ANÁLISIS INSTITUCIONAL Y ORGANIZACIONAL DE LAS NEGOCIACIONES DE PAZ EN COLOMBIA, 1982-2012 Germán Darío Valencia Agudelo Tutor Aldo Cívico Protocolo de investigación amplio Universidad Externado de Colombia Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales Centro de Estudios de Posgrado Doctorado en Estudios Políticos Bogotá D.C. 2012 1 TABLA DE CONTENIDO Presentación 1. Planteamiento del problema y justificación 1.1. El problema: Dinámicas institucionales y organizacionales para negociar la paz en Colombia (1982-2012) 1.2. Las preguntas 1.3. La hipótesis 1.4. La justificación 2. Objetivos 2.1. General 2.2. Específicos 3. Marco teórico 3.1. Solución negociada de conflictos armados internos 3.1.1. Estudios sobre la paz: algo de historia 3.1.2. Opciones para alcanzar la paz 3.1.3. La paz como proceso: teorías y modelos 3.1.4. Aspectos a considerar en los procesos de paz, anotaciones finales 3.1.4.1. Sobre las condiciones iniciales 3.1.4.2. Sobre el acuerdo 3.1.4.3. Sobre la puesta en marcha 3.2. Neoinstitucionalismo y análisis organizacional 3.2.1. El estudio de las organizaciones: algo de historia 3.2.2. El nuevo análisis institucional de las organizaciones: el enfoque sociológico 3.2.3. El neoinstitucionalismo de la elección racional: otra alternativa para analizar el diseño y cambio organizacional 3.2.3.1. El estudio de las organizaciones: una primera mirada desde la racionalidad acotada 3.2.3.2. El estudio de las organizaciones: el neoinstitucionalismo económico de D. North 4. Diseño metodológico de la investigación 4.1. Una introducción necesaria 4.2. El tipo de investigación 4.3. La unidad de estudio 4.4. Unidad de información 4.5. Los procedimientos e instrumental a utilizar 2 4.6. El trabajo de campo o ejecución 4.7. Procesamiento y análisis de datos 5. Bibliografía 5.1. Sobre los aspectos teóricos de las negociaciones de paz 5.2. Textos para el análisis teórico de las instituciones y las organizaciones 5.3. Sobre textos de los procesos de paz en Colombia 5.4. Otros textos 6. Anexos 6.1. Anexo A. Organizaciones para la paz en Colombia y personas que la componen 6.2. Anexo B. Dispositivos organizativos para la paz en Colombia, características 6.3. Anexo C. Glosario de abreviaturas 3 PRESENTACIÓN Este texto es presentado como trabajo final para el curso Seminario de Metodología III, dirigido por el profesor Jesús Carrillo R., del Doctorado en Estudios Políticos de la Universidad Externado de Colombia, Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, Centro de Estudios de Posgrado. Su objetivo es presentar de manera completa el protocolo de investigación que se realizará como tesis doctoral entre 2013 y 2015; además, busca cumplir uno de los requisitos del Seminario. El trabajo, que tiene como fundamento la metodología de investigación cuantitativa, sigue los lineamientos que señala el diseño de este tipo de proyectos de investigación y los que exigen en el Doctorado para los protocolos de investigación. Este tiene el siguiente orden: presenta primero el planteamiento del problema y su justificación, el cual contiene el problema, las preguntas, la hipótesis y la justificación de trabajo. Segundo, enuncia los objetivos, tanto el general como los específicos. Tercero, presenta el marco teórico, el cual se apoya en dos grandes programas de investigación: por un lado, las investigaciones de la paz y, por el otro, el enfoque neoinstitucional; los dos programa científicos ofrecen los elementos para comprender cómo se negociar la paz y las categorías analíticas para explicar lo organizativo e institucional en los procesos de paz. Como cuarto apartado, presenta una aproximación a un diseño metodológico de la investigación, con claros rasgos cuantitativos; allí se define el tipo de investigación, la unidad de análisis, los procedimientos e instrumentos a utilizar, la ejecución y los procesamientos y análisis de datos. Finalmente, se presenta la bibliografía, la cual se divide en aquella que se utiliza para el análisis teórico y aquella que será utilizada para analizar el caso colombiano (esta contiene tanto la citada en este trabajo como alguna otra que se utilizará en la ejecución del proyecto). 4 1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y JUSTIFICACIÓN 1.1. El problema: Dinámicas institucionales y organizacionales para negociar la paz en Colombia (1982-2012) Colombia se caracteriza por tener uno de los conflictos armados internos más largos del mundo. Inicia en 1964, con la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), y se extiende hasta el presente, donde se encuentra un Estado enfrentado a varios grupos armados1. Los daños causados por el conflicto a Colombia, y también a los países vecinos durante este largo período, han sido considerables: se ha destrozado la infraestructura física y la confianza inversionista, se ha dañado a las personas y perdido innumerables vidas y se ha desviado cuantiosos recursos en las actividades improductivas de la guerra. Sin contar los costos incurridos por el redireccionamiento del gasto público hacia la guerra, en lugar de invertir estos recursos en sectores productivos o en lo social. Estos efectos no deseados han provocado que, de manera recurrente, se busquen alternativas distintas a las armas para terminar la guerra. Durante los primero 20 años del conflicto (hasta 1982) el Gobierno Nacional pretendió por la vía militar ponerle fin a éste fenómeno; sin embargo, al cerrarse la década de 1970 y luego de no haberse podido alcanzar tal objetivo, comenzó a explorarse las negociaciones de la paz como opción para finalizar la guerra. El Gobierno de Julio Cesar Turbay (1978-1982) inauguró en Colombia la búsqueda de las salidas negociadas al conflicto. Lo hizo, primero, creando e implementado, en 23 de marzo de 1981, la Ley 37 o Ley de 1 Después de 1964 han aparecido y desaparecido en el territorio colombiano varios grupos insurgentes: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Popular de Liberación (EPL), el Movimiento 19 de Abril (M-19), el grupo guerrillero indígena Movimiento Armado Quintín Lame, la Autodefensa Obrera (ADO) y disidencias de los anteriores, como el grupo Ricardo Franco, entre otros. 5 Amnistía y, luego, creando la primera Comisión de Paz en Colombia, conformada por 12 miembros (procedentes de la Iglesia católica, las fuerzas militares y el Ejecutivo) y dirigida por el ex-presidente Alfonso Lleras, cuyo objetivo fue alcanzar políticamente la paz (López, 1999, p. 247)2. Para 2012, después de 30 años de esfuerzos por negociar la paz, se contabiliza, con un total de 13 organizaciones armadas irregulares, la firma de ocho Acuerdos Humanitarios y de Cese al Fuego (tres de ellos con las FARC-EP y tres más con el ELN); 12 Agendas y Acuerdos Preliminares y de Procedimiento (cinco de ellos con las FARCEP, tres con el ELN y dos con la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar en 1991) y nueve Acuerdos Finales de Paz (Movimiento 19 de Abril –M-19–, Movimiento Armado Quintín Lame –MAQL–, Ejército Popular de Liberación –EPL–, Partido Revolucionario de los Trabajadores –PRT–, Corriente de Renovación Socialista –CRS– (grupo disidente del Ejército de Liberación Nacional –ELN–), las Milicias Urbanas de Medellín y el Frente Francisco Garnica de la Coordinadora Guerrillera –FF-Garnica–. Además, desde 2003 y hasta 2006, se logró negociar con las Autodefensas Unidas de Colombia la desmovilización de 38 estructuras armadas paramilitares (Alonso, 2007; Alonso y Valencia, 2008; Valencia, 2008). Para realizar estas labores negociadoras, en Colombia, se han creado y estructurado una serie de instituciones y formas organizaciones encargadas de reglar la participación en las diversas fases de los procesos de paz. Se encuentran instituciones y organizaciones para los acercamientos, los diálogos, las negociaciones y acuerdos; para la desmovilización, desarme y reinserción; y para la verificación y cumplimiento de lo pactado. Se han creado y ensayado de manera formal (como leyes, decretos, resoluciones y comunicaciones) e informal: comisiones, consejerías, oficina de altos 2 La principal razón del giro del Gobierno Turbay de una posición belicista a una de negociación política se debió a la toma de la Embajada de la República Dominicana, en Bogotá por el M-19 a principios de los ochenta. En este hecho violento se retuvo a un número considerable de embajadores y diplomáticos de distintos países; debido a lo complejo que era tomarse la embajada por la fuerza, desde el punto de vista político, la opción tomada fue diálogo directo, negociación y acuerdo entre delegados del Gobierno y de la guerrilla; que contó con el apoyo de organizaciones de derechos humanos y de la Cruz Roja; cuyo final fue la primera solución concertada en Colombia y la liberación de los rehenes en Cuba. 6 comisionados, asesores, facilitadores, grupos de amigos, veedores (nacionales y/o extranjeros) y mesas de verificación, entre otras formas organizativas. Un resumen por gobiernos ilustra tal dinámica. Luego de aquel primer trabajo del Gobierno Turbay, viene uno de los mayores esfuerzos institucional y organizacional por buscar una solución negociada a la guerra en Colombia. El Gobierno de Belisario Betancur (1982-1986) logró diseñar una estructura política de paz congruente, con una base institucional duradera, que se mantiene hasta hoy. Revivió la Comisión de Paz (Decreto 2711 de 1982 y conformada por 40 miembros), sancionó una nueva Ley de Amnistía (Ley 35 de 1982) y comenzó los acercamientos con los grupos alzados en armas y treguas bilaterales, específicamente con el M-19, las FARC, el EPL y el ADO (Arias, 2008, p. 10). Durante este gobierno se creó el Alto Comisionado de Paz (Decreto 240 y 2560 de 1983), la Comisión Nacional de Verificación (Comunicación Presidencial del 29 de mayo de 1984), la Comisión Nacional de Negociación y Diálogo (Comunicación presidencial del 17 de julio de1984) y la Comisión de Paz, Diálogo y Verificación (Decreto3030 de 1985) y, para finalizar, se impulsó al final de su período una Ley de Indulto (Ley 49 de 1985). Y aunque en este Gobierno no se logró pactar la paz con ningún grupo armado (pues las críticas a la política de paz por algunos sectores de la sociedad y subsectores del Gobierno y los hechos lamentable de la toma del Palacio de Justicia por parte de movimiento guerrillero M-19 y la persecución y muerte de integrantes de la Unión Patriótica –UP– como la acción paramilitar contra los desmovilizados), en lo institucional y organizativamente si se avanzó mucho: se dejó sentadas las bases de lo que sería la forma como se negociaría la paz en Colombia a partir de allí.3 Todo estos 3 Algunos sectores de la sociedad y subsectores del Gobierno se opusieron a las acciones del presidente Betancur en materia de negociación, lo que provocó, entre otras cosas, la renuncia del Alto Comisionado de Paz, Otto Morales Benítez, quien identificó con ese tipo de conductas a los “enemigos de la paz” (Arias, 2008, p. 14). 7 lo hizo teniendo claro que para hacer la paz debería pensarse en diseños institucionales y organizacionales que ayudaran a lograr el objetivo. Un ejemplo lo constituye el gobierno inmediato de Virgilio Barco (1986-1990), que dio continuidad a la Consejería para la Reconciliación, Normalización y Rehabilitación (Decreto 2577 del 7 de agosto 1986)4; se avanzó en la creación de las Mesas de Trabajo por la Paz y la Reconciliación Nacional, donde contarían con representantes los partidos políticos, el Gobierno y la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar; además, se buscó el respaldo de la sociedad civil, de los gremios, de la iglesia y de algunos medios de comunicación; y creó la Comisión de Notables. Es decir, trabajó en varios frentes: por un lado, buscó con la Consejería dialogar de manera seria para pactar la paz, y, por el otro, con la Comisión intercambiar opiniones, que aunque pueden no tener trascendencia, si generó una idea de búsqueda de la paz durante su gobierno (Arias, 2008, p. 18)5. El resultado de estos esfuerzos institucionales fue la firma del primer acuerdo político de paz en Colombia con el M-19. Este se realizó en el Gobierno de Cesar Gaviria Trujillo (1990-1994), el cual también logró negociar la paz con el Ejército Popular de Liberación –EPL–, el Partido Revolucionario de los Trabajadores –PRT–, el Movimiento Armado Quintín Lame –Maql– y la Corriente de Renovación Socialista – CRS– (9 de abril de 1994); además, de acuerdos con las milicias de Medellín (26 de mayo de 1994) y el Frente Francisco Garnica de la Coordinadora Guerrillera –FFGarnica– (30 de junio de 1994). Institucional y organizativamente, en el Gobierno Gaviria, se floreció con la creación de una Veeduría Internacional y Acercamientos con 4 Mediante el Decreto 2577 de 1986 del 7 de agosto el Presidente Barco nombra a Carlos Ossa Escobar como “primer Consejero con carácter de Delegado Especial del Jefe de Estado en los asuntos de reconciliación normalización y rehabilitación”). Además nombró a Rafael Pardo Rueda en la Secretaría de Integración Popular (SIP) que tenía como objetivo articular la CRNR con el Plan Nacional de Rehabilitación –PNR–. 5 Es preciso destacar que Virgilio Barco creó también la Comisión de Estudios sobre la Violencia quien diagnosticó los problemas de la violencia en Colombia y realizó recomendaciones sobre la violencia desatada, dentro de ellas negociar con las guerrillas. 8 otros grupos guerrilleros en México (conocida como la negociación de Tlaxcala) y en Venezuela (propiamente en Caracas)6. Además durante este Gobierno se conformó una Comisión Asesora de Orden Público, de composición política plural, la cual acompañó de manera cercana las conversaciones.7 Se creó la Comisión Asesora de Reinserción (Decretos 2198 y 2199 del 23 septiembre 1991 y el Decreto 2207 del 25 de septiembre del mismo año). Esta última con un énfasis en llamar al sector privado y los empresarios a asesorar y participar en los procesos de paz. Se estableció la Dirección Presidencial para la Reinserción en el Departamento Administrativo de La Presidencia de la República – DAPRE– (Decreto 2884 del 26 de diciembre de 1991) y el Consejero para la Reconciliación, Normalización y Rehabilitación –CRNR– pasa a denominarse Consejería para la Paz (Decreto 0053 de enero 13 de 1992). Durante la presidencia de Ernesto Samper (1994-1998) se quiso avanzar en “erradicar las causas objetivas de la violencia” (López, 1999, p. 255) y para ello se cambió la figura de Consejero de Paz a la de Alto Comisionado para la Paz (Decreto 1959 del 9 de agosto de 1994) y se crea la Comisión de Acción para la Paz, instancia de carácter consultivo y ejecutivo en materia de paz (en temas como la definición de la agenda de negociación y la aplicación de elementos de tipo gerencial en los asuntos administrativos). También se crea el Fondo de Programas Especiales para la Paz (Ley 368 1997 y Decreto 2429 del mismo año), con la finalidad de apoyar al Alto 6 Frente de este proceso el Gobierno puso a Jesús Antonio Bejarano, en calidad de Consejero Presidencial para la Reconciliación, Normalización y Rehabilitación (Decreto 1558 de 1990), y nombró a Horacio Serpa y Álvaro Leyva como negociadores en Tlaxcala. Además se designa a Rafael Pardo como Consejero Presidencial para la Defensa y la Seguridad Nacional (Decreto 1874 de 1990) y María Emma Mejía como Consejera Presidencial para Medellín y su Área Metropolitana (Decreto 1875 de 1990). 7 Mediante el Decreto 2015 de 1991, el Presidente nombra para la Comisión Consultiva para el Orden Público a Horacio Serpa Uribe, Saulo Arboleda, Juan Gabriel Uribe, Otty Patiño Hormaza, Carlos Rodado Noriega y Gilberto Vieira. Además se contaba con un equipo asesor conformado por Ricardo Santamaría, Carlos Eduardo Jaramillo, Tomás Concha Sanz, Reynaldo Gary P., Gonzalo De Francisco Zambrano y José Noé Ríos, entre otros. 9 Comisionado. Igualmente, a través de la Ley 434 de 1998 se crea el Consejo Nacional de Paz, cuya Secretaría Técnica esta a cargo del Alto Comisionado8. Sin embargo el mayor avance institucional se dio cuando el Gobierno Samper apoyo a la creación de una Comisión de Conciliación Nacional (CCN), iniciativa que surge del Episcopado Nacional (Iglesia Católica Colombiana) y que es apoyado por los gremios económicos, políticos, intelectuales y representantes de los medios de comunicación. Esta Comisión buscaba servir de puente entre el Gobierno Nacional y los diferentes actores armados del conflicto colombiano. Finalmente se estructuró una Política Nacional Permanente de Paz apoyada por la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil. A lo largo de este gobierno se logró adelantar contactos con el Movimiento Jaime Bateman Cayón, a través de la Comisión Facilitadora de Paz para estas conversaciones, en julio de 1995. Se firma el protocolo de acuerdo con el Movimiento Independiente Revolucionario Comandos Armados, MIR–COAR (29 de mayo de 1998). Este último contó con el apoyo de una comisión gubernamental negociadora, como órgano consultivo y decisorio del Gobierno en ese tema. De igual forma, se tuvieron acercamientos con el ELN, en donde se puso en marcha el Comité Operativo Preparatorio de la Convención Nacional. A pesar de estos avances en las negociaciones en el período de Samper no se logró lo buscado (Arias, 2008, p. 20). Vacío que trató llenar el nuevo presidente Andrés Pastrana (1998-2002), quien colocó la paz como centro en su propuesta de gobierno. En este cuatrienio se crea una Zona de Distención (Resoluciones Número 84 y 85 del 14 octubre de 1998 y 1 del 5 de enero 1999) y se conforman la Mesa Nacional de 8 Ley 434 de 1998 por la que se crea el Consejo Nacional de Paz, en el Art. 3. dice “Créase el Consejo Nacional de Paz con participación de la sociedad civil, como órgano asesor y consultivo del Gobierno Nacional. Su misión será propender para el logro y mantenimiento de la paz, y facilitar la colobación armónica de las entidades y órganos del Estado, otorgando prioridad a las alternativas políticas de negociación del conflicto armado interno, en orden a alcanzar relaciones sociales que aseguren una paz integral permanente”. Parágrafo. “Si existiere conflicto armado interno, podrán igualmente participar los actores armados irregulares, siempre y cuando, a juicio del Consejo, hayan manifestado su voluntad expresa de participar en un proceso de paz”. 10 Diálogo y Negociación y el Comité Temático Nacional para realizar los diálogos con la Farc; además se crea un Frente Común por la Paz y Contra la Violencia9 y una Comisión de Países Facilitadores (conformada por diez países). A pesar de todos estos esfuerzos el Gobierno Nacional, debido a muchos inconvenientes, decidió acabar, en febrero de 2002, de forma definitiva los diálogos con las Farc-Ep, después de que este grupo armado secuestrara un avión y retuviera al senador Jorge Gechem como secuestrado. Después del rompimiento de los diálogos en el Caguán, la sociedad colombiana dejó de tener confianza en la paz por medio del diálogo. Le apostó de nuevo a una salida militar, encarnada en Álvaro Uribe, quien mantendría esta posición durante ocho años (2002-2010). Uribe no estaba de acuerdo con negociar en medio del conflicto, como si lo hicieron sus antecesores (desde Betancur hasta Pastrana). A pesar de este condicionante, algunos grupos de autodefensas o paramilitares se acogieron a la propuesta y comenzaron a negociar con este Gobierno. Estas negociaciones se realizaron sin una Mesa claramente definida y en cabeza solo del Alto Comisionado para la Paz; además con una escasa participación de la comunidad internacional, como veedor, a través de la Organización de Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (Arias, 2008, p. 24). En lo institucional, durante el Gobierno Uribe se buscó y creo una reforma jurídica (Ley 782 de 2002), que hizo viable tal proceso, reconociéndoles el estatus político al paramilitarismo. Mas tarde, en agosto de 2003, hubo un fallido intento por hacer otra reforma a la justicia, dos años después de discusión, en febrero de 2005, se radicaron los proyectos de ley para resolver los problemas jurídicos con los miembros de grupos paramilitares que hubieran cometido crímenes de lesa humanidad; este proyecto fue 9 Del Frente Común hiso parte líderes políticos del país, jefes de partidos políticos tradicionales e independientes y los presidentes del Congreso y la Cámara; también fueron invitados los precandidatos presidenciales. El Frente fue convocado por el Presidente de la República de manera periódica. A las reuniones del Frente asistieron, además del Presidente, el Alto Comisionado para la Paz, los Comisionados Adjuntos y los Ministros del Interior, Justicia y Relaciones Exteriores (Arias, 2008, p. 23). 