UNIVERSIDAD POLITECNICA DE NICARAGUA “Sirviendo a la Comunidad” UPOLI CENTRO INTERUNIVERSITARIO DE ESTUDIOS LATINOAMERICANOS Y CARIBEÑOS “Mauricio López” Paideia No. 3 Latina Revista de Pensamiento Latinoamericano año 2008 S U M A R I O Editorial EL SEPARATISMO EN LA COSTA CARIBE DE NICARAGUA Freddy Quezada LA DECIMA CANTADA EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE Martha Esquenazi ROIG Y LA CONSTRUCCION DE UN SUJETO LATINOAMERICANO Sergio Romero AMERICA: RAZA INDOMITA Guillermo Gómez S. Paideia Latina: Es una revista de investigación del Centro Inter-universitario de Estudios Latino-americanos y Caribeños CIELAC-UPOLI, y está al servicio de la difusión del Pensamiento Latinoamericano Editorial El regionalismo, sometido a un criterio geopolítico, plantea hoy enormes desafíos, oportunidades y peligros a una América Latina acicateada por la globalización de la economía. La aceleración del proceso de globalización en América Latina, en las últimas décadas, ha tenido impactos inevitables y ritmos distintos, según cada región del continente. Los diferentes países que conforman nuestra América, se vieron de pronto sometidos a ajustes estructurales y a nuevos ensayos políticos no previstos, cuyos ejes centrales están configurados por procesos económicos, financieros, tecnológicos, culturales y políticos que se interpenetran e influyen a todas las regiones del planeta, haciéndolas cada vez más interdependientes. Esto ha vuelto inevitable que, en el contexto de los procesos políticos, América Latina, tanto en su dinámica interna como externa, vea el regionalismo, con un valor y criterio político y bajo un prisma de cooperación colectiva que impulse a sacar el mejor provecho de las oportunidades de negocio y desarrollo de un país, y por otro lado, tenga la posibilidad de ver las potencialidades y debilidades de desarrollo de un Estado y neutralizar las amenazas que se levantan, opacando los procesos de integración y complementación física, política, económica y cultural de los países de determinada región. Hoy por hoy, se hace muy necesario reflexionar acerca de los mecanismos de integración y los procedimientos que hacen posible que funcionen los acuerdos con los cuales interactúan los Estados nacionales entre sí. Esta perspectiva configura una serie de relaciones emergentes que convierten la política en un hecho que trasciende al sistema político estatal de base geográfica, lo que a juicio de algunas teorías internacionalistas, basados en el pensamiento de Humberto Eco, vislumbran que la política del futuro se desarrollará en forma creciente fuera del espacio euclidiano, a consecuencia de la revolución cultural, tecnológica y comunicacional que experimenta la aldea global. En los procesos de integración regional, como al que aspiran los países de Centroamérica, es evidente que la política no puede ser entendida al margen de la geografía, y esto, por la influencia que ésta ejerce en los procesos sociales que materializan los espacios físicos, donde la gente vive y satisface las necesidades colectivas y se desarrollan como comunidades políticas. La política, ligada al desarrollo y al ejercicio del poder, presenta una variable cultural que en medio de un sistema de interconexión mundial de las comunicaciones, hace inevitable la generación de procesos de socialización y transmisión de valores culturales, intercambiables con otros horizontes de referencia cultural y otras cosmovisiones. Latinoamérica no es un todo homogéneo, aunque desde un punto de vista geográfico, el hemisferio revela una continuidad desde Alaska hasta Tierra del Fuego, sin embargo, desde el punto de vista idiomático y cultural, el continente es diverso y convergen en su composición, tradiciones ancestrales en toda su riqueza y complejidad y la tradición ilustrada europea que representa la cultura del conquistador y de la civilización de la racionalidad técnica y monetaria que 2 iniciara la burguesía europea a partir del siglo X. Frente a esta diversidad cultural e idiomática que atraviesa América, dividida en Norte, Centro y Sur, se han desarrollado patrones culturales que actúan como aglutinadores de valores civilizatorios, y que aunque afines y complementarios en algún sentido, no dejan de marcar la diferencia y distinción al momento de asimilar la diversidad sociocultural. Las asimetrías políticas y económicas que viven nuestros pueblos Latinoamericanos, sólo es posible de superar, partiendo de la base que las dinámicas regionalistas, desbordan la perspectiva cultural y adquiere su real peso y valor en la medida en que estas representan acciones políticas aglutinadoras de voluntades, dispuestas a convertir en acciones concretas un proyecto político colectivo. En el aso concreto de Centroamérica, la integración que se ha venido impulsando y que dista de los esfuerzos de la década del sesenta y setenta, en materia de acuerdos bilaterales y multilaterales, tiene al menos tres factores coadyuvantes: en primer lugar; el proceso de globalización económica y la presencia de empresas transnacionales que operan como sistemas internacionales de producción integrada, esto ha contribuido a la modernización e internacionalización de los principales grupos económicos nacionales en la región. En segundo lugar; supeditado al primer factor, está el hecho de que los países de la región se hayan suscrito al Consenso de Washington, y que aunque con tiempos y ritmos distintos de acuerdo a cada país, la piedra angular del acuerdo fue: la liberalización del comercio. El tercer factor de integración es lo que se denomina “ajuste estructural”, de predominancia en la región, y que provocó el fin del modelo agroexportador tradicional basado en el dinamismo de las exportaciones agrícolas tradicionales a mercados extraregionales y la emergencia de un nuevo modelo económico basado en el libre mercado. Centroamérica, como una región de oportunidades y con una geografía estratégica para desarrollar acuerdos políticos y económicos de largo alcance, debe seguir explorando las mejores posibilidades, y concertando políticas de acuerdos multilaterales, que sean una clara manifestación práctica del regionalismo 3 EL SEPARATISMO EN LA COSTA CARIBE DE NICARAGUA Por Freddy Quezada I. INTRODUCCIÓN “Cuerpos sin vida flotando en las turbias aguas del río, confundidos con canastos de alimentos, tanques de gas butano y animales. Decenas de personas alrededor del muelle, en pangas y botes de canalete, tratando de auxiliar a los pasajeros que nunca llegaron a su destino previsto. Esa fue la imagen de la tragedia del Promar 59 en El Rama (…) Recordar tantas de esas imágenes no es nada grato pero perduran en lo más profundo de nuestras mentes. Los cuerpos de miembros de la Policía Nacional asesinados en su propio cuartel, crimen que aún hoy día no se esclarece; el asesinato de Francisco García Valle en su propia casa de habitación por supuestos sicarios; miles de casas desbaratadas y dispersas después del paso de huracán Juana por Bluefields: el éxodo de miles de familias miskitas hacia Honduras huyendo de su tierra por temor a perder la vida ante el conflicto armado que azotó y casi extermina a uno de los principales grupos étnicos del país; hambruna en las riberas del río Coco por ataque de ratas a los cultivos; jóvenes 4 flacos y amarillos que deambulan por las calles como zombis realizando actos delincuenciales motivados por el consumo de cocaína o piedras de crack; pescadores de cultura milenaria convertidos en pescadores de la droga que los narcotraficantes abandonan en alta mar; carreteras en pésimo estado con promesas anuales de ser reparadas y las que al ser transitadas, por el viajero frecuente entre Managua y Bilwi, el tiempo le parece interminable; matanza entre hermanos por el derecho a la tierra; bosques preciosos arrasados por mafias bien organizadas de madereros; miles de buzos que mueren producto del síndrome de la descompresión; gobiernos regionales electos por la voluntad popular que traicionan los principios de la autonomía y a su sufrido pueblo con actos de corrupción e ineficiencia en la administración pública y más, mucho más”. Le faltó agregar a Ronald Hill Alvarez (autor de esta cita de su artículo “La imagen de la Costa Caribe nicaragüense”, aparecido en La Prensa del 4 de Febrero del 2006) el Grisis Siknis, ese misterio colectivo que afecta de vez en cuando a algunas comunidades miskitas, y la reciente expulsión de policías y narcotraficantes por parte de algunas de ellas, como triunfo de la comunidad sobre la sociedad, para coronar la colección de imaginarios que resume lo más reciente que cualquier ciudadano del Pacífico y Centro del país se hace de ellos. Contando con esta imagen del Caribe nicaragüense, o la otra, que explota el etnoturismo de postales, ni falsas ni ciertas, presentes para romperlas o complejizarlas, presentamos al lector universitario, los resultados modestos de una exploración secundaria (desgraciadamente sin respaldo de campo) efectuado en la sala de estudio del Centro de Documentación del Centro de Investigación y Documentación de la Costa Atlántica (CIDCA) de Nicaragua, sobre esa otra realidad subterránea y latente, el separatismo, un fenómeno del que pocos, incluyendo dentro del Caribe mismo, hablan. O lo hacen, pero bajo eufemismos cubiertos por el vocabulario autonomista, como se puede advertir en el último estudio del PNUD (2005) donde se le rebaja el perfil al separatismo. No entiendo la razón, de que tal estudio no hable para nada de la Ley Orgánica de la Nación Comunitaria Moskitia y sus Preceptos, si fue firmada por 280 comunidades en el año 2001. E incluso, en esa misma página (PNUD, 2005:133), aluden inofensivamente la X Asamblea General en que se efectuó. Si prácticamente es la declaración de un nuevo país!!! Estos autores lo ocultaron, ignoraron o callaron, por estar citando servilmente lugares comunes de Amartya Sen y Will Kymlicka (autores del humanismo económico y cabeceras bibliográficas obligadas del PNUD y la UNESCO, financiadores del proyecto) sobre las personas (ese invento kantiano para clases medias sensibleras) en esquemas de desarrollo (que, siendo antropólogos, no sé cómo no criticaron) y Robert Putnam, sobre el capital social (ese invento anglosajón para garantizar la recuperación de carteras, contractualizando los valores comunitarios) para enseñarles la ruta asociativa a quienes las conocen mejor que nadie. No entiendo a estos autores, le llegaron a enseñar, ridículamente, a nadar a los peces y, mientras tanto, no vieron el gran tiburón que les merodeaba el culo. Tales escuelas de capitalismo populista y refinado, combinación de sociología, derecho y economía, los autores de este informe (algunos de ellos ex -- revolucionarios), se las han tragado con todo y pelo. Me recuerdan aquellas viejas películas, donde la chica frágil golpea impotente el pechote del rudo, sólo para caer, momentos después, rendida en un beso apasionado, agitando en el aire sus piecitos. 