Salmos, Primer Libro - iglesiaemanuelsion.org

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SALMOS
Primer Libro
Capítulos 1-50
Por Brian J. Bailey
Título original en inglés:
“Psalms, Book One”
Registrado © por Brian J. Bailey, 1996
Título en español:
“Salmos, Primer Libro”
Todos los derechos reservados
Traducción: Virginia L. Grandjean de Russo
Edición de la versión española por Raimundo J. Ericson
Revisión Final por Equipo de Traducción de Instituto
Bíblico Jesucristo, Guatemala C.A.
Todas las citas bíblicas encontradas en este libro
han sido tomadas de
La Santa Biblia, versión Reina Valera 1960 ©
Sociedaddes Bíblicas Unidas
a menos que se indique lo contrario
Impreso, octubre 2009 por:
Zion Christian Publishers
P. O. Box 70
Waverly, New York 14892
ISBN 1-59665-259-4
RECONOCIMIENTOS
En la edición de la versión original en inglés: Rev. Norman
Holmes y el equipo de Zion Ministries de las Filipinas.
Equipo editorial de ZCP: Carla Borges, David Kropf,
Justin y Sarah Kropf, Edgar Monroy, Raquel Pineda,
Caroline Tham y Suzanne Ying.
A Virginia López por la traducción de este libro al
castellano. A Raimundo y Ariel Ericson por su ardua labor
en la edición y revisión final de la edición en castellano.
CONTENIDO
Prefacio
7
Introducción
9
Resumen de los Salmos 1—50
13
Bosquejo condensado de la historia de Israel Página 21
Breve sinopsis de la vida de David
23
Exégesis de los Salmos 1—10
29
Exégesis de los Salmos 11—20
81
Exégesis de los Salmos 21—30
141
Exégesis de los Salmos 31—40
213
Exégesis de los Salmos 41—50
289
Conclusión
339
7
PREFACIO
Se ha dicho que los salmos constituyen el himnario de Israel
y de la iglesia. En tiempos de avivamiento, el Espíritu Santo
ha inspirado al pueblo de Dios para ponerles música,
enriqueciendo así, en gran manera, la vida devocional y
espiritual de creyentes de todas partes. De los salmos fluye
un espíritu de profecía fuerte y creativo. Por ello, son fuente
de amor, gozo, esperanza y confianza para los corazones
de quienes meditan en ellos y los cantan.
Muchas veces, en momentos en que debí enfrentar
situaciones aparentemente terribles, un salmo con música
ha brotado de mi corazón. Una de esas ocasiones fue el
funeral de mi amada esposa. Los versículos 10 y 11 del
salmo 30 brotaron de lo más profundo de mi corazón, y
literalmente desaparecieron toda la tristeza y el duelo. Un
gozo y una felicidad inexpresables colmaron mi ser.
Los salmos son, básicamente, de carácter devocional, y
tratan sobre la vida emocional del creyente: sus temores,
sufrimientos, inquietudes, persecuciones, gozos y
esperanzas. Su propósito es desarrollar un profundo sentido
de confianza en un Padre Celestial amoroso que oye y tiene
en cuenta las oraciones que elevamos a Él en medio de
nuestras aflicciones. Los salmos nos muestran a un Dios
8
que libera a Su pueblo de las tormentas de la vida, llevándolo al
refugio deseado y dándole el fin esperado.
Los salmos nos llevan a comprender que el Señor utiliza
estos momentos difíciles para hacernos crecer, para
enseñarnos sus caminos, y para llevarnos a la comunión
con nuestro Padre Celestial y Su Hijo, nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. Los salmos dan consuelo y valor al
cansado peregrino en su viaje por la tierra, camino al cielo.
Brian J. Bailey
9
INTRODUCCIÓN
El Señor Jesús dividía el Antiguo Testamento en tres
secciones: la Ley, los profetas y los salmos (Lc. 24:44).
Los judíos dividieron los salmos en cinco secciones que
corresponden a los cinco libros de Moisés:
1. Salmos 1-41
2. Salmos 42-72
3. Salmos 73-89
4. Salmos 90-106
5. Salmos 107-150
Génesis
Éxodo
Levítico
Números
Deuteronomio
La palabra salmo proviene del término griego Psalmoi,
que fue utilizado por los traductores de la versión
Septuaginta del Antiguo Testamento. Esta palabra griega
corresponde a la hebrea Mizmor: oda o canción que se
canta acompañada de un instrumento.
Los salmos pueden agruparse en dos
categorías principales:
1. Didácticos, es decir, con fines de enseñanza.
2. Líricos, es decir, poéticos.
10
La poesía hebrea utilizaba el paralelismo, es decir, la repetición
de un concepto. Los judíos solían decir todo dos veces. La
segunda era una repetición, amplificación o explicación de la
primera. Casi todos los versículos de los salmos tienen una
división en el medio; la segunda mitad del versículo repite o
amplifica lo que dice la primera mitad.
Muchos salmos son mesiánicos, es decir, profetizan o
hacen alusión al Mesías que iba a venir: el Señor Jesús.
El Señor mismo testifica de esto en Lucas 24:44: “Y les
dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún
con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo
que está escrito de Mí en la ley de Moisés, en los profetas
y en los Salmos”. Todo lo que había sido profetizado
acerca del Señor en la Ley, los profetas y los salmos tenía
que cumplirse.
Los escritores del Nuevo Testamento citaron más pasajes
de los salmos que de cualquier otro libro del Antiguo
Testamento, excepto Isaías.
La mayoría de los salmos fueron escritos durante tres
períodos específicos de la historia de Israel:
1. Durante la época de David.
2. Durante el reinado de Ezequías.
3. Durante la cautividad en Babilonia y después de la
misma.
Uno o dos salmos fueron escritos antes, y posiblemente
algunos fueron escritos después.
11
La mejor manera de comprender e interpretar cada salmo es
realizar un estudio cuidadoso del mismo. Sin embargo, en
algunas ocasiones, es necesario estudiar las circunstancias
históricas en las que el Espíritu Santo hizo nacer algunos salmos
en la vida de los autores que los escribieron.
Confiamos que este pequeño libro será de bendición para
su vida personal. Hemos recomendado a nuestros alumnos
en todo el mundo que lean cinco salmos cada día. Esto ha
sido de gran provecho para su vida devocional, así como
para su función profética.
13
RESUMEN DE
LOS SALMOS 1—50
A continuación le ofrecemos un breve resumen de cada
salmo. Para ayudar a resumir el tema general de cada
salmo, presentamos un versículo clave o un concepto
básico del mismo.
SALMO 1. Se presentan las claves para gozar de
prosperidad y ser fructíferos, así como la importancia de
vigilar con quiénes nos relacionamos y cómo debemos
meditar continuamente en la Palabra de Dios.
SALMO 2. En términos muy descriptivos, se presenta la
rebelión de los paganos contra el Hijo y Su vindicación y
gobierno finales hasta los extremos de la tierra.
SALMO 3. David, angustiado, huye de su hijo Absalón;
clama al Señor, es escuchado, y recibe la seguridad de la
salvación de parte de Él.
SALMO 4. David habla de cómo crece su angustia y
luego, de cómo se alegra su corazón, para finalmente,
retirarse a dormir en paz. Este salmo está relacionado
con el anterior.
SALMO 5. Contraste entre los impíos, que son infieles,
y la seguridad que el Señor da a David de que él entraría
a la casa de Jehová en misericordia, para adorarlo en santa
reverencia.
14
SALMO 6. En su lecho de sufrimiento David ora pidiendo
sanidad, y el Señor le asegura que ha recibido su súplica.
SALMO 7. David clama al Señor para que lo salve de
sus enemigos, los cuales caerán en el pozo que ellos
mismos han cavado.
SALMO 8. El Señor Jesús es descrito como el Hijo del
Hombre. Se citan partes de este salmo en Mateo11:25 y
Hebreos 2:6-10.
SALMO 9. Perecerá el recuerdo de los malos y de todas
las naciones que olvidan a Dios, pero el Señor será refugio
para los oprimidos y los pobres.
SALMO 10. El malo, en su orgullo, persigue al pobre,
pero Jehová es Padre de los huérfanos.
SALMO 11. David se niega a huir de los malvados, porque
su confianza está puesta en el Señor. Huir significaría que
los fundamentos serían destruidos. Jehová prueba al justo,
pero sobre los malos hace llover calamidades, fuego,
azufre y viento abrasador.
SALMO 12. David clama pidiendo ayuda a causa de los
hombres de doble ánimo que se jactan con sus labios y
prevalecen contra él. Por el contrario, las palabras del
Señor son puras, refinadas en horno de tierra, y pasan la
prueba del tiempo.
SALMO 13. David clama a Jehová para que sus enemigos
no prevalezcan contra él. La confianza de David está
puesta en el Señor, quien lo ha colmado de bien” (RVA).
15
SALMO 14. El necio dice que no hay Dios, y hace cosas
abominables. Pero sentirá terror cuando Dios visite a Su
pueblo afligido, el que se gozará en gran manera en Él.
SALMO 15. Exposición de los once requisitos para
habitar en el tabernáculo del Señor en el monte de Sion,
Su santo monte.
SALMO 16. Dios preservó a Cristo de experimentar
la corrupción en la tumba y luego lo elevó hasta sentarlo
a la diestra del Padre. Pedro cita partes de este salmo
en el día de Pentecostés para probar la deidad de Jesús
(Hch. 2:25-28).
SALMO 17. David clama para que su sentencia venga
de la presencia del Señor, y para que Él lo guarde como a
la niña de Sus ojos. David expresa también su satisfacción
de poder despertarse siendo semejante a Dios. Marca el
contraste entre esta situación y los hombres del mundo,
cuya suerte y porción están sólo en esta vida, y que dejan
su tesoro a sus hijos.
SALMO 18. David describe al Señor como su Fortaleza
y su Alto Refugio, su Salvador y Libertador. La bondad
del Señor hizo que David fuera grande y pudiera vencer a
todos sus enemigos.
Salmo 19. Los cielos, la ley y los estatutos de Jehová nos
advierten y nos instruyen. Grandes son las recompensas
que esperan a quienes los guardan.
SALMO 20. Quienes confían en carros y caballos caen, pero
16
quienes tienen presente el nombre del Señor son levantados y
permanecen firmes.
SALMO 21. La primera mitad de este Salmo muestra a
Cristo disfrutando del deseo de Su corazón: eterna largura
de días. La segunda mitad revela los poderosos juicios de
Cristo sobre Sus enemigos.
SALMO 22. Este salmo presenta la agonía de Cristo en
la cruz y Su triunfo en la resurrección.
SALMO 23. El Señor es nuestro Pastor, quien consuela a
todos los afligidos y a los que atraviesan el valle de sombra
de muerte.
SALMO 24. Se detallan cuatro condiciones para ascender
al monte del Señor y estar en Su lugar santo. Este salmo
debe ser leído juntamente con el salmo 15.
SALMO 25. David ruega al Señor que le muestre Sus
caminos, y recibe por respuesta que el Señor guía a los
mansos y a ellos enseña Sus caminos.
SALMO 26. Desde lo profundo de su alma David clama
para que el Señor lo juzgue y lo pruebe, para que no lo
condene con los demás pecadores.
SALMO 27. Aquí se revela que el corazón de David
pertenece únicamente a Dios. Él sólo anhela habitar en la
casa del Señor, para contemplar Su hermosura e inquirir
en Su templo. El corazón de David está completamente
entregado al Señor, por lo que no temerá, aunque ejércitos
17
enemigos lo ataquen.
SALMO 28. El silencio del Señor hace que David sienta
como si fuera uno de los que descienden al sepulcro, pero
dado que su corazón confió en el Señor puede decir que
fue ayudado.
SALMO 29. Se nos invita a adorar al Señor en la belleza
de la santidad, a causa de Su grandeza, que se manifiesta
en las maravillas que hace Su voz.
SALMO 30. David declara gozosamente que cuando
clamó al Señor, Él lo sanó y cambió su lamento en baile.
SALMO 31. David declara su confianza en el Señor, la
cual llega a su punto culminante con el compromiso
supremo de las palabras de Cristo en la cruz: “En tu mano
encomiendo mi espíritu”.
SALMO 32. Este es uno de los grandes salmos
instructivos sobre el arrepentimiento y el perdón. La única
forma de recibir el perdón de nuestros pecados y de ser
libres de culpa es reconocer nuestros pecados y confesarlos
al Señor. Cuando lo hacemos, Él borra completamente
nuestro pecado, y experimentamos el tremendo gozo de
un criminal que ha sido perdonado.
SALMO 33. Se exhorta a los justos a alegrarse en Jehová
y alabarlo por todas Sus bondades. Quienes temen al Señor
y se regocijan en Su misericordia serán librados del hambre
y la muerte.
SALMO 34. Una maravillosa victoria es nuestra, ya que el
18
Señor escucha el clamor de los justos y los libra de todos sus
temores.
SALMO 35. David clama al Señor para que Él defienda su
causa. Los enemigos de David se alegraron cuando la
adversidad lo golpeó, aunque él se había afligido cuando ellos
estuvieron enfermos. Pero David dice, confiado, que quienes
estén a favor de su justa causa dirán: “Exaltado sea el SEÑOR,
quien se deleita en el bienestar de Su siervo” (NVI).
SALMO 36. Los impíos no temen al Señor, y como
consecuencia de ello, caerán y no volverán a levantarse.
Por otro lado, los justos descubren que en la luz del Señor
verán la luz, y que beberán del manantial de vida.
SALMO 37. El tema principal de este salmo es la aparente
prosperidad de los malignos en contraste con la obvia
aflicción del justo. Es un tema que ha atormentado a los
justos desde el comienzo de los tiempos, y es causa
constante de frustración. En este salmo se dan respuestas
bíblicas a esta paradoja, y también varias claves para
recibir nuestra herencia.
SALMO 38. David escribe este salmo después de pecar
con Betsabé, mientras sufre una terrible enfermedad que
le carcome la carne. Muchos perseguían a David en este
tiempo, pero él no buscaba reivindicarse ni defenderse.
SALMO 39. David calla ante los impíos y deja su
defensa en manos del Señor, clamando a Él para que le
haga conocer su fin.
SALMO 40. David espera pacientemente en el Señor hasta
19
que Él lo saca del pozo de la desesperación. El Señor
restauró totalmente a David después de su pecado con
Betsabé porque él se arrepintió verdaderamente, y lo llevó
a nuevas alturas en su relación con Dios, dándole una
revelación del nuevo pacto en los versículos 6-8.
SALMO 41. Aquí se presentan varias bendiciones que
siguen a los que ayudan al pobre. Los enemigos de
David esperaban que muriera, y hasta su íntimo amigo
Ahitofel lo traicionó. Pero el Señor defendió a David,
y en Su soberanía lo colocó delante de Su presencia
para siempre.
SALMO 42. Mientras David huye de Saúl, su corazón
tiene cada vez más sed y hambre de la presencia de Dios.
Está angustiado y su alma turbada, pero controla sus
emociones y ordena a su alma a que espere en el Señor.
Se reflexiona sobre la diferencia entre dejarse dominar
por el alma (las emociones) y ser espiritual.
SALMO 43. Este salmo habla del orden divino de Dios.
Primero el Señor juzga y arregla las cosas en nuestras
vidas, y después rompe el poder de nuestros enemigos.
Finalmente, nos lleva a Sion, donde nos unimos al Señor
que es nuestro supremo gozo.
SALMO 44. Al rememorar las antiguas misericordias de
Dios para con Israel y cómo les había dado la tierra, el
salmista ahora clama porque el Señor los ha desechado, y
le ruega que se levante y los redima.
SALMO 45. El tema de este salmo es la majestad de Cristo
y la belleza de Su Esposa, la Iglesia, toda gloriosa en su interior.
20
La verdad, la humildad y la justicia son las claves para la
prosperidad.
SALMO 46. Dios es nuestro refugio en tiempos de angustia.
El río de Dios alegra Su ciudad, y el Señor será exaltado
entre las naciones en el milenio, cuando terminen las guerras.
SALMO 47. Este es un salmo de regocijo y victoria. Dios
elegirá nuestra herencia, y reinará sobre toda la tierra como
Rey de reyes.
SALMO 48. Este salmo describe al monte Sion, la
montaña de la santidad de Dios. Pero la descripción de
esta ciudad también es una descripción de sus habitantes,
que son santos y sin mancha delante del Señor.
SALMO 49. El salmista habla de la sabiduría. Los necios
dan sus nombres a sus tierras, pero no permanecerán. Los
justos tendrán ascendencia sobre ellos.
SALMO 50. Este salmo muestra los sacrificios agradables
al Señor y la forma de glorificarlo.
BOSQUEJO CONDENSADO DE
21
LA HISTORIA DE ISRAEL
Dado que los salmos fueron escritos en diversos momentos
de la historia de los hijos de Israel, presentamos el
siguiente bosquejo, con el fin de brindar una referencia
rápida y de fácil acceso a los hechos que se mencionan en
algunos salmos:
•
•
•
•
•
•
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•
•
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•
El descenso a Egipto en la época de José.
Los 400 años de exilio en Egipto.
El Éxodo en la época de Moisés.
El viaje por el desierto.
La entrada a la tierra prometida, bajo el liderazgo de
Josué.
El período de los jueces hasta la llegada de Samuel.
El reino unificado bajo el rey Saúl.
David es perseguido por Saúl.
David asciende al trono tras la muerte de Saúl.
El reinado de Salomón.
La división: el reino del norte, Israel, y el reino del
sur, Judá.
La invasión asiria.
La cautividad en Babilonia.
La era de la restauración.
Nacimiento, ministerio y muerte de Cristo.
La era de la iglesia.
El milenio: el reinado de Cristo durante 1000 años.
Cielo nuevo y tierra nueva.
BREVE SINOPSIS DE
23
LA VIDA DE DAVID
Aproximadamente setenta y tres salmos se atribuyen
directamente a David. Dado que estos fueron escritos en
momentos cruciales de su vida, comprender el desarrollo
de la vida de David nos ayudará a apreciar en mayor
medida las implicaciones espirituales de estos salmos.
A. PRIMEROS AÑOS DE DAVID
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
Nace en Belén - 1 Samuel 17:12.
Hijo de Isaí - Rut 4:17, 22.
Su genealogía – 1 Crónicas 2:3-15.
Descendiente de la tribu de Judá – 1 Crónicas 28:4.
Hijo menor de Isaí – 1 Samuel 16:10-13.
De hermoso parecer – 1 Samuel 17:42.
Es pastor – 1 Samuel 16:11.
Su fortaleza – 1 Samuel 17:34-36.
Elegido por Dios – 1 Samuel 16:1, 13.
B. SU VIDA DURANTE EL REINADO DE SAÚL
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Toca el arpa para el Rey – 1 Samuel 16:14-23.
Paje de armas – 1 Samuel 16:21.
Mata al gigante – 1 Samuel 17:4-50.
Conquistador de filisteos – 1 Samuel 17:32-54.
Amigo de Jonatán – 1 Samuel 18:1-4.
Se comporta sabiamente – 1 Samuel 18:5-30.
Escribe un salmo – Salmo 59 (Título).
C. HÉROE FUGITIVO
24
Salmos 1-50
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
Huye de Saúl – 1 Samuel 19:1-18.
Se refugia con Samuel – 1 Samuel 19:18-24.
Hace un pacto con Jonatán – 1 Samuel 20:1-42.
Come de los Panes de la Proposición – Mateo 12:3, 4.
Finge locura en Gat – 1 Samuel 21:10-15.
Vive en una cueva – 1 Samuel 22:1-8.
Salva a Keila – 1 Samuel 23:1-13.
Experimenta la liberación de Dios –
1 Samuel 23:14, 15.
9. Segundo pacto con Jonatán – 1 Samuel 23:16-18.
10. Es traicionado pero se salva – 1 Samuel 23:19-29.
11. Escribe un salmo – Salmo 54 (Título).
12. Respeta la vida de Saúl – 1 Samuel 24:1-22.
13. Nabal lo desprecia – 1 Samuel 25:1-38.
14. Se casa con la viuda de Nabal – 1 Samuel 25:39-42.
15. Por segunda vez respeta la vida de Saúl –
1 Samuel 26:1-25.
16. Habita en Siclag – 1 Samuel 27:5-7.
17. Rechazado por los filisteos – 1 Samuel 29:1-11.
18. Derrota a los amalecitas – 1 Samuel 30:1-31.
19. Mata al asesino de Saúl – 2 Samuel 1:1-16.
20. Hace duelo por la muerte de Saúl – 2 Samuel 1:17-27.
D. DAVID, REY DE JUDÁ
1. Ungido en Hebrón – 2 Samuel 2:1-4, 11.
2. Los que apoyaban a David – 1 Crónicas 12:23-40.
3. Prolongada guerra con la casa de Saúl –
2 Samuel 3:1.
4. Pacto de Abner con David – 2 Samuel 3:6-21.
5. Hace duelo por la muerte de Abner –
Salmos 1-50
25
2 Samuel 3:28, 29.
6. Castiga a los asesinos de Is-boset – 2 Samuel 4:1-12.
E. DAVID, REY DE TODO ISRAEL
1. Reconocido como Rey – 2 Samuel 5:1-5.
2. Toma Sion de manos de los jebuseos –
2 Samuel 5:6-10.
3. Construye una casa – 2 Samuel 5:11.
4. Fortalece el reino – 2 Samuel 5:11-16.
5. Derrota a los filisteos – 2 Samuel 5:17-25.
6. Intenta llevar el Arca a Jerusalén – 2 Samuel 6:1-16.
7. Organiza la adoración – 1 Crónicas 15:1-29.
8. Organiza a los músicos – 1 Crónicas 25:1-31.
9. Bendice al pueblo – 2 Samuel 6:17-19.
10. Despreciado por Mical – 2 Samuel 6:20-23.
11. Recibe un pacto eterno – 2 Samuel 7:1-29.
12. Derrota a muchas naciones – 2 Samuel 8:1-18;
10:1-19.
13. Comete adulterio – 2 Samuel 11:1-27.
14. Reprendido por Natán – 2 Samuel 12:1-14.
15. Se arrepiente – Salmo 32:1-11; Salmo 51:1-19.
16. Aflicciones posteriores – 2 Samuel 12:15-23.
17. Tiene problemas en su familia – 2 Samuel 13:1-39.
18. Traicionado por Absalón – 2 Samuel 15:1-31.
19. Huye de Jerusalén – 2 Samuel 15:13-37.
20. Hace duelo por la muerte de Absalón –
2 Samuel 19:1-10.
21. Regresa a Jerusalén – 2 Samuel 19:15-43.
22. Se entera de la conspiración de Seba –
2 Samuel 20:1-26.
23. Hace restitución por el crimen de Saúl –
26
2 Samuel 21:1-14.
24. Sufre nuevos conflictos – 2 Samuel 21:15-22.
25. Cantos de liberación – 2 Samuel 22:1-51.
26. Sus últimas palabras – 2 Samuel 23:1-7.
27. Los valientes de David – 2 Samuel 23:8-39.
28. Peca al censar al pueblo – 2 Samuel 24:1-17.
29. Compra la era de Arauna – 2 Samuel 24:18-25.
30. Confirma a Salomón como su sucesor –
1 Reyes 1:5-53.
31. Mandato final de David a Salomón – 1 Reyes 2:1-11.
32. Reinó 40 años – 1 Reyes 2:11.
F. SIGNIFICADO ESPIRITUAL DE LA VIDA
DE DAVID
1.
2.
3.
4.
5.
Profeta – Hechos 2:29, 30.
Músico – 2 Samuel 23:1.
Hombre inspirado – Mateo 22:43.
Tipo de Cristo – Jeremías 23:5, 6.
El nombre de David designa a Cristo –
Ezequiel 34:23, 24.
6. Cristo, hijo de David – Mateo 1:1.
7. “El reino de David” – Marcos 11:10.
8. “El trono de David” – Lucas 1:32.
9. “El tabernáculo de David” – Hechos 15:16.
10. “La llave de David” – Isaías 22:22.
11. Fe – Hebreos 11:32, 33.
12. El pacto con David – 2 Samuel 7:4-17 (o las
misericordias firmes a David: Isaías 55:3).
EL LIBRO DE
LOS SALMOS
EXÉGESIS DEL LIBRO 1
SALMOS 1 – 50
29
SALMO 1
El tema de este gran salmo de enseñanza es cómo tener
una vida fructífera y próspera. Está escrito en el estilo
del libro de Proverbios, ya que presenta los caminos
de los justos y los caminos de los malos. El rey
Salomón escribió el salmo 1 cuando viajaba hacia el
Líbano, situado al norte, y vio un árbol lleno de fruto
que estaba plantado junto a un río, entonces
prorrumpió en una proclamación profética. El salmo
que resultó de esta experiencia podría ser llamado
“salmo de introducción al libro de los salmos”, ya que,
en seis breves versículos, define la clave para una vida
triunfante en Cristo.
1:1 - Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo
de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla
de escarnecedores se ha sentado. “Bienaventurado”
significa lleno del contentamiento y la satisfacción de Dios
mismo, al ser partícipes de Su gozosa serenidad. “El
varón” se refiere a un hombre en particular, uno en diez
mil (comp. 1 Co. 4:15), que cumple con los dos requisitos
básicos que son las claves para ser fructífero:
1. Se aparta totalmente de todo consejo pecaminoso y de
la comunión con los malos.
30
Salmos 1-50
2. Medita día y noche, con gran deleite, en la Palabra
de Dios.
Si examinamos este salmo con detenimiento, veremos que
hay “tres grupos de tres”:
Tres grados de posición para los malos
1. Andar (en el consejo): significa recibir guía y dirección,
en temas espirituales, de personas que no agradan a Dios
o utilizan métodos mundanos.
2. Estar (en el camino): significa adoptar una posición
de abierta defensa a los principios de los pecadores.
Significa que esta persona estará en el camino (el camino
ancho que lleva a la perdición) y tendrá comunión con
personas que practican el pecado en forma habitual, como
los homosexuales y los adúlteros.
3. Sentarse (en la silla): significa tomar una posición
permanente de maldad y escarnio.
Es la declinación final. Es una posición constante, ya que
sentarse implica inmovilidad o una situación inalterable.
Tres grados de comunión con los malos
1. Consejo: significa permitir que nuestras vidas sean
guiadas por otros, siguiendo la sabiduría de este mundo,
en lugar de la de Dios y Sus ministros.
2. Camino: significa estar en el mismo sendero de aquellos
que pecan habitual y lamentablemente. El Señor mismo
31
Salmos 1-50
expresó este concepto en Mateo 7:13, 14: “Entrad por la
puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el
camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran
por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino
que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.
3. Silla: significa tener el mismo punto de vista de los
escarnecedores. También hace referencia a la autoridad del
maligno (ver Ap. 2:13: el trono de Satanás en Pérgamo).
Tres grados de maldad
1. Malos: significa personas agitadas o movidas por sus
pasiones, que luchan por obtener lo que no es suyo. Se
refiere a la persona codiciosa. El profeta Isaías declara:
“Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no
puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo”
(Is. 57:20).
2. Pecadores: se refiere a la persona que practica
activamente y en forma habitual la iniquidad.
Génesis 13:13 dice que “los hombres de Sodoma eran
malos y pecadores contra Jehová en gran manera”.
También leemos en Romanos 1:28 que cuando un hombre
o una mujer no aprueban tener en cuenta a Dios, Él los
entrega a una mente reprobada, para hacer cosas que no
convienen. (Ver Ro. 1:28-32).
3. Escarnecedores: se refiere a aquellos que se burlan y
ridiculizan las cosas espirituales y hasta a Dios.
Proverbios 19:28, 29 advierte que “el testigo perverso se
burlará del juicio, y la boca de los impíos encubrirá la
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Salmos 1-50
iniquidad. Preparados están juicios para los
escarnecedores, y azotes para las espaldas de los necios”.
Es una realidad alarmante ver que las compañías que
elegimos determinan nuestro destino en esta tierra y
nuestro destino eterno. En la traducción de la NVI,
1 Corintios 15:33 dice: “No se dejen engañar: «Las
malas compañías corrompen las buenas costumbres»”.
El hombre se conoce por los amigos que tiene. Como dice
el refrán: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
Pero quienes andan con los sabios se volverán sabios.
Proverbios 13:20 deja en claro esta verdad: “El que anda
con sabios, sabio será; mas el que se junta con necios
será quebrantado”.
1:2 - Sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su
ley medita de día y de noche. El ser fructífero tiene dos
aspectos, resumidos en la ley de Levítico, que divide a
los animales en dos clases: limpios e inmundos. La
diferencia entre ambos se explica en Levítico 11:1-8.
Según la ley, dos son las características de un animal
limpio: debe rumiar y tener pezuña hendida, es decir,
dividida o separada. Hay ciertos animales que son
rumiantes, pero no tienen pezuña hendida. Esto los hace
inmundos. Y hay otros que tienen pezuña hendida pero
no rumian; también ellos son inmundos para Dios.
Esto tiene gran importancia para nosotros como cristianos.
Espiritualmente, debemos rumiar, es decir, meditar una y
otra vez en la ley del Señor y en Su Palabra. Además,
debemos andar separados de los pecadores. Si no hacemos
estas dos cosas, el Señor no nos aceptará y no tendremos
Salmos 1-50
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frutos que sean importantes. Por lo tanto, quienes quieran
tener una vida fructífera y próspera, deben tener una vida
apartada, y meditar y deleitarse continuamente en la
Palabra del Señor (ver Jos. 1:8; Dt. 17:18, 19).
Deleitarse significa poner la Palabra de Dios en primer
lugar en nuestra vida, sobre todos los demás placeres, aun
sobre las cosas necesarias. Job dijo: “Guardé las palabras
de su boca más que mi comida” (Job 23:12). Deleitarse
en la ley del Señor es tener la calidez y el fulgor interior
que provienen de estudiar y tener en gran estima la Palabra
de Dios. Si hacemos esto, y nos abstenemos de toda
literatura que no sea provechosa o necesaria, en nuestro
corazón se desarrollará un hambre y una sed insaciables
por la Palabra viva.
En lo personal, he descubierto que me ha sido de gran bendición
prescindir del televisor, y recomendaría a todos los cristianos
que hagan lo mismo. Pero entiendo que para algunas personas
que están confinadas en sus casas, ver programas cristianos
en la televisión puede ser una gran bendición. Sin embargo,
aun esto puede llegar a exagerarse en detrimento de nuestra
vida devocional personal con el Señor.
La meditación puede ilustrarse por medio de la imagen
de una vaca que rumia, cuando, después de comer
abundantemente durante varias horas, descansa y
regurgita. Este animal envía nuevamente el alimento a la
boca y lo mastica aproximadamente cincuenta y cinco
veces. Dicho sea de paso, se calcula que una palabra nueva
pasa a formar parte de nuestro vocabulario cuando la
hemos usado treinta y cinco veces. Por lo tanto, meditar
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Salmos 1-50
es recordar un pasaje que hemos leído o una palabra que el
Señor nos ha dado durante las horas del día o de la noche.
En salmos 119:148 el salmista dice: “Se anticiparon mis
ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus
mandatos”. Cuando meditamos constantemente en la
Palabra de Dios, ella nos mantiene apartados del mal todo
el día; cuando nos levantamos por la mañana, a lo largo
de la jornada, y cuando vamos a dormir (Pr. 6:20-23).
Memorizar pasajes bíblicos es guardar los versículos en
nuestro corazón y nuestra mente, de manera que el Espíritu
Santo pueda tomarlos fácilmente de ese depósito para
hacérnoslos recordar en momentos de necesidad.
1:3 - Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que
hace, prosperará. Por tanto, el cristiano que aplique con
diligencia los versículos 1 y 2 será como un árbol plantado
junto a un río, que dará su fruto en la estación adecuada, y
todo lo que haga prosperará. Esto se aplica tanto a la prosperidad
en el ámbito espiritual como en el natural. Es la posición a la
que el Señor desea llevar a todos Sus hijos. Él desea que lleven
fruto, más fruto y mucho fruto, y que ese fruto permanezca y
supere la prueba del tiempo (Jn. 15:2, 5, 16).
Su hoja no cae significa que el creyente que obedece los
versículos anteriores nunca estará seco espiritualmente,
como muchos cristianos que se secan porque no obedecen
las leyes (ver Jer. 17:7, 8).
1:4 - No así los malos, que son como el tamo que arrebata
el viento. Habrá una separación entre los justos y los malos.
Salmos 1-50
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Lo que no es nacido de Dios volará como una paja arrebatada
por el viento. Juan el Bautista dejó en claro que el ministerio
de Jesús era el de un refinador, cuando dijo: “Su aventador
está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en
el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se
apagará” (Mt. 3:12).
Se producirá una separación, tal como lo indica Cristo en
Mateo 13:30: “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro
hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los
segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos
para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”.
1:5 - Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, ni
los pecadores en la congregación de los justos. Como Judas
y los que querían atrapar a Jesús (Jn. 18:6), los malos caerán
hacia atrás y no podrán estar de pie cuando el Señor se levante
a juzgar a Su pueblo. En ese momento, los pecadores, no
sólo en el mundo, sino también en la iglesia, estarán aterrados.
Isaías 33:14, 15 dice: “Los pecadores se asombraron
en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién
de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién
de nosotros habitará con las llamas eternas? El que
camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la
ganancia de violencias, el que sacude sus manos para
no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír
propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para
no ver cosa mala”.
1:6 - Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas
la senda de los malos perecerá. La razón por la que dice
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Salmos 1-50
aquí que el Señor conoce el camino de los justos es porque Él
ha planeado de antemano la vida de ellos (ver Job 23:10). A
los malos, el Señor les declara en Mateo 7:21-23: “No todo
el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los
cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está
en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor,
¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos
fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de
mí, hacedores de maldad”.
El destino final de los malvados es que perecerán
eternamente. Pero los justos son como el árbol que
describe este salmo, que da fruto a su tiempo; un fruto
que permanece para siempre. Por lo cual, glorificamos al
Señor cuando damos mucho fruto. ¡Gloria a Él!
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SALMO 2
Este salmo tiene diversas aplicaciones. Principalmente,
se refiere a la segunda venida de Cristo y la batalla final
entre los reyes de la tierra que se levantan en rebelión
contra Dios y Su Ungido, el Señor Jesucristo (ver
Apocalipsis 16:14; 19:11-21). También se aplica
históricamente a las batallas contra David en el tiempo
en que éste deseaba construir una casa para el Señor sobre
el monte de Sion (ver 2 Samuel 7, 8).
Espiritualmente, tiene una aplicación para cada creyente
que enfrenta la presión del enemigo al estar en la posición
que Dios le ha dado. Podemos obtener esperanza y consuelo
de este salmo en los momentos en que nuestros enemigos
se levantan contra nosotros, tratando de sacarnos del lugar
donde Dios nos ha puesto. Examinemos este salmo en
oración, teniendo estas tres aplicaciones en mente.
2:1 - ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan
cosas vanas? En este versículo vemos claramente que se trata
de naciones que son motivadas por espíritus engañadores.
2:2 - Se levantarán los reyes de la tierra, y príncipes
consultarán unidos contra Jehová y contra su ungido,
diciendo... Son los reyes de la tierra los que han conspirado
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Salmos 1-50
y conspirarán contra el Señor y Su Ungido. El ungido del
Señor puede ser una referencia a David, a Cristo, y también
a Sus preciosos santos cuando sus enemigos se levantan
contra ellos.
2:3, 4 - Rompamos sus ligaduras, y echemos de nosotros
sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; el Señor
se burlará de ellos. Los paganos declaran que romperán
las ligaduras de las limitaciones que Dios, en Su sabiduría,
les ha impuesto. Pero Dios se reirá de sus fútiles intentos
de luchar contra Sus propósitos y contra Cristo en Su
segunda venida.
2:5 - Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará
con su ira. Dios manifestará Su divina ira contra los
paganos, probablemente en la forma de las señales,
maravillas y plagas de las que habla el libro de
Apocalipsis, y ellos se aterrorizarán.
2:6 - Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte.
El Padre declara que ha puesto a Su Hijo, el rey Jesús,
sobre Su santo monte de Sion. El Señor Jesucristo ya reina
desde el monte de Sion Celestial (comp. Ap. 14:1), y
reinará sobre el monte de Sion en el milenio. Pero,
históricamente, Dios estableció al rey David sobre el
monte de Sion terrenal.
Como mencionamos en la introducción a este salmo, estos
versículos pueden interpretarse en tres formas al menos.
Aplicando este versículo desde otro punto de vista,
podríamos decir, con fundamento bíblico, que el Señor
desea formarnos como reyes y sacerdotes, y también desea
Salmos 1-50
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colocarnos sobre el monte de Sion espiritual, lugar donde
habita la presencia literal de Dios y Su gloria manifiesta.
2:7 - Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi
hijo eres tú; yo te engendré hoy. Este versículo se aplica
exclusivamente al Señor Jesucristo (ver Hch. 13:33;
He. 1:5). Él es el Hijo unigénito del Padre (Jn. 1:14; 3:16).
Pero el Espíritu Santo también puede darnos este versículo
como palabra rëma de parte del Señor, para asegurarnos
que no sólo hemos sido adoptados en la familia de Dios
como hijos, sino que hemos sido colocados en el reino de
Dios como hijos maduros, y hechos coherederos
juntamente con Cristo (Ro. 8:14-17).
2:8 - Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como
posesión tuya los confines de la tierra. Esta promesa fue
dada a Cristo, porque Él es el heredero de todas las naciones
de la tierra (Ap. 11:15). Nosotros también podemos recibir
las naciones como herencia. Por lo tanto, debemos
esforzarnos por tener fruto de muchas naciones para
presentar ante el Señor en Su venida, así como los israelitas
antiguos debían presentarse tres veces por año delante del
Señor con los frutos de su cosecha (Dt. 16:16). Sin duda,
no queremos presentarnos delante del Señor con las manos
vacías el día que seamos llamados a rendir cuentas.
En algunos casos, el fruto se obtiene yendo a ministrar en
otros países. En otros casos se produce orando por esos
países, u ofrendando para las obras misioneras o, algunas
veces, al sostener a nuestro pastor cuando viaja a otros
lugares representando a nuestra iglesia. Recordemos la
ley de los despojos que practicaba David (ver Nm. 31:27;
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Salmos 1-50
Sal. 68:12). David dice en 1 Samuel 30:24: “Porque
conforme a la parte del que desciende a la batalla, así
ha de ser la parte del que queda con el bagaje; les tocará
parte igual”. David estableció esto como ley en Israel
(1 S. 30:25). Por ello, mis queridos, aquellos de ustedes
que no viajen recibirán la recompensa por su trabajo de la
misma manera que aquellos que tienen el privilegio de ir
a otras tierras, si son fieles en el lugar y la tarea que el
Señor les ha dado.
Para ilustrar esta verdad, quisiera relatar una experiencia
vivida por una amada santa de Dios que asistía a una
iglesia que pastoreé durante un tiempo en el Oeste de los
Estados Unidos. Un día, mientras estaba en oración, esta
mujer tuvo una visión de un gran avión que pasaba
mientras ella miraba por la ventana de su cuarto. En ese
avión había personas de diferentes nacionalidades, que la
saludaban agitando la mano al pasar frente a su ventana.
Sorprendida, preguntó al Señor el significado de esa
visión. Su amorosa respuesta fue: “Estas son las almas
que han sido recibidas en el reino gracias a tus fieles
oraciones y ofrendas para los misioneros”. Si hemos sido
fieles en apoyar a nuestros misioneros, podemos llegar a
sorprendernos cuando estemos frente al trono de Dios, al
ver cuántas personas están en el cielo gracias a nuestra
intercesión y nuestras ofrendas.
2:9 - Los quebrantarás con vara de hierro; como vasija
de alfarero los desmenuzarás. En el versículo nueve, se
da la promesa de gobernar y reinar con Cristo en el milenio.
Esta promesa no es para todos; es dada sólo a los
vencedores. Esto puede deducirse claramente de
Salmos 1-50
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Apocalipsis 2:26, 27: “Al que venciere y guardare mis obras
hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las
regirá con vara de hierro”. Los santos de Dios (que han
vencido al mundo, su naturaleza carnal y al diablo) regirán a
las naciones con vara de hierro. Las leyes de Dios se harán
cumplir; y el juicio y la justicia prevalecerán en el reinado de
Cristo.
2:10-12 - Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; admitid
amonestación, jueces de la tierra. Servid a Jehová con
temor, y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que
no se enoje, y perezcáis en el camino; pues se inflama de
pronto su ira. Bienaventurados todos los que en Él
confían. Todos los reyes de este mundo y los que están en
posiciones de autoridad son exhortados a reconciliarse
con el Señor. Honrarlo significa someterse a Él y
reconciliarse con Él.
Y para concluir, así como en el salmo 34:8, tenemos la
promesa de bendición para aquellos que ponen su confianza
enteramente en el Señor: al recibir la recompensa de los
fieles, disfrutarán la bendición de reconciliarse y estar en
suprema paz, recibirán a los paganos como herencia, y los
confines de la tierra por posesión.
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SALMO 3
El trasfondo histórico de los siguientes dos salmos es el
momento en que David huye de su hijo rebelde, Absalón
(comp. 2 Sam. 17:22), como lo indica claramente el título
del salmo. Por el contexto de ambos, se supone que el
salmo 4 fue escrito la noche anterior al salmo 3 (ver
comentarios sobre salmos 3:5 y 4:8).
Salmo de David, cuando huía de delante
de Absalón, su hijo.
3:1 - ¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis
adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí.
David se encontraba en una seria desventaja con respecto
al número de sus fuerzas y las del ejército de Absalón,
ya que casi todo Israel se había unido para reconocer a
Absalón como rey en lugar de David su. Absalón se había
ganado sutilmente sus corazones por medio de halagos
(2 Sam. 15:1-6).
3:2 - Muchos son los que dicen de mí: No hay para él
salvación en Dios. Selah. Debido a su pecado con
Betsabé, los enemigos de David creían que su caída del
trono sería un juicio del Señor contra él, y declaraban
que Dios no lo ayudaría.
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Salmos 1-50
3:3-4 - Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi
gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a
Jehová, y Él me respondió desde su monte santo. Selah.
Pero la confianza de David en el Señor era inquebrantable,
y estaba seguro que el Señor, finalmente, le haría levantar
su cabeza por encima de sus enemigos. En este momento,
en que estaba siendo traicionado por su propio hijo y por
sus compatriotas, David se volvió al Señor pidiéndole
protección y aliento. Clamó al Señor, quien con toda gracia
se puso de parte de Su siervo arrepentido y escuchó Su
clamor desde Su santo monte de Sion.
3:5 - Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me
sustentaba. En este versículo está la razón por la que
creemos que el salmo 4 fue escrito la noche anterior al
salmo 3. Hablando de la noche anterior, David dice: “Yo
me acosté y dormí”, mientras que en el salmo 4:8 dice:
“En paz me acostaré”. Jehová es quien sustenta a David.
El Señor usa circunstancias como estas para hacer que
nos volvamos a Él de todo corazón. Esta actitud fue el
resultado de las pruebas que David había sufrido en su
vida: David recobraba fuerzas y seguridad al recordar
circunstancias pasadas en que el Señor lo había rescatado
de todas sus angustias.
3:6 - No temeré a diez millares de gente, que pusieren
sitio contra mí. He aquí una maravillosa nota de victoria
en las palabras de David. Ha triunfado gloriosamente
contra el temor. Declara que, aunque diez millares de
personas pongan sitio contra Él, no temerá. Esta gloriosa
victoria puede ser nuestra cuando vemos que el Señor hace
que todas las circunstancias obren para bien (Sal. 16:8;
Salmos 1-50
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Ro. 8:28). Debemos esperar y confiar en el hecho que el
Señor es mucho mayor que todos nuestros enemigos.
3:7 - Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; porque tú
heriste a todos mis enemigos en la mejilla; los dientes de
los perversos quebrantaste. Ahora David clama por la
ayuda inmediata del Señor, recordando momentos
anteriores en que Dios destruyó a todos sus enemigos
hiriéndolos en la mejilla y quebrando sus dientes. Esta
frase es similar al hecho de dejar impotente a un animal
salvaje. Por lo tanto, el Señor hizo que el poder de sus
enemigos fuera completamente nulo e ineficaz.
3:8 - La salvación es de Jehová; sobre tu pueblo sea tu
bendición. Selah. David ahora se recuerda a sí mismo que
la salvación pertenece a Dios, no a quienes tienen mayor
poder militar, y que Dios favorece a quienes confían en Él.
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SALMO 4
Como ya mencionamos en el prefacio al salmo 3, David
escribió este salmo mientras huía de su amado hijo
Absalón. David cruzó el Jordán después de haber recibido
la advertencia de Husai, su consejero y amigo, de no
permanecer en el desierto de Judea. Husai se quedó con
Absalón para confundir el consejo de Ahitofel, que había
tomado partido por Absalón (2 S. 17:16).
Al músico principal; sobre Neginot.
Salmo de David.
4:1 - Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia.
Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; ten
misericordia de mí, y oye mi oración. David clamó al
Señor en su angustia, y fue en ese momento de aflicción
que el Señor lo ensanchó. Se trata de un ensanchamiento
espiritual por medio del cual recibimos una mejor y más
profunda apreciación de los caminos del Señor, y que se
produce cuando pasamos por el valle del sufrimiento y
somos acosados por nuestros enemigos.
Notamos aquí que David llama a Dios “Dios de mi justicia”.
Aquel que había pecado escandalosamente no sólo encontró
el perdón después de su pecado con Betsabé (Sal. 32:1-2),
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Salmos 1-50
sino que, además, fue hecho justo. La justicia de Dios le fue
impartida. Esto nos da grande esperanza en nuestro afán por
conocer la misericordia de la gran restauración de Dios. No
hay límites para el poder restaurador de Dios. Él levanta a los
mendigos y los hace sentar con príncipes. Por tanto, amados,
podemos cobrar ánimo.
4:2 - Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi
honra en infamia, amaréis la vanidad, y buscaréis la
mentira? Selah. David habla a sus enemigos,
preguntándoles cuánto tiempo más continuarán en sus
necios caminos. Estaban oponiéndose al ungido del Señor,
y convirtiendo su majestad y honor en objeto de burla.
Además, estos hombres eran grandes a los ojos de la
congregación. Es terrible cuando nuestros enemigos son
personas muy respetadas, porque en ese caso tienen
credibilidad a los ojos de otras personas que no conocen
la totalidad de la situación.
Tal era el caso de este levantamiento contra David. Muchos
notables seguían a Absalón porque su relación con Dios era
superficial, y por lo tanto, carecían de verdadera sabiduría.
Dado que les faltaba discernimiento espiritual, se habían
pasado al bando equivocado, y muchos de ellos murieron a
causa de su error. Aquí vemos la importancia de tener
discernimiento y de aliarnos con los que aman a Dios.
4:3 - Sabed, pues, que Jehová ha escogido al piadoso
para sí; Jehová oirá cuando yo a Él clamare. Ellos no
comprendían que a pesar de todos sus errores, David era
un hombre que deseaba agradar a Dios, quien lo había
escogido porque a Él así le había complacido.
Salmos 1-50
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4:4 - Temblad, y no pequéis; meditad en vuestro corazón
estando en vuestra cama, y callad. Selah. Una vez más,
dirigiéndose a los nobles que se habían levantado contra
él, David les dice que tiemblen por lo que el Señor está
haciendo, porque es Dios quien ha permitido que Absalón
se levante contra David para cumplir Sus propios propósitos.
Por lo tanto, les urge a no apresurarse a ir con los malvados,
ya que Dios pronto los destruirá. Meditemos en oración
estando en nuestra cama, temblemos, y no pequemos.
4:5 - Ofreced sacrificios de justicia, y confiad en Jehová.
David ahora indica a quienes han escuchado su apasionado
clamor, que ofrezcan sacrificios de justicia, que brotan de
un corazón contrito y quebrantado (Sal. 51:17-19). Cuando
el corazón está en relación correcta con Dios, Él muestra
de qué lado está y a quién favorece.
4:6 - Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el
bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro.
Aun entre los mismos seguidores de David había quienes
se preguntaban si Dios los bendeciría. Estaban comenzando
a dudar de David, a causa de las muchas adversidades que
él sufría. ¡Qué agitación había en torno a David!
Pero en medio de todo esto, la grandeza de David brilla
aún más. Él confiaba de todo corazón en el Señor, y su
relación con Dios llegó a nuevas alturas a través de esta
prueba. Cuando no había nadie que lo alentara, se volvió
al Señor y encontró consuelo en Él (comp. 1 S. 30:6).
4:7 - Tú diste alegría a mi corazón mayor que la de ellos
cuando abundaba su grano y su mosto. La experiencia
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Salmos 1-50
del verdadero perdón de sus pecados, fue la que sostuvo a
David en medio de todas estas adversidades y conflictos.
Muchos que cometen adulterio nunca llegan a esta
experiencia con Dios. La razón es que no están dispuestos
a confesar su pecado o a aceptar el castigo del Señor (ver
Lv. 26:40-42).
Pero, al igual que David, quienes experimentan el
verdadero arrepentimiento, que es un don de Dios,
también conocerán la renovación del gozo de Su
salvación (Sal. 51:8, 12). El gozo que David experimentó
después de su restauración fue mucho mayor que el gozo
de un campesino que levanta una buena cosecha. Ese gozo
restaurado y la nueva alegría en el Señor sostuvieron a
David mientras huía de Absalón.
4:8 - En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque
solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. Mientras huía
atravesando el Jordán, David dijo que, gracias a este gozo,
experimentaría el sueño bendito que le daría el Señor,
porque, como dice en el salmo 127:2, “a su amado dará
Dios el sueño”.
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SALMO 5
La palabra clave en este salmo es la inscripción “Nehilot”,
que, según la traducción de la Septuaginta, significa
“herencia”. Otros traducen esta palabra como “instrumento
musical”, como por ejemplo una flauta u otro similar. Este
salmo ilustra la victoria que tenemos en Jesús sobre los
malvados. Esta victoria es la herencia de todos los siervos
del Señor (ver Is. 54:17). El quinto salmo fue escrito cuando
la revuelta de Absalón estaba en sus comienzos. David sabía
que algo estaba por suceder, y apeló al Señor para que
luchara a su favor, en contra de los impíos.
Al músico principal; sobre Nehilot.
Salmo de David.
5:1 - Escucha, oh Jehová, mis palabras; considera mi
gemir. Inicialmente David apela al Señor basándose en
que Él conoce sus pensamientos. Esta es una de las
características de los piadosos: están meditando
constantemente en su bendito Señor.
