Historia de la Biblia (P.3) Autor:Paulo Arieu La Biblia y la reforma

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Historia de la Biblia (P.3)
Autor:Paulo Arieu
La Biblia y la reforma protestante en Escocia.
Para entender la historia de la Iglesia Protestante y la Reforma, es importante comprender primeramente
que uno de los reclamos que hace la Iglesia Católica Romana es la de la sucesión apostólica. Esto
simplemente significa que ellos claman ser la única autoridad sobre todas las otras iglesias y
denominaciones, porque afirman contar con la única ascendencia de Papas católicos romanos a través
de los siglos, en línea directa hasta el apóstol Pedro. En su perspectiva, esto le da a la Iglesia Católica
Romana una autoridad única que invalida a todas las otras iglesias o denominaciones.
De acuerdo con la Enciclopedia Católica, esta sucesión apostólica “es encontrada únicamente en la
Iglesia Católica” y ninguna “Iglesia separada tiene alguna reclamación válida ante ello.”Es por esta
sucesión apostólica que la Iglesia Católica Romana reclama una autoridad única para interpretar la
Escritura y para establecer la doctrina; así como la afirmación de tener un líder supremo en el Papa, el
cual es infalible (sin error) cuando habla “ex cátedra” – esto es en el ejercicio de su oficio como pastor y
maestro de todos los cristianos. Por lo tanto, de acuerdo con la postura católica romana; la enseñanza o
tradiciones de la Iglesia Católica Romana, habiendo provenido del Papa, son tan infalibles y autoritativas
como las mismas Escrituras. Esta es una de las mayores diferencias entre los católicos romanos y los
protestantes, y fue una de las razones fundamentales para la Reforma Protestante.
Por supuesto los católicos romanos no son los únicos que tratan de reclamar una única autoridad a
través de la sucesión apostólica, o de rastrear los antecedentes de las raíces de su iglesia hasta los
apóstoles originales. Por ejemplo la Iglesia Oriental Ortodoxa también afirma esta sucesión apostólica,
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aunque su alegato es muy similar a la postura de los católicos romanos. La separación entre la Iglesia
Oriental Ortodoxa y el catolicismo romano no ocurrió hasta el “Gran Cisma” en el 1054 d.C. Hay también
algunas denominaciones protestantes o grupos que tratarán de establecer una “Línea de Sangre” que
pueda seguir la huella regresiva a través de los siglos, hasta la primera iglesia y los mismos apóstoles.
Mientras que estos protestantes no se apegan a la sucesión apostólica para establecer la autoridad de
un “Papa” como un líder infalible; ellos sin embargo aún buscan esa conexión con la iglesia primitiva, al
menos en un grado mínimo, para establecer la autoridad de sus doctrinas y prácticas. Comunmente,de lo
que mas se habla es de la reforma protestante de Alemania, de Martin Lutero o la de Suiza, de Juan
Calvino,pero poco se habla de la Reforma Protestante en relación a la Iglesia de Escocia.
Desde la Reforma, uno de los principios de la Iglesia de Escocia ha sido: «ecclesia reformata
semper reformanda secundum verbum Dei» (una Iglesia que es reformada siempre se está reformando
de acuerdo con la Palabra de Dios). Siguiéndolo, se redactó en la Asamblea General de 2001 un informe
titulado "Una Iglesia sin barreras" (A Church Without Walls). Este informe recoge un conjunto de valores
y se centra en la vida cotidiana de la Iglesia y no en sus instituciones.[0]
La Iglesia de Escocia, de confesión presbiteriana, es la Iglesia oficial de Escocia. También es conocida
de manera informal por su nombre en escocés: The Kirk. Su lema es «nec tamen consumebatur»: aun
así no se consumía (Éx. 3:2 ). Sus orígenes se remontan a la Reforma Escocesa de 1560. En la
actualidad, si bien el 42,4% de la población de Escocia (censo de 2001) se declaró miembro de la
misma, sólo el 12% del total es practicante. Esta iglesia participa activamente de la Alianza Reformada
Mundial y de la Confederación de Iglesias Europeas.
