Descargar número 33 - Misioneros Claretianos de México

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LA SAETA
BOLETÍN DEL NOVICIADO CLARETIANO INTERPROVINCIAL DE CENTROAMÉRICA
Agosto-Noviembre 2011
Diseño, Diagramación y Edición: Noviciado Claretiano
Imágenes tomadas de internet, Cerezo Barredo CMF,
tuentodos.blogspot.com
………………………
NOVICIADO INTERPROVINCIAL CLARETIANO DE CENTROAMÉRICA
Ciudad San Cristóbal, Mixco, Guatemala, C. A.
Centro Claret, apartado 29-h, Zona 11
(502) 24431502
SANTIAGO NAJARRO, CMF
CRISTIAN SANTOS NATAREN
ESPAÑA
HONDURAS
CARLOS BIBIANO PARRA
MÉXICO
JEAN EDOUARD ISRAEL
HAITÍ
DAVID FLORES ESPINOZA
NICARAGUA
LUIS ENRIQUE ORTIZ ÁLVAREZ
VICENTE CANCINO
ORDÓÑEZ
PUERTO RICO
MÉXICO
LUIS ÁNGEL
RODRÍGUEZ PEDRAZA
MÉXICO
MANUEL DE JESÚS SÁNCHEZ RUIZ
El SALVADOR
Por: Manuel De Jesús Sánchez Ruiz
Es un regalo y una gracia que nos concedió Dios por
medio de la congregación el tener la experiencia de
los Ejercicios Espirituales de preparación para iniciar el
noviciado, impartidos por el padre Teófilo Cabestrero,
cmf. Ésta experiencia fue muy enriquecedora ya que
se nos dio luces para adentrarnos de la mejor manera
en esta etapa de noviciado.
Toda la vivencia de los Ejercicios Espirituales fue
excelente. Se puede decir con certeza que la temática
estuvo enlazada entre sí: el material proporcionado,
las intervenciones de Teófilo, las eucaristías que
fueron de motivación para adentrarnos en el
encuentro con Jesucristo y la creatividad, fueron
elementos que nos ayudaron a iniciar unas relaciones
comunitarias sólidas y fundamentadas en Cristo.
Si se pudiese resumir toda esta experiencia en una
sola frase, yo la centraría en esta: “Vengan a un lugar
tranquilo y sosegado”. Al llegar aquí cada novicio
venía con muchas ideas, ilusiones y prejuicios. Otros
todavía con la filosofía en la cabeza y algunos
extrañando su país, entonces, como dice la filosofía de
nuestro pueblo la frase nos cayó como anillo al dedo.
En fin, siempre hay algo que se trae en la maleta de la
vida. Pero a través de los Ejercicios se pudo sentir y
vivir esa experiencia de llegar a un lugar tranquilo
donde las maletas y las cosas que impedían estar de
una forma serena se dejan a un lado.
Ahora bien, ¿qué nos dejaron estos Ejercicios
Espirituales? En primer lugar, la tranquilidad y el
sosiego a los que ya se hicieron referencia en el
párrafo anterior. Pero para lograr esta tranquilidad se
nos exhortó, como necesidad primaria, que cada uno
ponga de su parte. Entonces depende de todos hacer
de este año un tiempo de gracia y sosiego. Por lo
tanto, esta experiencia única del noviciado se debe
aprovechar al máximo, porque ella nos ayuda a crecer
y a fórmanos como misioneros auténticos.
En segundo lugar, se pudo experimentar y a la vez
descubrir que cada novicio en particular es parte
integral y activa de la comunidad. Por ende, cada uno
de nosotros tenemos que esforzarnos para vivir en
plenitud este año de gracia. Va decía Amadeo Cencini
en su libro La vida fraterna: comunión de santos y
pecadores (1998) que: “Edificar la comunidad es un
asunto de todos y de cada uno. Cada una de las
personas relacionalmente maduras y suficientemente
adultas sabe muy bien que la comunidad será como él
la haga”.
En tercer lugar, concluyamos diciendo que cuando
formamos una comunidad religiosa, se nos invita a
experimentar en plenitud la fraternidad. Jesús ya nos
hizo la invitación al concedernos esta experiencia de los
Ejercicios Espirituales a través de los cuales pudimos
entrar en nuestro interior y buscar el tesoro que es el
mismo Dios. Pero para ello, se hace necesario dejar las
ataduras y los ruidos que nos puedan impedir vivir este
momento de encuentro y paz. Así mismo, algo muy
importante que se tiene que recordar es que todos los
espacios y tiempos deben ser lugares de vida, de
silencio interior y exterior y sobre todo de oración para
vivir y experimentar de la mejor forma este regalo que
se nos ha concedido: estar aquí en el noviciado.