11 aprobado el 22 de junio de 2005 con el nombre de Ley de Justicia y Paz (Ley 975 de 2005). En lo organizativo, se nombró una Comisión Exploratoria de Paz (Resolución Presidencial 185 del 23 de diciembre de 2002) que tenía como fin propiciar los acercamientos y contactos con los Grupos de Autodefensas Unidas de Colombia –AUC– , con las Autodefensas Campesinas Bloque Central Bolívar –BCB– y Vencedores de Arauca, y con el Grupo de Autodefensas Alianza del Oriente, conformada por las Autodefensas del Sur de Casanare, Meta y Vichada. Esta Comisión Exploratoria logró, en junio de 2003, acordar con los grupos paramilitares un único acuerdo de todo el proceso, llamado Acuerdo de Santa Fe de Ralito (julio 15 de 2003). Este proceso contó con el monitoreo y verificación de la Misión de Apoyo para los Procesos de Paz en Colombia de la OEA (MAPP/OEA). Finalmente, se conformó otra Comisión Facilitadora de Paz de Antioquia para buscar acercamientos con el ELN Hoy (julio de 2012), durante el actual Gobierno de Juan Manuel Santos y luego de duros golpes a la guerrilla, de nuevo se vuelve a hablar de la posibilidad de negociar la paz en Colombia. El 12 de septiembre de 2011 el Congreso de la República inscribió el proyecto de ley busca reafirmar el artículo 22 de la Constitución Política de Colombia, brindándole garantías jurídicas para consolidar la paz, hacer negociaciones con los armados y llegar a la reconciliación nacional. Sin embargo hay total silencio, hasta el momento (julio de 2012) en torno a la forma organizativa que se adoptaría frente a un eventual proceso de paz. Y suponiendo que este Gobierno actuará de manera similar a sus antecesores, se prevén de nuevo cambios organizativos. El balance que se puede realizar después de la anterior síntesis de la historia reciente de la búsqueda de la paz negociada en Colombia es que a pesar de todos estos esfuerzos, aun persiste el conflicto armado, no ha sido posible pactar la paz con las dos principales agrupaciones armadas (Farc y ELN), ni tampoco se les ha podido vencer militarmente, lo que ha provocado en muchas ocasiones una intensificación del conflicto. Queda claro también que en Colombia ha existido un interés constantes, 12 Comentario [JCR1]: Esto es realmente un problema, aun así sugeriría cuestionar: el diseño? La efectividad? La inestabilidad? Etc. aunque más intenso en unos períodos que en otros, por pactar la paz en las tres últimas décadas. En seis periodos presidentes, de los ocho que se han tenido entre 1980 y 2012, se ha trabajado en acabar la guerra por vía negociada; y a pesar de que tanto el primero como él último presidente (Turbay y Uribe) se han caracterizado por su énfasis belicista, al final de sus mandatos o durante estos se pensó y trabajó como opción la negociación política como vía para lograr la paz. Para el logro de este objetivo, como se vio, se han ensayado muy diversas muchos cambios institucionales y formas organizacionales para estructurar los procesos de negoción de la paz en Colombia. Se han nombrado a una persona o a grupos para construir formar organizacionales de negociar la paz; se han constituido grupos con personas provenientes del Gobierno Nacional, pero también de la sociedad civil o incluso de los partido de oposición al Gobierno; se han realizado acercamientos con la participación de solo personalidades nacionales, sino también de gobiernos extranjeros; se han conformado comisiones que participan solo en la parte inicial de los procesos (en los acercamientos) y también los que participan solo en la etapa final de verificación de los acuerdos o que lo hacen en todas las etapas. En síntesis, se han ensayado muy diversas formas de composición número y condición, en estructura, en funciones y en procedencia, entre otras características. 1.2. Las preguntas Los anteriores cambios institucionales y formas organizativas creados y adoptados en Colombia para negociar la paz generan una serie de preguntas teóricas, técnicas y prácticas, sobre estos 30 años de experiencia (1982-2012). La más abarcarte de ellas es: ¿Qué balance se puede hacer de los diseños institucionales y las formas organizativas adoptados en Colombia para negociar la paz durante este período? o en otras palabras ¿qué responsabilidades se le pueden dar en los resultados obtenidos en Colombia para buscar una salida negociada al conflicto armado interno, desde 1982 hasta 2012, a los diseños y cambios institucionales y organizacionales realizados? 13 Pregunta que contiene a su vez otras como: ¿Cuáles son las instituciones (formales e informales) creadas en Colombia para negociar la paz? ¿Que avances o retrocesos se han logrado con estos cambios institucionales en términos de si han o no permitido avanzar en la búsqueda de la paz negociada? ¿Qué cambios institucionales han generado rupturas, discontinuidades o problemas y cuáles armonías, continuidades y soluciones? ¿Qué formas organizacionales se han adoptado en treinta años de historia para negociar la paz en Colombia? ¿Qué diferencias tienen estas diversas formas organizacionales en cuanto a funciones, composición, procedencia (nacional o extranjera) y naturaleza, entre otros aspectos? ¿Qué aprendizajes se tiene de estas formas, ya sea por los aciertos o por sus fallas, que podría servir para organizar otros procesos de paz y pensar una solución negociada al conflicto? Es decir, ¿cuáles son los grados de aprendizaje organizativo que tienen en cada proceso? ¿Es posible pensar en un diseño institucional y organizativo para construir una paz duradera en Colombia? y según la teoría y la experiencia ¿qué elementos debería tener este? ¿Cuál sería la forma más adecuada de organizarnos para pactar la paz con un grupo armado en Colombia? y si ¿la forma a adoptar depende del origen del grupo a negociar, su historia en las negociaciones y su dinámica entre otros aspectos? En conclusión todas estas preguntas intentan ayudar a realizar un balance que identifique las lecciones aprendidas en lo institucional y organizacional, en las distintas apuestas del gobierno colombiano, por buscar una salida negociada al conflicto armado interno en las últimas tres décadas. 14 1.3. La hipótesis La hipótesis de la que parte este trabajo es que: los cambios institucionales y diseños organizativos adoptados en Colombia, desde 1982 hasta 2012, han dependido más de la coyuntura política del país, de los intereses particulares del gobierno de turno, de la posición belicista o conciliadora del Gobierno, de la legitimidad que ha tenido el grupo al margen de la ley implicado en el proceso y del apoyo o no de la sociedad civil y de la comunidad internacional, que de un aprendizaje incorporado porque la realidad lo ha generado o la literatura que trabaja sobre el tema lo ha recomendado. Esto ha provocado fallas institucionales y organizacionales que han impedido lograr la paz de manera negociada. 1.4. La justificación Realizar un balance sobre los cambios institucionales y diseños organizativos adoptados en Colombia desde 1982 hasta 2012 para negociar la paz y responder las preguntas que se hicieron antes permitiría avanzar en el conocimiento del pasado político reciente colombiano. Este permitiría aprender de su dinámica y prepararnos para afrontar el futuro. A pesar de la rica literatura que se ha producido en Colombia sobre la dinámica de la paz y de la guerra, aun se carece en el medio de una visión completa de esta realidad; no se tiene una visión última de lo que hemos vivido, ni única; no se cuenta con los instrumentos teóricos suficientes para afrontar con una aproximada certeza posibles negociaciones de paz. Trabajar en conocer el pasado y su dinámica podría ayudarnos a que no se siga cometiendo errores diagnosticados y a avanzar por caminos más seguros para pactar la paz. Sería muy conveniente para la academia colombiana, pero también para todas las partes implicadas en posibles procesos de paz, conocer las responsabilidades de las distintas formas organizacionales y cambios institucionales adoptadas en cada proceso. Esto tanto para los casos exitosos como para aquellos que no llegaron a acuerdos de paz. 15 Hay que reconocer que para negociar la paz, no se requiere solo de diálogo, hay que realizar esfuerzos, estudios, trabajos, que permitan una preparación y asistencia técnica a los procesos de paz, que ofrezcan balances sobre los elementos teóricos y técnicos que permitan afrontar eventuales procesos de paz. Pues antes de las negociaciones se debe tener claro, por ejemplo, qué se negocia, cómo se negocia, cuándo se negociar; es decir, preparar el terreno para una salida negociada, lo cual obliga a discutir y clarificar muchos componentes. Este trabajo se dirige a explorar un doble camino: primero, intentará analizar la naturaleza jurídica y normativa creada en Colombia durante el período señalado para buscar una salida negociada al conflicto armado interno, y a partir de allí enfatizar en el componente organizativo. Perspectiva de trabajo que según (Arias, 2008, p. 6) “hasta ahora no abordada por la copiosa literatura existente en el país sobre procesos de paz”. A partir este trabajo se espera dar luces para pensar, por ejemplo, en cómo deben organizarse para negociar (institucional y organizacionalmente), qué organizaciones crear o modificar para negociar, qué personas deben integrar estas negociaciones y en qué etapa debe entrar para negociar, entre otras cuestiones. Esta propuesta investigativa surge debido a que a pesar del reconocimiento que se le da por parte de todos los actores (Gobierno, grupos armados al margen de la ley, sociedad civil y comunidad internacional) a los diseños institucionales y organizacionales para el logro de la paz, los estudios en Colombia que enfaticen en identificar, analizar, evaluar y recomendar formas y estructuras organizacionales e institucionales para negociar la paz son pocos. La mayoría de estudios sobre los procesos de negociación de la paz se han dirigido a indagar por los procesos en su conjunto, mostrando aspectos como el origen del conflicto, la dinámica de la guerra, las razones para buscar la paz, los acuerdos a los que se ha llegaron y la evolución de los programas de posconflicto (Arias, 2008; Bejarano, 1995; Bernal, Valencia y Leal, 1998; Cepeda, Arnson y Bernal, 2001; Cubides, 2006; Echandía, 2006; González, 2004; Pardo, 1996). 16 La revisión de la literatura que se ha realizado previo al proyecto, evidencia la carencia de estudios comparados de la forma como se han estructurado organizacionalmente los procesos de negociación de la paz en Colombia durante las últimas tres décadas. Es decir, los estudios sobre las negociaciones de paz en Colombia no se han detenido en analizar de manera conjunta, a través del tiempo y varios gobiernos, las formas y estructuras organizacionales adoptadas para afrontar los procesos de paz.10 La propuesta que se hace es analizar tres décadas de búsqueda negociada de la paz, enfatizando en los componentes institucional y normativo, con el fin de documentar, identificar y comparar los momentos decisivos de las transformaciones institucionales realizadas, las rupturas, los quiebres y las desapariciones de formas organizativas. Para finalizar esta justificación hay que colocarle cuidado a los llamados que hacen algunos estudiosos de la paz de Colombia. Por ejemplo, Ramírez (1991, p. 31) advierte que para negociar la paz en Colombia es necesario tener como punto de partida los acuerdos de ayer y los de hoy; Bejarano (1995) también sugiere estudiar la experiencia internacional, dado que ella muestra que cuando hay confianza entre las partes, se puede avanzar; además agrega que "el análisis de cualquier negociación no puede prescindir del entorno que le sirve de referencia, esto es, el contexto institucional en que se desenvuelve y los elementos de la coyuntura política, siempre presentes en la mesa de negociaciones" (Ibíd., p. 83). Finalmente, para Vargas (2009) es necesario estudiar todas las recomendaciones que sea necesario, para abocar con realismo la solución negociada. 10 La hipótesis de trabajo insiste en que este no ha sido un tema estudiado por los gobiernos que buscan la paz negociada; cada gobierno llega adoptando posturas particulares, basado en su “voluntarismo”, desconociendo en algunas ocasiones las experiencias adquiridas por sus antecesores. Lo que lleva a pensar que en Colombia no ha existido propiamente una política pública de paz, el gran número de comisiones creadas en cada uno de los gobiernos, puede ser una muestra de ello. 17 2. OBJETIVOS 2.1. General Analizar los diseños y cambios institucionales y organizacionales adoptados en Colombia para negociar la paz, entre 1982 y 2012. 2.2. Comentario [JCR2]: ¿Caracterizar? ¿podría incluirse? Específicos Identificar y analizar las instituciones formales (leyes, decretos, resoluciones, comunicados) e informales y los diseños organizaciones (comisiones, altos comisionados, asesores, facilitadores, grupos de amigos, mediadores o intermediarios, negociadores, veedores (nacionales y/o extranjeros) y mesas de verificación, entre otras) adoptados en Colombia para negociar la paz entre 1982 y 2012. Hacer una análisis comparativo, tanto del mismo gobierno como entre gobiernos, sobre los marcos legales y formas organizativas (en cuanto a funciones, composición, procedencia –nacional o extranjera– y naturaleza, entre otros aspectos) para identificar rupturas y continuidades en las negociaciones de paz y los aprendizajes (avances o retrocesos) institucionales y organizativos en esta búsqueda negociada de treinta años de historia. Señalar y proponer desde la teoría y la experiencia nacional e internacional los diseños institucionales y estructuras organizativas que podrían ser apropiadas para negociar la paz, teniendo en cuenta las particularidades de las negociaciones, a los actores y al sistema político colombiano. 18 Comentario [JCR3]: Antes de ello, podría pensarse en formular una teoría del Cambio Institucional? 3. MARCO TEÓRICO El presente trabajo concibe el marco teórico como el conjunto de referentes teóricos que puede utilizar el investigador para abordar el problema. En forma de analogía, es una especie de lente, que filtra y hace ver el objeto de estudio de una manera particular; de allí que brinde los elementos conceptuales y metodológicos que sirvan para alcanzar el objetivo general propuesto. Para identificar y construir este marco teórico, además de los objetivos, se ha revisado los elementos expuestos en el planteamiento del problema y la hipótesis. A partir de allí se ha seleccionado las teorías que se ven como útiles para iniciar el trabajo. Haciendo esta claridad, el presente apartado realiza una presentación del marco teórico en dos partes: la primera aborda la forma como se ha estudiado los procesos de paz, la paz negociada en el mundo académico, su evolución y situación actual; destacando los diversos enfoques, modelos y la forma. En ella se hace un recorrido histórico y analítico del interés académico por estudiar la resolución negociada de los conflictos armados, después de la primera guerra mundial. Al final se recogen algunas recomendaciones para aumentar el éxito en dichos procesos de paz; que podría ser muy útil para posibles recomendaciones en el trabajo final. Ese marco ofrece elementos que permiten acercarse a un tema que, según Bejarano (1995), ha sido casi olvidado en los estudios colombianos sobre la paz. Este marco general ofrece las herramientas para analizar la historia reciente de las negociaciones de paz en Colombia. La segunda parte contiene los elementos algunos elementos teóricos y metodológicos que permitan acercarse a un análisis de los diseños y cambios institucionales y organizacionales desarrollados por el nuevo institucionalismo. Al igual que las teorías sobre la paz esta parte, realiza un recorrido histórico y analítico de la forma cómo han 19 evolucionado los estudios organizacionales, desde principios del siglo XX. Muestra cómo las organizaciones se han convertido en una de las más difundidas formas de coordinar las actividades humanas para lograr fines; de allí la necesidad permanente de su estudio. El escrito presenta al neoinstitucionalismo como un enfoque pertinente para analiza el diseño y el cambio de las instituciones y organizaciones. 3.1. Solución negociada de conflictos armados internos 3.1.1. Estudios sobre la paz: algo de historia Se podría argumentar que las teorías surgen, en su gran mayoría, como respuesta a una realidad que queremos comprender y explicar. Estas quieren presentar, de maneras ordenada, una formar de ver la realidad, explicar su dinámica y predecir comportamientos. Este fue el origen de las teorías sobre la paz; nacieron y cambiaron a la luz de varios fenómenos políticos ocurridos durante el siglo XX: las dos guerras mundiales, el conflicto en Vietnam y el fin de la guerra fría provocaron apariciones, cambios y rupturas en la manera de ver la guerra y analizar la paz. La primera guerra mundial provocó que surgieran las primeras investigaciones académicas sobre la paz y se ubicaran en la segunda década del siglo XX (Kriesberg, 1997; Miall, Ramsbotham y Woodhouse, 1999). Luego de los desastres provocados por esta gran guerra, se inició un interés por estudiar las formas como se podrían evitar las guerras (Kriesberg, 1997). Esta primera oleada de estudios denominada precursora, que se extiende hasta mediados de la década de 1950, tuvo como objetivo prevenir guerras; enfatizando en la seguridad colectiva, el desarme, el arbitraje y las negociaciones internacionales (Grasa, 2010; p. 49; Valencia, Gutiérrez y Johansson, 2012). Su enfoque se caracterizó por ser legalistas y tomar los lineamientos del realismo en las relaciones internacionales; caracterizándose por el intento de construir bases para una paz sólida y duradera (Miall, Ramsbotham y Woodhouse, 1999) 20 La segunda guerra mundial, por su parte, provocó un redireccionamiento de las investigaciones para la paz (peace theory, peace thinking o peace research). Este segundo período, llamado minimalista e intermedio, se extendió hasta la década de 1970 y compartió escenario con la revolución behaviorista (Grasa, 2010; p. 49). Aquí de nuevo el interés es la prevención de conflictos nacionales e internacionales, después de experimentar la segunda gran guerra (Bejarano, 1995; p. 15; Ricardi, 1967). La estrategia adoptada por los investigadores fue trabajar en la seguridad común, la prevención del conflicto, el rol de los organizamos internacionales, el control de armas nucleares y el poder que ejercen las grandes potencias en la guerra y la paz (Fisas, 2004; p. 49). El interés era construir una teoría científica sobre el conflicto y la negociación como forma de resolución (Conflict Resolution) (Bell, 1984; Harty y Modell, 1991). El tercer período de estudios sobre paz, llamada maximalista, se extiende hasta el decenio de 1990. Este giro en los estudios se da debido al revisionismo de lo que es la guerra Fría (Grasa, 2010; p.50). Aquí las investigaciones trabajan en analizar las causas de la violencia estructural, las agendas norte-sur, la dependencia y dominación del tercer mundo. Este período es especialmente importante para el presente trabajo pues allí se introduce de manera particular el tema de la resolución de conflictos armados internos. Se analiza los conflictos desde sus causas, dinámicas y la paz; los ceses al juego, los procesos de negociación y los acuerdos de paz. Finalmente en la década de 1980 se populariza el tema de la mediación, la cooperación en las negociaciones y los aspectos internos de los procesos de paz (Fisas, 2004, p. 51; Harto, 2005, p. 55; Kriesberg, 1997, p. 58). Acaba esta historia el período crítico, que se extiende hasta la actualidad. En este período se encuentra una confluencia de disciplinas que estudian la paz (Gleditsch, 2004). El objetivo es comprender la paz, mostrar su importancia en el desarrollo y proponer visiones mas amplias que trabajen la seguridad humana (Grasa, 2010, p. 50). Los estudios críticos miran la paz como un fenómeno de largo plazo, en el cual hay que considerar los aspectos estructurales y culturales; esto siempre y cuando se 21 quiera transformar los conflictos (Bejarano, 1995; Chernick, 2008; Fisas, 2004, p. 51; Harbon, Högbladh y Wallesteen, 2006; Licklider, 1995). Hoy (2012), después de casi 100 años de historia, se tiene una comprensión más amplia e integral del conflicto y la paz. Esta última se concibe como un concepto integral que va desde la prevención y gestión del conflicto hasta la construcción sostenible de la paz; donde se integran los temas de derechos humanos y la reconstrucción socioeconómica (Baranyi, 2006). Los estudios sobre la paz analizan los orígenes del conflicto, su dinámica y la forma de llegar a situaciones negociadas, al igual que estrategias para hacer de la paz una situación permanente. 