Documento 61663

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La pena de muerte significa causar traumas y lesiones tan graves a un cuerpo humano que hacen que la vida se
extinga. Significa dominar instintos humanos básicos como la voluntad de sobrevivir. Y, por lo tanto, es un
acto que nadie debe tener el poder de autorizar.
Todos los métodos de ejecución son espantosos y todos pueden fallar. La idea de que la inyección letal es una
forma humana de matar es totalmente absurda. El condenado sufre el terror de esperar el momento de su
muerte, establecido de antemano, y el método de matar no es siempre el proceso clínico e indoloro que
reivindican sus defensores. Existen casos de ejecución mediante la inyección letal como el de un campesino
de ascendencia indígena empobrecido(Manuel Martínez Coronado) que tardó en morir 18 minutos a pesar de
que las autoridades habían asegurado que la ejecución sería indolora y habría acabado en 30 segundos.
La tortura es un acto condenado e ilegalizado en todos los países del mundo, incluidos los que abogan por la
pena de muerte. Si aplicar 100 voltios en partes sensibles del cuerpo con el fin de extraer una confesión se
considera tortura, ¿cómo puede estar permitido administrar 2000 voltios a una persona para causarle la
muerte?.
En algunas partes del mundo se han dado pasos para hacer las ejecuciones más públicas. Es preocupante ya
que indica que algunos gobiernos están perdiendo la vergüenza respecto a lo que están haciendo y que en
algunos países la gente se está acostumbrando a la brutalidad y a la muerte(como en Arabia Saudí).
En otros lugares las ejecuciones públicas son un fenómeno reciente. En Ruanda,21 hombres y una mujer
fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento en 1998 por participar en el genocidio de 1994. Las
ejecuciones se llevaron a cabo ante grandes multitudes que incluían decenas de niños.
La pena de muerte es un método injusto de hacer justicia. Se aplica siempre de forma parcial: las celdas del
pabellón de la muerte están llenas de personas procedentes de ambientes de marginación y minorías étnicas.
Raras veces se encuentran millonarios entre esas personas. La pena de muerte se aplica también de forma
arbitraria, dependiendo de factores como la capacidad de los abogados. Además conlleva siempre el riesgo de
acabar con la vida de personas inocentes ya que hay errores judiciales inevitables.
El número de blancos y negros que son asesinados en Estados Unidos es equiparable, y sin embargo el 82%
de los presos ejecutados desde 1977 fueron declarados culpables del asesinato de una persona blanca. Los
negros representan sólo el 12% de la población total del país, pero el 42% de los condenados a muerte son de
raza negra. En países en los que la pena de muerte se impone obligatoriamente para el delito de asesinato,
como Trinidad y Tobago, los tribunales no pueden tener en cuenta ningún factor atenuante, como por ejemplo
la discriminación y la violencia que sufren las mujeres. En septiembre de 1998, el Relator Especial de la
O.N.U. sobre ejecuciones extrajudiciales sumarias o arbitrarias hizo un llamamiento a Trinidad y Tobago para
que se ejecutase a Indravani Pamela Ramjattan condenada por el asesinato en 1995 del hombre que convivía
con ella y que la maltrataba. Había sufrido sus malos tratos durante años. Días antes del asesinato se escapó.
Su compañero la localizó y la llevó de vuelta a casa. Al parecer durante días estuvo golpeándola y la amenazó
repetidas veces con matarla. La mujer fue condenada a muerte junto con los dos hombres que acudieron en su
ayuda. Al final del año seguía en prisión condenada a muerte.
REDUCCIÓN DEL ÁMBITO DE APLICACIÓN DE LA PENA DE MUERTE.
Afortunadamente cada vez se rechaza más en el mundo la legitimidad de la pena de muerte.
Desde 1990 Amnistía Internacional ha documentado 18 ejecuciones de menores en todo el mundo, llevadas a
cabo en 6 países: Arabia Saudí, Estados Unidos, Irán, Nigeria, Pakistán y Yemen. Nueve de ellas tuvieron
lugar en Estados Unidos, el único país en el que, según la información disponible se ejecutó a menores en
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1998.
Las normas internacionales estipulan que los enfermos mentales deben ser excluidos de la pena de muerte
pero por desgracia estas exclusiones se pasan por alto en algunos países incluido Estados Unidos.
Joseph John Cannon y Robert Anthony Carter fueron ejecutados en Texas con un intervalo de 27 días por
delitos cometidos cuando tenían 17 años. La infancia de ambos estuvo marcada por serios abusos y enormes
privaciones. Los dos sufrían daños cerebrales y limitaciones intelectuales. Cuando los mataron en 1998,
muchos años después de haber cometido sus delitos, se extinguieron las esperanzas suscitadas por sus
esfuerzos de rehabilitación. Joseph Cannon fue conducido a la cámara de inyección letal el 22 de abril. Robert
Carter fue ejecutado el 18 de mayo: el jurado que lo condenó a muerte no sabía que había sufrido malos tratos
graves cuando era niño ni que padecía daño cerebral.