Por: Carlos Bibiano Parra
La presente interrogante corresponde al tÍtulo del
libro publicado por el Misionero Claretiano Teófilo
Cabestrero, quien a la vez lo ha tomado del libro La
victoria de los vencidos del suizo Jean Ziegler. El
autor suizo reconocía la supremacía espiritual de los
pueblos latinoamericanos, sus valores culturales, su
buen humor y solidaridad en comparación ante la
suiza o el mundo industrial caracterizado por su
racionalidad mercantilista, la competencia, la
incomprensión, enfrentamiento que lleva a reducir al
hombre como simple instrumento del mercado. Para
concluir que el tercer mundo es la esperanza de
occidente.
Esta afirmación llevó a Teófilo Cabestrero a
reflexionar y analizar si la “Victoria de los vencidos”
se está cumpliendo en Latinoamérica ya que la
realidad reflejaba a un pueblo cargado de muertes de
inocentes, injusticias, pobrezas, desigualdad, miseria,
linchamientos, levantamiento armados, el aumento
de pandilleros. Respecto a lo político se encuentra
con un historial de dictaduras militares en los
siguientes países: Brasil, Perú, Argentina, Chile,
Uruguay, Bolivia, Guatemala, Nicaragua, Salvador y
Panamá.
Esta realidad que ha vivido el autor le llevó a
cuestionarse sobre la supuesta “victoria de los
vencidos”, pero, a la vez deja una esperanza y afirma
que él se encuentra convencido que la derrota de los
vencedores y la victoria de los vencidos se deja ver
cuando las memorias y las comisiones de la verdad
desentierran los hechos y los cadáveres, y actúa la
justicia.
A Diez años de haberse publicado el libro ¿La Victoria
de los Vencidos?, se pueden complementar las
conclusiones del misionero claretiano desde un nuevo
amanecer latinoamericano respecto a un pasado
oscuro cargado de muertes e injusticias. Esto lo
expreso porque en los últimos meses de julio a
octubre las noticias han sacado a la luz innumerables
casos que muestran las atrocidades cometidas por las
dictaduras, y que hoy están siendo condenados los
culpables.
Los acontecimientos más sobresalientes son los
siguientes: los tribunales argentinos condenaron a
cadena perpetua e inhabilitación absoluta y a
perpetuidad a 12 ex oficiales de la marina de guerra
de aquel país por los crímenes cometidos en la
Escuela de Mecánica de las Armas. En Uruguay el
congreso determinó que los delitos de esa
humanidad jamás prescriben; en Guatemala se han
abierto al público los archivos desclasificados del
ejército y la policía, dándose el primer juicio por
genocidio contra el ex general Héctor Mario López
Fuentes por ser el principal responsable de más de 10
mil asesinatos, nueve mil desplazamientos y
violaciones contra mujeres. Además se logró la captura
de Pedro Arredondo, imputado por el delito de
desaparición forzada y se dio la histórica sentencia de
cuatro ex kaibiles a seis mil sesenta años de condena
cada uno por haber masacrado a 201 personas en
Petén en 1981.
Ante tales procesos de justicia se ve que los muertos a
pesar de los años están vivos en la memoria de las
personas y claman justicia por la sangre derramada.
Esto apenas es el comienzo para desmontar la cultura
de la muerte y devolverles a los ciudadanos la paz, la
felicidad arrebatada en otros tiempos.
Para concluir, Es necesario ser conscientes que falta
mucho por hacer y el camino es largo, pero una luz de
justicia se asoma cada vez en nuestros países. Para ello
es necesario que formemos a todos nuestros
ciudadanos, que les hagamos conscientes de que todos
somos responsables de nuestro país, por eso, es
necesario que colaboremos y velemos por nuestra
sociedad. Aquellos que de alguna manera han tenido
mejor oportunidad en la educación, es tiempo que
formen la conciencia de aquellos que no han corrido
con la misma suerte, exijamos a nuestras instituciones
a hacer justicia por los miles de muertos que han
derramado su sangre y luchemos por un una sociedad
más justa e igualitaria.
Respecto al papel que jugamos los religiosos es
necesario que formemos la conciencia de nuestro
pueblo, les ayudemos a ver la realidad desde una
visión más crítica. Que seamos capaces de formar
cristianos que busquen sociedades más solidarias en
donde el amor de Cristo reine y haga a los hombres
más humanos.