3.1.2. Opciones para alcanzar la paz Uno de los resultados de los estudios sobre la paz ha sido la gran riqueza de enfoques, visiones y formas de este fenómeno. Los estudios de la paz recibe aportes de diversas disciplinas, quienes fijan su interés en uno u otro aspecto: se estudian los diversos tipos de conflictos (sociales, económicos, políticos, etc.), los participantes (individuales o grupales), la dinámica interna y el comportamiento de los participantes; además se han construido propuestas que buscan salidas negociadas a los conflictos (Bejarano, 1995; Harto, 2005). La literatura reconoce cinco formas de finalizar los conflictos: mediante acuerdos de paz, donde las partes involucradas en el conflicto no ven necesario el uso de la fuerza y acuerdan pactar la paz de manera explícita; cuando se alcanza la victoria militar por una de las partes (Zartman, 1995); cuando se dan acuerdos bilaterales de cese al fuego, aunque no soluciones definitivas al origen del conflicto; cuando se logra a una situación similar a la conseguida con los acuerdos de paz (menos de 25 muertes a causa del conflicto por año), pero sin victoria ni acuerdos de paz; y otros desenlaces que no estén contenidos en los anteriores (UCDP, 2010). 22 A su vez, se presentan cinco formas de lograr a la paz negociada, contenidas dentro de los acuerdos de paz: la negociación, la conciliación, la mediación, el arbitraje y técnicas mixtas. La negociación es la forma como las partes inician procesos de discusión o “conversaciones” a través de representantes oficiales de cada bando con el fin de exponer sus demandas y llegar a un acuerdo mutuo y aceptado por las partes (UCDP, 2010). En palabras de Fisas (2006, p. 188), “es una relación de interdependencia, en la que las partes en conflicto acuerdan negociar sus demandas, con o sin ayuda de un tercero, y utilizando técnicas competitivas o cooperativas”. La conciliación “es un procedimiento por el que una tercera persona (conciliador) trata de dar continuidad a una negociación entre unas partes que hasta entonces no habían podido armonizar sus intereses contrapuestos; el conciliador se limita a inducir a las partes a que debatan sus diferencias y encuentren sus propias soluciones” (Fisas, 2006, p. 188). La mediación, tiene el mismo objetivo que la negociación, solo se le agrega un tercer agente neutral que media entre las partes con el fin de llegar a un acuerdo. Según Fisas, “las partes en conflicto aceptan la intervención de un tercero para que ayude a conducir un proceso de consenso que pueda derivar en un acuerdo aceptable para todas las partes, con una implicación mayor que en la conciliación” (2006. P. 189). El arbitraje se presenta cuando las partes solicitan un árbitro o agente neutral que tiene la potestad para decidir en el conflicto y su decisión es aceptada por los agentes en disputa. Es un proceso, parecido a un juicio, en el que las partes en conflicto solicitan la ayuda de una tercera parte imparcial y neutral, que adopta una decisión (Laudo) y ésta es acatada por las partes (Harto, 2005). Finalmente están las técnicas mixtas, proceso que combina la mediación con otras técnicas, como la consulta no vinculante a un especialista imparcial, con objeto de alentar a las partes a conseguir un acuerdo. 23 De estar cinco opciones, la negociación, la mediación y las técnicas mixtas son las de interés en el proyecto; pues se presenta como un hecho político, mientras el arbitraje pierde interés en cuanto se asemeja a un acto jurídico. La negociación tiene el carácter de ser un proceso de diálogo, argumentación, discusión de temas y problemas.11 Además internacionalmente es la que mayor interés viene alcanzando para los estudios de paz. La razón de esta valorización de la paz negociada se debe a que, a pesar de que no se logre la paz, puede conseguirse una reducción en la intensidad del conflicto (mientras se dan los acuerdos o incluso después de ellos), un cese total o parcial de hostilidades o uno acuerdo humanitario (como la entrega de prisioneros y construcción de zonas humanitarias) (UCDP, 2010). Igualmente, las negociaciones se convierten en una buena oportunidad para escuchar el adversario, conocer su ideología y construir propuestas y acciones que reduzcan las tensiones y ataquen las razones del conflicto. Adicionalmente, una característica de los procesos de paz es el uso cada vez mayor de la mediación, cabe resaltar el importante número de facilitadores en los procesos de paz. Estos terceros agentes, vienen convirtiéndose en un importante aliado en lograr la paz vía negociada; pues reconoce que la información que maneja el mediador es el elemento clave para el manejo estratégico del conflicto (Bejarano, 1995; Moore, 1995). Esta valoración por la negociación y la mediación ha provocado entre los investigadores trabajos más precisos que buscan señalar, antes de iniciar procesos de paz, la conveniencia y el éxito que tendrá si se inicia un proceso como estos. Tales investigaciones se han enfocado en estudiar cuál es el momento más indicado para iniciar procesos de paz –pues el inicio de las negociaciones no se pueden imponer en cualquier momento y ciertamente no funcionan cuando se imponen en el momento equivocado–. En esta línea de trabajo se reconocen dos posiciones: una que habla de una maduración del conflicto y otra de determinantes. 11 T. Schelling (1960) habla de dos tipos de negociaciones: la explícita y la implícita. La primera supone una comunicación plena y abierta entre las partes, de continuo intercambio de ideas y posiciones; la segunda habla de una comunicación imposible o incompleta, es una negociación especulativa y basada en supuestos. 24 La línea de conflicto maduro para la negociación enfatiza en el tiempo o momento para la resolución es la clave para que haya posibilidad de un acuerdo de paz negociado (Mason y Fett, 1996; Zartman, 2000). La madurez puede ser descrita como el momento ideal de los esfuerzos para la resolución del conflicto. Los grupos sólo se comprometen a resolver el conflicto cuando están listos, cuando usualmente están en la situación donde alcanzar los objetivos unilaterales de una salida práctica son infructuosos y los grupos perciben que se encuentran en una situación incómoda y un dilema costoso. En el momento de madurez, los actores consideran las propuestas que usualmente han estado presentes y sólo en ese momento se vuelven atractivas; se centra en la percepción de los grupos sobre el Mutuo Estancamiento del Daño (MED) (Mutually Hurting Stalemate) óptimamente conectado con una posible catástrofe evitada (reciente o pasada) o el punto donde la situación de repente y predeciblemente puede empeorar (Zartman y Berman 1982, pp. 66-78; Touval y Zartman, 1985, pp. 258-260; Zartman, 1989). La segunda línea habla de lo determinante en el inicio de las negociaciones en conflictos internos. Entre los factores predictivos están: 1. La duración del conflicto: cuanto más tiempo dura una guerra civil, menos probable es que termine en con una victoria decisiva por uno y otro bando (Luttwak 1999, Mason, Weingarten and Fett., 1999); lo que hace que sea más probable la terminación de la guerra por medio de un acuerdo o tregua. Mason et al., (2007) muestra como del total de guerras civiles terminadas entre desde 1945 hasta 2006, 35 terminaron en victoria del gobierno con una duración media de 6,4 años, 20 terminó en victoria de los rebeldes con un duración media de 7,9 años y 34 terminaron en acuerdos o treguas con una duración media de 11 años. Después de cinco años, el resultado más probable era que la guerra terminaría en una solución negociada acuerdo. Pero no todas las guerras civiles prolongadas se resuelven por asentamiento y negociación, y algunos simplemente continúan sin cesar, como los conflictos prolongados (Crocker, Hampson y Aall, 2005; Zartman, 2005b). 25 2. La participación de terceros. Walter (1997, 1999, 2002) y Svensson (2007) encuentran que en conflictos prolongados es más necesaria la participación de terceras partes para finalizar el conflicto y que cuando estos lo hacen la probabilidad de llegar a un acuerdo negociado aumenta, debido entre otros factores, a que existe mayor presión para que las partes cumplan lo acordado. Las terceras partes ofrecen mayor garantía para los procesos de desarme y desmovilización y reincorporación a la vida civil. Esto ha sido evidenciado con el historial de éxito de las Naciones Unidas en la participación como mediador en una serie de guerras civiles desde el fin de la Guerra Fría (Svensson, 2007). El papel de terceras partes como mediador es tomado en los procesos de paz como un actor neutral, que no tiene intereses propios en el conflicto y quiere mejorar la situación actual. No obstante cuando las terceras partes participan como país individual se reduce la importancia y se puede ver más bien como un obstáculo al detectar las partes que puede tener interés y favorecer a una de las partes, esto pasa generalmente con la participación de potencias. 3. Y, finalmente, la disposición a compartir el poder (militar, político y económico). Para que la probabilidad de negociar la paz aumente, debe amentar también la disposición del gobierno de compartir el poder. Una forma típica de hacerlo es través de permitir la posibilidad de que el adversario comparta cargos militares, políticos y económicos en el nuevo gobierno, cargos con responsabilidad e implicaciones políticas y económicas importantes (Hartzell y Hoddie, 2003). Lo que le asegure al rival que no será destruido o aniquilado en la vida civil que va a asumir, como, por ejemplo, un ejército único donde uno de los bandos monopolice el control del nuevo ejército y pueda usar esta fuerza en contra de sus antiguos enemigos. Este factor también es importante en el mantenimiento de la paz en el posconflicto. Lo mismo ocurre con el compartimiento del poder económico: el enemigo está dispuesto a negociar si se observa que su rival es capa de ceder el control monopólico de bienes económicos claves que le permitirán sobrevivir en la legalidad (Cunningham, 2006; Hartzell, 2006; Mukerjee, 2006). 26 3.1.3. La paz como proceso: teorías y modelos Una vez se tiene certeza en alto grado de que negociado se puede lograr la paz, los estudios recomiendan iniciar las negociaciones. Los desarrollos teóricos y prácticos en este tema han sido muy dinámicos, en particular, se ha consolidado una línea de trabajo que analiza la paz como proceso, y aunque no coinciden en la forma de dividirlo y nombrarlo, si comparten en lo metodológico un esfuerzo por identificar etapas o pasos para el logro de la paz; realizando análisis en cada una de sus partes y también como un todo. Estos modelos son utilizados en procesos de paz en conflictos armados internos, pero también en una amplia gama de conflictos de otro tipo. En su mayoría, los estudios de la paz inician el análisis por la agenda de negociación. Las partes escuchan los puntos y agrupan los temas en los negociables y los irrenunciables; y cuando no están de acuerdo con lo propuesto, presionan a la contraparte, de acuerdo a su fuerza y habilidad para que se cambie esta agenda (Rubin y Brown, 1975). En este sentido, la agenda de negociación depende de la correlación de fuerzas de los contendientes. Y una vez establecida la agenda, se plantea a una segunda etapa donde aparecen los delegados de cada una de las partes. Los portavoces cumplen el papel de ser personas que representan colectividades, por tanto, su voz es la de la organización a la que personifican. Los delegados deben ser lo suficientemente intransigentes para defender los intereses de quienes representan, pero los suficientemente flexibles para poder negociar y llegar a acuerdos. Los agentes que comúnmente participan en la negociación son: el director, que es el vocero directo de la organización a la que representa; un sintetizador, que apoya al director y está continuamente pensando en todo el proceso, mientras que el director está discutiendo uno de los puntos; y el observador, cuyo papel es estar presente en la negociación, escuchar a las partes y analizar las posiciones (Nierenberg, 1991; Raiffa, 1982). Adicional a estos actores tradicionales, la literatura viene incorporado a la sociedad civil y la población en general en los procesos de paz, desde el momento mismo en que se inician las negociaciones, debido a la importancia que vienen 27 teniendo en la construcción de la paz en el mundo (Hemmer, et. al., 2006; Wanis-St., 2008). Para analizar las negociaciones en los procesos de paz, la literatura ha desarrollado varios modelos. Un primer modelo es el propuesto por Kennedy, Benson y McMillan (1986), quienes agrupan en cuatro fases el proceso de negociación: preparación, discusión, propuesta e intercambio. La preparación ocurre previa a la mesa y tiene como fin informarse sobre el adversario, conocer su pasado y las fuerzas con que cuenta (lo que se conoce como correlación de fuerzas); en una etapa donde las partes evalúan sus deseos, las posibilidades de lograrlos y lo que realmente pueden conseguir en la negociación. La discusión es el momento en el que las partes dan a conocer sus posiciones y conocen las de los otros; la propuesta es un momento de diálogo, argumentación y conocimiento de lo que desea el adversario. El intercambio, que se presenta después que las partes se han escuchado, han modificado sus propuestas y sopesado sus fuerzas, se presenta como un paquete de aspectos que las partes creen se pueden intercambiar; el lenguaje es más concreto, las propuestas más realistas y logrables (Argyle, 1987). Otros modelos se han elaborado desde la teoría de juegos y la elección racional. La teoría de juegos se presenta como una teoría de estrategia en donde dos o más jugadores interactúan buscando optimizar sus beneficios (Boulding, 1962). En el análisis de las negociaciones, Schelling (1960) y Patchen (1970) desarrollan dos situaciones típicas, que según ellos son los que mejor se aplican a los procesos de negociación: una situación en la cual lo que gana uno lo pierde otro (juegos suma cero) y una situación donde los dos pueden ganar (juegos de motivación mixta), ya sea de forma cooperada o egoísta. En igual sentido, la teoría de la elección racional complementa el análisis del conflicto y la negociación al mostrar a los agentes que participan en el juego como actores que tienen intereses, buscan obtener ganancia y utilizan unos medios para lograrlo y minimizar costos (Mason y Fett, 1996; Mason, 2004; Pruitt, 1983). 28 Partiendo de la teoría de juegos, Sawyer y Guetzow (1965) propusieron un modelo que enfatiza en las variables que intervienen en el proceso de negociación. Estas variables son: los objetivos de las partes, la dinámica de la negociación, los factores fundamentales de las partes, las condiciones específicas de la negociación y los resultados de la negociación. El modelo establece una matriz de pagos inicial y muestra la posible dinámica del juego para que de acuerdo a ella, los actores determinen la estrategia óptima. Además, se considera como un juego dinámico, donde puede cambiar la matriz de pagos debido a las amenazas, argumentos o promesas. En esta misma lógica, Walton y Mckersei (1974) construyeron otro modelo que visto por dinámicas construyen un sistema de actividad en los procesos de negociación, cada uno con su propia función de interacción, su lógica interna y sus propias tácticas instrumentales: la dimensión distributiva que presenta los distintos objetivos de las partes que están en disputa, es una dimensión que establece las distintas utilidades subjetivas esperadas. La dimensión integrativa, que parte de la idea que los agentes implicados en el proceso pueden ganar o perder, pero lo hacen de acuerdo a sus actuaciones, lo que gana uno no lo pierde otro, por tanto las partes buscan negociar cooperadamente con el adversario. La estructuración de las actitudes, que presenta la forma como los distintos actores se relacionan, de acuerdo a las motivaciones, confianza, actitudes y sentimientos. Finalmente, la negociación dentro de cada organización, que analiza los cambios en los roles de los negociadores y las variaciones al interior de cada organización en el proceso. Estos y otros modelos han servido a la llamada teoría sobre la gestión de conflictos para introducir otras mejoras al análisis de las negociaciones, como es negociaciones dinámicas, con más protagonistas, en un ambiente donde se introducen las ideologías de los distintos bandos, las causas del conflicto, las percepciones de las partes, los valores y principios, las formas de operar y reaccionar, la influencia de los factores externos, y sobre todo, las posiciones, intereses y necesidades de los protagonistas. Con ello se ha permitido construir modelos con posiciones de competencia, de gana29 pierde, de suma cero; modelos rígidos de negociación donde existe una sola solución y se negocia con base al poder que tienen las partes; modelos que introducen mecanismos para evitar conflicto y evitar que las partes se retiren o acaben la negociación; modelos de comportamiento estratégico que permiten conocer las posturas de las partes, en donde los reclamos que plantean las partes permiten conocer posiciones y los intereses que son necesarios determinarlos y analizarlos; y modelos de cooperación, donde las personas que negocian dejen de lado sus propios intereses para satisfacer los de la otra parte, que asuman compromisos entre los negociadores, donde se compartan pérdidas y ganancias. El resultado es una teoría de gestión de conflictos que permite analizar los procesos de negociación, deteniéndose en comprender y explicar las posturas, exigencias y demandas que inicialmente plantean las partes (las metas específicas); los límites mínimos y máximos hasta dónde se puede ceder en las negociaciones; el grado de madurez de las negociones, que permite calcular la posibilidad de una solución mucho más satisfactoria para ambas partes que la simple atención de la posición inicialmente planteada. Modelos que ayudan a saber cuándo entran en una etapa en la que es posible conseguir un cambio en la mentalidad de las partes, para que en vez de buscar la victoria persigan la conciliación, señalando el papel que juegan en esta desescalada los factores sistémicos o estructurales, y los relacionados con la toma de decisiones, es decir, las dimensiones subjetivas de la madurez. Finalmente, modelo que a pesar de su generalidad ofrecen luces para analizar proceso de paz en contextos de conflictos armados internos. 3.1.4. Aspectos a considerar en los procesos de paz, anotaciones finales Para finalizar esta primera parte del marco teórico se quieren señalar algunos aspectos que deben ser considerados en los procesos de paz, si se quiere aumentar la probabilidad de tener éxito. Para ello se utilizarán tres autores que tienen la virtud de hacer especies de manuales y estados del arte sobre el tema y de presentar recomendaciones basadas en estudios comparados y de casos; además coinciden en 30 señalar aspectos en cada una de las etapas del proceso de paz, ellos son: Bejarano (1995), Fisas (1987, 2004, 2006, 2007) y Harto (1993, 2005). 3.1.4.1. Sobre las condiciones iniciales Identificar la naturaleza del conflicto, con el ánimo de comprender el fenómeno conflictivo en todas sus dimensiones, analizar las incompatibilidades que existen entre las partes, y una primera aproximación a la formación de la paz (Bejarano, 1995). Explorar, construir confianza y saber utilizar las “ventanas de oportunidad”, tales como un cambio de presidente, la presión internacional o la muerte de un personaje que imposibilitaba cualquier tipo de acercamiento (Fisas, 2004). Señalar claramente los temas negociables y los irrenunciables, para entender cuál es el interés de cada quien, así como verificar si se cumplen algunas condiciones previas, con ello se pretende explorar qué tanto están dispuestas a cumplir las partes, su verdadera voluntad (Harto, 2005). 3.1.4.2. Sobre el acuerdo Tratar tres tipos de temas claves: los sustantivos (asuntos que la insurgencia demanda, aquellos que hicieron que se alzaran en armas), los operativos (la suspensión de las actividades hostiles de parte y parte, un cese al fuego bilateral que debe ser discutido) y los de procedimiento (las reglas de juego y el cumplimiento de los acuerdos que se vayan presentando). Al tiempo que deberán plantearse las siguientes incompatibilidades: militares, entendidas como maneras de establecer el monopolio de la fuerza; políticas, qué se utilizan para legitimar el poder político y consolidar el sistema político democrático; ideológicas, aquellas que relacionan la cuestión social y que permitan confrontar la exclusión de la población; y territoriales, reformas agrarias que deberán ser discutidas a lo largo del acuerdo (Bejarano, 1995). 