declaracion corta de fe

Anuncio
Declaración Corta de Fe
www.elcaminoangosto.com
DECLARACION CORTA DE FE
Creemos que las siguientes doctrinas y creencias son esenciales para la salud del cristiano y la iglesia local. Hay ciertas
cuestiones en las cuales los cristianos pueden tener desacuerdos, pero creemos que las que se presentan aquí son de
suma importancia y se deben defender a gran costo.
LAS ESCRITURAS. Las Escrituras del Antiguo y el Nuevo Testamento fueron dadas por la inspiración de Dios, y son el
único estándar suficiente, seguro, y autorizado de todo conocimiento, fe y obediencia que salva.
DIOS. Hay un solo Dios, el Creador, Conservador y Gobernante de todas las cosas, teniendo todo tipo de perfección en Sí
Mismo y de Sí Mismo, y siendo infinito en cada uno; y a El toda criatura le debe el nivel más elevado de amor, reverencia
y obediencia.
LA TRINIDAD. Dios se revela a nosotros como Padre, Hijo y Espíritu Santo, cada uno con distintos atributos personales,
pero sin división en Su naturaleza, esencia o ser.
LA PROVIDENCIA. Dios, desde la eternidad, decreta o permite que acontezcan todas las cosas, y sostiene, dirige y
gobierna perpetuamente todas las creaturas y todos los eventos sin ser de ninguna manera el autor o el aprobador del
pecado, y sin destruir el libre albedrío y la responsabilidad de las criaturas inteligentes.
LA ELECCIÓN. La elección es la selección eterna de Dios de algunas personas para la vida eterna – no por algun mérito
previsto en ellos, sino por Su mera misericordia en Cristo – y por consecuencia de esto son llamados, justificados y
glorificados.
LA CAÍDA DEL HOMBRE. Dios originalmente creó al hombre a Su propio imagen, y libre de pecado; pero, por medio de la
tentación de Satanás, el hombre transgredió el mandamiento de Dios y cayó de su santidad y justicia original; por lo cual
su posteridad (es decir, descendientes) heredan la naturaleza corrupta y completamente opuesta a Dios y Su ley, están
bajo condenación, y tan pronto como son capaces de acción moral, llegan a ser transgresores verdaderos.
EL MEDIADOR. Jesucristo, el Hijo unigénito de Dios, es el mediador designado divinamente entre Dios y el hombre.
Habiendo tomado en Sí la naturaleza humana, pero sin pecado, Él cumplió con la ley perfectamente, padeció y murió en
la cruz por la salvación de pecadores. Fue sepultado, resucitó al tercer día, y ascendió a Su Padre, en cuya diestra vive
para siempre para hacer intercesión por Su pueblo. Él es el único Mediador, Profeta, Sacerdote, Rey de Su Iglesia y
Soberano del universo.
LA REGENERACIÓN. La regeneración es un cambio de corazón, una obra del Espíritu Santo, quién da vida a los que están
muertos en sus transgresiones y pecados, iluminando sus mentes espiritualmente para salvación con el fin de entender
la Palabra de Dios, y renovando su naturaleza completa para que amen y practiquen la santidad. Es una obra solamente
de la gracia gratuita y especial de Dios y no el resultado del hombre.
EL ARREPENTIMIENTO. El arrepentimiento es una gracia evangélica, en el cual el Espíritu Santo hace consciente a una
persona de la maldad multiforme de su pecado, para que se humille con tristeza piadosa, que deteste, y aborrezca el
pecado [es decir, odie] y a sí mismo, con el propósito de caminar ante Dios de tal manera que le agrade en todas las
cosas.
Declaración Corta de Fe
www.elcaminoangosto.com
LA FE. La fe salvadora es la creencia, basada en la autoridad de Dios, de cualquier cosa que se revela en Su Palabra
referente a Cristo; aceptándolo y reposando en Él solamente para la justificación y la vida eterna. El Espíritu Santo obra
en el corazón y acompaña toda la gracia salvadora y lleva a una vida de santidad.