Por: David Flores Espinoza
Como hemos podido ver la oración es, ante todo, una
comunicación, pero como ya se insinuó anteriormente
esta comunicación es relación de diálogo. Entonces
cabe señalar, en primer lugar, que antes de todo
diálogo se debe escuchar. Por consiguiente, se puede
afirmar que, la oración descansa en la escucha de Dios.
Así, la oración de Jesús se puede tomar como modelo
de escucha.
En segundo lugar, es necesario remarcar que la oración
de Jesús es expresión visible de “atención a la voluntad
del Padre” y esto lo demuestran el que en los
momentos más decisivos de su vida se le ve en
oración.
El hombre es un ser en comunicación. Para
explicar esta breve tesis he decidido partir de la
siguiente afirmación: la comunicación es parte
constitutiva de la estructura propia de cada
hombre, y se puede decir con certeza que esta
dimensión de la vida no se puede suprimir. Por lo
tanto, las distintas formas de comunicación
estructuran la trama en que se desenvuelve la
vida de cada individuo.
Entre las distintas formas de comunicación, tiene
un lugar propio e insustituible la comunicación
con Dios. Esta comunicación tiene un nombre,
oración, es decir, relación de diálogo con Dios. La
oración, señala Rafael Checa en su libro Orar es
amar (1988), es la preeminencia de las formas de
comunicación. Y lo es porque los términos de la
relación son el hombre como el ser más notable
del universo y Dios, como el misterio absoluto e
inexpresable.
San Marcos, al narrar la oración de Jesús en el
Getsemaní, transcribe un diálogo muy profundo entre
el Hijo y el Padre: “Abba, Padre, todo es posible para tí,
aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero,
sino lo que quieres tú” (14, 36). En el caso del
bautismo que se realiza en un contexto de oración,
escuchamos la voz del Padre como aceptación de esa
oración: “Tú eres mi Hijo, yo hoy te he engendrado”
(Lc. 3, 21). Un tercer ejemplo se encuentra en la
elección de los doce. El Evangelista San Lucas describe
este momento de la siguiente manera: “Por aquellos
días, se fue él al monte a orar y se pasó la noche en
oración de Dios. Cuando se hizo de día llamó a sus
discípulos y eligió doce de entre ellos, a los que llamó
también apóstoles” (6, 12-13).
En conclusión, podemos afirmar que Jesús es un
hombre en máxima comunicación. Él, pese a ser Hijo
de Dios, vivió el hecho de la comunicación humana
como parte constitutiva de su propia condición de
hombre, y no la suprimió. Es más, sus relaciones no se
limitaban al mero hecho de la comunicación humana,
porque para él, el diálogo y la escucha de Dios tuvieron
un lugar propio e insustituible. Por consiguiente, en su
oración se expresaba concretamente el diálogo y la
atención a la voluntad del Padre.
A partir de esta breve reflexión podemos hacernos las
siguientes cuestionantes: ¿cómo defino mi oración
personal? ¿En qué nivel está mi comunicación con
Dios?, ¿Medio, intermedio o máximo?
Por: Cristian Santos Nataren
En el mes de septiembre tuvimos un taller de “Iniciación
al ministerio de la Palabra” impartido por el P. Ismael
Montero, cmf. Nos acercamos a la Palabra por diferentes
caminos, tomando en cuenta algunos documentos de la
Iglesia y congregacionales; a continuación les comparto
mi experiencia. Para ello, tomaré nada más tres aspectos:
primero, me centraré en aclarar lo qué es Palara de Dios y
Sagrada Escritura; segundo, una brevísima insinuación
sobre la Palabra de Dios en la congregación y en Claret; y
tercero, el ministerio de la Palabra en la formación y
específicamente en el noviciado.
En primer lugar, la distinción, saber que la “Palabra de
Dios” y la Sagrada Escritura no son lo mismo. La primera,
es mayor que la segunda, puesto que era desde antes que
existiera la Biblia o lo que conocemos como Sagrada
Escritura. La Biblia, es esa Palabra de Dios, ese “Logos
Divino” del que nos habla el evangelista Juan en su
prólogo, y que se manifestó en la “vivencia”
y
experiencia histórica de un pueblo -al pueblo de Israel o
a los judíos, por ejemplo-, y que algunos hombres se
encargaron de recogerla, lo que era tradición oral, y
ponerla por escrito (la conocemos también como historia
de la salvación). ¿Qué podemos sacar de esto? Primero,
que la Palabra de Dios y la vida, están bien unidas, por
eso el objetivo último es vivir la Palabra más que
interpretarla; y segundo, que la Palabra de Dios se
manifiesta y se vive «en» y desde los acontecimientos
históricos de cada pueblo humano.