31 Plantea la opción de un “marco y un proceso” en el que se precisa de la participación de todos y cada uno de los actores, sin excluir a ninguno que se le considere clave (inclusión suficiente); definir quién y cómo dirigirá la negociación; los aspectos o intereses comunes “pues ahí surge confianza para abordar las diferencias” (Fisas, 2004: 91); la confidencialidad de los temas; y un cronograma realista y estable. Adicionalmente, en las negociaciones se debe utilizar la “diplomacia del puente aéreo” (Fisas, 2004: 91), que consiste en canalizar los mensajes, inquietudes, por medio de personas capacitadas para ello “cuando por las circunstancias que sean no están en disposición de hablarse directamente”, aunque también se recomienda llevar a cabo discusiones informales, “paseos por el bosque”, para distensionar el encuentro con un poco de informalidad. A veces también puede ser conveniente que existan “canales paralelos”, tales como foros o seminarios, que ayuden a formar a los negociadores y capacitarlos en la práctica. Es así como Harto de Vera (2004: 234) citando a Fisher, propone: i) Discusión, que se caracteriza por la cooperación, las decisiones se toman de manera conjunta utilizando la comunicación como un canal efectivo; ii) Polarización, se pretende aquí mejorar las relaciones entre las partes mediante la consulta; iii) Segregación, en donde básicamente se presenta un control de las hostilidades; iv) Destrucción, se interviene controlando la violencia con actividades que garanticen el mantenimiento de la paz. 3.1.4.3. Sobre la puesta en marcha Para finalizar, los estudios sobre la solución negociada de la guerra, vienen enfatizando que los acuerdos de paz son tan solo un paso inicial de un proceso con una envergadura mayor y de largo plazo la cual es la construcción y la consolidación de la paz duradera, el cual debe ser identificado como el objetivo estratégico mientras que los acuerdos de paz dan los lineamientos para los objetivos estratégicos, tácticos y operativos de este proceso de consolidación de la paz. Posterior a un proceso de negociación de la paz le siguen otras etapas muy importantes, que permiten hablar de un posconflicto y un proceso de paz exitoso, como la verificación de cumplimiento de 32 acuerdos, reconstrucción económica, reintegración política y social, etc., por lo que Bejarano y Fisas identifican esta etapa como la puesta en marcha. 3.2. Neoinstitucionalismo y análisis organizacional A finales de la década de 1980, James March y Johan Olsen (1997 [1989]) publicaron la obra Redescubrimiento de las instituciones. La base organizativa de la política, donde realizaron un balance de la forma como en la ciencia política se estaba renovando el estudio de las instituciones. Seis años después Kenneth Shepsle (1999 [1995]) reconocía que el enfoque institucionalista era el dominante en esta ciencia, al menos en la estadounidense y británica. Es decir, en menos de veinte años (1980-2000) el institucionalismo se había desarrollado y convertido en el paradigma dominante en la ciencia política. Pero la ciencia política es tan solo uno de los ejemplos que ilustra la dinámica que ha tenido el estudio de las instituciones en el seno de las ciencias sociales. Desde la década de 1970 las instituciones ha capturado la atención de la academia, debido al amplio conjunto de problemas sociales que incluyen; entre ellos la gestión pública, el Estado burocrático, los grupos de presión, los partidos políticos y el desarrollo económico, político y social. Esto es posible, gracias a que el nuevo institucionalismo ha introducido aspectos hasta ahora olvidados por la teoría social tradicional; tratándolos desde la perspectiva novedosas como los derechos de propiedad, los costos de transacción, los diseños institucionales, los problemas de información y las estructurar y formas organizaciones. Hoy el neoinstitucionalismo ofrece elementos teóricos y metodológicos que permiten entender las razones de la creación de una institución (diseño institucional), de las dinámicas externas e internas e incluso de su desaparición. Se ha extendido a múltiples disciplinas y viene siendo enriquecida por ellas. El resultado es una asombrosa variedad de enfoque que permiten ver muchos problemas (Peters, 2003). De allí la utilidad que tiene este enfoque teórico para completar el marco teórico que 33 se propone construir en esta sección. El objetivo, entonces de esta segunda parte, es ofrecer un panorama de este renovado interés por las instituciones y las organizaciones desde el neoinstitucionalismo. 3.2.1. El estudio de las organizaciones: algo de historia El estudio de las organizaciones tiene una historia similar al de las instituciones, tanto temporal como en su construcción como campo de estudio. Nace a finales del siglo XIX con un esfuerzo por analizar organizaciones de todo tipo (políticas, económicas, religiosas, etc.); luego (a mediados del siglo XX) debido a lo restringido del análisis se enriquece con la incorporación de las instituciones en su análisis; finalmente, con los avances científicos del neoinstitucionalismo se amplía su comprensión desde la década de 1970. De esta manera se pasó de estudios meramente jerárquicos a estudios donde los individuos importan e interactúan con las instituciones. El primer estudio sistemático sobre las organizaciones lo desarrolló Max Weber a principios del siglo XX. Este autor encontró que las organizaciones eran una forma adecuada de coordinar diversas actividades humanas para lograr fines. En su análisis involucró la importancia que tiene el establecimiento de reglas escritas y las estructuras jerárquicas para el funcionamiento. Además, extendió este análisis a organizaciones distintas al Estado. Inicialmente los estudios de Weber sobre las organizaciones se situaron en la burocracia (el gobierno de los funcionarios), pero luego lo amplio al análisis de las grandes organizaciones. Weber (1970 [1924]) encontró que en la modernidad, la organización burocrática estaba permeado todas las esferas y afectando todas las facetas de la vida humana (industria, educación, comunidades científicas, etc.). Las organizaciones burocráticas habían sustituido las creencias y costumbres como elemento para tomar decisiones. En la modernidad el patrón de conducta es la racionalidad (lograr objetivos claros con medios eficientes); es decir, Weber vincula estrechamente la racionalidad formal a la racionalidad sustantiva, viendo que las reglas y las rutinas presten mucha atención a detalles de las situaciones que están tratando de gobernar. 34 Esta forma analítica de ver las organizaciones se prolongó durante toda la primera mitad del siglo XX. A partir de allí comenzaron a surgir propuestas críticas de la visión racional de las organizaciones. Son significativos los esfuerzos de funcionalistas como Talcott Parsons (1960, 1971) y Philip Selznick (1949, 1957) para comprender las interconexiones duraderas entre las organizaciones políticas, económicas y sociales. Parsons (1960: 41) defendió la idea de que en la sociedad moderna se les pide a las personas que se organicen, tengan metas específicas y desarrollen una estructura colectiva, en este sentido, las organizaciones son el principal mecanismo a través del cual una sociedad, altamente diferenciada, alcanza metas que no pueden ser alcanzadas individualmente. Por su parte, Mientras Philip Selznick (1949, 1957), que es reconocido como el representante más importante del "viejo institucionalismo" de las organizaciones, propuso una mirada no racional de las organizaciones y mostró como los procesos que se dan en ellas son resultado de la interacción tanto dentro de la organización como fuera de ella. Factores como la cultura, los intereses de grupos y las estrategias de las diversas organizaciones que partían en la sociedad afectan el funcionamiento de la organización (Powell y DiMaggio, 1999: 47). En esta lógica de trabajo, los viejos análisis de las organizaciones se dirigieron a estudiar, por ejemplo, el papel de los grupos de presión en el funcionamiento de las organizaciones políticas (caso congreso o concejos); también a analizar los efectos que tienen las alianzas políticas en los intercambios de esta tipo, a descubrir los patrones de influencia, las coaliciones y corrillos, los elementos particularistas en el reclutamiento o la promoción; en palabras del mismo Selznick (1949: 260), a desnudar el "oscuro campo de la interacción informal". Mostrando como factores informales, limitan, condicionan y modifican la misión racional que se pretende en las organizaciones (Powell y DiMaggio, 1999, p. 47). En síntesis, la propuesta es que las organizaciones van adoptando la mejor forma para conseguir sus fines (Michels (1962 [1915]), pasando por Selznick (1949) y Perrow (1986)). 35 De esta manera, el gran aporte de los viejos institucionalistas fue desnudar la caja negra que son las organizaciones; en el sentido de verlas no como maquinas racionales, sino como un organismos vivos, donde las metas o fines pueden no lograrse debido a factores tanto internos como externos; factores culturales que sabiéndolos trabajar pueden convertirse en instrumentos para lograr las metas de las organizaciones. En este sentido, el enfoque institucionalista se dirigió a estudiar los rasgos cognitivos de los agentes, como los valores, las normas y las actitudes. Además sugirió qué era necesario trabajar para que en las organizaciones se institucionalicen en las preferencias de los agentes, normas, juicios valorativos y compromisos entre los agentes que la componen (Selznick, 1957, p. 17), en otras palabras, hábitos y costumbres. Lo que reduce su contribución a un marco de análisis organizacional basado en la moral o normativo. 3.2.2. El nuevo análisis institucional de las organizaciones: el enfoque sociológico Si algo caracteriza al debate sobre las organizaciones en el entorno neoinstitucional es el predominio de la perspectiva sociológica. Su tradición de estudio y los múltiples problemas que trata (religiosos, educativos, científicos, etc.) le han permitido convertirse en el enfoque dominante dentro del nuevo institucionalismo. Así lo reconoce Powell y DiMaggio (1999, p. 33), quienes advierten que a pesar de los diversos esfuerzos en las ciencias sociales por analizar las organizaciones desde el enfoque neoinstitucional su “libro sólo se referirá a uno de ellos: el que ha dejado su huella en la teoría de la organización, en especial la rama que se vincula más estrechamente con la sociología”. Sin embargo terminan por reconocer los avances que se han tenido desde el neoinstitucionalismo económico para comprender el surgimiento y cambio de las instituciones. Según Powell y DiMaggio (1999, p. 46) el enfoque del nuevo institucionalismo vino a darle un giro definitivo al estudio de las organizaciones. Y según ellos, el punto de arranque del estudio de las organizaciones desde el enfoque neoinstitucional los 36 realizo John Meyer, en 1977. La nueva visión sociológica de las organizaciones comenzó a estudiar de manera más específica las prácticas culturales, como los mitos, las ceremonias, los rituales, etc., colocando como presupuesto que las organizaciones deben explicarse en términos culturales: las organizaciones reproducen al interior prácticas culturales tanto internas como externas, son racionalizaciones culturales (Meyer y Rowan, 1977). Comenzó a ver la organización como algo afectado por lo externo, por factores culturales. En definitiva, el giro neoinstitucional estuvo en lo macro. En esta órbita es que se sitúan las propuestas del Powell y DiMaggio (1983). Desde una visión macro social, los autores muestra como existen mecanismos coercitivos y normativos por los cuales las instituciones tienen efectos y se difunden a través de la organización, enfatizando así el isomorfismo estructural como una consecuencia importante de los procesos institucional y competitivo. Estos diversos tipos de isomorfismo –coercitivo, mimético y normativo– (Powell y DiMaggio, 1999, p. 109) son los mecanismos que favorecen la institucionalización. Los isomorfismos están relacionados con la necesidad de observar la reglamentación estatal y de cumplir en primer lugar con los requisitos y formalidades exigidas por la Ley. Las organizaciones están sujetas a regímenes normativos que limitan su discrecionalidad y regulan su estructura y funcionamiento. Lo anterior no quiere decir que el nuevo institucionalismo sociológico de las organizaciones haya abandonado el interés por comprende la conducta humana en las organizaciones. Trabajos como los de Zucker (1999), en la misma compilación de DiMaggio y Powell (1999), muestra como se puede estudiar el comportamiento microsocial, exponiendo como el comportamiento organizacional institucionalizado puede estructurarse de acuerdo al conocimiento social que se transmite directamente a la organización. También le da importancia a la relación entre estabilidad y legitimidad y el poder de "acuerdos comunes que pocas veces se expresan explícitamente" (Zucker, 1983, p. 5). Al interior de estas organizaciones se configuran un conjunto de reglas y rutinas generales que permiten guiar las decisiones y las 37 acciones de los diferentes agentes. Tienen en cuenta los miedos y pugnas entre los individuos, las luchas, los intereses. En esta misma lógica de estudiar las organizaciones internas, la psicología ha construido modelos de prefieren psicologías implícitas más frías: modelos cognoscitivos en que los esquemas y los guiones hacen que quienes toman las decisiones se resistan a las evidencias nuevas; teorías de aprendizaje que hacen hincapié en la forma en que los individuos organizan la información con la ayuda de categorías sociales; y la teoría de la atribución, por la que los autores infieren los motivos post hoc a partir de los menús de las explicaciones legítimas. Los análisis de los ambientes organizacionales se trabajan bajo la lógica de los elementos culturales, es decir, de creencias que se dan por hecho y reglas ampliamente promulgadas que sirven como patrones para organizar. La reproducción institucional ha sido asociada con las demandas de poderosos actores centrales, como el Estado, las profesiones, o agentes dominantes dentro de las áreas organizacionales. Se han destacado las limitaciones impuestas por las instituciones y se ha subrayado la ubicuidad de las reglas que guían la conducta (Powell y DiMaggio 1999, p. 68). Sin embargo, como se verá en la siguiente sección, el neoinstitucionalismo económico ha llamado la atención que las instituciones no sólo son limitaciones sobre la agencia humana; son primero y ante todo producto de las acciones humanas. En realidad, las reglas se construyen mediante un proceso de conflicto y prueba. Burns y Flam (1987 citado por Powell y DiMaggio, 1999, p. 68) abordan este punto enérgicamente cuando argumentan que las principales luchas políticas en las sociedades modernas giran en torno a la formación y reforma de los sistemas de reglas que guían la acción política y económica. En este sentido el nuevo enfoque económico de las instituciones viene a proponer una manera alternativa de ver el diseño y sobre todo el cambio institucional. El enfoque de la elección racional permite analizar las instituciones, el influjo de estas en la toma de decisiones de los actores y su conducta, ofrece herramientas que 38 permiten analizar la microestructura institucional, la forma como se presentan los cambios institucionales (Riker, 1990). Este enfoque aborda uno de los problemas más desafiantes del institucionalismo como lo es el cambio institucional. Por su parte, el enfoque sociológico, enfatiza en lo externo, en la macro estructura, en los factores culturales, en el cambio lento de las instituciones y lo difícil que resulta cambiarla. Esto quiere decir que el estudio de las organizaciones requiere de la complementariedad de los diversos enfoques dentro del neoinstitucionalismo. Si se quiere dar cuenta de factores externo culturales, legales debe abordarse desde un enfoque, pero si se quiere un análisis más de organización institucional y de microcomportamientos debe utilizarse otro. Precisamente esto es lo que se pretende con la siguiente sección presentar el enfoque de la elección racional como una alternativa del análisis del diseño y el cambio organizacional que ofrece valiosos elementos. 3.2.3. El neoinstitucionalismo de la elección racional: otra alternativa para analizar el diseño y cambio organizacional Con el esfuerzo seminal de R. Coase, en 1937, se inició un proyecto académico y científico por estudiar de otra manera las organizaciones. La propuesta de Coase era la de analizar las empresas identificando los costos de transacción, tanto dentro como fuera de ella. Y a pesar de que esta propuesta pasó desapercibida en el mundo académico por varias décadas, muchas personas, incluidas el mismo autor, trabajaron desarrollar en esta propuesta. O. Williamson (1989) y D. North (1984 y 1990) y también por otros críticos del modelo, igualmente interesados en las organizaciones, trabajaron en ello. El resultado hoy es un corpus analítico que sirve para estudiar las organizaciones, donde participan muy diversas ciencias sociales (Weinsgast, 1996). Al igual que el enfoque sociológico del nuevo institucionalismo, este se caracteriza por analizar la realidad de una forma compleja, destaca las instituciones como elemento determinante en el comportamiento individual y colectivo y advierte que las instituciones prevalecen dondequiera que los individuos intentan convivir y trabajar 39 en sociedad. Sin embargo el enfoque económico de las instituciones se distancia del sociológico al considerar que las instituciones son acuerdos sociales que pueden ser modificados por medio de nuevos acuerdos. Esto quiere decir que los cambios institucionales son provocados de manera racional por los agentes, para incentivar o limitar determinadas conductas humanas. Convirtiendo así a las instituciones en elementos del contexto estratégico, ya sea el campo político, social o económico (North, 1995; p. 3; Romero, 1999, p. 15). Este último aspecto es el que hace tan atractivo el enfoque neoinstitucional económico o de la elección racional para estudiar la creación y el cambio de las instituciones. Pues permite analizar instituciones de naturaleza diversa (económicos, políticos, religiosos, etc.), además cambios institucionales provocados por acuerdos grupales, en tiempos relativamente cortos. Pero lo más importante es que establece diferencias claras entre instituciones y organizaciones, advirtiendo que estas últimas son también construcciones sociales para resolver problemas específicos. Es decir, las instituciones son creadas y cambiadas colectivamente de acuerdo con ciertas reglas y procedimientos. Estos cambios institucionales se dan en organizaciones y estructuras de poder. La intención en esta tercera y última sección es describir la propuesta teórica que ofrece el neoinstitucionalismo del enfoque de la elección racional, considerándolo como una propuesta que ofrece elementos valiosos para analizar el diseño y el cambio organizacional. Para ello se mostrará primero los aportes que H. Simon ofrecen al análisis organizacional y luego los desarrollo que D. North hacen del mismo tema. La intención es tener al final una descripción de los principales rasgos de este enfoque para analizar las organizaciones. 40 3.2.3.1. El estudio de las organizaciones: una primera mirada desde la racionalidad acotada En 1978, la Real Academia de Ciencias de Suecia entregó a H. Simon el Premio Nobel de Economía, según el jurado, por “sus amplias contribuciones a la comprensión del proceso de toma de decisiones, en especial en organizaciones económicas”. Con esta decisión los economistas reconocieron, por un lado, el importante aporte de Simon a la economía, aunque también a las demás ciencias sociales, y por el otro, la importancia que la ciencia económica le estaba dando a las organizaciones. Este autor analizó la toma de decisiones económicas mostrando los mecanismos que los hombres y organizaciones tienen para ello, pero lo hizo desde una visión más realista llamada racionalidad acotada (no racional). Al igual que R. Coase, H. Simon encontró que el modelo neoclásico partía de un supuesto no real (agentes racionales e información perfecta), que hacían poco útil el modelo para comprende la toma de decisiones de personas y organizaciones, y por tanto también poco útil los resultados del modelo (algo muy similar a lo que se enfrentaron March y Olsen (1984, p. 747) al analizar la política: "lo que observamos en el mundo es incongruente con la forma en que las teorías contemporáneas nos piden que hablemos"). Por ello Simon propuso un modelo de toma de decisiones con racionalidad acotada, tanto para las decisiones del hombre como de las organizaciones. En cuanto a las organizaciones, Simon las concibió como un proceso central de toma de decisiones, donde existen preferencias, tecnologías e implementaciones, en un ambiente de ambigüedades e incertidumbres. En esta situación las rutinas y hábitos en las organizaciones se convierten en un elemento determinante y fundamental en el comportamiento organizacional. Estos comportamientos incorporados en los agentes son elementos activos en la conducta, permiten selección una acción (Simon, 1945, pp. 88-90). Con ello el autor logró incorporar las instituciones en el comportamiento interno organizacional, y cambio la idea imperante de la época de compromisos por 41 rutinas, de los valores a las premisas y de la motivación a la lógica del seguimiento de reglas. Adicionalmente, uno de los mayores aportes que hizo Simon (1986 [1976]) fue extender estos análisis organizacionales a un número amplio de fenómenos sociales, entre ellos la política. La lógica era la misma: un escenario con muchos actores y preferencias inconscientes, y donde las rutinas y reglas provocan orden y minimizan la incertidumbre. De esta manera Simon ayuda a construir la vertiente neoinstitucionalista del análisis de las organizaciones, que se ocupa de las unidades de decisión como “conjuntos estructurados, establecidos con base en acuerdos explícitos o implícitos entre los participantes y en procedimientos internos de coordinación” (Menard, 1997; p. 103). 