Esta Iglesia Cristiana pertenece a: Comunión Anglicana, Alianza Reformada Mundial, Confederación de
Iglesias Europeas, Movimiento Anglicano de Continuación y ACTS Action of Churches Together in
Scotland (una organización ecuménica que reúne a las Iglesias de Escocia, Cristianas Protestantes y
Cristianas Anglicanas). A diferencia de la Iglesia de Inglaterra, la Iglesia de Escocia no es una Iglesia que
pertenezca al Estado, aunque tenga relaciones con las demás religiones estatales a través de la
pertenencia de esta a la Comunión Anglicana.
Su independencia del mismo en materia espiritual está recogida por la ley. Cuando el Monarca del Reino
Unido viaja a Escocia, es un miembro más de la Iglesia, es decir, tiene un papel meramente formal, el de
"Protector de la Fe" (no como en Inglaterra, donde es el máximo dirigente). El Monarca se compromete a
proteger la Iglesia de Escocia al jurar su cargo. Excepto cuando acude en persona, tiene un
representante (Lord High Commissioner) en la Asamblea General.
Los orígenes de la Iglesia de Escocia se remontan a la Reforma Escocesa de 1560 que contribuyó de
manera decisiva a definir su identidad, ya que, en ese momento, se produjo la ruptura con Roma. Este
proceso de reforma protestante trajo cosigo cambios tanto en la doctrina como en la jerarquía inspirados
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en los principios de Juan Calvino, con los que John Knox, líder del movimiento, había entrado en
contacto mientras vivía en Ginebra. En 1560, el Parlamento Escocés abolió la jurisdicción papal y aprobó
la confesión de la fe de Calvino. Sin embargo, no hizo lo mismo con muchos de los principios que
John Knox exponía en el Primer Libro de la Disciplina, en el que defendía, entre otros aspectos, que
todos los bienes de la Iglesia precedente debería pasar a manos de la nueva. La cuestión de quién
dirigiría la Iglesia permaneció sin resolver.
Finalmente, en 1572 el joven rey Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra aprobó el Acuerdo de Reforma
de 1560. A través del Concordato de Leith, se autorizaba a la Corona a designar obispos siempre que
contara con la aprobación de la Iglesia. No obstante, cabe resaltar que el propio John Knox no tenía
claro cuál iba a ser la función de los obispos dentro de la nueva Iglesia y prefería que fueran
denominados «superintendentes». En respuesta al nuevo Concordato, surgió un grupo de presbiterianos
liderado por Andrew Melville, autor del Segundo Libro de la Disciplina. Durante un tiempo, Melville y sus
seguidores gozaron de éxito, especialmente con la entrada en vigor de la Golden Act en 1592, la cual
daba la aprobación parlamentaria a los consistorios presbiterianos.
El rey Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra creía que el presbiterianismo era incompatible con la
monarquía, lo que resumía en «Sin obispo, no hay rey». En consecuencia, gracias a una hábil
manipulación por parte de la Iglesia y del Estado, se fueron reintroduciendo paulatinamente, primero, el
episcopado parlamentario y, más tarde, el episcopado diocesano. Así, a su muerte (1625), la Iglesia de
Escocia contaba con un cuerpo completo de obispos y arzobispos. Además, las Asambleas Generales
se celebraban cuando y donde la Corona autorizaba. Carlos I de Inglaterra (rey de Inglaterra, Escocia e
Irlanda), su sucesor, heredó en Escocia un acuerdo basado en una solución intermedia entre la doctrina
calvinista y la práctica episcopal. Careciendo del carácter político de su padre, empezó a destruir este
equilibrio criticando la austeridad de la misa escocesa y buscando introducir rituales propios de la Iglesia
alta de Inglaterra.
Esta reforma se basaba en El Libro de Orden común de 1637, que había sido escrito por un grupo de
obispos escoceses y, en contra de lo que a menudo se cree, aún no se usaba en Inglaterra. Fue la
insistencia de Carlos I de Inglaterra en ocultar todo este asunto lo que provocó el descontento general.