En segundo lugar, la Palabra de Dios en la Congregación y
en Claret. En la Congregación, bástele al claretiano saber,
y hoy actualizar, que es su corazón el lugar de encuentro
y acogida de la Palabra; teniendo en cuenta que su mayor
ejemplo es y será el Corazón de María. María, la que
escucha y guarda la Palabra (Lc 2, 51). Nunca olvidemos
que -el núcleo de nuestra espiritualidad como claretianos
es acoger la Palabra de Dios, anunciarla y ser testigos de
ella-. Y en Claret, nos encontramos que, desde niño,
siempre llevó y leía la Biblia, en ella encontró estímulos
para el descubrimiento y desarrollo de su vocación: era
un aficionado de la Palabra (cf. IMP, p. 24). Pero no solo
esto, porque, el P. Claret, además de ser aficionado,
aficionó a los demás, haciéndose siervo de la Palabra:
“que te conozca y te haga conocer”.
He aquí, nuestro carisma y misión: “Oyentes y servidores
de la Palabra”, al estilo de Jesús, los apóstoles y profetas,
como lo fue el P. Fundador.
Y en tercer lugar, el ministerio de la Palabra en la
Formación y específicamente para el novicio. Primero,
tenemos que saber que como claretianos, nuestra regla
de vida es “el seguimiento de cristo” (somos
cristocéntricos como Claret, como todo cristiano tiene
que ser) y le accedemos a través de la Palabra. Segundo,
el principal protagonista es el Espíritu Santo que nos hace
comprender y cambiar nuestra visión de Ella. Y tercero,
saber que, María, como la que acoge, medita y comunica
la Palabra, es nuestro mayor ejemplo; como ya lo decía
antes. Y en los tres puntos, los primeros y más
interesados tenemos que ser los formando. Pero para
que todo ello se realice, es importante preparar una
buena base humana en el aspirante, actitudes que le
ayuden a transformarse en sencillez y pureza de corazón,
que a la vez pueda interiorizar y “exteriorizar” la Palabra
de Dios. Para que –finalmente- logre, y pueda llegar a
hacer una lectura Bíblica actualizada e inculturalizada,
haciendo mucho énfasis, en la escucha (a través de la
contemplación) y el anuncio. Ya en el noviciado, para el
novicio, y en toda su vida como claretiano, le será de su
interés integrar todas las dimensiones y actividades del
día a «y desde» la Palabra de Dios. Para que así, nuestro
apostolado, sea una transmisión de la Palabra viva y
vivida, comunicándola a través de nuestras actitudes,
experiencia y acciones. Dándose también, en cada uno
de nosotros, una apertura universal apreciando las otras
culturas, y siendo al mismo tiempo de gran importancia
iniciarse en la lectura de la Palabra de Dios desde el
propio contexto “socio-cultural-y-religioso” en el cual
estemos inmersos.
En conclusión, puedo decir que, esta experiencia de
acercamiento a la Palabra de Dios, me llevó a darme
cuenta que, a Esta, hay que encarnarla en toda nuestra
vida, opciones y acciones, cualquiera que estas sean e
independientemente del ambiente dónde se den.
Debemos ser cristocéntricos; claretianos, oyentes y
servidores de la Palabra, al estilo de los apóstoles y a
ejemplo de María, y en configuración con Cristo.
Por: Luis Enrique Ortiz Álvarez
Nuestra vida cristiana es iniciada por una experiencia
profunda de encuentro con Jesús. Una experiencia que
por naturaleza no puede ser superficial, pues la
experiencia de encuentro con Él toca las bases hondas del
ser y afecta todas las dimensiones de nuestra persona. Es
una experiencia que nos urge, por amor, a ponernos en
camino. Tal como lo dice aquella canción, “porque a
Jesucristo es imposible conocerle y no amarle, amarle y
no seguirle”. De forma que nuestro seguimiento de Jesús
es precedido por nuestro conocimiento de él. Te invito a
que nos ubiquemos imaginariamente en un camino, el
camino de seguimiento de Jesús, que es la vida misma, y
en medio de él, a cuestionarnos seriamente si en realidad
somos cristianos, entendiendo cristiano como los que
creen en Jesús como centro de sus vidas. Para ello
subrayamos una serie de pasos que pretenden ubicarnos
en la interrogante, y ayudarnos a abrir los ojos para
afianzar nuestro paso seguro y firme.