5 II. GRUPOS ETNICOS DE NICARAGUA Los caribeños nicaragüenses nunca han sido considerados ciudadanos de primera (en puridad no hay ciudadanos de primera porque sino hubiesen de segunda) de la República de Nicaragua. Los ramas están desapareciendo literalmente del mapa étnico. Los mayangnas, antiguamente conocidos como “sumus”, la comunidad viva más antigua del país, de alguna manera los verdaderos nicaragüenses, se les ignoran totalmente por los demás grupos. Los misquitos en general no se sienten nicaragüenses completamente, ni hondureños, donde viven otra parte de ellos, soñando con la nación Moskitia, como la que les permitió el imperialismo inglés, en esa área. Los afrocaribeños, un sector tan ilustrado como los mestizos, tienen consideraciones identitarias muy propias que los ha llevado en muchas ocasiones a criticar severamente la prejuiciada administración mestiza del gobierno central. Los mestizos que viven o son originarios de la Costa Caribe, han desarrollado también sensibilidades muy especiales sobre el multiculturalismo y el interculturalismo, escuelas de moda entre los estudiosos de la cultura. CUADRO No. 1 GRUPOS ETNICOS EN NICARAGUA AÑO/ETNIA CHOROTEGA CREOLE GARIFUNA MATAGALPA MISKITO NAHUA NICARAO RAMA SUMU/MAYANGNA SUBTIABA TOTAL 2000/2002 19,000 43,000 2,000 97,500 125,000 40,000 12,000 1,350 13,500 40,500 393,850 Fuente: Segundo Informe sobre Desarrollo Humano en Centroamérica y Panamá. Todos estos fenómenos, del conocimiento del habitante caribeño, y de los especialistas, del etnólogo o el antropólogo, se fue convirtiendo, al amparo de la crisis de los Estados Nacionales, en un problema que trató de resolverse en Nicaragua con un Estatuto de Autonomía (Ley No. 28) primero, después con su respectivo reglamento y, hasta donde vamos, por una Ley del Régimen de Propiedad Comunal de los Pueblos Indígenas y Comunidades Étnicas (Ley 445), pero que hoy están circulando de modo molecular, algunas iniciativas emparentadas con ideas de autonomías radicales o francos separatismos. Rodolfo 6 Stavenhagen (1991:1), un estudioso mexicano, decía en un estudio no tan nuevo que “1988 se señala que de un total de 111 conflictos en el mundo, 63 eran internos y se describe a 36 de ellos como ‘guerras de formación de Estados’, es decir, conflictos en que intervienen un gobierno y un grupo de oposición que exige la autonomía o la secesión para una etnia o región particular”. Además, se ha sumado el fenómeno de la identidad y las formas que tienen ahora los grupos humanos para autodefinirse en función de nuevos marcadores, incluyendo las subjetividades definitorias y autoadjudicantes, como el caso que se puede apreciar en el cuadro anterior, donde hay grupos étnicos teóricamente invisibilizados o “desaparecidos”, como los chorotegas, nahuas y nicarao, en el Pacífico e Interior de Nicaragua. CUADRO No. 2 PESO DE LOS GRUPOS ETNICOS NICARAGUENSES POR LENGUA MATERNA Y RELIGION (%) Lengua Materna/Religión Español Miskito Mayangna Inglés Otro Total Católica Evangélica Morava Episcopal Otra Ninguna 99.00 0.56 0.04 0.10 0.05 100.0 99.00 0.10 0.01 0.30 0.10 100.0 98.00 0.80 0.07 0.30 0.02 100.0 12.00 68.00 8.00 12.00 0.09 100.0 16.00 14.00 0.20 70.00 0.04 100.0 87.00 4.00 0.05 8.00 0.40 100.0 Fuente: Elaboración Propia en base a Censo, 1995 de INEC. En el cuadro anterior se puede apreciar con facilidad el dominio de los hispanos parlantes en las religiones mayoritarias del país (católica y evangélica), pero ya en la morava y en la episcopal, disminuye sensiblemente su presencia, pasando el dominio a manos de miskitos y anglo parlantes, respectivamente. De hecho, hay un imaginario piramidal que cruza todas las etnias y que no es verdad ni mentira, sino un dispositivo que todos comparten y usan, para negociar lugares o romper prejuicios y avanzar posiciones. En la cúspide, están los “cheles”, seguidos de mestizos, creoles, miskitos, mayangnas y demás. El estudio del PNUD sobre el Caribe nicaragüense, reconoce este imaginario, pero a través de las lenguas. “Algunos grupos lingüísticos han sufrido históricamente presiones para asimilar la lengua oficial del Estado nicaragüense, español, y usarla en reemplazo de la suya. Otras lenguas vecinas también minoritarias, por 7 ejemplo el mayangna ha sido presionada por plegarse al miskito, el miskito a su vez al inglés kriol, el inglés kriol al inglés standard, el rama al inglés kriol. Uno de los instrumentos más importantes de estas políticas han sido la imposición de una lengua dominante y la supresión o eliminación de las lenguas autóctonas.” (PNUD, 2005: 109) No somos ciegos, también, a reconocer que ha habido varios tipos de rivalidades intra e inter étnicas, que son al fin y al cabo de poder. Entre ellas, la de mayangnas vs. miskitos; miskitos vs. mestizos; mayangnas vs. mestizos; afrocaribeños vs. mayangnas; afrocaribeños vs. mestizos; mestizos costeños vs. mestizos del Pacífico; mestizos en general vs.”cheles”; etc. Y la todos los caribeños contra el Estado central que, a veces, encuentra, sin buscarlos, aliados entre ellos mismos. CUADRO No. 3 Lenguas fuera del castellano en el Caribe OTRO 2% INGLES 23% MAYANGNA 7% MISKITO MAYANGNA INGLES OTRO MISKITO 68% Fuente: elaboración propia en base a INEC (1995) El estudio del separatismo es para preparar escenarios ante eventualidades políticas y pistas, no para embriagarnos con publicidades seguras venidas de la agenda pública, impuestas por los poderosos o las mayorías y las certezas sobre nuestros imaginarios de identidad, que nos pueden hacer creer que estamos facultados para imponérselos a los demás. El separatismo, bien entendido, no es bueno ni malo en sí mismo. Si logra resolver problemas es una decisión útil pero, si no, pues, es negativo. Pero ¿cómo saberlo?, es parte de lo que despertó nuestra curiosidad, sobre todo a partir de esa beligerancia que empiezan a exhibir sin temor muchos grupos étnicos subalternos frente a los grupos dominantes. Uno de los últimos estudios del que apenas nos hemos enterado es “Estados Desunidos de América” de Juan Enríquez, donde el autor, después de analizar el peligro que los EEUU se desintegren, dice que el mapa en América Latina no se 8 ha alterado durante mucho tiempo pero, pronostica, dentro de unos 15 años asistiremos a un separatismo en cadena. De hecho América Latina sufrió su balcanización inmediatamente después de su independencia. Las dos más grandes fueron en Sudamérica, el desmembramiento del sueño de Bolívar y la balcanización de Centroamérica en países débiles y pobres. Tuvimos, pues, aunque no tanto como Europa, que cambia cada veinte años su mapa geopolítico, cambios profundos. III. TIPOS DE IDENTIDADES Hay tres tipos de identidades: A) Aristotélica Aquella que lleva a imponerse en virtud de considerar su esencia como inalterable y eterna. O se impone o se le resiste. De aquí se desprenden epopeyas de conquistadores, colonizadores, “civilizadores” o de resistencias trágicas y heroicas de grupos condenados por su alteridad y acentralidad narrativa. Son típicas las ideas eurocéntricas, de los blancos, de los hombres, de los cultos, etc. Incluso los mestizos pueden verse arrastrados, como ya veremos, por esta lógica. La idea clave de este paradigma es que hay una sustancia que nos define y esa naturaleza nos obliga a llevar esa bondad a los otros que suponemos no la tienen o si la poseen en pequeñas cantidades estamos en la obligación, como a los niños, de ayudarlos a desarrollarlas plenamente. Están muy vinculados a los Estados naciones clásicos donde domina la homogeneidad o la incorporación de los grupos subalternos a los cánones centrales por medio de la lengua, el mercado, la educación y las instituciones. También en el caso de las resistencias, es igual, sólo que de signo invertido. Hay la idea de una pureza amenazada y dispuesta a defenderla con la vida si es preciso. Estos imaginarios de pureza son efectivamente los que han dominado la historia. Aún hoy tiene un peso fuerte en muchas naciones. B) Los estructuralistas Son menos cerrados, y su idea está centrada más bien en la relación que los unos establecen con los otros (aunque de alguna manera asumen que de previo hay también purezas) y cómo recíprocamente se definen en función de su posición, peso y capacidad de persuadir. Con la llegada de la deconstrucción y los Estudios Culturales empezaron a descubrir el carácter construido de las identidades (Anderson, Hobsbawm, García Canclini). Son amigos de las negociaciones, alianzas, pactos, acuerdos pragmáticos, inclusiones, complementariedades (“...el régimen de autonomía regional supone la convivencia y complementariedad, no la oposición a otras formas y niveles de autonomía: la municipal y comunitaria”. PNUD, 2005: 26), etc. 9 En Centroamérica una obra polémica como la de Mario Roberto Morales, su tesis doctoral, “La articulación de las diferencias o el síndrome de Maximón”, las resume y en ella aspira que Guatemala, su país de origen, reconcilie la peligrosa senda etnicista que parece llevar, por medio de una articulación de las diferencias en la refundación de un nuevo Estado intercultural. “La hibridación o, mejor, los espacios intersticiales de la hibridación cultural como vértice para situar el análisis de la cultura y la política, lleva no tanto a la inutilidad de considerar híbridas a todas la culturas sino, probablemente, a proponer el mestizaje intercultural (o el espacio en el que las diferencias se articulan) entendido como el producto de la transculturación, como eje articulador de futuras nacionalidades, identidades y subalternidades en países interétnicos” (Morales, 2002: 267). Tienen a su favor el viento de los nuevos tiempos, pero también sus estudios, descubrimientos o inventos los han llevado de alguna manera a favorecer proyectos de autonomías, federaciones, consensos, que tratan de mantener un equilibrio con los estados centrales o los esquemas e imaginarios dominantes. Tienen un pie en los viejos Estados nacionales, cuyos horizontes no reconocen superados (“Una alternativa para la nación- Estado es, pues, el Estado –Nación, donde diversos pueblos y ‘naciones’ -- ya sea indígenas o identificadas en virtud de su adscripción étnica, religión o lengua—puedan coexistir pacíficamente y cooperativamente en un solo sistema de gobierno estatal.” PNUD: 2005: 24) y otro en las diferencias desterritorializadas como el papel de las ONG`s internacionales y el turismo folklórico y étnico que les hace ver con justicia el carácter muchas veces de simulacros de las identidades “puras”. Además, por estar preocupados por las estrategias nobles de obtener consensos en ambientes que creen, como buenos académicos, amables, amistosos y transparentes, se olvidan a menudo de las leyes del poder que ven con mucha ingenuidad y linealmente. Todos estos estudios han girado, pues, o a través de “esencias” que chocan con violencia o de astucias y estrategias para negociar consensos y articulaciones dialógicas, dejando en penumbra dos problemas, uno que no termina de resolver la segunda escuela y, otro, que evita: la identidad y el poder. Hablaremos de ellas en el tercer tipo. C) La nihilista Las diferencias son altamente móviles, polisémicas, ubicuas y líquidas, exactamente como las identidades. Y cuyo objeto básico, tanto de unas como de otras, es imponerse o, al ser derrotadas una de ellas, sobrevivir, haciéndose la muerta (como el wakon yosai de los japoneses) o la débil (como los lamentos mayangnas), simulando, transformándose o adaptándose a la otra. No hay nada detrás de la identidad como también de la diferencia, sólo un juego imaginario de poder entre