LA VIOLENCIA EN LA ESCUELA El concepto de violencia está muy

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LA VIOLENCIA EN LA ESCUELA
El concepto de violencia está muy presente en nuestra sociedad, en el día a
día, y lamentablemente, todas las personas han tenido alguna experiencia con ella a lo
largo de su vida. La violencia forma parte de nuestra vida cotidiana.
Como en todas las sociedades de clases, nuestra sociedad está influida por la
violencia. En ella se establecen relaciones de poder entre dominadores y dominados,
donde aparece la opresión, el autoritarismo y la discriminación.
La violencia se ha hecho algo cotidiano, al punto que sólo consideramos como
tal la agresión física o los atentados contra la propiedad, agresiones verbales, en los
estadios de fútbol o espectáculos, etc.; esto lo observamos a diario en los medios de
comunicación.
La escuela es un entorno influido por la violencia, como reflejo constante de la
comunidad en la que se encuentra inserta, ésta presencia numerosos casos de
inevitable violencia entre sus diferentes miembros.
El docente, desde el aula, desempeña un rol específico, el de desarrollar una
tarea de prevención primaria, promover el desarrollo de un entorno de contención y
convertirse en guía en el momento de buscar ayuda.
Dicho esto, podemos definir el concepto de violencia como toda acción u
omisión intencional que, dirigida a una persona, tiende a causarle daño físico,
psicológico, sexual o económico y, dirigida a objetos o animales, tiende a dañar su
integridad. Es decir, se considera violencia como el uso de una fuerza abierta u oculta
con el fin de obtener de un individuo o grupo lo que no quieren libremente.
Como mencionamos anteriormente, el tema de la violencia está estrechamente
vinculado al poder, toda situación de violencia es una situación de poder.
Podemos distinguir numerosos tipos de violencia, como por ejemplo los que se
desarrollan a continuación:
-
Maltrato físico: acciones que, voluntariamente realizadas, provocan o
pueden provocar daño o lesiones físicas.
-
Maltrato emocional: acciones (normalmente de carácter verbal) o
actitudes que provocan o pueden provocar daños psicológicos.
-
Negligencia: abandono o dejación de las obligaciones en los cuidados
de una persona.
-
Abuso sexual: cualquier comportamiento en el que una persona es
utilizada como medio para obtener estimulación o gratificación sexual.
1
-
Maltrato económico: utilización ilegal o no autorizada de los recursos
económicos o de las propiedades de una persona.
-
Vandalismo: violencia dirigida a propiedades con la intención de
provocar su deterioro o destrucción.
Como sabemos, la violencia se puede dar en numerosos contextos y puede ir
dirigida a diferentes destinatarios. A continuación presentamos dichos contextos.
1. La violencia doméstica es la que se produce en el ámbito familiar.
Adopta distintas formas: entre padres e hijos, entre hermanos, entre
los miembros de la pareja, etc. Suele confundirse con la violencia
perpetrada por la pareja o la ex pareja contra la mujer.
2. La violencia política es la que se produce contra la población civil
por fines políticos, contra la clase política, o que es perpetrada por
ésta (más estrictamente, el Estado). Cuando la finalidad de este tipo
de violencia es infundir terror a una audiencia lo más amplia posible,
recibe el nombre de “terrorismo”.
3. La violencia escolar es la que se produce en el sistema escolar.
Dentro de ella hay un tipo de violencia muy preocupante en nuestros
días: el acoso (bullying). El acoso escolar tiene un gran parecido en
su modus operandi y consecuencias con el acoso laboral (mobbing).
En el presente artículo nos centraremos en desarrollar más profundamente el
último contexto de violencia, es decir, la violencia escolar. Para ello nos
preguntaremos la siguiente cuestión ¿por qué se produce la violencia escolar?
La mayoría de los casos de violencia escolar se llevan a cabo debido a
numerosas categorías de riesgo que inducen a su desarrollo, tales como: la exclusión
social o el sentimiento de exclusión, la ausencia de límites, la exposición a la violencia
a través de los medios de comunicación, la integración en bandas identificadas con la
violencia, la facilidad para disponer de armas, y la justificación de la violencia en la
sociedad en la que dichas circunstancias se producen. Y debido a la falta de
condiciones que hubieran podido proteger de tales riesgos, como modelos sociales
positivos y solidarios, colaboración entre la familia y la escuela, contextos de ocio y de
grupos de pertenencia constructivos, o adultos disponibles y dispuestos a ayudar.