Así, cuando en el verano de 1637 se celebró la introducción de este libro en la catedral de San Gil
(Edimburgo), estalló una oleada de disturbios que se extendería por toda Escocia. A comienzos de 1638,
un gran número de escoceses se unió a los Covenanters, quienes protestaban en contra de la
introducción de El Libro de Orden común y de otras innovaciones que no habían sido previamente
probadas y aprobadas por parlamentos independientes y Asambleas Generales de la Iglesia. En
noviembre de 1638, habiendo trancurrido veinte años desde que se celebró la última, tuvo lugar una
Asamblea General en Glasgow. En ella, no sólo se declaró ilícito El Libro de Orden común, sino que
también se abolió la función de los obispos. De esta forma, la Iglesia de Escocia quedó establecida sobre
una base presbiteriana.
Los intentos de oposición de Carlos I de Inglaterra dieron lugar a las Guerras de los Obispos. En un
determinado momento, los Convenanters se unieron a los parlamentarios ingleses, lo que dio lugar a la
Confesión de Fe de Westminster (1647) (ésta sigue siendo uno de los pilares de Iglesia de Escocia; la
Iglesia de Inglaterra la reemplazó durante la Restauración inglesa). El episcopado se reintrodujo en
Escocia tras la Restauración, lo que produjo un gran descontento, especialmente en el suroeste, donde
la tradición presbiteriana estaba muy arraigada. En gran medida, la situación actual no ha variado desde
1690, cuando, después de la Revolución Gloriosa, la mayoría de los obispos escoceses eran jacobitas,
y, por ello, el poder presbiteriano fue garantizado por la ley. No obstante, continuó la controversia sobre
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la relación entre el poder civil y el religioso; la potestad de designar clérigos del poder civil provocó la
secesión de muchos grupos.
Esta fase de secesión se inició en 1733 y acabó en 1843, año en el que una gran parte de la Iglesia se
separó y formó la Iglesia Libre de Escocia. La existencia de un amplio número de congregaciones
presbiterianas en Escocia es el resultado de estos procesos de separación y las subsiguientes fusiones y
segregaciones que se produjeron entre los diversos grupos secesionados. Hasta finales del siglo XIX, la
Iglesia de Escocia fue la responsable de la educación (la primera en hacerlo en el mundo moderno). Su
objetivo era que los fieles fueran capaces de leer la Biblia. En 1921, el Parlamento del Reino Unido
aprobaría la Church of Scotland Act, la cual reconoce la independencia de esta institución en asuntos
espirituales. Este hecho permitió que la Iglesia de Escocia pudiera unirse en 1929 a parte de la Iglesia
Libre Unida de Escocia (surgida tras la unión de la Iglesia Presbiteriana Unida de Escocia y la mayor
parte de la Iglesia Libre de Escocia en 1900).[1]
Durante el período de la Reforma protestante en Escocia, y con el fin de promover “el espiritu de la
verdadera religion cristiana”, se elaboró una nueva confesión de fe (1560) y se elaboró lo que se conoce
como el Libro de Disciplina, libro que afirma la autoridad de la Escritura, y demuestra que el principio
regulador es más que una aplicación natural de la regla de la sola Scriptura de la teología Protestante.
La explicación del Primer encabezamiento de la Doctrina declara:
Por la predicación del evangelio, debemos entender no sólo las escrituras del Nuevo Testamento, sino
también las del antiguo: a saber, la ley, los profetas, e historias, en la que Cristo Jesús no es menos
contenido en figura, de lo que lo tenemos ahora expresado en verdad. Y, por lo tanto, con el apóstol,
afirmamos que "Toda la Escritura es inspirada por Dios, es útil para instruir, reprender, y
exhortar". En los libros del Antiguo y Nuevo Testamento afirmamos que todas las cosas necesarias para
la instrucción de la iglesia , para hacer al hombre de Dios perfecto, están contenidas y suficientemente
expresadas.Por doctrina contraria, entendemos en absoluto los hombres, a travez de las leyes, concilios,
o constituciones han impuesto sobre las conciencias de los hombres, y sin la orden expresa de la
palabra de Dios: como son los votos de castidad, abjurar del matrimonio, la unión de los hombres y
mujeres a varias ropas camufladas, a la observación supersticiosa de los días de ayuno, diferencia de la
carne por motivos de conciencia, la oración por los muertos, y mantenimiento de los días sagrados de
ciertos santos comandados por el hombre, como todos los que han inventado los papistas, como las
fiestas (como ellos llaman ellos) de los apóstoles, mártires, vírgenes, de la Navidad, Circuncisión, la
Epifanía, purificación, y otras fiestas entrañables de “nuestra señora”. Estas cosas--que en las escrituras
de Dios no tienen ni mandamiento ni garantía-- juzgamos absolutamente ser abolidos de este reino;
afirmando además que los mantenedores obstinados y maestros de tales abominaciones no deberían
escapar a la sanción de los magistrados civiles.[2]
Inglaterra, John Huss en Checoslovaquia, y John Wessel en Alemania, habrían dado sus vidas por su
oposición a algunas enseñanzas anti-bíblicas de la Iglesia Católica Romana.La oposición de la Iglesia
Católica Romana y sus falsas enseñanzas llegaron a su climax en el siglo dieciséis, cuando un monje
católico romano llamado Martín Lutero clavó sus 95 propuestas (o tesis) contra las enseñanzas de la
Iglesia Católica Romana en la puerta de la iglesia del Castillo de Wittenberg, Alemania. La intención de
Lutero era traer la reforma a la Iglesia Católica Romana, y al hacerlo estaba desafiando la autoridad del
Papa.