ellas de alto vuelo, gran calidad y de muy largo aliento para imponerse. Tal vez me explique mejor con una tesis doctoral fascinante que acabo de leer y que se llama “Del hermetismo en el discurso sobre el género: el 10 transexualismo como síndrome cultural: del sexo generado al sexo transexuado” de Isabel Aler Gay. Resulta que el estudio del transexualismo como fenómeno de identidad y alteridad al mismo tiempo, descubre que todo el problema de la identidad se juega de una sola vez con ellos/ellas y también con los travestís a los que sólo alude tangencialmente. Judith Butler, en su obra Cuerpos que importan, también lo descubre, sólo que le adjudica más poder del que tiene y merece a un imaginario fácilmente confundible con un idealismo vulgar. Aler Gay, a mi juicio equivocadamente, dice que los transexuales “refuerzan paradójicamente el sistema heterosexual”, sólo porque viajan del imaginario de identidad de uno o una hacia el otro u otra, donde se quedan (Aler, 2005:480). Sin embargo, hay una parte que la autora no llega a preguntarse, pero que es desprendible de su estudio: cómo harían los transexuales arrepentidos, por ejemplo, ya que por el carácter irreversible de los cambios clínicos y jurídicos, no pueden regresar a su identidad original y, supongo, que algunos de ellos o ellas tendrían que !travestirse para parodiar al sí mismo original! Si todavía, después de esta operación, se ríen es porque han descubierto que nunca hubo nada en ninguno de los sitios. Sólo un juego o un baile, como el de Krishna o el de Shiva. Cuando estos juegos se toman en serio, lo único que los transforma así, es el poder de imponerse uno a otro y entonces todo parece verdad. Tiresias el adivino, en la Grecia clásica, dijo que de los dos sexos que él mismo había sido, elegía el de mujer (Tipo A) y el "Orlando" de Virginia Woolf, en que es hombre en una época y mujer en otra, hablaba más bien de complemento (Tipo B). Shelmerdine y Orlando, en su relación, eran tan parecidos que, siendo este último mujer, Shel le decía: “ ‘ ¿Estás segura de no ser un hombre? ’ Le preguntaba ansiosamente, y ella repetía como en un eco: ‘ ¿Será posible que no seas una mujer? ’ Y acto continuo hacían la prueba.” (Wolf, 1983: 166). La tesis doctoral de Aler Gay, para asuntos de identidad (Tipo C), nos parece reveladora porque los transexuales que se arrepienten, son los únicos seres que podrían conocer a fondo la identidad como "nada". Sólo un transexual desencantado que, descubriendo que no hay nada especial en el sexo donde ha llegado, y deseando volver al original, admitiría que regresar no tiene sentido, porque también es lo mismo. Sólo necesitaría arrepentirse para saberlo. III. TIPOS DE SEPARATISMOS El ya citado Rodolfo Stavenhagen (1991: 3-6) tipifica siete situaciones de conflictividad étnica. Son: 1) Grupos étnicos dentro de Estados multiétnicos; 2) Grupos étnicos no reconocidos por Estados “monoétnicos”; 3) Minorías nacionales que se identifican con su etnia en un Estado vecino; 4) Múltiples grupos étnicos en un Estado en que ninguno de ellos goza de una posición dominante particular; 5) Minorías étnicas asentadas a ambos lados de la frontera entre Estados distintos y 11 que se encuentran en situación minoritaria en ambos Estados; 6) Emigrantes y refugiados étnicos, producto de migraciones importantes, particularmente de países del Tercer Mundo hacia otros países del Tercer Mundo o hacia naciones industrializadas y 7) Pueblos indígenas y tribales que constituyen un caso especial de grupos étnicos, y que se consideran en general como minorías. Por varias razones, he simplificado, para el caso que nos interesa, esta tipología de Stavenhagen en dos: Uno, el separatismo en la época de dominio de grandes Estados Nacionales con grupos diferentes fuertes, como en la Rusia soviética, en España con los vascos o Gran Bretaña con los irlandeses. Al respecto, es célebre la polémica entre Lenin y Rosa Luxemburgo sobre la autodeterminación y el separatismo. Lenin recordaba que establecer la libertad de las nacionalidades de separarse de un Estado central, jugaba un papel parecido al divorcio con relación a los matrimonios y no habría que verlos como el destructor de los mismos, sino como el conservador de ellos, permitiendo tal salida. Es como el escándalo con los matrimonios gays, en que la gran mayoría ve las uniones censurables, pero nadie advierte que la institución, el matrimonio, se fortalece, sacrificando una de sus piezas heterosexuales. Este separatismo, que se enmarca dentro del Estado Nación, es una discusión vieja y aparentemente superada (de hecho la desintegración de la URSS sólo aquí encuentra su explicación), pero que puede regresar. Dos, el separatismo postmoderno o de la diferencia que va en contra del Estado Nación pero que, paradójicamente, algunos lo reproducen. A veces, incluso, algunos movimientos sociales radicales ignoran al Estado. Durante mucho tiempo tal indiferencia llevó a creer que los movimientos sociales no estaban interesados en el poder clásico que ha tomado su asiento principal siempre en el Estado. Los movimientos separatistas han desmentido esta suposición. Es cierto lo que dicen algunos teóricos, nunca ha habido tantos Estados como hoy. Ahí están las cifras de las Naciones Unidas. Muchos de ellos vienen de separaciones violentas o pacificas de otros estados. Pero este separatismo, es más vulnerable porque habla de una diferencia más débil, múltiple y abierta que el separatismo moderno. Tal vez a ello deba su doble filo. Se puede usar a favor de los que están en contra del diferente cuando dicen como coartada, al migrante por ejemplo, “sí, es diferente y tiene derecho a serlo, pero por eso mismo es mejor que regrese a casa, donde estará más cómodo”, así como también aquellos que recogen el guante y, en contra de los políticamente correctos, se enorgullecen de decirse negros, gays, tercermundistas, machos, etc. IV. SITUACION EN EL CARIBE NICARAGUENSE A propósito de las elecciones autonómicas en la Costa Caribe de Nicaragua que ya se están efectuando, en las que de nuevo se sospecha una fuerte abstención (ver Cuadro No. 4) se espera que, a su amparo, se levanten con justicia o no, 12 reivindicaciones separatistas en nombre de una diferencia irreconciliable entre las comunidades caribeñas y el mestizaje central, o unas demandas vinculadas a un pasado tenido por pleno y maravilloso que se asume humillado y pervertido. CUADRO No. 4 Abstenciones en el Caribe (1990-2002) REGION RAAN (%) RAAS (%) Abstenciones (1990) 21.8 21.2 Abstenciones (1994) 25.5 26.6 Abstenciones (1998) 43.4 42.4 Abstenciones (2002) 62.4 61.2 Fuente: CSE. Dirección Cartográfica La diferencia para bien o para mal, en nuestros tiempos, ya es parte del paisaje de los analistas, políticos y medios de comunicación. La diferencia, a su vez, está muy emparentada con la identidad y la alteridad, es decir, el ego y el alter, el yo y el otro. Hay cuatro familias de diferencias muy claras, cada una con su respectiva racionalidad y cosmos: las étnicas, las lingüísticas, las sexuales y las culturales. A veces se cruzan o se ignoran o se derivan corrientes más específicas unas de otras, que más adelante se confunden como la de género, las ambientales y las de los movimientos sociales. Para el caso que nos ocupa, la diferencia entre el Caribe, el Pacífico y la Región Central de Nicaragua, más que espacial y geográfica (que tiene también su peso particular) son las diferencias étnicas y culturales que pasan por la magnificación de los medios de comunicación para imponerse como imaginarios de uso (esos depósitos de lugares comunes), tal como nos lo presentó Ronald Hill en la introducción de este trabajo. Los proyectos integracionistas desde la época de Zelaya, con el que se obligó, como se ve, a llamarse así a la Costa entera y a uno de sus puertos más representativos (Bilwi) con el nombre de un general de la región del Pacífico (Rigoberto Cabezas) dentro de la más pura tradición del colonialismo interno, agotó su papel. 13 El Estado Nación está en juego, al grado que ya hay autores que apuestan a su reconfiguración en los nuevos contextos regionalizantes o a un relanzamiento con nuevos atributos. Bolivia y Francia, en el “primer” y el “tercer” mundo, demuestran el carácter defensivo que ya tienen en relación a esta (con el No a la Unión Europea) y a la amenaza de desmoronamiento en aquella (con la amenaza de su desintegración antes del triunfo de Evo Morales). En el estudio del PNUD (2005) sobre las Regiones Autónomas, ejecutado por autores nicaragüenses, acerca de la diversidad en el país, se muestra un cuadro (Ver Cuadro No. 5) que se puede leer, según si uno mira el vaso medio lleno o medio vacío. Los autores han preferido verlo medio lleno. A mi juicio, creo que es mejor verlo medio vacío. Según los datos, la costeñidad ha subido desde 1997 hasta el 2001 y, hasta la fecha (2006), presumo que la curva siguió ascendiendo. “Más costeño que nicaragüense”, puede significar, entre otras cosas, una latencia separatista. Casi el 40%, por ejemplo, si somos modestos en la especulación del ascenso, de una población pensando así, es suficiente para generar giros radicales dentro de una nación. Con menos que eso, minorías ilustradas y activas, han hecho revoluciones espectaculares. La revolución rusa de 1917, se hizo con apenas el 25% de los obreros de Moscú y San Petersburgo. CUADRO No. 5 En la Costa Caribe de Nicaragua, hay varios grupos étnicos, pero son dos los dominantes por su peso, su ubicación y su poder: los mestizos y los afrocaribeños. 14 Ambos con escolaridad parecida, aunque el primero más grande en tamaño, una ventaja en las condiciones costeñas y más todavía en procesos electorales, donde el poder del número es decisivo. Los otros grupos, en especial, el mískito, tiene que negociar con cualquiera de los dos más poderosos, protagonismo, presencia y lugares en la agenda pública. Pero su presencia no es despreciable en términos numéricos, porque dota al mapa de un acento propio y diferente. Tienen en su universo un conjunto de comunidades que son las que constituyen la base del Consejo de Ancianos, una organización muy beligerante que es la única que se ha atrevido a llamar a la constitución de una “Nación Comunitaria Moskitia”, firmada en el 2001 en una Asamblea General, compuesta por más de 280 comunidades. Cuenta en su repertorio con una Ley Orgánica y unos Preceptos (ver Anexos) constitutivos que se abren a todos los grupos étnicos de la Costa Caribe (Arto. 1 y 2), como el que sueña Mario Roberto Morales para Guatemala, sólo que aquí dominado por los pueblos originarios. En la Ley Orgánica, equivalente a una Constitución (Arto. 40) para la llamada Nación Comunitaria Moskitia, hay disposiciones de gran envergadura que van desde el ordenamiento territorial y étnico (Arto. 7, 8, 9, 10) hasta diligencias para solicitar reconocimiento internacional a la ONU y OEA (Arto. 18 inciso f) y 38), pasando por facultarse la autorización de fundar empresas indígenas (Preceptos, Arto. 36), declarar soberanías territoriales (Preceptos, Arto. 12, 13, y 14) y negociar proyectos con organismos internacionales (Arto. 39 y Preceptos, Arto. 21). Nada de especial tuviera esta información sino se temiera o anhelara, según el punto de vista, que la