Las normas internacionales han establecido que, en los países en los que todavía no ha sido abolida, la pena de
muerte debe usarse sólo para los delitos más graves.
Sin embargo en China, por ejemplo, la pena de muerte continúa aplicándose para una amplia variedad de
delitos violentos y no violentos, como el fraude fiscal, la falsificación, la malversación y la corrupción.
DATOS Y CIFRAS SOBRE LA PENA DE MUERTE
PAÍSES ABOLICIONISTAS Y RETENCIONISTAS
Más de la mitad de los países del mundo han abolido la pena de muerte en su legislación o en la práctica. 63
países y territorios han abolido la pena de muerte para todos los delitos. Otros 16 la han abolido para todos los
delitos excepto los más graves, como los cometidos en tiempo de guerra. A 25 países se les puede considerar
como abolicionistas de hecho ya que mantienen en su legislación la pena de muerte pero no han llevado a
cabo ninguna ejecución en los últimos 10 años o más. Esto supone un total de 104 países que han abolido la
pena de muerte en su legislación o en la práctica. Otros 91 países retienen y utilizan la pena de muerte, pero el
número real de países que ejecutan presos a lo largo de un año concreto es mucho menor.
HACIA LA ABOLICIÓN A ESCALA MUNDIAL
Desde 1976, una media de más de dos países al año han abolido la pena de muerte en su legislación o,
habiéndola abolido para delitos comunes, han procedido también a abolirla para todos los delitos.
INICIATIVAS PARA EL RESTABLECIMIENTO DE LA PENA CAPITAL
Una vez que se ha abolido la pena de muerte, rara vez se restablece. Desde 1985,más de 35 países han abolido
la pena de muerte en su legislación. Durante este mismo período, sólo cuatro países abolicionistas han
restablecido la pena de muerte, en tres de los cuales no se ha llevado a cabo ejecución ninguna.
SENTENCIAS DE MUERTE Y EJECUCIONES
Según la información recopilada en 1997 se ejecutó a más de 2.370 presos en 40 países y 3.707 fueron
condenados a muerte en 69 países, aunque las cifras reales son, sin duda, más elevadas. Como en años
precedentes la mayoría de las ejecuciones se llevaron a cabo en China, Arabia Saudí y Estados Unidos. Estos
cuatro países han representado el 84% de todas las ejecuciones que se han registrado en todo el mundo en
1997.
LA APLICACIÓN DE LA PENA DE MUERTE A LOS MENORES
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Los tratados internacionales para la protección de los derechos humanos prohíben condenar a muerte a toda
persona menor de 18 años en el momento de cometer el delito. Más de 100 países disponen de leyes que
excluyen específicamente la ejecución de menores o se espera de ellos que así lo hagan. Sin embargo, un
pequeño número de países sigue ejecutando a menores de edad. La mayoría de las ejecuciones de delincuentes
juveniles de las que se tiene conocimiento se produjeron en Estados Unidos.
EL ARGUMENTO DE DISUASIÓN
Los estudios científicos realizados en torno a la pena de muerte no han podido nunca encontrar pruebas
convincentes que demuestren que la pena capital tiene más poder disuasorio que otros castigos.
EL EFECTO DE LA ABOLICIÓN EN LOS ÍNDICES DE CRIMINALIDAD
Las cifras más recientes recopiladas en países donde no existe la pena de muerte no demuestran que la
abolición no haya producido efectos negativos en la sociedad.
ACUERDOS INTERNACIONALES PARA LA ABOLICIÓN DE LA PENA DE MUERTE
El Sexto Protocolo del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos, referente a la pena de
muerte es un acuerdo para abolir la pena de muerte en tiempo de paz. Los otros dos acuerdos existentes son:
El Segundo Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, relativo a la
abolición de la pena de muerte y E l Protocolo de la Convención Americana sobre Derechos Humanos para
Abolir la Pena de Muerte. Éstos dos protocolos aspiran a la abolición total de la pena de muerte, aunque
permite a los estados que así lo deseen mantener la pena máxima en tiempo de guerra como castigo
excepcional.
EJECUCIÓN DE INOCENTES
Según un estudio realizado en 1987, 350 personas condenadas a muerte en los Estados Unidos por delitos
punibles con la pena capital entre 1900 y 1985 eran inocentes de los cargos que se les habían imputado, pero
23 de ellos fueron ejecutados.
Por lo tanto un número importante de condenados a muerte son en realidad inocentes y existe un gran riesgo
de que algunos de ellos sean ejecutados.
LA PENA DE MUERTE EN ESTADOS UNIDOS
En 1997 se ejecutó en los Estados Unidos a 74 presos, con lo que se eleva ya a 432 el número total de
ejecutados desde que en 1977 se volvió a implantar la pena de muerte. Además actualmente 38 de los 50
estados de Estados Unidos incluyen en su legislación la pena de muerte. La legislación federal civil y militar
de los Estados Unidos también establece la pena de muerte.
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