Para mejorar la convivencia escolar y para prevenir la violencia, se debería
intervenir lo antes posible (sin esperar a las graves manifestaciones que suelen alertar
sobre dicha necesidad) y en todos estos niveles, desde una doble perspectiva:
-
La perspectiva evolutiva, analizando las condiciones de riesgo y de
protección que pueden existir en cada momento evolutivo, en función
de las tareas y de las habilidades vitales básicas. La prevención debe
fortalecer cuatro capacidades fundamentales que permitan al
alumno/a: establecer vínculos de calidad en diversos contextos; ser
eficaz en situaciones de estudio-trabajo, movilizando la energía y el
esfuerzo precisos para ello, y obteniendo el reconocimiento social
necesario; integrarse en grupos de iguales constructivos, resistiendo
presiones inadecuadas; y desarrollar una identidad propia y
diferenciada que le ayude a encontrar su lugar en el mundo y le
permita apropiarse de su futuro.
-
La perspectiva ecológica, que trata de las condiciones de riesgo y de
protección en los complejos niveles de la interacción individuo-
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ambiente, a partir de la cual se pueda diseñar la prevención con
actividades destinadas a optimizar tanto el ambiente como la
representación que de él y de sus posibilidades tiene el alumnado,
incluyendo los escenarios en los que transcurre su vida (escolar,
familiar, de ocio...), las conexiones entre dichos escenarios, los medios
de comunicación, y el conjunto de las creencias y de las estructuras de
la sociedad.
La violencia escolar se puede definir como cualquier tipo de violencia que se da
en contextos escolares. Puede ir dirigida hacia alumnos, profesores o propiedades.
Estos actos tienen lugar en instalaciones escolares (aula, patio, lavabos, etc.),
en los alrededores del centro y en las actividades extraescolares.
El término acoso (bullying) hace referencia a un comportamiento repetitivo de
hostigamiento e intimidación, cuyas consecuencias suelen ser el aislamiento y la
exclusión social de la víctima.
Hablamos de acoso cuando se cumplen al menos tres de los siguientes
criterios:
- La víctima se siente intimidada.
- La víctima se siente excluida.
- La víctima percibe al agresor como más fuerte.
- Las agresiones son cada vez de mayor intensidad.
- Las agresiones suelen ocurrir en privado.
Ordinariamente, suele considerarse que el acoso va acompañado de una “ley
del silencio”.
Los factores de riesgo de la violencia escolar, en general, son características
(personales, familiares, escolares, sociales o culturales) cuya presencia hace que
aumente la probabilidad de que se produzca un fenómeno determinado.
Los factores de riesgo de la violencia, en particular, son variables que ponen al
sujeto en una posición de vulnerabilidad hacia las conductas y actitudes violentas.
Se pueden distinguir entre factores de riesgo del agresor, de la víctima y
factores de riesgo socioculturales.
1. Factores de riesgo del agresor: formado por los siguientes subgrupos:
• Factores individuales:
-
Ausencia de empatía: incapacidad para reconocer el estado emocional
de otras personas.
-
Baja autoestima: percepción negativa de sí mismo.
-
Impulsividad: falta de control de los impulsos que lleva a actuar y decir
las cosas sin pensar.
-
Egocentrismo: exagerada exaltación de la propia personalidad por la
que la persona se considera el centro de atención.
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-
Fracaso escolar: bajo rendimiento escolar, que puede llevar al
absentismo y/o abandono escolar.
-
Consumo de alcohol y drogas.
-
Trastornos psicopatológicos: trastornos de conducta (trastorno por
déficit de atención con hiperactividad, trastorno negativista desafiante
y trastorno disocial); trastornos del control de los impulsos (trastorno
explosivo intermitente); y trastornos adaptativos (trastorno adaptativo
con alteración mixta de las emociones y el comportamiento).
• Factores familiares:
-
Prácticas de crianza inadecuadas: autoritarias o, por el contrario,
negligentes.
-
Maltrato intrafamiliar.
-
Familia disfuncional.