5:2 - Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,
porque a ti oraré. David ruega al Señor que escuche su voz.
Ser escuchado por Dios es un privilegio absoluto, ya que no
todos los que a Él claman son escuchados (ver Sal. 66:18).
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Salmos 1-50
5:3 - Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana
me presentaré delante de ti, y esperaré. Aquí, David
señala que levantará su voz al Señor en la mañana. Por
esta razón este salmo es conocido como salmo u oración
para la guía diaria. Debemos elevar nuestros ojos al
Señor por encima de los problemas del día, como lo
hacía David.
5:4 - Porque tú no eres un Dios que se complace en la
maldad; el malo no habitará junto a ti. Luego, David
invoca el carácter de Dios, que odia toda maldad. Su
naturaleza es intrínsecamente santa (comp. Hab. 1:13).
5:5 - Los insensatos no estarán delante de tus ojos;
aborreces a todos los que hacen iniquidad. En el reino de
Dios no se premia la ignorancia. Se nos exhorta a estudiar
e incrementar nuestro conocimiento de los caminos de
Dios (Pr. 1:22; 2 Ti. 2:15).
5:6 - Destruirás a los que hablan mentira; al hombre
sanguinario y engañador abominará Jehová. De igual
manera, Dios es Dios de verdad (Jn. 14:6). Por ello, en
concordancia con Su carácter, debe odiar toda mentira.
También aborrece a quienes derraman sangre y practican
el engaño (comp. Pr. 6:16-19).
5:7 - Mas yo por la abundancia de tu misericordia
entraré en tu casa; adoraré hacia tu santo templo en
tu temor. David declara que por la abundancia de la
misericordia de Dios, le será permitido entrar a la casa
del Señor. Habiéndose humillado y después de recibir
la gracia de Dios (comp. Stg. 4:6), David adoró al
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Señor con temor reverencial. Dado que Dios nos acepta,
podemos levantar la mirada nuevamente y amarlo (Sal.
130:4).
5:8 - Guíame, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos;
endereza delante de mí tu camino. Después continúa pidiendo
al Señor que lo guíe por un camino derecho, llano, por causa
de sus enemigos. Cualquier persona que ha sido acosada por
quienes buscan su destrucción sabe que hay mucha oposición
y confusión espiritual en esos momentos. Espiritualmente,
todo se vuelve muy oscuro.
5:9 - Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; sus
entrañas son maldad, sepulcro abierto es su garganta,
con su lengua hablan lisonjas. Nuestros enemigos
generalmente son muy elogiosos y aduladores cuando
están frente a nosotros. Por esto, algunas veces no estamos
seguros si están a nuestro favor o en nuestra contra. Pero
el Señor es fiel y revela los verdaderos sentimientos de
estas personas con relación a nosotros.
Cierta vez en que yo atravesaba una prueba de este tipo,
se me rompía un diente cada vez que estaba en presencia
de un determinado hombre. Me sucedía cuando comía
con él. Podía estar masticando una comida muy blanda,
pero varias veces, durante varias comidas y en forma
totalmente inesperada, se me rompía algún diente.
Durante ese mismo tiempo, cuando comía con otras
personas, no sucedía nada por el estilo. Por medio de
estos hechos inusuales, el Señor me advirtió, a través de
Proverbios 25:19, que este hombre no era fiel y que no
me sería leal.
54
Salmos 1-50
5:10 - Castígalos, oh Dios; caigan por sus mismos
consejos; por la multitud de sus transgresiones échalos
fuera, porque se rebelaron contra ti. La rebelión no era
sólo contra David, sino contra el Señor mismo. La rebelión
de Coré contra Moisés no fue sino un resultado de su
rebelión contra el Señor. Quienes se rebelan contra los
líderes designados por Dios, ya se han rebelado contra el
Señor en sus corazones. En realidad, sólo hay un remedio
para esto, y es que el Señor los quite de la congregación
(de la iglesia o la comunidad).
5:11 - Pero alégrense todos los que en ti confían; den
voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; en
ti se regocijen los que aman tu nombre. Finalmente,
volviendo a los justos, David declara que ellos serán llenos
del gozo del Señor. ¡Qué bendición es ser llenados y
fortalecidos por el santo gozo de Jesús!
5:12 - Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; como
con un escudo lo rodearás de tu favor. Los justos
disfrutarán del favor del Señor, mientras que los malignos
contemplarán con angustia la bendición de la que no
pueden participar.
55
SALMO 6
David escribió el salmo 6 poco después de pecar con
Betsabé. Este salmo revela cómo el Señor afligió a David
en el cuerpo. A causa de esta enfermedad, David se vio
obligado a buscar diligentemente el rostro del Señor para
pedir Su perdón. Este salmo debe ser leído junto con el
32, que probablemente fuera escrito justo antes que éste.
Según San Agustín, es uno de los siete salmos
penitenciales, junto con los salmos 32, 37, 51, 102, 130 y
143. La idea de elegir siete salmos fue tomada de un
paralelismo con la historia de Naamán el leproso, que
debió descender siete veces al Río Jordán para ser
purificado (2 R. 5:10).
Al músico principal; en Neginot, sobre Seminit.
Salmo de David.
Primera parte: David clama en
medio de su gran angustia
6:1 - Jehová, no me reprendas en tu enojo, ni me
castigues con tu ira. Aquí David clama con gran dolor
para que el Señor deje de reprenderlo. Sin duda, David
es justificadamente optimista, ya que el Señor dice, en
Isaías 57:16: “Porque no contenderé para siempre, ni
56
Salmos 1-50
para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el espíritu,
y las almas que yo he creado”.
6:2-3 - Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy
enfermo; sáname, oh Jehová, porque mis huesos se
estremecen. Mi alma también está muy turbada; y tú,
Jehová, ¿hasta cuándo? David había quedado reducido a
un lastimoso estado de debilidad a causa de su enfermedad;
tanto, que aun sus huesos temblaban. Todo su ser
emocional estaba, además, turbado, de tal manera que
llegó a clamar: “¿hasta cuándo?” Una de las
características de las pruebas es que no sabemos cuánto
durarán. Continuamente nos vemos obligados a clamar al
Señor para pedirle cada vez más de Su gracia para poder
atravesar la prueba en forma triunfante.
6:4 - Vuelvete, oh Jehová, libra mi alma; sálvame por
tu misericordia. Muchas veces, durante las pruebas,
(como la que estaba atravesando David a causa de su
pecado), la presencia del Señor se aparta y
aparentemente no logramos hallar a Aquel que ama
nuestra alma. Por esta razón David, desesperado, ruega
al Señor que retorne. En estos momentos oscuros
comprendemos cada vez mejor que sólo el Señor puede
darnos liberación y salvación.
6:5 - Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el
Seol, ¿quién te alabará? Al estar muy cerca de la muerte,
David comprendió que los santos del Antiguo Testamento
podían alabar al Señor sólo en la tierra de los vivos. Antes
de la muerte del Señor en la cruz, cuando una persona
justa moría, su espíritu iba a descansar a los lugares más
Salmos 1-50
57
profundos de la tierra. A partir de la resurrección de Cristo,
los santos de Dios van inmediatamente al cielo después
de morir.
6:6-7 - Me he consumido a fuerza de gemir; todas las noches
inundo de llanto mi lecho, riego mi cama con mis lágrimas.
Mis ojos están gastados de sufrir; se han envejecido a causa
de todos mis angustiadores. Abrumado por el cansancio, ha
caído dormido sobre una almohada húmeda por lágrimas de
remordimiento y arrepentimiento causados por su pecado.
Los ojos de David han envejecido a causa de su constante
lloro y de los tormentos de sus enemigos.
Segunda parte: David prorrumpe en una
exclamación de triunfo porque sabe
que el Señor lo ha escuchado
6:8-9 - Apartaos de mí, todos los hacedores de iniquidad;
porque Jehová ha oído la voz de mi lloro. Jehová ha oído
mi ruego; ha recibido Jehová mi oración. ¡Cuán
importante y maravilloso es tener la seguridad de que el
Señor ha oído nuestro llanto y nos liberará! Debemos
esforzarnos por entrar en este lugar de descanso en el
Señor. David había entrado a un descanso en el que sabía
que el Señor respondería sus oraciones.
6:10 - Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis
enemigos; se volverán y serán avergonzados de repente.
Por consiguiente, puede declarar triunfante que sus
enemigos se avergonzarán de repente y se turbarán, al ver
cómo el Señor libera a Su ungido.
58
Salmos 1-50
Amados, que así sea también para nosotros, a medida que
seguimos los sencillos pasos que se presentan en este
salmo para todos los que han transgredido los
mandamientos del Señor. Reconozcamos nuestras
transgresiones y busquemos diligentemente a Dios hasta
que tengamos la seguridad de Su perdón. Entonces
podremos enfrentar a nuestros acusadores confiadamente,
sabiendo que el Señor está de nuestro lado y que Él luchará
por nosotros. ¡Gloria a Dios!
59
SALMO 7
Este salmo fue escrito en el tiempo en que David huía de
Saúl. Cus era un benjamita de la misma tribu de Saúl, que
presumiblemente tenía acceso a él en el palacio real. Habló
en contra de David palabras que Saúl, movido por los
celos, aceptó fácilmente sin verificar su veracidad. Pero,
en lugar de amargarse y concentrarse en lo que sus
enemigos decían de él, David meditó en la Palabra de
Dios (comp. Sal. 119:23). David no miraba las situaciones
con los ojos de la carne. Hagamos nosotros lo mismo,
ya que ese es el camino para tener descanso y fortaleza.
El título del salmo, Sigaión, significa simplemente
“poema irregular o inconexo”.
Sigaión de David, que cantó a Jehová acerca de
las palabras de Cus, hijo de Benjamín.
7:1 - Jehová Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos
los que me persiguen, y líbrame. Cuando somos atacados
y perseguidos, la clave para la victoria es poner nuestra
confianza en Dios. Debemos volvernos al Señor y creer,
en fe, que Él nos salvará.
7:2 - No sea que desgarren mi alma cual león, y me
destrocen sin que haya quien me libre. Cus obviamente
60
Salmos 1-50
era un hombre de influencia y poder, ya que David temía que
desgarrara su alma como un león. Algunos creen que en este
título, “Cus hijo de Benjamín”, se refiere a Saúl mismo. Si
aceptamos esta interpretación, es fácil comprender que David
estuviera tan preocupado, ya que Saúl tendría todo el ejército
de Israel a su disposición.
7:3-5 - Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, si hay en
mis manos iniquidad; si he dado mal pago al que estaba
en paz conmigo (antes he libertado al que sin causa era
mi enemigo), persiga el enemigo mi alma, y alcáncela;
huelle en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo.
Selah. Luego, David profesa delante de Dios, su inocencia
en este asunto. David no dañó en manera alguna a Saúl,
pero estaba dispuesto a sufrir en manos del enemigo, si
en algo había procedido mal.
No puedo menos que reflexionar sobre estos versículos,
ya que muchos años después, encontramos a David
huyendo de Absalón debido a su pecado con Betsabé y
del asesinato de su esposo, Urías heteo. Esto es
exactamente lo que le sucedió en los años en que el Señor
hizo caer Su juicio sobre él. Pero en esta situación actual
con respecto a Saúl, David era completamente inocente
de todo mal.
7:6 - Levántate, oh Jehová, en tu ira; álzate en contra de
la furia de mis angustiadores, y despierta en favor mío el
juicio que mandaste. Mientras huye del rey Saúl, David
clama para que el justo juicio de Dios caiga sobre sus
Salmos 1-50
61
enemigos; ese mismo juicio que el Señor le ha mostrado que
será la porción de ellos. He experimentado esto en mi propia
vida, en ocasiones en las que el Señor me ha indicado que
haría caer juicio sobre aquellos que me perseguían. Como en
el caso de David, a menudo debemos esperar mucho tiempo
hasta que esto suceda. Pero esta paciente espera desarrolla
el fruto apacible de la justicia en nuestras vidas.
7:7 - Te rodeará congregación de pueblos, y sobre ella
vuelvete a sentar en alto. Cuando el Señor finalmente haga
caer Su juicio sobre nuestros enemigos, las congregaciones
y los amigos que nos sostuvieron durante el tiempo de
espera, se relacionarán con el Señor en una forma
totalmente nueva.
7:8 - Jehová juzgará a los pueblos; júzgame, oh Jehová,
conforme a mi justicia, y conforme a mi integridad. El
Señor es justo y juzgará a Su pueblo. David clama para
que el Señor lo examine también a Él. Es mucho mejor
pedir al Señor que examine nuestros corazones ahora, que
esperar a aparecer delante del trono del juicio de Cristo.
El culto de la Cena del Señor es una excelente oportunidad
para acercarnos a Él con este fin (1 Co. 11:28, 31-32).
7:9 - Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas
establece tú al justo; porque el Dios justo prueba la mente
y el corazón. Como todos tendemos a hacer, David ora
para que la maldad de los malvados termine
inmediatamente. Podemos asegurarle que la iniquidad
tendrá fin cuando el enemigo de nuestras almas haya
logrado, a través de la prueba, todo lo que el Señor se había
propuesto para nuestras vidas. Dios vengará toda injusticia, después
62
Salmos 1-50
que nuestra justicia sea cumplida, o después que todo haya sido
puesto en su lugar en nuestras vidas (ver 2 Co. 10:6).
7:10 - Mi escudo está en Dios, que salva a los rectos de
corazón. David, el rey guerrero, declara que su defensor
es el Señor. Aprendamos también nosotros esta lección, y
quitemos nuestras manos de las situaciones que vivimos,
permitiendo que el Señor luche por nosotros.
7:11 - Dios es juez justo, y Dios está airado contra el
impío todos los días. La RVA traduce aquí: “Dios es el
que juzga al justo; es un Dios que emite sentencia cada
día”. La idea de que Dios juzga a los justos se refiere a
la disciplina y corrección de los justos para que su
carácter sea recto como el de Él. Después, a Su tiempo,
el Señor descargará visiblemente Su ira sobre los
hacedores de maldad. Entiendo que este versículo está
abierto a diversas interpretaciones ya que ha sido
traducido de diferentes formas en diversas versiones
antiguas, incluida la Septuaginta. El Dr. Adam Clarke
sostiene que la traducción aramea corrompió el texto.
Sin embargo, creo que la interpretación que he dado es
más coherente con la naturaleza de Dios, y está validada
por la totalidad de las Escrituras.
7:12, 13 - Si no se arrepiente, Él afilará su espada; armado
tiene ya su arco, y lo ha preparado. Asimismo ha
preparado armas de muerte, y ha labrado saetas ardientes.
Si los impíos no se arrepienten, el Señor preparará Sus
armas en contra de ellos, armas de muerte que los enviarán
al abismo de condenación eterna.
7:14-16 - He aquí, el impío concibió maldad, se preñó de
Salmos 1-50
63
iniquidad, y dio a luz engaño. Pozo ha cavado, y lo ha
ahondado; y en el hoyo que hizo caerá. Su iniquidad
volverá sobre su cabeza, y su agravio caerá sobre su
propia coronilla. Los malos trabajan para producir
iniquidades y falsas acusaciones contra los justos. Cavan
un pozo para los justos, pero el Juez justo los hace caer en
su propio pozo. Lo que ellos hacen caerá sobre sus propias
cabezas. Este es un principio que se encuentra a lo largo
de toda la Biblia: “lo que el hombre sembrare, eso también
segará” (comp. Jue. 1:6, 7).
7:17 - Alabaré a Jehová conforme a su justicia, y cantaré
al nombre de Jehová el Altísimo. ¡Cuán diferente es la
suerte del justo! Mientras los malvados caen en el pozo,
los rectos alaban triunfantes al Señor que tan justamente
los ha defendido y los ha rescatado de las acechanzas de
los impíos. Cobremos valor al leer estos versículos, y
esperemos pacientemente al Señor, hasta que Él nos
muestre Su gran salvación. ¡Amén y amén!
65
SALMO 8
El título de este salmo es, como en muchos otros casos,
motivo de grandes especulaciones. Sin embargo, puede
ser fácilmente interpretado como una canción sobre la
muerte de Goliat de Gat. Gitit tiene la connotación de
referirse a alguien proveniente de Gat, pero también de
ser un himno de gozo cantado por los pisadores de uvas
en los lagares. Como tal, fue cantado después de la victoria
de David sobre Goliat. Por lo tanto, es probablemente uno
de los primeros salmos escritos por él.
Es una oda mesiánica de adoración a Cristo, quien la
interpretó como tal en Mateo 21:16, al igual que apóstol Pablo
en Hebreos 2:6, 7. Sin embargo, creo que también se aplica
al hombre en general, y por lo tanto, puede ser de bendición
para nuestras vidas meditar sobre este salmo. El primer
versículo y el último son exclamaciones de pura adoración
al Señor; y en los versículos intermedios David reflexiona
sobre la condescendencia del Señor para con el hombre.
Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de
David.
8:1 - ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán glorioso es tu nombre
en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos. ¡Oh,
66
Salmos 1-50
la grandeza de la majestad de Dios! Es demasiado vasta para
la comprensión del hombre mortal. Sólo en forma fragmentada
puede el hombre captar la abrumadora majestad de nuestro
Dios, que se demuestra en todo lugar donde Su mano se
manifiesta. Su gloria y Su trono están por encima del cielo de
los cielos.
8:2 - De la boca de los niños y de los que maman,
fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para
hacer callar al enemigo y al vengativo. Este Dios de
gloria ha condescendido a manifestar la grandeza de
Su poder y Su fortaleza por medio de la boca de los
bebés y aun de los lactantes que, sin necesidad de ser
instruidos, pueden succionar la leche de los pechos de
su madre. En cierto sentido, estos niños representan a
Cristo, que nació como un niño en un pesebre, haciendo
callar a Satanás, el adversario del Señor, desbaratando
sus planes.
8:3 - Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y
las estrellas que tú formaste. Al salir a contemplar el cielo
nocturno, David ve en él la grandeza de Dios en la
creación. Contempla la luna, las estrellas, las Pléyades,
Arturo y el Orión en los cielos del Norte. Todas ellas siguen
con increíble velocidad los cursos que Dios les ha
ordenado, como lo han hecho durante milenios, desde sus
comienzos en el cuarto día de la creación.
8:4 - Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él
memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Al
observar tales fenómenos celestes, David comprende la
comparativa insignificancia del hombre y se siente
Salmos 1-50
67
abrumado por el hecho de que el Señor lo recuerde, y aun
más, que decidiera visitarlo.
8:5 - Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo
coronaste de gloria y de honra. A continuación, una vez
más, hablando proféticamente de Cristo, David declara
que el hombre ha sido hecho un poco menor que los
ángeles. Pablo completa la frase en Hebreos 2:9 al decir
que Cristo fue hecho un poco menor que los ángeles para
que “gustase la muerte por todos” (los hombres). No
obstante, él es coronado de gloria y honra, lo cual nos
habla de Su resurrección y ascensión para sentarse a la
diestra de la Majestad en lo alto.
8:6-8 - Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo
ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los
cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los
senderos del mar. En el principio, al hombre le fue dado
el dominio sobre todas las obras de la mano de Dios y
sobre todas las bestias de Su creación. Estos versículos
me han ayudado a mantener la calma cuando debí
enfrentar, en circunstancias adversas, a algún animal
salvaje o doméstico, en diferentes partes del mundo.
Hace muchos años, durante un viaje que hicimos con mi
esposa por una zona muy remota de África Oriental, el
Señor me advirtió que pronto vería un león en la espesura
(comp. Jer. 4:7). Naturalmente, no mucho después, nos
encontramos con una leona salvaje descansando a un
costado del camino. Bajé del jeep, me acerqué al feroz
animal, y lo miré directamente a los ojos. El Señor me
68
Salmos 1-50
había hecho recordar ese versículo, por lo que yo sabía que
ella no iba a hacerme daño, y ella sabía que yo tampoco la
dañaría. Fue una experiencia maravillosa.
En otra ocasión, cuando visitaba el estado de Oregon al
comienzo de la primavera, monté un caballo muy arisco
que se negaba a moverse, porque nadie lo había montado
durante varios meses. Hice recordar al caballo este
versículo que dice que el hombre tiene dominio y autoridad
sobre los animales. Después le ordené que se moviera... y
comenzó a moverse.
La breve expresión los senderos del mar es muy interesante,
ya que en nuestros días de submarinos y otras máquinas
sumergibles sabemos que hay caminos en el lecho del mar.
Sin embargo, esto es algo que David, en su tiempo, sólo
podía haber sabido por revelación del Espíritu.
8:9 - ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre
en toda la tierra! En el cierre de este salmo, David exalta
la grandeza del nombre del Señor que hizo los cielos y la
tierra. Como David, adoremos al Señor embelesados, y
conozcamos realmente Su Nombre, que es sobre todo otro
nombre (Filipenses 2:9, 10).
69
SALMO 9
La versión aramea de este salmo tiene una inscripción
que dice: “Sobre la muerte del vencedor que salió entre
los campamentos”. Es una celebración de la victoria sobre
los ejércitos de la coalición sirio-amonita, y también sobre
los filisteos (2 S. 8:12). Esto podría haber sucedido en la
época en que David gobernaba en Sion, después de ser
ungido por tercera vez.
El título del salmo, Mut-labén, significa, literalmente,
“morir por un hijo”. Algunos piensan que fue escrito
en conmemoración de la muerte en batalla de Hadadezer, hijo de Rehob, rey de Soba, enemigo de David
(comp. 2 S. 8:3).
Al músico principal; sobre Mut-labén.
Salmo de David.
9:1, 2 - Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón;
contaré todas tus maravillas. Me alegraré y me
regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo. El
llamado de Dios para cada uno de nosotros es que
anunciemos las virtudes de Dios en toda área de nuestro
ser (1 P. 2:9). Como David, debemos pedir al Señor que
unifique nuestros corazones para que podamos alabarlo
70
Salmos 1-50
de todo corazón y brindarle nuestra atención entera en la
adoración. Con un corazón así, es fácil regocijarse y alegrarse
en el Señor.
9:3-5 - Mis enemigos volvieron atrás; cayeron y
perecieron delante de ti. Porque has mantenido mi derecho
y mi causa; te has sentado en el trono juzgando con
justicia. Reprendiste a las naciones, destruiste al malo,
borraste el nombre de ellos eternamente y para siempre.
Cuando tenemos esta gloriosa victoria en nuestro corazón,
el Señor puede hacer volver atrás a nuestros enemigos.
Ellos no podrán soportar la presencia del Señor. Y luego,
cuando tengamos la victoria personal en nuestra propia
vida, Dios juzgará a nuestro favor.
Por esto, en los días del rey David, el Señor pudo juzgar
con extraordinaria severidad a las naciones paganas de
Siria y Amón, así como a los filisteos; porque David vivía
una vida en victoria.
9:6 - Los enemigos han perecido; han quedado desolados
para siempre; y las ciudades que derribaste, su memoria
pereció con ellas. El pasaje paralelo en los libros históricos
se encuentra en 2 Samuel 12:26-31. Fue el tiempo en que
David había destruido por completo el poder de los
amonitas al capturar su capital, Rabá. Muchas de estas
ciudades enemigas han sido tan completamente destruidas
que no hay memoria de ellas hasta este día.
Así hará el Señor por nosotros, si nos deleitamos en Él.
Recordemos también que el contexto de este salmo lo
ubica después que David pecó con Betsabé y después del
Salmos 1-50
71
nacimiento de Salomón, cuando David ya había sido
restaurado al favor y la presencia de Dios.
9:7 - Pero Jehová permanecerá para siempre; ha
dispuesto su trono para juicio. El trono del Señor es para
siempre. Todos los reinos de los paganos perecerán, pero
el dominio de Dios es para siempre, y “su reino no tendrá
fin” (Lc. 1:33).
9:8 - Él juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos
con rectitud. En Su segunda venida, el Señor juzgará al
mundo con justicia. Entonces la gente recibirá lo que es
verdaderamente justo.
9:9 - Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo
de angustia. El Señor será refugio para los oprimidos en
tiempos difíciles (ver Is. 32:2). Proverbios 18:10 resulta
muy apropiado aquí: “Torre fuerte es el nombre de Jehová;
a Él correrá el justo, y será levantado”. Dios es fiel y
podemos confiar en Él en todo tiempo.
9:10 - En ti confiarán los que conocen tu nombre, por
cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te
buscaron. Hay una bendición especial sobre aquellos que
conocen el nombre del Señor por experiencia. Esto se
demuestra en el salmo 91:14. Al conocer a Dios como nuestro
Salvador, Sanador, Proveedor, y Sus muchos otros nombres,
nace en nosotros una firme confianza y un lazo seguro con Él.
Uno de los nombres de Dios es Jehová Samá, que significa
“el Señor está aquí”. Este nombre se hizo realidad para
cierta congregación que tuvo una visitación angelica
72
Salmos 1-50
en la forma de un hombre (comp. He. 13:2). Este ángel
dijo a la congregación que lo rodeaba: “El Señor está
aquí”. Es una experiencia que, estoy seguro, muchas
congregaciones quisieran tener.
9:11 - Cantad a Jehová, que habita en Sion; publicad
entre los pueblos sus obras. Se nos indica que cantemos
alabanzas a Él, porque al hacerlo lo exaltamos, y
también porque Él habita en las alabanzas de Su pueblo.
Alabar a Dios trae Su presencia a nuestra situación.
9:12 - Porque el que demanda la sangre se acordó de
ellos; no se olvidó del clamor de los afligidos. Llega el
momento en que Dios recuerda a quienes fueron
asesinados por los malvados, y venga su sangre, como lo
hizo con la sangre del justo Abel. Esto es lo que el Señor
hará por todos Sus benditos mártires (ver Ap. 6:10, 11).
9:13 - Ten misericordia de mí, Jehová; mira mi aflicción
que padezco a causa de los que me aborrecen, tú que me
levantas de las puertas de la muerte. El rey David clama
al Señor en medio de sus dificultades. A causa de su pecado
llegó hasta las mismas puertas de la muerte, pero el Señor
lo levantó nuevamente.
Quisiera alentar a aquellos que han pecado gravemente
contra el Señor. Dios puede hacer que lleguen muy bajo,
pero si aceptan su castigo como David lo hizo, hay
completa restauración en Él.
9:14 - Para que cuente yo todas tus alabanzas en las
puertas de la hija de Sion, y me goce en tu salvación.
Salmos 1-50
73
Gracias a la misericordia de Dios, David podía andar con la
frente en alto y cantar alabanzas a Dios a las puertas de la
ciudad de Sion. Sion es el lugar donde habita el Señor, y es
también, Su santo monte.
9:15 - Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron;
en la red que escondieron fue tomado su pie. El final es lo
que cuenta; es el fin de la carrera lo que determina quién
es el ganador. En los temas espirituales el enemigo siempre
cae, y Dios hace que los Suyos siempre triunfen al final.
9:16 - Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó;
en la obra de sus manos fue enlazado el malo. Higaion.
Selah. Este es un aspecto de la revelación de Dios. Él es
quien ejecuta el juicio sobre los malos. El Señor es
conocido por Sus juicios (ver Ex. 7:4, 5). Higaion significa
“meditad sobre estas cosas” y Selah tiene el sentido de
“hacer una pausa”, y en este caso, de “hacer una pausa
para meditar en estas cosas”.
9:17 - Los malos serán trasladados al Seol, todas las
gentes que se olvidan de Dios. El estado eterno de los
malvados es que caerán en el infierno. Lo mismo sucederá
con todas las naciones que quitan a Dios de sus vidas y se
burlan de Su Palabra. Recomendamos la lectura de
Ezequiel 31, especialmente los versículos 14-17, donde
el profeta describe la condenación eterna de los asirios,
que muchos años después de la época de David, levantaron
sus ejércitos contra Israel.
9:18 - Porque no para siempre será olvidado el
menesteroso, ni la esperanza de los pobres perecerá
74
Salmos 1-50
perpetuamente. Puede parecer que Dios olvida a los Suyos
por un tiempo, pero al final Él saca a la luz Su justicia y
los reivindica.
Durante muchos años no tuve dinero ni un techo seguro sobre
mi cabeza. Tenía que actuar cada día en fe, creyendo que Él
proveería para mis necesidades. Pero en medio de mi pobreza,
el Señor me aseguraba continuamente que llegaría el día en
que yo podría ayudar a otros. Era muy difícil para mí creer
esto en ese momento, pero por fe acepté lo que el Señor
quería hacer en mi vida. Ese día ha llegado, ya que Dios ha
bendecido a nuestra comunidad de iglesias con la
responsabilidad de proveer, bajo la guía de Dios, para muchos
misioneros, pastores nativos, escuelas y orfanatos en todo el
mundo. ¡Gloria a Su maravilloso nombre!
9:19 - Levántate, oh Jehová; no se fortalezca el hombre;
sean juzgadas las naciones delante de ti. Por tanto, David,
que conoce bien los justos juicios de Dios, clama: “No
prevalezca el hombre, sino sean juzgados rápidamente
los paganos” (ver Ec. 8:11).
9:20 - Pon, oh Jehová, temor en ellos; conozcan las
naciones que no son sino hombres. Selah. Luego pide a
Dios que ponga a las naciones en un estado de temor por
medio de Sus justos juicios, de modo que los malvados,
que han planeado todo este mal contra el pueblo de Dios,
puedan finalmente comprender que son sólo hombres, y
no Dios. De la misma manera sucederá con nosotros, cuando
pongamos nuestra total confianza en que el Señor nos
vengará de nuestros enemigos y de todos los que se
levanten contra nosotros.
75
SALMO 10
En nuestra opinión, la mayoría de los comentaristas
aciertan al considerar que este salmo forma un par con el
anterior. Aparentemente se trata de una amplificación del
clamor del rey David contra los malvados que se han
levantado contra él.
10:1 - ¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el
tiempo de la tribulación? Algunas veces, Dios permite que
los impíos avancen en sus malvados planes. Después de
largos años de estudio y experiencia, estoy plenamente
convencido de que los malvados son usados por Dios para
perfeccionar a Su pueblo. Pablo dice en Romanos 9:22, 23:
“¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio
su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira
preparados para destrucción, y para hacer notorias las
riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de
misericordia que Él preparó de antemano para gloria?”
En otras palabras, Dios usa vasos de ira para perfeccionar
a Sus vasos de misericordia.
10:2, 3 - Con arrogancia el malo persigue al pobre; será
atrapado en los artificios que ha ideado. Porque el malo
se jacta del deseo de su alma, bendice al codicioso, y
desprecia a Jehová. Una de las principales características
76
Salmos 1-50
de los malos, aparte de la envidia y los celos, es la soberbia.
Muchas veces estas tres van acompañadas de muchos otros
pecados como ira e inmoralidad. Los malos tienden a ser
muy opresivos, especialmente en su actitud y su conducta
hacia los pobres. También suelen jactarse y son amigos
de los codiciosos, a quienes Dios odia.
10:4 - El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;
no hay Dios en ninguno de sus pensamientos. La soberbia
engaña y hace descansar a las personas en una falsa sensación
de seguridad. Esto, a su vez, hace que no busquen a Dios,
sino que confíen en sus propias ideas en lugar de buscar la
guía del Señor. El hombre no tiene la capacidad para dirigir
sus propios caminos (ver Jer. 10:23); por lo tanto, debemos
buscar continuamente al Señor y pedir Su sabiduría tanto
para las cosas grandes como para las pequeñas.
A lo largo de mi vida he conocido a muchas personas que
llegaron a destacarse en cierta medida, ya sea por las
cualidades que Dios les dio o simplemente por la gracia del
Señor. Sin embargo, lo lamentable es que muchas de ellas se
han vuelto soberbias, a raíz de lo cual, han dejado de crecer
en Dios y así han perdido todo. Algunos eran graduados de
institutos bíblicos que dejaron el camino de la justicia porque
se negaron a aceptar las pruebas que Dios puso en su camino,
y terminaron dejando el ministerio. Otros han caído tan bajo
que ahora atienden la barra en una taberna.
10:5, 6 - Sus caminos son torcidos en todo tiempo; tus
juicios los tiene muy lejos de su vista; a todos sus
adversarios desprecia. Dice en su corazón: No seré
movido jamás; nunca me alcanzará el infortunio. Los
Salmos 1-50
77
malos no desean agradar al Señor en nada de lo que hacen,
porque los juicios de Dios y Sus caminos les son
desconocidos. Viven sus vidas con falsa seguridad y falsas
expectativas. En su corazón, los malos están convencidos
de que nunca serán derrotados por sus enemigos. De esta
manera, vemos el engaño y la presunción que proliferan
en los corazones de los inicuos (Abd. 1:3).
10:7 - Llena está su boca de maldición, y de engaños y
fraude; debajo de su lengua hay vejación y maldad. El
corazón del soberbio generalmente está lleno de
maldiciones (ver NVI), engaños y mentiras, que son las
tres armas más comunes de la lengua. El malvado lleva a
cabo sus propósitos por medio de planes engañosos y sucios.
10:8 - Se sienta en acecho cerca de las aldeas; en
escondrijos mata al inocente. Sus ojos están acechando
al desvalido. La caída en declive de los malos los lleva de
ser soberbios a jactarse, y luego a maldecir y practicar
todo tipo de engaño. Finalmente llegan a un punto en que
no se detienen por nada con tal de avanzar en sus
propósitos... aunque se trate de asesinar a un inocente.
10:9, 10 - Acecha en oculto, como el león desde su cueva;
acecha para arrebatar al pobre; arrebata al pobre
trayéndolo a su red. Se encoge, se agacha, y caen en sus
fuertes garras muchos desdichados. David continúa esta
comparación de los malos con la posición de un león a
punto de lanzarse sobre su presa, diciendo que se encoge
como animal rastrero. Están esperando caer sobre los
pobres, y llegan a utilizar a sus propios compañeros para
lograr sus propósitos.
78
Salmos 1-50
10:11, 12 - Dice en su corazón: Dios ha olvidado; ha
encubierto su rostro; nunca lo verá. Levántate, oh Jehová
Dios, alza tu mano; no te olvides de los pobres. Totalmente
cegados por la soberbia, los malos creen que Dios olvidará
y no conocerá sus malvados hechos. Pero David clama al
Señor que recuerde el mal que ha sido perpetrado contra
los pobres y humildes.
10:13 - ¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón
ha dicho: Tú no lo inquirirás. Los malvados tienen la
audacia de injuriar a Dios pensando que Él no les demandará
que den razón de su pecado ante el trono del juicio. Amados,
tengamos presente Ezequiel 18:20, que dice: “El alma que
pecare, esa morirá... y la impiedad del impío será sobre
él”, y también Romanos 14:12: “De manera que cada uno
de nosotros dará a Dios cuenta de sí”.
10:14 - Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la vejación,
para dar la recompensa con tu mano; a ti se acoge el desvalido;
tú eres el amparo del huérfano. David declara que a pesar de
los impíos deseos de los malvados, Dios ha visto todas sus
injusticias, y Él hará justicia a los que han perpetrado maldades.
Dios se compadece de los huérfanos, ya que muchas veces
ellos son pobres en espíritu y han confiado su causa a Él.
10:15 - Quebranta tú el brazo del inicuo, y persigue la
maldad del malo hasta que no halles ninguna. Por lo tanto,
David clama confiadamente a Dios pidiéndole que actúe
rápidamente contra los crueles. “Quebrantar su brazo”
significa dejarlo incapacitado para continuar sus maldades
contra los oprimidos, y hacer que cese toda obra de
maldad. Por lo tanto, debemos orar con fe para que el
Salmos 1-50
79
Señor ejecute Su venganza sobre los que nos han hecho mal
y haga que se detenga la maldad de los impíos.
10:16 - Jehová es Rey eternamente y para siempre; de su
tierra han perecido las naciones. Dado que el Señor es
verdaderamente el Rey de reyes, puede hacer que los
paganos sean “borrados” de Su tierra (ver NVI). Yo
aplicaría esto a nuestras iglesias o congregaciones, para
que el Señor nos libre rápidamente de todos los que hacen
el mal. En la iglesia actual están mezclados los malos con
los hijos de Dios, y debe haber una separación.
10:17 - El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; tú
dispones su corazón, y haces atento tu oído. Con gran
confianza, David ahora declara que el Señor ha oído los
clamores de los humildes; aquellos que se postran delante
del trono de misericordia.
Dios fortalece sus corazones de modo que crean que los
oídos del Señor escucharán sus oraciones y les concederá
el deseo de su corazón. Amados, creamos que Él es
galardonador de los que le buscan con diligencia, como
dice Pablo en Hebreos 11:6.
10:18 - Para juzgar al huérfano y al oprimido, a fin de que no
vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra. El Señor
luchará a favor de los huérfanos y defenderá la causa de
quienes no tienen quien los ayude.
Después, hará que el hombre que nos ha oprimido ya no
nos oprima más. Hay un tiempo para la guerra, pero ésta
finalmente, debe cesar y dar lugar a la paz (Ec. 3:8).
80
Salmos 1-50
Los malos no nos oprimirán para siempre, porque el Señor
tomará el cáliz de aturdimiento de nuestra mano y hará
que nuestro opresor beba de él (Is. 51:22-23). “Mía es la
venganza, yo pagaré, dice el Señor” (Ro. 12:19). Si no
desmayamos, a su debido tiempo veremos la venganza
de Dios sobre nuestros opresores. ¡Gloria a Él!
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SALMO 11
Este salmo fue escrito cuando Saúl estaba persiguiendo a
David, acechándolo en toda ocasión posible.
Al músico principal. Salmo de David.
11:1 - En Jehová he confiado; ¿cómo decís a mi alma,
que escape al monte cual ave? Los amigos de David le
sugerían que sería bueno refugiarse en la montaña. La
idea es rechazada por David, ya que él ha puesto su
confianza en el Señor. Es notable que durante este tiempo
de persecución, David hizo muchas cosas para el Señor.
Por ello, aun cuando estemos en angustia, no debemos
ocultarnos, porque si ponemos nuestra confianza en el
Señor como lo hizo David, Él nos hará fructificar aun en
nuestro tiempo de angustia.
11:2 - Porque he aquí, los malos tienden el arco, disponen
sus saetas sobre la cuerda, para asaetear en oculto a los
rectos de corazón. Sin duda no era este un momento
sencillo para David. Por todas partes había arqueros
tratando de matarlo. Esta idea de los arqueros no se aplica
sólo en sentido literal, sino también en sentido espiritual,
como vemos en la vida de José. Génesis 49:23 dice: “Le
causaron amargura, le asaetearon, y le aborrecieron los
82
Salmos 1-50
arqueros”. En el caso de José, esto se aplica a las crueles
acciones de sus hermanos y a las injustas acusaciones de
la esposa de Potifar. Por consiguiente, amados, también
puede aplicarse a las falsas acusaciones que se levanten
contra nosotros. Pero debemos triunfar sobre ellas como
lo hicieron José y David, con un espíritu de perdón, amor
y compasión hacia nuestros enemigos.
11:3 - Si fueren destruidos los fundamentos, ¿qué ha de
hacer el justo? Es en momentos como estos cuando
debemos afirmarnos, luego de haber hecho todo lo que
estaba a nuestro alcance (comp. Ef. 6:13). Si dejamos que
nos conmueva el temor al enemigo, será como quitar el
fundamento de un edificio, y la obra de Dios que estamos
levantando se desplomará. David continuó andando en el
Espíritu y haciendo la obra de Dios a pesar de las
circunstancias que lo rodeaban. Como resultado de esto,
todos los justos del reino recibieron gran ánimo.
Observemos también la actitud del apóstol Pablo en
Filipenses 1:14: “Y la mayoría de los hermanos,
cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se atreven
mucho más a hablar la palabra sin temor”. Los líderes
deben permanecer firmes en tiempos de persecución.
Esto hará avanzar la obra del Señor y alentará a los que
los acompañan.
11:4 - Jehová está en su santo templo; Jehová tiene en el
cielo su trono; sus ojos ven, sus párpados examinan a los
hijos de los hombres. En este momento el Señor está
probándonos. Cuando dice: sus párpados examinan a los
hijos de los hombres, significa que el Señor está
Salmos 1-50
83
observando de cerca nuestras acciones, palabras y
pensamientos durante estos períodos de prueba.
11:5 - Jehová prueba al justo; pero al malo y al que ama
la violencia, su alma los aborrece. Dios purifica a los
justos en el horno de la aflicción. Sin embargo, debemos
recordar que el fuego no crea el oro, sólo lo purifica. Job
fue hallado digno de pasar por una prueba mucho más
terrible que la que pasaron sus amigos, porque ellos no
tenían el carácter necesario para soportar el intenso calor
de esa prueba de fuego. Además, Dios aborrece desde lo
profundo de Su alma a quienes aman la violencia.
11:6 - Sobre los malos hará llover calamidades; fuego,
azufre y viento abrasador será la porción del cáliz de
ellos. La herencia de los malos será el lago de fuego y
azufre eterno, en perpetuos tormentos. Además, como dice
Apocalipsis 16:8, veremos cómo el Señor juzgará sobre
la tierra, con gran severidad, a los malos y los impíos de
entre los seres humanos en el final de los tiempos.
11:7 - Porque Jehová es justo, y ama la justicia; el hombre
recto mirará su rostro. Los justos son amados por el Señor
y Su favor está siempre con ellos. Por esto vemos que el
final de David fue bueno. Él reinará en el milenio. El final
de Saúl fue terrible: fue al infierno. Amados, no nos
cansemos de hacer el bien, porque hay recompensa para
los justos, y los malvados también recibirán lo que
corresponda a sus obras.
85
SALMO 12
Al igual que el anterior, el salmo 12 fue escrito, como el
anterior, en un momento en que Saúl estaba persiguiendo
a David y muchos apoyaban la maligna causa de Saúl.
Al músico principal; sobre Seminit.
Salmo de David.
12:1 - Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos;
porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los
hombres. David lamenta la traición de ese momento, en
que, con el fin de ganar el favor del apóstata rey Saúl,
muchos deseaban entregarlo. David buscaba a alguien que
le fuera fiel, pero no era fácil hallarlo; había muy pocos
hombres fieles. Se sentía como Elías, que creyó que era el
único adorador verdadero que había quedado; pero gracias
a Dios, Él reserva para sí otros que tienen la misma
disposición (1 R. 19:14, 18).
12:2 - Habla mentira cada uno con su prójimo; hablan
con labios lisonjeros, y con doblez de corazón. David no
podía confiar prácticamente en nadie. Y, muchas veces,
nosotros estamos en la misma situación; buscamos a
alguien en quien confiar, pero se ríen a nuestras espaldas
y traicionan nuestra confianza.
86
Salmos 1-50
12:3,4 - Jehová destruirá todos los labios lisonjeros, y la
lengua que habla jactanciosamente; a los que han dicho:
Por nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios son
nuestros; ¿quién es señor de nosotros? David se daba ánimo
a sí mismo, sabiendo que llegaría el momento en que Dios
destruiría a todos los de lengua lisonjera que habían declarado
que, harían prosperar sus malvados propósitos, como
consecuencia de sus maquinaciones. Aunque ellos habían
dicho que no tendrían que dar razones por sus palabras o
acciones, Dios haría que rindieran cuentas ante Él.
12:5 - Por la opresión de los pobres, por el gemido de los
menesterosos, ahora me levantaré, dice Jehová; pondré
en salvo al que por ello suspira. Ahora el Señor mismo
habla, diciendo a aquellos que gimen a causa de la opresión
que Él se levantará. Les concederá la deseada protección
de los soberbios que los atormentan.
12:6 - Las palabras de Jehová son palabras limpias, como
plata refinada en horno de tierra, purificada siete veces.
¡Cuán precioso es darnos cuenta que en medio de toda
esta vanidad y doblez de corazón, la fiel Palabra del Señor
permanece! Las palabras de Dios son como plata refinada,
probada y purificada en el fuego siete veces. Lo que Él
dice se cumplirá. Que Su Palabra también esté en nuestras
bocas, para que hablemos rectamente aun cuando todos
los que nos rodean sean falsos.
12:7 - Tú, Jehová, los guardarás; de esta generación los
preservarás para siempre. David declara que el Señor
guardará de los malvados difamadores a Sus santos que
confían en Él.
Salmos 1-50
87
12:8 - Cercando andan los malos, cuando la vileza es
exaltada entre los hijos de los hombres. Finalmente se nos
dice por qué los malos prosperan. Esto sucede cuando los
hombres más viles, como Saúl, están en lugares de honor.
Oremos para que haya líderes justos en nuestros gobiernos
y genuinos maestros de justicia en nuestras iglesias, porque
entonces, y sólo entonces, estaremos en paz.
89
SALMO 13
Nuestra opinión es que este salmo fue escrito mientras
David era perseguido en el desierto por Saúl, quien había
apostado hombres que lo perseguían a cada lugar donde
fuera. Era solamente estando en constante alerta, que
David esperaba escapar con vida.
Al músico principal. Salmo de David.
13:1 - ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para
siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí? El
salmo comienza con el clamor de los que están agotados:
“¿Cuánto tiempo más?” Muchas veces solemos preguntar
cuándo terminará nuestra prueba. “Señor, ¿cuándo te
levantarás para defendernos y destruir a nuestro enemigo?”
Pero toda prueba tiene una duración predeterminada, para
producir en nuestras vidas aquello que es agradable al
Señor. No debemos tratar de abreviarla. Cierta vez, mi
amada esposa estaba en uno de los innumerables hospitales
a los que nos vimos obligados a recurrir durante años,
donde se le prescribió un determinado tratamiento. Los
cirujanos querían terminarlo antes de lo previsto, ya que
su progreso era muy satisfactorio. Pero el cardiólogo hizo
caso omiso de esas opiniones y determinó que el
tratamiento sólo sería eficaz si se completaba el período
90
Salmos 1-50
de cuarenta y dos días. De la misma manera, toda prueba debe
desarrollarse durante el período de tiempo que Dios haya
designado para perfeccionar Su obra de redención en nosotros.
13:2 - ¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma, con
tristezas en mi corazón cada día? ¿Hasta cuándo será
enaltecido mi enemigo sobre mí? Una vez más
encontramos la pregunta: “¿Cuánto tiempo tendrá que
trabajar este dolor en mi corazón, día tras día?” Sólo la
naturaleza repetitiva de las pruebas, como la lija que se
pasa sobre la madera, puede pulir nuestra naturaleza y
hacernos partícipes de la santidad de Dios. En
consecuencia, en las circunstancias de David, se le
permitió a Saúl exasperarlo y ser exaltado por encima de
David durante más de diez años, antes que David llegara
al trono de Judá a los treinta años de edad.
13:3 - Mira, respóndeme, oh Jehová Dios mío; alumbra
mis ojos, para que no duerma de muerte. Esta tensión
continua quitó el sueño a David durante muchas noches.
Sé por experiencia personal cuánto daño puede hacer
al cuerpo, al alma y al espíritu el padecer de insomnio
por varios años. Durante más de cuatro años cuidé día
y noche de mi esposa, que sufría parálisis en un lado
de su cuerpo. Muchas veces ella se despertaba cada
veinte o treinta minutos durante la noche, y por
consiguiente, me despertaba a mí también. Durante
varios años sobreviví con unas pocas horas de sueño
por día, porque sabía que si no estaba alerta durante la
noche, mi esposa podía morir muy fácilmente. De la
misma manera, David tenía que estar alerta en todo
momento, porque Saúl estaba tras él para matarlo.
Salmos 1-50
91
13:4 - Para que no diga mi enemigo: Lo vencí. Mis
enemigos se alegrarían, si yo resbalara.
Lamentablemente, siempre hay enemigos que se
regocijarían si muriéramos, o si abandonáramos la
posición que Dios nos ha dado. Estos enemigos están en
la iglesia; no son inconversos. Cuando David habla de
“los malos”, se refiere a compatriotas suyos, israelitas.
13:5 - Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón
se alegrará en tu salvación. La victoria en una prueba
sólo es posible si confiamos en Su misericordia para
preservarnos y darnos fuerzas. Debemos continuar
peleando la buena batalla de la fe, y regocijándonos en la
continua y progresiva salvación de Dios.
13:6 - Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien. Toda
prueba llega a su fin. Si dependemos de Dios y de Su
gracia, como lo hizo David, llegaremos a un punto en que
podremos regocijarnos en el hecho de que Él nos hará
bien. Él nos sacará de las tinieblas del sufrimiento a Su
luz gloriosa (comp. Mi. 7:8). Él nos dará el fin que
deseamos y nos llevará al refugio de descanso que tanto
anhelamos. ¡Amén!
93
SALMO 14
Podríamos ubicar cronológicamente este salmo en la época
en que se escribió el salmo 53, es decir, durante la época
de la revuelta de Absalón contra David. Los que apoyaban
a Absalón son llamados sencillos o ignorantes (2 S. 15:11).
En el v. 7 queda claro que David ya había estado
gobernando y reinando en Sion. El salmo 14 está lleno de
instrucción para todas las edades, y en él se critica la
tendencia de los malos al ateísmo.
Al músico principal.
Salmo de David.
14:1 - Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han
corrompido, hacen obras abominables; no hay quien haga
el bien. ¡Trágica situación, cuando los hombres son tan
depravados que niegan la misma existencia de Dios! Junto
con este salmo debería leerse Romanos 1:20-32, y en
especial Romanos 1:28. Es a causa del pecado que el Señor
entrega a las personas a una mente reprobada que es
incapaz de discernir lo bueno de lo malo.
14:2 - Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de
los hombres, para ver si había algún entendido, que
buscara a Dios. El Señor busca a aquellos cuyos
94
Salmos 1-50
corazones están entregados a buscarlo y a aquellos que tienen
verdadero entendimiento.
14:3 - Todos se desviaron, a una se han corrompido; no
hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Por su
propia voluntad, el hombre no redimido siempre se
inclinará hacia el mal. Sin la gracia manifiesta de Dios
obrando en su vida, su naturaleza caída sólo puede
producir locura y pecaminosa lujuria. El apóstol Pablo
usa estos versículos en Romanos 3:10-12 para describir
la depravación generalizada de la humanidad.
14:4 - ¿No tienen discernimiento todos los que hacen
iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comiesen pan,
y a Jehová no invocan? Aun los cielos declaran el
conocimiento y la gloria de Dios (Sal. 19:1). En la creación,
todo revela el eterno poder de Dios. Por ello, ¿cómo pueden
los que hacen iniquidad imaginar que no serán castigados
por devorar al pueblo de Dios? Ellos quitan deliberadamente
de sus mentes el conocimiento de Dios, y se niegan a invocar
al Señor que hizo los cielos y la tierra.