curva abstencionista se encontrase con los llamados a separar la Nación Comunitaria Moskitia, de la República de Nicaragua. Y ya sabemos que los Estados son celosos de sus territorios. Stavenhagen (1991:12) nos lo recuerda: “De hecho, no hay nada que un Estado establecido tema más que la amenaza de una secesión territorial. Los Estados mejor prefieren perder poblaciones que territorios. Desde el Tratado de Westfalia, las fronteras territoriales de los Estados han sido consideradas como los límites sagrados del sistema internacional”. Las comunidades miskitas (pero también las mayangnas, garífonas y ramas) votan en las elecciones de modo colectivo, no hay voto individual, el “whita” o jefe, orienta a la comunidad entera hacia el voto. En un estudio efectuado por el CIDCA (1998: 19) se concluye sobre las votaciones en las comunidades: “…un representante miskito de una comunidad de Waspán, manifestó que en las elecciones regionales de 1994 toda la comunidad se reunió para decidir por quién votar. Pero en ese mismo seminario, otro miembro de la 15 misma comunidad dijo que el voto era individual y secreto. Y logramos investigar que efectuaron votos comunitarios, también, en las elecciones de 1998. Estos últimos para negociar con los candidatos su apoyo… Esa es una de las grandes contradicciones. Un voto que se movió entre la concepción de individuo y la de comunidad. Entre la racionalidad moderna y la tradición propia”. Entre la Gemeinschaft (comunidad) y la Gesellschaft (sociedad). Dualismo clásico que puede ayudar a comprender la expulsión que dirigentes miskitos efectuaron a narcotraficantes, forasteros y policías en una de sus comunidades para devolver la tranquilidad a los habitantes, originando el recelo del Estado que se reserva el monopolio de la violencia legítima y no puede verse desafiado. Es muy probable que las energías liberadas por la abstención y el rechazo explícito a la invasión de los partidos del Pacifico, se vean invertidas en proyectos francamente separatistas, si logran a convencer a las otros grupos, o al menos a un par de ellos, para integrarse a la Nación Comunitaria Moskitia (N. C. M). CUADRO No. 6 16 De hecho, sólo hay tres maneras de ver la relación entre el Estado y las etnias, vinculadas a las identidades como unidades cerradas en sí mismas. Dos negativas y una neutral. Uno puede enfocar las cosas desde el punto de vista étnico y decir que el grupo dominante del Estado es un grupo étnico mayor y proponer un escenario donde todos sean grupos étnicos. Los análisis políticos en estos escenarios estarían muy vinculados a identidades e imaginarios culturales. CUADRO No. 7 MODALIDADES DE ENFRENTAMIENTO ESTADO/ ETNIAS ESTADO INTEGRACION RESPETO SEPARACION BALANCE PODER Estado Etnia - DORES DE IDENTIDAD Homogenización/ Fuertes DESAPARICION 0 + Resistencia Negociación Divorcio + 0 - MARCA - ETNIAS Flexibles Fuertes AUTONOMIA OTRO ESTADO Fuente: Elaboración propia Si enfocáramos, entonces, así las cosas, tendríamos un cuadro como el que se encuentra arriba de estas frases. Y encontraríamos más o menos una polarización donde los extremos serían parecidos y el punto medio entre ambos, el recomendable. Nada del otro mundo. Sin embargo, el punto medio precisamente es el problema y no la solución. No hay negociación entre iguales. Sólo puede haberlas entre fuerzas asimétricas y los diálogos se llevan a cabo como una conquista que ya uno de ellos impuso al otro o la otra. Todo diálogo ya es el triunfo de una de las partes. Todavía más cuando se hace creer que es neutro y acordado de manera paritaria por las partes. Hasta autores tan radicales como Morales, se dejan llevar por esta ilusión óptica, cuando nos dice “ … no se trata de poner al día y a la moda los viejos problemas, sino más bien de superarlos para enfrentar otros. Por eso es hora de pasar ya a un mestizaje democrático, asumido por unos y por otros, y comprometidos con la garantía de la práctica igualitaria de todas sus variantes y también, ahora sí, con el respeto igualitario a las diferencias existentes entre esas variantes de esta cultura nuestra, compartida y, hasta ahora, escindida.” (Morales, 2002: 418-419). O el propio PNUD, en su estudio último sobre el Caribe, tan diplomático en sus discursos, lo reconoce en este exabrupto de realismo político. “...el tema de la autonomía de los sujetos individuales y colectivos en las regiones autónomas no 17 puede pensarse sin la existencia de un Estado fortalecido y funcional. Por otra parte, la vigencia de la autonomía regional depende de un aparato de Estado que garantice la existencia del régimen autonómico, porque las autonomías de hecho resultan de alcance limitado. Su existencia es válida hasta el momento en que sus intereses, real o ficticiamente, contradicen los intereses del Estado Nacional.” (PNUD, 2005: 28) Digamos que los diálogos son modos pírricos de no reconocer una victoria y antifaces oportunos para enmascarar derrotas. El verdadero juego del poder, sean quienes sean las partes, está en romperlo y avanzar los objetivos propios. No se pueden detener las aguas, más de lo que hizo Bruto. Todas las modalidades del Cuadro No. 7, incluyendo el separatismo, son o han sido escenarios de la Costa Caribe de Nicaragua. En el primer escenario del señalado Cuadro, cuando el Estado propone políticas integracionistas, los grupos étnicos corren el riesgo de desaparecer, pero los marcadores de identidad son altos y las resistencias fuertes. Del mismo modo, cuando hay peligros de separatismo, los marcadores de identidad suben junto a la posibilidad de divorcio y la fundación de otro Estado que repita el ciclo. Cuando se admiten flexibilidades en las identidades, el deseado juego de equilibrio, se abren varios modos de comprenderlas. El más aceptado es aquel creyente en identidades que guardan su núcleo duro, pero negocian, dando y recibiendo, lugares, posiciones y poder, “identidades negociables” las llama Morales (2002: 374). El otro modo, es aquel que reconoce en todo, un juego que se vuelve serio cuando es por poder y por imponer verdades, y que sólo divierte cuando se asume que no hay identidades, sino puro placer de jugar, sin importar el éxito o la derrota. Permítaseme una digresión. Reconocer las cosas como son significa también incluir sus sueños. Es decir, las cosas en su “ser” real incluyen al ser y al deber ser, pero, si se elige cualquiera de ellos terminamos buscando a la otra pareja y la ilusión nace cada vez que lo hacemos. El ser (sin comillas) no se puede conocer, porque si creemos que es el otro polo del deber ser, sólo hemos mutilado los sueños, pero nos hemos quedado con el soñador. Lo mismo si la operación la invertimos, y esto es lo que ha pasado en la cultura occidental, si creemos que todo es más fecundo verlo desde la esperanza, el futuro y el deber, cuya persecución es precisamente la que ocasiona que las cosas sean como son. Hay un escritor uruguayo, Fernando Ainsa (1993: 192) que, explorando la identidad de América Latina, descubre todo esto, y lo dice mejor que yo, pero dejándose una red (que le llama “tensión”) para no caer en el vacío: “Hay que pensar en una América Latina posible y abandonar el discurso excesivo de la América Latina ideal que pregonan declaraciones de todo tipo cuyo voluntarismo, por no decir irrealismo, ha sido la principal causa de tantas 18 frustraciones y, en buena parte, de que la situación siga siendo como está. Pero esa América posible no debe prescindir en ningún momento de la necesaria tensión entre lo que la América es y lo que debería ser”. V. APRECIACIONES FINALES Viendo dos fenómenos, aparentemente sin mucha relación entre sí, podemos sospechar que el separatismo se puede convertir en una avalancha en los próximos años en el mundo. Uno, el triunfo del dirigente indígena en Bolivia, Evo Morales, ha levantado el perfil de las reivindicaciones indígenas, reales o inventadas, en todo el subcontinente y dos, el levantamiento de los jóvenes franceses de padres africanos en Francia que está ligando cada vez más, el problema étnico al migratorio (el sexto en la tipología de Stavenhagen). Veamos uno por uno. a) No interesa saber para los efectos prácticos de este trabajo si Evo Morales es o no indígena puro, cruzado, mestizado, descafeinado, hibridizado o intersticiado. Nadie es puro en estos tiempos. Lo que importa es el imaginario que se está formando en las cabezas multiplicadoras de opinión, desencadenadoras de acciones y liderazgos que se hacen obedecer, sobre las reivindicaciones étnicas. Es un hecho que veremos subir las cotizaciones indígenas en todos los órdenes, en las calles y en las modas, hasta que la sangre llegue al río. Será de provecho para proyectos étnicos bien delimitados y definidos, como la N.C.M. montarse sobre una ola etnizante y avanzar con inteligencia y firmeza su modelo. Es un problema de asesoría de sus secretarios internacionales. Si pudieron izar una bandera propia en el aeropuerto regional de la RAAN desafiando a la Administración del Presidente Alemán, no hay garantías de que no puedan aprovecharse hoy de ser más audaces. b) Las protestas étnicas dentro de los países huéspedes inmediatamente repercuten en los países expulsores, obteniéndose, para el caso de Nicaragua, un curioso caso de conciencia. Los “nicas” son considerados, en Costa Rica, como los costeños en su propio país: ciudadanos de segunda. Sin embargo, nadie repara en el asunto porque no se logra admitir que en lo “uno” está lo “otro” y viceversa. Nadie dice que nosotros, por ejemplo, con los costeños, somos los “ticos” que odiamos. Es la devolución del reflejo de una llama doble. Por un lado, es una lección que le debemos agradecer a quien creemos un “enemigo” y, por otro, hay que decirle a ese “enemigo” que nosotros también estamos dentro, con una conducta que efectuada por ellos, sólo es pensable en “nosotros”. Todo es un juego; una lúdica. Una danza de Shiva. 