3.2.3.2. El estudio de las organizaciones: el neoinstitucionalismo económico de D. North El neoinstitucionalismo económico reconoce que Simon aportó valiosos elementos al análisis de las organizaciones y que por tanto está en deuda con él. Con Simon se configuró un proyecto científico que unido al de Coase logró agrupar a una serie de economistas que trataron de resolver entre otras preguntas, las siguientes: cómo se crean las instituciones, qué importancia tienen las decisiones personales –un dirigente de una organización por ejemplo– y sociales en la creación de una institución, qué tan duraderas son las instituciones y qué elementos contribuyen a su destrucción, cuáles son las mejores instituciones (en términos de que promuevan el desarrollo, aumenten la riqueza, mejoren el bienestar, reduzcan los costos, etc.). Además, qué relación hay entre las instituciones y las organizaciones, cuanto influyen las instituciones en la formación de organizaciones, en su estructuración, en su funcionamiento, en el cumplimiento de su labor, e incluso, en su desaparición. Los neoinstitucionalistas de la elección racional han tratado de resolver estos y otros interrogantes, ofreciendo explicaciones a diversos fenómenos sociales. Han 42 desarrollado para ello un conjunto de conceptos, herramientas y procedimientos para analizar las instituciones y las organizaciones. Logrando demostrar como los entornos institucionales determinan a los agentes y las organizaciones, en cuanto al tipo de organización que se crea, las funciones y operaciones que estas cumplen, los incentivos y castigos que tienen. En síntesis, han logrado analizar a los actores (sus distintos roles, criterios de selección, identidad con la organización), las relaciones con otras organizaciones (frecuencia de la interacción, patrones de comunicación y redes), las actividades de la organización y sus miembros (tareas, rutinas y platica) y los criterios legales y normativos (entorno legal que afecta propiedad, contratos y derechos de control legítimos), entre otros. Pero dentro del neoinstitucionalismo económico, el enfoque histórico de D. North es tal vez el que explica de mejor manera las continuidades políticas a través del tiempo dentro de los países y las diferencias políticas entre países distintos. Convirtiéndose así, en la teoría que puede contribuir con más claridad a explicar el proceso de diseño y cambio institucional en muchos casos, pues considera a las instituciones como susceptibles de diseño y no sólo como constreñimientos dados (versión sociológica). Incluso, consideran tanto las instituciones formales (las que conforman el mundo del derecho: reglas, leyes, normas) como las informales (prácticas sociales provenientes de una información socialmente transmitida y que forman parte de la herencia que llamamos cultura). Llegando a este punto es necesario resaltar que este enfoque realiza una distinción tajante entre instituciones y organizaciones. D. North haciendo una analogía con el deporte: presenta las reglas como instituciones y a los jugadores como organizaciones. El propósito de las reglas es definir la forma en que el juego se desarrollará; pero el objetivo del equipo, dado el conjunto de reglas, es ganar el juego a través de una combinación de aptitudes, estrategia y coordinación mediante intervenciones limpias y, a veces, sucias. De esta manera “las organizaciones son los espacios que dotan de una estructura a la acción humana y le permiten cumplir su papel en la división social del trabajo” (Romero, 1999, p. 22). Si bien la acción social está determinada por los 43 intereses individuales, los problemas que plantea la acción colectiva hacen necesaria la concepción de entidades intermedias que permitan explicar satisfactoriamente la conducta de los individuos agregados. Los individuos no son seres aislados, sino actores en colectividad, que muchas veces actúan buscando objetivos colectivos. De manera más precisa, las organizaciones son estructuras sociales, que tienen fines específicos y se orientan a la consecución de estos (dígase una iglesia, un partido político, un club deportivo, etc.). Dado este carácter de fines y medios para conseguirlo puede pensarse la organización desde el cálculo racional. Esta visión ofrece criterios para la toma de decisiones. Por ejemplo, permite decidir a quién contratar, las operaciones que debe realizarse, la forma como debe dividirse el proceso y la coordinación de los participantes, etc. (Simon, 1997, 1945). En su interior las organizaciones cuentan con comportamientos rutinarios que les permiten funcionar y operar (March y Simon, 1969). Las instituciones se convierten en normas de conducta que guían las acciones de los actores, sin necesidad de estar continuamente creándolas o repitiéndolas. Frente a un problema las rutinas indican que acción tomar. Las rutinas, posibilitan seguir estrategias, reducir incertidumbres en las organizaciones. Estas rutinas se convierten en instituciones que son capaces de predecir eficazmente las situaciones posibles del entorno en el que se mueven los agentes. La estabilidad en las rutinas permite, según North, funcionar adecuadamente las organizaciones. Y permite los intercambios de manera duradera en situaciones complejas. Esto es posible porque mantiene controlado los costos de transacción. Cambios permanentes o continuos aumentan costos de transacción y hace inviable una organización. Lo anterior no quiere decir que la estabilidad en las reglas y rutinas haga eficiente una organización. El éxito de una organización depende del diseño institucional y organizacional que se crea, pero también de la forma como lo agentes actúen en su interior. Las instituciones y organizaciones que convierten en constreñimientos externos que los individuos crean para estructurar y ordenar el ambiente; pero los 44 modelos mentales son las representaciones internas que los sistemas cognitivos individuales crean para interpretar su entorno. De esta manera queda comprobada la relación simbiótica que existe entre instituciones y organizaciones, las dos se retroalimentan. Evolutivamente, se van estableciendo instituciones y organizaciones que sean más eficientes (que busquen el beneficio de la mayoría) y estas perduraran mas. A la vez se eliminan las instituciones y organizaciones fallidas y obsoletas y se buscan nuevas. Se dan procesos de selección social que buscan construir instituciones más eficientes, más fuertes, más bien estructuradas internamente. Es una especie de darwinismo institucional, pero a diferencia de esta visión de mutaciones aleatorias, se los agentes racionales van aprendiendo en el proceso de intercambio, es preciso contar con la capacidad de los agentes para aprender no sólo a lo largo del juego mismo sino de la experiencia de otros jugadores en juegos análogos, tratando, por tanto, de introducir intencionalmente estrategias que conduzcan al equilibrio. La eficacia adaptativa tiene, por consiguiente, una explicación en la que los sujetos juegan un papel central, siempre y cuando se encuentren sometidos a la competencia (Romero, 1999, p. 22). De ahí la importancia de los modelos mentales compartidos tanto para explicar la estabilidad de los entramados como para entender la manera en que se desencadena el proceso de cambio institucional. Según North (1995; p. 8), estos ocurre "por la percepción de los empresarios de las organizaciones políticas y económicas de que las cosas podrían marchar mejor si el entramado institucional fuera alterado en algún grado". Por lo tanto, el cambio institucional depende en buena medida de la capacidad de negociación e influencia que desarrollen los actores, lo mismo que de su capacidad de aprendizaje y del cambio en sus modelos mentales, en sus mapas cognitivos. La percepción depende tanto de la información que los empresarios reciben como de la manera en que procesan dicha información, por lo que está estrechamente relacionada con el proceso de difusión y aceptación de nuevos conocimientos que generen nuevas rutinas (Colomer, 1993). Hay que enfatizar que North advierte que las instituciones no deben considerarse sólo constreñimientos heredados que limitan la acción de los actores. Estas son objeto de cambio a partir de la actividad humana, ya que, si bien los equilibrios estables en los 45 entramados se alcanzan de manera gradual y acumulativa. El motor de los cambios institucionales está, como he dicho antes, en la voluntad de modificar las reglas del juego que los empresarios políticos. Que el cambio institucional tenga un carácter fundamentalmente incremental no quiere decir que no existan momentos de ajuste intenso en las reglas del juego, situaciones en las cuales los actores decidan involucrarse en un juego de cambio institucional. Se trata de eso que March y olsen (1989, pp. 53-67) han llamado oportunidad de cambio. Adicionalmente, en ciertos momentos, los recursos acumulados por los actores, sus preferencias o necesidades de modificar sus costos de transacción los conducen a apostar por una transformación mayor en las reglas del juego, por lo que las estrategias de todos o de una buena parte de los actores relevantes se orientan a conseguir nuevas situaciones de equilibrio. En ese momento se hace posible la construcción de una coalición favorable a un cambio mayor en el entramado institucional. El resultado puede ser una modificación sustancial en las reglas formales que, sin embargo, será filtrada por el conjunto de constreñimientos. De esta manera D. North retomando aspectos de Coase, pero también de Simon (1945, 1986, 1995), Willianson (1979, 1981, 1989), Posner (1981), Schotter (1981), Alchian y Demsetz (1972) y Nelson y Winter (1982), entre otros, ha construido una propuesta teórica que analiza instituciones y organizaciones, que explica la creación y estructuración de instituciones y organizaciones y también los cambios en ellas. Ofreciendo una propuesta analítica que puede ser aplicada con toda propiedad en el estudio de fenómenos políticos (Dixit, 1996; North, 1984, 1990; Williamson, 1996) y sociales. Propuesta que servirá de referente para realizar el análisis institucional y organizacional que se propone en el presente trabajo doctoral. 46 4. DISEÑO METODOLÓGICO DE LA INVESTIGACIÓN 4.1. Una introducción necesaria Comentario [JCR4]: Muy útil para nuestras preocupaciones. Cuando se habla del diseño metodológico de la investigación, generalmente se alude con esto a que el investigador informe al lector (asesor, tutor, profesor, evaluador, etc.), de manera clara y explícita, cuál será el camino que recorrerá para llegar al resultado que espera alcanzar. Lo que exige al investigador, un conocimiento muy preciso y una descripción muy detallada del cómo se va a proceder en la investigación, desde el primer momento cuando inicia el proceso investigativo hasta el final en que presente de manera escrita los resultados. Tener claro el camino a seguir durante toda la investigación, que el investigador conozca al detalle cada uno de los pasos que va recorrer, es lo óptimo, lo deseable. Esto le evitará perderse en el objetivo que persigue y utilizar bien los escasos recursos que siempre tiene (sobre todo de tiempo y de dinero). La mejor situación en un proceso de investigación científica es tener un diseño metodológico detallado y completo y que, al final, este coincidiera con todo lo ejecutado. Que cada cosa pensada se realizó sin percance y de la manera como se pensó. Sin embargo esto no ocurre en la mayoría de casos. En muchas investigaciones lo planeado se distancia mucho de lo ejecución en el proyecto; incluso llegando al extremo de cambiarlo todo. Aun así se puede lograr el objetivo, que puede también ser otro12. Esta situación no es la deseada, pero de ocurrir habría que dudar mucho de la manera como se pensó y realizó el diseño metodológico de la investigación. Este 12 Que no coincida lo planeado con lo ejecutado no debe verse como algo totalmente impertinente, pues muchas veces la metodología seguida va mostrando lo débilmente trabajado en la formulación del proyecto. Lo que hace que en el camino se replantee el problema, cambien los objetivos, mejore o se adopte otro marco teórico o se utilice otros instrumentos para leer la información, entre otros importantes cambios. 47 hecho de que lo pensado y planeado sea distinto a lo ejecutado, no desvirtúa la planeación, es necesario que el investigador se enfrente a pensar y diseñar muy bien su proceso de investigación a fin de que parta, cuando inicia su ejecución, con las herramientas teóricas y metodológicas que le hagan mas fácil y factible la consecución del objetivo. El diseño metodológico sirve para anticiparse y proveer un conjunto de cosas que son fundamentales pensar para tener éxito en el proyecto que se inicia. Tener claro qué tipo de investigación: si se acerca mas a la visión comprensiva, holística y multi-causal de un fenómeno; o si por el contrario quiere explicar, simplificar, reducir y mostrar la incidencia de una variable en el comportamiento de un fenómeno. Saber si su análisis lo hará sobre un episodio puntual o si va a observar el desenvolvimiento de un fenómeno a través del tiempo. Saber si el fenómeno se deja manipular y experimentar con él o si el investigador es un observador de algo que pasó hace tiempo y que lo único que puede innovar es presentar una visión alternativa a lo sucedido. Todo esto ayuda que se elija el camino a seguir y las herramientas e instrumentos que se utilizaran para lograr su pretensión. El diseño metodológico de la investigación, entonces, lo que hace es preparar al investigador para afrontar bien el camino que iniciará. Le sirve para armarse de un conjunto de elementos que serán utilizados en la investigación. Como se dice en políticas públicas es preparar la batería de conceptos, métodos, técnicas y demás elementos que le serán útiles para alcanzar el objetivo. Etapa que si se sabe realizar, lo dotará de todo lo necesario para que el camino que piensa recorrer sea factible y sin complicaciones. Por ejemplo, en esta etapa se prepara para enfrentar acciones como leer un documento, realizar una entrevista, manipular una información o presentar un dato, entre otras actividades. Por ello, antes de diseñar lo metodológico debe tenerse claro qué se quiere, qué se pretende lograr al final, qué producto se sueña construir. Desde el comienzo debe determinarse muy bien el objetivo general de la propuesta investigativa y la forma 48 como este se dividirá en objetivos específicos. De allí que las etapas previas sean tan importantes. Se requiere entonces, antes de abordar lo metodológico, que el investigador tenga un problema, los objetivos y el marco teórico. Estos elementos le permitirán ubicar y definir con mayor precisión las categorías de análisis y el enfoque. Allanando así el camino para saber qué buscar, cómo buscarlo, cómo analizarlo y cómo presentarlo. Esta cuarta sección hace una aproximación a un diseño metodológico para investigar los cambios institucionales y organizacionales adoptados en Colombia para negociar la paz, entre 1980 y 2012. Primero, se define el tipo de investigación; luego, la unidad de análisis, los procedimientos e instrumentos a utilizar; y, finalmente, la ejecución y los procesamientos y análisis de datos. Todo este diseño tendrá como compañía los elementos del problema práctico que fueron presentados en las anteriores etapas (planteamiento del problema, hipótesis, objetivos y marco teórico); sin ellos los metodológico sería etéreo y carente de utilidad; es decir, un diseño metodológico sin problema hace poco útil el trabajo, pues se piensa en el vacío. 4.2. El tipo de investigación Definir el tipo de investigación que se hará es generalmente se considera el punto de partida de un diseño metodológico. En él se quiere que el investigador defina la posición que asumirá frente al objeto de investigación; que identifique a grandes rasgos las características de la investigación, por ejemplo, si la visión comprensiva o explicativa, si es multi-causal o mono-causal, si es cualitativa o cuantitativa, si es histórico, descriptivo o experimental, etc. Sin embargo, definir el tipo de investigación es mas un resultado que un punto de partida, que surge precisamente luego de definir la metodología que empleará para manipular o estudiar las variables. La ventaja que se tiene al escribir esta primera parte es que este trabajo es también un resultado. La escritura de un proyecto aunque parezca lineal se hace de manera discontinua, a saltos, yendo hacia adelante y hacia tras continuamente. Por ello se puede caracterizar este trabajo antes de presentar sus datos particulares. 49 María Eumelia Galeano (2011) plantea una posición frente a la investigación y la definición de su tipología; esta debe dividirse en dos tipos: cualitativa y cuantitativa. Presenta esta división como el debate más amplio y universal para clasificar el proceso de investigación, diferenciándolos de otros que enfatizan, por ejemplo, en históricos o experimentales, en analíticos o sintéticos, en coyunturales o de larga duración, etc., estos son rasgos que sabiéndolos identificar configuran la estructura de la investigación. En síntesis, para hablar de tipo de investigación, según Galeano, se debe partir necesariamente por caracterizar a esta si es cuantitativa o cualitativa. Además, la autora asume otra posición aun más radical: no es posible hablar de investigaciones que utilicen los dos tipos de enfoques. Una investigación es cuantitativa o cualitativa y no ambas. Puede que las dos utilicen instrumentos similares, como la entrevista o la revisión documental, pero esto no hace que compartan los dos enfoques. El enfoque cuantitativo tiene unas características que la distancian de manera abismal del cualitativo. Esto se observa desde el mismo punto de partida. Lo cuantitativo y lo cualitativo son dos visones antagonistas, que discrepan. Y aunque, como defiende Bonilla y Rodríguez (1997), los dos enfoques se complementan y un investigador puede utilizar de ambos en el proceso investigativo; para Galeano (2011), no. Algunos autores, entre ellos Bonilla y Rodríguez, 1997 con el argumento principal de que la realidad social comporta dimensiones objetivas y subjetivas, algunas de ellas posibles de cuantificar y otras de analizar desde la perspectiva cualitativa proponen realizar investigaciones combinando la perspectiva cualitativa y cuantitativa. La posición que se asume en este texto toma distancia de esta perspectiva y plantea, para su discusión, que no es posible combinar enfoques cuyas perspectivas teóricas, metodológicas y epistemológicas son diferentes” (p.11). De allí que Galeano haga un esfuerzo por caracterizar los dos enfoques. Lo hace de una manera que se ve contrapuesta. La idea en este punto es presentar las características que identifica Galeano para cada enfoque y al final, siguiendo dicha propuesta, decir si 50 el proyecto investigativo apunta aun trabajo cuantitativo o cualitativo. A pesar de que en algunos aspectos pueda situarse en los dos enfoques. Aclaremos antes que al hablar de enfoque metodológico, lo que se quiere decirse con esta metáfora: enfoque es dar luz a una investigación, que esta ilumine todo el camino a seguir; siendo tautológicos: “el modo en que se enfocan los problemas y se buscan las respuestas” (Galeano, 2011, p. 13). Desde el principio, cuando de piense en el tema, hasta el final, cuando se presenten los resultados al público, se puede observar las características que tiene la investigación, que le da una posición y le dice cómo actúa. Esto significa que cuando se ve a un investigador o una investigación en acción se puede identificar los rasgos que caracterizan al enfoque que lo ilumina. Llevando esta idea al extremo, en los anteriores párrafos planteados deben existir elementos que permitan identificar al investigador como cuantitativo o cualitativo. La posición que asume este trabajo desde el inicio es que es posible y necesario trazar un camino, una metodología, para investigar. Que este camino debe ser lo mas preciso, señalando e identificando los pasos que hay que dar para llegar al resultado deseado. Este simple punto de partida del trabajo haría que un lector atento se diera cuenta que el enfoque investigativo que va a adoptar el trabajo es el cuantitativo. La pregunta aquí es ¿qué caracteriza a una investigación cuantitativa y qué la diferencia de la cualitativa? Galeano advierte que “la principal diferencia entre ellas no se centra exactamente en el uso de los número en el primer caso y en el no uso de éstos en el segundo. Los objetivos que se pretende lograr (la intencionalidad), la concepción sobre la realidad, así como las dimensiones que se quiere analizar plantean diferencias de corte epistemológico y metodológico” (2011, p. 13). Con esto, esta invitando al investigador a que se ponga en la terea de describir explícitamente su proyecto, contextualizándolo, identificando sus características y señalando los punto mas importantes con el objetivo de que al final (o al principio de la escritura de lo metodológico) pueda ubicarse en el enfoque cuantitativo o cualitativo. 