14:5 - Ellos temblaron de espanto; porque Dios está con
la generación de los justos. Cuando el Señor se manifieste
en el tiempo designado en su generación, los malos
temblarán de horror. Dios está del lado de los justos, pero
los malos están sin Dios, esperando la espantosa
desaprobación y juicio del Señor. Este salmo es notable.
Es una condena abierta al ateísmo. En realidad, algunas
personas que vieron visiones del infierno pudieron
preguntar a algunos ateos que estaban allí, y ellos
declararon que aunque habían persuadido a otros de que
Salmos 1-50
95
creyeran que Dios no existe, nunca pudieron convencerse a
sí mismos. Aun Darwin rechazó y negó su propia teoría de la
evolución en el final de su vida.
14:6 - Del consejo del pobre se han burlado, pero Jehová
es su esperanza. Los pobres que han confiado en el Señor
desean amonestar a hombres y mujeres para que se vuelvan
al camino de la justicia. Los malos se burlan de este
piadoso consejo, y no se refugian en el Señor.
14:7 - ¡Oh, que de Sion saliera la salvación de Israel!
Cuando Jehová hiciere volver a los cautivos de su pueblo,
se gozará Jacob, y se alegrará Israel. Este terrible
conflicto con los espíritus humanistas desgasta la mente.
Es lo que hace que David clame para que la salvación del
Señor llegue a Israel y lo salve de los poderes del
paganismo. Cuando el Señor haga volver a los cautivos
de Su pueblo que están con David, entonces todos los
que están de parte del Señor se regocijarán. Amados, una
vez, más debemos poner énfasis en que toda prueba tiene
fin. Dios sacará a los impíos de nuestro camino, cuando
se haya logrado en nuestras vidas el propósito de la
aflicción ordenada por Dios a través de ellos, entonces Él
los sacará del camino. ¡Seamos pacientes y esperemos Su
poderosa liberación!
97
SALMO 15
En este salmo, David describe los requisitos que Dios
señala para ser un ciudadano de Sion. Fue escrito junto
con el salmo 24 en el tiempo en que el Arca fue llevada al
monte de Sion (2 S. 6:1-16; 1 Cr. 15:1—16:6). La razón
por la que surgió este salmo puede verse fácilmente.
Cuando el Arca era retirada de la casa de Abinadab en
Gabaa en un carro tirado por bueyes, éstos la sacudieron
al pasar por la era de Nacón. Cuando Uza extendió su
mano y la tocó, el Señor lo fulminó. Después, el Arca
estuvo en la casa de Obed-edom durante tres meses.
Siguiendo instrucciones del Señor, David la llevó al monte
de Sion sobre los hombros de los levitas. El Señor bendijo
esta obediencia a sus órdenes específicas, y David la
colocó en una tienda que había preparado para ella; que
luego se conoció como “el tabernáculo de David”. Así
fue como el Arca llegó al monte de Sion en medio de un
gran regocijo.
Salmo de David
15:1 - Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién
morará en tu monte santo? En un sentido espiritual, David
plantea la pregunta: “¿Quién puede habitar en el tabernáculo
del Señor y morar en Su santo monte, el monte de Sion?”
98
Salmos 1-50
15:2-5 - El que anda en integridad y hace justicia, y habla
verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua,
ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno
contra su vecino. Aquel a cuyos ojos el vil es
menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová. El
que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; quien
su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió
cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás.
El Espíritu Santo contesta la pregunta de David con once
requisitos específicos para habitar en el monte de Sion.
El salmo 24 agrega cuatro requisitos, con lo cual hay un
total de quince requisitos para habitar en Su monte santo.
Once requisitos para habitar
en el monte de Sion
1. El que anda en integridad. Como contraste de los impíos
en el salmo 1, estas personas andan en integridad. No andan
con los malos; son guiadas y dirigidas en todo momento
por el Espíritu Santo. Andan a la luz de la Palabra de Dios
y en la visión progresiva que Dios les ha dado para sus
vidas. Su camino es una luz que se va haciendo cada vez
más brillante hasta llegar al día perfecto (Pr. 4:18).
2. Y hace justicia. Todas las obras de sus manos son obras
de justicia. No pondrán sus manos en ninguna obra de maldad.
3. Habla verdad en su corazón. Sus corazones y sus bocas
hablan las mismas palabras, y sólo son palabras de verdad.
No se halla lengua engañosa en ellos (Sof. 3:13).
Salmos 1-50
99
4. No calumnia con su lengua. Un ciudadano de Sion no
calumnia. Esto significa que no difama a su prójimo ni
habla en contra de él a sus espaldas (Sal. 101:5).
5. Ni hace mal a su prójimo. Los que viven en el monte
de Sion no hacen daño a su prójimo en ninguna forma. Se
esfuerzan en todo momento por cumplir el segundo
mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
6. Ni admite reproche alguno contra su vecino. Esto
significa que aunque su vecino caiga en un pecado
lamentable, el ciudadano de Sion no publicará la noticia
tratando de difamarlo; un ejemplo de ello es el rey David.
Todos aquellos que lo atacaron verbalmente y hablaron
en contra de él a causa de su pecado con Betsabé fueron
juzgados por Dios.
7. Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado. Una de las
mayores condenaciones que hay en la Biblia es la que cae
sobre aquellos que llaman “bueno” a lo malo. Isaías 5:20
advierte: “¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo
bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas
luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por
amargo!” Nunca debemos elogiar a una persona malvada.
8. Honra a los que temen a Jehová. Siempre debemos
llamar honorables a los santos del Señor, aun cuando haya
ocasiones en que sus acciones no necesariamente ameriten
esta aprobación. Juan Calvino trató con gracia a Martín
Lutero, quien algunas veces, al escribir algunas cartas a
aquellos que no estaban de acuerdo con él, no se
comportaba precisamente como un santo.
100
Salmos 1-50
9. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia.
Esta es, quizás, una de las marcas distintivas más
significativas de un hombre santo. Su palabra es un
compromiso para Él. Se mantiene fiel a lo dicho en todo
momento, aunque pueda costarle muy caro. Como traduce
aquí la NVI: “Que cumple lo prometido aunque salga
perjudicado”. Siempre debemos cumplir nuestros
compromisos. Por ejemplo, si nos comprometemos a seguir
un determinado curso de acción, es posible que debamos
construir un albergue para personas necesitadas. Aunque se
nos haya informado erróneamente el costo real del proyecto,
si hemos dado nuestra palabra, debemos llevarlo a cabo.
10. Quien su dinero no dio a usura [o interés]. En
Éxodo 22:25, la ley dice: “Cuando prestares dinero a
uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no te
portarás con Él como logrero, ni le impondrás usura”.
Y Levítico 25:35-37 dice: “Y cuando tu hermano
empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como
forastero y extranjero vivirá contigo. No tomarás de Él
usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y tu
hermano vivirá contigo. No le darás tu dinero a usura, ni
tus víveres a ganancia”.
Sin embargo, Deuteronomio 23:19, 20 además amonesta:
“No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de
comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés.
Del extraño podrás exigir interés, mas de tu hermano no lo
exigirás, para que te bendiga Jehová tu Dios en toda obra
de tus manos en la tierra adonde vas para tomar posesión
de ella”. De esta manera, la ley permite que se cargue un
interés razonable al que no es cristiano, pero no al creyente.
Salmos 1-50
101
11. Ni contra el inocente admitió cohecho. Esto significa
no aceptar sobornos que perviertan la justicia. Este
estatuto parece ser especialmente una acusación contra
los abogados que aceptan dinero para conseguir
resultados favorables para sus clientes a expensas de
personas inocentes.
La recompensa en esta vida para quienes viven según los
quince preceptos dados en el salmo 15 y el salmo 24 es
que nunca se apartarán del santo monte de Dios. No serán
conmovidos cuando Dios se levante a juzgar al pueblo.
De hecho, se les permitirá permanecer en la casa del Señor
todos los días de sus vidas, y tener entrada abundante al
reino de los cielos, y aun a ascender a la Sion espiritual
que está dentro de los portales del mismo cielo.
103
SALMO 16
Este salmo fue escrito en un tiempo de peligro, muy
probablemente cuando David huía de Saúl en el desierto
de Zif. El título de “mictam” es usado por David en tiempos
de peligro y grandes dificultades (ver Sal. 56—60). Mictam
tiene la connotación de “misterio” o “secreto”. Algunas
veces se lo ha traducido como “de oro” o “precioso”. Por
tanto, podemos decir que este es un salmo de secretos
preciosos, que demuestra el tesoro de quien está en peligro
pero tiene a Cristo como consuelo. El salmo 16 es, además,
mesiánico; lo citan, Pedro en Hechos 2:25-31 y Pablo en
Hechos 13:35-38.
Mictam de David.
16:1 - Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. David
abre este salmo con un clamor al Señor para que lo guarde.
Es un momento en que, siendo perseguido por Saúl, tiene
la obsesión de acabar con su vida. Sólo Dios puede guardar
a David, ya que Saúl tiene un ejército superior y toda la
nación a su disposición. ¡Cuántas veces nosotros también
nos sentimos superados de esa manera! Pero ese es el
momento de poner nuestra confianza en el Señor, porque
sólo Él puede salvarnos del enemigo de nuestra alma que
nos ataca con todas sus fuerzas.
104
Salmos 1-50
16:2 - Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor;
no hay para mí bien fuera de ti. Nuestra alma clama a Él,
y con toda humildad podemos decir que Él es nuestro
Señor, pero no porque haya justicia o bondad alguna de
nuestra parte.
16:3 - Para los santos que están en la tierra, y para
los íntegros, es toda mi complacencia. Ahora el salmo
16 se vuelve muy mesiánico. Estas son, en realidad,
palabras proféticas del mismo Señor, que extiende Su
bondad a aquellos santos sobre la tierra que son
piadosos y dignos de Él. Es en esta clase de personas
que el Señor se deleita. ¡Quiera Dios que aprendamos
a temblar ante Su Palabra y comprender que
necesitamos cumplir los requisitos para obtener Su
favor! (Ver salmo 101:6).
16:4 - Se multiplicarán los dolores de aquellos que sirven
diligentes a otro dios. No ofreceré yo sus libaciones de
sangre, ni en mis labios tomaré sus nombre. Nuevamente,
David continúa la narrativa en primera persona y declara
que quienes siguen a otros dioses sólo tendrán dolores.
Dice que ni siquiera mencionará los nombres de las
deidades paganas a las que ellos adoran.
16:5 - Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa;
tú sustentas mi suerte. David reafirma que el Señor mismo
es su herencia, no los dioses paganos, y que es el Señor
quien lo sustenta en todo momento. Debemos tratar de
vivir nuestras vidas de tal manera que ganemos la
aprobación de Cristo y lo obtengamos a Él como nuestra
herencia (Fil. 3:8).
Salmos 1-50
105
En la época de Ezequiel, el Señor prometió a los fieles hijos
de Sadoc, que no se habían apartado con el pueblo y los
otros sacerdotes, que Él era su herencia (Ez. 44:28). Debido
a su fidelidad y a que permanecieron leales, se les dio el
privilegio de acercarse al Señor y tener comunión íntima con
Él, mientras que a los demás se les negó el acceso a la presencia
de Dios (Ez. 44:15-16). No hay mayor recompensa y herencia
en esta vida que el Señor mismo. ¡Amados, continuemos
avanzando, para ganar este incomparable Cristo!
16:6 - Las cuerdas [de medición o separación de límites]
me cayeron en lugares deleitosos, y es hermosa la heredad
que me ha tocado. Esta es la porción que recibe el santo
de Dios. En realidad, su vida, a pesar de los dolores y las
cruces, es una vida agradable. Más importante aún, aquí
le espera una eterna herencia en gloria como consecuencia
de su fidelidad al llamado de Dios.
16:7 - Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las
noches me enseña mi conciencia. El gozo y la confianza
de un santo es ser guiado continuamente por el Señor.
Cuando está en su cama, por las noches, mientras piensa
(rumia) los problemas del día y los entrega al Señor,
meditar en la Palabra de Dios le da instrucción.
16:8 - A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque
está a mi diestra, no seré conmovido. Esta es la clave de
una vida victoriosa en Cristo. Debemos poner al Señor
por delante de nosotros, para hacer todo conscientes que
Él nos observa. Nunca debemos hacer algo que estaríamos
avergonzados de hacer en Su presencia. En realidad, Él
nos está observando en todo momento. Si practicamos el
106
Salmos 1-50
vivir en Su presencia, Él estará a nuestra mano derecha para
fortalecernos en cada cosa que emprendamos. Por tanto,
ninguna persona o circunstancia puede desviarnos de nuestro
curso o hacernos tropezar y caer.
16:9 - Se alegró por tanto mi corazón, y se gozó mi alma;
mi carne también reposará confiadamente. El creyente
que vive en la presencia del Señor conocerá un gozo
inefable y estará lleno de gloria. Nuestra carne también
podrá descansar en la esperanza y la expectativa de que
los propósitos de Dios se cumplirán plenamente en
nuestras vidas.
16:10 - Porque no dejarás mi alma en el Seol, ni
permitirás que tu santo vea corrupción. Este versículo
habla de Cristo mismo, quien pasó tres días y noches en
las partes más profundas de la tierra después de morir
en la cruz. El Padre le dio la seguridad que no dejaría su
alma en el infierno y que sólo estaría allí tres días, para
que Su carne no experimentara descomposición y
corrupción. Estos versículos fueron citados tanto por
Pedro como por Pablo como prueba de la resurrección
de Cristo (Hch. 2:31, 32; 13:35).
16:11 - Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia
hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre.
Aquí también hay una promesa no sólo para Cristo, sino
para todos Sus santos. El Señor nos colocará en la senda
de la vida, en el camino de los justos que brilla cada vez
más hasta que el día es perfecto. Víctor Hugo dijo: “A
medida que envejezco, mi cuerpo se debilita, pero la luz
interior brilla cada vez más”. Cuando pasamos tiempo en la
Salmos 1-50
107
presencia de Dios, nuestro gozo crece cada vez más, hasta
tal punto que nos convertimos en las más gozosas de Sus
criaturas, y todo nuestro ser es saturado con el gozo de Jesús.
El verdadero gozo sólo se encuentra en la presencia del
Señor. El amor humano y los placeres mundanos pueden
darnos una sensación emocional de felicidad por un
tiempo, pero no satisfacen el anhelo de gozo y satisfacción
que hay en lo más profundo de nuestro ser. Esto es algo
que sólo la presencia de Dios puede llenar, ¡porque en Él,
y sólo en Él, estamos completos! (Col. 2:10).
109
SALMO 17
Este salmo es un ruego de David al Rey de reyes, el supremo
Juez, para que lo vengue de su enemigo. Esto coincidiría
con la situación que se relata en 1 Samuel 24:15: “Jehová,
pues, será juez, y Él juzgará entre tú y yo. Él vea y
sustente mi causa, y me defienda de tu mano”. David
dijo esto cuando “dio voces detrás de Saúl” (1 S. 24:8).
Oración de David.
17:1 - Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi
clamor. Escucha mi oración hecha de labios sin engaño.
En el comienzo de este salmo, David expone su queja
ante el Señor, el justo juez de toda la tierra.
17:2 - De tu presencia proceda mi vindicación; vean tus
ojos la rectitud. A continuación, David ruega que su destino
sea determinado y que esto provenga de la presencia del
Señor. Cuando tengo que aconsejar a alguna persona,
siempre oro para que lo que voy a decir venga del trono de
Dios. Quiero que sean los pensamientos del Señor, y no los
míos, los que profiera mi boca en toda situación.
17:3 - Tú has probado mi corazón, me has visitado de
noche; me has puesto a prueba, y nada inicuo hallaste;
110
Salmos 1-50
he resuelto que mi boca no haga trasgresión. David
recuerda que el Señor lo ha probado durante la noche. El
Señor puede mostrarnos lo que hay en nuestro corazón y
lo que somos capaces de hacer cuando estamos apartados
de Su gracia.
Un método que Dios utiliza es el de las tentaciones que
experimentamos en nuestros sueños. Pero el corazón de
David había sido purificado y limpiado de tal manera, que
las tentaciones de la noche no tenían poder sobre Él. Además,
no pecaba con sus labios. Esta es la característica distintiva
de un hombre o mujer de Dios perfectos (Stg. 3:2).
17:4 - En cuanto a las obras humanas, por la palabra de
tus labios yo me he guardado de las sendas de los
violentos. Al hacer caso de las advertencias del Señor y
escuchar Su Palabra mañana tras mañana, David podía
evitar las trampas que los violentos habían preparado para
Él (ver Mt. 4:4; Is. 50:4). Si mantenemos nuestros
corazones abiertos al Señor, escuchamos Sus suaves
indicaciones y Su corrección, y somos sensibles al Espíritu
Santo, nunca caeremos. ¡Ningún cristiano tiene por qué
caer de la gracia! El problema es que las personas no
escuchan al Señor y Sus advertencias.
17:5 - Sustenta mis pasos en tus caminos, para que
mis pies no resbalen. David clama al Señor para que
guarde sus pies de resbalar y caer. Los pasos del hombre
bueno son ordenados por el Señor. Recordemos: “...sois
guardados por el poder de Dios” (1 P. 1:5). El Señor
es suficiente para evitar que caigamos en las trampas
del pecado.
Salmos 1-50
111
17:6 - Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, oh
Dios; inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. En
Su misericordia, el Señor escucha cuando clamamos
a Él. Dios no escucha a todos, sino sólo a aquellos
que lo honran.
17:7 - Muestra tus maravillosas misericordias, tú que
salvas a los que se refugian a tu diestra, de los que se
levantan contra ellos. David continúa reconociendo que
es el Señor quien salva a todos los que ponen su confianza
en Él, de los que se levantan contra ellos. Dios tiene la
palabra final en el resultado de toda batalla.
17:8 - Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme
bajo la sombra de tus alas. Aquí está el secreto para
ser protegidos por Dios. Si tenemos una relación íntima
con el Señor y somos la niña de Sus ojos, Él nos
protegerá y nos esconderá bajo la sombra de Sus alas.
Estar escondidos bajo... sus alas es una alusión al hecho
de que Dios mora por encima del propiciatorio (la tapa
del Arca) en el Lugar Santísimo, cubierto por las alas
de los querubines.
17:9-10 - De la vista de los malos que me oprimen, de
mis enemigos que buscan mi vida. Envueltos están con
su grosura; con su boca hablan arrogantemente. Aquí
David se refiere en particular a los ejércitos de Saúl,
que lo persiguen. Los malvados se alimentaban de la
grosura de la tierra, mientras David debía huir por el
desierto. Era un tiempo muy difícil para Él, pero
finalmente el curso de las cosas cambiaría, como
siempre sucede para los justos.
112
Salmos 1-50
17:11-12 - Han cercado ahora nuestros pasos; tienen puestos
sus ojos para echarnos por tierra. Son como león que desea
hacer presa, y como leoncillo que está en su escondite. David
continúa describiendo a sus enemigos como “aquellos que
lo perseguían”. Sus adversarios lo acechaban como un
león a su presa. Muchos de sus enemigos eran antiguos
compañeros suyos que lo habían abandonado.
17:13, 14 - Levántate, oh Jehová; sal a su encuentro,
póstrales; libra mi alma de los malos con tu espada, de
los hombres con tu mano, oh Jehová, de los hombres
mundanos, cuya porción la tienen en esta vida, y cuyo
vientre está lleno de tu tesoro. Sacian a sus hijos, y aun
sobra para sus pequeñuelos. Una vez más, David ruega
al Señor que postre a sus enemigos (“derrótalos”, NVI) y
rescate su vida. La primera vez que pide justicia en el v.1,
David declara que su causa es “justa”, y al hablar de “labios
sin engaño” su apelación parecería apoyarse en su
declaración de integridad (al menos en esta situación).
Ahora apela exclusivamente a la justicia de Dios y su
esperanza se fundamenta en la intervención del Señor con
Su poder punitivo (“con tu espada”) y Su acción personal
(“con tu mano”). No se trata de una oración vengativa,
sino que se identifica con la ira del Señor ante la conducta
de los impíos. David reconoce que sus enemigos son
hombres que fueron creados por Dios mismo, pero son
de este mundo. ¡Ellos no poseen herencia eterna! Su única
herencia está en sus hijos y no tienen ninguna otra
esperanza que no sea terrena.
17:15 - En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; estaré
satisfecho cuando despierte a tu semejanza. Este salmo
Salmos 1-50
113
termina con una nota de triunfo en la comparación entre David
y sus enemigos. La esperanza de David es ver el rostro del
Señor en justicia, y dado que ésta será su recompensa, David
tendrá Su semejanza. 1 Juan 3:2 nos dice que cuando Cristo
se manifieste, “seremos semejantes a Él, porque le veremos
tal como Él es”.
Esta es nuestra esperanza, amados: que seremos
transformados en un abrir y cerrar de ojos cuando el Señor
venga por nosotros. Esto podrá suceder en Su segunda
venida o en el tiempo que Él haya designado para que
dejemos este viejo mundo con todos sus cambios
inesperados, dificultades, y dolores, de manera que
podamos estar para siempre con el Señor, ¡gozándonos
en Su gloriosa presencia y disfrutando de las delicias de
nuestro hogar celestial!
115
SALMO 18
Como se indica en 2 Samuel 22, este salmo fue escrito
por David cuando el Señor lo hubo librado de la mano de
todos sus enemigos, especialmente de Saúl. En el
momento en que fue entronizado como rey de Judá en
Hebrón, David compuso esta oda de gratitud al Señor.
Hay muchas diferencias entre el salmo 18 y el relato de la
acción de gracias de David en 2 Samuel 22. Los rabíes
suponen que hay aproximadamente setenta y cuatro. La
razón para ello es obvia. El salmo 18 fue escrito cuando
David tenía aproximadamente treinta años de edad,
mientras que el texto de 2 Samuel 22 habría sido escrito
unos treinta o cuarenta años después, al final de sus días.
Al músico principal. Salmo de David, siervo de
Jehová,el cual dirigió a Jehová las palabras de
este cánticoel día que le libró Jehová de todos
sus enemigos,y de mano de Saúl. Entonces dijo:
18:1 - Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. El efecto de la
liberación del Señor en la vida de una persona es una
profunda expresión de gratitud y amor hacia Él.
18:2 - Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en Él confiaré; mi escudo, y la
116
Salmos 1-50
fuerza de mi salvación, mi alto refugio. El versículo 2 es
una declaración del hecho de que en medio de todas las
dificultades y las batallas de la vida, el Señor es nuestro
Castillo y nuestro Fuerte Refugio. Estas comparaciones
fueron tomadas, sin duda, de las formaciones rocosas de
las colinas de Judea donde David solía ocultarse de Saúl.
18:3 - Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
y seré salvo de mis enemigos. Esto es elevar al Señor en
alabanza y mirar hacia el futuro confiando en las próximas
liberaciones, basándose en las experiencias pasadas.
18:4, 5 - Me rodearon ligaduras de muerte, y torrentes de
perversidad me atemorizaron. Ligaduras del Seol me
rodearon, me tendieron lazos de muerte. David relata los
terrores en medio de los que el Señor lo guió y lo guardó.
Fueron tan terribles que los describe como ligaduras de
muerte y del infierno; experiencias que seguramente
soltaron contra Él a los demonios del abismo. Muchos
han sufrido ataques semejantes cuando sus enemigos, que
buscaban hacerles daño, se convirtieron en canales para
que espíritus malignos los atacaran.
18:6 - En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi
Dios. Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó
delante de Él, a sus oídos. David clamó al Señor y el Señor
lo oyó desde Su santo templo; una escena que nos recuerda
los últimos días, según el relato de Apocalipsis 15:5-16:2.
18:7-10 - La tierra fue conmovida y tembló; se
conmovieron los cimientos de los montes, y se
estremecieron, porque se indignó Él. Humo subió de su
Salmos 1-50
117
nariz, y de su boca fuego consumidor; carbones fueron
por Él encendidos. Inclinó los cielos, y descendió; y había
densas tinieblas debajo de sus pies. Cabalgó sobre un
querubín, y voló; voló sobre las alas del viento.
Estas palabras son una interpretación muy gráfica de la
manera en que el Señor se mueve a favor de David. En
las dimensiones invisibles del universo, del otro lado
del velo, David ve el movimiento del ejército celestial
que luchará a su favor. El Señor está en el trono sobre
Su carruaje, o como lo describe más puntualmente
Ezequiel 1:10, es elevado por los cuatro seres vivos (o
querubines, como se los llama aquí).
18:11 - Puso tinieblas por su escondedero, por cortina
suya alrededor de sí; oscuridad de aguas, nubes de los
cielos. Muchas veces en las Sagradas Escrituras, se dice
que el Señor habita en medio de las tinieblas. Esto nos
habla de que el Altísimo está rodeado de Sus juicios que
serán vertidos sobre la tierra.
También se lo asocia con el hecho de que Él es un Dios que
se encubre (Is. 45:15). El Señor dijo en 2 Crónicas 6:1 que
Él habita en la oscuridad. Cuando Moisés se acercó al
Señor, Él estaba en la oscuridad (Ex. 20:21). Es en el
horror de la gran oscuridad que lo encontramos y
llegamos a conocer Sus caminos.
18:12 - Por el resplandor de su presencia, sus nubes
pasaron; granizo y carbones ardientes. Pero Dios también
es luz. Cuando Él entre en escena para juzgar y
desconcertar a Sus enemigos, las gruesas nubes que han
118
Salmos 1-50
ocultado Su presencia serán quitadas. Su abrumadora
presencia dispersa los poderes de las tinieblas (con su
granizo) como lo hizo contra los egipcios en las plagas
(Ex. 9:18), y en el tiempo de Josué contra los cinco reyes
(Jos. 10:11).
18:13 - Tronó en los cielos Jehová, y el Altísimo dio su
voz; granizo y carbones de fuego. Una vez más el salmo
enfatiza la grandeza y el carácter estremecedor de los juicios
de Dios contra los enemigos de David. Su voz suele estar
relacionada con el trueno (comp. Job 40:9). En Juan 12:29,
cuando el Padre habló a Su amado Hijo desde el cielo, los
que estaban en el lugar dijeron que habían oído un trueno.
18:14 - Envió sus saetas, y los dispersó; lanzó relámpagos,
y los destruyó. Después, Dios envía Sus saetas. Esto hace
referencia a los relámpagos y rayos de Su Espíritu que
entran en los corazones de los pecadores y los lanzan al
pozo del fuego eterno.
18:15 - Entonces aparecieron los abismos de las aguas,
y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, a tu
reprensión, oh Jehová, por el soplo del aliento de tu
nariz. Los canales de agua que fluyen bajo la tierra serán
abiertos cuando Él venga en juicio, en Su segunda venida
(Zac. 14:4, 8). Toda la topografía del mundo, al menos en
el área de Jerusalén, será cambiada cuando Sus pies se
posen sobre el monte de los Olivos.
18:16 - Envió desde lo alto; me tomó, me sacó de las
muchas aguas. El propósito de la acción de Dios al
principio de este salmo fue brindar protección a David.
Salmos 1-50
119
Pero si tenemos un corazón como el de David, que era
conforme al corazón de Dios, también podemos esperar
con gloriosa expectativa que Él nos saque de muchas aguas
turbulentas. Las aguas, en este contexto, significan
tormentas de problemas y adversidades en nuestras vidas.
18:17 - Me libró de mi poderoso enemigo, y de los que
me aborrecían; pues eran más fuertes que yo. En
particular, el Señor libró a David de su poderoso enemigo
Saúl y todas sus hordas.
18:18 - Me asaltaron en el día de mi quebranto, mas
Jehová fue mi apoyo. Estos enemigos que asaltaron a
David en el día de su quebranto, mientras huía de Saúl,
como los hombres de Keila (1 S. 23:12), no pudieron
derribarlo, porque el Señor lo sostenía.
18:19 - Me sacó a lugar espacioso; me libró, porque se
agradó de mí. Cuando todos sus enemigos fueron
quitados, David se regocijó en gran manera en que el Señor
lo llevara a un lugar espacioso, es decir, el de ser rey de
Judá en Hebrón. Así pues, cuando el Señor nos libra,
también podemos esperar que el Señor amplíe el lugar
donde habitamos. Pero la clave para ser librados por el
Señor es agradarle y ser deleite para Él (ver Sal. 91:14).
18:20 - Jehová me ha premiado conforme a mi
justicia; conforme a la limpieza de mis manos me ha
recompensado. La razón de que se derramaran todos
estos favores sobre David es la siguiente: David estaba
siendo recompensado por su vida justa. Como dice
en el salmo 58:11: “Hay galardón para el justo”.
120
Salmos 1-50
18:21 - Porque yo he guardado los caminos de Jehová, y
no me aparté impíamente de mi Dios. David continúa
afirmando que ha guardado los mandamientos del Señor
y no se ha apartado de Sus caminos intencionalmente.
Sin duda es necesario tener una gran resolución en nuestro
corazón para andar con Dios. Esto nos recuerda a Daniel,
que se propuso en su corazón no contaminarse (Dn. 1:8).
18:22 - Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, y
no me he apartado de sus estatutos. David meditaba y
repasaba las leyes del Señor continuamente, para poder
andar en todos Sus caminos. También nosotros debemos
leer y meditar Su Palabra día tras día, porque tal es el
camino para la prosperidad espiritual.
18:23 - Fui recto para con Él, y me he guardado de mi
maldad. David reconoce el hecho de que, a causa de
nuestros antepasados, en nuestras vidas tenemos pecados
que nos asedian (ver He. 12:1). Estos pecados parecen
dominar nuestras vidas y son con los que más dificultades
tenemos. Luego David declara que se ha guardado de
tal maldad.
18:24 - Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme
a mi justicia; conforme a la limpieza de mis manos delante
de su vista. David repite que el Señor lo ha recompensado
por Su justicia. David había guardado su corazón contra
los pecados generacionales de sus antepasados.
18:25 - Con el misericordioso te mostrarás
misericordioso, y recto para con el hombre íntegro. Ahora
David declara una de las doctrinas más importantes que
Salmos 1-50
121
nos permite conocer mejor a Dios y Sus caminos. Dios nos
establecerá en cualquier camino que nosotros decidamos
recorrer. Por ello, será misericordioso con los misericordiosos,
y a los íntegros dará Su don de rectitud. Daniel 2:21 declara
que Dios dará sabiduría al sabio. Mateo 25:29 también dice
que “al que tiene, le será dado, y tendrá más”. Por lo tanto,
debemos poner nuestros pies en los caminos de los buenos
hombres y recoger el fruto apacible de justicia en nuestras
vidas.
18:26 - Limpio te mostrarás para con el limpio, y severo
serás para con el perverso. De la misma manera, el Señor
hará que los limpios de corazón participen de Su santidad
(ver He. 12:10). También son los limpios de corazón los
que verán a Dios (Mt. 5:8). Pero los perversos (o los
malos) sólo pueden esperar experimentar la ira de Dios
y recibir un gran engaño a causa de su amor por la
iniquidad (2 Ts. 2:11-12).
18:27 - Porque tú salvarás al pueblo afligido, y humillarás
los ojos altivos. Los pobres y los afligidos de espíritu son
objeto de especial atención por parte del Señor, pero Él se
resiste a los altivos y los humilla.
18:28 - Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios
alumbrará mis tinieblas. Sin embargo, para aquellos
que como David, desean andar rectamente, Dios es
su luz en las tinieblas. Este don de la luz es la
recompensa de los justos, como describe Job su andar
con el Señor en Job 29:3, cuando dice: “Hacía
resplandecer sobre mi cabeza su lámpara, a cuya luz yo
caminaba en la oscuridad”.
122
Salmos 1-50
18:29 - Contigo desbarataré ejércitos, y con mi Dios
asaltaré muros. Como David, nosotros también podremos
atravesar las filas del enemigo y saltar todos los obstáculos,
gracias al tremendo poder del Señor.
18:30 - En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y
acrisolada la palabra de Jehová; escudo es a todos los
que en Él esperan. Por lo tanto, David reconoce por
experiencia (como también debemos hacerlo nosotros) que
todos los caminos del Señor son perfectos. También, que
la palabra que nos ha hablado, aunque nos prueba, nos
guiará a la victoria final. Él será nuestro escudo contra
todos los dardos del enemigo.
18:31 - Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? ¿Y qué
roca hay fuera de nuestro Dios? No hay otro Dios sino
nuestro Dios, y no hay roca segura en tiempos de
problemas, excepto el Señor.
18:32 - Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace
perfecto mi camino. En toda situación, en todo tiempo,
debemos pedir fortaleza al Señor. Esto se explica
claramente en Isaías 40:31: “Los que esperan a Jehová
tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas;
correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán”.
18:33 - Quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar
firme sobre mis alturas. Él Señor nos permite tener pies como
de ciervas para poder escalar a mayores alturas en Él, sin
resbalar ni caer. Esto es similar a lo que dice el profeta en
Habacuc 3:19: “Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace
mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar”.
Salmos 1-50
123
18:34 - Quien adiestra mis manos para la batalla, para
entesar con mis brazos el arco de bronce. Es el Señor quien
nos enseña a poder hacer guerra contra los poderes
espirituales y los gobernadores de las tinieblas en los lugares
celestes, como dice Pablo en Efesios 6:12. La RV traduce
así la segunda mitad de este versículo: “...y será quebrado
con mis brazos el arco de acero”. Así pues, como en lo
físico David podía tener manos fuertes para romper el arco
de acero del enemigo, también nosotros podemos quitar
las fuerzas a nuestros enemigos espirituales.
18:35 - Me diste asimismo el escudo de tu salvación; tu
diestra me sustentó, y tu benignidad me ha engrandecido.
Es el escudo espiritual de la salvación, o el escudo de la
fe (Ef. 6:16), el que nos protege del maligno. Es la diestra
del Señor la que nos sustenta. Como un padre que levanta
a su hijo para que no caiga, de la misma forma el Señor,
que es nuestro Padre Celestial, nos levanta y nos sustenta,
aun hasta la vejez.
A continuación, David declara que la benignidad de
Cristo lo ha engrandecido. Entiendo que esto se puede
interpretar de diversas maneras, pero quisiera explicarlo
a partir de una experiencia personal que viví hace
muchos años.
Mi esposa y yo estábamos viajando por los estados del sur
de Estados Unidos, cuando el Señor nos dijo que nos
detuviéramos en un cierto motel. Al entrar al cuarto, sentí
muy fuertemente la presencia del Señor. Nos arrodillamos
a orar junto a la cama, y poco después fui llevado en el
Espíritu al cielo.
124
Salmos 1-50
Allí fui recibido por ángeles que me acompañaron a cruzar
el río que divide a los vivos de los muertos. Supe que iba a
ver al Señor al otro lado. Pero estaba lleno de ansiedad,
porque al cruzar ese río transparente como el cristal, pude
ver la dureza de mi corazón. Rogué al ángel que no me hiciera
continuar, sino que me acompañara a regresar al otro lado
del río, para que mi corazón pudiera ser limpiado de su
dureza. Cruzamos nuevamente el río, y la visión cesó.
Entonces el Espíritu Santo comenzó a manifestar a mi
corazón que la verdad en sí no es suficiente, sino que de
igual importancia la actitud con que compartimos la verdad.
Pablo, por ejemplo, rogó a los corintios sobre la base de
“la mansedumbre y ternura de Cristo” (2 Co. 10:1). Desde
que tuve esa experiencia, siempre oro apasionadamente para
que el Señor desarrolle Su mansedumbre en mi alma y en mi
espíritu.
18:36 - Ensanchaste mis pasos debajo de mí, y mis pies
no han resbalado. El que camina por la nieve usa un
calzado especial que le permite avanzar en el terreno; de
la misma manera, el Señor ensancha nuestros pasos para
que estemos bien afirmados en el terreno espiritual que
somos llamados a cruzar.
18:37, 38 - Perseguí a mis enemigos, y los alcancé, y no
volví hasta acabarlos. Los herí de modo que no se
levantasen; cayeron debajo de mis pies.
David declara ahora una verdad que todos haríamos bien
en practicar, ya sea en el ámbito espiritual como en el
natural. Debemos perseguir a nuestros enemigos hasta que
queden completamente inactivos o destruidos, de manera
Salmos 1-50
125
que nunca más puedan levantarse para causarnos daño a
nosotros o a los demás. Si se trata de enemigos espirituales,
debemos orar para que sean lanzados al abismo, y atados
allí hasta que llegue Su día de juicio y tormento. Si se trata
de enemigos naturales, entonces debemos pedir al Señor
que les quite todo poder de hacer daño, de manera que no
puedan continuar haciendo sus maldades.
También quiero agregar que esto se aplica a los pecados y
las debilidades que acosan nuestros corazones. Debemos
eliminar todo pecado de nuestra vida y no rendirnos hasta
quitar todo poder y actividad a nuestra naturaleza adámica
(Ro. 6:6). Así como debe aplicarse el hacha a la raíz de un
árbol para que éste no vuelva a crecer, debemos aplicar el
hacha a la raíz de nuestros problemas para que ya no
puedan volver a la vida para molestarnos.
18:39 - Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea; has
humillado a mis enemigos debajo de mí. Una vez más
David nos recuerda que es el Señor quien nos da fuerzas
para batallar contra nuestros enemigos y vencerlos.
18:40 - Has hecho que mis enemigos me vuelvan las
espaldas, para que yo destruya a los que me aborrecen.
Cuando David habla que sus enemigos le vuelven las
espaldas (lo que la RV traduce: “Dísteme la cerviz de mis
enemigos...”), se refiere específicamente a una ceremonia
de victoria en la antigüedad. El enemigo derrotado se
tendía sobre el suelo y daba la espalda a su vencedor, quien
le ponía un pie sobre el cuello para simbolizar que había
quebrantado su fuerza y ahora era su amo.
18:41 - Clamaron, y no hubo quien salvase; aun a Jehová,
126
Salmos 1-50
pero no los oyó. David dice que sus enemigos clamaron al
Señor. Esto es una indicación de que ellos eran de Israel, de
la familia de Dios. Estos enemigos son los más difíciles para
nosotros, porque son personas de la iglesia cuyos corazones
se han apartado de los caminos de justicia.
18:42 - Y los molí como polvo delante del viento; los eché
fuera como lodo de las calles. Al hablar ahora de sus
batallas contra los de Israel que estaban a favor de Saúl,
David dice que los destruyó por completo. Esto se
correspondería con el tiempo de las guerras de David con
la casa de Saúl (2 S. 3:1).
18:43 - Me has librado de las contiendas del pueblo; me
has hecho cabeza de las naciones; pueblo que yo no
conocía me sirvió. Llega un momento en que el Señor, en
Su gracia, nos rescata de las contiendas del pueblo y nos
eleva por encima de otros a los que no conocíamos.
Específicamente, aquí David se refiere a los paganos, que
para Él habrían sido las naciones de Moab, Amón y Edom,
y también Siria. Para nosotros puede cumplirse en un
llamado misionero por el cual el Señor nos da a los
paganos como herencia.
18:44 - Al oír de mí me obedecieron; los hijos de extraños
se sometieron a mí. Obtendremos aceptación inmediata a
sus ojos. Nos considerarán sus líderes espirituales.
18:45 - Los extraños se debilitaron y salieron temblando
de sus encierros. Los malvados, por otra parte, temerán
y temblarán.
18:46, 47 - Viva Jehová, y bendita sea mi roca, y
Salmos 1-50
127
enaltecido ea el Dios de mi salvación; el Dios que venga
mis agravios, y somete pueblos debajo de mí. David
concluye este salmo con una nota de victoria: el Señor vive, y
sea Él exaltado. Él es quien nos vengará de nuestros enemigos
y los someterá a nosotros para que nos obedezcan.
18:48, 49 - El que me libra de mis enemigos, y aun me
eleva sobre los que se levantan contra mí; me libraste de
varón violento. Por tanto yo te confesaré entre las
naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre. David señala
ahora que el Señor lo ha librado de todos sus enemigos y
lo ha elevado por sobre aquellos que lo perseguían. Esto
también lo hará el Señor por nosotros, y nuestras bocas se
llenarán de gratitud al Señor en medio de las naciones.
18:50 - Grandes triunfos da a su rey, y hace misericordia
a su ungido, a David y a su descendencia, para siempre.
El Señor dio grandes triunfos a David sobre todos sus
enemigos, y también nos dará triunfos a nosotros cuando
deseemos tener un corazón como el de David y seguirlo
con todo nuestro ser. También mostrará Su misericordia,
a nosotros y a nuestros descendientes espirituales y
naturales, como lo hizo con el rey David. Amén.
129
SALMO 19
El salmo 19 fue escrito por el rey David, aquel gran
estudioso de la ley del Señor y de la naturaleza. Se cree
que fue compuesto en el período de su vida en que
disfrutaba de un descanso en los enfrentamientos con sus
enemigos. Fue durante este tiempo que pudo dedicarse al
estudio contemplativo de la excelencia del Señor, tanto
en Su naturaleza como en Su Palabra. David cierra este
salmo con una súplica por pureza de pensamiento y
palabra. Por ello, con toda probabilidad, podríamos
suponer que el período en que fue escrito este salmo fue
cuando David estaba establecido en el monte de Sion,
con el Arca del pacto en el tabernáculo allí.
Al músico principal. Salmo de David.
Primera parte (19:1-6)
La obra de la mano de Dios en la naturaleza,
revela Sus caminos a quien la contempla
19:1 - Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el
firmamento anuncia la obra de sus manos. Dios ha puesto
el evangelio en los cielos. El apóstol Pablo deja esto en
claro en Romanos 1:20: “Porque las cosas invisibles de
130
Salmos 1-50
Él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles
desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio
de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”. Por
tanto, dado que es posible ver a Dios en la naturaleza,
ningún hombre tiene excusa para rechazar la verdad.
En el siglo diecinueve, E.W. Bullinger realizó un notable
estudio sobre el evangelio en el firmamento, en el que
demostró que las formaciones de las estrellas hablan de
las dispensaciones de los propósitos de Dios en la tierra.
Sabemos que en febrero de 1962 los cuerpos celestes
cambiaron, de modo que hemos pasado de la era de piscis,
el pez, que era la señal de la iglesia primitiva, a la era de
acuario, el aguatero, que es la señal de la fiesta de los
Tabernáculos (el derramamiento del Espíritu Santo en los
tiempos postreros) y del milenio que se aproxima.
19:2 - Un día emite palabra a otro día, y una noche a
otra noche declara sabiduría. Día tras día, el mensaje se
transmite a través de las estrellas, el sol, la luna y los demás
cuerpos celestes. ¡Podemos aprender tanto de Dios por
medio de la contemplación de las estrellas! Ellas
mantienen su curso y de ellas brota luz. Debemos tratar
de no ser como las estrellas fugaces que abandonan su
curso y finalmente son atrapadas por el agujero negro del
cielo. Por el contrario, nuestro deseo es permanecer en el
curso ordenado por Dios para nuestras vidas, permitiendo
que la luz y la verdad de Cristo broten de ellas día tras día
y noche tras noche.
19:3 - No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. El
evangelio en las estrellas es visto en todo lugar donde
Salmos 1-50
131
viva el hombre, y su mensaje no puede ser silenciado por el
hombre mortal o sus gobiernos.
19:4 - Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo
del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para
el sol. En Romanos 10:18 el apóstol Pablo enfatiza
nuevamente esta verdad en cuanto a que la voz de los
cuerpos celestes, proclamando el evangelio de Cristo, ha
salido por toda la tierra. Y, como podemos observar, Dios
ha colocado el sol en los confines de los cielos.
19:5 - Y éste, como esposo que sale de su tálamo, se
alegra cual gigante para correr el camino. El sol es
comparado con un nuevo esposo en toda su fortaleza y
su gloria, como un hombre fuerte que se regocija en
correr la carrera de la vida.
19:6 - De un extremo de los cielos es su salida, y su
curso hasta el término de ellos; y nada hay que se
esconda de su calor. Es muy posible que David aquí
comience a pensar en el Sol de Justicia que se levantará
con sanidad en Sus alas. Hay sanidad para todos aquellos
que claman al Señor Jesús.
Segunda parte (19:7-11)
Los caminos de Dios revelados por
medio de Su Palabra
19:7 - La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo.
Ahora David pasa de contemplar los cuerpos celestes a
meditar sobre las riquezas de la ley de Dios. Su ley es
132
Salmos 1-50
perfecta en el sentido que es completa. También hace sabio
al hombre, porque en Cristo, el Verbo encarnado, “están
escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento” (Colosenses 2:3).
19:8 - Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran
el corazón; el precepto de Jehová es puro, que alumbra los
ojos. A través de los mandamientos (“preceptos”, NVI) de
Dios experimentamos verdadero gozo y regocijo,
especialmente cuando el Espíritu Santo ilumina la Palabra
de Dios. La ley purifica y devuelve la verdadera luz de
Cristo a nuestros ojos (comp. Sal. 119:130).
19:9 - El temor de Jehová es limpio, que permanece para
siempre; los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
El temor del Señor, que es el principio de la sabiduría,
nos hace y nos mantiene limpios. Un santo temor de Dios
evitará que pequemos. Sus juicios son todos justos en
cualquier situación en que podamos encontrarnos. Esto
es algo que Job descubrió en medio de su terrible prueba.
19:10 - Deseables son más que el oro, y más que mucho
oro afinado; y dulces más que miel, y que la que destila del
panal. Como la sabiduría, los mandamientos de Dios, son
de mucho mayor valor que cualquier otra cosa que podamos
desear en esta vida. Son más dulce que la miel más escogida
que se saca del panal de las abejas jóvenes, antes que éstas
salgan de su celda de crianza; una miel que se dice que en
los tiempos antiguos era la más preciada en el Oriente. La
Palabra de Dios es una guía segura, una luz verdadera que
nos muestra adónde vamos y el verdadero significado de la
vida. Cualquier persona que posea esta luz es muy rica.
Salmos 1-50
133
19:11 - Tu siervo es además amonestado con ellos; en
guardarlos hay grande galardón. Es a través de la
instrucción de la ley, que se nos advierte de las trampas y
los obstáculos de esta vida. Al guardar la ley recibimos
buena recompensa, en esta vida y en la eternidad. ¡Qué
tristeza la del que rechaza la Palabra! Está atrapado en el
pecado y los dolores que lo acosan durante todo el
peregrinaje de su vida.
Tercera parte (19:12-14)
David clama por un corazón limpio
19:12 - ¿Quién podrá entender sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos. En la tercera parte de
este salmo, David pasa a considerar sus necesidades
personales, como todos deberíamos hacerlo por la gracia
de Dios. ¿Cómo puede el hombre mortal ser persuadido
de sus faltas y errores si no es por la revelación del Espíritu
de Dios? Siempre está el peligro de caer en la categoría
de quienes describe Proverbios 30:12: “Hay generación
limpia en su propia opinión, si bien no se ha limpiado de
su inmundicia”. Debemos clamar continuamente al Señor
que nos limpie de las faltas secretas sobre las que no
tenemos conocimiento (ver Lc. 9:55).
19:13 - Preserva también a tu siervo de las soberbias;
que no se enseñoreen de mí; entonces seré íntegro, y estaré
limpio de gran rebelión. David dirige su atención a los
pecados de presunción que emanan de la soberbia del
corazón. Los rabinos señalaban la diferencia entre los
pecados de ignorancia y los pecados de presunción de esta
134
Salmos 1-50
manera: los que son cometidos debido a nuestra debilidad y
contra nuestra voluntad, son pecados de ignorancia.
Pablo dice en Romanos 7:19: “Porque no hago el bien
que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago”. Aun el
gran apóstol Pablo, en los comienzos de su vida cristiana,
debía luchar para hacer lo correcto, debido a su naturaleza
carnal. Pero los pecados de presunción son pecados que
cometemos porque hallamos placer en ellos. Son los más
detestables. El clamor de los píos y de los devotos es que
Dios no les permita regodearse en ellos.
19:14 - Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación
de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y
redentor mío. Finalmente, tenemos el clamor de los santos:
que nuestras palabras sean aceptables ante los ojos de un
Dios santo. En este versículo, las palabras de nuestra boca
y la meditación de nuestro corazón están directamente
relacionadas. Aquello sobre lo que meditamos y pensamos
en nuestro corazón se manifestará a través de nuestros
labios. Por esto, Jesús continuamente ponía énfasis en la
necesidad de lavar la parte de adentro de la taza, y no
solamente la exterior.
Para ser un hombre o una mujer perfectos, cuyas palabras
son puras y aceptables a los ojos del Señor, debemos amar
la pureza de corazón (Pr. 22:11). Además, las meditaciones
de nuestro corazón deben ser puras. Debemos controlar
cada palabra que hablamos y cada cosa que pensamos,
para asegurarnos que sean agradables al Señor y no
ofensivas para Él (Fil. 4:8).
Salmos 1-50
135
Que esta oración de David esté con frecuencia en nuestros
labios, y que nuestras vidas (en pensamiento, palabra y obra)
sean agradables a aquel a quien daremos cuenta de las obras
realizadas mientras estamos en estos cuerpos mortales.
137
SALMO 20
Este salmo fue compuesto para los cultos en el
tabernáculo, cuando David salía a una batalla o en
momentos de angustia. Fue escrito en el tiempo en que
David salía a librar las batallas de Jehová, mientras reinaba
en Sion. Lo cantaba la congregación para alentar al rey
que salía a luchar.
Al músico principal. Salmo de David.
20:1 - Jehová te oiga en el día de conflicto; el nombre
del Dios de Jacob te defienda. La congregación canta el
estribillo: “Jehová te oiga en el día de conflicto”. El
pueblo tenía gran confianza en la relación de David con
el Señor, y esperaban con confianza que Él escuchara el
más leve clamor de su rey. Por experiencia, David
conocía al Señor según el significado de cada uno de
Sus nombres. Como consecuencia adicional de su
relación con el Señor, David conocía la bendición de
Proverbios 18:10: “Torre fuerte es el nombre de Jehová;
a Él correrá el justo, y será levantado”.
20:2 - Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sion te
sostenga. La congregación reconoce que sin el Señor, David
no podría obtener la victoria. Por lo tanto, ora para que su
138
Salmos 1-50
ayuda provenga del mismo santuario de Dios en los cielos, y
que sea fortalecido desde la Sion celestial, donde el Señor reside.
Esta connotación de ayuda y fortaleza que viene de Sion, sugiere
que el que busca ayuda debe vivir una vida santa, en relación
correcta con el Dios santo.