-
Poco tiempo compartido en familia.
-
Pobres o escasos canales de comunicación.
• Factores escolares:
-
Políticas educativas que no sancionan adecuadamente las conductas
violentas.
-
Ausencia de transmisión de valores.
-
Transmisión de estereotipos sexistas en las prácticas educativas.
-
Falta de atención a la diversidad cultural.
-
Contenidos excesivamente academicistas.
-
Problemática del profesorado: vulnerabilidad psicológica, carencia de
una metodología adecuada para el control de la clase.
-
Ausencia de la figura del maestro como modelo.
-
Falta de reconocimiento social respecto a la labor del profesorado.
2. Factores de riesgo de la víctima:
• Factores individuales:
-
Baja autoestima.
-
Pocas habilidades sociales para relacionarse con otros niños.
-
Excesivo nerviosismo.
-
Rasgos físicos o culturales distintos a los de la mayoría: minorías
étnicas, raciales y culturales.
-
Discapacidad.
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-
Trastornos psicopatológicos: trastornos mentales leves, trastornos del
estado de ánimo (trastorno depresivo), trastornos de conducta
(trastorno por déficit de atención con hiperactividad y trastorno
desafiante).
• Factores familiares:
-
Prácticas de crianza inadecuadas: autoritarias o, por el contrario,
negligentes.
-
Familia disfuncional.
-
Poca comunicación familiar.
• Factores escolares:
-
Ley del silencio: silencio e inacción que hay alrededor de una agresión
entre iguales. El agresor exige silencio o se lo impone la propia víctima
por temor a las represalias. Los observadores, testigos o espectadores
tampoco comunican los hechos por miedo, por cobardía o por no ser
acusados de “chivatos”.
-
Escasa participación en actividades de grupo.
-
Pobres relaciones con sus compañeros.
-
Poca comunicación entre alumnado y profesorado.
-
Ausencia de la figura de autoridad de referencia en el centro escolar.
3. Factores de riesgo socioculturales
• Medios de comunicación:
-
Presentación de modelos carentes de valores.
-
Baja calidad educativa y cultural de la programación.
-
Alta presencia de contenidos violentos en los programas de televisión.
-
Tratamiento sensacionalista de las noticias con contenido violento.
Por tanto, observamos que la violencia está muy presente en la escuela y que
lamentablemente, cada vez es más común.
Para comprender estas situaciones de violencia debemos reflexionar sobre
ellas, teniendo en cuenta el contexto social, es decir, el marco en el cual se desarrolla
la vida de la institución escolar y las relaciones internas que existen.
Un aspecto que quizá olvidamos al analizar la situación de violencia en el
entorno escolar es que el docente es tan víctima del sistema educativo como el
alumno. El docente está socializado en una sacralización, en una idealización del
método educativo, y está excluido en la elaboración de los planes, está enajenado de
su propia necesidad, hay un discurso del poder que le marca al docente un ideal.
Por eso, al hablar de la opresión del sistema educativo no debemos dejar de
lado al docente y tomar únicamente al niño.
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Las relaciones existentes dentro de la institución serán las que favorezcan o
desalienten la existencia de violencia.
Hay escuelas donde los niños están entusiasmados en diversos proyectos,
donde son protagonistas y partícipes, donde pueden canalizar sus energías; en estos
lugares es más difícil que aparezcan casos de violencia; pero en otras instituciones
educativas hay sistemas internos altamente autoritarios, donde podría pensarse que la
violencia no debería existir, pero el día que falta la figura que representa la autoridad
se producen los hechos de violencia.
La escuela es una construcción social específica y en cada una de ellas se van
a desarrollar prácticas particulares que van a tener un modelo disciplinario o el modelo
pedagógico que comparte esa comunidad educativa.
Algunas escuelas teniendo en cuenta el contexto en que están inmersas
generan prácticas donde el niño puede encontrar su propio espacio para el desarrollo
de sus potencialidades. Se persigue que el niño adquiera diferentes niveles de
responsabilidad, teniendo en cuenta sus posibilidades reales y tendiendo al desarrollo
de la autogestión. Este modelo tiende a que el niño aprenda a manejar su libertad con
responsabilidad y respetando a sus semejantes, sin perder la institución escolar su
función normativa. No se trata de generar un sistema permisivo, se apunta al
desarrollo de la responsabilidad.