¿Cómo conocer a Jesús? No podemos hacer una teoría de
cómo conocer a Jesús. Pero es posible partir de una
antropología y fenomenología del conocimiento
interpersonal, aplicado al conocimiento de Jesús. El ser
humano es razón, pero no solo razón, también es
emoción e imaginación. De hecho, la imaginación
potencia el conocimiento de alguien o de algo. Es posible
conocer a una persona por la imagen que nos hacemos de
ella. Aplicando esto a nuestro conocimiento de Jesús,
podemos afirmar con mucha certeza, que nuestro
conocimiento de él está condicionado por imágenes
suyas, de las que nos hemos apropiado. El primer paso es
analizar críticamente si la imagen que tengo de Jesús es
la imagen vital que Él dio de sí mismo o no.
¿Qué imagen vital tengo de Jesús? Esta es una pregunta
que en medio del camino es necesaria hacernos. Nuestro
seguimiento de Jesús, y por ende, nuestra vida cristiana,
va a depender de la imagen vital que de Él tenemos. Si
nos aferramos a una imagen suya que no es vital, es
urgente cuestionarnos si con seguridad le seguimos a él o
a una idea que nos hacemos de él, según nuestras
necesidades, según nuestras circunstancias. El segundo
paso es, por tanto, reconocer que es necesario buscar la
imagen vital que Jesús dio de sí mismo.
¿Dónde encontrar la imagen vital de Jesús? La imagen
vital de Jesús sólo es posible encontrarla en los
evangelios. Aquí hay que advertir el tipo de lectura que
hagamos de los mismos. Por supuesto que tenemos que
evitar cualquier lectura fundamentalista y superficial.
Para poder encontrar la imagen vital que Jesús dio de
sí mismo es necesaria una lectura desde los contextos
de los evangelios. Entendiendo su época, la
comunidad a la que escribe el evangelista, los
problemas que enfrenta esa comunidad, los símbolos
contenidos en el texto, entre otros. No se trata de una
lectura en la que aprehendamos conceptos y en base a
ello construyamos estructuras lógicas. Se trata de una
lectura que desde los contextos, vislumbre la imagen
de Jesús desde sus dichos y hechos, desde su estilo de
vida, y presuponiendo lo seducidos que estamos por
él, nos lancemos a una evaluación de nuestras vidas
de cara al Jesús de los evangelios. Llegamos así al
tercer paso: evaluar nuestras vidas de cara al Jesús del
evangelio, mirando los objetivos de Jesús, desde la
construcción del Reino y confrontándolos con nuestra
misión hoy.
¿Por qué es necesario conocer la imagen vital que
Jesús dio de sí mismo? No podemos conocer al Padre
si no conocemos a Jesús. Pero evidentemente no nos
referimos a un conocimiento intelectual. Se trata de
comprender la figura de Jesús desde sus contextos.
Esto es importante porque cada vez más nuestra
espiritualidad se hace menos cristocéntrica. No
podemos avanzar en el camino de seguimiento de
Jesús, engañados, acomodados, y de cierta forma a
favor de la opresión que hoy día se arraiga, y que
Jesús mismo en su época denunció. El cuarto paso es
asumir desde el amor la imagen vital que Jesús dio de
sí mismo.
Finalmente, nos urge seguir puestos en camino, pero
nos urge más aún saber que la causa por la que
estamos en camino es la causa de Jesús, porque si no,
¿de qué sirve estar en camino, si vivimos engañados?
Si no asumimos la imagen vital que Jesús dio de sí
mismo, pasaremos por el camino pero no nos
detendremos en el margen, ni mucho menos nos
daremos cuenta que en el margen cada vez aumenta
la cantidad de hermanos y hermanas que no son parte
del camino porque son excluidos. Asumir esta imagen
de Jesús implica, en algunos casos, hacer un revés a
nuestra vida espiritual. Por ello nos pueden dominar
los miedos e imposibilitar nuestro avance. No
olvidemos que lo contrario a la fe, bíblicamente, es el
miedo. En todo esto podemos avanzar si nos
abandonamos en Dios, sabiendo que él es quien nos
llama. Un abandono en nuestra fe, una donación
constante de amor, que servirá de motor en el camino
de seguimiento de Jesús.