20:3 - Haga memoria de todas tus ofrendas, y acepte tu
holocausto. Selah. Luego, la asamblea de los santos trae
a memoria todas las ofrendas y holocaustos (sacrificios
totalmente quemados) que el rey David ha presentado
ante el Señor y los enumera, como tratando de dar una
razón por la cual Dios debería favorecerlo en la batalla.
Es importante darnos cuenta de que lo que damos a los
pobres lo estamos prestando al Señor, y Él nos lo
devolverá (Pr. 19:17). ¡Oh, que podamos invertir
generosamente en el banco de los cielos para tener qué
sacar de allí en tiempo de necesidad!
20:4 - Te dé conforme al deseo de tu corazón, y cumpla todo
tu consejo. La congregación continúa, y ora para que el Señor
dé a David lo que su corazón desea, para que se cumpla (o
confirme) así la palabra de David como mensajero del Señor.
20:5 - Nosotros nos alegraremos en tu salvación, y
alzaremos pendón en el nombre de nuestro Dios; conceda
Jehová todas tus peticiones. La congregación, llena de fe
y confianza en la fidelidad de Dios hacia David, declara
que se gozará en la salvación de Dios para el rey. Esperan
con expectativa el momento de colgar los estandartes del
enemigo en la casa del Señor, porque Dios cumplirá todas
las peticiones del rey. ¡Es tan bueno ver cómo la
congregación de Israel apoyaba a su rey cuando éste salía
Salmos 1-50
139
a la batalla! Así debemos actuar nosotros cuando enviamos a
nuestro pastor o a un misionero de nuestra iglesia o
congregación a un campo extranjero.
20:6 - Ahora conozco que Jehová salva a su ungido; lo
oirá desde sus santos cielos con la potencia salvadora de
su diestra. Ahora el salmo cambia su estribillo. David,
que experimenta la fortaleza y el aliento de las oraciones
de los justos, declara que sabe que el Señor salva a Su
ungido y que escucha desde los cielos cuando clama a Él.
20:7 - Estos confían en carros, y Ellos en caballos; mas
nosotros del nombre de Jehová nuestro Dios tendremos
memoria. Los enemigos de David confiaban en sus
enormes ejércitos con carros y caballería. Pero David, en
una declaración de fe, sostiene que recordará el nombre
del Señor en la batalla. Esto es exactamente lo que sucedió
en los días de Josafat, que clamó al Señor cuando iba a la
batalla (2 Cr. 20:3-13; 20:22).
20:8 - Ellos flaquean y caen, mas nosotros nos levantamos,
y estamos en pie. Al final, los justos siempre triunfan.
Nuestros enemigos son derribados, pero nosotros nos
levantamos y permanecemos de pie.
20:9 - Salva, Jehová; que el Rey nos oiga en el día que
lo invoquemos. Este salmo concluye con una oración de
confianza: “Oh, Señor, sálvanos, y como nuestro Rey de
reyes, escúchanos cuando clamemos a ti”. Que este salmo
siempre sea nuestro testimonio y canto de victoria cuando
salgamos a pelear las batallas de nuestro Dios contra
Sus enemigos.
141
SALMO 21
El salmo 21 es compañero del salmo 20. Es el cumplimiento
de las oraciones de la congregación a favor del rey cuando
éste salía a la batalla. Por esto, se lo ha llamado “Oda triunfal
del rey”. Fue escrito cuando David regresó de luchar contra
sus enemigos en la primera etapa de su reinado en Sion.
Al músico principal. Salmo de David.
21:1 - El rey se alegra en tu poder, oh Jehová; y en tu
salvación, ¡cómo se goza! El salmo comienza con el
regocijo de David por el gozo que dan las victorias de Dios.
Dios fortaleció a David en las batallas y le dio la victoria.
21:2 - Le has concedido el deseo de su corazón, y no le
negaste la petición de sus labios. Selah. Dios ha dado a
David el deseo de su corazón, y ha respondido a todo lo
que él ha pedido (comp. Sal. 20:4).
21:3 - Porque le has salido al encuentro con bendiciones
de bien; corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.
Dios da la bienvenida no sólo a David, sino a Su propio y
precioso Hijo al regreso del campo de batalla, que concluyó
con la gran victoria de la cruz. Y le ha dado como recompensa
una corona de oro puro; la corona de los vencedores.
142
Salmos 1-50
21:4 - Vida te demandó, y se la diste; largura de días
eternamente y para siempre. Cristo ha recibido vida eterna.
David también fue hecho partícipe de esta vida eterna, ya
que será levantado en la segunda venida para ser príncipe
de Jerusalén en el milenio (Ez. 34:23-24; 37:24-25).
21:5 - Grande es su gloria en tu salvación; honra y
majestad has puesto sobre Él. La gloria de David y la de
su hijo más grande, Cristo, son realzadas por las victorias
que Dios les dio. Esto también se aplica a nuestras vidas.
Cuantas más victorias obtengamos por la gracia de Dios,
mayor será nuestra gloria eterna.
21:6 - Porque lo has bendecido para siempre; lo llenaste
de alegría con tu presencia. El rey David y el Señor
Jesucristo son bendecidos para siempre. Ambos se han
llenado de alegría al aparecer delante del Padre Celestial.
La bendición de ver Su rostro también espera a todos
aquellos que venzan, y quienes vean Su rostro serán hechos
como Él es (1 Jn. 3:2).
21:7 - Por cuanto el rey confía en Jehová, y en la
misericordia del Altísimo, no será conmovido. Fue la
confianza implícita que tanto Cristo como David tenían en
el Señor, la que les permitió recibir Su gracia para no caer.
Nosotros también debemos aprender esta preciosa lección.
21:8 - Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra
alcanzará a los que te aborrecen. Todos aquellos que
odian al Señor serán expuestos. No podrán ocultarse,
porque en la actualidad Dios está sacando todas las cosas
a la luz en Su iglesia.
Salmos 1-50
143
21:9 - Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de
tu ira; Jehová los deshará en su ira, y fuego los consumirá.
Serán juzgados y echados al lago de fuego y azufre en la
segunda venida.
21:10 - Su fruto destruirás de la tierra, y su descendencia
de entre los hijos de los hombres. El fruto de todas sus
malas obras también será destruido, así como sus hijos,
que serán arrancados de la tierra de los vivos.
21:11 - Porque intentaron el mal contra ti; fraguaron
maquinaciones, mas no prevalecerán. En primera
instancia, esta frase se refiere a los enemigos de David.
Estos eran las naciones paganas de alrededor (tales como
los filisteos) que buscaban destronar a David. En
particular, se refiere a la conquista de Rabá de los hijos
de Amón (2 S. 12:26). No obstante, también se refiere a
los paganos que arremeterán contra Cristo en Su segunda
venida, para frustrar Sus propósitos. Ellos también serán
completamente destruidos.
21:12 - Pues tú los pondrás en fuga; en tus cuerdas
dispondrás saetas contra sus rostros. Ellos huirán del
rostro del Señor cuando Él descienda sobre ellos desde el
este, para defender a Su amada ciudad: Jerusalén.
21:13 - Engrandécete, oh Jehová, en tu poder; cantaremos
y alabaremos tu poderío. El salmo culmina con una dulce
nota de alabanza al Señor, exaltándolo por toda Su
bondad para con David y con Cristo. Nunca olvidemos
alabarlo por las victorias que nos da, exaltándolo con
manos levantadas.
145
SALMO 22
Más que ningún otro, este salmo retrata la agonía de Jesús
sobre la cruz. Está dirigido a “la cierva de la mañana”
(Ajelet-sahar), un título alegórico para el Señor mismo.
Comienza con las palabras de Cristo en la cruz: “Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” y cierra
(en el original hebreo) con las palabras: “Consumado
es”. Aunque no tenemos registro de ello en los
Evangelios, eminentes teólogos sostienen que todas las
palabras de este salmo fueron pronunciadas o susurradas
como oración por el Señor Jesucristo mientras estuvo
sobre esta tierra. Se desconocen las circunstancias en
que este salmo fue compuesto.
Al músico principal; sobre Ajelet-sahar.
Salmo de David.
22:1 - Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras
de mi clamor? El desesperado clamor del comienzo toca
al centro mismo del mensaje de la cruz. Cristo, el Santo,
se convirtió en pecado; por lo que Su Padre, en razón de
Su santidad, no podía mirar a Su amado Hijo. En el huerto
de Getsemaní, Él bebió la copa de nuestras iniquidades.
Horrorizado ante la suciedad y las abominaciones que esa
146
Salmos 1-50
copa contenía, Cristo clamó: “Padre mío, si es posible,
pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino
como tú” (Mt. 26:39).
Él que no conoció pecado, se había convertido en pecado
por nosotros (2 Co. 5:21). Él llevó nuestros pecados a la
cruz. Experimentó los dolores y la angustia de ser olvidado
por los hombres. Los discípulos habían huido cuando fue
traicionado por Judas y llevado prisionero por los guardias
del palacio. Conoció el dolor de ser negado por un
integrante de Su círculo más íntimo: Pedro. Cristo soportó
todo esto con santa fortaleza por la gracia del Espíritu
Santo que habitaba en Él.
Entonces Su Padre, Aquel que lo había amado desde el
comienzo y Aquel cuya voluntad Él había venido a hacer
al mundo, escondió de Él Su rostro. Este es el horror de la
verdadera soledad: ser desamparado por aquel a quien más
amamos. Por tanto, Cristo clamó en la cruz del Calvario:
“Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
(Mt. 27:46). Cuando más necesitaba de Su Padre, parecía
que Él lo había abandonado.
22:2 - Dios mío, clamo de día, y no respondes; y de
noche, y no hay para mí reposo. Muchas veces pasamos
por pruebas oscuras y parece que el Señor no oye o no
responde nuestras oraciones. El Señor Jesús
experimentó esto cuando clamó al Padre en el versículo
dos. Cristo clamó a Él día y noche, pero parecía como
si Su Padre no respondiera a las oraciones de Su propio
Hijo. Por un “momento”, el Padre escondió Su rostro
(Is. 54:7-8).
Salmos 1-50
147
22:3 - Pero tú eres santo, tú que habitas entre las
alabanzas de Israel. Entonces Cristo reconoce que es a
causa de Su propia santidad que Dios no contesta a Sus
oraciones; Él se había convertido en pecado por nosotros
en la cruz, y el Padre escondió temporalmente Su rostro
de Su Hijo. Dios habita en las alabanzas de Su pueblo.
Cuando lo alabamos y le damos gracias, Él se acerca a
nosotros y habita con nosotros. Pero en este caso, el Padre
escondió Su rostro de Su unigénito Hijo.
22:4, 5 - En ti esperaron nuestros padres; esperaron, y tú
los libraste. Clamaron a ti, y fueron librados; confiaron
en ti, y no fueron avergonzados. Cristo hace memoria de
ocasiones a lo largo de la historia de Israel, en las que sus
ancestros fueron librados porque confiaron en el Señor.
Clamaron a Dios y fueron librados. No sufrieron decepción
porque habían confiado en el Señor.
22:6 - Mas yo soy gusano, y no hombre; oprobio de los
hombres, y despreciado del pueblo. Cristo observa su
condición espiritual y declara que es un gusano, no un
hombre. Esta es una condición muy real a la que nos lleva
el Señor (una posición en que no somos nada y no tenemos
recursos), ya que un gusano no tiene esperanza y no puede
ayudarse a sí mismo. Esta experiencia nos hace
comprender que no podemos hacer absolutamente nada
para cambiar nuestras circunstancias, y nos lleva a
depender totalmente del Señor.
Muchos santos, a lo largo de los siglos, han sido llevados
a esa condición de insignificancia. En Job 25:4-6 leemos:
“¿Cómo, pues, se justificará el hombre para con Dios?
148
Salmos 1-50
¿Y cómo será limpio el que nace de mujer? He aquí
que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las
estrellas son limpias delante de sus ojos; ¿cuánto
menos el hombre, que es un gusano, y el hijo de hombre,
también gusano?”
El Señor llevó a Jacob a esa condición de insignificancia,
pero aun en ese lugar de total desamparo, Dios da esta
maravillosa seguridad en Isaías 41:14-15: “No temas,
gusano de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy
tu socorro, dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor.
He aquí que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno
de dientes; trillarás montes y los molerás, y collados
reducirás a tamo”. Esta es también una promesa para
Cristo en Su segunda venida.
22:7 - Todos los que me ven me escarnecen; estiran la
boca, menean la cabeza, diciendo:... Continúa el
sufrimiento de la cruz, y se nos relata en qué forma
ignominiosa los malvados se burlaban del Cordero de
Dios sin mancha, y se reían de Él en Su agonía. La
expresión “estiran la boca” hace referencia a un gesto
vil reservado para aquellos por quienes se siente el
mayor desprecio. Según Mateo 27:33-43, hay cinco
formas de sarcasmo que fueron dirigidas al Señor
mientras estaba en la cruz.
22:8 - Se encomendó a Jehová; líbrele Él; sálvele, puesto
que en Él se complacía. Después se burlan de Dios mismo,
de Su sabiduría y Su compasión, sugiriendo que no liberará
a aquel que se deleitaba en Él. Esto es, verdaderamente,
un ataque contra Dios.
Salmos 1-50
149
22:9 - Pero tú eres el que me sacó del vientre; el que me
hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi
madre. Cristo medita sobre el hecho de que fue Dios quien
lo sacó del vientre de María, Su madre, y le dio esperanza
cuando era un bebé. Debemos tener conciencia del
llamado de Dios sobre nuestras vidas desde una edad muy
temprana, como sucedió con Cristo y Samuel. Esto nos
preservará cuando pasemos por las difíciles tentaciones
que atraviesan los adolescentes, y nos guardará en la edad
mayor también.
22:10 - Sobre ti fui echado desde antes de nacer; desde el
vientre de mi madre, tú eres mi Dios. Cristo tuvo una
actitud de santa dependencia de Su Padre Celestial desde
el vientre. Por tanto, aquí podríamos hacer una pausa y
reflexionar sobre el terrible crimen del aborto, el cual ataca
la esperanza en Dios de los que aun no han nacido.
22:11 - No te alejes de mí, porque la angustia está cerca;
porque no hay quien ayude. Aquí continúa la descripción
del tiempo en que Cristo estaba sobre la cruz. El Señor
apela a Su Padre pidiéndole ayuda en un momento terrible,
ya que no hay nadie más que lo consuele.
22:12 - Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de
Basán me han cercado. Fuertes toros de Basán es una
expresión simbólica acerca de aquellos que están bien
alimentados. Basán era una región al este del Jordán, hacia
el norte de Galaad, conocida por su fertilidad. Por lo tanto,
la expresión se refiere a los obesos fariseos que
malignamente se oponían al Señor y trataban de destruirlo
y pisotearlo.
150
Salmos 1-50
22:13 - Abrieron sobre mí su boca como león rapaz y
rugiente. Aquí dice que también eran como leones
hambrientos, deseosos de devorar la presa que era Cristo.
22:14 - He sido derramado como aguas, y todos mis
huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera,
derritiéndose en medio de mis entrañas. Había quedado
reducido a agua (una situación en que ya no existe
resistencia) por todas estas aflicciones. Si queremos ser
líderes piadosos dentro del cuerpo de Cristo, debemos ser
llevados a esta condición espiritual, en que gozosamente
aceptamos todo aquello que el Señor elija para nosotros.
Este estado espiritual encuentra su mejor descripción en
Proverbios 21:1: “Como los repartimientos de las aguas,
así está el corazón del rey en la mano de Jehová; a todo
lo que quiere lo inclina”. Job también poseía esta santa
sumisión, ya que en Job 10:10 leemos: “¿No me vaciaste
como leche, y como queso me cuajaste?”
Después dice: “Todos mis huesos se descoyuntaron”.
Esto describe el dolor y las consecuencias físicas de la
crucifixión. Colocar una víctima sobre la cruz y luego
elevarla era suficiente para descoyuntar todos sus
huesos. Esto aumentaba las posibilidades de una muerte
más rápida.
El corazón de Cristo se volvió como de cera, derritiéndose
a causa de los insultos que al final lo mataron
prematuramente, ya que murió porque Su corazón estaba
destrozado (Sal. 69:20). Por esta razón, de Su cuerpo
salieron sangre y agua cuando el soldado le clavó una
lanza en el costado (Jn. 19:34).
Salmos 1-50
151
22:15 - Como un tiesto se secó mi vigor, y mi lengua se
pegó a mi paladar, y me has puesto en el polvo de la
muerte. Cristo exclama que Su fortaleza se ha secado.
Así sufrían los que eran crucificados. La humedad natural
de su cuerpo se perdía a través de las glándulas
sudoríparas, debido al dolor y la agonía de la cruz.
Finalmente, compara el estado de Su cuerpo con el de
un pedazo de vasija de barro roto, que ha pasado por el
horno y del cual se ha evaporado hasta la última partícula
de humedad.
Debido a los terribles castigos que ya había sufrido, era
posible que el Señor tuviera una fiebre muy alta. Esto
sin duda contribuyó, en gran medida, a la pérdida de
humedad en Su cuerpo. Además estaba sujeto a los
terribles tormentos del infierno, ya que Su lengua
anhelaba desesperadamente un poco de agua. La
condición de Su cuerpo era como si estuviera a punto de
convertirse en polvo. Como vemos, Cristo sufrió
horriblemente en la cruz.
22:16 - Porque perros me han rodeado; me ha cercado
cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies.
Sobre esa cruz el bendito Cordero de Dios no sólo
estaba rodeado por los orgullosos y obesos fariseos,
sino también por otras personas de más baja condición,
que vanamente repetían como un eco la voz de sus
amos. Ellos formaban lo que se llama “la congregación
de los impíos”, que representan a las personas de la
iglesia que no tienen profesión de verdadera piedad.
El Señor mismo habla de ellos en Apocalipsis 3:9 como
la “sinagoga de Satanás”. Son las personas que
152
Salmos 1-50
pidieron a gritos a Pilato que crucificara a Cristo. Ellos
horadaron Sus manos y Sus pies (ver Zac. 13:6).
22:17 - Contar puedo todos mis huesos; entre tanto, ellos
me miran y me observan. El cuerpo de Cristo estaba tan
consumido a causa de la severidad de Sus sufrimientos,
que hasta podían notarse todos Sus huesos a través de la
piel seca y tirante.
22:18 - Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa
echaron suertes. Mirando hacia abajo desde la cruz, Cristo
observa a los soldados, cuyo pago por esta horrible tarea
era llevarse las ropas de los condenados. Ellos repartieron
las ropas del Señor entre sí. Jesús comenta con santa
indiferencia y resignación que los soldados se reparten lo
que queda de Sus escasas posesiones terrenales. Echan
suertes sobre Su túnica, porque al no tener costura, no
pueden partirla (Jn. 19:23-24).
22:19 - Mas tú, Jehová, no te alejes; fortaleza mía,
apresúrate a socorrerme. Una vez más Jesús apela a Su
Padre Celestial, pidiéndole que se apresure a ayudarle,
que no se aparte de Él. El Señor Jesús nos dice de dónde
recibió Su fortaleza: Su Padre era Su fortaleza. De la
misma manera, nuestro Padre Celestial debe ser nuestra
fortaleza en toda situación.
22:20 - Libra de la espada mi alma, del poder del perro
mi vida. Aquí, Jesús, desde la cruz, dice que sus atacantes
tienen espadas. Sin duda estaba mirando hacia abajo a los
soldados que, armados con espadas, estaban ubicados de
tal manera que asegurase que nadie tratara de rescatarlo y
Salmos 1-50
153
bajarlo de la cruz antes que muriera. Pero también ruega a Su
Padre que Su alma sea protegida de los perros (es decir,
aquellos que son espiritualmente impuros) que lo rodean y se
burlan de Él.
22:21 - Sálvame de la boca del león, y líbrame de los
cuernos de los búfalos. Jesús clama nuevamente para
ser librado de la boca del león, que son los fariseos y
sumos sacerdotes que habían planeado Su crucifixión.
La RV traduce así la segunda mitad del versículo: “...y
óyeme librándome de los cuernos de los unicornios”.
El unicornio, que está ya extinguido, era similar a un
caballo salvaje con cuernos. Su mención hace referencia
a la bestialidad de Sus atacantes. En la triunfal certeza
de que el Señor lo ha salvado de todos ellos, pasa ahora
de la oscuridad y la desesperación, a mirar al futuro
con confianza.
22:22 - Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de
la congregación te alabaré. Aun estando en la cruz, el Señor
podía ver más allá de Su agonía y decir triunfante que iba a
declarar el nombre de Dios a Sus hermanos y alabarlo en
medio de los santos lavados por Su sangre. Pablo desarrolla
este tema en Hebreos 2:12, donde dice que Jesús cantará
alabanzas a Dios en medio de Su iglesia (“Te cantaré himnos
en medio de la congregación”, DHH). Conozco personas
que han escuchado claramente la voz del Señor cantando
durante un momento de adoración congregacional.
22:23 - Los que teméis a Jehová, alabadle; glorificadle,
descendencia toda de Jacob, y temedle vosotros,
descendencia toda de Israel. Aun estando en la cruz, Jesús
154
Salmos 1-50
alentaba a Su pueblo a alabar al Señor. El temor del Señor,
que es una unción, hará que lo alabemos.
22:24 - Porque no menospreció ni abominó la aflicción
del afligido, ni de Él escondió su rostro; sino que cuando
clamó a Él, le oyó. Con una nota de triunfo, el Señor Jesús
dice que Dios no ha despreciado a los afligidos, sino que
ha oído sus oraciones.
22:25 - De ti será mi alabanza en la gran congregación;
mis votos pagaré delante de los que le temen. ¿Cómo pudo
obtener Jesús esta nota de victoria, aun en el momento
oscuro de la cruz? Pablo nos dice en Hebreos 12:2 que
fue por el gozo puesto delante de Él, que Cristo pudo
soportar la cruz. Por ello, en medio de Su grandísimo
sufrimiento, Jesús conoció el gozo que le esperaba una
vez que concluyera Su carrera.
22:26 - Comerán los humildes, y serán saciados; alabarán
a Jehová los que le buscan; vivirá vuestro corazón para
siempre. Son los humildes los que se regocijan y agradecen
al Señor por toda Su bondad para con ellos. Los humildes
se saciarán al alimentarse de la mesa del Señor. Esto debe
ser entendido dentro del contexto de la cruz. Solamente
los corderos humildes pueden disfrutar de sentirse
saciados, satisfechos.
22:27 - Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines
de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán
delante de ti. Cristo vislumbra lo que tiene por delante y la
obra de redención entre las naciones, y prevé que las naciones
del mundo se volverán a Él en Su segunda venida.
Salmos 1-50
155
22:28 - Porque de Jehová es el reino, y Él regirá las
naciones. El reino del que aquí se habla es,
específicamente, el de Israel. Pero también tiene una
aplicación más amplia: la de todas las naciones que
serán gobernadas por el Señor en Su reinado durante
el milenio.
22:29 - Comerán y adorarán todos los poderosos de la
tierra; se postrarán delante de Él todos los que descienden
al polvo, aun el que no puede conservar la vida a su propia
alma. Todos caerán de rodillas y adorarán al Señor cuando
Él regrese. Pablo señala en forma contundente este hecho
en Filipenses 2:9-11: “Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo
nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda
rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y
debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo
es el Señor, para gloria de Dios Padre”.
22:30 - La posteridad le servirá; esto será contado de
Jehová hasta la postrera generación. Habrá una simiente
de posteridad que servirá al Señor, y será contada como
descendencia Suya. Isaías profetizó que Él vería “su
simiente” (Is. 53:10). Usted y yo somos esa simiente
cuando nacemos de nuevo.
22:31 - Vendrán, y anunciarán su justicia; a pueblo no
nacido aún, anunciarán que Él hizo esto. Entonces, esta
simiente, que permanecerá para siempre delante de Él,
declarará de una generación a otra, la justicia de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo. ¡Amén y amén!
156
Salmos 1-50
Quisiera agregar, amados, que uno de los requisitos para estar
entre aquellos que son levantados en la primera resurrección
es participar de Sus padecimientos y ser semejantes a Él en
Su muerte (Filipenses 3:10). Meditemos frecuentemente sobre
este salmo, con el fin de comprender con profundidad los
sufrimientos de Cristo, de los cuales todos, en una u otra
medida, debemos participar. Pero sin duda, al aumentar las
presiones, también aumentará la gracia de Dios que nos
sostiene, para que podamos ser “más que vencedores por
medio de Aquel que nos amó”.
157
SALMO 23
Este amado salmo, el más citado de todos, no fue escrito,
como muchos podrían conjeturar, cuando David era un
pastorcito que cuidaba las ovejas de su padre en Belén.
Por el contrario, David lo escribió cuando huía de Absalón,
ya que contiene verdades que sólo un santo maduro, en la
mitad de sus años, podría escribir. Revela experiencias
progresivas en nuestro andar espiritual con Dios, que nos
permiten apreciar Su guía en nuestra vida para llevarnos
a mayores alturas de gloria en Él.
Salmo de David.
23:1 - Jehová es mi pastor; nada me faltará. David
presenta un aspecto de la naturaleza y el carácter de Dios,
y declara que es Su pastor. En muchos lugares de la Palabra
de Dios se habla del Señor como Pastor de Su pueblo (ver
Sal. 80:1; He. 13:20; 1 P. 2:25; 5:4). Cuando el Señor
Jesucristo estuvo en la tierra dijo: “Yo soy el buen pastor”
(Jn. 10:11). La palabra “buen” no se refiere a que el Señor
es moralmente bueno (¡aunque lo es!), sino a que es bueno
como pastor.
El bienestar de una oveja depende casi exclusivamente
del carácter del pastor, aunque también es importante que
158
Salmos 1-50
el pastor pueda proveer para sus ovejas. El pastor es dueño
de su rebaño porque ha pagado un precio por él. De la
misma manera, Dios nos compró al precio de la muerte
de Su propio Hijo amado; el mayor precio que un pastor
podría pagar por su rebaño. Es lo que Pablo dice en 1
Corintios 6:19, 20: “Ustedes no son sus propios dueños;
fueron comprados por un precio” (NVI). Por lo tanto,
Cristo pudo decir en Juan 10:11, 15 que Él es el Buen
Pastor que da Su vida por Sus ovejas. Él conoce a cada
una por su nombre (Jn. 10:14). El pastor está tan
identificado con sus ovejas que hasta siente sus
frustraciones (Is. 63:9).
“Nada me faltará”. David dice que gracias a la grandeza
y la bondad de su Pastor, el Señor Jesucristo, a Él no le
faltará ninguna cosa buena, ni espiritual ni natural. Las
ovejas necesitan un buen pastor que les provea, son
completamente indefensas y carecen del más mínimo
sentido de orientación. Como dice Isaías 53:6: “Todos
nosotros nos descarriamos como ovejas”. La persona a
quien elegimos como nuestro pastor (ministro o padre
espiritual) marca toda la diferencia. La idea de que “no
falte nada” es más que no carecer de cuidados naturales o
espirituales. Nos habla de un profundo sentido de
contentamiento; una paz y una serenidad tan profundas
que ni siquiera la sombra de la muerte puede perturbarnos.
23:2 - En lugares de delicados pastos me hará descansar;
junto a aguas de reposo me pastoreará. Una de las tareas
más difíciles que tiene un pastor en el cuidado de sus
ovejas es la de hacer que se recuesten, porque son animales
muy inquietos.
Salmos 1-50
159
Cuatro cosas son esenciales para que
una oveja descanse o se recueste:
1) Tiene que estar libre de temor, porque las ovejas son
muy temerosas.
2) Tiene que estar libre de fricciones con otras ovejas del
rebaño.
3) Tiene que estar libre del tormento de las moscas u otros
parásitos.
4) Tiene que estar satisfecha. En otras palabras, para que
una oveja se recueste y descanse, debe estar libre de
miedos, tensiones, mortificación, y hambre.
El temor es un tormento, pero el perfecto amor echa fuera
el temor (1 Jn. 4:18). Un profundo amor por el Pastor de
nuestras almas y la conciencia de que Él nos ama y nos
cuida nos liberará del temor. Necesitamos tener la
seguridad personal de Hebreos 13:5, en cuanto a que el
Señor nunca nos dejará ni nos desamparará. También
debemos estar libres de fricciones con otros cristianos.
Debemos hacer todos los esfuerzos posibles por vivir en
paz con todos los hombres, sin ceder en nuestros principios
(He. 12:14).
Las contiendas sólo se producen cuando hay soberbia y
un ego demasiado grande (Pr. 13:10). Por lo tanto, si
andamos en humildad y mansedumbre, los demás no nos
harán perder el sueño ni la paz de nuestro corazón. La
clave es no estar pendiente de las personas, sino centrados
en Cristo. Debemos ser bondadosos con los demás y
perdonarlos cuando nos hacen mal (Ef. 4:32), sin insistir
permanentemente en que las cosas sean siempre según
160
Salmos 1-50
nuestra voluntad. Las moscas y los parásitos hacen referencia
a los malos espíritus o los malos hábitos. El yugo de esclavitud
es destruido por la unción, por un encuentro personal con
Dios (Is. 10:27).
Las ovejas sólo descansan cuando están satisfechas por
haber comido bien. Los lugares de pastos delicados son
resultado de mucho trabajo y de la habilidad del pastor,
ya que la tierra en Palestina generalmente está quemada,
demasiado seca, y resquebrajada. Los pastos delicados o
“verdes” (ver NVI) sólo se obtienen como resultado de
una siembra cuidadosa, un arado profundo, y riego
abundante. De la misma manera, el buen pastor (pastor o
maestro espiritual) debe invertir mucho tiempo y energía
en encontrar buenos pastos en la Palabra de Dios para
alimentar a su rebaño. (Ver la descripción del buen pastor
en Números 27:17, esp. NVI).
Tenemos que estudiar con empeño y poner en orden
muchos proverbios para que nuestro rebaño se alimente
(Ec. 12:9). Todo aquel que es usado por Dios para
enseñar, debe buscar constantemente en el Señor
verdades frescas de Su Palabra, y meditar constantemente
en ella. En cierto país donde ministré hace muchos años,
todos los miembros de las congregaciones eran
espiritualmente muy débiles. La causa de esto era que
sus pastores les daban la misma alimentación todas las
semanas, enseñándoles solamente acerca de la salvación,
el bautismo en agua y el bautismo del Espíritu Santo.
Así como lo fue Esdras en la antigüedad, debemos aspirar
a ser estudiantes de la Palabra de Dios que sean capaces
de abrir esa Palabra de manera que la gente pueda
Salmos 1-50
161
comprenderla. Debemos tener conocimiento de cada versículo
de la Biblia, y enseñarlos a la gente con absoluta claridad
(Neh. 8:7, 8).
“Junto a aguas de reposo me pastoreará”. Hay tres
fuentes de aguas para las ovejas: el rocío que cae sobre el
pasto, los pozos, y los manantiales o arroyos. Cabe señalar
aquí que las ovejas están compuestas en un 70% por agua.
Entonces, la falta de agua, les causará deshidratación,
enfermedades de los tejidos, y un deterioro general de la
salud. Por lo tanto, una buena provisión de agua es esencial
para que las ovejas estén sanas.
1) El rocío cae sobre el pasto antes del amanecer, cuando
todavía está oscuro en el campo. Este rocío satisface
la sed de las ovejas, permitiéndoles descansar
satisfechas todo el día a medida que aumenta el calor
del sol. Esto se relaciona con alimentarse del Señor
en las horas tempranas de la mañana, antes del alba.
Es escuchar Su voz. Cantar de los Cantares 2:17 dice:
“Hasta que apunte el día, y huyan las sombras,
vuelvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como
el cervatillo sobre los montes de Beter”. Esta era la
clave de la vida del Señor Jesucristo, como leemos
en Isaías 50:4: “Despertará mañana tras mañana,
despertará mi oído para que oiga como los sabios”.
El Señor pasaba tiempo con Su Padre cada mañana,
en oración. Lo oía hablar cada día. David dice en
162
Salmos 1-50
salmos 63:1: “De madrugada te buscaré”. Algo
digno de notar en la historia de la iglesia, es que
todos aquellos que han tenido un gran impacto en
su generación y las generaciones siguientes se
levantaban muy temprano por las mañanas para
encontrarse con el Señor en oración.
2) Muchas veces, los pastores obtenían agua para sus
ovejas en pozos profundos, en huecos oscuros
cavados en cuevas bajo la tierra. Esto nos habla de
los tesoros de oscuridad que podemos obtener
cuando atravesamos el valle de lágrimas (Valle
Baca), como nos dice el Salmo 84:6.
3) La otra fuente de agua para las ovejas eran los
manantiales o arroyos. Acsa rogó a su padre
Caleb que le diera las fuentes de arriba y de abajo
en la tierra del Neguev (Jue. 1:15). Esto nos habla
de la doble porción del Espíritu de Dios. Estas
fuentes de aguas representan el agua viva que
fluirá del pueblo de Dios en el avivamiento del
último día, durante la fiesta de los Tabernáculos
(Jn. 7:2, 38).
23:3 - Confortará mi alma. El contexto histórico de este
salmo en la vida de David es muy importante. Obviamente,
David se basa en sus experiencias de juventud como pastor
de ovejas (1 S. 16:11; 17:28). Pero este salmo fue
compuesto en Mahanaim, donde David había huido de su
hijo Absalón (2 S. 17:24). Por lo tanto, fue escrito después
del pecado de David con Betsabé. El alma de David estaba
“abatida” a causa de todos los problemas que estaba
Salmos 1-50
163
viviendo (Sal. 42:11). Su hijo Absalón lo había obligado a
huir de Jerusalén y lo perseguía, tratando de matarlo.
Además del sentido de “hacer perder el ánimo”, abatir significa
derribar o poner tendido algo que estaba en posición vertical.
Podríamos aplicar esta idea a una oveja que cae y queda
tendida sobre su espalda, y no puede levantarse. Si se le
deja en esta condición la oveja se convertirá en víctima de
las bestias salvajes, o bien, los gases que se producen en su
interior le cortarán la circulación sanguínea, provocándole
la muerte. Para restaurar a una oveja “abatida” el pastor
debe masajearla y hablarle suavemente para que recobre
su andar y su comportamiento anteriores. Así es como se
debe tratar a un cristiano “abatido”, que ha caído: con
cuidado suave y amoroso por parte de su pastor. Demasiados
reproches pueden matar a una oveja... y también a un
cristiano (ver Is. 57:16).
Existen tres razones básicas por las cuales
las ovejas quedan “abatidas”.
1) Suelen elegir lugares cómodos. Es decir, se niegan a
ir hacia pastos más difíciles. Se quedan acampando
alrededor de la misma montaña demasiado tiempo,
como Israel en la antigüedad (Dt. 2:3).
2) Si tienen demasiada lana. Esto nos habla de la vieja
vida que queda atascada y con excesivo peso por
la suciedad que debe ser eliminada.
3) Además, si están demasiado gordas, pueden caer
fácilmente. Se trata del “síndrome de Laodicea”:
164
Salmos 1-50
aumentar en riquezas naturales y volverse soberbios y
autosuficientes (Ap. 3:17). El Señor restauró el alma
de David de su estado de abatimiento.
Me guiará por sendas de justicia. En la vida del pastor y
de las ovejas no debe predominar una única verdad. Comer
demasiado de una cierta área puede destruir la tierra y las
ovejas. Al transitar siempre las viejas huellas, las ovejas
vuelven a los mismos senderos y, así, arruinan la tierra de
pastoreo. La clave es llevar continuamente a las ovejas a
nuevos pastos, y después de un tiempo, volver a los viejos
pastos que se han renovado.
Como maestros y líderes, debemos llevar continuamente
a nuestros rebaños a nuevas verdades en la Palabra de
Dios, maná fresco, y refrescarles regularmente su
memoria con respecto a las viejas verdades. Como dice
en Mateo 13:52, debemos poder sacar de nuestro tesoro
cosas nuevas (frescas) y viejas. Debemos llevar a
nuestros rebaños por las sendas de justicia, haciendo
caminos derechos para sus pies. Tenemos que mostrarles
en qué dirección deben andar.
Por amor de su nombre. El estado de los rebaños es un
reflejo del pastor que los cuida. Por ello, para gloria de
Dios debemos andar en sendas de justicia, realizando
las obras que el Señor ordenó desde antes de la fundación
del mundo para que anduviésemos en ellas, porque al
hacerlo damos honor y gloria a Su nombre (Ef. 2:10).
23:4 - Aunque ande en valle de sombra de muerte, no
temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y
Salmos 1-50
165
tu cayado me infundirán aliento. Este versículo marca una
división en el salmo. En Israel, el año está dividido. En los
meses de verano, el pastor saca a sus ovejas de las tierras
bajas y las lleva a las montañas y las cimas de las colinas.
Pero es allí donde se encuentran los peligros de los barrancos
y los leones de la montaña. Esto se conoce como “las alturas
de la heredad de Jacob” (ver Is. 58:14), y se refiere a subir
más alto en la montaña en comunión con el Señor.
Aparentemente el valle de sombra de muerte es el único
camino para llegar desde las llanuras más bajas hasta la
cima del monte de Sion. Tenemos que pasar por una
experiencia como la de Siclag para llegar a la cima del
monte Sion (ver 1 S. 30:1-9). Siclag significa un desastre
económico, perder todo lo que tenemos y a todos los que
amamos. Es una experiencia muy real, durante la cual la
muerte es una posibilidad muy concreta.
Hace muchos años, mi esposa y yo vivimos y
ministramos en Suiza. Muchas veces, en las áreas
montañosas de ese país, el sol brillaba sobre las zonas
más bajas, pero para alcanzar las cimas de las montañas
y las laderas más altas había que atravesar un techo de
nubes y un valle profundo. En el reino de Dios, el
camino para subir es descender (comp. Ef. 4:9).
Tenemos que quedar reducidos a cenizas antes de
obtener la belleza del Señor (Is. 61:3). La versión DHH
comienza así este versículo: “Aunque pase por el más
oscuro de los valles...” El concepto clave es “pasar”.
El Señor nunca nos lleva a cuevas; nos lleva a túneles.
Lo que quiero decir es que los túneles siempre tienen
un final esperado. Necesitamos la gracia del Señor para poder
166
Salmos 1-50
atravesar el valle de sombra de muerte y salir a la vida y el
descanso. Debemos pasar triunfantes por el valle de lágrimas
(dolores y problemas), como dice en salmos 84:6. Debemos
triunfar en el valle de sombra de muerte como David, que dijo:
“No temeré mal alguno, porque tú [Dios] estarás conmigo”.
Debemos ser más que vencedores en toda situación; aun en
persecuciones y angustias (Ro. 8:35-37).
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Los valles son
las mejores rutas. Generalmente son la ruta más rápida,
con buenas aguas y los mejores pastos. Pero también son
lugares peligrosos, donde la vara y el cayado son
absolutamente necesarios para el pastor. La vara es un arma
de defensa contra los predadores, pero también es un
instrumento de corrección para el rebaño. (La palabra hebrea
sábat, que aquí se traduce como “vara”, en Job 37:13 se
traduce como “azote”). Por lo tanto, es un símbolo de
autoridad. Todos los milagros de Moisés fueron realizados
utilizando su vara.
El propósito de la vara es también mantener en la fila a
una oveja que tiende a perderse con un rápido golpe la
enviara rápidamente de regreso al rebaño. El deber del
pastor es examinar y contar las ovejas. En Ezequiel 20:37
el Señor dice: “Os haré pasar bajo la vara” [es decir,
ser examinados]. A la puerta del redil, el pastor detiene
a las ovejas con su vara y las examina cuidadosamente
para ver si están enfermas, separando la lana. Es un acto
de bondad que el Señor, nuestro Pastor, nos haga pasar
bajo la vara, con el fin de controlar si tenemos alguna
enfermedad espiritual (comp. Sal. 139:23-24).
El cayado tiene tres usos específicos:
Salmos 1-50
167
1) El pastor lo usa para levantar a la oveja recién
nacida y ponerla al lado de su madre.
2) Se usa para atrapar a las ovejas y acercarlas al
pastor para que éste las examine más
cuidadosamente.
3) También se utiliza para guiar a las ovejas
presionándolas suavemente en el costado y
guiándolas hacia el camino recto. Las ovejas son
extremadamente obcecadas y se meten en muchos
problemas por seguir su propia voluntad, y así se
pierden en caminos peligrosos e infructuosos. De
la misma manera, el Señor usa Su cayado en la
vida del creyente para llevarlo a la iglesia donde
nació espiritualmente, examinarlo de cerca, y
guiarlo por el camino correcto.
23:5 - Aderezas mesa delante de mí en presencia de
mis angustiadores. Esto puede referirse a las altas
mesetas donde las ovejas pastan en verano. Los campos
de pastoreo deben ser limpiados de toda hierba
venenosa para que las ovejas puedan comer tranquilas.
Mahanaim, el lugar donde con toda probabilidad David
escribió este salmo, estaba en las tierras altas del este
de Galaad. El Señor preparó una mesa para David en
medio de todos sus enemigos. Cuanto más alto subamos
espiritualmente, estamos más expuestos a las críticas
y a la persecución. Aun cuando las personas hablen en
contra de nosotros, podemos tener un banquete continuo
en la presencia del Señor y en Su Palabra, y tener paz en el
168
Salmos 1-50
corazón. El salmo 110:2 dice que gobernaremos en medio
de nuestros enemigos.
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Muchas veces, las ovejas se golpeaban en la cabeza o
se llenaban de pulgas. El pastor ungía la cabeza de la
oveja con aceite como una medida profiláctica que
calmaba al animal. Ungir nuestra cabeza,
espiritualmente, nos protege de las “moscas” de Satanás
(malos pensamientos, etc.) y produce paz en nuestra
mente. El aceite de unción en Palestina era aceite de
oliva mezclado con azufre y especias.
Debemos ser ungidos con aceite fresco del trono (Sal. 92:10)
y con el óleo de alegría (Sal. 45:7). Damos gracias por la
unción de Dios sobre nuestras vidas, pero necesitamos ser
ungidos con una unción fresca y nueva. La forma de
aumentar la unción en nuestras vidas es pasar tiempo con
el Ungido. (Cristo significa “el Ungido” en griego).
Mi copa está rebosando, nos habla de una abundancia de
gozo y contentamiento (más gozo y bendiciones de las
que podemos contener) y de la unción.
23:6 - Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré
por largos días. El bien (la bondad) es una cualidad
inherente a Dios. Bondad significa hacer lo mejor para
los demás y ser incapaz de hacer el mal. Dios abunda en
bondad y misericordia (Ex. 34:6). David confiaba, no en
sí mismo, sino en que la bondad y la misericordia de Dios
siempre le serían extendidas. Es una declaración positiva de
Salmos 1-50
169
fe y seguridad en el amor de su Señor por Él.
Cuando andamos en la luz, como hijos de la Luz, todas
las cosas nos ayudan a bien (Ro. 8:28). El Señor es el
Buen Samaritano que derrama aceite y vino sobre
nuestras heridas cuando hemos sido golpeados o hemos
experimentado alguna desgracia. Además, si andamos
en obediencia, moraremos en la casa del Señor para
siempre; no sólo en esta vida, sino por toda la eternidad
(ver Ef. 2:7; Sal. 27:4; Jn. 8:34-35).
Cierta vez, Stanley Frodsham, ex editor de Pentecostal
Evangel y un querido amigo nuestro, caminaba por una
calle en su ciudad natal. Se le acercó una mujer que leía
las palmas de las manos, tomó su mano y le dijo: “Sr.
Frodsham, permítame que le diga su destino”. El Sr.
Frodsham sacó su mano de las que la sujetaban, y le dijo:
“No, gracias, señora. Ya me han dicho cuál es mi destino:
“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos
los días de mi vida, y en la casa de Jehová moraré por
largos días”. Sí, esta es la maravillosa seguridad que
tenemos como cristianos. La bondad de Dios siempre nos
cubrirá, y cuando las pruebas de esta vida hayan terminado
moraremos para siempre con Él. ¡Amén!
171
SALMO 24
El salmo 24 fue escrito en relación con el salmo 15, en el
tiempo en que David estaba trasladando el Arca de la casa
de Obed-edom al lugar donde sería colocada, en el
tabernáculo ubicado sobre el monte de Sion (2 S. 6). Este
himno se compuso y se cantó en ese tiempo.
Salmo de David.
24:1 - De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo, y
los que en Él habitan. Toda la creación, así como todo ser
vivo, pertenecen al Señor.
24:2 - Porque Él la fundó sobre los mares, y la afirmó
sobre los ríos. Él fundó la tierra sobre las aguas, lo
cual significa que le ha puesto límite a las orillas del
mar. El Señor dijo a las aguas: “Hasta aquí llegarás, y
no pasarás adelante, y ahí parará el orgullo de tus
olas” (Job 38:11).
24:3 - ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará
en su lugar santo? David pregunta, en el Espíritu, quién
podrá ir a Sion, el santo monte del Señor, y aparecer delante
de Su presencia. En el versículo cuatro, el Espíritu Santo
actuando en David, responde esta importante pregunta.
172
Salmos 1-50
24:4 - El limpio de manos y puro de corazón; el que no ha
elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. La
respuesta del Espíritu Santo tiene cuatro partes:
1) El limpio de manos: Significa que su servicio es
puro y limpio, ya que las manos se relacionan con
nuestro servicio. Esto tiene una aplicación para
nuestra vida secular. En Efesios 4:28, Pablo dice:
“El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje,
haciendo con sus manos lo que es bueno, para que
tenga qué compartir con el que padece necesidad”.
También tiene una connotación relativa al
ministerio. En 2 Corintios 4:1, 2, Pablo dice: “Por
lo cual, teniendo nosotros este ministerio según
la misericordia que hemos recibido, no
desmayamos. Antes bien renunciamos a lo oculto
y vergonzoso, no andando con astucia, ni
adulterando la palabra de Dios, sino por la
manifestación de la verdad recomendándonos a
toda conciencia humana delante de Dios”.
2) Puro de corazón: Esto nos habla de pureza en lo
moral y en las motivaciones. La instrucción de
Pablo a Timoteo fue que tratara a las mujeres
ancianas como madres, y a las jóvenes como
hermanas (1 Ti. 5:2). Debemos orar continuamente
la oración de David en el salmo 51:10: “Crea en
mí, oh Dios, un corazón limpio, [o puro] y renueva
un espíritu recto dentro de mí”. En Ezequiel 36:26,
27 el Señor promete darnos un corazón nuevo.
Salmos 1-50
173
En Apocalipsis 21:21 se nos dice que las calles de
la ciudad celestial son de oro puro, transparente
como vidrio. Por ejemplo, el vidrio transparente y
sin distorsión, del fino cristal danés, se produce
por medio de muchas molidas o rupturas. Es muy
costoso, porque lleva mucho tiempo producir un cristal
que no cree distorsiones. Es por medio de muchos
quebrantamientos y dificultades que nos volvemos
transparentes, y que nuestro corazón se purifica.
3) Que no ha elevado su alma a cosas vanas: Nadie
mejor que Salomón para conocer la vanidad de
este mundo, Él mismo nos la describe en
Eclesiastés 2:1-11: alegría, risa, vino, casas, viñas,
árboles, estanques de aguas, siervos y siervas, de
vacas y ovejas, plata y oro. Esto nos recuerda la
advertencia de Cristo en Lucas 12:15: “Mirad, y
guardaos de toda avaricia; porque la vida del
hombre no consiste en la abundancia de los bienes
que posee”.
Salomón no recibía placer de su vida de desenfreno.
En Eclesiastés 2:10, dice: “No negué a mis ojos
ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón
de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo
mi trabajo; y esta fue mi parte de toda mi faena”.
Pero concluye diciendo, en el versículo 11, que
todo esto fue vanidad y aflicción de espíritu.
4) Ni jurado con engaño: El hombre debe ser fiel a su
palabra. Todos aquellos que juran falsamente con el fin
de engañar serán echados al lago de fuego, ya que ese es el
174
Salmos 1-50
fin de todos los que mienten habitualmente (Ap. 21:8).
24:5 - Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios
de salvación. Quienes cumplan estas cuatro cosas
heredarán Su justicia como bendición. El apóstol Pablo
habla del don de la justicia en Romanos 5:17.
Esto, a su vez, fluye de las palabras del Señor en Mateo 5:6:
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados”. Deseemos profundamente,
no nuestra propia justicia, que es como trapo de
inmundicia (Is. 64:6), sino la justicia que es de Dios por
la fe (Filipenses 3:9).
24:6 - Tal es la generación de los que le buscan, de los que
buscan tu rostro, oh Dios de Jacob. Selah. Los que
ascienden al monte de Sion para habitar en la presencia del
Señor son los que continuamente buscan el rostro de Dios.
24:7 - Alzad, oh puertas, vuestras cabezas, y alzaos vosotras,
puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. Se oye entonces
el grito para que alcemos nuestras cabezas, y entre el Rey de
gloria. Esta es la promesa de Juan 14:21-23, donde el Señor
declara que el Padre y el Hijo morarán con aquellos que
guarden Sus mandamientos, porque sólo los hombres y
mujeres que son obedientes son los que verdaderamente
lo aman.
Estos versículos también se aplican a la segunda venida
del Señor. Jerusalén dará la bienvenida a su Libertador, al
Señor de gloria, que llega en las nubes para luchar por
ella contra todas las naciones que la han sitiado en los últimos
Salmos 1-50
175
días. El Señor, que es fuerte y poderoso en batalla, vencerá a
todos los enemigos de Israel. Cuando sigamos los pasos que
se nos presentan en este salmo, el Señor también librará
nuestras batallas.
24:8-10 - ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y
valiente, Jehová el poderoso en batalla. Alzad, oh puertas,
vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y
entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová de los ejércitos, El es el Rey de la gloria. Selah.
Este salmo termina en una forma verdaderamente hebrea,
con la repetición de la pregunta: “¿Quién es el verdadero
Rey de gloria?” No es otro que el rechazado Jesús de
Nazaret, que llegará desde el cielo sobre Su caballo blanco
en Su segunda venida. Él es el capitán de Jehová de los
ejércitos, que se encontró con Josué en las llanuras de
Jericó para luchar por Su pueblo. Así, Él regresará y
luchará contra todos Sus enemigos en la segunda venida.
Se exhorta a Sion a que abra sus puertas de par en par
para recibirlo. También nosotros, estemos siempre listos
para abrir las puertas de nuestros corazones y recibir a
nuestro bendito Señor como nuestro Rey guerrero.
