Mester de clerecía

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Los tres mesteres
Mester viene del latín Ministerium, (oficio); la Edad Media, rigurosamente jerarquizada en tres estamentos o estados, la plebe, el clero y la nobleza, se vio representada en el ámbito literario por tres mesteres que emanaban de esos sectores de la sociedad, laboratores o trabajadores siervos y vasallos del señor, oratores o clérigos y defensores o militares.
El mester de juglaría era el más popular, aunque no tanto que sus autores no hubieran recibido una formación bastante superior a la normal: la verdadera literatura tradicional del pueblo iletrado y analfabeto era entonces oral y principalmente lírica, mientras que los juglares divulgaban poemas narrativos de tema guerrero compuestos por gente letrada, verdaderos autores de cantares de gesta, destinando este producto a un público muy vario y poco escogido en las plazas de los pueblos o de los castillos, con un estilo de verso irregular y anisosilábico de rima asonante en largas tiradas monorrimas, con habitual esticomitía y una retórica sencilla, de forma semirrepresentada.
El mester de clerecía se engendró, por el contrario, en ámbitos escolásticos y religiosos más cultos, como los estudios generales o las escuelas catedralicias o monacales, y utilizaba un vocabulario amplio, preñado de cultismos y colores retóricos, estrofismo y no tiradas, verso regular e isosilábico y una rima más exigente, la consonante, con temas no guerreros sino religiosos y morales y una conciencia clara de querer hacer "otra cosa" que los juglares, aunque con frecuencia tomaron algunos procedimientos estilísticos de los juglares, que ya habían configurado una cierta tradición literaria que contribuyeron a enriquecer, civilizando la lengua vulgar.
El mester de cortesía, menos articulado que los otros, nació, por el contrario, en el seno de la Corte, en las chancillerías regias, y utilizó siempre la forma de la prosa para ámbitos legales y cortesanos, con la intención educativa de formar nobles y políticos que pudiesen prosperar en las difíciles condiciones de la revuelta Edad Media española; a esta intención responden las numerosas compilaciones de cuentos, las obras históricas y los diversos escritos de Don Juan Manuel y otros escritores en castellano y latín.
El Mester de clerecía, sin embargo, es una denominación que posee dos sentidos, uno restringido y más homogéneo y otro amplio más heterogéneo. En sentido restringido, señala sólo a un grupo de obras de características muy definidas que siguen la estela del Libro de Aleixandre: el Libro de Apolonio y las hagiografías de Gonzalo de Berceo, solamente. En sentido más lato, tiene que ver con todas las derivaciones ulteriores que adaptaron este modelo a otras condiciones sociales y mentalidades: el Libro de Buen Amor, el Rimado de Palacio, el Poema de Fernán González, los Proverbios morales, el Poema de Yusuf etcétera. Esta segunda agrupación es más extensa y heterogénea.
Características del Mester de Clerecía
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Son obras elaboradas por hombres instruidos y clérigos que utilizan colores de la retórica y un vocabulario con frecuentes cultismos (palabras extraídas directamente del latín sin cambio).
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Tratan temas religiosos e historiográficos con fin moralizador, tomados de otras fuentes (obras latino­medievales casi siempre).
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Se crean para entretener (delectare) y enseñar (docere) a la gente (ver estrofa 3 del Libro de Alexandre) e impulsarla (movere) a la virtud y a la piedad.
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Están escritas en verso regular, preferentemente alejandrino o de catorce sílabas dividido en dos hemistiquios isométricos de siete sílabas cada uno y separados por una pausa fuerte o cesura, al contrario que el mester de juglaría, que utiliza versos irregulares y anisosilábicos y hemistiquios heterométricos.
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Utilizan la rima más difícil y exigente, la consonante, frente al mester de juglaría, que utiliza la rima asonante, y el mester de cortesía, que utiliza preferentemente la prosa.
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Usan como esquema métrico preferente el tetrástrofo monorrimo, y ya en el siglo XIV otros metros para dar variedad a la monotonía estrófica, principalmente zéjeles o variantes de la cuaderna vía, como Sem Tob.
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Ausencia de asuntos heroicos. A diferencia del mester de juglaría, los autores de éste tratan asuntos religiosos, ascéticos. Únicamente una obra en esta corriente desarrolla un tema épico.
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