Por: Jean Edouard Israel
Ser tú mismo es una de las claves de una vida bien vivida
y, por lo mismo, de la felicidad que todos anhelamos. En
efecto, una de las metas que busca el ser humano es ser
feliz y ser amado en todas las cosas que realiza en su
vida. De hecho, desde la creación Dios nos creó libres
para elegir lo que queramos desde que podamos ser
felices; por eso, en cada cosa que vayamos realizando en
nuestra vida, el objetivo principal debería ser: En primer
lugar, ser feliz y ayudar a otros a ser felices también.
Por otro lado, ser uno mismo es decir ser coherente, ser
tú mismo en todas las consecuencias. Ahora bien, eso
tampoco quiere decir que caigamos en lo que planteó
Enrique Rojas: “El hombre light”; buscando nada más
nuestro interés, aumentando nuestro egocentrismo o
escapando de la realidad que nos toca vivir, o cayendo
en el individualismo que se muestra muy bien en el
filósofo alemán Friedrich Nietzsche, donde no vemos
más que a nosotros mismos.
Ahora bien, ¿Cómo podríamos alcanzar esta meta?, ¿es
subir al Monte Everest?, acaso ¿es imposible? De hecho
no, como seguidores de Jesucristo nada es imposible
desde que tengamos la voluntad y la disponibilidad.
Recuerda que Jesús mismo nos decía y sigue
diciéndonos día tras día: “ser fiel en lo poco y se nos
confiará más”.
Así que, ¿cuál sería ahora como humanos y cristianos
nuestra tarea? Además, con relación a la llamada que
nos hace Dios de vez en cuando, ¿cómo podríamos
conocer cuál sería nuestra vocación? ¿Vocación para
ser misionero o vocación para tener una familia? Una
de las cosas que nos puede dar una pista para
conocernos a nosotros mismos y a nuestra vocación
es: “hacer todo con amor al igual que Jesús que hizo
del amor un aspecto fundamental en su vida. En
efecto, Antes de hacer algo, la tarea fundamental que
tenemos ahora es: “conocer quiénes somos nosotros y
no lo que otros dicen de nosotros”.
A veces, caemos en esa tentación de dejarnos llevar de
lo que otros dicen de nosotros, sin embargo, nunca
hemos tomado de verdad un tiempo para hacer una
retrospección de nuestra vida, para ver quiénes somos,
si no siempre enmascaramos nuestra verdadera cara.
Por ende, Jesús invita a cada uno de nosotros a dejar
esa actitud farisaica para adoptar una nueva cara que
es la autenticidad que podemos adquirir en la sencillez
que brota de lo cotidiano. Sin embargo, eso conlleva
un proceso que dura toda la vida por medio de una
verdadera configuración con JESUCRISTO.
Por: Luís Ángel Rodríguez Pedraza
Finalicé las etapas de aspirantado y postulantado el
pasado mes de mayo del presente año en
Guadalajara, Jalisco, México. Fueron tres años durante
los cuales me aproximé a las vidas y pensamientos de
importantes filósofos, cuyas ideas me mantuvieron
ocupado durante estos primeros años de formación, y
como es de esperarse, San Antonio María Claret no
tenía cabida en este mundo.
No obstante, había leído en su Autobiografía algunas
de sus experiencias místicas, como por ejemplo, la
gracia de la conservación de las especies y la
confirmación de la castidad por medio de una visión
de la Virgen durante sus años de seminarista, y otras
que él mismo nos compartió en su escrito
autobiográfico, especialmente en el capítulo XVIII que
lleva por título, De algunas cosas notables que me han
dado a conocer Dios y la Santísima Virgen María.
Lo que me lleva a recordar que en alguna ocasión
durante la oración comunitaria, al momento de
compartir resonancias sobre la meditación del día,
cuyo tema era San Antonio María Claret, expresé que
sentía poco interés por la vida del P. Fundador.
Además, dije que sus experiencias místicas me
parecían alejadas de la realidad y que en su
Autobiografía por ninguna parte encontraba su lado
humano. Ahora reconozco que esas palabras eran
producto de un conocimiento pobre y fragmentado de
la vida y obra de San Antonio María Claret.
Ya que, leer el testimonio del P. Claret sobre sus
experiencias místicas sin conocer un poco más sobre
el contexto en el que vivió, puede generar en el lector
un sentimiento de indiferencia o incluso de
incredulidad, porque se suele pensar que las
experiencias místicas nada tienen que ver con el
mundo real. Sin embargo, San Antonio María Claret
con su testimonio de vida nos propone lo contrario.
Y es que, finalmente los santos también son hijos de
su tiempo, de allí que las experiencias místicas del P.