LA JUSTIFICACIÓN. La justificación es la absolución misericordiosa y total de todo pecado por Dios de pecadores que
creen en Cristo mediante el sacrificio satisfactorio que hizo Cristo en la Cruz. No es dado por algo merecido ni hecho por
ellos, sino por causa de la obediencia y satisfacción de Cristo; ellos reciben y reposan en Él y Su justicia por fe.
LA SANTIFICACIÓN. Aquellos que han sido regenerados también son santificados por medio de la Palabra y el Espíritu de
Dios morando en ellos. Esta santificación es progresiva a través del suministro de fortaleza Divina, la cual todo santo
busca obtener, buscando una vida celestial en obediencia cordial [es decir, dispuesta] a todos los mandamientos de
Cristo.
LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS. Los que Dios ha aceptado en el Amado, y santificado por Su Espíritu, jamás caerán
totalmente, ni rechazarán al final de cuentas, su estado de gracia, sino que ciertamente perseverarán hasta el final; y
aunque pueden llegar a caer en el pecado por negligencia y tentación, constristando al Espíritu, impidiendo sus gracias y
consuelos, trayendo reproche a la Iglesia y juicios temporales sobre ellos mismos, serán renovados nuevamente para el
arrepentimiento y serán conservados por el poder de Dios mediante la fe que da salvación.
LA IGLESIA. El Señor Jesús es la Cabeza de la Iglesia, la cual se compone de todos Sus discípulos verdaderos, y en Él está
invertido supremamente todo poder para su gobierno. Según Su mandamiento, los cristianos han de formarse en
sociedades o iglesias particulares; y a cada una de estas iglesias Él ha dado la autoridad necesaria para administrar el
orden, la disciplina y la adoración que Él ha designado. Los oficiales regulares de una iglesia son los Obispos (o Ancianos)
y los Diáconos.
EL BAUTISMO. El bautismo es una ordenanza del Señor Jesús, obligatoria para todo creyente, donde es sumergido en
agua en el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, como una señal de su comunión con la muerte y la
resurrección de Cristo, el perdón de los pecados y de su entrega a Dios, para vivir y andar en vida nueva.
LA CENA DEL SEÑOR. La Cena del Señor es una ordenanza de Jesucristo que ha de administrarse con pan y vino, la cual
han de celebrar Sus iglesias hasta el fin del mundo. No es en ningún sentido un sacrificio, sino que fue designado para
conmemorar Su muerte, para confirmar la fe de los cristianos y para ser un vínculo, un compromiso y una renovación de
su comunión con Él, y de su comunión con la iglesia.
EL DÍA DEL SEÑOR. La Iglesia del Nuevo Testamento da el ejemplo de congregarse en el Día del Señor (es decir, el
Domingo) para la lectura y enseñanza de la Palabra de Dios, la adoración, la oración y el ánimo mutuo – estimulándose
unos a otros a amar y a las buenas obras. Es propio ver el Día del Señor como una celebración de la resurrección de
Cristo y la redención de Su pueblo.
LA LIBERTAD DE CONCIENCIA. Sólo Dios es el Señor de la conciencia; y El la ha dejado libre de doctrinas y mandamientos
de hombres, mismos que son contrarios a Su Palabra, o no tienen nada de Su contenido en ellas. Los magistrados civiles
son colocados por Dios por lo que la sujeción de todas las cosas legales ordenados por ellos deben de ser efectuadas por
nosotros en el Señor, no solamente por el castigo, sino también por motivos de conciencia.
LA RESURRECCIÓN. Los cuerpos de los hombres se convierten en polvo después de la muerte, pero sus espíritus
regresan inmediatamente a Dios – los justos descansan con Él; los impíos serán guardados bajo oscuridad para el juicio.
En el día final, los cuerpos de todos los muertos, tanto de justos como de injustos, serán resucitados.
EL JUICIO. Dios ha designado un día en el cual Él juzgará al mundo por medio de Jesucristo, cuando le dará a cada
persona según sus obras: los perversos entrarán en el castigo eterno y los justos, en la vida eterna.
Descargar