177
SALMO 25
Este salmo fue escrito en los últimos años de David, después
de la insurrección de Absalón, cuando muchas personas se
levantaban contra Él. Es uno de los salmos acrósticos (o
alfabéticos), lo que quiere decir que la primera letra de cada
uno de los veintidós versículos de este salmo corresponde
al orden de las letras del alfabeto hebreo. Sin embargo, hay
dos excepciones: en el versículo 2 se omite la letra “wau” y
en los versículos 18 y 19 se repite “reƒ”. Otros salmos
acrósticos son: 37, 111, 112, 119, y 145. Todos estos salmos
son didácticos y, muy probablemente, esta forma fue elegida
para ayudar a su memorización. El salmo 25 es una oración
pidiendo instrucción y perdón.
Salmo de David.
25:1 - A ti, oh Jehová, levantaré mi alma. Parecería que
David estuviera levantando su alma al Señor, en angustia.
Esta es la única manera en que los piadosos y devotos
pueden triunfar en tiempos de adversidad: levantando su
entristecida alma al Señor. Es un esfuerzo que requiere
gran disciplina, pero es el camino para lograr la victoria.
25:2 - Dios mío, en ti confío; no sea yo avergonzado, no
se alegren de mí mis enemigos. Debemos clamar al Señor
178
Salmos 1-50
y poner nuestra confianza en Él; de lo contrario, seremos
avergonzados por nuestros enemigos.
25:3 - Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti
será confundido; serán avergonzados los que se rebelan
sin causa. Para nuestro bien, David repite la idea: si
ponemos nuestra confianza en el Señor, no seremos
avergonzados. Nos da la seguridad de que si esperamos
el tiempo perfecto del Señor la situación se revertirá.
Quienes se han levantado contra nosotros serán
avergonzados.
25:4 - Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; enséñame tus
sendas. Necesitamos que Dios nos muestre Sus caminos
en cada situación, especialmente en momentos de dolor.
La revelación de Sus caminos nos enseñará cómo debemos
atravesar cada dificultad que enfrentemos.
25:5 - Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tú
eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día.
David clama para que Dios lo guíe en su verdad. Es
sumamente importante que nos humillemos delante del
Señor, porque si andamos en nuestro propio orgullo y
obcecación seremos entregados a doctrinas que no
aprovechan. Por su falta de justicia, muchos creyentes caen
en terribles errores y pasan sus vidas abrazando doctrinas de
demonios, esto los llevará a su perdición eterna. En momentos
determinados debemos esperar en el Señor día tras día. Si lo
hacemos, Él, en Su gracia, nos librará del error.
25:6 - Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus
misericordias, que son perpetuas. David ruega al Señor
Salmos 1-50
179
que recuerde Su piedad y Su misericordia, que ha mostrado
al rey en tiempos anteriores.
25:7 - De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones,
no te acuerdes; conforme a tu misericordia acuérdate de
mí, por tu bondad, oh Jehová. David ruega para que el
Señor, en Su gracia, olvide los pecados de su juventud.
Es un hecho que a medida que uno envejece, hay una
conciencia cada vez mayor de las locuras que ha hecho
en su juventud. Pero podemos acercarnos a Dios con este
fin y esos pecados de la juventud pueden ser puestos bajo
la preciosa sangre del Cordero. Después, David continúa
diciendo que el Señor nos recordará a causa de Su bondad.
25:8 - Bueno y recto es Jehová; por tanto, Él enseñará a
los pecadores el camino. El Señor enseña tanto a pecadores
como a santos el camino en que deben andar. No desea
que ninguno perezca, sino que procedan al conocimiento
y la experiencia de la salvación por medio de la fe en
Cristo (2 P. 3:9).
25:9 - Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará
a los mansos su carrera. La mansedumbre es una de las
cualidades básicas que se necesitan para recibir la
enseñanza del Señor y ser dirigidos por Él. La
mansedumbre puede definirse como la santa y gozosa
aceptación de todas las circunstancias que han sido
enviadas o permitidas por el Señor en nuestra vida. Es la
cualidad del espíritu de la que se habla en Proverbios 21:1.
El corazón de una persona verdaderamente mansa es tan
dócil en las manos del Señor que, al igual que el agua, Él
puede guiarla hacia cualquier dirección que desee.
180
Salmos 1-50
25:10 - Todas las sendas de Jehová son misericordia y
verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios.
Al andar en las sendas que el Señor ha preparado para
nuestras vidas, descubrimos que la misericordia y el bien
nos seguirán todos los días de nuestra vida (Sal. 23:6).
Las sendas de Dios son misericordia y verdad para quienes
le obedecen. El Señor dijo en Juan 8:32 que conoceremos
la verdad, y la verdad nos hará libres. Por tanto, el andar
con Él, nos hará conocer en forma progresiva Su
misericordia y Su poder liberador en nuestras vidas.
25:11 - Por amor de tu nombre, oh Jehová, perdonarás
también mi pecado, que es grande. Una vez más David
hace referencia a su gran pecado con Betsabé y al
asesinato de Urías. No hay duda que David vivía lo que
dice Proverbios 6:32- 33: “Mas el que comete adulterio
es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal
hace. Heridas y vergüenza hallará, y su afrenta nunca
será borrada”. El pecado de David será recordado hasta
que lleguen los nuevos cielos y la nueva tierra, ya que
Isaías 65:17 dice: “Porque he aquí que yo crearé nuevos
cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria,
ni más vendrá al pensamiento”. Hasta entonces, el pecado
de David siempre será recordado, aun en el milenio.
25:12 - ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le
enseñará el camino que ha de escoger. A través de toda la
Biblia hay constantes recordatorios de la bendición que
experimentan aquellos que temen al Señor. En este
versículo en particular vemos que los que temen al Señor
serán guiados por Él en el camino que ha elegido para sus
vidas desde antes de la fundación del mundo.
Salmos 1-50
181
25:13 - Gozará Él de bienestar, y su descendencia
heredará la tierra. Existe una bella promesa de descanso
y bienestar para aquellos que realmente reverencian y
temen al Señor. Serán libres de las dificultades y las
confusiones de la vida, disfrutando de descanso aun
cuando estén rodeados por sus enemigos. Además, hay
una promesa para su descendencia espiritual y natural:
heredará la tierra. Esto es presentado en forma muy
hermosa en Isaías 58:12: “Y los tuyos edificarán las
ruinas antiguas; los cimientos de generación y
generación levantarás, y serás llamado reparador de
portillos, restaurador de calzadas para habitar”. Por
lo tanto, es a través de nuestra descendencia que
recibimos nuestra herencia.
25:14 - (RVA) El secreto de Jehovah es para los que le temen;
a ellos hará conocer su pacto. El Señor compartirá Sus
secretos con aquellos que le temen, porque son Sus amigos
(Jn. 15:15). Dios dijo de Abraham, su amigo (Is. 41:8):
“¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer?” (Gn. 18:17).
Está claro que el Señor revela Sus secretos y las cosas que
piensa hacer a aquellos que le temen. Además, Él les mostrará
Su pacto. Esto nos habla de que las leyes de Dios están escritas
sobre las tablas de carne de nuestro corazón (He. 8:10).
Jeremías 31:33 dice: “Pero este es el pacto que haré con la
casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré
mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a
ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”.
25:15 - Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque Él
sacará mis pies de la red. David miraba al Señor en todo
tiempo. Por ello, tenía la santa confianza de que si
182
Salmos 1-50
quedaba atrapado como una paloma en una red, o en la
trampa de un cazador, Dios cortaría sus ataduras y lo
dejaría en libertad para que pudiera elevarse nuevamente
a paisajes celestiales. El ave atrapada es un triste tipo de
una persona atrapada en los cuidados, placeres y pecados
de este mundo que, aunque desea ser libre, no puede
serlo sin la ayuda del Señor.
25:16 - Mírame, y ten misericordia de mí, porque estoy
solo y afligido. El gran clamor de David es un grito que
han repetido muchos santos a lo largo de todas las
generaciones: “Oh Señor, a pesar de mis muchos pecados,
vuelvete otra vez a mí y muéstrame tu misericordia”. En
esos momentos nos sentimos terriblemente solos y
anhelamos sentir el consuelo de la presencia del Señor.
25:17 - Las angustias de mi corazón se han aumentado;
sácame de mis congojas. Al estudiar en detalle la Biblia,
la historia de la iglesia y aun a nuestros contemporáneos,
descubrimos que quienes buscan lo mejor y lo más elevado
de Dios son los que más problemas tienen en esta vida. El
camino a las glorias del cielo está empapado en sangre,
sudor y lágrimas. Quienes conocen la comunión de Sus
padecimientos claman más que otros para recibir la
abundancia de Su gracia. La multitud de problemas es
una oportunidad para que Su gracia abundante sea
derramada en nuestras vidas.
25:18 - Mira mi aflicción y mi trabajo, y perdona todos
mis pecados. De esta manera el salmista clama a Dios,
para que le muestre Su gracia y tenga en cuenta todas sus
aflicciones y dolores. El corazón de David estaba dolorido
Salmos 1-50
183
y atormentado a causa de las confabulaciones del enemigo.
David ruega ahora al Señor que, en Su misericordia
perdone todos sus pecados. Ciertamente, David
experimentaba también dolor físico (Sal. 32:4). No
obstante, cuando estamos doloridos a causa de nuestros
enemigos o de una enfermedad física, hay sólo un médico
que puede curar ambos problemas: el Señor Jesucristo.
25:19 - Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado, y
con odio violento me aborrecen. Entonces David clama a
causa de sus enemigos, que son numerosos y crueles. No
es de extrañarse que el hombre o la mujer de Dios tengan
enemigos, y muchos. La Palabra de Dios nos anuncia
claramente: “Y también todos los que quieren vivir
piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”
(2 Ti. 3:12).
25:20 - Guarda mi alma, y líbrame; no sea yo
avergonzado, porque en ti confié. En tiempos de
persecución por parte de nuestros enemigos, sólo Dios
puede guardarnos. Todos los que ponen su confianza en
Él no serán avergonzados (Is. 49:23).
25:21 - Integridad y rectitud me guarden, porque en ti he
esperado. Pero la confianza por sí sola no es suficiente.
Para recibir la liberación de Dios es esencial vivir una
vida santa. La fe sin obras es muerta (Stg. 2:20).
25:22 - Redime, oh Dios, a Israel de todas sus angustias.
David comprende su responsabilidad por Israel como líder
de la nación, y clama, como hacen todos los verdaderos
líderes, para que Dios libre de aquellos por los cuales Él
184
Salmos 1-50
es responsable. La liberación es resultado de alinear
cuidadosamente nuestra vida según los preceptos
enunciados en este hermoso salmo. Por lo tanto, en
tiempos de dificultades, leamos este salmo y sigamos
cuidadosamente las instrucciones que nos ofrece.
185
SALMO 26
El tiempo y la ocasión en que fue escrito este salmo son
objeto de conjeturas. Algunos eruditos lo ubican en la
época de la rebelión de Absalón (2 S. 15:18), pero otros
se inclinan más por el tiempo en que Baana y Recab
asesinaron a Is-boset (2 S. 4:1-12). David se declaró
inocente de este horrible crimen. Nosotros nos inclinamos
por el período temprano (2 S. 4), ya que el contenido del
salmo hace alusión al clamor de un hombre justo; mientras
que los salmos escritos en la época de la rebelión de
Absalón, como el salmo 25, generalmente demuestran la
penitencia por los pecados.
El salmo 26 declara la separación de David de la congregación
de los malvados y su determinación de alabar al Señor entre
las congregaciones de Dios. Esta diferenciación de
congregaciones es muy importante para todas las
generaciones, como veremos en detalle más adelante.
Salmo de David.
26:1 - Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad
he andado; he confiado asimismo en Jehová sin titubear.
David era consciente de la necesidad de ser continuamente
juzgado (o examinado) por el Señor. Santos devotos de
186
Salmos 1-50
todos los tiempos han tenido igual convicción. Como David,
debemos buscar la aprobación de Dios, no la del hombre.
Pablo recomienda que practiquemos este ejercicio espiritual
de juzgarnos y examinarnos a nosotros mismos cuando
participamos de la Cena del Señor (1 Co. 11:28).
26:2 - Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; examina
mis íntimos pensamientos y mi corazón. Ahora, David pide
al Señor que examine sus pensamientos más íntimos y
aun sus deseos más profundos y ocultos. Necesitamos que
Dios limpie nuestro corazón, porque “de la abundancia
del corazón habla la boca” (Mt. 12:34). Lo que sea que
tengamos en nuestro corazón saldrá.
26:3 - Porque tu misericordia está delante de mis ojos, y
ando en tu verdad. Como cristianos, somos llamados a
ser seguidores de Cristo (Ef. 5:1), pero todos necesitamos
modelos que nos muestren el camino. Pablo pudo decir
por el Espíritu Santo en 1 Corintios 11:1: “Sed imitadores
de mí, así como yo de Cristo”.
Bíblicamente, el amor del Señor se manifiesta en la
restauración del que se había apartado y la misericordia
que Él le demuestra. Debemos tener presente la actitud
del Señor cuando, por medio de Oseas, nos da Sus motivos
para no destruir al idólatra Efraín, que se había apartado
de Él (Oseas 11). La bondad del Señor se demuestra
claramente en la prometida restauración de Israel como
nación cuando Cristo regrese (Zac. 9:16, 17).
La parábola del hijo pródigo que relató Cristo, en la que
el hijo es tan maravillosamente recibido en los brazos
Salmos 1-50
187
abiertos de su padre (Lc. 15:20-24), pone delante de
nosotros un ejemplo de la misericordia y el amor del
Señor válido para todos los tiempos. Además, ¿quién
puede olvidar la forma compasiva en que Jesús trató a
la mujer que fue sorprendida en el acto de adulterio?
(Jn. 8:10, 11).
Aquí se nos exhorta a meditar sobre Su misericordia para
que luego, nosotros también, seamos tiernos y
misericordiosos con otros. Cuando meditamos en Su
verdad, podemos rechazar el pecado.
26:4 - No me he sentado con hombres hipócritas, ni
entré con los que andan simuladamente. Nuestras
compañías determinan nuestro destino eterno. Si
andamos con los sabios, nos volveremos sabios, como
dice Proverbios 13:20. Pero las malas compañías
corrompen nuestras buenas costumbres y forma de
vivir (1 Co. 15:33).
26:5 - Aborrecí la reunión de los malignos, y con los
impíos nunca me senté. En la Palabra de Dios se
mencionan, básicamente, dos congregaciones: la
congregación de los justos (Sal. 1:5) y la congregación de
los impíos (o malignos).
A la congregación de los justos también se la llama
“congregación de los santos” (Sal. 89:5; 149:1), y “la
compañía y la congregación de los rectos” (Sal. 111:1).
En Apocalipsis 3:9 se llama a la congregación de los
impíos, “sinagoga de Satanás”. También se la llama
“compañía de los muertos” (Pr. 21:16).
188
Salmos 1-50
La vida de Jesús no fluye en la congregación de los impíos,
porque están espiritualmente muertos. Debemos ir siempre
hacia donde el Espíritu de Dios se mueve. También debe
haber una completa separación entre nosotros y los impíos.
Es evidente que en la Palabra de Dios hay principalmente
dos mujeres: la mujer virtuosa (Pr. 31) y la extraña o ajena
(Pr. 7:5); y dos iglesias: la verdadera iglesia de Cristo
(Ap. 19:7, 8) y la falsa (Ap. 17:1-6).
26:6 - Lavaré en inocencia mis manos, y así andaré
alrededor de tu altar, oh Jehová. Nuestras manos, que
hablan de servicio al Señor, no deben estar manchadas
por derramamiento alguno de sangre, ni en forma literal
ni en forma espiritual. Siempre debemos servir
fielmente a los demás con intenciones puras, para que
cuando lleguemos ante el altar del Señor sepamos que
somos irreprochables y que nadie puede, con justicia,
acusarnos de nada.
26:7 - Para exclamar con voz de acción de gracias, y
para contar todas tus maravillas. Las manos inocentes
nos permiten regocijarnos en el Señor con un espíritu libre,
y podemos declarar con corazón agradecido todas las obras
maravillosas que el Señor ha hecho por nosotros.
26:8 - Jehová, la habitación de tu casa he amado, y el
lugar de la morada de tu gloria. La presencia del Señor
es el lugar donde todo devoto y piadoso adorador del Señor
anhela morar. Su presencia se encuentra en Su casa de
adoración, donde es exaltado por aquellos que están
completamente enamorados de Él. No debemos ser como
los que dejan de congregarse con los santos (He. 10:25),
Salmos 1-50
189
sino que debemos ser hallados en el santuario del Señor
cuando es hora de servir. Es peligroso y anti-bíblico
separarnos del cuerpo de creyentes.
26:9 - No arrebates con los pecadores mi alma, ni mi
vida con hombres sanguinarios. Este debe ser el clamor
de los piadosos, ya que es solamente por Su gracia que
podemos permanecer. Pablo escribió en 1 Corintios 9:27:
“...sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre,
no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo
venga a ser eliminado”.
Además, el Señor Jesús dijo en Mateo 24:48-51: “Pero si
aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en
venir; y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a
comer y a beber con los borrachos, vendrá el señor de
aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no
sabe, y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los
hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes”. Somos
guardados por el poder de Dios (1 P. 1:5). Es horrible el
pensar en la morada eterna de tinieblas y tormento que
espera a aquellos que han derramado sangre de inocentes.
26:10 - En cuyas manos está el mal, y su diestra está
llena de sobornos. Debemos orar al Señor para que seamos
hallados dignos de presentarnos delante de Él en los
últimos días. Cuando llegue el tiempo de la cosecha se
hará la siega con la hoz, y los impíos serán reunidos entre
sí como en manojos (comp. Ap. 14:14-19). Que no seamos
hallados entre la cizaña, que será quemada con fuego
inextinguible, sino con aquellos que son el trigo que será
enviado a los graneros del Señor (comp. Mt. 3:12; 13:24-
190
Salmos 1-50
30, 37-43, 49, 50). Ni siquiera debemos considerar la posibilidad
de recibir o dar sobornos para pervertir la justicia.
26:11 - Mas yo andaré en mi integridad; redímeme, y ten
misericordia de mí. Nuestra única esperanza es hallar
gracia para andar en rectitud y ser redimidos en toda área
de nuestra vida: espíritu, alma, mente y cuerpo. Sí, es
solamente por la gracia del Señor que podemos andar en
rectitud... pero también debe de ser una decisión nuestra.
David quería decir: “No importa lo que hagan los demás;
(por la gracia del Señor) yo elijo andar en rectitud”.
Josué dijo: “Escogeos hoy a quién sirváis;... pero yo y mi
casa serviremos a Jehová” (Jos. 24:15). Todo es cuestión
de decisión personal. En el momento que elegimos y
decidimos en nuestro corazón hacer lo correcto, el Señor
nos da Su gracia (el poder divino) para caminar en rectitud.
26:12 - Mi pie ha estado en rectitud; en las congregaciones
bendeciré a Jehová. El fundamento en que nos afirmamos
se debe de basar en las piedras fundamentales de la iglesia,
es decir: los apóstoles, los profetas y el Señor mismo,
quien es la principal piedra del ángulo (Ef. 2:20). Nuestros
pies deben estar perfectamente equilibrados sobre un
fundamento donde se equiparan la obediencia a la Palabra
de Dios (logos, la Palabra de Dios escrita) y al Espíritu
Santo (rëma, la palabra de Dios hablada e inspirada).
Así, al leer este salmo en oración, que sea nuestro deseo
pedir al Señor que nos examine y nos limpie de toda
injusticia, para poder ser contados como miembros de la
congregación de los justos.
191
SALMO 27
Con toda probabilidad, este salmo fue escrito por David
mientras era perseguido por Saúl, después que Doeg el
edomita lo traicionó (1 S. 22:9). Es un salmo que refleja
la profunda devoción de David al Señor en una edad
juvenil, cuando tenía poco más de veinte años. Sin
embargo, David es un modelo para creyentes de todas
las épocas, él siempre entregó sus ojos y su corazón al
Señor. Este salmo nos da la clave para tener la presencia
del Señor en nuestras vidas: así como a David le
encantaba pasar tiempo con el Señor, al Señor le
encantaba pasar tiempo con David.
Salmo de David.
27:1 - Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién
temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién
he de atemorizarme? En la oscuridad y las tinieblas
que nos rodean en las pruebas de la vida, la única luz
verdadera emana del Señor, quien es la Luz del mundo
(Jn. 8:12). Solamente a Él podemos volvernos para
ser preservados en las tormentas de la vida. Morando
sólo en Él, es como somos protegidos del temor,
porque Él es nuestra fortaleza contra la que ningún
enemigo puede prevalecer.
192
Salmos 1-50
27:2 - Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis
angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos
tropezaron y cayeron. Cuando nuestros enemigos lancen
sus ataques contra nosotros, tropezarán y caerán.
Aparentemente, como en el caso de David, el número de
nuestros enemigos es abrumadoramente mayor. Pero los
que nos presentan batalla no pueden prevalecer, porque los
ejércitos angelicales lucharán contra ellos a nuestro favor.
27:3 - Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá
mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré
confiado. Ni siquiera un poderoso ejército armado contra
Él pudo hacer vacilar la confianza de David en el Señor o
hacer que perdiera su serenidad de espíritu.
27:4 - Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;
que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi
vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para
inquirir en su templo. Este versículo contiene el secreto
de la vida de victoria y paz que David disfrutó en todo
momento. La clave de la victoria tiene cuatro aspectos:
Primero, debemos tener un corazón dedicado solamente
al Señor, en el que el único deseo sea ganar a Cristo
(Fil. 3:7, 8). Debemos tener para el Señor, ojos como de
paloma (que pueden enfocar solamente un objeto a la vez).
Segundo, debemos morar en la presencia y en el santuario
del Señor todos los días de nuestra vida. Se trata de una
bendición condicional, ya que Cristo dice en Juan 8:34, 35:
“De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace
pecado, esclavo es del pecado. Y el esclavo no queda en
Salmos 1-50
193
la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre”. No
podemos dar por sentado que siempre permaneceremos
en la casa del Señor. El Señor pone piedras de tropiezo
para sacar a los desobedientes del sendero de la
congregación de los justos (comp. Ez. 3:20).
Tercero, debemos meditar en la belleza del carácter del
Señor, porque al hacerlo, seremos transformados cada vez
más a Su semejanza (ver Ro. 8:29; 2 Co. 3:18). Que la
promesa de Isaías 33:17 sea nuestra porción en esta vida
y en la eternidad: “Tus ojos verán al Rey en su hermosura;
verán la tierra que está lejos”.
Cuarto, en el peregrinar de esta vida debemos ser guiados
solamente por el consejo del Señor (Pr. 3:5, 6). Así,
siempre debemos consultar al Señor en toda decisión que
debamos enfrentar.
27:5 - (RV) Porque Él me esconderá en su tabernáculo
en el día del mal; ocultaráme en lo reservado de su
pabellón; pondráme en alto sobre una roca. Para aquellas
almas felices que han hecho de Cristo su único deseo en
la vida, su recompensa es el gozo y el privilegio de ser
escondidos por Él en tiempos de angustia. La referencia
al “tabernáculo” significa estar ocultos de nuestros
enemigos, en el lugar santísimo.
27:6 - Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos
que me rodean, y yo sacrificaré en su tabernáculo
sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a
Jehová. Es gracias a nuestra vida devocional y a nuestra
íntima comunión con el Señor, que podemos disfrutar del
194
Salmos 1-50
privilegio que David experimentó de ser exaltados por sobre
nuestros enemigos. Cuando el Señor nos levanta, nuestros
corazones se llenan de alabanza, gratitud y gozo. Pero el
fundamento para tener ese privilegio es pasar tiempo con
nuestro Amado.
27:7 - Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; ten
misericordia de mí, y respóndeme. David clama al Señor
que no esconda Su rostro de él y que lo escuche. David
sabía que dependía del Señor para obtener respuesta a sus
oraciones para ser librado, y aun para su misma existencia.
27:8 - Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu
rostro buscaré, oh Jehová. David pide ahora al Señor que
recuerde que él le había respondido y que había buscado
Su rostro cuando Dios se lo ordenó.
La Biblia nos recuerda constantemente que hay
determinados momentos en que debemos buscar
profundamente al Señor por sobre todo lo demás. Jesús,
por ejemplo, habló así acerca del día de visitación de
Jerusalén en Lucas 19:44: “...y te derribarán a tierra, y a
tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra,
por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación”.
El Señor también habló a través de Isaías: “Buscad a
Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto
que está cercano” (Is. 55:6; ver también 2 Co. 6:2).
Por lo tanto, seamos como David: sensibles para
responder cuando el Señor nos corteja y quiere
acercarnos para que lo busquemos. Jerusalén fue
destruida porque no conoció ni reconoció el día de Su
Salmos 1-50
195
visitación. Oremos con estas palabras: “Que no pueda decirse
lo mismo de nosotros, querido Señor”.
27:9 - No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu
siervo; mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares,
Dios de mi salvación. Dado que él había respondido al
Señor, David pide a Dios que no lo desampare.
27:10 - Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo,
Jehová me recogerá. Aun cuando David tenía padres
piadosos a quienes amaba, llegó un momento en que ellos
lo rechazaron y no supieron entenderlo. Muchas veces, en
nuestras vidas, llega un momento en que somos probados
por la actitud de nuestros familiares más cercanos.
Así como los mismos hermanos del Señor no creían que
Él fuera el Mesías (Jn. 7:5), nosotros también podemos
tener padres o familiares cercanos que no creen en el
camino por el cual el Señor nos está guiando. Quizá hasta
se opongan a que sigamos el llamado del Señor sobre
nuestras vidas. Es en momentos como estos que debemos
aferrarnos aun más al Señor, quien se convierte en nuestro
padre y nuestra madre (Is. 66:13).
27:11 - Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame por
senda de rectitud a causa de mis enemigos. Cuando nos
rodean nuestros enemigos, es muy importante que
andemos con gran cuidado y cautela, asegurándonos que
estamos andando en el camino correcto.
En la presión de una batalla o de una prueba, la senda de
Dios para nuestra vida puede quedar casi oculta. Así como
196
Salmos 1-50
David, nosotros debemos clamar al Señor para que nos
muestre claramente el camino por el que nos está guiando.
27:12 - No me entregues a la voluntad de mis enemigos;
porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los
que respiran crueldad. Es una experiencia devastadora
que otros mientan acerca de nosotros y manchen nuestro
carácter ante los ojos de aquellos a quienes amamos o
que están por encima de nosotros. David reconoce la
soberanía del Señor y el hecho de que sólo somos
guardados por Su poder.
27:13 - Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la
bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. El enemigo y
sus constantes tácticas agresivas pueden llegar a ser tan
agotadoras que estemos cerca de desmayar (comp. 1 S. 27:1).
Fácilmente nos daríamos por vencidos si no fuera porque
la fe del Señor que tenemos en nuestro corazón, nos hace
creer que Él aun hará cambiar las cosas para ventaja
nuestra. Pero la esperanza brota en el hijo de Dios, por lo
que podemos esperar con confianza Su bondad hacia
nosotros, no sólo en el cielo sino también en la tierra.
27:14 - Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu
corazón; sí, espera a Jehová. David termina este salmo
con una exhortación para animarnos en el Señor; porque
Él no sólo fortalecerá nuestros corazones para guardarlos
del temor sino que también fortalecerá nuestros corazones
en lo físico y los sanará de los sufrimientos de la batalla
que los han debilitado. (Leer Joel 2:25).
197
SALMO 28
Muy probablemente, este salmo haya sido escrito al mismo
tiempo que el salmo 27. Sin duda, la alusión al Señor como
Roca, da credibilidad a la creencia que David estaba aun
vagando por el desierto, escapando de Saúl. Es este dolor
constante el que causa esos profundos clamores del corazón
por los cuales los salmos son tan conocidos. También son
esos momentos de intenso dolor en nuestras vidas los que
nos hacen recurrir a los salmos para buscar solaz y fortaleza.
Salmo de David.
28:1 - A ti clamaré, oh Jehová. Roca mía, no te desentiendas
de mí, para que no sea yo, dejándome tú, semejante a los
que descienden al sepulcro. Se dice que en las trincheras,
en el campo de batalla, no hay ateos. Sin duda, el cielo y el
infierno ocupan un lugar muy importante en la mente de
los soldados que están en combate. Aquí encontramos el
lamento de David delante del Señor.
28:2 - Oye la voz de mis ruegos cuando clamo a ti, cuando
alzo mis manos hacia tu santo templo. Por tanto, en
tiempos de angustia hay una cosa de la cual tenemos que
estar seguros: que tenemos un cielo abierto, y que Dios
oye nuestro clamor.
198
Salmos 1-50
28:3 - No me arrebates juntamente con los malos, y con
los que hacen iniquidad, los cuales hablan paz con sus
prójimos, pero la maldad está en su corazón. Una vez
más vemos que David reconoce una verdad muy
importante. Es Dios quien determina el lugar donde
habitaremos en el final, para toda la eternidad.
Necesitamos obtener misericordia para que nuestro destino
no sea junto con el de los malos. Los malos tienen “dos
caras”. Su trato personal parece amigable, pero por dentro
están llenos de odio y celos contra nosotros. Por ello, a
nuestras espaldas, hablan mal de nosotros con los demás.
28:4 - Dales conforme a su obra, y conforme a la perversidad
de sus hechos; dales su merecido conforme a la obra de sus
manos. David ora para que los malos reciban lo que merecen.
A lo largo de la Biblia hay numerosas y claras advertencias
de que seremos recompensados según nuestras obras y
nuestros hechos. Pablo dice en Romanos 2:6 que Dios
“pagará a cada uno conforme a sus obras”.
28:5 - Por cuanto no atendieron a los hechos de Jehová,
ni a la obra de sus manos, Él los derribará, y no los
edificará. Al no atender los hechos de Dios en el mundo y
en sus vidas, los malos están despreciando a Dios. Por lo
tanto, Él los destruirá.
28:6 - Bendito sea Jehová, que oyó la voz de mis ruegos.
Debemos llegar a un punto tal que tengamos la seguridad
que el Señor nos ha escuchado y responderá nuestras
oraciones. Muchos oran, pero no lo hacen con persistencia
hasta obtener la respuesta (ver Lc. 11:5-10).
Salmos 1-50
199
28:7 - Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en Él confió mi
corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y
con mi cántico le alabaré. Una de las más preciosas
promesas que se ofrecen a los hijos de Dios es que, si se
lo permitimos, el Señor puede ser nuestra fortaleza. Isaías
40:28-31 muestra que podemos cambiar nuestra fortaleza
por la de Él. Es muy fácil tener victoria y demostrar gracia
en toda situación cuando somos fuertes, pues es así como
desaparece el temor y nuestra confianza es grande, y
sentimos que en Él podemos dominar cualquier
circunstancia.
28:8 - Jehová es la fortaleza de su pueblo, y el refugio
salvador de su ungido. Estamos muy felices cuando el
Señor es nuestra fortaleza, porque en cada situación
experimentamos Su poder para salvarnos.
28:9 - Salva a tu pueblo, y bendice a tu heredad; y
pastoréales y susténtales para siempre. David cierra este
salmo con una oración para que Dios salve a Su pueblo y
le permita triunfar sobre sus circunstancias. Se trata de
una posición muy real que cada uno de nosotros puede, y
debiera, experimentar en el Espíritu. Por lo tanto, andemos
en la victoria que Su fortaleza nos da.
201
SALMO 29
Es muy probable que este salmo haya sido escrito al
mismo tiempo que el salmo 27 y el salmo 28, durante el
tiempo en que David estuvo en el desierto huyendo de
Saúl. Con frecuencia David acampaba en el desierto, y
al ver los elementos de la naturaleza, meditaba en la
majestad de Dios. Cuando era un joven pastor, inspirado
por el Espíritu Santo, compuso el salmo 8, que describe
la gloria de Dios y Su grandeza en los cielos. Ahora revela
la fortaleza de Dios demostrada en el trueno y en las
llamas de fuego.
Salmo de David.
Primera parte:
Nuestro deber para con Dios (29:1, 2)
29:1 - (RVA) Dad a Jehovah, oh hijos de los fuertes; dad
a Jehovah la gloria y el poder. El acto de “dar” se aplica
a tres áreas básicas, como vemos en 2 Corintios 8:1-24:
primero, darnos nosotros mismos al Señor (comp.
Ro.12:1, 2); segundo, darnos nosotros mismos a nuestros
líderes; y tercero, dar nuestros diezmos y ofrendas al
Señor. Sin embargo, en el versículo 1 tenemos otro
aspecto de dar. Se trata de dar “la ofrenda de nuestros
202
Salmos 1-50
labios” (Oseas 14:2), alabando al Señor por Su fortaleza y
Su poder, que vemos manifestados tanto en la naturaleza como
en nuestras vidas.
29:2 - Dad a Jehová la gloria debida a su nombre;
adorad a Jehová en la hermosura de la santidad. En
lugar de murmurar y quejarnos, debemos exaltar al Señor
y magnificar los muchos aspectos de Su Nombre que
vemos revelados en la Biblia. Por sobre todo debemos
adorar al Señor (inclinarnos delante de Él) y desear ser
hechos conforme a Su imagen (Ro. 8:29). David nos
exhorta a adorar a Dios en la hermosura de la santidad.
¡Oh, que vivamos una vida santa delante del Señor y
seamos de aquellos que adoran al Señor en Espíritu y en
verdad, no de los que solamente lo honran “de labios”!
(comp. Mr. 7:6). Qué glorioso es ser hechos puros, libres
de la cruel esclavitud del pecado, y entrar a la libertad
de la vida del Espíritu.
Segunda parte:
La voz de Dios, una mezcla de
temor y asombro (29:3-11)
29:3 - Voz de Jehová sobre las aguas; truena el Dios de
gloria, Jehová sobre las muchas aguas. En la creación de
esta tierra, el Señor habló y las cosas existieron. Dijo: “Hágase
la luz”, y la luz se hizo (Génesis 1:3). El poder está en la voz
del Señor. Esto se confirma en Apocalipsis 1:16, donde Juan
vio una espada aguda de doble filo que salía de la boca
de Cristo, lo que da a entender una vez más que el poder
está en la boca (o la voz). La voz del Señor también es
Salmos 1-50
203
como el estruendo de muchas aguas (Ap. 1:15; Ez. 43:2). Hay
un poder tremendo en la palabra hablada. La muerte y la vida
están en poder de la lengua (Pr. 18:21). Juntamente con este
versículo deberíamos leer Génesis 1:7: “E hizo Dios la
expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la
expansión, de las aguas que estab1an sobre la expansión.
Y fue así”.
29:4 - Voz de Jehová con potencia; voz de Jehová con gloria.
Hay una imponente y pasmosa dignidad y majestad en los
pronunciamientos del Señor. Si nos maravillamos frente a
Su Palabra, seremos reconocidos por el Todopoderoso.
29:5 - Voz de Jehová que quebranta los cedros;
quebrantó Jehová los cedros del Líbano. Los cedros del
Líbano son símbolos de gran fortaleza. En realidad, son
el emblema nacional del Líbano, y aparecen en su
bandera. También eran su símbolo de orgullo en la
antigüedad. Por esto, con Su palabra y Su voz, el Señor
rompe el orgullo y la fuerte voluntad de las naciones y
las personas por igual. Algunas veces, las fuertes lluvias
con tormentas eléctricas han barrido totalmente laderas
de montañas y han sepultado poblaciones.
29:6 - Los hizo saltar como becerros; al Líbano y al Sirión
como hijos de búfalos. El versículo 6 no se refiere a los
cedros, porque los cedros no crecían en el monte Sirión.
Sirión es también llamado Senir o Hermón (Dt. 3:9). Las
cadenas montañosas del Líbano y Sirión dominan el
paisaje en esa región. Por ello, ante la voz del Señor, las
montañas parecerían saltar como pequeños becerros o crías
de búfalos que retozan.
204
Salmos 1-50
29:7 - (DHH) La voz del Señor lanza llamas de fuego.
Como rayos, las llamas del cielo obedecen a la voz del
Señor. Esto sucedió espiritualmente en el día de
Pentecostés, cuando lenguas de fuego repartidas cayeron
sobre los 120 que estaban reunidos en el aposento alto.
29:8 - Voz de Jehová que hace temblar el desierto; hace
temblar Jehová el desierto de Cades. Esto alude a los
torrentes que atraviesan repentinamente el desierto,
cuando cae la lluvia sobre las cadenas montañosas.
Cuando estuvimos en el desierto de Judea vimos los lechos
de los arroyos secos. Pero nos aseguraron que esos mismos
lechos secos, se convierten en ríos desbordados cuando
cae la lluvia en los alrededores de Jerusalén. El ruido de
las piedras que se golpeaban al ser arrastradas por las aguas
en su avance, daba a los pobladores unos minutos de aviso
sobre la inminente inundación, el tiempo suficiente para
que el viajero prevenido se apresurase a llegar a la
seguridad de un terreno más alto. Lo mismo sucede en el
ámbito espiritual. Aun en el desierto hay un mover del
Espíritu Santo en algunos momentos. Al fluir, estos
derramamientos quitan todos los impedimentos y dejan,
al menos por un tiempo, pastos frescos para nutrir a aquel
que ha estado habitando en lugares que carecían de la
presencia del Señor.
29:9 - (RV) Voz de Jehová que hará estar de parto á las
ciervas, y desnudará las breñas: y en su templo todos los
suyos le dicen gloria. Una de las preguntas con las que
Dios desafió a Job fue si él sabía el tiempo en que paren
las cabras monteses (Job 39:1), demostrando así que el
Señor rige aun los detalles más insignificantes de la
Salmos 1-50
205
naturaleza. El Señor Jesús dijo que no cae un pajarillo a
tierra, sin que lo note el Padre que está en los cielos (Mt.
10:29). A su tiempo, las ciervas abandonan a sus padres y
descubren los agradables bosques que les proporcionarán
alimento. Por lo tanto David, al contemplar una vez más al
Señor en Su creación, explota en éxtasis y declara que quienes
habitan en el templo hablan constantemente de la gloria de
Dios revelada en todas Sus obras. Debemos clamar al Señor
para que nos dé sabiduría como la de Salomón para poder
ver Sus verdades, las cuales están escondidas en la naturaleza
(1 R. 4:33, 34).
29:10 - Jehová preside en el diluvio, y se sienta Jehová
como rey para siempre. Se trata de una referencia al diluvio
en la época de Noé. El Señor reinaba entonces, reina ahora,
y siempre reinará. Esto se aplica especialmente al tiempo
de la Gran Tribulación cuando el Señor enviará toda clase
de plagas sobre los malos.
29:11 - Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá
a su pueblo con paz. El salmo concluye con promesas
reconfortantes: el Señor dará a Su pueblo poder y paz,
permitiéndole así atravesar todos los dolores, las angustias,
las pruebas y las decepciones de la vida.
207
SALMO 30
El título de este salmo nos dice que fue escrito en la
dedicación de la casa (de David). Pero esta ocasión ha
sido en cierta forma un enigma para los teólogos durante
las generaciones.
¿Cuándo fue realmente dedicada la casa de David? Muchos
han sugerido que fue dedicada en el momento en que se
dedicó el Templo de Salomón (1 Reyes 8). Pero habría sido
ilógico dedicar una casa cuarenta años después de terminada.
Otro ubican el hecho en el tiempo en que David fue castigado
por el ángel después de censar al pueblo (2 Samuel 24).
Pero ninguna de estas ocasiones parece encajar con las
circunstancias del salmo. Nosotros preferiríamos ubicar
la escritura del mismo cuando se construyó la casa de cedro
para David, en 2 Samuel 5:11,12. Era el tiempo en que
David había capturado Sion y había comenzado a
descansar de todos sus enemigos.
Salmo cantado en la dedicación de la Casa.
Salmo de David.
30:1 - Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado,
y no permitiste que mis enemigos se alegraran de mí.
208
Salmos 1-50
Ahora, aproximadamente a los treinta y ocho años de edad,
David da gracias al Señor por librarlo de todos sus
enemigos. Saúl y todos los ejércitos extranjeros que debió
combatir para poder reinar en paz han sido vencidos, y
sus enemigos ya no están en condiciones de atacarlo.
30:2 - Jehová Dios mío, a ti clamé, y me sanaste. No hay
registro en las crónicas de los reyes en cuanto a que David
estuviera gravemente enfermo en esta época de su vida;
sin embargo, estas palabras demuestran claramente que
estuvo enfermo y cercano a la muerte.
30:3 - Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol; me diste
vida, para que no descendiese a la sepultura. En las vidas
de los santos más especiales para Dios, hay momentos de
enfermedad y sufrimiento que los maduran y preparan para
posiciones de responsabilidad dentro de su iglesia, para
ministerio o para dar aliento a otros. Lo vemos en los
años de formación de Cristo, según dice Hebreos 5:7: “Y
Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y
súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar
de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente”.
Así, el Señor hace pasar a sus siervos más amados y
escogidos por un velo de sufrimiento que, algunas veces,
los lleva hasta las mismas puertas del infierno. Pero estas
experiencias producen en nosotros gran cuidado y
agradecimiento. Sólo la piedad, la conciencia de la
eternidad y la gracia de Dios pueden salvarnos.
30:4 - Cantad a Jehová, vosotros sus santos, y celebrad
la memoria de su santidad. Como amados suyos, debemos
Salmos 1-50
209
cantar al Señor con voz de triunfo. También debemos darle
gracias porque es a través de estas experiencias correctoras,
que Él nos prepara para hacernos partícipes de Su santidad
y Su naturaleza divinas (He. 12:10).
30:5 - Porque un momento será su ira, pero su favor dura
toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana
vendrá la alegría. Uno de los hechos más preciosos de la
vida cristiana es que, aunque Dios puede permitir que
seamos afligidos por un tiempo, siempre hay un gozoso
tiempo de liberación por venir. Oseas 6:1 dice: “Venid y
volvamos a Jehová; porque Él arrebató, y nos curará;
hirió, y nos vendará”.
30:6 - En mi prosperidad dije yo: No seré jamás conmovido.
Al igual que David, cuando somos bendecidos en alguna forma
particular, tendemos a decir cosas como: “Este es mi descanso
para siempre, aquí me quedo”, o como dijo Job: “En mi nido
moriré”. Recuerdo haber vivido circunstancias como éstas.
Mi esposa y yo integrábamos el cuerpo docente de un cierto
instituto bíblico donde pensé que estaríamos por el resto
de nuestra vida, ya que era un lugar muy agradable. Pero
mientras decía esto a mi esposa vi, en la pared opuesta de
nuestro dormitorio, una visión de un jarro de vino que era
derramado en otro recipiente. Entonces, le dije que no creía
que estuviéramos allí mucho tiempo más. Antes que pasara
un año, el Señor nos llevó a un nivel de servicio más
elevado. David iba a pasar a un nivel espiritual más alto.
30:7 - Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste como
monte fuerte. Escondiste tu rostro, fui turbado. David
210
Salmos 1-50
reconoce que fue solamente gracias al favor del Señor que
pudo permanecer firme ante todos los ataques de sus
enemigos. Pero después, cuando Dios decidió esconder
de él Su rostro, David se turbó. El Señor nos lleva a vivir
experiencias extrañas y oscuras cuando quiere llevarnos
a niveles más elevados de gloria con Él.
Recuerdo una época en que estaba considerando la idea de
permanecer en una cierta meseta. El Señor me mostró en
una visión que el sol ciertamente sería mi porción en ese
lugar, pero Él quería llevarme más arriba en la montaña.
En ese momento vivíamos en Suiza, rodeados de montañas,
y no era inusual ver los rayos del sol al pie de las mismas.
Pero un poco más arriba, las nubes envolvían partes de la
montaña en una oscuridad amenazadora. Sin embargo, más
arriba todavía, la pura luz del sol se derramaba sin límites
ni distorsiones desde el cielo azul.
Así, el Señor me aclaró esta visión. Permanecer abajo
donde estábamos, era disfrutar los rayos de Su presencia
que habían penetrado muy escasamente a través de las
nubes. Atravesar las nubes era soportar un tiempo de
oscuridad, pero después íbamos a experimentar el
privilegio de una comunión sin límites y sin obstáculos
con el Señor, el Sol de Justicia.
30:8 - A ti, oh Jehová, clamaré, y al Señor suplicaré.
Cuando estamos pasando por la oscuridad clamamos
profundamente al Señor. Pero a través de esos mismos
clamores en busca de ayuda, estamos acercándonos a Él.
Y, aunque parezca que no responde al principio, si
perseveramos, se nos aparecerá en toda Su gloria.
Salmos 1-50
211
30:9 - ¿Qué provecho hay en mi muerte cuando
descienda a la sepultura? ¿Te alabará el polvo?
¿Anunciará tu verdad? Aparentemente, no tenía
propósito que David muriera en este momento, dado que
no era aun el tiempo del martirio ni del cumplimiento
de los setenta años dados a los hombres sobre la tierra
(Sal. 90:10). Por lo tanto, le ruega al Señor que lo libre
de la muerte.
Antes de la cruz, los santos del Antiguo Testamento temían
a la muerte, porque no iban al cielo. Iban al paraíso, que
estaba en el centro de la tierra (Lc. 16:19-31). David
también lamenta el hecho de que le quedarían menos días
para alabar al Señor.
30:10 - Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí; Jehová,
sé tú mi ayudador. Por lo tanto, el rey David ruega al
Señor que le muestre Su misericordia y lo ayude en su
terrible enfermedad, ya que los médicos de su época no
lo podían curar.
30:11, 12 - Has cambiado mi lamento en baile; desataste
mi cilicio, y me ceñiste de alegría. Por tanto, a ti cantaré,
gloria mía, y no estaré callado. Jehová Dios mío, te
alabaré para siempre.
Entonces llega esta triunfante oda de liberación de David.
No hace mucho, un hermano de Nueva Zelanda puso
música a estas palabras. Las circunstancias eran
realmente terribles. Del lecho de muerte de su esposa,
regresaba a su hogar y a sus seis pequeños hijos transido
por el dolor y con el corazón destrozado.
212
Salmos 1-50
Mientras recorría de un lado al otro la sala de la casa, el Espíritu
de Dios cayó sobre él y comenzó a cantar los dos últimos
versículos de este salmo, danzando bajo la unción. Sí, Dios
puede cambiar, y cambia, nuestro lamento en baile. Él puede
llenar nuestras bocas de canto cuando momentos antes sólo
había en ellas profundos suspiros y lamentos. Él es el Dios de la
restauración, la recuperación y el gozo.
Estos versículos también se han convertido en mi propio
testimonio personal. Pocas horas después de haber llevado
a su lugar de descanso el cuerpo mi amada esposa, el
Espíritu del Señor cayó sobre mí. En el Espíritu, vi caer
todas mis vestiduras de luto, y me inundaron una profunda
alegría y un tremendo gozo.
Desde ese momento he danzado, lleno de Su gozo que
sobrepasa todo entendimiento. Él ciertamente cambió mi
pena en alegría. Sea cual fuere la circunstancia dolorosa
o la pena que usted esté experimentando, querido hermano,
el Señor sin duda puede hacer lo mismo por usted. Si lo
hizo por mí, tenga por seguro que lo hará por usted.
¡Anímese hoy en el Señor!
213
SALMO 31
El salmo 31 fue escrito por David durante el largo período
de profundo arrepentimiento y remordimiento después de
su pecado con Betsabé. También sería adecuado situarlo
después de la rebelión de Absalón. Era un tiempo en que
muy pocos apoyaban a David, ya que el nombre de Dios
era abiertamente blasfemado a causa de aquel pecado.
Al músico principal.
Salmo de David.
31:1 - En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido
jamás; líbrame en tu justicia. En estas circunstancias, la
única esperanza de David era el Señor, en quien había
puesto su confianza. Cuando reflexionamos sobre la
gravedad del pecado de David, el hecho que el Señor sea
un Dios de misericordia y perdón nos da gran esperanza y
seguridad. Podemos ir a Él confiadamente, sabiendo que
nos aceptará cuando algunas veces fallamos.
31:2 - Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; sé tú mi
roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Es solamente en
tiempos de tanto peligro, con fuerzas tremendamente
superiores que avanzan contra él, que David se vuelve a
Dios. Además, apela a la justicia de Dios contra sus
214
Salmos 1-50
enemigos. Dios había perdonado a David; por lo tanto, David
estaba justificado ante sus ojos.
31:3 - Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre
me guiarás y me encaminarás. En los salmos, muchas veces,
se habla del Señor como Roca de defensa. La razón es que
David, un rey guerrero, utilizaba rocas como protección
contra un enemigo que se acercaba, ya que estas formaban
una fortaleza natural de defensa. Así, también apela al Señor
pidiéndole Su guía y Su estrategia contra los enemigos.
31:4 - Sácame de la red que han escondido para mí, pues
tú eres mi refugio. Nuestros enemigos, al igual que los de
David, son tan astutos como la serpiente a la que sirven.
Por ello, debemos ser astutos como serpientes y mansos
como palomas (Mt. 10:16) . Pero como David, y aun con
todas estas precauciones, algunas veces caemos en la red
o en las trampas que los malos preparan contra nosotros.
Muchas veces no estamos a la altura de la cantidad y el
poder de los enemigos que nos enfrentan. Sólo Dios es
nuestra fuerza salvadora.
31:5 - En tu mano encomiendo mi espíritu; tú me has
redimido, oh Jehová, Dios de verdad. Como ya hemos dicho,
los salmos son de naturaleza mesiánica. Aquí tenemos una
cita directa de Cristo cuando estaba en la cruz (Lc. 23:46).
Cuando confiamos de todo corazón en el Dios de la verdad,
como hicieron David y Cristo, Él vencerá a los mentirosos y
los disputadores que quieren ponernos trampa.
31:6 - Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias;
mas yo en Jehová he esperado. Las vanidades ilusorias
Salmos 1-50
215
(mentirosas) son ídolos y dioses falsos. Frecuentemente, los
enemigos de David eran los filisteos que adoraban a dioses
paganos. Los filisteos, que son los palestinos de la actualidad,
han sido enemigos mortales del pueblo de Dios durante toda
la historia. Un verdadero creyente pone su confianza en el
Dios de Israel, el único Dios vivo y verdadero que hizo los
cielos y la tierra.
31:7 - Me gozaré y alegraré en tu misericordia, porque has
visto mi aflicción; has conocido mi alma en las angustias.
En tiempos de dificultades en nuestras vidas, el Señor muchas
veces nos ha alentado, y hasta nos ha ordenado, que nos
regocijemos. El ejercicio y la actitud espiritual de regocijarnos
nos sacan de los calabozos de la desesperación y hacen que
nuestras almas se eleven a los cielos.