Claret sean fruto de su vida ordinaria que en un
segundo momento lo llevan a la acción. Como nos lo
dice Juan María Lozano, cmf. en su libro Un místico de
la Acción (1983: 384)
Toda su experiencia mística desembocaba de algún
modo en la acción. Bajo el influjo de aquella ebriedad
espiritual que siguió a sus esposalicios sangrientos con
Cristo en Holguín, ideó el santo su Academia de San
Miguel. A la gracia de la conservación de las especies
reacciona con un propósito heroico de acción.
Podríamos decir que mientras más intensa era su
experiencia, más profundamente se sentía llevado a la
acción apostólica.
En este sentido, las experiencias místicas de San
Antonio María Claret, pueden ser vistas como
respuestas a las problemáticas de su tiempo. Lo que
finalmente me lleva a decir que, vale la pena seguir
hablando sobre el P. Claret y su mística de la acción en
nuestras comunidades y apostolados, considerándolo
modelo de inspiración para la vida apostólica.
Por: Vicente Cancino Ordoñez
Iniciemos señalando, que el P. Claret, es un
prototipo de vida para quien desee consagrar su
vida y para quien la ha consagrado y quiere
vivir a plenitud la misión en el Proyecto del
Reino. Él a su corta edad (5 años), sentía lastima
al pensar en la eternidad y en quienes tuvieran
la desgracia de ir a la eternidad de penas; esto
fue muy significativo y fue algo que a lo largo
de toda su vida estuvo presente. El mismo
Santo afirma que: “esta misma idea es la que
más me ha hecho y me hace trabajar aún y me
hará trabajar mientras viva en la conversión de
los pecadores, en el púlpito, en el
confesionario, por medio de libros y estampas,
hojas volantes, conversaciones familiares, etc.
etc.” (Aut. 9).
Descubrir esta realidad, sin duda fue un impulso
para poner la mirada y el corazón en Dios.
Desde pequeño se inclinó a la piedad y a la
religión, oía misa, le gustaba frecuentar el
Santísimo Sacramento (ejemplo de su padre). A
los 10 años hizó su primera comunión y desde
entonces siempre frecuentó más los
sacramentos de penitencia y comunión; llegó
también a confesar una devoción cordialísima a
María; se hizo devoto del Santo Rosario, no
rezaba solo en la iglesia, sino también en su
casa y en el telar de su padre. Estas y otras
devociones, fueron las bases que le harán
perseverante en la vocación al servicio gozoso
de Dios.
Con el paso de los años, el P. Claret, con
humildad se abandonó en la experiencia de
Dios, se fue enamorando de su vocación, don
maravilloso que Dios mismo le participa y que
libremente acepta; también se enamora
apasionadamente del proyecto del Reino y se
convierte en mensajero del mismo para el
mundo, a ejemplo de Jesucristo. Se hizo
misionero itinerante, predicó en muchos
lugares de España, cuba y hasta en las Canarias
donde “le robaron el corazón” (cf. Carta a D.
Luciano Casadevall, Teror 27 de septiembre de
1848).
Y no es para menos, fue un hombre de Dios,
entregado, apasionado y preocupado por la
conversión de los pecadores y de llenar el
corazón de muchos sedientos de Dios. Caminó,
sin importarle, acompañado por las inclemencias
del tiempo, y siempre con poco equipaje.
Podríamos mencionar muchas virtudes y
cualidades del P. Claret, pero creo que con esta
pincelada, puedo compartir, que él es muestra de
que vale la pena abandonarse con humildad en la
experiencia de Dios, más en este tiempo en que
el mundo pide hombres que hablen con la vida
más que con palabras. Lo digo y lo sostengo, vale
la pena abandonarse con humildad en la
experiencia de Dios y pulirnos en la oración, en
confianza, en abandono, contemplativos, para
vaciarnos de nosotros mismos y darnos a los
otros en la más pura fraternidad del corazón y
poder así participar de los sacramentos y
devociones que alientan nuestro espíritu.
Enamorados de la misión como el P. Claret, nos
volvemos obedientes y nos lanzamos más allá de
nuestras propias fuerzas; hay que poner todas las
energías y habilidades en la proclamación del
Reino de Dios, al estilo y ejemplo de Claret; esto
es imitar la tarea de Jesús: hacer presente el
Reino del Abbá y restablecerlo entre nosotros.
Cuando una persona se entrega sin condiciones
al espíritu y se deja consagrar por El, entonces
todo florece, la misión se hace apasionante, el
rostro de la iglesia se hace más jovial, alegre, y el
mundo se siente visitado por Dios.