51 Siguiendo esta lógica, y utilizando los elementos presentados en las primeras tres secciones de este trabajo, la presente investigación busca o pretende analizar la dinámica institucional y organizativa adoptada en Colombia para negociar la paz. Estableciendo como hipótesis de trabajo la idea que esta dinámica ha dependido más de la coyuntura política del país, de los intereses particulares del gobierno de turno, de la posición belicista o conciliadora del Gobierno, de la legitimidad que ha tenido el grupo al margen de la ley implicado en el proceso y del apoyo o no de la sociedad civil y de la comunidad internacional, que de un aprendizaje incorporado porque la realidad lo ha generado o la literatura que trabaja sobre el tema lo ha recomendado. Esto ha provocado fallas institucionales y organizacionales que han impedido lograr la paz de manera negociada. Una lectura epistemológica del anterior objetivo caracterizaría la lógica de investigación abordada como: a) Concibe al objeto de investigación como algo externo al individuo. La dinámica y el cambio institucional y organizacional pueden encontrar estudiando una serie de instituciones y formas organizaciones encargadas de participar en las diversas fases de los procesos de paz en Colombia desde 1980 hasta 2012 (comisiones, consejerías, oficina de altos comisionados, asesores, facilitadores, grupos de amigos, veedores (nacionales y/o extranjeros) y mesas de verificación, entre otras formas organizativas, y también las normas que se han creado para alcanzar la paz (decretos, leyes y demás normas jurídicas creadas). b) El objeto de investigación esta delimitado en espacio y tiempo. Se analiza las normas y organizaciones creadas desde 1982 hasta 2012 adoptadas en Colombia para buscar una salida negociada al conflicto armado interno (lo que también lo hace un análisis de tipo longitudinal). c) Se puede lograr un conocimiento verdadero y falseable del objeto de investigación. Que esta dinámica y cambio institucional y organizacional puede ser conocido de manera precisa, regidos por leyes sociales (tendencias), a través de la experiencia y la observación. Esta observación se haría a los ocho 52 Acuerdos Humanitarios y de Cese al Fuego, a las 12 Agendas y Acuerdos Preliminares y de Procedimiento y a los nueve Acuerdos Finales de Paz. d) Conocimiento objetivo. Este conocimiento puede alcanzarlo el investigador de manera objetiva, sin involucrarse en los procesos, desde fuera, orientando el resultado y asumiendo una realidad estable (Sandoval, 1997, p. 11). Es decir, la postura del investigador será, en esta investigación, la de tomar distancia del objeto, buscando rigor y evitando juicios valorativos o visiones personales. e) Búsqueda de comportamientos generales. Este conocimiento objetivo trata de hallar comportamientos generales, resultados que pueden ser aplicables a otros procesos de paz, incluso futuros. Los resultados obtenidos con el análisis buscan la generalización, que pueda ser aplicados a otros fenómenos similares y ampliado a otras poblaciones. f) Información clara y precisa. Para obtener estas tendencias o comportamientos se utiliza información clara, precisa, obtenida de muestreos (personas entrevistadas y documentos seleccionados). Son hechos conocidos que se pueden medir o contar y que cualquier investigador lo puede hacer. Para el caso de estudio, número de personas que participan, roles que cumplen, procedencia, posiciones que asumen, resultados a los que llegan, etc. g) El trabajo parte de una formulación conceptual de la realidad social. El referente conceptual lo ofrece la teoría seleccionada para leer esa realidad. La teoría general del conflicto, las teorías de la negociación de la paz y el nuevo institucionalismo son las fuentes teóricas de las que parte la investigación. Estas ofrecerán los elementos conceptuales, categoriales y formas de sistematización de la información (elaboración de instrumentos de recolección de la información, sistematización, organización, análisis y presentación de resultados). Estos son cuerpos teóricos aceptados por la comunidad científica. h) Se tiene hipótesis. El trabajo considera que la “los cambios institucionales y diseños organizativos adoptados en Colombia, desde 1982 hasta 2012, han dependido más de la coyuntura política del país, de los intereses particulares del gobierno de turno, de la posición belicista o conciliadora del Gobierno, de la legitimidad que ha tenido el grupo al margen de la ley implicado en el proceso 53 y del apoyo o no de la sociedad civil y de la comunidad internacional, que de un aprendizaje incorporado porque la realidad lo ha generado o la literatura que trabaja sobre el tema lo ha recomendado. Esto ha provocado fallas institucionales y organizacionales que han impedido lograr la paz de manera negociada”. Esta hipótesis permite estudiar las relaciones entre las variables de las que parte el problema que se estudia. i) Las interpretaciones de la información siguen un patrón. En este caso la hipótesis y las preguntas de investigación previamente formuladas son los puntos de partida de la investigación, que con ayuda de la teoría son resueltas. Esta pregunta es: “¿Qué balance se puede hacer de los diseños institucionales y las formas organizativas adoptados en Colombia para negociar la paz durante este período? o en otras palabras ¿qué responsabilidades se le pueden dar en los resultados obtenidos en Colombia para buscar una salida negociada al conflicto armado interno, desde 1982 hasta 2012, a los diseños y cambios institucionales y organizacionales realizados?” j) Finalmente, el proyecto de investigación sigue una metodología. El trabajo concibe el proceso de investigación como: un problema claramente definido, con objetivos precisos, un marco teórico y una metodología que aplicada lleva a la consecución el objetivo. Esta metodología parte de pensar la información como existente, que se puede recoger ayudado por la teoría (categorías medibles) y por la hipótesis (que limita y enfatiza en unas relaciones); también se presentan métodos para analizar la información, basada en los datos (información categorial) recogida y se pueden presentar resultados y llegar a conclusiones (que se contrastan con la hipótesis) (Bonilla y Rodríguez, 1997, p. 45). En resumen, el presente trabajo se caracteriza por seguir una lógica investigativa cuantitativa, que concibe el proceso investigativo como hipotético-deductivo. Parte de formular un problema, diseñar una hipótesis conceptual, operacionalizar las variables, recoge la información y luego la procesa y contrasta los resultados con el marco conceptual. Se busca con el trabajo analizar comportamientos humanos y las 54 situaciones y relaciones sociales que tengan manifestaciones externas, observables y susceptibles de medición. Todas estas características llevan a catalogar el proyecto investigativo como de tipo cuantitativo, a pesar de que los datos y los instrumentos de recolección y análisis sean compartidos por el otro enfoque. Esta identificación no debe considerarse como algo positivo o negativo, pues ambos enfoque, el cuantitativo y el cualitativo, tienen ventajas y debilidades frente al otro. Como científicos debe saber que cada enfoque estudia desde una perspectiva dimensiones específicas de la realidad. En Colombia el tema de las negociaciones de paz se han utilizado ambos enfoques, que buscan dar cuenta de la complejidad de la realidad. 4.3. La unidad de estudio En este segundo componente establece como reto identificar y definir los sujetos u objetos de estudio; es decir, se requiere identificar la población de estudio o parte (muestra) de ella sobre la que recaerá el análisis, delimitar la población, elegir el tipo de muestra y el tamaño de la misma. Esta unidad de estudio será el sujeto de interés de la investigación. Para el caso de estudio, la pretensión hasta el momento, es analizar todos los procesos de paz desde 1980 hasta 2012, en total son: ocho Acuerdos Humanitarios y de Cese al Fuego, 12 Agendas y Acuerdos Preliminares y de Procedimiento y nueve Acuerdos Finales de Paz, con un total de 13 organizaciones armadas irregulares. Y en torno a ellos los dispositivos instituciones y organizaciones creados para su funcionamiento. Por eso, además de seleccionar la población es muy importante definir las variables y operacionalizarlas. Para ello tiene en cuenta la hipótesis que supone relaciones entre variables y se apoya en la teoría que sirve para organizar y sistematizar. Recordemos que en la sección tres se presentó al enfoque neoinstitucional como aquel que permite avanzar en el establecimiento de instituciones y organizaciones adoptadas por la sociedad para resolver sus problemas. 55 Comentario [JCR5]: Institucionales? Para el caso de las instituciones el neoinstitucionalismo analiza a estas como normas formales, para el caso de estudio serían las leyes de amnistía, de justicia y paz, de desmovilización, los acuerdos de paz, los decretos, los comunicados, etc.; pero también las instituciones informales, que son culturales, y que también rigen la conducta de los agentes. Estos acuerdos institucionales, provenientes de la presidencia y del Congreso, buscan darle un sustento legal a los proceso; es decir, los acuerdos fueron sellados al amparo de normas adoptadas ya sea mediante decretos promulgados por el Poder Ejecutivo o por leyes sancionadas por el Congreso Nacional. Durante este tipo se han elaborado las siguientes normas. Cuadro 1. Instituciones creadas en Colombia para negociar la paz, 1982-2012 Presidencia Cesar Turbay Ayala (19781982) Belisario Betancur (1982-1986) Virgilio Barco (1986-1990) Normas creadas para pactar la paz Ley 37 de 1981 (marzo 23) por la cual se declara una amnistía condicional. Diario Oficial Nº 35760, 14 de mayo de 1981, página 442. Decreto 2761 de 1981 (Vigencia: octubre 8 de 1981 a mayo de 1982) Decreto Legislativo Nº 474 de 1982 (Febrero 19) por el cual se dictan medidas tendientes al pronto restablecimiento del orden público interno. Ley 35 de 1982 (noviembre 19) por la cual se decreta una amnistía y se dictan normas tendientes al restablecimiento y preservación de la paz. Diario Oficial Nº 36133 bis, 20 de noviembre de 1982, página 529. Decreto 2711 de 1982 (Vigencia: septiembre 19 de 1982 a agosto 6 de 1986) Decretos 240 y 2560 de 1983 por el cual se crea la figura de los Altos Comisionados de Paz Decreto 3030 de 1985: con el que se crea la Comisión de Paz, Diálogo y Verificación. Ley 49 de 1985 (junio 4) por la cual se concede una autorización al Presidente de la República, se regula el ejercicio de la facultad de conceder indultos y se dictan otras disposiciones. Diario Oficial Nº 37000, 5 de junio de 1985, página 1079. Documento “Una Política de Cambio para la Reconciliación, la Normalización y la Reha-bilitación” (Vigencia: septiembre 18 de 1986). Decreto 2577 de 1986 (Vigencia: agosto 7). Decreto 1247 de 1997 56 César Gaviria (1990-1994) Ernesto Samper (1994-1998) Andrés Pastrana (1998-2002) Decreto 2087 de 1998 Ley 77 de 1989 (diciembre 22) por la cual se faculta al Presidente de la República para conceder indultos y se regulan casos de cesación de procedimiento penal y de expedición de autos inhibitorios en desarrollo de la política de reconciliación. Diario Oficial Nº 39116, 22 de diciembre de 1989. Decreto Nº 0206 de 1990 (enero 22) por el cual se reglamenta la Ley 77 de 1989 por el Presidente de la República de Colombia, en ejercicio de las facultades que le confiere el numeral 3° del artículo 120 de la Constitución Política, Diario Oficial Nº 39152, 22 de enero de 1990. Decreto Nº 0213 de 1991 (enero 23) por el cual se dictan medidas tendientes al restablecimiento del orden público por el Presidente de la República de Colombia, en ejercicio de las facultades que le confiere el artículo 121 de la Constitución Política y en desarrollo del Decreto número 1038 de 1984, Diario Oficial Nº 39642, 23 de 1991. Decreto 1860 de 1991 (Vigencia: agosto 7 de 1986 a enero 12 de 1992).Decreto 0053 de 1992 (vigencia: enero 13 de 1992 - hasta el presente). Constitución política, artículos 30 (transitorio), 150, 201. Decreto Nº 1943 de 1991 (agosto 12) por el cual se dictan medidas sobre indulto y amnistía en ejercicio de la autorización conferida al Presidente de la República de Colombia por el artículo 30 de las disposiciones transitorias de la Constitución Política. Diario Oficial Nº 39964, 12 de agosto de 1991. Ley 104 de 1993 (diciembre 30) por la cual se consagran unos instrumentos para la búsqueda de la convivencia, la eficacia de la justicia y se dictan otras disposiciones. Diario Oficial Nº 41158, 30 de diciembre de 1993. Ley 241 de 1995 (diciembre 26) por la cual se prorroga la vigencia, se modifica y adiciona la Ley 104 de 1993. Diario Oficial Nº 42719, 14 de febrero de 1996. Ley 418 de 1997 (diciembre 26) por la cual se consagran unos instrumentos para la búsqueda de la convivencia, la eficacia de la justicia y se dictan otras disposiciones. Diario Oficial Nº 43201, 26 de diciembre de 1997. Resoluciones Nº 85 del 14 de octubre de 1998 y Nº 39 de 1999 mediante las cuales se estableció la llamada “zona de distensión”, conforme a la definición de la Ley 418 de 1997. Ley 548 de 1999 (diciembre 23) “por medio de la cual se prorroga la vigencia de la Ley 418 del 26 de diciembre de 1997 y se dictan otras disposiciones”. Ley 589 de 2000 (julio 6) “por medios de la cual se tipifica el genocidio, la desaparición forzada, el desplazamiento forzado y 57 Álvaro Uribe (2002-2010) Juan Manuel Santos (2010-2014) la tortura; y se dictan otras disposiciones,” Diario Oficial Nº 44.073 del 7 de julio de 2000. Ley 782 de 2002, (diciembre 23) por medio de la cual se prorroga la vigencia de la Ley 418 de 1997, prorrogada y modificada por la Ley 548 de 1990 y se modifican algunas de sus disposiciones, Diario Oficial Nº 45043, 23 de diciembre de 2002. Decreto 128, de enero de 2003 mediante el cual se reglamentó la Ley 418 de 1997, prorrogada y modificada por la Ley 548 de 1999 y la Ley 782 de 2002, en materia de reincorporación a la vida civil. Proyecto de Ley Estatutaria Nº 85 de 2003 que permitía la sustitución de penas de prisión para personas involucradas en la comisión de graves violaciones a los derechos humanos y/o el derecho internacional humanitario, presumiblemente como incentivo para su desmovilización y reincorporación a la vida civil. Decreto 128 de 2003, (enero 22) por el cual se reglamenta la Ley 418 de 1997, prorrogada y modificada por la Ley 548 de 1999 y la Ley 782 de 2002 en materia de reincorporación a la sociedad civil. Diario Oficial Nº 45073 del 24 de enero de 2003, página 10. Marco Jurídico para la Paz: Por medio del cual se establecen instrumentos jurídicos de justicia transicional en el marco del artículo 22 de la Constitución Política y se dictan otras disposiciones. En cuanto a las organizaciones, estas son las formas adoptadas para participar en los procesos. En Colombia como se vio en el planteamiento del problema se han creado y estructurado una serie de instituciones y formas organizaciones encargadas de reglar la participación en las diversas fases de los procesos de paz: en los acercamientos, en los diálogos, en las negociaciones y acuerdos, en la desmovilización, desarme y reinserción, y en la verificación y cumplimiento de lo pactado. Además se han creado y ensayado comisiones, consejerías, oficina de altos comisionados, asesores, facilitadores, grupos de amigos, veedores (nacionales y/o extranjeros) y mesas de verificación, entre otras formas. Un resumen por gobiernos ilustra tal dinámica (cuadro 2). 58 Cuadro 2. Formas organizativas creadas en Colombia para negociar la paz, 19822012 Presidente Forma organizativa o dispositivos Julio Cesar Comisión de paz Turbay Ayala (1978-1982) Belisario Alto Comisionado de paz Betancur Comisión Nacional de Negociación y Dialogo (1982-1986) Comisión Nacional de Verificación Comisión de paz, Diálogo y Verificación Virgilio Barco Comisión de Notables (1986-1990) Consejería para la Reconciliación, la Normalización y la Rehabilitación Mesas de Trabajo por la Paz y la Reconciliación Nacional Cesar Gavíria Comisión Asesora de Orden Público. Comisión Asesora de Reinserción Comisión de Notables Consejería para la Paz (Oficina del Alto Comisionado para la Paz). Dirección Presidencial para la Reinserción Mesas de Trabajo por la Paz y la Reconciliación Nacional Veeduría internacional Ernesto Alto Comisionado para la Paz Samper Asamblea permanente de la Sociedad Civil (1994-1998) Comisión de Conciliación Nacional Comité Operativo Preparatorio de la Convención Nacional Consejería para la Paz u Oficina del Alto Comisionado para la Paz Consejo Nacional de Paz Fondo de Programas Especiales para la Paz Andrés Comisión de Países Facilitadores Pastrana Comité Temático Nacional (1998-2002) Consejería para la Paz (Oficina del Alto Comisionado Para la Paz) Frente Común por la Paz y Contra la Violencia Mesa Nacional de Diálogo y Negociación Álvaro Uribe Consejería para la Paz (Oficina del Alto Comisionado Para la (2002-2010) Paz). Comisión Exploratoria de Paz 59 4.4. Unidad de información La unidad de información es aquella que brinda información de la unidad de estudio. En el presente trabajo es diversa: La primera fuente de información son las entendidas u organizaciones encargan de la gestión de la información contenida en los documentos (archivos, bibliotecas y centros de Documentación). Para la realización del proyecto se recurrirá a los principales centros de información y bibliotecas de instituciones que trabajan el tema (centros especializados en resolución negociada de la paz). Entre los centros están: La FIP cuenta con el CIUP (Centro de Información y Ubicación de Documentos de Paz)13, el Comité de Investigaciones para el Desarrollo Científico, Centro de Investigaciones y Educación Popular –Cinep–, Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de los Andes, Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales –Iepri–, Universidad Autónoma Latinoamericana División de Asesorías e Investigaciones, Red de Estudios de Espacio y Territorio Universidad Nacional, Indepaz, Naciones Unidas, Centro de Investigación para la Paz Universidad Nacional, Escuela Superior de Administración Pública, Fundación Ideas para la Paz, Fundación Cultura Democrática, Grupo de Investigación en Seguridad y Defensa Universidad Nacional. También, se recurrirá a consultar la información de algunos centro y grupos de estudio internacionales, como: la Escuela de Antropología de la Universidad Central de Venezuela, Latin American Studies Association, Banco Mundial, International Crisis Group, Instituto Universitario de Desarrollo Social y Paz Universidad de Alicante, Comisión de la Unión Europea, el Instituto Interuniversitario de Desarrollo Social y Paz y la Escola de Cultura de Pau de la Universidad Autónoma de Barcelona, entre otros. 13 El CIUP es el centro de documentación más completo que existe con documentos primarios y secundarios sobre los procesos de paz en Colombia. 60 La segunda fuente son los individuos que participaron en los procesos de paz. Estos son variados: En primera instancia están los expertos en temas de paz (algunas de las personas se presentan en el cuadro 3). Luego están las personas que participaron en cada una de las formas organizativas adoptadas en Colombia para negociar la paz entre 1982 y 2012 (Ver anexo A). Cuadro 3. Expertos en procesos de paz en Colombia (selección) Persona a Cargo o jerarquía en los procesos de negociación entrevistar Alejo Vargas Asesor externo de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz Velásquez durante el gobierno de Ernesto Samper y Miembro de la Comisión de Facilitación Civil para el proceso con el ELN. Fernando Cepeda Ex Ministro de Gobierno durante el gobierno de Virgilio Barco Ulloa Vargas. Juliana Mejía Asesora Oficina del Alto Comisionado para la Paz: 2000-2002 Catalina Toro Asesora Oficina del Alto Comisionado para la Paz: 2000-2002 José Noé Ríos Asesor Consejería para la reconciliación, normalización y rehabilitación – y de la Consejería de Paz Carlos Eduardo Consejero de Paz: 1993-1994 Jaramillo Daniel García-Peña Coordinador Oficina del Alto Comisionado para la Paz: 19951998 Nicanor Restrepo Alto Comisionado para la Paz: 1983-1986 y negociador del Santamaría Gobierno Nacional: 1999-2000 Carlos Ossa Consejero para la reconciliación, normalización y Escobar rehabilitación: 1986-1987 Rafael Pardo Rueda Consejero de Paz: 1987-1990 4.5. Los procedimientos e instrumental a utilizar Aquí es muy útil el marco teórico presentado en la tercera sección, este indica que variables utilizará en el estudio (conceptualización) y además le indica el método a emplear en su evaluación (operacionalización). En cuanto al análisis institucional, la teoría sugiere que interrogue a la normatividad, tanto pasada (no vigente), como la actual (vigente, 2012), las organizaciones que crea, el número y los tipos de funciones asignadas, las herramientas jurídicas para el cumplimiento de éstas (Arias, 2008). 