31:8 - No me entregaste en mano del enemigo; pusiste
mis pies en lugar espacioso. Es solamente Dios quien
dispone todo. Es tan maravilloso cuando Él decide no
entregarnos a la mano de nuestros enemigos, sino
librarnos con Su diestra de poder. Además, nos pone en
lugar espacioso, donde ya no nos limitan las estrecheces
con las que el enemigo intenta restringir los ministerios
que Dios ha ordenado y nos ha dado. Entonces el Señor
nos hace extendernos a la mano derecha y a la mano
izquierda (Is. 54:3).
31:9, 10 - Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy
en angustia; se han consumido de tristeza mis ojos, mi
alma también y mi cuerpo. Porque mi vida se va gastando
de dolor, y mis años de suspirar; se agotan mis fuerzas a
causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido. Como
216
Salmos 1-50
lo evidencia este salmo, y otros del mismo período de la vida
de David, Dios permitió que la aflicción produjera en Él un
completo reconocimiento, confesión y arrepentimiento por su
pecado (ver Sal. 38:18). Ciertamente, hubo años de juicio
asignados a David a causa de su pecado. Su corazón desfallecía
dentro de él, y todo su ser sufrió una enfermedad debilitante
durante esos años.
31:11 - De todos mis enemigos soy objeto de oprobio, y
de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos;
los que me ven fuera huyen de mí. Durante este período
de castigo, que duró no menos de tres o cuatro años,
David no sólo sufrió física y mentalmente, sino que sus
enemigos le reprocharon constantemente. Este oprobio
casi le partió el corazón, como sucedió con Cristo mismo
(ver Sal. 69:20). Estoy seguro de que todos hemos
experimentado la tremenda presión que sufre nuestro
corazón cuando la gente nos ataca. Nuestros enemigos se
convierten en canales de los malos espíritus que nos
afectan tanto física como espiritualmente. No sólo sus
enemigos, sino también sus amigos personales huían de
David cuando él aparecía. No había nadie que lo consolara.
31:12 - He sido olvidado de su corazón como un muerto;
he venido a ser como un vaso quebrado. En lugar de ser
el objeto agradable de la conversación de los fieles,
David, el rey de Israel, fue en realidad olvidado como
uno que estaba muerto.
31:13 - Porque oigo la calumnia de muchos; el miedo me
asalta por todas partes, mientras consultan juntos contra
mí e idean quitarme la vida. Quienes hablaban en contra
Salmos 1-50
217
del rey David trataban de destruirlo y causarle una muerte
prematura, como hicieron los fariseos con Cristo. Sin
embargo, aunque ésta era la voluntad de Dios para Cristo,
no lo era para David.
31:14, 15 - Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres
mi Dios. En tu mano están mis tiempos; líbrame de la
mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
Finalmente, es Dios quien nos da largura de días. Él es
quien nos entrega a la muerte o preserva nuestra alma,
según Su asombrosa soberanía. Por tanto, sirvámosle con
temor reverente.
31:16 - Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
sálvame por tu misericordia. David había sido protegido
por la gracia de Dios; pero esto sólo no es suficiente, ya
que queremos ser restaurados a Su gracia y Su favor.
31:17 - No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he
invocado; sean avergonzados los impíos, estén mudos en
el Seol. Aunque había pecado gravemente, haciendo un
análisis final, David era una persona piadosa que se
arrepintió sinceramente de su pecado. Pero este no era, ni
es ahora, el caso de los impíos que aman su pecado y
rechazan los caminos justos de Dios. Basándose en esta
premisa, David clama para ser justificado, mientras que
los impíos estarán mudos en sus tumbas.
31:18 - Enmudezcan los labios mentirosos, que hablan
contra el justo cosas duras con soberbia y menosprecio.
Los malos no solamente practican el pecado abiertamente,
sino que tratan de socavar a quienes intentan andar en
218
Salmos 1-50
rectitud. Las mentiras son una forma de vida para ellos, por lo
cual serán echados al lago de fuego (Ap. 21:8; 22:15).
31:19 - ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado
para los que te temen, que has mostrado a los que esperan
en ti, delante de los hijos de los hombres! Aquellos que
temen al Señor y confían en Él tienen una gran herencia:
Su bondad. Pero los impíos y los mentirosos irán al juicio
eterno. Quienes como David, se arrepienten sinceramente
y andan nuevamente en los caminos de justicia, conocerán
la bondad del Señor en la tierra de los vivientes.
31:20 - En lo secreto de tu presencia los esconderás de la
conspiración del hombre; los pondrás en un tabernáculo a
cubierto de contención de lenguas. Un aspecto de la bondad
de Dios es que Él nos esconde de tal manera que las lenguas
de los impíos no pueden afligirnos. Algunas veces hasta
ignoramos completamente lo que los impíos dicen de
nosotros. Es realmente un lugar de descanso y bendición.
31:21 - Bendito sea Jehová, porque ha hecho maravillosa
su misericordia para conmigo en ciudad fortificada. Esta
ciudad fortificada en donde David experimentó por parte
de Dios, la liberación de Absalón es sin duda Mahanaim
(2 S. 17:27). Aquí él fue consolado y puesto en lugar seguro
por amigos que lo visitaban y proveían para sus necesidades.
Es maravilloso recibir la bondad de Dios aun cuando
andamos en tierra extraña, como le sucedió a David.
31:22 - Decía yo en mi premura: Cortado soy de delante
de tus ojos; pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti
clamaba. David era humano y en tiempos de oscuridad
Salmos 1-50
219
tendía a pensar, como nosotros, que había sido abandonado
por el Señor. No obstante, reconoce abiertamente la
bondad del Señor que lo había librado en forma magnífica.
31:23, 24 - Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; a
los fieles guarda Jehová, y paga abundantemente al que
procede con soberbia. Esforzaos todos vosotros los que
esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón. Este
salmo, que es el testimonio personal de David sobre la
bondad de Dios para con él en su tiempo de necesidad,
concluye con una exhortación a los fieles. Debemos
esforzarnos y alentarnos, ya que lo que Dios hizo por David,
seguramente lo hará también por nosotros. ¡Gloria al Señor!
221
SALMO 32
Este es uno de los salmos más benditos, ya que es un
salmo de enseñanza que habla sobre el perdón de pecados
que Dios nos da. Pablo lo cita en Romanos 4:6-8 como
parte de su argumento de que la salvación es sólo por la
fe. Ciertamente, el rey David no había hecho nada para
merecer el perdón que Dios, derramó sobre él. Fue sólo
por la misericordia del Señor. El salmo 32 fue escrito
después del pecado de David con Betsabé y su posterior
arrepentimiento.
El salmo 32 es un salmo didáctico, el segundo de los
“siete salmos penitenciales”, y el favorito de San Agustín.
Aquí, David parece estar haciendo lo que prometió en
salmos 51:13, donde dice que enseñará a los transgresores
los caminos del arrepentimiento que produce Dios, y que,
como resultado de esto, los pecadores se convertirán al
Señor. Esto es algo muy precioso para el corazón de Dios.
Fue por esta misma razón, que Cristo fue enviado a salvar
a los indefensos pecadores que están sujetos por los grillos
del oscuro poder del pecado. Este salmo nos muestra el
camino para volver a Dios.
222
Salmos 1-50
Salmo de David.
Masquil.
32:1, 2 - Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido
perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el
hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, y en cuyo
espíritu no hay engaño. En estos dos primeros versículos,
David da su testimonio acerca de la bendición y el gozo
que experimentamos cuando sabemos que nuestros
pecados han sido perdonados. Luego, nos muestra el
camino por el cual él llegó a tener este gozo y esta
seguridad después de haber pecado con Betsabé.
32:3, 4 - Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi
gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó
sobre mí tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de
verano. Selah. He aquí un hecho que ya hemos mencionado,
que el Señor afligió a David para provocar en él el
reconocimiento de su pecado. Recordemos que David había
intentado cubrir su adulterio con Betsabé mandando a
asesinar al esposo de ésta, Urías heteo (2 S. 11). Por lo
tanto, su lengua debía ser desatada para que, como dice el
versículo 5 y el salmo 51:3, reconociera abiertamente el
pecado que había tratado de mantener oculto, al precio de
la muerte de otro hombre.
Es interesante observar que, sin duda, haciendo alusión a
Urías y a sí mismo, David enseña a su hijo Salomón en
Proverbios 16:32 que “mejor es... el que se enseñorea de
su espíritu, que el que toma una ciudad”. Por un lado,
esto nos habla del hecho que Urías demostró tener control
sobre sus pasiones, al no llegarse a Betsabé cuando el
Salmos 1-50
223
ejército de Israel estaba acampando, listo para luchar contra
Rabá de los hijos de Amón. Por otro lado, David no controló
sus pasiones y cometió adulterio con la esposa de Urías. Pero
aun así, David tomó la ciudad de Rabá y fue coronado con la
corona del rey de Amón (2 S. 12:26-31).
32:5 - Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú
perdonaste la maldad de mi pecado. Selah. Aquí está el
primer paso para ser bendecidos. Debemos reconocer
nuestro pecado libremente, y confesarlo al Señor en su
totalidad. Entonces recibiremos Su perdón según Su
misericordia, como dice 1 Juan 1:9: “Si confesamos
nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros
pecados, y limpiarnos de toda maldad”.
32:6 - Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que
puedas ser hallado; ciertamente en la inundación de
muchas aguas no llegarán éstas a Él. Hay una nota de
advertencia en este versículo. ¡Dios determina los tiempos!
Salmos 95:8-11 alude al hecho que Dios marcó el límite del
tiempo en el que los hijos de Israel podrían entrar a la tierra
prometida, en Cades Barnea. Dado que no entraron en el
momento preciso, Él los hizo volver al desierto por otros
treinta y ocho años. Pablo cita este hecho en Hebreos 4:7.
Ellos trataron de tomar Canaán al día siguiente, pero Dios
no se los permitió.
Muchas personas dicen: “Mañana me acercaré al Señor
y le obedeceré”. Lo triste es que muchas veces, “mañana”
es demasiado tarde. En 2 Corintios 6:2, el apóstol Pablo
cita a Isaías: “Porque dice: En tiempo aceptable te he
oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora
224
Salmos 1-50
el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación”
(comp. Isaías 49:8). Si experimentamos la salvación del
Señor, seremos protegidos de problemas, cuando éstos
lleguen como una inundación para barrer a los impíos.
32:7 - Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;
con cánticos de liberación me rodearás. Selah. En el tiempo
de juicio, Dios es nuestro refugio; mientras los malos están
aterrorizados, nosotros cantamos los cánticos de Sion.
32:8 - Te haré entender, y te enseñaré el camino en que
debes andar; sobre ti fijaré mis ojos. Otra bendición
de los redimidos es que no andamos como otros, que
tambalean por la vida, sin saber adónde van. Por el
contrario, como el Señor mismo dice en Juan 16:13,
tenemos al Espíritu Santo que nos guía a toda verdad y
nos muestra las cosas que han de venir. (Ver también
Jn. 14:26). Dios nos mostrará la senda de la vida y el
camino que ha ordenado para nosotros desde antes de
la fundación del mundo.
32:9 - No seáis como el caballo, o como el mulo, sin
entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y
con freno, porque si no, no se acercan a ti. No debemos
endurecer nuestro corazón, ni ser rebeldes. Debemos tratar
de tener un corazón tierno, que pueda volverse en cualquier
dirección que el Señor desee guiarnos. Jamás seamos
obstinados como la mula que debe ser golpeada para que
preste atención y obedezca.
32:10 - Muchos dolores habrá para el impío; mas al que
espera en Jehová, le rodea la misericordia. Los impíos y
Salmos 1-50
225
los que se apartan de Dios serán llenos de sus propios
caminos, que terminan en desastres y dolores. Muchas
veces reciben lo que su corazón desea, pero Dios envía
debilidad a sus almas (comp. Sal. 106:15 RVA). Tristeza
tras tristeza los sigue. Por otra parte, según dice en
salmos 23:6, la misericordia y el bien seguirán a los
justos todos los días de sus vidas.
32:11 - Alegraos en Jehová y gozaos, justos; y cantad
con júbilo todos vosotros los rectos de corazón. Esta es la
porción y el estado continuo de los redimidos y los
restaurados. Tener la seguridad que nuestros pecados están
perdonados nos da alegría, regocijo, y nos hace prorrumpir
en cánticos de júbilo. Este estado de bendición está al
alcance de todos. “Al que a mí viene, no le echo fuera”,
dijo Jesús. Amado, vé al Señor en el estado en que estés,
y recibe Su salvación total para el cuerpo, el alma y el
espíritu. Recibe Su restauración y Su perdón. ¡Bendito
sea el Señor nuestro Salvador y Redentor!
227
SALMO 33
Este es uno de los pocos salmos de esta sección (Sal.
1—50) que no tiene título. Como han conjeturado
algunos teólogos, posiblemente esto sea para no
disminuir la grandeza, el esplendor y la majestad de Dios.
Este salmo dirige nuestra alabanza y adoración hacia la
persona de nuestro Todopoderoso Creador, y por lo tanto,
se cree que un título podría distraernos del darle la gloria
a Dios mismo. En consecuencia, no tenemos forma de
identificar al autor.
33:1 - Alegraos, oh justos, en Jehová; en los íntegros es
hermosa la alabanza. Un espíritu alegre es una actitud
refrescante que vivifica todo nuestro ser. Pero es un
ejercicio del cual sólo pueden participar los que son
íntegros. Presumir de alabar al Creador es muy impropio
en aquellos que no viven en armonía con los preceptos de
Dios. Su alabanza no puede ser aceptable a los ojos de Él,
y es hipócrita, ya que aparentan ser justos mientras que,
en realidad, pertenecen a la congregación de los pecadores.
33:2 - Aclamad a Jehová con arpa; cantadle con salterio
y decacordio. Los instrumentos de alabanza y adoración
en la época del rey David eran, predominantemente,
instrumentos de cuerdas, encabezados por el salterio y el
228
Salmos 1-50
arpa. La mención del decacordio (instrumento de diez
cuerdas) da lugar a creer que quienes adoran y alaban al
Señor deben vivir en concordancia con los Diez
Mandamientos, además de usar sus dedos para tocar las
cuerdas de los instrumentos de música.
33:3 - Cantadle cántico nuevo; hacedlo bien, tañendo con
júbilo. ¡Ay! Al adorar al Señor, muchos no dejan lugar a
que el Espíritu Santo haga brotar nuevos cánticos de
alabanza de sus labios, y se contentan con limitarse a los
himnarios de épocas pasadas. Además el mandato de
“hacerlo bien” es una exhortación a buscar la excelencia
en la melodía, prestando diligente atención a la forma en
que ejecutamos nuestros instrumentos.
Así como Pablo indica al maestro que se dedique a su
enseñanza (Ro. 12:7), también manera los miembros del
coro y los músicos deberían pasar tiempo cada semana
perfeccionando sus habilidades para poder tocar en una
forma que, cada vez, dé más gloria al Señor.
33:4 - Porque recta es la palabra de Jehová, y toda su
obra es hecha con fidelidad. Mientras escribo este
comentario sobre los salmos, he realizado un viaje por el
amado país de la India. Yendo de hotel a hotel, mientras
vamos de una ciudad a otra dictando los seminarios para
pastores, nos hemos mantenido informados de las noticias
a través de los periódicos que proveen los hoteles.
En el Sunday Times de hoy leí una cita del libro de Fay
Weldon titulado Sacred Cows (Vacas sagradas), en el cual
la autora llega a la siguiente conclusión: “Se puede
Salmos 1-50
229
construir una sociedad decente basada en la Biblia... pero,
¿basada en el Corán? ¡No!” Sin duda, es un hecho que así
como la Palabra de Dios formó el mundo, también ayuda a
forjar cada faceta de nuestras vidas. Como lo declaró
Salomón, a quien Dios enseñó lecciones a partir de la planta
de hisopo, los animales, las aves y los peces (1 R. 4:32-34),
todas las obras de Dios manifiestan Su verdad.
33:5 - Él ama justicia y juicio; de la misericordia de
Jehová está llena la tierra. Todas las ordenanzas del Señor
(naturales, morales, y espirituales) son apropiadas y
ciertas. Todo lo que Él hace es perfecto y justo. Como en
la creación, Dios vio que todo lo que había creado era
bueno (Génesis 1:31).
33:6 - Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y
todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. El Señor
habló, y por Su palabra dio existencia a toda Su Creación.
Génesis capítulo 1 declara que Él habló, y se hizo.
33:7 - Él junta como montón las aguas del mar; Él pone
en depósitos los abismos. Una de las maravillas de la
creación son, sin duda, los mares, y cómo éstos conservan
los límites que Dios les ha marcado. Job 38:11 registra
las palabras del Señor a las aguas: “Hasta aquí llegarás,
y no pasarás adelante, y ahí parará el orgullo de tus olas”.
33:8 - Tema a Jehová toda la tierra; teman delante de Él
todos los habitantes del mundo. Sin duda, si la humanidad
pudiera pensar sobre las maravillas de la creación que la
rodea, su mente y su corazón rebosarían de asombro ante
la sabiduría, el conocimiento, el entendimiento y el poder
230
Salmos 1-50
de Dios. Por consiguiente, la humanidad serviría a este
maravilloso Señor a quien todos debemos rendir cuentas
por lo que hemos hecho en esta tierra.
33:9 - Porque Él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió. El
acto de la creación es muy discutido por los científicos y
filósofos de mente liberal. Sólo es entendido por el pueblo
de Dios por medio de la fe, que es por la gracia de Dios
(He. 11:3). Su palabra hablada es creativa, e hizo que
existieran todas las cosas, incluidos los hombres. Por lo
tanto, debemos servirle con temor reverente, ya que
nuestros tiempos están en sus manos.
33:10, 11 - Jehová hace nulo el consejo de las naciones,
y frustra las maquinaciones de los pueblos. El consejo de
Jehová permanecerá para siempre; los pensamientos de
su corazón por todas las generaciones. Debido a Su
sabiduría el Señor reina sobre las naciones paganas; frustra
sus propósitos de manera que se cumpla y permanezca lo
que Él ya ha decretado y predeterminado para Sus elegidos
a lo largo de todas las generaciones.
33:12 - Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová,
el pueblo que Él escogió como heredad para sí. ¡Qué
profundo privilegio es para Israel y para nosotros, formar
parte de esa santa nación (1 P. 2:9), tener al Señor como
nuestro Dios! Nosotros no lo elegimos, sino que Él nos
eligió a nosotros (Jn. 15:16).
33:13-15 - Desde los cielos miró Jehová; vio a todos los
hijos de los hombres; desde el lugar de su morada miró
sobre todos los moradores de la tierra. Él formó el corazón
Salmos 1-50
231
de todos ellos; atento está a todas sus obras. El Señor que
se humilla a mirar a los hijos de los hombres, nos ve a todos.
No hay lugar alguno donde podamos ir, en el que Sus ojos
vigilantes no nos observen más seguramente de lo que una
madre vigila a su hijo. Él formó los corazones de todos
nosotros. Esto no significa que todos seamos iguales o
tengamos iguales capacidades, ya que esto obviamente no es
cierto. Dios conoce a cada uno de nosotros individualmente
y nuestras obras están escritas en los registros celestiales.
33:16, 17 - El rey no se salva por la multitud del ejército,
ni escapa el valiente por la mucha fuerza. Vano para
salvarse es el caballo; la grandeza de su fuerza a nadie
podrá librar. En la batalla de Arbela, el ejército persa
dirigido por Darío III contaba con más de 500.000
hombres, pero fueron vencidos por Alejandro Magno, que
sólo tenía 40.000.
¿Por qué? Como Dios había señalado aproximadamente
doscientos años antes en Daniel 8, el carnero (Grecia)
destruiría al macho cabrío (Persia), porque así había sido
predeterminado por Él. Por esto, en todos los asuntos del
hombre, es Dios quien gobierna. No podemos salvarnos
a nosotros mismos, ni siquiera en la batalla, porque la
salvación es del Señor. Por lo tanto, no debemos confiar
en nuestras habilidades ni en nuestra fortaleza natural.
33:18, 19 - He aquí el ojo de Jehová sobre los que le
temen, sobre los que esperan en su misericordia, para
librar sus almas de la muerte, y para darles vida en tiempo
de hambre. El Señor cuida de toda Su creación, y hace
que Su sol brille sobre justos e injustos por igual (ver Mt.
232
Salmos 1-50
5:45). Sin embargo, Él cuida especialmente de las
necesidades de quienes le sirven día y noche con temor
reverente y de quienes continuamente esperan en Su
misericordia, sea cual sea la circunstancia en que se
encuentren.
A lo largo de los años, durante los muchos sufrimientos
que mi esposa y yo soportamos juntos, constantemente
esperamos en la misericordia del Señor. Y puedo decir
que Él nunca nos defraudó. El Señor nos libró en tiempos
en que teníamos poco o nada para comer, y guardó a mi
esposa de las puertas de la muerte durante varios años,
aun cuando los médicos ya habían perdido todas las
esperanzas. Ellos llegaron a ponerme una mano en el
hombro y decirme que la dejara ir. Pero hasta el día en
que Él la llamó a Su presencia, el Señor me dijo que
perseverara. ¡Gloria a Su nombre sin igual!
33:20 - Nuestra alma espera a Jehová; nuestra ayuda y
nuestro escudo es Él. Verdaderamente, con gran
expectativa y fe nuestros corazones han esperado en Él, y
Él, en Su tiempo, nos ha respondido. ¡Gloria al Señor!
33:21 - Por tanto, en Él se alegrará nuestro corazón,
porque en su santo nombre hemos confiado. Por tanto,
con gozo sacaremos aguas de las fuentes de la salvación,
y en ese día diremos: “Cantad a Jehová”, como lo dijera
el amado Isaías en Isaías 12:1-4.
33:22 - Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros,
según esperamos en ti. El salmista concluye con esta
oración: que la misericordia del Señor sea sobre nosotros
Salmos 1-50
233
en la medida y punto en que esperamos en Él. Por tanto
amados, esperemos en Él continuamente, para que
recibamos un flujo cada vez mayor de Su misericordia
en nuestras vidas. Los santos de Dios nacen a una
esperanza viva; una esperanza que no se desvanece, sino
que arde de manera cada vez más brillante hasta que
llegue el día perfecto.
235
SALMO 34
Según la inscripción que lo precede, este salmo fue escrito
cuando David fingió estar loco delante de Aquis, rey de
Gat, como lo registra 1 Samuel 21:14: “Y dijo Aquis a
sus siervos: He aquí, veis que este hombre es demente;
¿por qué lo habéis traído a mí? ¿Acaso me faltan locos,
para que hayáis traído a éste que hiciese de loco delante
de mí? ¿Había de entrar éste en mi casa?” David hizo
esto deliberadamente, con el fin de escapar de las
acusaciones de los siervos del rey que temían que David
fuera a destruir a los filisteos.
Salmo de David, cuando mudó su semblante
delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.
34:1 - Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza
estará de continuo en mi boca. Algunos se preocupan de
que David haya actuado en manera impropia al fingir
locura para escapar del arresto y de una posible ejecución
por parte de Aquis, rey de Gat. Pero si examinamos
cuidadosamente las Sagradas Escrituras, descubriremos
que aun el profeta Samuel temió a Saúl cuando iba a ungir
a David, y Dios le indicó que dijera que el Señor lo había
enviado a sacrificar una becerra para Él (1 S. 16:2, 3). El
tema está abierto al debate, pero baste decir que este
236
Salmos 1-50
hermoso salmo, inspirado por el Espíritu Santo, nació después
que David fue liberado de Gat.
David inicia el salmo declarando que bendecirá al Señor
en todo tiempo, y que Su alabanza estará continuamente
en su boca. Este es un ejercicio espiritual verdaderamente
maravilloso, y una actitud de los piadosos de corazón. Es
una de las claves que debemos tratar de emular para llevar
una vida de continua victoria.
34:2 - En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos,
y se alegrarán. Es cuando el Señor, en Su inmensa gracia,
nos ha librado de las garras de nuestros enemigos o de
una circunstancia que era demasiado abrumadora para
nosotros, cuando lo alabamos en toda ocasión. Todos los
que seguimos verdaderamente al Cordero nos regocijamos
en Su gracia para con nosotros. Por tanto, David anima a
todos a unirse a él para glorificar al Señor, cuando dice:
34:3 - Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una
su nombre. Creo que esta es una de las razones para dar
testimonio: que los demás vean cuán maravilloso es el
Señor, y se unan a nosotros para alabarlo por Su bondad
para con los que están en la tierra de los vivos.
34:4 - Busqué a Jehová, y Él me oyó, y me libró de todos
mis temores. Según este versículo, sería correcto sugerir
que el Señor había mostrado a David cómo evitar ser
arrestado por Aquis, rey de Gat.
34:5 - Los que miraron a Él fueron alumbrados, y sus
rostros no fueron avergonzados. David aparentemente no
Salmos 1-50
237
estaba solo en la tierra de Gat; a causa de su angustia, tanto él
como sus compañeros se habían vuelto al Señor, hasta que Él
les dio la solución. El dolor de esta situación seguramente se
les notaba en el rostro. El Señor muchas veces nos ha hecho
recordar este versículo cuando enfrentamos un problema tras
otro. Sin duda Él nos ha probado ser fiel en toda ocasión, y
sabemos que lo hará por usted cuando usted levante sus ojos
a Él para recibir respuesta a su necesidad.
34:6 - Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas
sus angustias. Aunque es obvio que David es quien habla y
describe su lamentable condición en la corte de Aquis,
también habla proféticamente de Cristo, a quien se describe
de esta manera en otros salmos. (Rogamos ver Sal. 69:26-29
y 109:16). Con frecuencia el Señor nos lleva a esta condición:
una situación de impotencia en que estamos tan debilitados
ya sea física, económica o espiritualmente, que no podemos
ayudarnos a nosotros mismos. En tales momentos de su vida,
David hallaba consuelo en el Señor para todos sus problemas,
que eran muchos.
Como todo aquel que ha estado en un puesto de liderazgo
puede atestiguar, hay momentos en que los problemas
brotan de todos lados, como un torrente. Pero muchas
veces nos hemos sentido como David, y al clamar al Señor
hemos experimentado completa salvación de todos los
embates del enemigo.
34:7 - El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le
temen, y los defiende. Algunas veces, cuando estamos en
medio de terribles pruebas en las que nos parece que toman
parte todos los habitantes del infierno, nos llega la seguridad
238
Salmos 1-50
de la presencia del ángel del Señor. Él nos rodea con Su
manto, aleja a los perniciosos atacantes, y les hace huir hacia
el abismo de donde han salido.
34:8 - Gustad, y ved que es bueno Jehová; dichoso el
hombre que confía en Él. Según sea nuestro sufrimiento,
así será también nuestra consolación, como escribe Pablo
a los creyentes de Grecia (2 Co. 1:5). Después de las
pruebas, tenemos el privilegio de probar la dulzura de la
presencia del Señor. En tal momento, como dice Pablo en
Romanos 8:18, todos nuestros sufrimientos no son dignos
de ser comparados con la gloria de Dios que
experimentamos en nuestro interior. Y esto les sucede a
aquellos que ponen toda su confianza y su amor en el Señor.
34:9 - Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada
falta a los que le temen. He aquí nuevamente una preciosa
promesa relativa a la provisión del Señor para Sus
elegidos. Él puede hacernos atravesar pruebas, pero nunca
estaremos completamente desamparados. Muchas veces
mi esposa y yo hemos estado sin comida ni albergue, pero
es sólo cuando llegamos al fin de todos nuestros recursos
que llega nuestra liberación.
34:10 - Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero
los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
Este versículo nos ha socorrido en nuestros momentos
de prueba y sufrimiento. Encontramos versículos
paralelos a este en Mateo 6:24-34, donde claramente se
nos muestra que nuestro Padre Celestial comprende
perfectamente nuestras necesidades. Nuestro Señor
razona que si Él cuida del bienestar de los leoncillos y aun
Salmos 1-50
239
llega a vestir a la hierba del campo, sin duda alguna también
proveerá para Su pueblo.
34:11-14 - Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os
enseñaré. ¿Quién es el hombre que desea vida, que desea
muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal,
y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y haz el
bien; busca la paz, y síguela. Estos cuatro versículos están
destinados a enseñarnos una de las verdades espirituales
más importantes que podemos aprender en esta vida y en
la eternidad. Se trata del temor de Dios.
“El temor de Jehová” o “el temor de Dios” son expresiones
que se encuentran aproximadamente 30 veces en la Biblia.
Muchas veces se las presenta como condición para la bendición
del Señor sobre la vida de una persona. El temor de Jehová es
una unción, y es uno de los siete espíritus del Señor (Is. 11:2).
En Proverbios 8:13 se nos dice: “El temor de Jehová es
aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal
camino, y la boca perversa, aborrezco”. El salmista, declara
que nos enseñará cómo obtener el temor de Jehová en el
versículo 13: al no ofender de palabra y hablar sólo la verdad
(ver Stg. 3:2). El temor del Señor es apartarse del mal y
practicar el bien en la tierra de los vivos (Sal. 34:14).
Debemos buscar la paz, como señala Hebreos 12:14:
“Procuren estar en paz con todos” (DHH). Este debe ser
uno de los objetivos más importantes de nuestra vida.
34:15 - Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos
sus oídos al clamor de ellos. Este versículo nos recuerda
2 Crónicas 16:9, donde se nos dice que “los ojos de Jehová
240
Salmos 1-50
contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor
de los que tienen corazón perfecto para con Él”. Sin
embargo, como nos dice el versículo 16, el Señor está en
contra de aquellos que hacen el mal.
34:16 - La ira de Jehová contra los que hacen mal, para
cortar de la tierra la memoria de ellos. La memoria de
los justos es bendita y ellos dejan un testimonio que dura
por generaciones y aun siglos (Pr. 10:7), pero el Señor
corta la memoria de los que hacen mal. Son olvidados al
morir, mientras que los justos son recordados y tenidos
en gran estima.
34:17 - Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de
todas sus angustias. Una y otra vez se nos repite la
promesa que el Señor nos liberará de todas nuestras
angustias, si es que andamos rectamente y en la luz.
Todas las promesas de la Palabra de Dios son para
quienes andan rectamente y obedecen los
mandamientos del Señor. No hay promesas para
cristianos a medias, como Saúl, que sólo obedecen la
Palabra de Dios parcialmente; la única excepción será,
quizá, la promesa de Apocalipsis 3:16 donde el Señor
dice que ¡los vomitará de su boca! Oh, que andemos
en rectitud y pongamos nuestra confianza en el Señor
en todo tiempo, y veremos Su mano extendida con
poder para liberarnos.
34:18 - Cercano está Jehová a los quebrantados de
corazón; y salva a los contritos de espíritu. Ahora se
nos da un nuevo requisito para que el Señor actúe a
nuestro favor. David también lo expresa más adelante en su
Salmos 1-50
241
vida, después de pecar con Betsabé, en el salmo 51:17: “Los
sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón
contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”.
Después de todo, es la actitud de nuestro corazón la
que determina nuestro acceso al Padre Celestial, y si
Él nos aprobará o desaprobará. Humildad,
quebrantamiento, y mansedumbre son cualidades y
virtudes que agradan al Señor, y son las que harán que
el Señor se acerque a nosotros y vuelque en nosotros
su afecto (ver Cantares 7:10).
El Señor está cercano a quienes son humildes y se han
quebrantado, pero a los altivos que desean seguir su propia
voluntad los mira de lejos (Sal. 138:6). La soberbia repele
al Señor, pero la humildad lo atrae y lo acerca a nosotros.
La humildad es una de las cualidades de Ester que atrajo
al rey Asuero, y tuvo como resultado su ubicación en un
lugar prominente.
34:19 - Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas
ellas le librará Jehová. Una vez más vemos la promesa,
repetida con frecuencia, que el Señor librará a los justos
de sus muchas aflicciones. Nunca debemos caer en el error
de pensar que si andamos rectamente delante del Señor,
no tendremos pruebas. Recordemos al santo Job, uno de
los tres hombres más justos de toda la historia de la
humanidad (Ez. 14:14), y consideremos sus múltiples
pruebas y aflicciones. Sin embargo, finalmente fue librado
por el Señor (Stg. 5:11).
34:20 - Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será
quebrantado. Esta es una de las profecías que fue cumplida
242
Salmos 1-50
cuando el Señor estaba en la cruz (Jn. 19:36). El Padre dispuso
todo de manera tal, que ni siquiera un hueso de Su Hijo fue
quebrado, aunque sí les sucedió a los otros dos que fueron
crucificados con Él.
El motivo de esto es que Él era el Cordero de la Pascua. A
un cordero que es rebelde y se pierde continuamente, el
pastor le quiebra una pata para que siempre se quede cerca
de El. Obviamente, esto es, en la tipología, prueba del
hecho que Jesús era el obediente Siervo de Dios (comp.
Fil. 2:8). No era rebelde ni porfiado en manera alguna. Su
corazón siempre exclamaba: “Me deleito en hacer tu
voluntad, oh Señor”.
34:21 - Matará al malo la maldad, y los que aborrecen
al justo serán condenados. A lo largo de toda la Biblia
descubrimos que, a menudo, los malos son destruidos
por aquellos que también son malos. Saúl, por ejemplo
fue destruido por aquellos a quienes se le ordenó que
destruyera: los amalecitas (ver 1 S. 15:3; 2 S. 1:6-10).
Él es quien odiaba al justo David.
Aquellos que aborrecen al justo son condenados y jamás
llevarán fruto, ya que están llenos de odio y envidia. Pero
como, dice el próximo versículo, los rectos que ponen
su confianza en el Señor, no quedarán desolados, sino
que fructificarán.
34:22 - Jehová redime el alma de sus siervos, y no serán
condenados cuantos en Él confían. De esta forma, el salmo
escrito por David como expresión de su gratitud por la
liberación del Señor, termina con una reafirmación de esta
Salmos 1-50
243
verdad: que el Señor libra a quienes ponen su confianza en Él.
El Señor desea que así como fue el testimonio de David, sea
el nuestro. ¡Amén!
245
SALMO 35
La evidencia interna del salmo mismo sugiere que fue
escrito durante el período sumamente doloroso en que
David era perseguido por Saúl en el desierto de Judea. En
este salmo fluye un notable paralelismo de queja, oración
y alabanza. Esto se repite tres veces, con lo cual, el salmo
queda dividido de la siguiente forma:
1) Primera parte: versículos 1-10.
2) Segunda parte: versículos 11-18.
3) Tercera parte: versículos 19-28.
Salmo de David.
Primera parte: 35:1-10
35:1 - Disputa, oh Jehová, con los que contra mí
contienden; pelea contra los que me combaten. No debemos
olvidar que, así como todo el ejército de Israel, gran parte
de la nación estaba de parte de Saúl. Además, había quienes
apoyaban a Saúl porque deseaban destruir a David. Así que
vemos que David tenía muchos adversarios.
35:2, 3 - Echa mano al escudo y al pavés, y levántate en
mi ayuda. Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores;
246
Salmos 1-50
di a mi alma: Yo soy tu salvación. En el lenguaje de su
tiempo, David implora al Señor que luche contra sus
enemigos con las armas de esa época. Y también le pide
que hable palabras de aliento a su corazón.
35:4-6 - Sean avergonzados y confundidos los que buscan
mi vida; sean vueltos atrás y avergonzados los que mi
mal intentan. Sean como el tamo delante del viento, y el
ángel de Jehová los acose. Sea su camino tenebroso y
resbaladizo, y el ángel de Jehová los persiga. David no
ahorra palabras al rogar a Dios que destruya a sus enemigos
por medio del ángel del Señor. En diversas ocasiones
hemos sabido de la intervención de Dios, por medio de
ángeles en forma visible, luchando con espadas.
Es importante que comprendamos que, siendo hijos de
Dios, aun desde que estamos en el vientre de nuestra madre
hay ángeles designados para guardarnos. Nos referimos a
las palabras del mismo Señor en Mateo 18:10: “Mirad
que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque
os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro
de mi Padre que está en los cielos” (ver también He. 1:14).
Recuerdo el caso de unos amigos nuestros en Suiza, que
vivían en un apartamento en el cuarto piso. La madre
había dejado al niño de dos años jugando en un balcón
abierto. Dado que la pared del balcón era lo
suficientemente alta como para que él no pudiera ver
hacia abajo, creyó que el niño estaba perfectamente
seguro. Ella estaba en otro cuarto cuando escuchó
claramente una voz que le decía: “Ve rápidamente junto
al niño”. Lo hizo, precisamente a tiempo para ver que el
Salmos 1-50
247
pequeño había colocado una caja en el balcón, se había subido
a ella y estaba balanceándose precariamente sobre el borde
de la pared. Lo atrapó en el momento preciso. Gracias a
Dios por los ángeles que cuidan tan de cerca de nuestros
pequeños varones. ¡Parece que los ángeles de las niñas de
esa edad no tienen tanto trabajo!
35:7, 8 - Porque sin causa escondieron para mí su red en
un hoyo; sin causa cavaron hoyo para mi alma. Véngale
el quebrantamiento sin que lo sepa, y la red que Él
escondió lo prenda; con quebrantamiento caiga en ella.
No había justificación para sus acciones. David ruega que
el mismo complot que ellos habían armado contra él se
revierta y caiga sobre ellos. Muchas veces hemos visto
que quienes trataron de hacernos mal llegaron a sufrir
precisamente ese mal ellos mismos; y que, aquello por lo
cual nos acusaban, vino sobre ellos.
35:9, 10 - Entonces mi alma se alegrará en Jehová; se
regocijará en su salvación. Todos mis huesos dirán:
Jehová, ¿quién como tú, que libras al afligido del más
fuerte que Él, y al pobre y menesteroso del que le
despoja? Esta sección termina con una actitud de
regocijo en la salvación del Señor, ya que Él ha librado
al pobre de quienes eran demasiado fuertes para él. Es
muy cierto que los pobres son bienaventurados (Mt. 5:3),
ya que todo el cielo trabaja a su favor cuando están en la
relación correcta con el Señor.
248
Salmos 1-50
Segunda parte: 35:11-18
35:11 - Se levantan testigos malvados; de lo que no sé me
preguntan. Los falsos testigos han sido motivo de dolor
para los justos a lo largo de todas las generaciones. Tanto
David como el Señor sufrieron a causa de quienes mentían
acerca de ellos y los acusaban de cosas de las que eran
inocentes (comp. Mt. 26:60). No podemos esperar menos
de los malvados de nuestro tiempo.
35:12 - Me devuelven mal por bien, para afligir a mi alma.
Por extraño que parezca, muchas veces los responsables
de estas injustas acusaciones son aquellos a quienes hemos
ayudado y hemos tratado bien.
35:13 - Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de
cilicio; afligí con ayuno mi alma,y mi oración se volvía a
mi seno. También son aquellos por los que hemos orado
cuando estaban enfermos.
35:14 - Como por mi compañero, como por mi hermano
andaba; como el que trae luto por madre, enlutado me
humillaba. Quizá nuestros acusadores sean aun aquellos
que han sido nuestros mejores amigos.
35:15 - Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se
juntaron; se juntaron contra mí gentes despreciables, y
yo no lo entendía; me despedazaban sin descanso. En
nuestros tiempos de necesidad se revela la verdadera
disposición de los corazones de las personas.
Personalmente hemos experimentado muchas veces la
dolorosa revelación de una traición. Sin embargo, el Señor
249
Salmos 1-50
da gracia en abundancia, y salmos como éste nos dan solaz,
consuelo y fortaleza, permitiéndonos alabarle y triunfar
en lo que, de otra manera, se convertiría en un terrible
valle de amargura.
35:16 - Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes,
crujieron contra mí sus dientes. Son lisonjeros, es decir
hipócritas, porque en los cultos del domingo o en las
conferencias oran, adoran y hasta predican la Palabra con
capacidad, y quizá con unción. Pero en privado nos critican
y conspiran contra nosotros.
35:17 - Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Rescata mi alma
de sus destrucciones, mi vida de los leones. Muchas veces
clamamos: “Señor, ¿cuánto tiempo vas a tolerar esta
bajeza?” Pero el Señor continúa hablándonos suavemente
para calmarnos y nos asegura que estas personas y
circunstancias forman parte de Su plan y que, al final, Él
no permitirá que triunfen contra nosotros.
35:18 - Te confesaré en grande congregación; te alabaré
entre numeroso pueblo. El Señor hace que lo alabemos
delante de numeroso pueblo durante y después de la prueba.
Tercera parte: 35:19-28
35:19 - No se alegren de mí los que sin causa son mis
enemigos, ni los que me aborrecen sin causa guiñen el
ojo. Aun durante este tiempo vemos las idas y venidas de
los ataques de nuestro enemigo, y, como David, nos vemos
obligados a ponernos de rodillas una y otra vez. Esta es,
al menos una, de las razones por las que creo que este
250
Salmos 1-50
salmo está básicamente dividido en tres partes. Muchas son
las veces que hemos visto a los conspiradores guiñarse un
ojo mutuamente, esperando el acto final en que creen que
lograrán la tan ansiada victoria contra nosotros.
35:20 - Porque no hablan paz; y contra los mansos de la
tierra piensan palabras engañosas. Un hecho destacado
con respecto a aquellos que hacen el mal es que nunca
pueden descansar; ni pueden dejar tranquilos a los que
están en paz. Verdaderamente, como dice Isaías, “No hay
paz, dijo mi Dios, para los impíos” (Is. 57:21).
35:21-23 - Ensancharon contra mí su boca; dijeron: ¡Ea,
ea, nuestros ojos lo han visto! Tú lo has visto, oh Jehová; no
calles; Señor, no te alejes de mí. Muévete y despierta para
hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender mi
causa. Ellos encuentran fallas y crean problemas por el menor
error o la más insignificante palabra (comp. Lc. 11:53, 54).
Por lo tanto, con su espíritu profundamente angustiado, David
ruega a Dios que despierte para actuar en su favor.
35:24-26 - Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío,
y no se alegren de mí. No digan en su corazón: ¡Ea, alma
nuestra! No digan: ¡Le hemos devorado! Sean avergonzados
y confundidos a una los que de mi mal se alegran; vístanse
de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra
mí. En tiempos como estos nosotros también clamamos al
Señor que nos reivindique, ya que hemos tratado de andar
en rectitud, todo cuanto nos ha sido posible.
Dios no permitirá que nuestros enemigos tengan la última
palabra en nuestra situación. Debemos orar: “Señor, no
Salmos 1-50
251
permitas que nuestros enemigos triunfen sobre nosotros o
nos destruyan porque son más numerosos que nosotros.
Por el contrario, Señor, trae sobre ellos vergüenza y
deshonra”. Hemos visto suceder esto en muchas
ocasiones. En un momento parece que nuestros enemigos
van a triunfar; todo parece estar en su favor. Pero casi a
último momento, hemos visto cómo el Señor cambiaba
las cosas de manera que ellos eran abrumados y
consumidos por la vergüenza (comp. Job 20:4, 5).
35:27 - Canten y alégrense los que están a favor de mi
justa causa, y digan siempre: Sea exaltado Jehová, que
ama la paz de su siervo. El máximo deseo del Señor para
Sus siervos es que prosperen. Y Él realmente nos lleva a
un lugar espacioso, donde olvidamos los dolores de las
batallas de ayer y nos gozamos en Su gran bondad para
con nosotros.
35:28 - Y mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza
todo el día. Cuando el Señor cambie nuestra cautividad,
todos los que han orado por nosotros, que están
verdaderamente de nuestro lado y buscan nuestro bien se
regocijarán con gran gozo. Hay gran gozo en el
campamento de los justos, como lo hubo en el de David
cuando el Señor lo hizo triunfar sobre la casa de Saúl.
Cuando el Señor cambie nuestra cautividad, entonces
todos los que han orado por nosotros también tendrán un
testimonio. Podrán declarar que hay un Dios que juzga
con justicia y nos hace prosperar. ¡Alabado sea el Señor!
253
SALMO 36
Este salmo fue escrito hacia el final de la vida del rey David,
cuando continuamente sufría pequeñas rebeliones a causa
de su pecado con Betsabé (esto, según la palabra que el Señor
le dio por medio del profeta Natán en 2 Samuel 12:10). En
esa ocasión el Señor le dijo que la espada nunca se apartaría
de su casa. El salmo es una oda que expresa el gozo de los
que son fieles en el servicio del Señor a pesar de los
conflictos ocasionados por los malos. Puede dividirse en
cuatro secciones principales:
1) Un análisis de los rebeldes (vv. 1-4).
2) La exaltación de los caminos y los atributos del
Señor (vv. 5-9).
3) La oración de David al Señor (vv. 10-11).
4) La destrucción final de los impíos (v. 12).
Al músico principal.
Salmo de David, siervo de Jehová.
Primera parte:
Un análisis de los rebeldes (36:1-4)
36:1 - La iniquidad del impío me dice al corazón: no hay
temor de Dios delante de sus ojos. Los rebeldes son osados
254
Salmos 1-50
en su pecado, y no tienen límites, porque no temen a Dios.
Sus acciones comprueban que no le temen, y los terrores
del infierno serán, por consiguiente, su recompensa eterna.
36:2 - Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, de que
su iniquidad no será hallada y aborrecida. Los impíos
se jactan, engañándose con la idea que están bien como
están. Como consecuencia, no enfrentan el pecado que
hay en su corazón para que sea expuesto y aparezca en
toda su abominación.
36:3 - Las palabras de su boca son iniquidad y fraude;
ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien. Hay tal
hipocresía en su boca, que mentir es una forma de vida
para él. Debido a esta referencia, parecería que David está
hablando de alguien que ha conocido el camino de la
salvación pero se ha apartado voluntariamente de los
caminos de la vida y la rectitud.
Es realmente trágico pensar que en el infierno habrá
muchos que alguna vez tuvieron sus pies sólidamente
plantados sobre la Roca firme que es Cristo. Hermanos,
prestemos atención a estas advertencias y esforcémonos
por fortalecernos en las siete columnas de la sabiduría
(Pr. 9:1 y Stg. 3:17-18). Estimulémonos a hacer las buenas
obras (He. 10:24).
36:4 - Medita maldad sobre su cama; está en camino no
bueno, el mal no aborrece. Durante la noche, los malos
conspiran y hacen planes acerca de cómo hacer más
maldades. Un estudioso de la Biblia ha sugerido que hay
seis camas de maldad diferentes: 1) el lujo, 2) la avaricia,
255
Salmos 1-50
3) la ambición, 4) la codicia, 5) la pereza y 6) la crueldad. A
esto yo agregaría la cama de la sensualidad y la de los planes
para destruir a los justos. “Cual es su pensamiento en su
corazón, así es él” (Pr. 23:7). El que planea maldades se
afirma en sus caminos de maldad. Tiene un amor por el mal
que es cada vez mayor y más duradero.
Segunda parte: La exaltación de los caminos
y los atributos del Señor (36:5-9)
36:5-8 - Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y
tu fidelidad alcanza hasta las nubes. Tu justicia es como
los montes de Dios, tus juicios, abismo grande. Oh Jehová,
al hombre y al animal conservas. ¡Cuán preciosa, oh Dios,
es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se
amparan bajo la sombra de tus alas. Serán completamente
saciados de la grosura de tu casa, y tú los abrevarás del
torrente de tus delicias. David alaba al Señor por:
1) Su misericordia (v. 5a, 7).
2) Su fidelidad (v. 5b).
3) Su justicia (v. 6a).
4) Sus juicios (v. 6b).
Gracias a estos maravillosos atributos del Señor, los hijos
de los hombres pueden confiar plenamente en Él y serán
abundantemente bendecidos con Su bondad.
36:9 - Porque contigo está el manantial de la vida; en tu
luz veremos la luz. El Señor es la “fuente de agua viva”
(Jer. 2:13). Él es nuestra fuente de vida, tanto en lo
256
Salmos 1-50
espiritual como en lo natural. En este versículo vemos también
una verdad que se repite a lo largo de toda la Biblia. Cuando
andamos en forma constante en un determinado camino de
verdad , recibimos más de esa virtud y esa verdad. El Señor
dijo en Mateo 25:29: “Porque al que tiene, le será dado, y
tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será
quitado”. “El Señor da sabiduría al sabio” (Dn. 2:21).
Por lo tanto, en la medida en que caminemos bajo la luz que
tenemos, recibiremos más luz y más verdad (1 Jn. 1:7; 2 P.
1:12).
Tercera parte:
La oración de David al Señor (36:10, 11)
36:10, 11 - Extiende tu misericordia a los que te conocen,
y tu justicia a los rectos de corazón. No venga pie de
soberbia contra mí, y mano de impíos no me mueva. Ahora
David clama al Señor (como deberíamos hacer también
nosotros) que continúe mostrándole Su justicia y Su
misericordia, y que no permita que los soberbios y los
impíos prevalezcan sobre él. Hemos notado, a lo largo de
los años, que estas son dos de las fuerzas motivadoras
que atacan a los justos. Quienes son motivados por la
soberbia tratan de exaltarse sobre nosotros, y quienes son
simplemente malos, por su envidia tratan de derribarnos.
Cuarta parte: La destrucción final
de los impíos (36:12)
36:12 - Allí cayeron los hacedores de iniquidad; fueron
derribados, y no podrán levantarse. Este tema se repite
Salmos 1-50
257
una y otra vez en la Palabra de Dios. El final del asunto, para
los impíos, es que caerán para nunca volver a levantarse. Esto
da consuelo a los justos, pero al mismo tiempo produce cierta
pena. Nos trae consuelo, porque el Señor verdaderamente
nos hace triunfar sobre nuestros adversarios, y por otra parte,
nos da tristeza cuando entendemos que serán condenados
para toda la eternidad.
259
SALMO 37
Según la confesión de David, este salmo fue escrito en su
vejez (ver versículo 25). Está redactado en el estilo del
libro de los Proverbios. El tema principal es la aparente
prosperidad de los malos, en contraste con la aflicción de
los justos. Este hecho ha desconcertado a muchos a lo
largo de muchas generaciones, y David intenta tratar aquí
este tema. Busca conciliar las acciones de Dios con nuestra
comprensión de las doctrinas bíblicas, que, francamente,
dicen: “Haz el bien, y serás bendito en la tierra de los
vivos; pero si haces el mal no prosperarás y no tendrás
descanso”. En esta breve exégesis intentaremos clarificar
estas situaciones contradictorias.
Salmo de David.