En el P. Claret, con cualidades y límites Dios hizo
mucho para bien de las almas, ¿qué cosas no hará
en nosotros si nos abandonamos con humildad
en la experiencia de Él? Vale la pena seguirle,
aunque vengan experiencias buenas y malas, el
proyecto es de Dios, hay seguridad de que nunca
estaremos solos, Él camina con nosotros.
22 de Julio: Llegamos a Guatemala ocho postulantes de tres diferentes Organismos.
Del 25 al 29 de julio: Ejercicios Espirituales. Guiados por el Padre Teófilo Cabestrero CMF, iniciamos con pie firme,
descubriendo el tesoro escondido del Reino y a un Jesús que nos llamaba a un lugar tranquilo y sosegado, el noviciado.
6 de agosto: Iniciamos formalmente nuestro año de Noviciado (2011-2012). En la fiesta de La Transfiguración del Señor,
y en solemne celebración, presidida por el P. Camilo Minaya CMF, formador en la Delegación Independiente de Antillas.
7 de agosto: Connovicios por un día. En este día acompañamos al noviciado (2010-2011) en su primera profesión
religiosa.
Del 15 al 19 de Agosto: Para conocer la dura realidad que viven nuestros pueblos de América Latina leímos el libro de
Teófilo ¿Victoria de los vencidos? En esta semana se hizo una exposición íntegra de la obra.
Del 22 al 26 de Agosto: Mauricio Borges, CMF, nos acompañó en esta semana de intensa oración. Dirigimos coloquios y
debates sobre la importancia de la oración en la vida religiosa y comunitaria.
Del 29 de Agosto al 2 de setiembre: Taller de Iniciación al ministerio de la palabra. Este taller dirigido por Ismael
Montero, CMF, nos impulsó a la vivencia, la escucha y la asimilación de la Palabra de Dios en clave claretiana.
Del 5 al 16 de setiembre: En estas semanas intensas de estudio y oración, Teófilo Cabestreo CMF, nos acompañó en un
recorrido antropológico, fenomenológico e histórico sobre las distintas imágenes de Jesús.
20 y 22 de setiembre: En estos dos días interrumpidos, pero bien vividos, el Psiquiatra Julio Porras, nos proporcionó
herramientas para discernir mejor nuestra vocación desde la dimensión humana.
3 de octubre: Celebramos con el ánimo que nos caracteriza el cumpleaños de David.
Del 10 al 14 de octubre: En esta semana nos acompañó, Un místico de la acción, libro de Juan María Lozano. Con
exposiciones continuas sobre la obra y comentarios profundos del P. maestro, Santiago Najarro, se logró desentrañar lo
más profundo de la vida de nuestro Padre fundador San Antonio María Claret.
Del 17 al 22 de octubre: El Taller del Padre Claret, dirigido por Javier Hernández, CMF, fue más que un complemento de
la semana anterior. Conocimos a profundidad la espiritualidad del fundador, sus contextos históricos y su amor a la
virgen Inmaculada, así como su entrega y servicio a la Palabra de Dios.
22 de octubre: Participamos en conjunto con el coro de Campanero en el Festival Claretiano por la Paz que se llevó a
cabo en el Colegio Fe y Alegría, contiguo a la Parroquia San Antonio María Claret.
24 de octubre: Un derroche de alegría en la comunidad del noviciado. En este día compartimos con toda la comunidad
claretiana para celebrar la fiesta de nuestro Padre Fundador San Antonio María Claret.
Del 30 de octubre al 3 de noviembre: Los formadores de la provincia de Centroamérica tuvieron su segunda reunión
anual en la casa del noviciado.
4 de noviembre: El equipo de Formación bíblica de la Parroquia Claret que dirige el P. Marito CMF, inició el taller bíblico
que prepara a la comunidad de Campanero para las fiestas guadalupanas. Empezamos un poquito retrasados porque la
gente no llegaba, pero al final pasamos unas horas muy agradables conociendo más sobre la Sagrada Escritura.
En el Apostolado de la
Misericordia
Compartiendo momentos con los
enfermos
En ambiente familiar
Festejando a los niños en
su día
Siguiendo el camino de Emaús
Despedida a los recién profesos
Acompañando al grupo de jóvenes
de la comunidad de Campanero
Disfrutando de eventos culturales en la
Parroquia San Antonio María Claret
Compartiendo el estudio
Participando en la Eucaristía
Celebrando al Santo Fundador
En meditación de La Palabra
Listos para nuestra tarea de
la misericordia
Disfrutando el deporte
Acompañando al grupo de Infancia
Misionera en la Comunidad de Campanero
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