19 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS Ainsa, Fernando (1993) “Alegato a favor de una nueva retórica para el viejo discurso sobre ‘nuestra utopía’ ” en América Latina: el desafío del Tercer Mileno. Columbres, A (coordinador). Ediciones del Sol. Buenos Aires; págs: 181-193 Aler Gay, Isabel (2005) Del hermetismo en el discurso sobre el género: el transexualismo como síndrome cultural: del sexo generado al genero transexuado. Edit. Universidad Complutense. Madrid. CIDCA (1998) Wani No. 23. “Elecciones en la Costa 1998”. Octubre-Diciembre. Managua. INEC (1995) Resultados del Censo de Población y Viviendas de Nicaragua. Managua. Morales, Mario R. (2002) La articulación de las diferencias o el síndrome de Maximón. Edit. Palo de Hormigo. Guatemala. PNUD (2005) Informe del Desarrollo Humano 2005 ¿Las Regiones Autónomas de la Costa Caribe ¿Nicaragua asume su diversidad? . INPASA. Managua. Stavenhagen, Rodolfo (1991) “Los conflictos étnicos y sus repercusiones en la sociedad internacional”. RICS, Vol.XLIII, No.1, 1991. El Colegio de México. México DF. Wolf, Virginia (1983) Orlando. Edit. Hermes. México DF. Freddy Quezada: sociólogo nicaragüense 20 LA DECIMA CANATADA EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE Autora: Martha Esquenazi Pérez. Introducción La décima octosílaba ibérica se construyó a través de los siglos por un proceso de transculturación de elementos poéticos celtas, griegos, latinos y árabes; aún cuando no existe una constancia escrita del hecho, lo más probable es que desde sus inicios fuera una poesía cantada y bailada, al igual que lo fue el romance y otros metros poéticos pues era una práctica común el cantar la poesía desde los tiempos homéricos, tradición que continuó practicándose en la Europa medieval a través de la herencia cultural greco latina impuesta por los romanos y evidente en las Canciones de gesta o cantus gestualis (canto con gestos) que derivaron hacia los Romances y Baladas, y además, como lo demuestran las tradiciones trovadorescas de los siglos XII al XIV, la poesía siguió cantándose tradicionalmente en Europa hasta el presente. A este hecho cultural, debe sumarse la gran influencia de la cultura árabe en algunas zonas ibéricas. Si se agrega a esta reflexión el análisis musicológico del género tal como se canta hasta el presente, salta al oído el uso de escalas griegas, andaluzas, medievales europeas o árabes las que a su vez procedían de diversas culturas como la persa, de considerable antigüedad en la historia de la música. La décima cantada se empleaba en España desde el siglo XVI y pasó a ser cultivada de forma tradicional en todos los países colonizados por los españoles y también en los europeos. Hoy en día, este género se mantiene vigente en varias regiones hispánicas como la Comarca de La Alpujarra en Andalucía y parte de las provincias de Granada y Almería donde se le conoce como trovo alpujarreño. También se practica esta forma en Cartagena, Murcia; Villanueva de Tapia, Málaga y con diferentes estructuras se cantan además en: el País Vasco, Valencia e Isla Canarias dentro de España y también en Portugal, Italia, Islas Azores y Cerdeña. 21 La décima en América y el Caribe se canta en: Argentina, Chile, Brasil, Uruguay, Venezuela, México, Panamá, Puerto Rico, Santo Domingo, Perú, Ecuador, Bolivia, Colombia y Cuba. Varios musicólogos que han estudiado este tema consideran que existen numerosas formas de interpretación de las décimas cantadas y que todas son diferentes, ciertamente se trata de un tema difícil de discernir, no obstante, al realizar una breve comparación entre los rasgos de los géneros que han sido estudiados y de los que se puede disponer alguna información que permita su análisis comparativo, se encuentran afinidades en algunos géneros que se practican en diferentes países. Formas de interpretación de la décima cantada en España La interpretación de la décima cantada en España posee variantes regionales: en el País Vasco los bertsolaris cantan sin acompañamiento instrumental diez versos de 7, 6 o 5 sílabas con la primera quintilla con rima a b c d d y la siguiente quintilla con rima b solamente. En Murcia, el trovo emplea cuartetas, quintillas (ababa) y décimas espinelas, también glosan cuartetas en cuatro quintillas. En Valencia hay quintillas, coplas y décimas que se acompañan con guitarra y a las que llaman albores. En la Alpujarra, Granada, Almería, Córdoba y Málaga se interpreta también el trovo. En Islas Canarias tenemos las décimas cantadas interpretadas al estilo cubano. Casi todos los géneros donde se cantan las décimas y las quintillas integran bailes que remiten al fandango. Existen varias hipótesis acerca del origen del fandango, algunos lo sitúan en México y Venezuela en el siglo XVII y otros en Portugal (derivado del fado) en el siglo XVI. Lo cierto es que existen referencias sobre su práctica en España desde principios del siglo XVIII ya que figura en un entremés de esta época titulado El novio de la aldeana. Según Julio Gimeno: “El padre Martí habla de la danza del fandango en 1712, afirmando que "se ve ejecutar aún actualmente en todos los barrios y todas las casas de la ciudad"; también refiere que en 1732, el término fandango aparece en el Diccionario de autoridades, donde se define como: "Baile introducido por los que han estado en los Reinos de las Indias, que se hace al son de un tañido mui alegre y festivo" (Gimeno, http://guitarra.artelinkado.com/foros/showthread.php?t=461 ). El fandango posee varios rasgos que resultan esenciales para la identificación de una parte de los géneros que se emplean para cantar las décimas y es el modo de mi en el cual se interpretan, el compás de ¾ que utiliza y los rasgueos de la guitarra entre otros. Salvador Sandoval, en su sitio web del Mariachi Perla de México refiere que en 1533 Fray Juan de Padilla enseñó la doctrina cristiana en Cocula empleando la música española que los nativos aprendieron a interpretar y además a construir los instrumentos con que se acompañaban como el violín y la guitarra, menciona al indígena Justo Rodríguez Nixen como el inventor de la vihuela usando un 22 caparazón de armadillo y más tarde se construyó el guitarrón empleando tripas de animales como cuerdas. Según sus propias palabras: “… el baile español en combinación con el baile nativo dio nacimiento a una nueva combinación rítmica, bailable y que también podía ser cantada: el fandango” (SANDOVAL, 2005: [email protected]). La palabra fandango asimismo se emplea para denominar la fiesta y la orquesta mariachi que durante el siglo XIX floreció en Nayarit, Jalisco, Guerrero, Michoacán y Colima. El grupo instrumental del mariachi mexicano incluye guitarras de diversos tipos, arpa, vihuela y violín, conjunto que puede encontrarse en otros países latinoamericanos para interpretar zapateados y otros géneros afines al fandango. La melodía del fandango mexicano que emplea la décima espinela como texto que se ha podido localizar en el CD Son de madera con el no. 9 nombrado “El fandanguito” (Urtex, México, 1997), emplea la escala oriental andaluza y se canta a piacere de forma similar a la de la llamada tonada española o en menor en Cuba de la cual exponemos un ejemplo: Hoy voy a hacer el esfuerzo por ir por nuevas veredas Para llenar de monedas las alcancías del verso… Partitura 1 La propia utilización de las escalas y ritmos mozárabes en estos fandangos mexicanos nos indican claramente su origen hispánico aún cuando se pudieran encontrar elementos propiamente mexicanos en ellos que solo indican un proceso de transculturación del género. A pesar de la fuerte presencia del fandango, en otros estilos existentes para cantar y bailar las décimas en diferentes lugares se encuentran otros géneros musicales y danzarios. En la definición del género con que se cantaba la décima en Cuba hecha por Pichardo a principios del siglo XIX, se hace referencia al género de canto y baile del Ay, ay, ay, que se encuentra insertado como aire popular de música y danza en las obras teatrales de Lope de Vega y en las zarzuelas españolas del siglo XVII. No se excluye la posibilidad de otros géneros de diferentes orígenes étnicos que influyeron en la formación de los estilos que se practican desde el siglo XVIII hasta la actualidad en América Latina para la interpretación de las décimas. Para ilustrar las formas de interpretación hispánicas se escogieron de dos regiones en específico: la de la Alpujarra en Andalucía y la de las Islas Canarias. En la primera se hace evidente la influencia de la cultura mozárabe y en la segunda la cubana. 23 El trovo alpujarreño emplea la quintilla octosílaba con rima consonante: a b a b a. Posee dos estilos de interpretación: el morato y el malagueño. El morato se hace con un tono de origen árabe que propicia la improvisación y el malagueño es parecido a los verdiales (estilo regional del fandango flamenco). Ambos estilos se tocan con los mismos instrumentos variando solamente el tono (melodía). Los instrumentos acompañantes son el violín, la guitarra, laúd, bandurria y algunas veces palillos. Para interpretar las quintillas utilizan una música que han adaptado al trovo y a la que llaman El Rajao. El formato musical comprende una introducción instrumental seguida de una frase musical que el verseador repite en cada verso de la quintilla mientras los instrumentos acompañantes tocan más bajo siguiendo la melodía de forma homofónica: Partitura 2 Al terminar la quintilla se realiza un interludio instrumental corto y se pasa a la quintilla siguiente. El canto comienza con un gritillo raja’o similar al del fandango o malagueña. También se baila con estos cantos dos géneros conocidos como la mudanza y el robao. En Islas Canarias se cultiva la décima de autor desde el siglo XVII con un estilo barroco cargado de latinismos y la práctica de la décima popular se encuentra documentada desde el siglo XVIII (Trapero, 1996: 79-82). Durante el siglo XIX florecieron los géneros folklóricos canarios como las isas, malagueñas, folías y polkas entre otros que desplazaron la décima, pero al final del siglo con la crisis económica que se produjo al fracasar el comercio de la cochinilla, se produce una nueva emigración al Caribe que refuerza el uso de las décimas y agrega nuevos géneros musicales cubanos al acervo musical tradicional canario (Siemens, 1994: 364-365). Jesús-Mario Rodríguez Ramírez en su estudio “Modelos melódicos en las décimas populares canarias” realiza la trascripción y análisis de varias tonadas de diferentes islas de Canarias, utiliza el método para cantos recitados no mensurales. Estudió doce cantos, todos en estilo silábico con algunas notas que forman pequeños melismas. La dirección de la línea melódica generalmente es descendente con episodios quebrados (Rodríguez, 1994: 341-367). Entre las trascripciones melódicas realizadas por Rodríguez se encuentran varias que son variantes melódicas de la tonada de Horacio Martínez, perteneciente al estilo de punto libre sin estribillo y muy empleada en la improvisación con variantes melódicas fundamentalmente en Pinar del Río. Tonada de Horacio Martínez versión pinareña: 24 Partitura 3 A pesar de ser una melodía que se canta a piacere, no se puede decir que es amensural, pues se reconoce fácilmente el compás ternario, además la línea es quebrada y no casi lineal como sucede en las versiones canarias de esta tonada registradas por Rodríguez, también es de estilo silábico con pequeños melismas en los finales de frases, su estructura es estrófica, como ya se explicó con anterioridad. Ejemplo de tonada canaria variante de la de Horacio Martínez, interpretado por doña Carmen Rodríguez Curbelo de Fuencaliente, La Palma que se encuentra con el número 19 en el cd El folklore de La Palma de Talio Noda: Ma ha mandado un caballero una cuarteta a cantar, (bis) El cantársela no es nada pero la contesta quiero: Con mucho gusto y esmero la cuarteta estoy cantando, Que se vaya preparando para que venga a cantar, Según le guste mandar, según me mande, lo mando. Partitura 4 Algunos estudiosos del tema como la Dra. Ma. Teresa Linares afirman que el estilo que se interpreta en Canarias es el cubano, no obstante, este estilo no es privativo de Cuba y se encuentra en otros países latinoamericanos donde también se encontró la migración canaria. A mi modesto entender este estilo libre de cantar las décimas se construye a través de siglos de intercambio de elementos en un proceso de transculturación continuo que aún no ha culminado. Formas de interpretación de las décimas cantadas en Latinoamérica. La décima en Latinoamérica se canta con diversos géneros musicales y danzarios aunque existen elementos