Lo importante es no descontextualizar al niño, sabemos que trae aprendizajes
previos adquiridos en el proceso de socialización primaria; en su familia existen pautas
de transacción que vamos a ir conociendo, que son parte de él.
Conociendo todo podremos buscar el modo de evitar que el niño entre en
conflicto al presentársele normativas diametralmente opuestas; el conocer nos
permitirá modificar poco a poco la situación y permitir que ocurran nuevos
aprendizajes paulatinamente.
Si sometemos al niño a una normativa totalmente diferente, entonces entrará
en conflicto y es así como muchas veces ocurre el fracaso escolar; la escuela no es
capaz de contener en su seno a los educandos, eso tiene que ver con la
descontextualización.
Desde nuestro rol docente percibimos el estado de la sociedad cotidianamente.
Con frecuencia llegan a nosotros casos de violencia familiar. Los niños son víctimas de
violencia o testigos de violencia.
Desde nuestro lugar de maestros podemos acompañar a las familias en la
búsqueda de soluciones, podemos orientarlas. El éxito de la intervención requiere de
una acción coordinada de todos los que intervienen en el problema. El trabajo en
equipo es imprescindible.
A nuestro alcance está la tarea de prevención de la violencia. Prevención
primaria que significa promover acciones dentro de la comunidad en donde se tome
conciencia de la magnitud del problema; informar a la comunidad de los riesgos y
buscar especialistas que den charla sobre la temática.
En lo que se refiere a la violencia escolar también podemos llevar a cabo
acciones que nos posibiliten prevenir el surgimiento de la misma en la institución
escolar.
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La prevención no es otra cosa que la puesta en marcha de las medidas
apropiadas para impedir la aparición de interacciones violentas en los individuos y en
la comunidad en general.
La auténtica educación tiene como fin el desarrollo integral de la persona; por
eso debe proporcionar, además de conocimientos, valores, creencias y actitudes
frente a distintas situaciones.
Si deseamos encarar esta tarea debemos estimular la comunicación y erradicar
a todos aquellos aspectos que no la hacen posible en todas sus formas.
La comunicación es prevención porque nos posibilita encontrar un espacio, ser
protagonistas, el aprender a respetar al otro, ayuda a formar el espíritu crítico;
posibilita la capacidad de aceptar el error como incentivo para la búsqueda de otras
alternativas válidas y ayuda a superar las dificultades porque la carga se reparte.
La primera tarea será efectuar un diagnóstico de la situación que permita
evaluar las necesidades sentidas y los recursos existentes en la comunidad. A partir
de allí se pondrá en marcha la estrategia de acción adecuada; no existe una receta
única, cada comunidad recorrerá su camino para arribar a una solución.
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Acciones e intervenciones que se pueden realizar desde la escuela.
-
Concienciar a la comunidad acerca de la violencia familiar entendida
como problema social.
-
Proporcionar modelos alternativos de funcionamiento familiar más
democráticos y menos autoritarios.
-
Proponer modificaciones en los contenidos del sistema de Educación
Formal.
-
Promover la creación de programas de tratamiento y recuperación de
las víctimas.
-
Desarrollar programas de prevención dirigido a niños de distintas
edades, con el objetivo de que reconozcan las distintas formas de
abuso y se conecten con modelos alternativos de resolución de
conflictos.
-
Promover la creación de una red de recursos comunitarios para
proveer apoyo y contención a las víctimas de la violencia.
-
Tener en cuenta las necesidades y recursos reales con que se cuenta
para lograrlo.
-
Descentralizar las responsabilidades para que sea real el
protagonismo de los involucrados en la tarea.
BIBLIOGRAFÍA
-
Díaz-Aguado, M. J. “Educación y desarrollo de la tolerancia”. Madrid,
Ministerio de Educación y Ciencia. 1992.
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Mendoza, B. “La otra cara de la violencia. El maltrato en la interacción
profesor-alumno”. Universidad Complutense, Madrid. 2005.
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Torrego, J. C., y Moreno, J. M. “Convivencia y disciplina en la escuela.
El aprendizaje de la democracia”. Alianza, Madrid. 2003.
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