Con la negativa de la Iglesia Católica Romana de responder al llamado de Lutero a reformarse y regresar
a las doctrinas y prácticas bíblicas, la Reforma Protestante comenzó, de la cual surgirían cuatro
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divisiones o tradiciones principales: La Luterana, la Reformada, la Anabaptista y la Anglicana. Durante
este tiempo Dios levantó a hombres piadosos en diferentes países a fin de restaurar y volver
nuevamente a las iglesias a través del mundo, a sus raíces, prácticas, y doctrinas bíblicas.Subyacentes a
la Reforma Protestante hay cuatro preguntas o doctrinas básicas en que estos reformadores creían que
la Iglesia Católica Romana estaba en un error. Estas cuatro preguntas o doctrinas son: ¿Cómo es
salvada una persona? ¿Dónde reside la autoridad religiosa? ¿Qué es la iglesia? y ¿Cuál es la esencia
de la vida cristiana?
Al responder estas preguntas los reformadores protestantes tales como Martín Lutero, Ulrich Swingli,
Juan Calvino, y John Knox establecieron lo que sería conocido como las “Cinco Solas” (sola, es tomada
de palabra del latín –solamente-) de la Reforma. Estos cinco puntos de doctrina fueron el corazón de la
Reforma Protestante y fue por estas cinco doctrinas bíblicas esenciales que los reformadores
protestantes tomarían su posición contra la Iglesia Católica Romana, resistiendo las demandas puestas
sobre ellos aún al punto de morir; de retractarse de sus enseñanzas.
Estas cinco doctrinas esenciales de la Reforma Protestante son:
1) “Sola Scriptura”, o Solamente la Escritura: Esto afirma la doctrina bíblica, de que solo la Biblia es la
única autoridad para todos los asuntos de la fe y la práctica. La Escritura y solamente la Escritura es la
norma por la cual todas las enseñanzas y doctrinas de la iglesia deben ser medidas. Como Martín Lutero
declaró tan elocuentemente cuando se le pidió retractarse de sus enseñanzas:
Que se me convenza mediante testimonios de la Escritura y claros argumentos de la razón —porque no
le creo ni al Papa ni a los concilios, ya que está demostrado que a menudo han errado, contradiciéndose
a sí mismos— por los textos de la Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a mi conciencia y
ligado a la Palabra de Dios. Por eso no puedo ni quiero retractarme de nada, porque hacer algo en
contra de la conciencia no es seguro ni saludable". "¡No puedo hacer otra cosa; esta es mi postura. Que
Dios me ayude! Amen."
2 - “Sola Gratia”, Salvación Solamente por Gracia: Esto afirma la doctrina bíblica de que la salvación
es únicamente por la gracia de Dios y que somos rescatados de Su ira por Su gracia solamente. La
gracia de Dios en Cristo no es solamente necesaria, sino que es la única causa eficiente de la salvación.
Esta gracia es el trabajo sobrenatural del Espíritu Santo que nos trae a Cristo, al librarnos de nuestra
esclavitud del pecado y levantarnos de la muerte espiritual a la vida espiritual.