coincidentes no solo en la utilización de la forma 25 poética, sino también en el conjunto instrumental con que se acompañan generalmente con guitarras y otros instrumentos de cuerda pulsada. También los estilos musicales con que se interpretan poseen rasgos comunes existiendo algunos términos para denominarlos que son similares en varios países y que además, poseen rasgos melódicos y rítmicos semejantes. No obstante, en cada país donde se practica el canto de la décima existen varios estilos regionales y modalidades que indican un proceso de transculturación diferente en cada lugar, bien con aportes musicales aborígenes o africanos aunque se mantengan los rasgos básicos que identifican el género. En Colombia se distinguen dos géneros: la guabina y el torbellino. En Argentina el tono, el canto cruzado, el triste, el estilo, la tonada y la cifra. En Chile el verso y la tonada. En Brasil la décima. En Venezuela la décima y el galerón. En Uruguay la décima y el estilo. En Perú el triste. En México la décima arribeña, la calentana y la jarocha. En Ecuador se le nombran décima y glosa, algunos autores estiman que se canta y otros que se recitan solamente. En Bolivia se le llama décima y existe la misma duda que en Ecuador. En Panamá se mencionan la mejorana y el socavón así como los torrentes: mesano, zapatero, suerte, Valdivieso, San Martín, y el mesano montijano o seis maulina. En Cuba el punto libre, el fijo, el cruzado, el espirituano, el de parranda y la seguidilla. En Puerto Rico el seis con décima y en Santo Domingo la mediatuna. Para ejemplificar la variedad existente en las formas de interpretación latinoamericanas se han escogido dos países: México y Cuba. En México existen tres estilos principales de interpretar las décimas octosílabas: jarocho, calentano y arribeño. a) La décima jarocha se localiza en Guerrero, Oaxaca y Veracruz. Los instrumentos que emplean son arpa, jarana jarocha, requinto jarocho tocado con plectro, güiro, pandero y quijada de caballo. Las décimas se pueden cantar en forma de glosa o “décimas de cuarteta obligada” o en forma libre sin un número determinado de décimas. La música que acompaña estas décimas es el zapateado, en Sol Mayor y 6/8, con armonía I-V7 y emplea dos frases A y B compuestas de dos semifrases cada una (aa-bb) correspondiendo cada semifrase a un verso. La estructura de “El zapateado” comienza con un giro instrumental y sigue con un fondo armónico sobre el que se cantan las décimas con interludios instrumentales al finalizar cada una de ellas y termina con el mismo motivo inicial (Naya, 1994: 294-296). b) Décima calentana (valona más son calentano). Se localiza en Jalisco y Michoacán. Los instrumentos que se emplean son Violín, guitarra “de golpe” o vihuela, arpa. La valona consta de varias partes: planta (cuarteta para la glosa), dos décimas, arrebol, otras dos décimas más y despedida. La música es modal, en 2/ 4, tempo ad libitum y sin armonía. Inmediatamente después de la valona se toca, canta y baila el son calentano que no emplea la décima sino cuartetas, quintillas o sextinas, cantadas a coro o en voces alternas (Naya, 1994: 296-298). 26 c) Décima arribeña (Cantadas a lo humano y lo divino). Se localiza en Nuevo León, San Luis de Potosí, Guanajuato y Querétaro. Se acompaña con Guitarra quinta o huapanguera, vihuela, dos violines. Se estructura en tres unidades diferentes musicalmente: la poesía, el decimal o valona y el son arribeño o jarabe. Existen diferencias en la forma de organización interna cuando las décimas son a lo humano o a lo divino. Las cantadas a lo humano poseen la estructura siguiente: poesía (cuarteta), decimal o valona (glosa de cuatro décimas improvisadas) pausa breve y son arribeño o jarabe (cantado). Las cantadas a lo divino difieren en su estructura: poesía o cancioncita (o ambas), decimal o valona (no improvisada) pausa larga y pieza (instrumental solamente). La poesía es diferente al decimal, en la poesía la cuarteta se canta con una tonada que se repite al finaliza la improvisación de cada décima. En el decimal se glosan en décimas los versos que se dan inicialmente en la planta. Partitura 5 (Naya, 1994: 298-303). Existen otras formas donde se alternan partes cantadas y décimas recitadas como la topada y la bomba que se insertan dentro de las fiestas y sus bailes. El ejemplo que se detalla a continuación, propio de la zona arribeña, emplea cuartetas decasílabas cantadas que se alternan con décimas decasílabas improvisadas que se recitan. Después de una introducción instrumental se canta la cuarteta siguiente: Viva el arte del campesinado (a) Viva el son, el huapango y el verso (b) La palanca que está en mi verso (b) Del ranchero que está ya jurado (a) Partitura 6 La música cesa y el intérprete recita la décima: Yo soy hijo de allá de mi tierra (a) Como el sol, el mesquite y el viento (b) Y me mido llegado el momento (b) Con cualquiera que me haga la guerra (a) No quisiera encontrarme en La Sierra (a) A los astros de gran relumbrón (c) Los que salen en televisión ( c) Irradiando café y falso brillo (d) Pa ´ picarles el mero...amor propio (d) 27 Décima “Viva el arte del campesinado”, trascrita del Casete Está cambiando el mundo. Intérpretes Guillermo Velásquez y los Leones de la Sierra. En Cuba al género se le nombra como punto guajiro o punto cubano, emplea la décima (forma poética de diez versos octosílabos con rima consonante) llamada espinela en honor de Vicente Espinel quien en 1591 fijó la estructura de una pausa obligatoria en el cuarto verso y cuatro rimas perfectas: a b b a – a c- c d d c y la tonada es la melodía con la que se entona la décima. Lo que determina una forma musical específica y diferente a la que se emplea en el caso de una décima dividida en dos quintillas. La tonada de la décima espinela para construir un período musical de seis versos que se repite dos veces tiene que repetir los dos primeros versos: a b a b b a – a c c d d c. Ejemplo: partitura de la tonada Tumba: Partitura 7 Esquema de dicha tonada: Período A Introducción instrumental Semifrase musical a Primer verso rima a Frase musical a Semifrase musical b Segundo verso rima b Interludio instrumental Semifrase musical a Primer verso rima a Frase musical a ‘ Semifrase musical c Segundo verso rima b Estribillo Semifrase musical d Tercer verso rima b Frase musical b Semifrase musical e Cuarto verso rima a 28 Período A’ Interludio instrumental Semifrase musical a Quinto verso rima a Frase musical a’’ Semifrase musical b Sexto verso rima c Interludio instrumental Semifrase musical a Séptimo verso rima c Frase musical a ’’’ Semifrase musical c Octavo verso rima d Estribillo Semifrase musical d Noveno verso rima d Frase musical b’ Semifrase musical e Décimo verso rima c Las tonadas son melodías independientes con las que puede interpretarse cualquier décima espinela y pueden cantarse “a capella” o con acompañamiento instrumental. Generalmente la canta un solista con excepción del punto espirituano en que se canta a dos voces por tercera Se emplean como cantos de cuna, de trabajo, de serenatas, para controversias poéticas y para la interpretación de diversos estilos de punto cubano o guajiro. Los improvisadores suelen emplear una sola tonada para sus inspiraciones y la estructura melódica les ayuda a organizar sus ideas poéticas. Los intérpretes en cambio deben conocer la mayor cantidad posible de tonadas y estilos. El acompañamiento instrumental es de cordófonos: guitarras, tres, laúd y en ocasiones se agregan marimba, claves y tumbadoras, bongó o pailas. En el caso del estilo de parranda espirituana o avileña se agrega también un violín. En la forma de realizar el acompañamiento existen varios estilos de interpretación de los puntos: libre, fijo, cruzado, espirituano, de parranda y seguidilla. El ritmo de este género es ternario, puede interpretarse en 3/4 o en 6/8. 29 Además, las tonadas en ocasiones poseen estribillos y pueden encontrarse en mayor -modo medieval mixolidio o hipofrigio para el sistema modal griego o modo de mi, como se le nombra actualmente- también pueden encontrarse en menor, o suelen nombrarse también como tristes o españolas (utilizan la escala oriental andaluza). Todos los aspectos mencionados le conceden una característica diferenciadora a cada una de estas melodías llamadas tonadas, algunos piensan que existen pocas pero en realidad son incontables las que faltan por transcribir que se encuentran grabadas. Sin embargo, y a pesar de la riqueza musical de los diferentes estilos de puntos y la variedad de tonadas, existe una tendencia a sobre valorar las controversias de los poetas que opaca la belleza de las tonadas de los intérpretes y provoca una participación limitada de los mismos en programas de radio y televisión y como reflejo en Peñas campesinas y canturías. El estilo que emplean los improvisadores es el del punto libre sin estribillo quedando la interpretación de los restantes estilos en desventaja. El estilo del punto libre sin estribillo se caracteriza por que al inicio se realiza una introducción instrumental en ¾ a tempo giusto y cuando el poeta canta la décima lleva el tempo ad libitum para así facilitar la improvisación mientras los instrumentos van siguiendo la melodía punteándola de forma homofónica y volviendo al tempo giusto en los interludios entre décimas y al concluir la controversia. Fragmento de punto libre: Partitura 8 (Esquenazi, 1975: 34-38). Similar al punto libre cubano se encuentran un conjunto de rasgos comunes en otros géneros latinoamericanos como: el uso del modo mi, el empleo del canto en un tempo ad libitum que se alterna con una instrumentación en tiempo que emplea el compás ternario en un grupo de estilos de los siguientes países: En Argentina, en las regiones de Tucumán y La Rioja se practica el Tono, también llamado décima, verso o canción. Se acompaña con guitarra esencialmente. Se caracteriza por su canto recitativo muy libre con acompañamiento en compás de 6/8, introducción e interludios hechos por la guitarra. Modo mayor aunque el séptimo grado aparece frecuentemente con medio tono menos. Fragmento de Tono argentino de Piedra Buena, Tucumán, Argentina, Fecha 1941 Recopilación y transcripción de Isabel Aretz: Partitura 9 a y 9 b 30 (Aretz, 1980: 216-218). También la Cifra de La Rioja posee rasgos similares como el canto recitativo con ciertos acelerando característicos, cortado por rasgueos o subrayado en puntos culminantes por trémolos guitarrísticos, se inicia con una introducción instrumental que emplea el compás de 6/8, se encuentra en modo mayor. No se emplea en controversias sino en solos de un intérprete que se dirige al público. En Chile, el Verso y la Tonada, se acompañan de guitarra y cantan las décimas con una estructura irregular, timbre de voz nasal y acompañamiento homofónico. Ejemplo de Verso chileno, de San Pedro de Melipilla, Chile. Fecha 1967 Recopilación y transcripción de Ma. Ester Grebe: Partitura 10 (Aretz, 1980: 220). En Venezuela se practica el género del Galerón para cantar las décimas en la región de Nueva Esparta, emplean la guitarra y el cuatro como instrumentos acompañantes para cantar la décima con una línea melódica libre y un acompañamiento instrumental en compás de ¾. Fragmento de Galerón de Porlamar, Nueva esparte, Venezuela. Fecha: 