, pero ilegales en Etiopía.
Publicaciones nacionales underground: Democracia (EPRP), LabAder (Proleteriate EPRP),
SefiwHizbiDimsi (Voice of theMasses, MEISON), ELEAMA (movimiento de trabajadores
underground), etc.
En estas condiciones, las revueltas de los campesinos se suceden una a una en prácticamente todas
las regiones, aunque sin gran organización salvo en los casos de Oromia, Eritrea y Somalia. Las clases
medias y aquellos con educación terciaria al no ver realizadas sus expectativas de ascenso social, se unen al
movimiento. Los trabajadores industriales no mejoran su bienestar, con lo que se organizan en sindicatos, que
enfrentan restricciones legales y la represión del Estado a través de la destrucción de propiedad privada,
entre otros mecanismos. Surge la intelligentsia ya con las ideas marxistas incorporadas con el
EthiopianStudentMovement, el que busca terminar con la opresión clasista y la hegemonía étnica, aunque sin
gran experiencia práctica en las tradiciones críticas y democráticas. Constituye un hito el intento de golpe de
Estado en 1960 dirigido por el comandante de la guardia imperial Mengistu Neway, mientras Haile Selassie se
encuentra en un viaje en América Latina. Se instaura un gobierno que promete el mejoramiento de las
condiciones de la población en general, la creación de partidos políticos, una verdadera monarquía
constitucional, el aumento de salarios de los militares… [ver manifiesto]. Si bien logran el apoyo de los
estudiantes, se hayan muy mal organizados y no logran incorporar a otros segmentos de las fuerzas
armadas. Empero, la crítica al Estado etíope decanta y se lleva al plano del imperialismo mundial, donde las
políticas colonialistas de dicho Estado perpetuarían a la población a la condición de proletaria. Marca un hito
también la instauración de la idea “land to the tiller” en 1965, incorporándose en 1974 ya definitivamente en
las demandas de profesores, estudiantes secundarios y universitarios por medio del proyecto de Reforma
Agraria.
Ya próximos a la revolución, en 1973 se desarrollan grandes protestas estudiantiles en la ex
Universidad Addis Ababa, ahora Universidad Haile Selassie. En 1974 éstas se revitalizan con el llamado de la
Confederation of Ethiopian Labour Unions (CELU) a la acción industrial a través de huelgas, boicots y otras
formas de acción militante, así como también con las huelgas de transportistas y taxistas, las huelgas de los
profesores, las sublevaciones de las milicias por sus malas condiciones, entre otras manifestaciones. El
campesinado se levanta abiertamente contra las autoridades públicas y propietarios de la tierra. Ya en
septiembre se vive la insurgencia plena, que lleva el 12 de dicho mes a la deposición del emperador y a la
toma del poder por parte del Provisional MilitaryAdministrative Council o DERG, formado por jóvenes militares
oficiales, del ejército, la fuerza aérea, la fuerza naval y la policía, sin ser ninguno parte de las cúpulas de las
fuerzas armadas.
Para finalizar este segmento, cabe comentar tres ejemplos del desarrollo de movimientos armados
regionales. En primer lugar, Eritrea es federado con la venia de la Liga de las Naciones a Etiopía en 1952, con
lo que mantiene una asamblea legislativa propia y tres partidos políticos, el Unionist Bloc formado
principalmente por cristianos, el Democratic Party asociado al bloque pro independencia y el Muslim League
of Western Province formado por musulmanes. Rápidamente el Estado imperial suspende la constitución de
Eritrea y proscribe los sindicatos. En 1956 disuelve la asamblea y prohíbe los partidos políticos, además de
reemplazar los símbolos eritreos por los etíopes. Frente a ello, en 1958 se funda el Eritrean Liberation
Movement como oposición radical, que es vencido en 1964 por las fuerzas armadas imperiales apoyadas por
el gobierno británico. En 1961 surge el Eritrean Liberation Front, establecido principalmente por musulmanes.
Dado el avance de la guerrilla, el emperador declara en 1971 la ley marcial en la región, movilizando a gran
parte de las milicias, desde la capital y otras regiones, a dicho lugar. En 1972 las diversas organizaciones
guerrilleras existentes, entre las cuales se cuenta el Eritrean Liberation Forces, el People’s Liberation Forces y
el Front for Eritrean Independence, forman el Eritrean People’s Liberation Forces(EPLF). La guerra que aquí
se formó persistirá en todo el período comunista, hasta 1991.
El caso de Somalía se inicia con la anexión del territorio en 1948, el cual tenía grandes fuentes de
agua y, luego se sabría, de petróleo. Somalíes de diversos países como Djibouti y Kenia, reclaman su unidad
nacional, surgiendo en los años 50’ bajo el liderazgo de Mogadishu, luego líder del EPRP, el Western
SmaliLiberation Front. Por último está el caso de Oromia, cuya población había sido históricamente
marginada cultural, política y económicamente. Desarrollan una identidad nacional a partir de una historia
común y una estructura social propia. Como hitos se cuentan las revueltas de Azebo-Raya entre 1928 y 1930,
el surgimiento en 1936 del Oromo Independence Movement y la rebelión en Bali en 1964 – 1970. En los 60’ el
movimiento armado decae, para resurgir luego en 1973 con el OromoLiberation Front. Así, la historia de los
grupos armados tiene dinámicas propias al margen del desarrollo intelectual y político de las ciudades,
estando en constante interacción con dicho proceso, lo que le da la base al EPRP para plantearse como
catalizador de un proceso ya comenzado, el de la revolución.
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