37:1-4 - No te impacientes a causa de los malignos, ni
tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque
como hierba serán pronto cortados, y como la hierba
verde se secarán. Confía en Jehová, y haz el bien; y
habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las
peticiones de tu corazón. En estos cuatro primeros
versículos, David nos advierte que no debemos de
alterarnos cuando, aparentemente, los malos prosperan;
260
Salmos 1-50
porque dice que su prosperidad no durará mucho y que
pronto serán cortados y se secarán como la hierba.
Los justos no deben perturbarse por estas cosas, como
amonesta Job a sus amigos en Job 21:7-9, cuando dice:
“¿Por qué viven los impíos, y se envejecen, y aun crecen
en riquezas? Su descendencia se robustece a su vista, y sus
renuevos están delante de sus ojos. Sus casas están a salvo
de temor, ni viene azote de Dios sobre ellos”. Pero agrega
que al final: “¡Oh, cuántas veces la lámpara de los impíos
es apagada, y viene sobre ellos su quebranto, y Dios en su
ira les reparte dolores! Serán como la paja delante del
viento, y como el tamo que arrebata el torbellino. Dios
guardará para los hijos de ellos su violencia; le dará su
pago, para que conozca” (Job 21:17-19).
David desarrollará esta idea más adelante en este salmo.
Los justos nunca deben ceder a la tentación de pensar que
deberían hacer lo mismo que los impíos. Por el contrario,
deben confiar en el Señor y entonces heredarán las
promesas, sabiendo que al final recibirán todo lo que Dios
les ha prometido. Para los santos del Antiguo Testamento,
esto significaba, básicamente, que permanecerían en la tierra
de la promesa y que todas sus necesidades serían satisfechas.
Para nosotros, significa que todo lo que el Señor tiene en
Su propósito para nuestras vidas, se llevará a cabo. ¡Que
maravilloso poder recibir el elogio del Señor: “Bien, buen
siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré; entra en el gozo de tu señor!” (Mt. 25:21).
Además, en la medida que nos deleitamos en el Señor, Él
nos da los deseos de nuestro corazón.
Salmos 1-50
261
37:5, 6 - Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él;
y Él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho
como el mediodía. Estos versículos son muy similares a
Proverbios 3:5, 6: “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y
no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos
tus caminos, y Él enderezará tus veredas”. El Señor
defenderá nuestra causa. Al confiar en Él, el Señor lleva a
cabo todo lo que se ha propuesto para nuestras vidas desde
antes de la fundación del mundo.
También conoceremos la bendición de Isaías 58:8:
“Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se
dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria
de Jehová será tu retaguardia”. Una de las cosas más
difíciles para el santo de Dios es descansar, mientras los
malvados prosperan. De allí la exhortación de David en
el versículo 7.
37:7, 8 - Guarda silencio ante Jehová, y espera en Él. No
te alteres con motivo del que prospera en su camino, por
el hombre que hace maldades. Deja la ira, y desecha el
enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo.
Esto se aplica particularmente a aquellos que están en el
ministerio. Es difícil entender por qué las congregaciones
de nuestros colegas que ceden en aspectos doctrinales y
temas morales crecen y llegan a ser muy grandes, mientras
nosotros, que defendemos las verdades que son tan
valiosas para nosotros, vemos que nuestras
congregaciones permanecen pequeñas.
Pero al visitar algunas de estas iglesias que crecen tanto,
observé que, aunque pueden tener muchas personas y un
262
Salmos 1-50
abultado presupuesto, les falta un ingrediente que para mí es
el más importante: la presencia de Dios. Me pregunto: ¿Para
qué existe la iglesia, si no es para que resida en ella la presencia
manifiesta de Dios? El Señor dijo en Éxodo 25:8, con relación
a la construcción del tabernáculo de Moisés: “Y harán un
santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”.
Muchos ministros hacen de todo para que la gente asista
a sus iglesias, pero hay sólo una persona cuya asistencia
es importante: el Señor Jesucristo. La presencia de Dios
es el factor de suprema importancia, y toda decisión que
tomemos debe basarse en esto.
37:9, 10 - Porque los malignos serán destruidos, pero los
que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues
de aquí a poco no existirá el malo; observarás su lugar, y
no estará allí. Se trate de una carrera, de un examen, o
simplemente del final de nuestra vida, lo importante es la
manera en que se termina. En este sentido, a lo largo de
más de cuarenta años de ministerio, he visto
personalmente que aquellos que han sido elevados a
posiciones de preeminencia demasiado rápido, han caído
con estrépito y han quedado avergonzados. Por otra parte,
quienes esperan en las promesas y aguardan que el Señor
los levante en lugar de exaltarse a sí mismos, heredan la
tierra y todas las promesas de Dios para ellos.
37:11 - Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán
con abundancia de paz. El Señor Jesús cita este versículo
en el Sermón del Monte, en Mateo 5:5. El final de los
mansos será que disfrutarán de la maravillosa paz de Dios
que sobrepasa todo entendimiento. La paz está entre los más
Salmos 1-50
263
preciosos de todos los dones de Dios; muchos la buscan,
pero muy pocos son los que la hallan.
37:12-15 - Maquina el impío contra el justo, y cruje contra
él sus dientes; el Señor se reirá de él; porque ve que viene
su día. Los impíos desenvainan espada y entesan su arco,
para derribar al pobre y al menesteroso, para matar a
los de recto proceder. Su espada entrará en su mismo
corazón, y su arco será quebrado.
Cuando los impíos atacan a los justos, éstos pueden llegar
a sentirse abrumados, pues pareciera que las fuerzas y el
poder no están de su lado y que van a abrumar a la pobre
persona. Pero, aunque aparentemente triunfan por un
tiempo llegando a concretar sus malvadas intenciones,
desde los cielos el Señor se ríe de ellos. Es totalmente
fútil pensar que el mal ganará. Por ello, tengamos en cuenta
las lecciones de la historia.
Napoleón, el amo de Europa a quien nadie podía detener,
venció a los rusos y tomó Moscú el 14 de septiembre de
1812. Pero menos de veinte meses después, el 11 de abril
de 1814, fue enviado a un vergonzoso destierro en la isla
de Elba. Alejandro Magno y Adolf Hitler también fueron
exaltados a lugares de gran prominencia, pero en un lapso
notablemente breve ambos cometieron suicidio.
Ahora, como tantas veces ocurre en el libro de los
Proverbios (y David es responsable de más de la tercera
parte de ese libro), se presenta el contraste de la vida de
los impíos con la de los justos.
37:16 - Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos
264
Salmos 1-50
pecadores. El hecho aquí es que los impíos tratan de acumular
grandes tesoros durante sus vidas, pero esos tesoros no les
dan felicidad. Además, el versículo 16 nos enseña que
debemos estar satisfechos y contentos con lo que el Señor
provea para nosotros, aun cuando sea muy poco.
37:17-19 - Porque los brazos de los impíos serán
quebrados; mas el que sostiene a los justos es Jehová.
Conoce Jehová los días de los perfectos, y la heredad de
ellos será para siempre. No serán avergonzados en el mal
tiempo, y en los días de hambre serán saciados. El poder
de los impíos finalmente es quebrantado. A su debido
tiempo, todos los poderosos gobernantes impíos de la
historia vieron llegar el fin de su poder y su fuerza.
El libro de Apocalipsis declara que los reinos de este
mundo serán los reinos del Señor y de Su Cristo, y que Él
reinará por siempre (Ap. 11:15).
En contraste, Dios cuida de los justos eternamente. Él es quien
elige su herencia; su porción es morar con Él para toda la
eternidad. Los justos son alimentados y sostenidos por el Señor
en tiempos de gran aflicción y tragedias, porque ni siquiera el
hambre, puede separarnos del amor de Dios (Ro. 8:35).
Dios alimentó al profeta Elías cuando hubo hambruna en
la tierra de Israel (1 R. 17; 18:2). Si estamos dispuestos a
andar rectamente, tendremos la misma seguridad que el
Señor proveerá para nosotros y cubrirá todas nuestras
necesidades cuando llegue la hambruna de los últimos
días (comp. Job 5:19-26).
37:20 - Mas los impíos perecerán, y los enemigos de
265
Salmos 1-50
Jehová como la grasa de los carneros serán consumidos;
se disiparán como el humo. He aquí una descripción muy
gráfica del final de los impíos. Como el humo, se disiparán,
pero en realidad, serán consumidos eternamente en el lago
de fuego que nunca se apaga.
37:21 - El impío toma prestado, y no paga; mas el justo
tiene misericordia, y da. Debemos ser generosos con lo
que el Señor nos ha dado, pero al mismo tiempo, ser
sabios en el manejo de nuestros recursos. En Mateo 5:42
Cristo dice: “Al que te pida, dale; y al que quiera tomar
de ti prestado, no se lo rehúses”.
37:22: Porque los benditos de Él heredarán la tierra; y
los malditos de Él serán destruidos. Aquellos que son
bendecidos por el Señor heredarán la tierra; pero aquellos
que Él maldice y aborrece porque no desean agradarle
serán destruidos. En este versículo se presenta el contraste
entre los justos y los impíos.
Los justos
Tienen misericordia y dan
Heredan la tierra.
Los impíos
Toman prestado y no pagan
Son destruidos.
37:23 - Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
y Él aprueba su camino. Cuando agradamos a Dios y le
damos el timón de nuestra vida, Él elige solamente lo que
es mejor para nosotros. Cierra las puertas que no son
buenas, y abre las puertas adecuadas.
37:24 - Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,
266
Salmos 1-50
porque Jehová sostiene su mano. Esta frase: Cuando el
hombre cayere, es muy similar a Proverbios 24:16, que
dice: “Porque siete veces cae el justo, y vuelve a
levantarse; mas los impíos caerán en el mal”. Aquí se
manifiesta la gracia del Señor. Aunque algunos de Sus
siervos escogidos caen en toda clase de tentaciones y hasta
ceden a ellas en tiempos de debilidad, Él se apresura a
levantarlos y restaurarlos a la comunión con Él, para que
puedan continuar su camino.
37:25, 26 - Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo
desamparado, ni su descendencia que mendigue pan. En
todo tiempo tiene misericordia, y presta; y su descendencia
es para bendición. He aquí el maravilloso testimonio de
David. Él dice que nunca ha visto a un justo desamparado
por Dios, quien cuida de Su descendencia. Ellos tienen todo
lo que necesitan, tanto en lo espiritual como en lo natural.
Recuerdo a muchas viudas que han pasado sus vidas dando
a los demás y cuidando de ellos. Cuando sus esposos
murieron, el Señor levantó amigos y familiares que, a su
vez, cuidaron de ellas con todo amor, hasta el día en que
finalmente se reunieron con sus amados en el cielo.
Sin duda, todas estas comparaciones entre los justos y los
impíos deberían persuadir a todos de abandonar el camino
de los malos y optar por la rectitud. Por tanto, David
continúa diciendo en el versículo 27:
37:27, 28 - Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para
siempre. Porque Jehová ama la rectitud, y no desampara
a sus santos. Para siempre serán guardados; mas la
descendencia de los impíos será destruida. Esta es una
Salmos 1-50
267
exhortación a apartarnos del mal, ser sabios, y seguir el bien;
porque si lo hacemos, habitaremos con Él para siempre. El
Señor ama a los justos y no abandona a sus santos (los que
viven en santidad). Sin embargo, destruye a los descendientes
de los impíos.
37:29, 30 - Los justos heredarán la tierra, y vivirán
para siempre sobre ella. La boca del justo habla
sabiduría, y su lengua habla justicia. Aquí vemos más
cualidades de los justos que heredarán todas las
promesas de Dios: Su boca habla sabiduría (Pr. 10:31),
y hablan de justicia (Sal. 35:28).
37:31 - La ley de su Dios está en su corazón; por tanto, sus
pies no resbalarán. La razón por la que hacen estas cosas
es que la ley del Señor está en sus corazones. Esa es la
clave de una vida santa: permitir que el Señor escriba Sus
leyes en las tablas de carne de nuestros corazones (He. 8:10).
El hombre o mujer que tiene las leyes de Dios en su corazón
recibirá las gloriosas promesas de Judas 1:24: “A aquel
que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros
sin mancha delante de su gloria con gran alegría...” No
resbalarán. El Señor los guardará de caer y los presentará
sin mancha delante del trono de Dios. Una vez más sigue
aquí la promesa a los justos, en cuanto a que el Señor los
ayudará en su batalla contra los malos.
37:32, 33 - Acecha el impío al justo, y procura matarlo.
Jehová no lo dejará en sus manos, ni lo condenará cuando
le juzgaren. El impío observa de cerca al justo, buscando
continuamente una oportunidad para acusarlo de hacer el
mal. Es como si estuviera siempre allí cuando el justo comete
268
Salmos 1-50
el menor error, para publicarlo inmediatamente. Pero Dios no
nos condenará cuando los demás nos juzguen; Él hará que para
nosotros el veredicto sea “inocente”.
Cuando estamos en períodos de continuos ataques y críticas
de parte de los impíos, es un consuelo saber que el Señor
luchará a nuestro favor y no permitirá que los malos triunfen
sobre nosotros. Un versículo que fluye en concordancia
con esto es Isaías 54:17: “Ninguna arma forjada contra ti
prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra
ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y
su salvación de mí vendrá, dijo Jehová”.
37:34 - Espera en Jehová, y guarda su camino, y Él te
exaltará para heredar la tierra; cuando sean destruidos
los pecadores, lo verás. Una vez más se nos exhorta a
esperar el tiempo del Señor y que Él cumpla todas Sus
promesas para nosotros. David conocía el significado
de esperar en el Señor. Fue ungido como rey por Samuel
aproximadamente a los diecisiete años, pero después
fue perseguido por Saúl durante casi trece años, hasta
que, finalmente, fue hecho rey de Judá a los treinta años
de edad.
Y, cuando tuvo la oportunidad de matar a Saúl y tomar la
corona que Dios le había prometido, se negó a hacerlo.
Prefirió esperar a que el Señor diera el cumplimiento a Sus
promesas. Si esperamos, veremos la desaparición de
nuestros enemigos (Sal. 118:7), así como David vio
finalmente a Saúl destruido. Además, veremos al Señor
mismo llevarnos a un lugar prominente.
37:35, 36 - Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se
Salmos 1-50
269
extendía como laurel verde. Pero Él pasó, y he aquí ya no
estaba; lo busqué, y no fue hallado. Al final, todos los
que se han levantado contra nosotros desaparecerán de
una manera u otra.
37:37 - Considera al íntegro, y mira al justo; porque hay
un final dichoso para el hombre de paz. El fin del hombre
íntegro, que se esfuerza por seguir al Señor con todo su
corazón, es que recibe la paz de Dios.
37:38-40 - Mas los transgresores serán todos a una
destruidos; la posteridad de los impíos será extinguida.
Pero la salvación de los justos es de Jehová, y Él es su
fortaleza en el tiempo de la angustia. Jehová los ayudará
y los librará; los libertará de los impíos, y los salvará,
por cuanto en Él esperaron. Sí, si andamos rectamente,
el Señor luchará por nosotros y nuestro enemigo
finalmente será destruido. El Señor nos salvará de todos
nuestros problemas. ¡Gloria a Su santo nombre!
271
SALMO 38
Este salmo fluye en la serie que incluye los salmos 6, 38,
51 y 32. Los mismos siguen una secuencia cronológica, y
fueron escritos después del pecado de David con Betsabé.
San Agustín los llamó “salmos penitenciales”. Deben ser
leídos junto con 2 Samuel 12:1-14. La profundidad de la
desesperación en la que el Señor sumió a David, debiera
recordarnos el absoluto aborrecimiento que Dios siente
por el adulterio. (Favor de leer Proverbios 6:29-35).
Salmo de David, para recordar.
38:1, 2 - Jehová, no me reprendas en tu furor, ni me
castigues en tu ira. Porque tus saetas cayeron sobre mí, y
sobre mí ha descendido tu mano. Como agudas saetas, la
reprensión del Señor ejercía una tremenda presión sobre
David. Esto puede compararse con las pesas que se
colocan sobre el diafragma de un levantador de pesas para
desarrollar su resistencia. Si el peso aumenta, impide la
respiración. Esta es quizá, la mejor descripción de los
sufrimientos por los que el Señor hizo pasar a David.
38:3-7 - Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; ni
hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado. Porque mis
iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; como carga
272
Salmos 1-50
pesada se han agravado sobre mí. Hieden y supuran mis
llagas, a causa de mi locura. Estoy encorvado, estoy
humillado en gran manera, ando enlutado todo el día.
Porque mis lomos están llenos de ardor, y nada hay sano
en mi carne. Al estudiar cuidadosamente este pasaje,
vemos claramente que el Señor afligió a David con una
enfermedad física que carcomía su carne.
Bien podría ser algo similar a los efectos del cáncer. Sin
duda, no era una fiebre pasajera o un virus insignificante.
Todo su cuerpo: su carne, sus intestinos, sus huesos, estaban
siendo consumidos por esta mortal enfermedad. David
señala su pecado con Betsabé como la causa de la dolencia.
38:8 - Estoy debilitado y molido en gran manera; gimo a
causa de la conmoción de mi corazón. Esta enfermedad
había desgastado mucho a David, y lo había reducido a
un estado de gran debilidad. Además, su espíritu estaba
verdaderamente quebrantado a causa de este mal.
38:9, 10 - Señor, delante de ti están todos mis deseos, y
mi suspiro no te es oculto. Mi corazón está acongojado,
me ha dejado mi vigor, y aun la luz de mis ojos me falta
ya. El dolor causado por el cáncer y por algunas otras
enfermedades, hace que el afectado gima constantemente.
Esto lo sé por experiencia, ya que, durante muchos años,
mi querida esposa gemía a causa de su terrible dolor toda
la noche, aun mientras dormía. Escuchar sus quejidos y
gemidos sabiendo que no había nada que un ser humano
mortal pudiera hacer por ella, salvo esperar en la
misericordia de Dios, me destrozaba el corazón. El
Salmos 1-50
273
corazón de ella no latía en forma normal, por lo que
constantemente jadeaba y se quedaba sin aire.
38:11, 12 - Mis amigos y mis compañeros se mantienen
lejos de mi plaga, y mis cercanos se han alejado. Los que
buscan mi vida arman lazos, y los que procuran mi mal
hablan iniquidades, y meditan fraudes todo el día.
Todos los amigos y los familiares de David lo abandonaron
durante esta prueba. No lo consolaron. Evidentemente,
era bien visible la herida en su carne, en el lugar donde el
cáncer había carcomido la piel. En consecuencia, era tan
repugnante que nadie quería acercarse a él. Además, sus
enemigos buscaban matarlo y hablaban mentiras acerca
de él, mentiras que funcionarios del palacio (algunos de
los cuales eran probablemente enemigos suyos) le
informaban diligentemente.
38:13-15 - Mas yo, como si fuera sordo, no oigo; y soy como
mudo que no abre la boca. Soy, pues, como un hombre que
no oye, y en cuya boca no hay reprensiones. Porque en ti, oh
Jehová, he esperado; tú responderás, Jehová Dios mío.
Sin embargo, es importante que veamos que David no
respondía a todas estas humillaciones. No se vengó ni
permitió que entraran en su mente y afectaran su espíritu.
La esperanza de David estaba en el Señor, que hizo los
cielos y la tierra. Él esperaba en las promesas que el
Señor le había hecho, especialmente la promesa que Dios
le había hecho por medio del profeta Natán, de que no
moriría (2 S. 12:13). Por tanto, David tenía gran confianza
en que el Señor lo escucharía cuando clamara.
274
Salmos 1-50
38:16, 17 - Dije: No se alegren de mí; cuando mi pie
resbale, no se engrandezcan sobre mí. Pero yo estoy a
punto de caer, y mi dolor está delante de mí
continuamente. Uno de los clamores que David repite con
mayor frecuencia al pedir ayuda al Señor, es que sus
enemigos no triunfen sobre él. Pero debemos recordar que
éstos no eran sólo enemigos de David, sino también del
Señor. Eran hombres impíos, y por lo tanto, David clama
confiadamente al Señor para que luche a su favor.
38:18 - Por tanto, confesaré mi maldad, y me contristaré
por mi pecado. Al anunciar que confesará su pecado,
David exhibe las señales del verdadero arrepentimiento.
En este caso, debía confesar su pecado públicamente, ya
que era conocido por toda la nación. Otra señal de
verdadero arrepentimiento es algo que todos los jueces
buscan: una actitud de dolor por parte del culpable. Un
erudito llama a esto “las gracias gemelas de la confesión
y la contrición”. En 2 Corintios 7:10 el apóstol Pablo
escribe: “Porque la tristeza que es según Dios produce
arrepentimiento para salvación, de que no hay que
arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”
(ver 2 Co. 7:8-11).
Un caso que sirve para ilustrar esto es el de un joven
ministro que había caído en un pecado grave. Vino a mí
con el corazón destrozado, a decirme que estaba dispuesto
a hacer cualquier cosa que yo le indicara, ya fuera confesar
su pecado a su esposa, o a su pastor principal, o presentar
su renuncia delante de la congregación. Le pedí que
regresara al día siguiente para que yo tuviera tiempo de
orar al Señor y saber qué deseaba Él que hiciéramos.
Salmos 1-50
275
Cuando consulté al Señor, Él me dijo que lo único que deseaba
era que me lo confesara a mí. Al día siguiente, cuando
comuniqué a este joven la decisión del Señor, un santo gozo y
una profunda gratitud hacia Él inundaron su alma. En otros
casos, Dios puede juzgar en forma diferente o pedirles alguna
otra cosa.
38:19-22 - Porque mis enemigos están vivos y fuertes, y se
han aumentado los que me aborrecen sin causa. Los que
pagan mal por bien me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
No me desampares, oh Jehová; Dios mío, no te alejes de mí.
Apresúrate a ayudarme, oh Señor, mi salvación. En la
naturaleza, la cizaña crece y se propaga más rápidamente
que la buena semilla. Así sucede también con los malos, que
se multiplican rápidamente cuando se abraza una causa
malvada. Su número aumenta rápidamente cuando se ataca
con difamación a los justos, que han caído de la gracia. Pero
la causa de estos comentarios maliciosos no es justa, porque
los justos ya han buscado y recibido el perdón de un Dios
misericordioso. La verdadera razón por la que atacan a los
justos es el odio por lo que ellos representan, que es el bien.
Por tanto, David concluye este salmo con un nuevo clamor
a Dios para que se apresure a salvarlo. Creo que uno de los
aspectos más difíciles de una prueba es no saber cuánto
durará, a menos que, Dios en Su soberanía, decida
revelárnoslo. En realidad, no saber cuánto durará una prueba
es lo que permite que los propósitos redentores de Dios se
cumplan en nosotros, ya que es esta la manera de asegurar
que buscaremos a Dios día tras día para perfeccionar aquello
que falta en nuestras vidas. Es de esperar que este proceso
apresure la llegada del día de nuestra liberación.
277
SALMO 39
Este salmo es compañero del salmo 38. Le fue dado en
la mano a Jedutún, uno de los directores del coro de la
época de David, junto con Asaf y Hemán (1 Cr. 25:6).
Aparentemente, Jedutún y Hemán eran trompetistas por
excelencia (1 Cr. 16:37-42), y su dirección musical traía
la genuina palabra profética del Señor (1 Cr. 25:1).
Jedutún también era el vidente del rey (2 Cr. 35:15). Este
es el primero de tres salmos que fueron dados a Jedutún,
según el título de los mismos. Los otros dos son los
salmos 62 y 77.
Al músico principal; a Jedutún.
Salmo de David.
39:1, 2 - Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar
con mi lengua; guardaré mi boca con freno, en tanto que
el impío esté delante de mí. Enmudecí con silencio, me callé
aun respecto de lo bueno; y se agravó mi dolor. Aquí David
decide firmemente reformar su conducta. Esto es fruto de
la reprensión del Señor mencionada en el salmo 38:1.
También Pablo observó la solicitud que había producido
en los creyentes corintios su reprensión por permitir graves
inmoralidades en su iglesia (2 Co. 7:11). Aprendamos
antes de caer en el pecado y no después de una terrible
278
Salmos 1-50
caída, que un estilo de vida discreto y cuidadoso agrada
al Señor y es digno de elogio. Aquí David no se defiende de
las astutas trampas de los impíos; en realidad, apela a Dios.
39:3, 5 - Se enardeció mi corazón dentro de mí; en mi
meditación se encendió fuego, y así proferí con mi lengua:
Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis
días; sepa yo cuán frágil soy. He aquí, diste a mis días término
corto, y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es
completa vanidad todo hombre que vive . Selah. Entonces,
en el fervor de su espíritu, David se vuelve al Señor para
que, por revelación, Él le haga conocer el final de su vida.
Creo que esto es muy importante para nosotros también.
Debemos inquirir del Señor cómo terminará nuestra vida,
especialmente cuando estamos pasando momentos de
profunda desesperación. Cuando Él nos conteste, será como
una luz que brilla en la oscuridad, quitando de nuestras
almas la desesperación, reemplazándola por esperanza.
Pero para poder analizar estos versículos correctamente,
debemos notar que pareciera que David formula esta
pregunta con el fin de evaluar su fragilidad y la vanidad
de la vida. Dicho sea de paso, este tema fue desarrollado
por su hijo Salomón en el libro de Eclesiastés.
Muchas verdades y lecciones pueden aprenderse por
medio del Espíritu, sin tener necesidad de pasar por
trances dolorosos y aprenderlas por experiencia. Si
Salomón hubiese poseído y entendido este salmo,
podría haberlo librado de amasar esa gran fortuna que
lo llevó a agobiar con impuestos a su pueblo y empobrecerlo
Salmos 1-50
279
(así como empobreció su propia alma).
39:6 - Ciertamente como una sombra es el hombre;
ciertamente en vano se afana; amontona riquezas, y no
sabe quién las recogerá. Muchas personas pasan muchas
horas sin dormir buscando la fortuna. Y finalmente tienen
que dejar sus riquezas a personas que no conocen, como
dice Salomón en Eclesiastés 2:18, 9: “Asimismo aborrecí
todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual
tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. Y ¿quién
sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo
mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del
sol mi sabiduría? Esto también es vanidad”.
39:7-10 - Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza
está en ti. Líbrame de todas mis transgresiones; no me
pongas por escarnio del insensato. Enmudecí, no abrí mi
boca, porque tú lo hiciste. Quita de sobre mí tu plaga;
estoy consumido bajo los golpes de tu mano. En nuestro
trato con el Señor, es esencial que sigamos los pasos que
detalla este salmo.
1) Debemos clamar al Señor que nos libre de
nuestros pecados.
2) También debemos clamar al Señor que nos
libere de ser reprochados por los insensatos,
para que podamos hablar, gobernar y ministrar
con autoridad.
3) No debemos luchar en nuestras propias fuerzas,
280
Salmos 1-50
ni vengarnos cuando somos acusados
falsamente por nuestros enemigos.
4) Finalmente, podemos apelar al Señor para que
quite su mano de corrección de sobre nosotros.
39:11 - Con castigos por el pecado corriges al hombre,
y deshaces como polilla lo más estimado de él;
ciertamente vanidad es todo hombre. Selah. Esto nos
recuerda la forma en que Dios obró con Job, ya que,
entre otras cosas, Job fue afligido con sarna y su cuerpo
se llenó de arrugas (Job 2:7; 16:8).
39:12, 13 - Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor.
No calles ante mis lágrimas; porque forastero soy para ti,
y advenedizo, como todos mis padres. Déjame, y tomaré
fuerzas, antes que vaya y perezca. Ahora, al concluir este
salmo, David apela nuevamente a Dios pidiendo
misericordia, para que el Señor lo sane, lo restaure y lo
fortalezca antes de su muerte. Es notable el hecho que Cristo
también buscó a Su Padre con fuerte lloro y lágrimas,
rogando ser librado de la muerte (He. 5:7). Así, Dios
responde a aquellos cuyo ser entero se consume en un
clamor por Su misericordia, la cual surge de un espíritu
de temor reverente para con Él.
281
SALMO 40
Basándonos en su contenido, debemos situar este salmo
después del pecado de David con Betsabé. Es muy
probable que, debido a que esperaba ser librado del pozo
de la desesperación, David haya escrito este salmo poco
después que Natán declarara que él era el hombre pecador
que se describe en 2 Samuel 12:1-14. Este salmo es
notable, en el sentido de que a pesar de su pecado, David
recibe del Señor verdades muy profundas relacionadas
con las dispensaciones, así como verdades relativas a la
vida del Señor Jesús. Aquí vemos la gracia y la
misericordia de Dios para con el pecador arrepentido. Lo
perdona, lo restaura, y lo lleva a mayores alturas en Él.
Al músico principal. Salmo de David.
40:1 - Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí,
y oyó mi clamor. Se cree que estos versículos fueron
escritos cuando David había caído en el pozo del adulterio
y el asesinato debido a su pecado con Betsabé. Aunque
no se trata de un pozo en sentido literal, se lo asemeja a
las prisiones de aquella época, que consistían en pozos
que no tenían abertura alguna, excepto por un hueco en la
parte superior que servía tanto de puerta como de ventana.
El fondo de estos pozos era sucio, resbaladizo, y con
282
Salmos 1-50
frecuencia lodoso. Cuando, como en el caso de Jeremías, los
prisioneros eran arrojados dentro de uno de estos pozos,
(Jer. 38:6), había una posibilidad muy concreta de que se
hundieran en ese lodo cenagoso, que era como arenas
movedizas, y murieran.
En realidad, si David no hubiera sido librado y perdonado
por el Señor, se habría hundido en el infierno en un pozo
similar, junto con otros adúlteros. Esta es una descripción
muy gráfica y real de las miserias del infierno, y no debe
ser desestimada ni tomada a la ligera.
El original hebreo dice, en realidad: “en la espera esperé
pacientemente”. La paciente espera de David nos
presenta un ejemplo excelente. Cuando estamos en un
pozo de desánimo o de enfermedad, debemos adoptar la
misma actitud de David, y exudar ese mismo aroma dulce
de la santa resignación, hasta que Dios decida hablar.
Debemos admitir que dicha actitud requiere de un fluir
continuo y abundante de la gracia de Dios, pero es una
posición alcanzable para los quietos y mansos de espíritu.
Sin embargo, permítanme enfatizar que esto no se obtiene
por medio de una fortaleza estoica, sino solamente por
la dependencia de Su abundante gracia. El grito de triunfo
sigue al período de santa espera: “Se inclinó a mí, y oyó
mi clamor”. Qué día glorioso será aquel en que el Señor
venga a nosotros, nos levante, abra las puertas de la
prisión, y nos libere.
40:2 - Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del
lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó
mis pasos. Pero el Señor no sólo nos saca de nuestra
Salmos 1-50
283
prisión; también nos eleva en la misma medida en que hemos
descendido. Nos establece nuevamente sobre la Roca,
Jesucristo (1 Co. 10:4), y pone Sus caminos en nuestro
corazón.
40:3 - Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a
nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán
en Jehová. Un canto de victoria brota de nuestros
corazones y prorrumpe en nuestros labios. Cantamos una
oda de alabanza a nuestro divino Libertador cuando vemos
Su liberación en nuestras vidas. No es algo hecho en forma
oculta, ya que toda la congregación conocerá y verá la
transformación. Será un testimonio para muchos del poder
transformador de Dios, y ellos, a su vez, temerán a Dios
con santa reverencia, y pondrán su confianza en Él.
40:4 - Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su
confianza, y no mira a los soberbios, ni a los que se
desvían tras la mentira. Por tanto, David declara como lo
ha hecho tantas veces en salmos anteriores:
“Bienaventurado (bendito, o serenamente gozoso) es todo
aquel que ha puesto su confianza en el Señor y se apoya
en Él en todo tiempo y toda circunstancia, y que no pone
su confianza en aquellos que son soberbios y desprecian
las verdades espirituales”.
40:5 - Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus
maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es
posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de
ellos, no pueden ser enumerados. David continúa
exaltando al Señor por todas Sus maravillosas obras. Sus
pensamientos y Sus planes son, como dice Isaías, más
284
Salmos 1-50
elevados que los nuestros, como los cielos son más altos que la
tierra y el firmamento más que las aguas (Is. 55:8, 9). Son
verdaderamente inconmensurables y sólo la eternidad
revelará cuánto nos ha cuidado el Señor.
40:6 - Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis
oídos; holocausto y expiación no has demandado. Ahora
David, perdonado, restaurado y establecido una vez más
en los caminos del Señor, recibe la revelación de la
voluntad de Dios para el Hijo del Hombre. Esta revelación
vino a oídos que habían sido abiertos por Dios para oír Su
voz en una nueva forma. Tuve una experiencia similar
hace muchos años. Había preguntado al Señor si una
determinada cosa era Su voluntad para mí, y recibí la
respuesta en un culto de la iglesia. Fue como un rayo de
luz que entró directamente por mi oído y llegó a mi
corazón. El Señor me dijo: “No. Esa no es mi voluntad
para tu vida. Tengo otros propósitos para ti”.
David vivió en el tiempo de los sacrificios y los
holocaustos (las ofrendas quemadas), pero Dios decía que
el sacrificio de animales no era realmente Su propósito,
aunque lo había instituido en Su ley. Más bien, lo que Él
desea, es un hombre que se deleite en hacer Su voluntad
partiendo de un corazón sobre el cual están escritas Sus
leyes. Este es el cumplimiento del nuevo pacto; tener las
leyes de Dios escritas en las tablas de carne de nuestro
corazón (He. 8:10).
40:7 - Entonces dije: He aquí, vengo; en el rollo del libro
está escrito de mí. Obviamente, esto nos habla de Cristo
cuando vino a cumplir la voluntad de Su Padre, como se
Salmos 1-50
285
dice de Él en la Biblia. En Hebreos 10:6-9, Pablo cita estos
versículos como referidos a Cristo.
40:8 - El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y
tu ley está en medio de mi corazón. En cierta oportunidad,
el Señor habló a mi esposa y le dijo que hay algo mayor
que hacer Su voluntad. Ella se sorprendió mucho, ya que
no se le ocurría nada que fuera mayor que eso. Cuando
preguntó al Señor qué era, Él le habló con este versículo
y le dijo: “Deleitarse en hacer Mi voluntad es mayor que
simplemente cumplir Mi voluntad”.
40:9 - He anunciado justicia en grande congregación; he
aquí, no refrené mis labios, Jehová, tú lo sabes. Una de
las características del verdadero hombre de Dios es que
no cede en sus convicciones, sino que, como Pablo en la
antigüedad, predica todo el consejo de Dios (Hch. 20:27).
Tomemos en serio la admonición de Cristo en Mateo 5:19:
“De manera que cualquiera que quebrante uno de estos
mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres,
muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas
cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado
grande en el reino de los cielos”.
Que Dios nos conceda el ser fieles para predicar y hacer
lo que es cierto y recto, y no estar entre los que se
mencionan en Éxodo 23:1. Ceder en nuestras convicciones
o cambiar la Palabra de Dios es ser falsos testigos.
40:10 - No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; he
publicado tu fidelidad y tu salvación; no oculté tu
misericordia y tu verdad en grande asamblea. No debemos
286
Salmos 1-50
ser “cristianos secretos”, es decir, cristianos en privado pero
no en público. El Señor Jesús dijo en Mateo 5:14-16:
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada
sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende
una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el
candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así
alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que
vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro
Padre que está en los cielos”.
40:11 - Jehová, no retengas de mí tus misericordias; tu
misericordia y tu verdad me guarden siempre. Por lo tanto,
si hemos sido fieles en predicar toda la verdad y nada
más que la verdad, podemos estar seguros que la verdad
nos guardará y nos hará libres de toda esclavitud (Jn. 8:32).
Así hallaremos favor ante Sus ojos.
40:12 - Porque me han rodeado males sin número; me
han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.
Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y
mi corazón me falla. David vuelve nuevamente a los
efectos del pecado sobre su vida. Estos se convirtieron en
ataduras que gobernaron su vida y llegaron a causar que,
aun el corazón de este rey guerrero, fallara. Nunca
pensemos que el pecado no tiene un precio cruel.
40:13 - Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová, apresúrate a
socorrerme. Sólo Dios puede romper las cadenas del pecado.
Por tanto, solamente a Dios clama David para su liberación.
40:14 - Sean avergonzados y confundidos a una los que
buscan mi vida para destruirla. Vuelvan atrás y
Salmos 1-50
287
avergüéncense los que mi mal desean. Cuando permitimos
que el pecado entre en nuestra vida, damos ocasión a
nuestros enemigos para perseguirnos. Por ello, David
ruega a Dios que lo libere de ellos, y clama para que los
aparte de Él.
40:15 - Sean asolados en pago de su afrenta los que me
dicen: ¡Ea, ea! Levantarse contra los justos es iniciar una
carrera que inevitablemente acaba en una colisión con el
Dios justo. Él hará que quienes se levanten contra los
justos queden asolados. Nunca nos permitamos ponernos
en posición de castigar a los justos, ya que quienes lo
hacen, a su tiempo, son severamente juzgados. Dios
permitió que Simei maldijera a David, porque éste último
había pecado. Pero después, Simei mismo fue asesinado
(ver 2 S. 16:6-12; 1 R. 2:36-46).
40:16 - Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea
enaltecido. Quienes buscan al Señor con corazón sincero
se regocijan y se gozan en gran manera.
40:17 - Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en
mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.
David era un hombre afligido y necesitado, que había caído
de la gracia; pero el Señor le mostró Su gracia. Para concluir
este salmo, señalemos que la historia de la rehabilitación y
la restauración de David revela la impresionante misericordia
de Dios. Su restauración y Su misericordia están al alcance
de todos los hijos de Su pueblo que caen en el pozo como
cayó David. Pero es más que maravilloso tener el testimonio
que el Señor nos guardó de caer.
289
SALMO 41
El salmo 41 es el último en el libro I de salmos. En nuestra
opinión, data de la época de la rebelión de Absalón, cuando
el amigo de David, Ahitofel, lo traicionó, convirtiéndose
en consejero de Absalón (2 S. 15:31).
Al músico principal. Salmo de David.
41:1-4 - Bienaventurado el que piensa en el pobre; en el
día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará, y le dará
vida; será bienaventurado en la tierra, y no lo entregarás
a la voluntad de sus enemigos. Jehová lo sustentará sobre
el lecho del dolor; mullirás toda su cama en su
enfermedad. Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; sana
mi alma, porque contra ti he pecado.
Este es el tercer salmo que comienza con una bendición.
El salmo 1 pronuncia una bendición sobre aquellos que
meditan en el Señor y no confraternizan con los malos. El
salmo 32 describe la bendición que nuestros pecados sean
perdonados. El salmo 41 habla sobre el fruto de
misericordia y sobre el cuidado de los pobres, que son
resultado de una vida piadosa. He comprobado, que
realmente existen personas que testifican con sus propias
vidas los versìculos del 1 al 13.
290
Salmos 1-50
El tío de mi esposa llevó a su casa a unos niños pobres y
abandonados, y los adoptó. Lo visité muchos años después,
cuando estaba en su lecho de muerte. El cáncer
literalmente estaba consumiendo su cuerpo. Pero para gran
sorpresa de su médico, no sentía ningún tipo de dolor.
Por lo tanto, sé que el mejor seguro de salud es bendecir a
los pobres. Como dijo Abraham Lincoln: “Sin duda, Dios
ama verdaderamente a los pobres, o no habría hecho
tantos”. Es en su bondad para con los pobres que David
fundamenta su clamor para que Dios, en Su misericordia,
sane su alma. El daño que sufre nuestra alma cuando
pecamos es eterno, a menos que recibamos sanidad y
perdón por parte de Dios. El pecado destruye nuestro
cuerpo, alma y espíritu. Nos herimos a nosotros mismos
a través de nuestro pecado, porque éste es engañoso y un
enemigo mortal de todo nuestro ser.
41:5 - Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando:
¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre? Como hemos
mencionado en los salmos anteriores, cuando pecamos,
abrimos puertas por medio de las cuales el enemigo puede
atacarnos. Nuestros enemigos hablan mal de nosotros y
sólo desean nuestra muerte. Esperan que pronto seamos
olvidados y que nos desvanezcamos en las tinieblas.
41:6-8 - Y si vienen a verme, hablan mentira; su corazón
recoge para sí iniquidad, y al salir fuera la divulgan.
Reunidos murmuran contra mí todos los que me
aborrecen; contra mí piensan mal, diciendo de mí: Cosa
pestilencial se ha apoderado de él; y el que cayó en cama
no volverá a levantarse. En estos versículos se hace
evidente que los enemigos de David, fingiendo ser leales
Salmos 1-50
291
a él, se acercaban a verlo. En realidad, sólo querían averiguar
cuán grave era su enfermedad. Luego lo divulgaban, y
murmuraban contra él, tratando de hacerle daño y difamarlo.
Según las apariencias, David parecía estar cerca de la
muerte, y su enfermedad, que muy probablemente fuera
cáncer, no podía ser curada por los médicos.
41:9 - Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el
que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar. Para
complicar aun más las cosas, el amigo especial de David
y consejero real, Ahitofel, se levantó contra él (2 S. 15:12).
Ahitofel tenía una tremenda unción. Se decía que
escucharlo hablar y dar consejo era como escuchar a Dios
mismo (2 S. 16:23). Sabemos que Ahitofel era abuelo de
Betsabé (comp. 2 S. 11:3 con 2 S. 23:34). Es muy posible
que Ahitofel no haya podido perdonar que el rey hubiera
seducido a su nieta. ¡Qué lección para nosotros! Quiera
Dios que el espíritu de perdón fluya libremente a través
de nosotros, para que ninguna ofensa nos aparte del curso
que Dios ha marcado para nuestra vida.
41:10 - Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme
levantar, y les daré el pago. David ruega al Señor que le
muestre Su misericordia y lo sane, para que pueda
castigar a sus enemigos. Sin embargo, la respuesta de
Dios a la oración de David no fue exactamente la que él
esperaba. En realidad, fue Dios quien destruyó el consejo
de Ahitofel. El Señor hizo que se diera cuenta que su
causa estaba perdida, y como resultado, cometió suicidio
(2 S. 17:23). Absalón murió por un acto de Dios; sus
cabellos quedaron atrapados en la rama de un árbol,
mientras su mula continuó su camino. Estando aún
292
Salmos 1-50
colgando del árbol, pero con vida, llegó Joab y lo mató (2
S. 18:9-14). La venganza es del Señor (Ro. 12:19). No
debemos tratar de echar mano sobre nuestros enemigos.
Por el contrario, debemos entregarlos en las manos de Dios.
41:11 - En esto conoceré que te he agradado, que mi
enemigo no se huelgue de mí. Una señal del favor de Dios
sobre nuestras vidas es que Él no permitirá que nuestros
enemigos triunfen sobre nosotros. He visto momentos en
los que el enemigo parece tener ventaja y está a punto de
lanzar su golpe de gracia, el ataque final, pero se detiene
por alguna razón inexplicable que sólo puede ser atribuida
a la intervención divina.
41:12 - En cuanto a mí, en mi integridad me has
sustentado, y me has hecho estar delante de ti para
siempre. Nuestra meta nunca debe ser obtener bendiciones
y tener victoria sobre nuestros enemigos, sino que nuestro
deseo debe ser ver a Dios en toda Su hermosura (Is. 33:17).
Esta es la recompensa de los puros de corazón, los que
viven en santidad delante de Él (Mt. 5:8; He. 12:14).
41:13 - Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, por los
siglos de los siglos. Amén y Amén. Al igual que los salmos
72, 89 y 106, este salmo concluye con una doxología
seguida de un doble Amén; lo cual indica el final de un
libro de salmos y el comienzo del siguiente.
293
SALMO 42
Aunque no se indica específicamente en el título, creemos,
como muchos otros comentaristas, que David escribió el
salmo 42 para que lo cantaran los hijos de Coré. Se trata de
un “masquil”, es decir, una oda didáctica o de enseñanza.
Cuando Coré, Datán y Abiram fueron tragados vivos por la
tierra (Nm. 16:1, 33), sus hijos sobrevivieron. Más tarde
fueron los descendientes de Coré, los que llegaron a ser
responsables de la música en Israel. Cantaban alabanzas a
Dios, algo que sólo la gracia puede enseñar. (Ver también
1 Cr. 6:16-33; 9:17-19; 12:6; 16:1-19; 25:1-31; 2 Cr. 20:19.)
Situamos este salmo en el tiempo que David huía de Saúl,
como se evidencia a partir del contexto del mismo.
Al músico principal.
Masquil de los hijos de Coré.
42:1, 2 - Como el ciervo brama por las corrientes de las
aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma
tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me
presentaré delante de Dios? Este salmo comienza con el
suspiro y la profunda sed de un alma piadosa por la
presencia de Dios. Expresa el anhelo del corazón de todo
verdadero santo de Dios, no por bendiciones, sino por El
294
Salmos 1-50
que bendice; no por el don, sino por Quien lo otorga. El
salmista expresa el anhelo de encontrarse con Dios cara a
cara.
42:3 - Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
He aquí el clamor que surge de lo profundo del corazón
de aquel que llora para que Dios se haga real. Sus enemigos
le dicen: “Tú confías en Dios, pero... ¿dónde está Él?”
42:4 - Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma
dentro de mí; de cómo yo fui con la multitud, y la conduje
hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y de alabanza
del pueblo en fiesta. El salmo evidentemente fue escrito
después de este acontecimiento, porque David está
recordando el pasado, cuando sus enemigos lo atacaban.
También reflexiona sobre los tiempos de bendición del
pasado, durante las conmemoraciones de las festividades.
42:5 - ¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro
de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
salvación mía y Dios mío. Ahora, David se dirige a su
propia alma que está “abatida”. Como ya hemos
mencionado, esta palabra se refiere a una oveja que rodó
y quedó sobre su espalda. Si se la deja en esta condición,
podrá morir en pocas horas o días, dependiendo del clima
y del estado físico de la oveja. Así, la oveja queda
abandonada a una muerte sin remedio, a menos que el
pastor llegue y la ponga nuevamente sobre sus patas.
Esto era lo que le sucedía al alma de David; estaba
angustiada y sin esperanza. Pero David se anima cuando
Salmos 1-50
295
su espíritu toma control sobre su alma, al ordenarle David
que espere en el Señor. David declara que aún alabará al
Señor por levantar su rostro decaído. Nosotros también
debemos aprender esta lección. Nuestro espíritu no debe
permitir que nuestras emociones o nuestra alma nos
dirijan. Debemos ser gobernados por nuestro espíritu, no
por nuestra alma y nuestras emociones, las que fluctúan
según las circunstancias.
42:6 - Dios mío, mi alma está abatida en mí; me acordaré,
por tanto, de ti desde la tierra del Jordán, y de los
hermonitas, desde el monte de Mizar. Luego, David se
vuelve a Dios y le expone la situación de su alma abatida.
“Pero”, dice, “meditaré en Tu bondad desde la tierra donde
fluye el Río Jordán, donde Tú has puesto la bella cadena
montañosa de Hermón, y las pequeñas colinas de Mizar,
salpicadas sobre la tierra”.
42:7 - Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí. En esta
condición, cuando sus enemigos lo presionaban por todos
lados, a David le parecía que su situación era como el terror
de una tormenta en el mar. El abismo abría sus cavernosas
mandíbulas y las cascadas de arriba lo tragaban.
Quienes hemos estado en tormentas como ésta, sabemos
de la sensación de desesperación que sienten hasta los
más experimentados marinos. Cierta vez, mi esposa y yo
estábamos en uno de los transatlánticos más grandes del
mundo, cuando se desató una tormenta. Las olas arrasaban
la cubierta superior, y el barco parecía simplemente una
boya que se bamboleaba en medio del mar embravecido.
296
Salmos 1-50
42:8 - Pero de día mandará Jehová su misericordia, y de
noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de
mi vida. Sin embargo, a pesar de las olas que lo embisten,
David se mantiene firme en su fe en las tiernas
misericordias del Señor. Después, habla del cántico del
Señor en la noche. Con todo lo que pasábamos durante la
dolorosa enfermedad de mi esposa, aun nos quedaba ese
bendito cántico del Señor por las noches, que nos
confortaba en todas nuestras tribulaciones.
42:9 - Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado
de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión
del enemigo? Como David, muchas veces he clamado
a Aquel que durante mis cuarenta años de mi ministerio
ha sido mi fuerza y mi solaz: “¿Me has olvidado?
¿Acaso el enemigo de la enfermedad hará que yo me
lamente de continuo?”
42:10 - Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me
afrentan, diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios? Y
pareciera como que cada vez, y con mayor regularidad,
nuestros enemigos nos reprocharan, diciendo: “¿Dónde
está la liberación de Dios que tanto esperas?”
42:11 - ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te
turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de
alabarle, salvación mía y Dios mío. Nuevamente, el
clamor de David es el eco del clamor del versículo 5,
pero concluye con la triunfante seguridad que Dios es, y
será aún, su fortaleza. Esto nos da gran esperanza y
seguridad a nosotros, y a todos los que sufren una terrible
aflicción física.
297
SALMO 43
Este salmo fluye bellamente del salmo 42, completando
así el mensaje profético. Por lo que lo atribuimos a David
y, como en ocasiones anteriores, nos hemos tomado la
libertad de entretejer un testimonio personal a modo de
introducción y explicación.
43:1 - Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa; líbrame de
gente impía, y del hombre engañoso e inicuo. Hace
muchos años, tuve el privilegio de ministrar en un
determinado país. Como era extranjero, necesitaba una
visa para permanecer allí. Pero el funcionario del gobierno
local rechazó mi solicitud, (que según la ley cumplía todos
los requisitos para ser aceptada), simplemente porque no
le simpatizaban los ingleses.
El pastor principal me dijo que si hubiera dado un poco
de dinero a ese hombre, todo habría salido bien. Pero como
cristiano yo no podía hacer eso. Afortunadamente, había
un miembro de nuestra congregación que conocía muy
bien al ministro de Justicia de ese país, el cual me dio una
carta de presentación, y así logré entrar a la oficina del
Secretario en Jefe. Después de explicar en qué consistía
mi solicitud, me dijo que yo tenía derecho legal a que se
me otorgara una visa.
298
Salmos 1-50
Entonces escribió una nota al funcionario en la que le ordenaba
que mi solicitud fuera otorgada. Pero el funcionario local
respondió que no le importaba lo que dijeran las autoridades
de la capital, porque él era la autoridad en la ciudad donde yo
era pastor asistente, y no emitiría la visa; por lo tanto, yo ya
no podría permanecer en ese país.