1942. Recopilación Juan Liscano y transcripción de Ramón y Rivera: Partitura 11 (Aretz, 1980: 215). En Puerto Rico el género con el que se canta la décima es el Seis con décima, en la zona de Arecibo y otras. Se acompañan con guitarra y la melodía es libre y acompañamiento métrico fijo en 2/4, utilizan la escala hipofrigia. Fragmento de Seis con décima de Arecibo, P. Rico, recopilado por Richard A. Warrimann. Transcripción: Ramón y Rivera: Partitura 12 a y 12 b (Aretz, 1980: 215-216). Otro grupo que grosso modo posee rasgos comunes son: el punto espirituano cubano, la guabina colombiana y el canto cruzado argentino en ellos las décimas se cantan a dos voces y son muy rítmicos. El punto espirituano o yayabero cubano se practica en la provincia de Sancti Spíritus, se acompaña generalmente con dos guitarras o con guitarra y tres aunque puede interpretarse a capella en los que llaman punto de esquina que generalmente es practicado por hombres en estado de embriaguez. Posee gran 31 cantidad de estribillos que van desde un trabalenguas hasta una pequeña historia chistosa o de doble sentido en ocasiones. Es un punto dinámico y muy rítmico. Ejemplo: Partitura 13 (Esquenazi, 1976: 34) La guabina colombiana se practica en la zona de Vélez, Santander. Los instrumentos que se emplean son dos tiples, un requinto y algunos idiófonos como guacharaca, a veces membranófonos como la pandereta y la zambumbia. Se canta “a capella” y en dúo por terceras paralelas con interludios instrumentales entre copla y copla. El tempo es libre en la parte cantada y en ¾ + 6/8 en la instrumental que posee un ritmo muy rico. Ejemplo de Guabina que aparece en Dick Korn. La Guabina veleña- En: Revista INIDEF 3. Venezuela Conac, 1977-78: Partitura 14 (Aretz, 1980: 229-230). El canto cruzado argentino se acompaña con guitarra y los tonos son cantados entre dos: el primer cantor entonaba los dos primeros versos, y luego ambos formaban un dúo en terceras para entonar unos ayes y terminar repitiendo el cuarto verso. Emplea compases alternos de 6/8, 3/8, 4/8 y 2/8, con predomino de 6/8. Se encuentra en modo mayor. Fragmento de canto cruzado de Chicligasta, Tucumán, Argentina. Fecha: 1941. Recopilación y transcripción de Isabel Aretz: Partitura 15 (Aretz, 1980: 218-219). Conclusiones Considero que este acercamiento a la temática del cultivo de la décima cantada tradicional en Latinoamérica es un intento de desbrozar el camino hacia un vasto campo casi inexplorado que implica la necesidad de profundizar en el análisis de los géneros musicales y danzarios con que se acompañan las décimas cantadas en los diferentes lugares donde se practica y, posteriormente, poder realizar un análisis comparativo de estos géneros que ayudaría a encontrar similitudes y diferencias entre ellos para desenredar la madeja de esta espesa urdimbre de transculturaciones que comenzó en Europa desde el siglo XVI aproximadamente y que todavía continúa durante el siglo XXI en los más diversos países del mundo. 32 Bibliografía ARETZ, ISABEL. Síntesis de la etnomúsica en América Latina. Monte Ávila Editores, C. A. Caracas, 1980. BAILYN. EVAN. Folk. En: http://www.musicofpuertorico.com/index.php/generos/folk/ 2006. BECKER, DANIÉLE. 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Investigadora del Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana “Juan Marianello” [email protected] 35 La construcción de un sujeto latinoamericano Arturo Andrés Roig, su aporte valórico-pedagógico Sergio Romero González* Entre los 60 y 70 se levantó con fuerza en Latinoamérica la idea de un pensar filosófico identitario. Tal movimiento estaba en coincidencia con el alza de la actividad política revolucionaria que en todo el sur efervescía. Esta filosofía se declaraba no complaciente, crítica, compartiendo y acompañando el ascenso de las luchas populares. En gran medida asumía el carácter de una “filosofía de la liberación” que entre su programa reclamaba la construcción de una sola patria latinoamericana, considerándose en términos generales “herramienta constante en la búsqueda de definiciones de nuestras realidades nacionales y sociales ” y en términos específicos, una filosofía que “tiene como punto de partida la afirmación de un sujeto plural, concreto, histórico, que parte del auto y héteroreconocimiento de la dignidad humana como principio y que intenta conocerse así mismo en sus modos de objetivación y, por tanto, de autenticidad y de alienación” . Treinta y tantos años después, los medios, con otro sesgo y en un contexto inimaginable para la pretérita época señalada, traen noticias contradictorias al respecto. La llamada globalización nos obliga a mirar movimientos de inmigrantes y borroneas de fronteras, las que disuelven su concretud para dar paso a metaespacios, redes que conviven con grandes y reales bolsones de atraso y miseria. Pero también bajo esta impresión, la de vivir una época radicalmente no homogénea, es que de una manera mas confusa, con una fe mas económica y menos utópica se remueve el fantasma de la integración. Alrededor de ese contexto es que pretendemos mostrar el aporte de la filosofía de Arturo Andrés Roig, en la cual vemos coimplicados la idea de construcción de una subjetividad propia con el compromiso por lograrlo: la continuidad crítica del proyecto moderno con la participación de una filosofía, que fuera de toda inocencia, opta por un compromiso que la trasciende en cuanto mero quehacer intelectual. En esta relación es que nosotros nos hemos planteado resaltar lo que llamamos 36 implicancias valórico-pedagógicas en términos de una conceptualización que cree poseer aún un espacio legítimo y valedero. Dignidad humana y repliegue La filosofía de Roig guarda una fuerza eminentemente testimonial, encontrando sus referentes en algunos exponentes latinoamericanistas tales como Martí, Bolívar y otros. Héroes que desde el pasado nos hablan de un sueño futuro. Tal presencia, junto a la de miles de anónimos seres humanos del continente, han configurado con su vivir una “moral de la emergencia”, cuya idea reguladora y necesidad primera es la “dignidad humana”, fundada ésta en cuatro principios cuyos referentes se hayan en la filosofía y la literatura de occidente: “ 1. Principio de perseverancia en el ser o principio conativo (a-priori ontológico): Spinoza; 2. Principio de auto y heteroreconocimiento (a-priori antropológico): Hegel; 3. Principio de la naturaleza intrínseca del valor del ser humano (a-priori éticoaxiológico): Kant-Marx; 4. Principio del "duro trabajo" de la subjetividad o de la emergencia de los oprimidos (a-priori ético-político): Antígona (Sofocles), Calibán (Shakespeare).”. La “moral de la emergencia” constituye un fondo de referencia antropológica particular y colectiva ejemplar en tanto construcción de un tipo de sujeto. Es posible por lo tanto a partir de lo anterior, diseñar una idea de ser humano. Tal posibilidad ha estado presente en forma no sistemática pero siempre incluida en el transcurso de las luchas de liberación latinoamericanas. No obstante, frente a la derrota que estas luchas han sufrido a nivel continental, llevado además por el talante posmoderno relativo a la caída de los metarelatos, su fondo valórico se difumina, pasado a llevar por la promoción y la práctica de nuevas actitudes que tienden a impregnar el diario vivir: racionalidades utilitaristas, competitividad, búsqueda del éxito individual y otras. Una nueva lectura, de talante nihilista, junto a una nueva situación social y política: el neoliberalismo, desestabilizan las condiciones que permitían pensar y actuar desde los anteriores supuestos. Estamos pues, frente a una situación de inflexión que desde la perspectiva del pensamiento nos preocupa. Una situación contraria respecto de lo que había sido tradicional en una circunstancia articulada por nexos colectivos de solidaridad. El frenético tener por sobre el ser, el lucrar a como de lugar, el consumir como actividad compulsiva, la diversión fácil, el entretenimiento espectacular y el talante superficial. En el plano político y social, la ausencia de interés por la vida democrática, la prescindencia de los ciudadanos, considerados solo en su rol de electores, más otras situaciones similares, indican una caída en la calidad y la dignidad de la vida cotidiano-ciudadana. Es en las condiciones anteriormente señaladas que se nos hace necesario recoger referentes teórico- prácticos como el de la filosofía citada, para reimaginar o retomar posibilidades de un pensar y actuar alternativo. La filosofía de Roig, sedimentada en una tradición histórico popular por ahora en repliegue, parece significativa para constituir un aporte de carácter valórico pedagógico. Se trata de extraer desde sus páginas implicancias para contribuir al diseño práctico de la 37 figura de un sujeto que no solo persevere en el ser y en su autovaloración, sino que además y esta -sería la nota verdaderamente humana- se constituya en el reconocerse a sí y a los otros Testimonio y Construcción de la subjetividad En la obra de Roig Ética del poder y moralidad de la protesta: La moral latinoamericana de la emergencia, su segunda parte lleva el nombre de “Testimonios”. Pondremos ahí nuestra mirada para extraer algunos lineamientos que nos conduzcan a lo que hemos llamado “implicancias valórico pedagógicas”. Hiparquia, el desmontaje del estereotipo. El contexto en el cual nos establecemos para lo anterior, es una realidad que presenta muchos rostros, principalmente el de la marginación y sujeción social y política. Roig interviene con motivo del día universal de la mujer denunciando “las formas diversas de disminución de la persona femenina, de separación y por cierto de explotación”. Arturo Andrés Roig no sólo denuncia. Además plantea “la necesidad de desmontar estereotipos” confrontando “una literatura de siglos”. Nuestro autor confronta la imagen de la marginación femenina con una figura de la antigüedad clásica: Hiparquia, quien por sobre los prejuicios sociales de la época, se integró a la escuela filosófica de los cínicos, vistiendo el sucio mantón que acostumbraban a usar en la secta, por encima de las convenciones y revirtiendo la situación que hacía inconcebible la participación femenina en escuela de ciencia alguna. Su tiempo – que debería haber entregado al telar – se convierte en voluntad rupturista en la medida que lo desplaza a un ámbito particularmente masculino. Según el relato de Diógenes Laercio, Vidas, opiniones y sentencias de varones ilustres, un filósofo -voz del discurso excluyente- reprueba a Hiparquia el no dedicarse a labores propias de mujer. La respuesta de Hiparquia denota una afirmación de sí misma y desemboca en contrapregunta cuestionando el sentido prioritario del uso del tiempo dado por la sociedad de su época. Lo dicho por Hiparquia - pequeño manifiesto contra la marginación privada hogareña - cumple aquí el objetivo de afirmar el poder de preferir como dignidad personal. La misma lógica del discurso dominador, se pone en evidencia en cuanto a su debilidad. Junto a esto, el tiempo, aquello que se nos va, se torna categorialmente ético, en esta opción“vale la pena perderlo”. Hiparquia, contra lo “natural”, ha decidido otro camino. No es una cuestión fácil; más bien se trata de una provocación en