61 Igualmente, la lectura de las normas permitirá tener una mirada formal, jurídica y normativa. Aspectos claves son ver la posición de las organizaciones creadas para la paz dentro de la estructura del poder ejecutivo y el grado de subordinación formal a jerarquías superiores dentro de éste. Como se advirtió antes: el marco normativo debe decir ¿Qué es? ¿Qué hace? ¿Qué herramientas tiene para el cumplimiento de sus funciones? ¿Cuál es su organización interna? ¿Cuáles son los criterios y grados de desconcentración, delegación o descentralización, si es que existen? Para el caso de las formas organizacionales adoptadas en las diversas etapas que componen los procesos de paz se buscará elegir algunos criterios de clasificación que permitan de manera universal y suficiente ordenar las organizaciones. Esta clasificación podría establecerse, por ejemplo, de acuerdo a al tamaño de la organización y sus características estructurales. Tamaño relativizado por el número de participantes, el grado de poder que se les asigne (por ejemplo, acordar puntos de discusión, establecer agendas, pactar acuerdos, etc.), y que permite discutir temas como tamaños óptimos de la organización, relación funciones-número de miembros, dificultades en la toma de decisiones dependiendo del número de agentes, etc. Algunas preguntas organizadoras serían: ¿Cuál es el tipo de vinculación jurídica de los miembros de las organizaciones y de los directamente responsables en los procesos de acercamiento, exploración o negociación? ¿Cuál es el grado de representatividad política de los miembros designados para tales tareas y que forman parte del dispositivo? ¿Cuál es el tipo de formación y experiencia de los miembros designados y que forman parte del dispositivo? ¿Cuál es el nivel de responsabilidad política y jurídica de sus actos? Y ¿cuál es el poder político real que tienen estas organizaciones en la esfera estatal y social? En este componente se analizan, entonces, las funciones de los agentes, el cumplimiento de tareas, los incentivos de los agentes para cumplir objetivos, el control sobre sus decisiones y actuaciones, los mecanismos de coordinación, entre otras. Todo ello ayuda a entender la conveniencia de asignar tareas, establecer 62 jerarquías, descentralizar funciones o delegarlas y todas aquellas asociadas a la coordinación interna de la forma organizativa. En resumen, el enfoque organizacional de la escuela neoinstitucional ofrece elementos que permiten hacer una tipología de formas organizacionales, que permiten identificar, analizar, evaluar y criticar a estas. Una vez establecido esta primera tarea conceptual y operativa, se pasa a una segunda, asociada a la búsqueda de información. La información para este trabajo como se advirtió en el anterior numeral de unidad de información es doble: una primera búsqueda se realizará en con información secundaria (fuente escrita), y otra información será primaria, la que se obtendrá de primera mano, de los expertos que participaron en el proceso (entrevistas semiestructurada a expertos). Para la recolección de la información secundaria se hará una revisión de la literatura, que son los documentos escritos (libros, revistas, internet, archivos, etc.). Metodológicamente la revisión de la literatura es una “investigación documental a partir de la cual se recupera y trasciende reflexivamente el conocimiento acumulado sobre determinado objeto de estudio” (Vélez y Galeano, 2002). Esta primera estrategia metodológica permite avanzar en el logro de dos objetivos: El primero, permitiría mejorar el marco teórico propuesto antes, la revisión de la literatura permitiría identificar los enfoques teóricos y metodológicos para analizar la forma organizativa de negociar la paz; es decir, se identifican las diferentes descripciones, explicaciones e interpretaciones que realizan los distintos autores sobre el fenómeno institucional y organizativo de negociar políticamente la paz. La revisión enfatizaría en tanto en las estructurar organizativas sugeridas desde la teoría, las experiencias internacionales y las estructuras organizativas convenientes para que propicien los acercamientos, se den las negociaciones, se lleguen a acuerdos y se hagan cumplir. Estas referencias teóricas cumplirán un papel clave en la parte subsiguientes: primero, al ofrecer un marco de referencia que permita comprender la forma como se ha organizado en Colombia las negociaciones de la paz; segundo, en cuanto ofrecen sugerencias organizativas para probables diálogos, no solo en 63 Colombia, advirtiendo que para cualquier caso práctico tendrá que ser ajustadas a las especificaciones propias de cada negociación. Igualmente, esta exploración de la información secundaria, permitirá revisar los distintos estudios realizados en Colombia que enfatizan o al menos nombran de cómo se ha negociado la paz. La revisión de la literatura permitiría identificar enfoques utilizando en los estudios (si estos son teóricos, de decir presenten modelos de interpretación; empíricos, si se basan en datos o cifras cuantificables; descriptivos, acuden a recuentos relatos históricos; o inclusive propositivos, que critican las formas organizativas y proponen modificaciones o nuevas formas). Análisis que cubriría no solo para los procesos exitosos que han logrado firmar la paz, sino también para aquellos proyectos fallidos. Al final se tendrá un balance de la estructura organizativa de las negociaciones de paz en Colombia, entre 1982 y 2012. Para analizar la estructura institucional y organizativa adoptada en Colombia en los procesos de negociación se recurrirá a las revistas y libros publicados al nivel nacional e internacional de origen académico, a informes de investigación, a las bases de datos con las que cuenta los sistemas de bibliotecas de diversas universidades colombianas, y se hace un rastreo por la web de documentos de red, tratando de hallar todas las investigaciones publicadas que se tengan de manera virtual relacionadas con procesos de paz en Colombia en el período de análisis (En esta propuesta de investigación se presenta una selección bibliográfica que se ha producido en Colombia sobre los procesos de paz. Material que será indispensable para abordar la revisión de la literatura que se pretende hacer en la primera parte de la investigación). En cuanto a la información primaria, lo primero que se hará es diseñar un formato de entrevista que será utilizado con una diversidad de personas relacionadas con el objeto de estudio. Las personas a entrevistar se dividen por grupos: un primer grupo será las personas que fueron miembros de algunas organizaciones armadas desmovilizadas que participaron en las negociaciones. Ex-miembros de la CRS, PRT, EPL y M-19. El segundo grupo son los negociadores oficiales del gobierno en su 64 Comentario [JCR6]: Conviene, entonces, incorporar bibliografía sobre governance, desarrollo organizacional, modelos de gestión, NPM, etc., algo muy general de la teoría de la organización. Public Sector de Jan Erik Lane, por ejemplo. calidad de consejeros, comisionados o pertenecientes a la Fuerza Pública, entre otros. Una muestra inicial se presentó en el cuadro 3. Igualmente a se hará una lista de entrevistas con miembros de comisiones y organismos como la Comisión de Superación de la Violencia, Programa Presidencial de Reinserción y Fundación Progresar, Corporación Paz y Democracia, Asamblea permanente de la sociedad civil por la paz, Fundación Ideas para la Paz, Corporación Nuevo Arco Iris y Oficina del Alto Comisionado para la paz. Finalmente entrevistas con académicos reconocidos que hayan trabajado los proceso de negociación de la paz. Es decir, la presente investigación se apoya en el juicio de expertos académicos en temas de procesos de paz (en este caso el asesor asignado), con el fin de contrastar las diferentes interpretaciones que se hacen. Algunos de ellos son: Gabriel Turriago (Asesor del Programa de Reinserción en el período de Cesar Gaviria), Fabio López de la Roche (Investigador del Iepri y evaluador del proceso de reinserción EPL) y Carlos Lozano (reconocido líder de partidos de izquierda). Y otros como Alejo Vargas, Álvaro Villarraga, Daniel Pécaut, Ana María Bejarano y León Valencia. Todas estas personas tienen el conocimiento de primera mano de cómo han funcionado y operado las estructuras organizativas para negociar la paz. Además realizará varias entrevistas a participantes directos de los procesos de paz que han tenido lugar durante el periodo señalado. La lectura de literatura nacional e internacional sobre formas organizativas de negociar la paz, la revisión de los textos que de manera concreta analizan los procesos, las entrevistas con negociadores de las diversas partes y expertos permitirá al final hacer un balance de las diversas formas organizativas de negociar la paz. Al final se tendrá una rica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones, donde se podrán comparar formas organizativas como comisiones y consejerías. Todo esto, con el objetivo de poder hacer al final del trabajo un análisis de las lecciones aprendidas que deja los múltiples procesos de paz que se han realizado en Colombia. 65 4.6. El trabajo de campo o ejecución Se ejecuta el plan en qué tiempo lo hará (elementos para el cronograma). Anticiparse a posibles problemas: falta un libro, las entrevistas demoran mucho escucharlas. Actividad Descripción y análisis de la institucionalidad (normas) Descripción y análisis de la dinámica organizativa Entrevistas a expertos en procesos de paz Entrevistas a participantes directos de los procesos de paz Elaboración del informe final Presentación, defensa y elaboración definitiva 4.7. Sem. I 2013 Sem. II 2013 Sem. I 2014 Sem. II 2014 Sem. I 2015 Sem. II 2015 X X X X X X Procesamiento y análisis de datos Una vez obtenida la información a través del fichaje y la digitalización de las entrevistas se procederá a su ordenación. El orden tentativo como se presentará se muestra en el plan tentativo de trabajo siguiente. Este se elabora con el fin de tener una primera visión completa de lo que contendría el trabajo final. Los títulos que se colocan tratan de dar una visión aproximada, estos deberán modificarse luego, pero en este momento son ilustrativos del contenido. ¿Modelo? De acuerdo a la preocupación general, la forma, la efectividad, la eficiencia,… PLAN TENTATIVO DE TRABAJO INTRODUCCIÓN 1. 1.1. 1.2. 1.2.1. 1.2.2. 1.2.3. INSTITUCIONES Y ORGANIZACIONES: ESTRUCTURA TEÓRICAS PARA LAS NEGOCIACIONES DE PAZ Importancia de las estructuras o dispositivos de negociación en los procesos de paz: una justificación teórica Origen y diseño de las instituciones para la paz Las instituciones: significado e importancia social Estrategias, discursos y reglas de juego (abiertos y cerrados) Intereses y voluntades 66 1.2.4. 1.3. 1.3.1. 1.3.2. 1.4. 1.4.1. 1.4.2. 1.4.3. 1.5. 1.5.1. 1.5.2. 2. 2.4. 2.5. 2.6. 2.7. 3. 3.1. 3.1.1. 3.1.2. 3.1.3. 3.1.4. 3.1.5. 3.1.6. 3.1.7. 3.2. 4. 4.1. 4.1.1. Lo sustantivo, lo operativo y lo procedimental Organizaciones: jerarquías y operación Niveles jerárquicos: vertical y horizontal Estructuras internas (subterráneas) y externas Dispositivos de negociación y procesos de paz Condiciones mínimas para el funcionamiento Lo óptimo: pensar en el mejor escenario. Continuidad, permanencia y especialización La experiencia internacional Algunas ejemplos de estructuras organizacionales para la paz en el mundo Lecciones de otros procesos CONFLICTO ARMADO Y NEGOCIACIONES DE PAZ EN COLOMBIA: LA HISTORIA Dinámicas del conflicto armado interno colombiano: origen y naturaleza El origen de la búsqueda de una solución negociada al conflicto Los niveles de negociación dentro de un conflicto armado Antecedentes institucionales para las negociaciones de paz en Colombia DINÁMICA INSTITUCIONAL PARA NEGOCIAR LA PAZ EN COLOMBIA (1982-2012): NATURALEZA JURÍDICA Y NORMATIVA Origen y transformación de instituciones formales para la negociación Julio César Turbay Ayala: La visión cortoplacista Belisario Betancur Cuartas: la visión de largo plazo incompleta Virgilio Barco Vargas: la visión estructural de la violencia y reduccionista de la paz César Gaviria Trujillo: la visión pragmática, como capacidad de acción y decisión. Ernesto Samper Pizano: Proyectos inconclusos Andrés Pastrana Arango Álvaro Uribe Vélez: negociación de la paz y terrorismo Las instituciones informales: acuerdos informales, lo cultural, lo subterráneo DINÁMICA ORGANIZACIONAL PARA NEGOCIAR LA PAZ EN COLOMBIA (1982-2012): JUGADORES (QUIÉN NEGOCIA) Y MECANISMOS (CÓMO SE NEGOCIA) Las lógicas: creación, evolución y perfiles funcionales Composición: democracia y gobernabilidad 67 4.1.2. 4.1.3. 4.2. 4.3. 4.3.1. 4.3.2. 4.3.3. 4.3.4. 4.4. 5. 5.1. 5.2. 5.2.1. 5.2.2. 5.2.3. 5.3. 5.4. 5.4.1. 5.4.1.1. 5.4.1.2. 5.4.1.3. 5.4.2. 5.4.3. Representación: delegación, poder y legitimidad Mediación institucional Las rupturas: Los dispositivos organizacionales que desaparecieron y los dispositivos organizacionales que están latentes Las continuidades básicas: los dispositivos organizacionales que continúan La Comisión de Paz (1982) La Consejería Presidencial para la Reconciliación Normalización y Rehabilitación (1986), La Consejería de Paz (1992) La Oficina del Alto Comisionado para la Paz (1994). Otros actores sociales (incidencia directa o indirecta) CAMBIOS Y RUPTURAS PARA EVENTUALES PROCESOS DE PAZ EN COLOMBIA La asistencia técnica a los procesos de paz Lecciones aprendidas: Los resultados: los fracasos Los resultados: lo vigente. Gobernanza y poder: la inclusión de actores La paz como política de Estado y como política de Gobierno Hacia una rediseño organizacional para la paz: Las recomendaciones Para el Estado como actor: Oficina del Alto Comisionado para la paz. Los empalmes Dinámicas, lógicas, aspiraciones e intereses de su contraparte Para los grupos armados: las negociaciones en medio del conflicto o no. Para la sociedad civil: comunicación BIBLIOGRAFÍA 68 5. BIBLIOGRAFÍA 5.1. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. Sobre análisis teórico de las negociaciones de la paz Arenal, Celestino. (1990). Introducción a las relaciones internacionales. 3ª ed. Madrid: Tecnos. Argyle, Michael (1987). Psicología del comportamiento interpersonal. Madrid: Alianza. Arnson, Cynthia, Bermúdez, Jaime, Echeverry, Darío, Henifin, David, Rangel, Alfredo, y Valencia, León (2007). Los procesos de paz en Colombia: múltiples negociaciones, múltiples actores, Woodrow Wilson International Center for Scholars, Washington, enero de 2007, http://www.wilsoncenter.org/topics/pubs/LAP_PDF.indd.pdf, fecha de consulta: octubre 01 de 2008. Arnson, Cynthia and William Zartman. (Eds.). (2005). Rethinking the economics of war: The intersection of need, greed, and creed. 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Medellín: Universidad de Antioquia, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, 2005. 111. Santana Rodríguez, Pedro. (1999). Las agendas y la coyuntura de paz. En Revista Foro No. 36, Las guerras de la paz (págs. 24-32). Santa Fe de Bogotá: Fundación Foro Nacional por Colombia. 88 112. Turriago Piñeros, Gabriel (1995). Proceso de reinserción. Instrumento y objetivo de la política de paz. En Corporación de Promoción Popular, Solución de conflictos (págs. 67-80). Medellín: Corporación de Promoción Popular. 113. Uribe Vélez, Álvaro (1998), La paz un nuevo intento, Revista de Estudios Sociales No. 2, Santa Fe de Bogotá, Universidad de los Andes, Diciembre de 1998, http://res.uniandes.edu.co/view.php/51/1.php, fecha de consulta: Enero 17 de 2010 114. Valencia Tovar, Álvaro (1990). Las debilidades estructurales del Estado y la solución de los conflictos en cuanto a la justicia y el monopolio de la fuerza en el caso colombiano. En Jesús Antonio Bejarano, Construir la paz. Memorias del Seminario Paz, Democracia y Desarrollo (págs. 340-362). Santa Fe de Bogotá: Cerec. 115. Vargas Velásquez, Alejo (2001a). La democracia colombiana tratando de salir de su laberinto. En LACC, Colombia Conflicto armado, perspectivas de paz y democracia (págs. 51-67). Miami: Latin American and Caribbean Center. 116. Vargas Velásquez, Alejo (2001b). Los actuales procesos de negociación: entre la inercia y la incertidumbre. En Fernando Cepeda Ulloa, Cynthia Arnson, y Ana Teresa Bernal, Haciendo paz: Reflexiones y perspectivas del proceso de paz en Colombia (págs. 96-105). Santa Fe de Bogotá: Ancora Editores. 117. Vargas Velásquez, Alejo (2003). Nueva prospectiva para la paz de Colombia, Revista Investigación y Desarrollo Vol. 11, No. 1, Barranquilla, Centro de Investigaciones en Desarrollo Humano, Febrero de 2003, http://ciruelo.uninorte.edu.co/pdf/invest_desarrollo/111/nueva_prospectiva_para_la_paz.pdf, fecha de consulta: Enero 18 de 2010 118. Vargas Velásquez, Alejo (2004). Gobierno y Eln: Dos miradas que no se encuentran. En Revista Controversia Edición especial, Alternativas a la guerra. Iniciativas y procesos de paz en Colombia (págs. 54-59). Santa Fe de Bogotá: Centro de Investigación y Educación Popular. 119. Vargas Velásquez, Alejo (2009). Reiterada presencia de la guerra y la búsqueda de la paz. En Carlos Medina Gallego, Conflicto armado y procesos de paz en Colombia: memoria casos Farc- Ep y Eln (págs. 7-27). Santa Fe de Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. 120. Villalobos, Joaquín (2000), Colombia: una negociación compleja, pero terrenal, Revista Fuerzas Armadas y Sociedad Año 15 No. 3, Santiago de Chile, Flacso-Chile, julio-septiembre de 2000, http://www.fasoc.cl/files/articulo/ART4111031299b1a.pdf, fecha de consulta: enero 18 de 2010 121. Villalobos, Joaquín (2001). Comparaciones de los conflictos y procesos de paz de Colombia y El Salvador. En Fernando Cepeda Ulloa, Cynthia Arnson, y 89 Ana Teresa Bernal, Haciendo paz: Reflexiones y perspectivas del proceso de paz en Colombia (pág. 165-174). Santa Fe de Bogotá: Ancora Editores. 122. Villamizar, Darío (1997a). La iniciativa del presidente Barco para la paz. En Darío Villamizar, Un adiós a la guerra. Memoria histórica de los procesos de paz en Colombia. Capítulo 3 (págs. 95-130). Santa Fe de Bogotá: Editorial Planeta. 123. Villamizar, Darío (1997b). La negociación con el M-19 y su resultado: La desmovilización. En Darío Villamizar, Un adiós a la guerra. Memoria histórica de los procesos de paz en Colombia. Capítulo 4 (págs. 131-170). Santa Fe de Bogotá: Editorial Planeta. 124. Villamizar, Darío (1997c). La paz con el Prt. En Darío Villamizar, Un adiós a la guerra. Memoria histórica de los procesos de paz en Colombia. Capítulo 5 (págs. 171-198). Santa Fe de Bogotá: Editorial Planeta. 125. Villamizar, Darío (1997d). Con el Epl: Negociación en medio de la división. En Darío Villamizar, Un adiós a la guerra. Memoria histórica de los procesos de paz en Colombia. Capítulo 6 (págs. 199-245). Santa Fe de Bogotá: Editorial Planeta. 126. Villamizar, Darío (1997e). Las negociaciones y la paz con el Maql. En Darío Villamizar, Un adiós a la guerra. Memoria histórica de los procesos de paz en Colombia. Capítulo 7 (págs. 247-264). Santa Fe de Bogotá: Editorial Planeta. 127. Villamizar, Darío (1997f). El diálogo y la negociación con la Crs, “Una razón de esperanza”. En Darío. Villamizar, Un adiós a la guerra. Memoria histórica de los procesos de paz en Colombia. Capítulo 9 (págs. 273-306). Santa Fe de Bogotá: Editorial Planeta. 128. Villamizar, Darío (1997g). Las milicias populares: una negociación sui géneris. En Darío Villamizar, Un adiós a la guerra. Memoria histórica de los procesos de paz en Colombia. Capítulo 10 (págs. 307-318). Santa Fe de Bogotá: Editorial Planeta. 129. Villamizar, Darío (1997h). Con el frente Francisco Garnica, una rápida negociación. En Darío Villamizar, Un adiós a la guerra. Memoria histórica de los procesos de paz en Colombia. Capítulo 11 (págs. 319-324). Santa Fe de Bogotá: Editorial Planeta. 130. Villarraga Sarmiento, Álvaro (2008a). Vicisitudes del proceso de paz del gobierno Betancur. En Álvaro Villarraga Sarmiento, Biblioteca de la paz 19821986. Tregua y cese al fuego bilateral Farc, EPL, M-19 y ADO. Tomo I (págs. 57102). Santa Fe de Bogotá: Fundación Cultura Democrática. 