En ese tiempo me ofrecieron un puesto en una
organización en otro país. El Señor me indicó que la
aceptara, por lo que partí hacia ese lugar. Muchos meses
después tuve la oportunidad de pasar por la frontera del
país anterior. Al ver mi pasaporte, el funcionario de la
aduana me dijo que yo no podía entrar de nuevo porque
mi nombre figuraba en todas las fronteras de esa nación.
Naturalmente, me sentí muy confundido, y esa noche,
mientras oraba, el Señor me indicó que orara el versículo
1 del salmo 43.
Unas semanas después recibí una carta del primer funcionario
que me había negado la visa originalmente, en ella, me decía
que pasara por su oficina cuando me fuera más conveniente,
pues iba a darme la visa. Lo hice, y aproveché la ocasión
para preguntar qué lo había hecho cambiar de opinión.
Me contestó que cuando hizo publicar mi nombre por
todos los puestos fronterizos, se vio obligado a notificar
del caso al cónsul general británico. Este, a su vez, fue
movido por Dios para protestar ante el gobernador local
por lo que aquel funcionario le había hecho a un pastor.
Dios tocó al gobierno local, el que a su vez, ordenó al
funcionario de ese lugar que me concediera la visa.
Así, podemos ver el poder de Dios en una oración dirigida
Salmos 1-50
299
por el Espíritu, el cual puede cambiar las decisiones de los
gobernantes. Amados, debemos orar la Palabra de Dios bajo
la dirección del Espíritu Santo, ¡y veremos a Dios obrar
poderosamente a nuestro favor!
43:2 - Pues que tú eres el Dios de mi fortaleza, ¿por qué
me has desechado? ¿Por qué andaré enlutado por la
opresión del enemigo? Ahora volvemos a la vida del rey
David, quien aun habiendo hecho a Dios la fuente de su
fortaleza, está experimentando gran opresión de parte del
enemigo, y se lamenta de que, aparentemente, el Señor lo
ha desechado. Aquellos que hacen del Señor su refugio
experimentarán momentos que les resultarán paradójicos.
¿Cómo es que el enemigo puede casi abrumarnos con sus
fuerzas, cuando Dios, quien es mucho más fuerte,
aparentemente no viene a rescatarnos cuando clamamos?
43:3 - Envía tu luz y tu verdad; éstas me guiarán; me
conducirán a tu santo monte, y a tus moradas. Así que
David clama para que Dios envíe Su luz en medio de su
oscuridad y su perplejidad, la cual le mostrará el camino
y la verdad, y le dará comprensión en esta situación
dolorosa y descorazonadora. Y, como todos los verdaderos
santos de Dios, David desea que todas sus experiencias,
sean tristes o gozosas, lo lleven al monte de Sion, el lugar
donde Dios mismo habita.
43:4 - Entraré al altar de Dios, al Dios de mi alegría y de
mi gozo; y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío. Por
tanto, cuando atravesamos los enigmas y los valles de la
vida, que algunas veces son oscuros y tenebrosos, el final
esperado es siempre el altar de Dios, el lugar donde Dios
300
Salmos 1-50
habita, donde solamente Dios es nuestro gozo rebosante.
Entonces lo alabaremos, como la esposa recién desposada
que se regocija en su Esposo.
43:5 - ¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas
dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
salvación mía y Dios mío. Entonces, por tercera vez en
estos dos salmos, David habla y toma control sobre su
propia alma. Debemos aprender este importante ejercicio
espiritual para ser guiados por el Espíritu y no gobernados
por nuestras emociones.
El fin del hombre espiritual es un gozo sereno y una
lozanía en la que nuestro cuerpo, alma y espíritu se
regocijan en Dios y en Su victoria final sobre las
vicisitudes de la vida. Algunos dicen que este versículo
también se aplica a lo que David sentía al huir de su hijo
Absalón. Sin duda su alma estaba abatida en esos
momentos, pero continuó alabando al Señor en medio
de todo y Dios hizo que regresara triunfante a su trono
en Jerusalén. ¡Gloria al Señor!
301
SALMO 44
Muchos de los salmos del Segundo libro del Salterio
fueron escritos por los hijos de Coré. Sin duda, el manto
de música reveladora concedido a David, llamado “el
dulce cantor de Israel” en 2 Samuel 23:1, cubrió a estos
músicos que descendían de aquel que se había rebelado
contra Moisés. Cuán cierto es que nuestro Padre Celestial
muchas veces toma a los descendientes de aquellos que
han despreciado Sus caminos, y los hace entrar en la
herencia que sus padres rechazaron. Por ello, Dios entregó
a los descendientes de Coré esta serie de instrucciones,
para iluminación de todas las generaciones.
Al músico principal.
Masquil de los hijos de Coré.
44:1 - Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres
nos han contado, la obra que hiciste en sus días, en los tiempos
antiguos. Aquí se nos presenta el método de instrucción oral,
por medio del cual, los hebreos instruían a sus niños generación
tras generación. Esto se hacía en obediencia a la instrucción
dada por Dios a través de Moisés (Dt. 6:7).
Un erudito encuentra en este versículo, tres claves para el
aprendizaje: 1) oír, en el sentido de comprender; 2) oír de
302
Salmos 1-50
quienes pueden hablar y enseñar con autoridad: los padres; y
3) aprender en el sentido de la relación íntima entre alumno y
maestro expresada en la frase “nuestros padres”.
44:2 - Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a
ellos; afligiste a los pueblos, y los arrojaste. Sigue una
afirmación sobre Canaán, cuando Dios quitó a los cananeos
de la tierra, y plantó a los israelitas en su lugar. Como he dicho
antes, una de las características del favor de Dios es que no
permite que nuestros enemigos triunfen sobre nosotros.
44:3 - Porque no se apoderaron de la tierra por su espada,
ni su brazo los libró; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz
de tu rostro, porque te complaciste en ellos. Así, una de
las verdades claves que nosotros como cristianos también
debemos aprender, es que logramos la herencia que Dios
promete, y entramos en ella, sólo por Su gracia y Su
misericordia. ¡No hay otra manera! Zacarías 4:6 dice: “No
con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho
Jehová de los ejércitos”.
44:4 - Tú, oh Dios, eres mi rey; manda salvación a Jacob.
Por tanto, debemos clamar para que el Señor ordene a
Sus ángeles del cielo que nos den la victoria frente a
nuestros enemigos.
44:5 - Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; en
tu nombre hollaremos a nuestros adversarios. Gracias a la
unción podemos tener influencia sobre nuestros enemigos.
44:6 - Porque no confiaré en mi arco, ni mi espada me
salvará. Debemos tener mucho cuidado en poner nuestra
Salmos 1-50
303
confianza solamente en el Señor y no en nuestras propias
armas: nuestro intelecto, nuestra educación, nuestra fuerza
de voluntad, o la cantidad de personas que nos apoyan.
44:7 - Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, y
has avergonzado a los que nos aborrecían. Como dijo el
apóstol Pablo, debemos reconocer que solamente por la
gracia de Dios somos lo que somos, y que todo lo que
hemos logrado es por Su gracia y nada más que por Su
gracia (1 Co. 15:10).
44:8 - En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, y para
siempre alabaremos tu nombre. Selah. Por tanto, nos
deleitaremos y regocijaremos en el Señor y alabaremos
Su nombre para siempre.
44:9-16 - Pero nos has desechado, y nos has hecho
avergonzar; y no sales con nuestros ejércitos. Nos hiciste
retroceder delante del enemigo, y nos saquean para sí los
que nos aborrecen. Nos entregas como ovejas al matadero,
y nos has esparcido entre las naciones. Has vendido a tu
pueblo de balde; no exigiste ningún precio. Nos pones por
afrenta de nuestros vecinos, por escarnio y por burla de
los que nos rodean. Nos pusiste por proverbio entre las
naciones; todos al vernos menean la cabeza. Cada día mi
vergüenza está delante de mí, y la confusión de mi rostro
me cubre, por la voz del que me vitupera y deshonra, por
razón del enemigo y del vengativo.
El salmista, que ha loado al Señor por las pasadas glorias
de Israel, llega al lamentable estado en que se encuentra
la nación. Es un pasaje que nos recuerda Job 29, en donde
304
Salmos 1-50
él se queja al recordar su pasada gloria, y Job 30 en donde
relata sus dolores y aflicciones presentes. Pero así como
el dicho “Cuanto más valiosa es la gema, más duro es su
tallado” fue una realidad con Job y con Israel, así será
también con nosotros. Somos hechura del Señor (Ef.2:10).
Para tener algún valor en esta vida y en la eternidad,
debemos ser capaces de pasar tanto por los valles oscuros
como por las experiencias en la cima de la montaña. En
este salmo, el autor relata el profundo sufrimiento que
debe soportar el pueblo de Dios.
Es, evidentemente, un salmo escrito en el tiempo de la
diáspora (o dispersión), cuando Israel fue dispersado
primero por los reyes asirios Esar-hadón y Asurbanipal, y
más tarde, por los babilonios, bajo el reinado de
Nabucodonosor. Pero en el tiempo de su cautividad,
cuando eran tratados en forma vergonzosa por aquellos
que los habían quitado de su propia tierra, ellos adoraron
a Dios y se negaron a seguir a las deidades paganas.
44:17 - Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado
de ti, y no hemos faltado a tu pacto. En tiempos de gran
adversidad, somos probados por el Señor para determinar
si le somos fieles o si lo servimos solamente por la
bendición que Él nos da. Ciertamente, debemos
reflexionar sobre la advertencia del Señor en Juan 6:26:
“Me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino
porque comisteis el pan y os saciasteis”.
44:18 - No se ha vuelto atrás nuestro corazón, ni se han
apartado de tus caminos nuestros pasos. Siempre debe
existir en lo profundo de nuestro corazón la firme
Salmos 1-50
305
determinación de que una vez que hayamos puesto nuestra
mano sobre el arado, no nos volveremos atrás. Quienes
se vuelven atrás no son dignos del reino de Dios, como
nos advierte el Señor en Lucas 9:62: “Ninguno que
poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto
para el reino de Dios”.
44:19 - Para que nos quebrantases en el lugar de
chacales, y nos cubrieses con sombra de muerte. Las
pruebas de los justos no son en ninguna manera ligeras,
pero nos llevan a los extremos de lo que el hombre mortal
es capaz de soportar. Por ejemplo, ser arrojados al
mismísimo abismo, y obligados, como el cristiano Juan
Bunyan, a enfrentar a Apolión mismo en su propio
terreno, son experiencias intimidatorias aun para los
santos más valientes.
44:20 - Si nos hubiésemos olvidado del nombre de
nuestro Dios, o alzado nuestras manos a dios ajeno. En
tiempos como estos, no debemos ser como los israelitas
de la antigüedad, que siempre tendían a tomar otros
caminos en busca de ayuda. Ellos se volvían nada menos
que a los mismísimos emisarios de Satanás: los dioses
de los paganos.
Desearía que esto se aplicara sólo a la época del Antiguo
Testamento, pero, lamentablemente, he conocido a
muchos que fueron criados como cristianos, en la luz
verdadera, y luego se volvieron a Buda o a otras religiones
falsas porque sufrieron decepciones. Apartándose de la
fe en Cristo, tratan de hallar solaz y liberación en dioses
que no tienen nada de dioses.
306
Salmos 1-50
44:21 - ¿No demandaría Dios esto? Porque Él conoce los
secretos del corazón. Pero el Señor que prueba los corazones
de los humanos lo sabrá y les dará la recompensa debida por
su infidelidad. Él los arrojará a las tinieblas que sólo una mente
reprobada puede conocer (ver Ro. 1:19-28).
44:22 - Pero por causa de ti nos matan cada día; somos
contados como ovejas para el matadero. [Citado en
Romanos 8:36]. Algunas veces, Dios entrega a los Suyos
al martirio y, en algunos casos, a lo que constituye un
genocidio, como la matanza de los inocentes en el tiempo
de Catalina de Médicis, la persecución de los hugonotes
en Francia y la de los predicadores lolardos en la época
de John Wycliffe. Pero aun así, no osamos apartarnos de
Aquel que es nuestro Creador y el único y verdadero
Salvador de nuestras almas.
44:23 - Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta,
no te alejes para siempre. Volviéndose ahora de todo
corazón al Señor, el único que puede salvar, el salmista
ruega a Dios que despierte para venir en su ayuda y en
ayuda de Sus elegidos.
44:24 - ¿Por qué escondes tu rostro, y te olvidas de nuestra
aflicción, y de la opresión nuestra? Algunas veces es como
si el Señor hubiera ocultado Su rostro y no se preocupara
por Su pueblo. ¡Pero cuán equivocado es este pensamiento!
El profeta Malaquías nos asegura que, en realidad, el Señor
nos vigila de la misma manera en la que el refinador de oro
se sienta y observa con diligencia el precioso metal, en el
momento en que el horno está en la temperatura más crítica.
“Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque
Salmos 1-50
307
limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro
y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en
justicia” (Malaquías 3:3). No nos equivoquemos; Él
está allí, observándonos y esperando, hasta que nuestro
proceso termine.
44:25 - Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo,
y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra. En este
estado de gran tristeza, el salmista aún levanta su voz al
Señor. Recordemos que el Señor también se aflige con
todas nuestras aflicciones. Isaías 63:9 dice: “En toda
angustia de ellos Él fue angustiado, y el ángel de su faz
los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los
trajo, y los levantó todos los días de la antigüedad”.
44:26 - Levántate para ayudarnos, y redímenos por causa
de tu misericordia. Para terminar, el salmista,
indudablemente recordando los gloriosos días de la
antigüedad en la historia de Israel, levanta su voz una vez
más y pide la liberación del Señor. ¡Meditemos en este
salmo cuando somos dolorosamente tentados por pruebas
de gran magnitud, para poder también nosotros ser siempre
fieles a nuestro bendito Señor!
309
SALMO 45
El salmo 45 es un salmo de bodas, que nos presenta a
Salomón y al Rey supremo, el Señor Jesucristo. El título
nos dice que se trata de una “canción de amores”, tal como
el Cantar de los Cantares. Es un masquil o salmo didáctico
que nos enseña la relación celestial y la unión y comunión
que hay aquí, en esta vida, entre el Esposo eterno y Su
iglesia. Esta vida es una preparación para las bodas con
nuestro Esposo Celestial.
Al músico principal; sobre Lirios [lit.
“Sosanim”]. Masquil de los hijos de Coré.
Canción de amores.
45:1 - Rebosa mi corazón palabra buena; dirijo al rey mi
canto; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero. ¡Que
maravillosas son las meditaciones de un buen corazón! Qué
gozo y regocijo producen especialmente cuando, como
sucedió con David en la antigüedad, se centran en la vida,
ministerio y persona de nuestro bendito Señor. El corazón
rebosante que fluye expresivamente a través de la elocuencia
de la lengua, se compara aquí con las palabras de un escritor
impulsivo que, guiado por el Espíritu, se empeña en volcar
sobre el papel todo lo que oye, ve y siente, para que todos
puedan apreciarlo a lo largo de incontables generaciones.
310
Salmos 1-50
45:2 - Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; la
gracia se derramó en tus labios; por tanto, Dios te ha
bendecido para siempre. Pasando a la persona del
incomparable Cristo de Dios, el salmista declara que la
belleza del Señor excede la de cualquiera de los hijos de
los hombres. El es verdaderamente la Estrella
Resplandeciente de la Mañana, el Lirio de los Valles; la
personificación de la incomparable pureza de un Dios santo.
45:3-5 - (NVI) ¡Con esplendor y majestad, cíñete la
espada, oh valiente! Con majestad, cabalga victorioso
en nombre de la verdad, la humildad y la justicia; que tu
diestra realice gloriosas hazañas. Que tus agudas flechas
atraviesen el corazón de los enemigos del rey, y que caigan
las naciones a tus pies. Después, suena el clamor del
ejército celestial para que el Señor de la Gloria salga a
batallar contra Sus enemigos; y no sólo Él, sino que es un
toque de clarín para nosotros también. Como nuestro
precioso Salvador, nosotros, debemos tomar la Santa
Espada (la Palabra de Dios) con autoridad celestial,
teniendo presente que estamos sentados en los lugares
celestiales con Él en Cristo Jesús (Ef. 2:6). Marcharemos
victoriosos sobre nuestros enemigos, derribándolos por
medio de las flechas de la sentencia de Dios sobre ellos,
que fluyen de nuestros labios.
45:6 - Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de
justicia es el cetro de tu reino. [Citado en Hebreos 1:8]. El
trono y la autoridad de Dios están establecidos para siempre;
y es Su buena voluntad establecer también la obra de
nuestras manos, si nuestro trabajo para construir ha sido de
acuerdo a Su Palabra y por Su Espíritu (Sal. 90:17).
Salmos 1-50
311
45:7 - Has amado la justicia y aborrecido la maldad; por
tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría
más que a tus compañeros. Aquí llegamos a la esencia de
la vida cristiana. Debemos ser como el Señor Jesús: sentir
amor por lo que es recto y cierto, y odio por la maldad
(He. 1:9). Él nos advirtió que a menos que nuestra justicia
fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entraríamos
en ninguna forma al reino de los cielos (Mt. 5:20). Quiera
Dios que estemos entre los benditos que tienen esa tan grande
hambre y sed de justicia; que todo nuestro ser, espíritu, alma y
cuerpo, sea revestido y manifieste Su justicia.
45:8 - Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos;
desde palacios de marfil te recrean. Si amamos la justicia
y aborrecemos la maldad, todo nuestro comportamiento
demostrará la mansedumbre (mirra), el dominio propio o
la templanza (áloe) y la humildad (casia) del bendito Hijo
de Dios. Será como un olor fragante que emanará de
nuestro mismo ser.
45:9 - Hijas de reyes están entre tus ilustres; está la reina
a tu diestra con oro de Ofir. Entonces seremos buscados
por todos los dignos compañeros del Señor, que ostentan,
quizá, un rango de prominencia en esta tierra, y sin duda,
también por aquellos que han alcanzado la estatura y
distinción celestial. Hablando de Salomón en particular, el
salmista alude a sus bodas, declarando que la reina Betsabé,
la madre real de Salomón, estará allí en todo su esplendor
para honrar esta gozosa ocasión con su presencia.
45:10-12 - Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; olvida tu
pueblo, y la casa de tu padre; y deseará el rey tu
312
Salmos 1-50
hermosura; e inclínate a Él, porque Él es tu señor. Y las
hijas de Tiro vendrán con presentes; implorarán tu favor
los ricos del pueblo.
Ahora el salmista se vuelve proféticamente a la esposa de
Cristo, y le da instrucciones pertinentes para complacer a
su Esposo Celestial. Comienza exhortándola a considerar
lo que Él le está diciendo, y a escuchar con atención. Es
una exhortación similar a las admoniciones finales de cada
una de las cartas a las siete iglesias, en los capítulos dos y
tres de Apocalipsis. Además, el Señor mismo pronunció
una bendición sobre Sus discípulos que oyen Sus palabras
y las cumplen (Lc. 11:28).
He aquí una ley muy importante para todos aquellos que
desean progresar en su búsqueda de panoramas celestiales
aún más elevados. Se repite en varias ocasiones. Debemos
olvidar la casa de nuestro padre, es decir, los lazos que
nos atan a nuestra familia natural, terrenal. Recordemos
también la solemne advertencia del apóstol Pablo en
Hebreos 11:15: “…pues si hubiesen estado pensando en
aquella [patria] de donde salieron, ciertamente tenían
tiempo de volver”.
“Recordad a la esposa de Lot” es el clamor que sale de
los labios del Señor al exponer sobre los eventos que
llevarán a Su segunda venida; porque ella miró hacia atrás,
y se convirtió en una estatua de sal (Lc. 17:32). Esto me
hace recordar una visión que tuvo una jovencita, en la
que, cuando estaba siendo arrebatada hacia el cielo, miró
atrás, hacia la tierra; entonces comenzó a descender
nuevamente, y regresó a la tierra con los condenados. En
Salmos 1-50
313
esta visión descubrimos la importancia fundamental de
mantener nuestros corazones centrados constantemente
en el Señor.
Cuando nuestros ojos están concentrados solamente en
nuestro Esposo Celestial, Él, a su vez, contempla Su
belleza reflejada en nosotros. Él debe ser el único objeto
de nuestra adoración. Cuando buscamos primero al Rey,
Su reino y Su justicia, todas las demás cosas nos son
añadidas (Mt. 6:33). Esto se ejemplifica en la referencia
a las hijas de Tiro, que estarán a nuestro servicio para
satisfacer nuestras necesidades naturales, así como el
rey Hiram de Tiro construyó una casa a David. También
puede verse la ilustración en la vida de Cristo, a quien
ministraron muchas mujeres de notable rango y gran
alcurnia (ver Lc. 8:3).
45:13 - Toda gloriosa es la hija del rey en su morada; de
brocado de oro es su vestido. Aquí se alude a la iglesia
como la descendiente real. Como tal, es gloriosa por dentro
y por fuera, como corresponde a su posición regia. Es
digna de su Padre Celestial, porque ha trabajado en su
interior de manera que la pureza y la gracia de Él fluyan
en el corazón regenerado de ella.
45:14 - Con vestidos bordados será llevada al rey;
vírgenes irán en pos de ella, compañeras suyas serán
traídas a ti. “Su esposa se ha preparado”, es el grito de
triunfo que suena en Apocalipsis 19:7. Se ha preparado
con los complejos entretejidos de la gracia entre sus
vestiduras, que son obras de justicia, por medio de las
cuales se presenta ante su divino Amado.
314
Salmos 1-50
45:15 - Serán traídas con alegría y gozo; entrarán en el palacio
del rey. Con sus compañeras vírgenes, vestidas en forma
similar, la esposa es traída con gozo y regocijo al palacio real
de su Esposo. ¡Qué triunfo será cuando seamos presentados
sin mancha delante de la presencia del Señor con gran gozo!
45:16, 17 - En lugar de tus padres serán tus hijos, a
quienes harás príncipes en toda la tierra. Haré perpetua
la memoria de tu nombre en todas las generaciones, por
lo cual te alabarán los pueblos eternamente y para
siempre.
Como corresponde a quienes están sentados en lugares
celestiales con Él, se nos permite el honor que sólo la
gracia divina puede otorgar. Podemos colocar a nuestros
hijos espirituales en posiciones de autoridad y
responsabilidad en todos los lugares que, en Su infinita
gracia, el Señor nos ha entregado como herencia.
Quienes por la gracia del Señor (y sólo por Su gracia)
venzan y sean dignos, recibirán un nombre que será
recordado como los de los grandes hombres de la tierra
(ver 1 Cr. 17:8). Seremos conocidos de generación en
generación porque somos llamados, elegidos y hallados
fieles por nuestro bendito Señor (ver Is. 56:5).
Meditemos con frecuencia en el salmo 45 y en las
características de la esposa de Cristo que en él se
detallan, ¡y esforcémonos por ser esa iglesia gloriosa,
sin mancha ni arruga!
315
SALMO 46
El salmo 46 es otra canción de los hijos de Coré. Es una
canción cantada con una oda didáctica o de enseñanza.
Alamot se refiere a la música de registros elevados (o tono
agudo), para las voces de soprano de las vírgenes hebreas;
pero también es una referencia a un instrumento utilizado
por Zacarías, Eliab y Benaía (1 Cr. 15:20). A este salmo
se le conoce como “el salmo de Lutero”, ya que en él se
basa el conmovedor himno del reformador: “Castillo
Fuerte”. Se divide fácilmente en tres partes, cada una de
las cuales concluye con la palabra Selah.
Al músico principal; de los hijos de Coré.
Salmo sobre Alamot.
46:1-3 - Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro
pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no
temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen
los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben
sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza.
Selah. En cierta forma, el himno de Lutero describe
elocuentemente la revelación que tuvo el salmista acerca
de Dios como Castillo Fuerte. Es una torre fuerte a la cual
pueden correr los justos y esconderse para estar seguros
(Pr. 18:10). Aun en tiempos de desastres naturales, nuestro
316
Salmos 1-50
Dios es nuestra seguridad. En tiempos de terremotos y terribles
incendios, Él es nuestro protector.
46:4-7 - Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios,
el santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en
medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al
clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon
los reinos; dio Él su voz, se derritió la tierra. Jehová de
los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios
de Jacob. Selah.
Ahora se nos transporta en pensamiento y visión a contemplar
el esplendor, belleza y quieta serenidad de la Santa Ciudad
Celestial de Dios, la Nueva Jerusalén. Dios está allí, pero
también está en la iglesia, por lo que aunque los malvados
paganos intenten destruirla, no será conmovida. De ella fluye
el río interminable de la paz de Dios.
46:8-11 - Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto
asolamientos en la tierra. Que hace cesar las guerras
hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la
lanza, y quema los carros en el fuego. Estad quietos, y
conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones;
enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está
con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah.
El salmista nos invita a contemplar las obras de Dios, con
el escenario del reino milenario. Dios hará que cesen las
guerras, y todos los habitantes transformarán en arados
sus espadas. En ese tiempo, Dios gobernará y reinará en
Jerusalén, y los paganos vendrán a postrarse delante de
Él y delante de Su trono.
317
SALMO 47
El salmo 47 fue escrito por los hijos de Coré, o por David
para los hijos de Coré. Es un salmo de gozo y victoria.
Está dividido en dos partes por la palabra Selah, que
significa “una pausa”.
Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.
47:1-4 - Pueblos todos, batid las manos; aclamad a Dios
con voz de júbilo. Porque Jehová el Altísimo es temible;
rey grande sobre toda la tierra. Él someterá a los pueblos
debajo de nosotros, y a las naciones debajo de nuestros
pies. Él nos elegirá nuestras heredades; la hermosura de
Jacob, al cual amó. Selah. Este salmo comienza con una
abierta exhortación a batir las manos, lo cual es una señal
de gozo y reconocimiento, y a “aclamar con voz de júbilo”.
El Señor es un Dios de gozo, y se regocija y deleita en
todas nuestras expresiones adecuadas de gozo y alegría.
Él es glorificado cuando lo exaltamos por medio de nuestra
alabanza y nuestra adoración. Estas formas de verdadera
adoración son muy agradables al Señor.
Jesús vino para que tuviéramos vida, y vida en
abundancia (Jn. 10:10). Por lo tanto, es comprensible
que el Señor aprecie una expresión vivaz de alabanza y
318
Salmos 1-50
adoración, como lo es el palmear, gritar y danzar, de parte
de las congregaciones de Su pueblo. Cuando entramos
en momentos de gozo, es fuente de alegría y liberación
para nuestros cuerpos, almas y espíritus el expresar
nuestra adoración.
Dios es glorificado como “Aquel que somete a nuestros
enemigos debajo de nosotros”. Él es quien elige la herencia
que vamos a recibir, tanto la geográfica como la espiritual.
Por tanto, debemos humillarnos delante del Señor en todo
tiempo. Al comprender que Él ya ha preordenado nuestra
herencia y que sólo por Su gracia podemos entrar a
poseerla, debemos preguntarle cuál es Su voluntad para
nosotros, tanto en lo que se refiere a nuestro ministerio
como a los lugares que le ha agradado entregarnos como
herencia. Debemos inquirir: “Señor, ¿en qué forma puedo
servirte mejor, y en dónde?”
47:5-10 - Subió Dios con júbilo, Jehová con sonido de
trompeta. Cantad a Dios, cantad; cantad a nuestro Rey,
cantad; porque Dios es el Rey de toda la tierra; cantad
con inteligencia. Reinó Dios sobre las naciones; se
sentó Dios sobre su santo trono. Los príncipes de los
pueblos se reunieron como pueblo del Dios de
Abraham; porque de Dios son los escudos de la tierra;
Él es muy exaltado.
Ahora el salmista regresa al tema del Dios victorioso y
triunfante que es Rey sobre toda la tierra. Debemos poner
énfasis en que Dios rige aun aquellas naciones que lo han
rechazado para entregarse a la idolatría o al ateísmo. Desde
Su trono de santidad, Él juzga a las naciones.
Salmos 1-50
319
En suma, el salmista ve, como en una visión poética, a todos
los príncipes de la tierra que se inclinan en humilde sumisión
ante Su majestad. Todo el esplendor, la dignidad y el abolengo
de los hombres en este mundo, han sido ordenados, dispuestos
y asignados por Dios para esas posiciones, las cuales Él ya
había predeterminado, y en el final, todos ellos reconocerán
que Jesucristo es el Señor de todo y de todos.
321
SALMO 48
Este salmo fue escrito por los hijos de Coré, posiblemente
en ocasión de la victoria de Josafat (2 Cr. 20:19, 25, 36).
En este punto debemos hacer una pausa para explicar que
la familia de los hijos de Coré tuvo, durante muchas
generaciones, la bendición de producir cantores talentosos
que glorificaban al Dios de Israel. Es triste, realmente,
que el patriarca de esta familia decidiera rebelarse, en
busca de una posición que no le había sido otorgada. Pero
sus hijos decidieron permanecer en el camino que Dios
había dispuesto para ellos. ¡Cuán bendecidos y fructíferos
llegaron a ser, y qué lección es para nosotros su sencilla y
devota obediencia! Este salmo se divide en dos secciones
fáciles de definir: los versículos 1 al 8 y los versículos 9
al 14, divididos por Selah.
Cántico. Salmo de los hijos de Coré.
48:1-3 - Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera
alabado en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.
Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, es el monte
de Sion, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey. En
sus palacios Dios es conocido por refugio. La grandeza
del Señor es magnificada por las alabanzas del pueblo de
Dios en la ciudad de Dios. Sion, el epítome de la belleza
322
Salmos 1-50
de la santidad, se convertirá en el gozo de toda la tierra en los
últimos días de la iglesia y durante el milenio. En nuestros
días, tanto en lo histórico, (en el último sitio a Jerusalén),
como en lo espiritual (para la iglesia), Sion es el lugar donde
habita Dios, y por consiguiente, el lugar seguro.
48:4-8 - Porque he aquí los reyes de la tierra se reunieron;
pasaron todos. Y viéndola ellos así, se maravillaron, se
turbaron, se apresuraron a huir. Les tomó allí temblor; dolor
como de mujer que da a luz. Con viento solano quiebras tú
las naves de Tarsis. Como lo oímos, así lo hemos visto en la
ciudad de Jehová de los ejércitos, en la ciudad de nuestro
Dios; la afirmará Dios para siempre. Selah. Ahora se habla
de los últimos días, cuando los reyes de la tierra rodearán
Jerusalén, pero también, temblarán asombrados al
comprender que Sion es inexpugnable. En cuanto a nosotros,
como cristianos, asegurémonos que estamos habitando en el
monte Sion espiritual. Sion es un ámbito del Espíritu.
Dios destruyó el brazo fuerte de la flota del enemigo.
Sus medios de comercio eran las naves de Tarsis. Dios
destruyó estos barcos en la época en que Josafat rey de
Judá, hizo una alianza impía con las diez tribus de Israel
gobernadas por el rey Acab, y más tarde, por su hijo el
rey Ocozías (1 R. 22:48-49). El propósito de Dios es que
Sion sea establecida eternamente, tanto como monte
natural y como monte espiritual. El Señor desea también
que se quite de Su iglesia toda alianza con fines de lucro,
porque ella debe ser casa de oración, no de comercio.
48:9-14 - Nos acordamos de tu misericordia, oh Dios, en
medio de tu templo. Conforme a tu nombre, oh Dios, así
Salmos 1-50
323
es tu loor hasta los fines de la tierra; de justicia está llena
tu diestra. Se alegrará el monte de Sion; se gozarán las
hijas de Judá por tus juicios. Andad alrededor de Sion, y
rodeadla; contad sus torres. Considerad atentamente su
antemuro, mirad sus palacios; para que lo contéis a la
generación venidera. Porque este Dios es Dios nuestro
eternamente y para siempre; Él nos guiará aun más allá
de la muerte.
Meditemos en la dulzura, bondad y beneficios que el Señor
derrama sobre Su pueblo, y también en Su justicia, con la
que Él aboga por Su pueblo.
Meditemos sobre Sion y todo lo que ella representa, para
poder impartir la visión de Sion a futuras generaciones.
Las medidas de nuestra vida espiritual se toman de Sion,
y simbolizan la santidad y la belleza de Su constructor :
el Señor. Permitamos que Dios nos guíe a lo largo del
peregrinaje de nuestra vida hasta nuestros últimos días.
El Señor nos llevará a Sion en la medida en que elijamos
hacer aquellas cosas que son requeridas a los habitantes
de Su santa ciudad. Lea nuevamente los salmos 15 y 24
para repasar los requisitos necesarios para ser un
habitante de Sion.
325
SALMO 49
Al igual que el salmo anterior, éste también fue cantado
por los hijos de Coré. Probablemente fue escrito y
compuesto al mismo tiempo, durante el reinado de Josafat,
el rey maestro.
Al músico principal.
Salmo de los hijos de Coré.
49:1-4 - Oíd esto, pueblos todos; escuchad, habitantes
todos del mundo, así los plebeyos como los nobles, el
rico y el pobre juntamente. Mi boca hablará sabiduría,
y el pensamiento de mi corazón inteligencia. Inclinaré
al proverbio mi oído; declararé con el arpa mi enigma.
Comienza con un solemne llamado a los hombres de
cualquier posición en esta vida a que presten atención a
este salmo, ya que en estos veinte versículos, el salmista
habla de sabiduría y entendimiento, de proverbios y
enigmas. Por Su parte, el Señor Jesús usó parábolas para
enseñar cuando estaba en la tierra, a fin de ocultar la
verdad, de los ojos de aquellos que no eran sinceros (comp.
Mt. 11:25). Comprender los misterios del reino de Dios
es dado sólo a aquellos que hallan favor a los ojos del
Señor (Mt. 13:11-13).
326
Salmos 1-50
49:5-13 - ¿Por qué he de temer en los días de adversidad,
cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare? Los que
confían en sus bienes, y de la muchedumbre de sus riquezas
se jactan, ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir
al hermano, ni dar a Dios su rescate (porque la redención
de su vida es de gran precio, y no se logrará jamás), para
que viva en adelante para siempre, y nunca vea corrupción.
Pues verá que aun los sabios mueren; que perecen del
mismo modo que el insensato y el necio, y dejan a otros sus
riquezas. Su íntimo pensamiento es que sus casas serán
eternas, y sus habitaciones para generación y generación;
dan sus nombres a sus tierras. Mas el hombre no
permanecerá en honra; es semejante a las bestias que
perecen. Este su camino es locura; con todo, sus
descendientes se complacen en el dicho de ellos. Selah.
Aquí vemos la sabiduría del salmista, quien advierte a
aquellos que confían en las riquezas, que éstas no pueden
redimir el alma del hermano, ni la propia. No hay precio
que podamos pagarle a Dios para comprar nuestra salvación
eterna. En su necedad, muchos intentan preservar su
memoria llamando a sus tierras con sus nombres. Esto es
locura, pero la sabiduría terrena los llama sabios.
49:14, 15 - Como a rebaños que son conducidos al Seol,
la muerte los pastoreará, y los rectos se enseñorearán de
ellos por la mañana; se consumirá su buen parecer, y el
Seol será su morada. Pero Dios redimirá mi vida del poder
del Seol, porque Él me tomará consigo. Selah.
El fin de los hombres necios es que serán colocados en la
tumba como si fuesen animales sin entendimiento,
Salmos 1-50
327
mientras que en la mañana de la resurrección, los sabios, que
han confiado en el Señor para su salvación, gobernarán sobre
ellos.
49:16-20 - No temas cuando se enriquece alguno, cuando
aumenta la gloria de su casa; porque cuando muera no
llevará nada, ni descenderá tras Él su gloria. Aunque
mientras viva, llame dichosa a su alma, y sea loado
cuando prospere, entrará en la generación de sus padres,
y nunca más verá la luz. El hombre que está en honra y
no entiende, semejante es a las bestias que perecen.
El salmista nos exhorta a no temer a aquellos que se
enriquecen, porque cuando mueran, ninguna de sus
riquezas los seguirán a la tumba. Esto se ve claramente
en las pirámides, tumbas de reyes antiguos. Cuando estos
reyes morían, les llenaban sus tumbas con grandes tesoros,
para que tuvieran abundancia en su vida en el más allá.
Pero, ¡cómo los engañaron estas doctrinas de Satanás, el
archiengañador de sus almas!
El salmista nos dice claramente que sus riquezas no
descenderán con ellos, sino que se reunirán con sus padres
en el abismo sin fondo. El rey Salomón nos dice también
en Eclesiastés 3:18-21 que quienes buscan el honor y la
gloria de este mundo serán como las bestias que perecen.
“Dije en mi corazón: Es así, por causa de los hijos de los
hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que
ellos mismos son semejantes a las bestias. Porque lo que
sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las
bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así
328
Salmos 1-50
mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni
tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.
Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo
volverá al mismo polvo. ¿Quién sabe que el espíritu de los
hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal
desciende abajo a la tierra?”
Por lo tanto, no sigamos el camino de los necios, sino el
camino de la sabiduría, que en realidad no es otro que el
Señor, Quien es nuestra sabiduría, y la encarnación misma
de ésta (1 Co. 1:30).
329
SALMO 50
Este salmo es atribuido a Asaf, quien vivió en el tiempo del
rey David. En los días de Ezequías, los levitas recibieron
órdenes de cantar alabanzas al Señor con las palabras de
David y de Asaf el vidente (2 Cr. 29:30). El salmo 50 es un
salmo de instrucción, en el cual, se presentan los sacrificios
que son aceptables a los ojos del Señor.
Salmo de Asaf.
Este salmo puede dividirse fácilmente
en cuatro partes:
1)
50:1-6
La gloria de Dios manifestada a
través de Sion.
2)
50:7-15
Los sacrificios agradables de la
acción de gracias.
3)
50:16-22
La reprobación de los malos.
4)
50:23
La forma de glorificar a Dios.
330
Salmos 1-50
Primera parte: 50:1-6
La gloria de Dios manifestada
a través de Sion
50:1 - El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado
la tierra, desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
Aquí podemos ver la grandeza y la majestad del Señor
manifestada en la creación, en virtud de la cual, puede
convocar a toda la humanidad ante Su presencia a que le
rinda cuentas de sus caminos.
50:2 - De Sion, perfección de hermosura, Dios ha
resplandecido. Como vemos en el salmo 78:68, Dios eligió
al monte de Sion, al cual amó. El monte de Sion es una
colina en la Jerusalén natural, y una montaña espiritual
en los cielos; lo cual nos habla de la morada, no sólo de
Dios, sino de los espíritus de los hombres justos que han
sido perfeccionados (ver He. 12:22, 23). El monte de Sion
se identifica con la formación de la perfecta hermosura
de Jesús en Sus santos.
50:3 - Vendrá nuestro Dios, y no callará; fuego
consumirá delante de Él, y tempestad poderosa le
rodeará. El fuego se relaciona con juicio y purificación,
y puede ser el bautismo de fuego que nos purifica de la
escoria de la vieja vida, o el espíritu abrasador que se
menciona en Isaías 4:4: “Con espíritu de juicio y espíritu
abrasador, el Señor lavará la inmundicia de las hijas de
Sión y limpiará la sangre que haya en Jerusalén” (NVI).
Cuando el Señor se mueve de esta forma en nuestras
vidas, todo lo que puede conmoverse es sacudido.
Salmos 1-50
331
50:4 - Convocará a los cielos de arriba, y a la tierra,
para juzgar a su pueblo. Este es evidentemente el tiempo
de la segunda venida, cuando el Señor juzgará a Su pueblo
y todos tendrán que rendir cuentas por lo que han hecho
en la carne, mientras estaban sobre la tierra.
50:5 - Juntadme mis santos, los que hicieron conmigo
pacto con sacrificio. Aquí el Señor distingue a quienes
han entrado en una relación especial con Él, por medio
de alguna forma de sacrificio. Esto puede adoptar
diversas formas. En el salmo 20 la congregación
recuerda al Señor cómo David había presentado
holocaustos (ofrendas quemadas) y sacrificios. No
obstante, para nosotros, estos sacrificios tomarían la
forma de ofrendas monetarias, que, como las dos
blancas de la viuda, son prácticamente todo lo que
tenemos. En ciertas ocasiones el Señor requiere tales
sacrificios de nosotros. Los sacrificios también pueden
tomar la forma de un tiempo de privarnos de algunos
placeres naturales, como un deporte, mirar la televisión
o leer una novela, para, en cambio, dedicar ese tiempo
al Señor. Dichos sacrificios nos hacen entrar en una
relación de pacto con el Señor.
50:6 - Y los cielos declararán su justicia, porque Dios
es el juez. Selah. Para el Señor es imposible juzgar al
mundo antes que a Su propio pueblo. Pedro dijo: “Porque
es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios;
y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de
aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? Y: Si el
justo con dificultad se salva, ¿en dónde aparecerá el impío
y el pecador?” (1 P. 4:17-18).
332
Salmos 1-50
Segunda parte: 50:7-13
Los sacrificios agradables de
la acción de gracias
50:7 - Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y
testificaré contra ti: Yo soy Dios, el Dios tuyo. En las
Sagradas Escrituras, cuando el Señor dice algo de gran
importancia, casi siempre es precedido por esta frase, y
comienza con la orden de “oír”. Una de las más conocidas
es la exhortación a la obediencia en Deuteronomio 6:4, 5:
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y
amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu
alma, y con todas tus fuerzas”.
50:8 - No te reprenderé por tus sacrificios, ni por tus
holocaustos, que están continuamente delante de mí. En estos
versículos el Señor busca corregir la manera en que Su pueblo
vive. El versículo 8 nos recuerda mucho a Miqueas 6:6, 7:
“¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios
Altísimo? ¿Me presentaré ante Él con holocaustos, con
becerros de un año? ¿Se agradará Jehová de millares de
carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi
primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el
pecado de mi alma?” ¡No! El Señor no está interesado en
los sacrificios de animales, como lo aclara a continuación.
50:9, 10 - No tomaré de tu casa becerros, ni machos cabríos
de tus apriscos. Porque mía es toda bestia del bosque, y
los millares de animales en los collados. No hay escasez
de animales para el Señor. David dice en el salmo 40:6:
“Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos;
holocausto y expiación no has demandado”.
Salmos 1-50
333
50:11 - Conozco a todas las aves de los montes, y todo
lo que se mueve en los campos me pertenece. Entonces
el Señor declara Su omnisciencia. Él sabe todas las cosas.
El Señor Jesús reitera esta maravilla cuando dice en
Mateo 10:29: “¿No se venden dos pajarillos por un
cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro
Padre”. Lucas 12:6 dice: “¿No se venden cinco
pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos
está olvidado delante de Dios”.
50:12 - Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti; porque
mío es el mundo y su plenitud. Obviamente, el Señor no
necesita que le demos animales, porque Él es el Creador
de todo. Cuando consideramos las necesidades de la
divinidad, y de cualquier ser espiritual, para el caso,
recuerdo lo que dijo un demonio a un misionero que lo
estaba expulsando. Sus palabras fueron: “¿Tú crees que
nuestra comida es carne y sangre? No; nosotros nos
alimentamos de odio”. Dicho sea de paso, este demonio
era un demonio de odio, y por tanto se alimentaba de
aquello que sostenía y fortalecía su naturaleza.
50:13 - ¿He de comer yo carne de toros, o de beber
sangre de machos cabríos? En Juan 4:32-34, el Señor
Jesús nos da, en cierto sentido, la respuesta en cuanto a
lo que nutre a la divinidad. Dijo a Sus discípulos: “Yo
tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá
traído alguien de comer? Jesús les dijo: Mi comida es
que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su
obra”. ¿Qué, pues, es lo que Dios desea de su pueblo
con respecto a los sacrificios? Lo vemos en salmos 40:8,
334
Salmos 1-50
donde David dice: “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha
agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”. El sacrificio
que realmente agrada al Señor es deleitarse en hacer su
voluntad.
50:14 - Sacrifica a Dios alabanza, y paga tus votos al
Altísimo. Cuando Su pueblo es agradecido, el Señor es
glorificado. Es una forma de decirle a Él, a Sus ángeles
celestiales, y a toda la tierra, que Él es un Dios bueno,
que ama a Su pueblo. Que siempre sea el Señor nuestra
fuente de alabanza.
Es de vital importancia que cumplamos los votos que
hacemos al Señor, como lo vemos en la exhortación de
Salomón en Eclesiastés 5:4-6: “Cuando a Dios haces
promesa, no tardes en cumplirla; porque Él no se
complace en los insensatos. Cumple lo que prometes.
Mejor es que no prometas, y no que prometas y no
cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas
delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás
que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la
obra de tus manos?”
Debemos tener mucho cuidado a la hora de hacer votos,
ya que, aunque los hayamos hecho apresuradamente,
Dios requiere que los guardemos. Esto es especialmente
cierto en relación con los votos matrimoniales.
Recordemos que los que habitarán en el monte de Sion
son aquellos que guardan sus compromisos (Sal. 15:4).
La sabiduría debería enseñarnos a ser lentos para hablar
y prontos para escuchar, cuando estamos en la presencia
del Señor.
Salmos 1-50
335
50:15 - E invócame en el día de la angustia; te libraré, y
tú me honrarás. La liberación se basa en la obediencia a
los siguientes principios: ser agradecidos y cumplir
nuestros votos.
Tercera parte: 50:16-22
La reprobación de los malos
Ahora el Señor considera a los malvados. ¿Quiénes son
ellos? Por el contexto de los próximos ocho versículos,
hay evidencias de que los malos, de quienes el Señor hace
referencia aquí, son personas que han conocido la verdad
pero ya no caminan en la luz.
50:16 - Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que hablar
de mis leyes, y que tomar mi pacto en tu boca? Muchas veces
aquellos que declaran los estatutos de Dios son precisamente
quienes no los cumplen. Pablo dice en Romanos 2:1: “Por
lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas
tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti
mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo”. El Señor
condena a los declaran Su Palabra y no viven rectamente.
50:17 - Pues tú aborreces la corrección, y echas a tu
espalda mis palabras. Lamentablemente, he conocido a
muchos ministros que se aferran a doctrinas falsas,
tratando de justificarse a sí mismos. Pedro habla de
quienes, en sus días, torcían las Sagradas Escrituras para
su propia destrucción (2 P. 3:15, 16).
50:18 - Si veías al ladrón, tú corrías con él, y con los
adúlteros era tu parte. Estas personas cometen los mismos
336
Salmos 1-50
pecados acerca de los cuales predican. Era el caso de muchos
de los maestros judíos de la época de Pablo, a quienes el
apóstol confronta en Romanos 2:22: “Tú que dices que no
se ha de adulterar, ¿adulteras? Tú que abominas de los
ídolos, ¿cometes sacrilegio?” Los malos siempre critican a
los que andan rectamente.
50:19, 20 - Tu boca metías en mal, y tu lengua componía
engaño. Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano;
contra el hijo de tu madre ponías infamia. Como dice
Pablo en Romanos 3:13, “Sepulcro abierto es su garganta;
con su lengua engañan...”
50:21 - Estas cosas hiciste, y yo he callado; pensabas
que de cierto sería yo como tú; pero te reprenderé, y las
pondré delante de tus ojos. Tengamos en mente que
estamos hablando de cristianos que se han desviado del
camino de la vida. Estas personas quizá estén aún
ocupando púlpitos y enseñando en clases de Escuela
Dominical. Dado que el Señor no se ha apresurado a
corregirlos, y ha guardado silencio, ellos creen que Él
aprueba sus malos caminos. Recordemos que el Señor
espera, algunas veces durante mucho tiempo, para poder
mostrarnos Su misericordia (Is. 30:18), y da a todos el
tiempo necesario para cambiar y arrepentirse (Ap. 2:21).
50:22 - Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios,
no sea que os despedace, y no haya quien os libre. Dios
señala el día, y cuando el tiempo se acaba no hay más
gracia. Un terrible juicio espera a aquellos que han
abusado de Su bondad. Pablo advierte a los creyentes
romanos que no andaban rectamente: “Pero por tu
Salmos 1-50
337
dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti
mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo
juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus
obras” (Ro. 2:5, 6).
Cuarta parte: 50:23
La forma de glorificar a Dios
Ahora el Señor se vuelve para hablar a aquellos que
andan en integridad, mostrando nuevamente, cómo
podemos agradarle.
50:23 - El que sacrifica alabanza me honrará; y al que
ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios.
Queremos ser un pueblo que esté constantemente
alabando al Señor, como el Mahalaleel de la antigüedad
(Génesis 5:12), cuyo nombre significa “que alaba a Dios”.
Seamos el “Mahalaleel” de nuestra generación, que ofrece
sacrificio de alabanza al Señor (He. 13:15).
Cuando busquemos glorificar al Señor con nuestras palabras
y cuando nuestras bocas estén llenas de acción de gracias,
conoceremos a Aquel que puede salvarnos hasta en lo más
profundo. ¡Que seamos hallados entre aquellos que hablan
entre sí sobre la bondad del Señor; y al hacerlo, conoceremos
Su gloriosa salvación! ¡Amén y amén!
339
CONCLUSIÓN
Así, querido lector, llegamos al final de la primera parte
de nuestro estudio devocional sobre el libro de los salmos.
Faltan dos libros más. No obstante, al leer los salmos nos
damos cuenta que, a diferencia de cualquier otra expresión
literaria disponible para la humanidad, no podemos
asimilar todas sus hermosas verdades con una sola lectura.
Para poder apreciar realmente todo lo que estas benditas
Escrituras contienen, es necesaria toda una vida de
escudriñar diferentes versículos y meditar en ellos.
¡Por tanto, recomendamos una lectura diaria de los salmos
para que nuestras almas estén bien alimentadas, y nuestros
espíritus sean elevados a nuevas alturas y mayores
profundidades de comunión con nuestro bendito Señor!
Libros por el Dr. Brian J. Bailey
Comentarios sobre los libros de la Biblia
Génesis: El libro de los orígenes
Fiestas y Ofrendas, el libro de Levítico
Rut: La novia gentil de Cristo
Las tres casas de Esther
Salmos I: Capítulos 1-50
Salmos II: Capítulos 51-100
Salmos III: Capítulos 101-150
El libro de lamentaciones
El carro del trono de Dios: Una exposición del libro de
Ezequiel
Daniel
Profetas Menores I: La restauración de los caídos (Oseas)
Profetas Menores II: Joel – Sofonías
Profetas Menores III: Hageo – Zacarías
El Evangelio de Mateo
El Evangelio de Juan
El Evangelio de Lucas
Romanos: Más que vencedores
Soldados de Cristo: Una exposición de la epístola de Pablo
a los Efesios
Dando en el blanco: Una exposición de la epístola a los
Filipenses
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Hebreos: Detrás del velo
La Era de la Restauración
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