3 – “Sola Fide” La Salvación Solamente por Fe: Esto afirma la doctrina bíblica de que la justificación
es por gracia solamente a través de la sola fe en Jesucristo únicamente. Es por la fe en Jesucristo que
Su justicia nos es imputada, como la única satisfacción posible a la perfecta justicia de Dios.
4 – “Solus Christus” En Cristo Solamente: Esto afirma la doctrina bíblica de que la salvación se
encuentra solamente en Cristo y que únicamente Su vida sin pecado y Su expiación sustitutiva, son
suficientes para nuestra justificación y reconciliación con Dios el Padre. El evangelio no ha sido
predicado si la obra sustitutiva de Cristo no es declarada, y la fe en Cristo y Su obra no es solicitada.
5 – “Soli Deo Gloria” Solo a Dios la Gloria: Esto afirma la doctrina bíblica de que la salvación es de
Dios, y que ha sido realizada solamente por Dios para Su gloria. Afirma que como cristianos debemos
glorificarle siempre, y debemos vivir todas nuestras vidas ante la presencia de Dios, bajo la autoridad de
Dios, y para Su gloria solamente.Estas cinco importantes y fundamentales doctrinas son la razón para la
Reforma Protestante. Ellas son el corazón de donde la Iglesia Católica Romana se equivocó en su
doctrina, y el por qué la Reforma Protestante fue necesaria, para regresar a las iglesias a través de todo
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el mundo a la correcta doctrina y enseñanza bíblica. Ellas son tan importantes en la actualidad para
evaluar una iglesia y sus enseñanzas, como lo fueron entonces. De muchas maneras, muchos cristianos
protestantes necesitan ser retados a regresar a estas doctrinas fundamentales de la fe, al igual que los
reformadores retaron a la Iglesia Católica Romana a hacerlo en el siglo dieciséis.
Conclución
Los comienzos de la Reforma en Inglaterra, no fueron muy alentadores. Sin embargo, el Dios que llama
todas las cosas que no son como si fuesen y que tiene en Sus manos el corazón de los reyes, tenía una
agenda distinta a la de Enrique VIII, y la estaba llevando a cabo a través de la agenda del rey... En
cuanto a la iglesia en Escocia, ya no cabía dudas de su tendencia reformada. Como señala un
historiador: “Ninguna iglesia oficial de la Reforma fuera de Suiza estaba más profundamente arraigada
en la vida del pueblo.” John Knox, murió el 24 de Noviembre de 1572, y aunque muchos lo recuerdan
únicamente como el gran reformador de Escocia, lo cierto es que su figura adquirió mucho renombre a
nivel internacional, como lo atestigua la famosa Placa Memorial de Ginebra en la que aparece junto a
Calvino y Farel.[3]
Notas:
[0] http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_Escocia
[1] http://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_Escocia
[2] “Knox, Historia, en Obras”, 2:185-86. La Reforma escocesa trajo un rechazo de todas las fiestas
eclesiásticas (excepto el día del Señor). En el libro 5 de la Historia de la Reforma en Escocia, Knox
escribió: "en el mantenimiento de algunos días festivos nuestra iglesia no accedió, pues sólo se mantuvo
el día sábado- en Escocia." (Obras 2:534). En otro lugar, Knox refirió a "ese día que los hombres llaman
el Viernes Santo", indicando así su desacuerdo con la importancia otorgada al día (Obras 6:140)
[3] Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo cit en
http://elteologillo.wordpress.com/2013/04/23/los-puritanos-y-la-reforma-en-escocia/
Otras fuentes
 Extracto del Testimonio en contra de la US Constitucion de los Estados Unidos por la Iglesia
Reformada Presbiteriana RPCNA-THE REFORMED PRESBYTERIAN.VOL. III. APRIL, 1839.
No. II. VOLUMEN EN INGLES: AUTHENTIC CHRISTIANITY (Pg 179) por J Morecraft III
 http://www.anabaptists.org/spanish/folletos/politica.html
Imagen
 http://2.bp.blogspot.com/-o3DoGcCIEgc/ULewgMNozI/AAAAAAAAAFw/uQ4FN7_zd0c/s1600/John+Knox.jpg
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