131. Villarraga Sarmiento, Álvaro (2008b). Se inician los acuerdos parciales con las guerrillas. En Álvaro Villarraga Sarmiento, Biblioteca de la paz 1986- 90 1990. Se inician acuerdos parciales. Pacto político con el M-19. Tomo II (págs. 71-134). Santa Fe de Bogotá: Fundación Cultura Democrática. 132. Villarraga Sarmiento, Álvaro (2008c). Insurgencia y cambio democrático, acuerdos de paz con el EPL y con otras agrupaciones armadas. En Álvaro Villarraga Sarmiento, Biblioteca de la paz 1990-1994. Acuerdos con el EPL, PRT, Maql y CRS. Diálogos con la Cgsb. Tomo III (págs. 87-115). Santa Fe de Bogotá: Fundación Cultura Democrática. 133. Villarraga, Álvaro (2009). Procesos de paz en Colombia, experiencias y lecciones. Documento. Bogotá, D.C., 1 de mayo de 2009. 134. Villarraga Sarmiento, Álvaro, y Castellanos, Diana (2008). Vicisitudes y lecciones: el fallido proceso de paz del gobierno Pastrana con las Farc. En Álvaro Villarraga Sarmiento, Biblioteca de la paz 1998-2002. Diálogo, negociación y ruptura con las Farc-EP y con el ELN. Tomo V (págs. 71-119). Santa Fe de Bogotá: Fundación Cultura Democrática. 135. Villarraga Sarmineto, Álvaro (2008d). Irrumpe un movimiento ciudadano y sobrevienen algunos acuerdos parciales. En Álvaro Villarraga Sarmiento, Biblioteca de la paz 1994-1998. En ausencia de un proceso de paz: Acuerdos parciales y mandato ciudadano por la paz. Tomo IV (págs. 51-98). Santa Fe de Bogotá: Fundación Cultura Democrática. 136. Zuluaga, Jaime (1999). De guerrillas a movimientos políticos (Análisis de la experiencia colombiana: El caso del M-19). En Ricardo Peñaranda, y Javier Guerrero, De las armas a la política (págs. 1-74). Santa Fe de Bogotá: Tercer Mundo Editores. 137. Zuluaga, Jaime; y Pizarro, Eduardo (1999). ¿Hacia dónde va la paz?. En Revista Análisis Político No. 36 (págs. 103-116). Santa Fe de Bogotá: Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales. 5.4. Otros textos 1. Bonilla, Elsy y Penélope Rodríguez (1997). Más allá del dilema de los métodos. La investigación en las ciencias sociales. Bogotá: Norma. 2. Galeano, María Eumelia (2011). Diseños de proyectos en la investigación cuantitativa, séptima ed., Medellín: Universidad Eafit. 3. Sandoval, Carlos (1997). “Enfoques cualitativos de la investigación social”, en Programa de especialización en teoría, métodos y técnicas de investigación social. Medellìn: Iner-Icfes. Vélez Restrepo, Olga Lucía (2003). La cuestión metodológica. En Revista de la Facultad de Trabajo Social No. 19 (págs. 46-54). Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana. 91 4. Vélez Restrepo, Olga Lucía; y Galeano Marín, María Eugenia (2002). Estado del arte sobre fuentes documentales en investigación cualitativa. Medellín: Centro de Investigaciones Sociales y Humanas, Universidad de Antioquia. 92 ANEXO A. ORGANIZACIONES PARA LA PAZ EN COLOMBIA Y PERSONAS QUE LA COMPONEN Nombre de la organización “Comisión de paz” Decreto 2761 de 1981 (octubre 8) Julio César Turbay Ayala (1978-1982) Comisión de paz, 1982. Decreto no. 2711 de 1982. (19 de septiembre) Belisario Betancur Cuartas (conservador): 1982-1986 Nombres de las organizaciones 1. Carlos Lleras Restrepo (Presidente) (Partido Liberal) 2. Monseñor Mario Revollo Bravo (Iglesia Católica) 3. Monseñor Rafael Gómez Hoyos (Iglesia Católica) 4. General José Fernando Forero Delgadillo (Comandante de las Fuerzas Militares) 5. General Francisco José Naranjo (Director General de la Policía Nacional) 6. César Gómez Estrada 7. Álvaro Leal Morales 8. Joaquín Vallejo Arbeláez 9. John Agudelo Ríos 10. Gerardo Molina 11. Guillermo Alberto González (Gerente General de la Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero) 12. Pedro José Ramírez Ramírez (Gerente General INCORA) 1. Carlos Lleras Restrepo (Presidente) (Partido Liberal) (Renuncia por razones de salud el 29 de septiembre de 1982) 2. Otto Morales Benitez (Presidente luego de la renuncia de Lleras hasta el 25 de mayo de 1983 cuando renuncia) 3. John Agudelo Ríos (Presidente luego de la renuncia de Morales) 4. Nydia Quintero de Turbay (No acepta designación) 5. Monseñor Rafael Gómez Hoyos 6. Monseñor Mario Revollo Bravo 7. General (r) Guillermo Pinzón Caicedo 8. General (r) Gerardo Ayerbe Chaux 9. Gerardo Molina 10. Alfredo Vásquez Carrizosa 11. Cesar Gómez Estrada 12. Álvaro Leal Morales 13. Joaquín Vallejo Arbeláez 14. Jorge E. Gutiérrez Anzola 15. José Corredor Núñez 16. Alberto Betancourt 93 Altos Comisionados de paz, 1983-1984. decretos no. 240 de 1983 (febrero 4); 2560 de 1983 (septiembre 9) y 1211 de 1984 (mayo 22) Comisión Nacional de Verificacion (Carta del 29 de mayo de 1984, dirigida por el Señor Presidente de la República al Doctor John Agudelo Ríos). Ampliación: (Carta enviada por 17. Rafael Rivas Posada 18. José Gutiérrez Rodríguez 19. Carlos Bula Camacho 20. Eduardo Aldana Valdez 21. Adolfo Carvajal Quelquejeu 22. Josefina Valencia de Hubach 23. Alberto Rojas Puyo 24. Nohemí Sanín Posada 25. José del Carmen Yepes 26. Ariel Armel Arenas 27. Carmen C. de Martínez Salazar 28. Susana Camacho de Villareal 29. Hernando Rodríguez 30. Pastor Pérez 31. Socorro Ramírez 32. Carlos Morales 33. Margarita Vidal 34. Luis Escobar Concha 35. Marcelo Torres 36. Jorge Vélez García 37. Samuel Hoyos Arango 38. Eduardo Lemaitre 39. Jorge Ivan Ortega Motta 40. Jorge Angarita Marín Decreto No. 240 José Luis Serna (Obispo de Florencia) Mayor General (r) Gerardo Ayerbe Chaux Alfredo Carvajal Sinisterra Decreto No. 2560 Antonio J. Duque Álvarez (Director Nacional de Instrucción Criminal) Decreto No. 1211 Nicanor Restrepo Santamaría (reemplazo de Alfredo Carvajal Sinisterra) 1. Doctor John Agudelo Ríos (Presidente) 2. Samuel Hoyos Arango 3. César Gómez Estrada 4. Margarita Vidal 5. Monseñor José Luis Serna A. 6. Antonio Duque Álvarez 7. Ancizar López 8. Miguel Pinedo Vidal 9. Joaquín Franco Burgos 10. Jorge Mario Eastman 11. Horacio Serpa Uribe 12. Marino Rengifo Salcedo 94 el Señor Presidente de la República al Doctor John Agudelo Ríos, Presidente de la Comisión Nacional de Verificación, el 27 de septiembre de 1984.) 13. María Helena de Crovo 14. Gral. (r) Guillermo Pinzón Caycedo 15. Gustavo Serpa Mendoza 16. Gustavo Osorio 17. Lucy Nieto de Samper 18. Padre Vicente Andrade Valderrama 19. Guillermo Hoyos 20. Clara Teresa Cárdenas de Arbeláez 21. Carlos Efrén Agudelo - ADO 22. Ricardo Sánchez Ángel 23. Rafael Rivas Posada 24. Alberto Rojas Puyo 25. Gral. (r) Gerardo Ayerbe Chaux 26. Nicanor Restrepo Santamaría 27. Álvaro Villegas Moreno 28. José Guillermo Castro 29. César Pérez García 30. Monseñor Darlo Castrillón 31. Álvaro Leyva Durán 32. Cornelio Reyes 33. Gilberto Vieira 34. Álvaro Escallón Villa 35. Mario J. Valderrama 36. José Corredor Núñez 37. Alfredo Carvajal Sinisterra 38. Oscar Alarcón 39. Juan Sebastián Betancur 40. Fernando Cepeda Ulloa 41. Guillermo Rueda Montaña 42. Gelasio Cardona 43. Braulio Herrera - Unión Patriótica Ampliación: 44. Germán Bula Hoyos 45. Guillermo Alberto González 46. Carlos Villa Navarro 47. Jorge Lara Bonilla 48. Manuel Francisco Becerra 49. Jaime Arias Ramírez 50. Carlos Ossa Escobar 51. Fabio Valencia Cossio 52. José Antonio Gómez Hermida 53. Alfredo Méndez Comisión Nacional Por la Comisión de Paz: de Negociación y 1. John Agudelo Ríos Dialogo 2. Jorge Enrique Gutiérrez Anzola (Carta del Señor 3. Samuel Hoyos Arango 95 Presidente de la República del 17 de julio 1984, dirigida al doctor John Agudelo Ríos.) Ampliación: (Carta del Señor Presidente de la República del 22 de julio de 1984) 4. Rafael Rivas Posada 5. Gral. (r) Gerardo Ayerbe Chaux Delegados del Presidente de la República: 6. Enrique Vargas Ramírez 7. Bernardo Ramírez 8. Antonio Duque Álvarez 9. Gerardo Molina 10. Gloria Pachón de Galán Por los Partidos Políticos: 11. Alfonso Gómez Gómez (Coordinador: 17-VII-1984 a 31-X1984; luego asumiría Germán Bula H.) 12. Horario Serpa Uribe 13. Emilio Urrea Delgado 14. Rodrigo Lloreda 15. Roberto Gerlein Echavarría 16. Hernando Hurtado Por la Iglesia: 17. Monseñor Darío Castrillón 18. Monseñor Rafael Gómez Hoyos Por el Arte y la Cultura: 19. Álvaro Tirado Mejía 20. Alberto Casas Santamaría 21. Rocío Vélez de Piedrahita 22. Laura Restrepo 23. Gloria Zea 24. Enrique Santos Calderón 25. Carlos José Reyes Por las Centrales Obreras: 26. Víctor Acosta — UTC 27. Gustavo Osorio — CSTC 28. Anibal Palacio Tamayo — Independiente 29. Manuel Felipe Hurtado — CTC 30. Álvaro Ramírez Pinilla — CGT Por el Círculo de Periodistas de Bogotá: 31. Oscar Alarcón Núñez Por el Colegio Colombiano de Periodistas: 32. Hernán Gallego 33. Juan B. Caballero M. Por la Asociación Nacional de Periodistas: 34. Reynaldo Ramírez Por el Comité de Derechos Humanos: 35. Héctor Abad Gómez Por la Cruz Roja Colombiana: 36. Guillermo Rueda Montaña Ampliación de la Comisión 37. Joaquín Mejía Figueredo — Anapo 96 Comisión de paz, Diálogo y Verificación (Decreto 3030 del 18 de octubre de 1985) Normalización y Rehabilitación Documento “Una política de cambio para la Reconciliación, la 38. Abel Rodríguez Céspedes - Fecode 39. Jaime Fajardo Landaeta —Cenasel 40. Andrés Almarales — M-19 41. Oscar William Calvo — EPL Presidente: John Agudelo Ríos 1. Carlos Jiménez Gómez (Procurador General de la Nación renunció noviembre 26/85) 2. Álvaro Villegas Moreno (Presidente del Senado - No aceptó) 3. Miguel Pinedo Vidal (Presidente Cámara de Representantes) No aceptó 4. Germán Zea Hernández (Partido Liberal - No aceptó) 5. Rocío Vélez de Piedrahita 6. Jaime Arias Ramírez (Partido Conservador) 7. Gerardo Molina (Frente Democrático) 8. Alfredo Vásquez Carrizosa (Renunció noviembre 18/85) 9. Raimundo Sojo Zambrano (Fedegán) 10. Oscar William Calvo (EPL, Asesinado noviembre 20/85) 11. Braulio Herrera (Unión Patriótica) 12. Monseñor José Luis Serna A. 13. Margarita Vidal 14. Rafael Rivas Posada (Dirección Nacional Liberal - No aceptó) 15. Emilio Urrea Delgado (Nuevo Liberalismo - Renunció noviembre 10/85) 16. Gilberto Vieira (Partido Comunista) 17. Carlos Ossa Escobar (SAC) 18. Gral (r) Gabriel Puyana García (Presidente Acore - No aceptó) 19. Carlos Efrén Agudelo (ADO) Invitados Permanentes: 20. Antonio Duque Álvarez 21. Carlos Morales (Director Nal. Instrucción Criminal) 22. Samuel Moreno Rojas 23. Socorro Ramírez (Renunció noviembre 18/85) 24. Ernesto González (ELN) 25. Alberto Rojas Puyo 26. Hernando Hurtado Secretario Ejecutivo de la Comisión: 27. Alirio Caycedo Gutiérrez Carlos Ossa Escobar (7 agosto de 1986- 13 diciembre de 1987; Decreto 2577 de 1986 (agosto 7) – Decreto 2358 de 1987 (diciembre 11). Rafael Pardo Rueda (14 diciembre 1987 – 15 agosto de 1990, Decreto 2358 de 1987 (diciembre 11) – Decreto 2362 de 1987 (diciembre 14)- Decreto 1858 de 1990 (agosto 15) 97 Normalización y la Rehabilitación”; el Decreto 2577 de 1986 (agosto 7) Asesores: 1. Jesús Antonio Bejarano (Coordinador y Asesor Económico) 2. Ricardo Santamaría (Asesor Asuntos Políticos) 3. Carlos Eduardo Jaramillo (Asesor Asuntos Políticos) 4. Reynaldo Gary P. (Asesor Asuntos Comunitarios) 5. Rodrigo Zapata (Asesor Asuntos Campesinos) 6. Tarsicio Siabatto (Asesor Proyectos Agropecuarios) 7. Gustavo Parra (Asesor Evaluación PNR) 8. Patricia Cleves (Asesor Asuntos Indígenas) 9. Gabriel Silva Consejería para la CONSEJERO PRESIDENCIAL PARA LA RECONCILIACIÓN, reconciliación, NORMALIZACIÓN Y REHABILITACIÓN: Normalización y Jesús Antonio Bejarano (Decreto 1858 de 1990 (agosto 15) rehabilitación Decreto 1861 de 1991 (julio 26) – Decreto 0054 de 1992 (1990-1992) (enero 13) Consejería de paz Decreto 0053 de CONSEJERO PARA LA PAZ 1992 (Enero 13) Horacio Serpa Uribe (Decreto 0054 de 1992 (enero 13) – Decreto 1672 de 1992 (octubre 14); Ricardo Santamaría (Decreto 1672 de 1992 (octubre 14) – Decreto 1805 de 1993 (septiembre 10); Carlos Eduardo JaramillocDecreto 2323 de 1993 (noviembre 22) Asesores: 1. Humberto Vergara Portela 2. Tomás Concha Sanz 3. Reynaldo Gary P. 4. Álvaro Hernández 5. Gonzalo De Francisco Zambrano 6. Gabriel Restrepo 7. Eduardo Díaz Uribe 8. José Noé Ríos 9. Jorge Carrillo 10. Héctor Riveros 11. Rubén Darío Ramírez 12. María Emma Mejía Vélez (Consejero presidencial para Medellín y su área metropolitana) 13. Jorge Orlando Melo (Consejero presidencial para Medellín y su área metropolitana) Consejería para la Alto Comisionado en la Consejería para la Paz Paz (Oficina del Alto Carlos Holmes Trujillo García (Agosto 1994 – agosto 1995); Comisionado Para la Decreto 1951 de 1994 (agosto 7) – Decreto 1321 de 1995 Paz) (agosto 8) Decreto 1957 de 1994 (agosto 9) Coordinador Oficina del Alto Comisionado para la Paz Decreto 2107 de Daniel García-Peña Jaramillo (Agosto 1995 - Agosto 1998) 1994 (septiembre 98 6) Asesores 1. José Noé Ríos Muñoz (asesor especial y gestor de la liberación de los soldados concluida el 15 de junio de 1997) 2. Hernando Angarita Figueredo 3. Camilo Echandía Castilla 4. Santiago Escobar Acevedo 5. Luis Miguel Florez Saab 6. Gustavo Salazar Arbeláez 7. Ruben Sánchez David 8. Alvaro Villarraga S 9. María Alejandra Villamizar 10. Adriana Quiñónez 11. Asesores Externos 12. Alfredo Molano Bravo 13. Edgar Reveiz 14. Alejo Vargas Velásquez 15. Hael Quiroga C. Consejería para la Alto Comisionado en la Consejería para la Paz Paz (Oficina del Alto 1. Víctor G. Ricardo Piñeros: 9 de agosto de 1998 – 9 de Comisionado Para la mayo de 2000;Decreto 1642 de 1998 (agosto 9) – Paz) Decreto 785 de 2000 (mayo 3). 2. Camilo Gómez Alzate (Decreto 785 de 2000 (mayo 3) 3. Luis Fernando Criales (Comisionado Adjunto de Paz para el proceso con las FARC) (febrero 13 de 2001); 4. Jorge Mario Eastman (Comisionado Adjunto de Paz para el proceso con el ELN) (febrero 13 de 2001) Asesores 1. María Alejandra Villamizar 2. Catalina Toro 3. María Teresa Garcés 4. Augusto Ibáñez 5. Juliana Mejía 6. Olga Lucía Mosquera 7. Magdalena Ordoñez 8. María Paulina Riveros 9. Alejandra Ortega 10. Gloria Helena López 11. Santiago Escobar 12. Jorge David Rubio 13. Marcelino Torres 14. Luis Hernando Angarita 15. María Mendoza 16. Salome Mesa de Mejia 17. Lázaro Viveros 18. Miguel Angel Garces 19. Víctor Manuel Jiménez 99 20. Ana Maria Fernández 21. Carolina Camacho 22. Marcela Briceño 23. Martha Lucía Martínez 24. Carlos Franco 25. Humberto Vergara P. 26. Carlos Eduardo Jaramillo 27. Apoyo al grupo de asesores 28. Juanita Acosta 29. Liliana Beayne Consejería para la Alto Comisionado en la Consejería para la Paz Paz (Oficina del Alto Luis Carlos Restrepo Ramírez (2002-Actual) Decreto 1809 de Comisionado Para la 2002. Paz) Asesores Decreto 127 de 1. Ángela Patricia Suárez 2001 (enero 19) 2. Benjamín Correa 3. Carlota Barragán 4. Carmenza Ovalle 5. Darío Mejía 6. Edgar Peñuela 7. Eduardo González Mora 8. Germán Daniel Acevedo 9. Humberto Yañez 10. Juan Bautista Pérez 11. Julio Andrés Sanpedro 12. Liana Andrea Pulido 13. Liliana Beayne 14. Luis Alejandro Albarracin 15. María del Rosario Torres 16. María Paula Muñoz 17. María Paulina Riveros 18. Martha Lucía Martínez 19. Miguel Ángel Piñeros 20. Moritz Akerman 21. Olga Lucía Zuluaga 22. Ricardo Torres 23. Roberto Mora Sarasti 24. Santiago Escobar 25. Víctor Manuel Jiménez Eduardo Herrera Berbel (Asesor Externo) 100 ANEXO B. DISPOSITIVOS ORGANIZATIVOS PARA LA PAZ EN COLOMBIA, CARACTERÍSTICAS Nombre de la organización Comisión de Paz (1981) Turbay Comisión de Paz Asesora del Gobierno Nacional (Betantur) Consejería para la Reconciliación, la Normalización y la Rehabilitación Consejería para la Paz Características preliminares 1. Carácter transitorio. 2. Función: Asesoría y ejecución de trabajos de forma reservada. 3. Objetivos: buscar nuevas posibilidades para fortalecer la paz pública, y crear las condiciones que permitieran la derogatoria de la legislación de emergencia y salidas efectivas a la Ley 37 de 1981 (amnistía). 4. Recursos: sin mecanismos concretos y entidades encargadas de proveer los medios y recursos indispensables para su funcionamiento. 5. Cabeza de la Comisión de Paz: Carlos Lleras Restrepo. 1. Carácter permanente 2. Responsabilidad: tareas de asesoría y ejecución de trabajos de forma reservada. 3. Objetivos: Además del mismo objetivo de su antecesora, fue responsable de presentar recomendaciones en la incorporación de áreas y poblaciones marginadas a la vida política, económica y social del país, recuperación y desarrollo de ciertas regiones, mejoramiento sustancial de la justicia y seguridad de los ciudadanos y la promoción de la eficiencia de la acción del gasto público y del sector privado. 4. Responsable: Ministerio de Gobierno 5. Presidentes de la Comisión de Paz (en orden consecutivo): Carlos Lleras Restrepo, Otto Morales Benítez y John Agudelo Ríos. 1. Carácter permanente y delegada especial del Presidente de la República. 2. Objetivos: a partir de 1986, coordinar las labores de reconciliación, normalización y rehabilitación; a partir de 1991, asesorar al Presidente en dichas materias, participar en las conversaciones tendientes a la reincorporación a la vida civil de grupos guerrilleros mediante un proceso de paz. 3. Se institucionaliza la temática y se ordena que las demás instancias del Estado cooperen con la Consejería. 4. Presidentes: Carlos Ossa Escobar (agosto 7, 1986- diciembre 13, 1987; Decreto 2577 de 1986, agosto 7); Rafael Pardo Rueda (diciembre 14, 1987 – agosto 15, 1990, Decreto 2358 de 1987, diciembre 11 y Decreto 2362 de 1987, diciembre 14) 1. Carácter permanente 2. Función: asesora del Presidente de la República. 3. Objetivos: asesorar y participar en los programas de 101 4. 5. Consejería 1. para la Paz u 2. Oficina del Alto Comisionado para la Paz (Ernesto Samper) 3. 4. reconciliación nacional; presentar recomendaciones al Presidente en temas de reconciliación y las demás funciones que le asigne el Presidente. Consejero para la paz. Responsable: Jesús Antonio Bejarano (agosto 15, 1990 – enero 13, 1992; Decreto 1858 de 1990, agosto 15); Horacio Serpa Uribe (enero 13, 1992 – octubre 14, 1992; Decreto 0054 de 1992, enero 13); Ricardo Santamaría (Periodo: octubre 14, 1992 – septiembre 10, 1993, Decreto 1672 de 1992, octubre 14; Decreto 1805 de 1993, septiembre 10); Carlos Eduardo Jaramillo (Periodo: septiembre 10, 1993 – agosto 7, 1994, Decreto 2323 de 1993, noviembre 22). Carácter permanente Objetivos: asesorar al Presidente en la estructuración y desarrollo de la política de paz; verificar la voluntad real de paz y reinserción a la vida civil de los alzados en armas, con el fin de determinar la formalización de diálogos y celebración de acuerdos de paz; convocar y facilitar la participación de los sectores de la sociedad civil en torno al propósito de la reconciliación nacional; dirigir los diálogos y firmar acuerdos con los voceros y representantes de los grupos alzados en armas; definir los términos de la agenda de negociación; establecer los mecanismos e instrumentos administrativos que permitan el desarrollo de sus funciones en forma gerencial y ser el vocero del Gobierno Nacional. Característica: Adquiere un rango ministerial y, como tal, participa como invitado en las deliberaciones del Consejo de Ministros, del Consejo de Política Económica y Social y al Consejo Superior de Seguridad y Defensa Nacional, cuando se traten temas relacionados con la ejecución de la política de paz. Tiene asiento en el Consejo Nacional de Paz y ejerce la Secretaría Técnica Alto Comisionado Consejería Presidencial para la Paz, Responsable: Carlos Holmes Trujillo García (agosto 7, 1994 – agosto 8, 1995, Decreto 1951 de 1994, agosto 7); Daniel GarcíaPeña Jaramillo (agosto 8, 1995 - agosto 7, 1998 (Coordinador Oficina del Alto Comisionado para la Paz); Víctor G. Ricardo Piñeros (agosto 9, 1998 – mayo 3, 2000, Decreto 1642 de 1998, agosto 9); Camilo Gómez Alzate (mayo 3, 2000 – agosto 6, 2002, Decreto 785 de 2000, mayo 3, Luis Carlos Restrepo Ramírez (agosto 7, 2002 – hasta la fecha, Decreto 1809 de 2002, agosto 7). 102 ANEXO C. GLOSARIO DE ABREVIATURAS AD-M19: ADO: ANC: AUC: BCB: CER: Cgsb: CNG: CCN: CRNR: CRS: DRAPE: ELN: EPL: FARC: FF. AA.: FF-Garnica: M-19: MAQL: MIR–COAR: N/D: ONU: PRT: PNR: UP: Alianza Democrática del Movimiento 19 de Abril Movimiento Autodefensa Obrera Asamblea Nacional Constituyente Autodefensas Unidas de Colombia Bloque Central Bolívar Comandos Ernesto Rojas Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar Coordinadora Nacional Guerrillera Comisión de Conciliación Nacional Consejero para la Reconciliación, Normalización y Rehabilitación Corriente de Renovación Socialista Departamento Administrativo de La Presidencia de la República Ejército de Liberación Nacional Ejército Popular de Liberación Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Fuerzas Armadas Frente Francisco Garnica Movimiento 19 de Abril Movimiento Armado Quintín Lame Movimiento Independiente Revolucionario Comandos Armados No define (cuando el autor no define la característica señalada) Organización de Naciones Unidas Partido Revolucionario de los Trabajadores Plan Nacional de Rehabilitación Unión Patriótica 103