contra del pensamiento dominante de su época. Así también la circunstancia de esta figura femenina alcanza carácter universal, pues siendo central en la intención de Roig, representa no solo los 38 millones de mujeres que sufren marginación, sino también a los millones de hombres que se consumen en la pérdida alienada de sus propias vidas. Así la figura femenina de la solitaria Hiparquia trasciende a la humanidad. “Ser el que se es” con, entre y por los demás. Desde nuestro continente, nos habla el general José de San Martín. Roig resalta de él una máxima: “serás lo que hay que ser si no, eres nada”. El dicho de San Martín, se asimila al “conócete a ti mismo” de Sócrates o al “deviene el que eres” de Píndaro. Sin embargo, sin alejarse de la tradición occidental ni negar su influencia, en lo dicho por el General San Martín hay un tinte propio de su época. También podemos recordar a Kant y su imperativo categórico. Sin embargo, ¿qué ve Roig en las palabras citadas? ¿Qué hay “detrás”?. Indica Roig: “Nada menos que la dignidad humana”. Pero no se trata acá de la afirmación individualista que sólo se considera a sí misma. Dignidad humana es la de todos. El imperativo comentado junto con su aspecto moral según Roig, también señala un carácter cultural. Sobre esto afirma: “sabemos que la cultura en general, puede ser definida como un acto permanente y hasta necesario de nosotros mismos”. Para llegar a ser lo que hay que ser, la humanidad debe salir de si construyéndose por sí misma. Es en esta orientación que Roig plantea una preocupación principal para “nuestra filosofía”: “Ella ha de ocuparse, precisamente, de los modos de objetivación y desde allí adentrarse en lo que es o ha sido ese ser humano que quedó expresado en su obra. ¿De qué manera dio forma al conjunto de valores que pretendió poner en juego? Porque esa tarea de objetivación, cuando alcanza un grado elevado de conciencia social no es ajeno a un deber ser, que más allá de su dinamicidad y conflictividad se encuentra siempre presente.”. “Ser el que hay que ser” sobrepasa el simple carácter individual, indica un mundo común en el que reside el deber ser. La citada máxima, impulsando “nuestra conducta moral, como nuestra práctica en función de la cual somos obreros de la cultura” requiere idealmente que imperativo ético e imperativo de cultura marchen juntos. Así tenemos que el imperativo citado, nos lleva, desde la objetivación, a lo subjetivo, en cuanto a que su cumplimiento requiere entrega a la obra de vida y para eso es necesaria “sobre todo, una vida de entrega”. El fundamento del imperativo sanmartiniano resulta pues de un “apreciarse como valioso” y su medida, el valor de “hacerse” o construirse concretamente como tal. Digamos para precisar que tal hecho, como podemos ver, inversamente no implica una individualidad centrada exclusivamente en sí misma. El principio Martiniano “ser el que se es” se concretiza “con” los demás,” entre” los demás y “por” los demás. Mundo objetivo v/s subjetividad popular o eticidad v/s moralidad Roig considera fundamental para nuestro mundo latinoamericano, los aspectos disruptivos de nuestra historia. Siguiendo esta línea queremos focalizarnos en su 39 mención de Martí. Apoyado en el “apóstol” caribeño rescata el concepto de “hombre natural”: el que irrumpe “en medio de una sociedad opresora”, con indignación y fuerza, y – como dice Martí metafóricamente - derribando la justicia de los libros. Roig cree ver que en este modelo humano se representa “la historia de las luchas de los pueblos latinoamericanos por su liberación”. Manifestación de la tarea de constitución de sujetos “constructores de una entidad en la que nuestros pueblos se sientan expresados como agentes históricos”, es decir, sujetos de derecho. Con el fin de profundizar en el sentido que se quiere evidenciar, Roig propone examinar la relación moralidad-eticidad. Ambas se presentan en un universo conflictivo que expresa la historia latinoamericana. Es éste el que genera la aparición del “hombre natural” en cuanto “agente histórico” que desde la moralidad denuncia y rechaza las condiciones de una eticidad dominante que se pretende universal a partir de un sustento de injusticia. Se trata de una “contraposición entre una ética del poder y una moralidad de la protesta, entre un mundo objetivo construido por los amos y un mundo de la subjetividad popular que tiene como impulso las necesidades indispensables para el cumplimiento de un valor no realizado, en este caso, el de “la vida humana” y su riqueza”. Sin embargo, la satisfacción del valor señalado solamente podrá alcanzarse cuando la “necesidad humana” se exprese en “su más elevado objeto que es siempre otro ser humano considerado como fin y no como medio”. Ante la pregunta ¿qué somos?, Roig señala que Martí responde por una pluralidad que expresa lo telúrico y lo sagrado, mas no se reduce tan solo a ello, puesto que al ser natural le viene su ser en el ejercicio propio de su historicidad. Frente al hombre natural está el dominador. Un conjunto simbólico cuya centralidad tiene que ver con la escritura de la justicia fijada y acumulada. La escritura se nos presenta así como un código frío y sin vida. Se trata de una “Contraposición evidente, en este caso, entre el habla coloquial del lenguaje campesino, expresión no perversamente mediatizada de una vida que sentimos como espontánea, frente al metalenguaje de los redentores bibliógenos, nacidos de los libros y productores de libros con los que pretenden justificar los códigos impuestos a la población latinoamericana por quienes han ido heredando el ejercicio de un poder injusto y, con el, la construcción de una eticidad de ese poder, a lo largo de los quinientos años de nuestra actual cultura”. El saber como ejercicio de liberación Roig rescata desde “los años crueles” – la historia reciente de Argentina y Latinoamérica - las circunstancias que a pesar de todo permitirían ver un impulso para el enriquecimiento de la subjetividad latinoamericana. En Palabras de regreso y respecto de la situación de la universidad y la filosofía haciendo un “ejercicio del recuerdo” plantea la necesidad de “reestablecer con toda su majestad esa maltrecha justicia”, además de rechazar el arrinconamiento del saber y su cultivo: el agravio ocurrido contra la academia en cuanto al “clima de libertad y respeto sin la cual no hay avance en el saber”. 40 Siguiendo el curso de su reflexión, indica Roig específicamente para la filosofía, que esta tiene una tarea a partir de la relación con la libertad que viene desde sus orígenes diciendo: “que el ejercicio de esa libertad, que en filosofía es la puesta en marcha de una praxis teórica responsable por eso mismo crítica, sea un hecho. Sin este requisito no solamente no habrá filosofía, sino que no habrá institución universitaria”. Vemos pues, que el papel de la filosofía está marcado por un ejercicio de libertad y este se manifiesta en una praxis teórica responsable. Tales características –que no pertenecen tan sólo a la filosofía, sino que se hacen necesarios a las demás formas del saber- son focalizadas por Roig en la filosofía como un carácter ejemplar en cuanto ejercicio de liberación. Referido a esto, nuestro autor comienza por tratar la separación meramente ideológica de teoría y praxis. Caso contrario, se arriesga a que “no pueda alcanzar su plenitud sin ser a la vez un “quehacer práctico” ”. Roig nos dice: “El filosofo o quien se precie de serlo o humildemente quiera serlo, deberá regresar al ágora, deberá reincorporarse valientemente a la ciudad” es decir, se nos habla acá de una “responsabilidad social y política”. Podríamos decir que Roig señala para la filosofía, no la búsqueda de un “mundo de sentido”, sino del “sentido del mundo”. Con el miedo como escenario, la educación se torna vertical y formalista, guiada por los “guardianes del orden”. Sin embargo, es interesante observar el mecanismo de los reprimidos: “el reprimido le hace el juego al represor, en la medida en que se convierte, paradojalmente, en represor de sí mismo”. He ahí que la tarea de la liberación incluye también el “ámbito humano de cada uno”. Se tratará de desalojar el miedo personal, “la autorrepresión, la autolimitación, la renuncia”, tarea no fácil, puesto que el miedo hecho carne se instala de manera no conciente, por lo cual se hace necesario lo que Roig llama “un autoanálisis, que no será de una enfermedad individual, ni de la conciencia en cuanto conciencia moral”. Esta actitud tendrá que ser dialogal y crítica. Dialogal por el carácter social de quienes participan en ella y crítica en cuanto a tener como objeto la revisión de la racionalidad vigente. A la manera de Bacon, Roig llama a “desmontar ídolos”. Con esto se refiere fundamentalmente a la fuente de la irracionalidad: el miedo. Así la filosofía tiene un papel fundamental en esta tarea en cuanto “saber de sospecha y de denuncia, de sospecha en la maldad y denuncia en la perversidad”. Para esto ha de tratarse de un filosofar que salga de la universidad y que converse con aquellos aparentemente ajenos al quehacer señalado. Desprendimiento, responsabilidad y compromiso Lo antes señalado para la filosofía y la universidad, se funda en el valor de la responsabilidad individual y social, asuntos que Roig ve clarificados en el pensamiento de Sartre. Dos aspectos gravitan alrededor: primero, referido al sujeto mismo: si acaso se quiere ser real y plenamente responsable y segundo, referido a las condiciones externas: si acaso es posible en pleno, asumir la realidad de la responsabilidad. 41 Desde Sartre, se responde afirmativamente, clarificando a partir de dos fundamentos: la afirmación de “la prioridad de la existencia respecto de la esencia” y la denuncia respecto de “la tradición occidental en cuanto ella ha sido construida sobre un desplazamiento de la existencia”. Tales hechos están en relación con el terror de la contingencia, a partir del cual se construyen formas esencialistas para salvar la dificultad negando el campo de los valores de la existencia espontánea obstruyendo el despliegue del “constitutivo primario del ser humano”. La situación descrita anteriormente nos ha llevado a una consecuencia: la reducción del “margen de creatividad, de juego pleno de humanidad”, los riesgos están domesticados. Consecuentemente, la responsabilidad en cierto modo se congela, se reduce a la práctica de fórmulas. Uno de los méritos de Sartre - al cual Roig señala como propietario de un “esfuerzo heroico” – ha sido el de desnudar la condición humana, mostrar a la intemperie la existencia en cuanto a priori por sobre la regularidad de un discurso osificador de ésta. Esto último, Sartre lo emprende desde el sujeto y su existencia. El filósofo francés llama a la “inmersión en la contingencia”. Tarea que Roig ve como un “dejarnos enfrentados a nosotros mismos”. Sartre, dice Roig, propone “desprendernos de las armazones heredadas, de la “naturaleza humana” como un molde sobre los que se mide a los seres de carne y hueso, de lo establecido en cuanto pretendido “deber ser” desde el que se juegan una responsabilidad y un compromiso regulados por condiciones y normas externas”. Prosigue Roig: “si tal desprendimiento (dégagement) fuera posible – de hecho Sartre lo pone como condición de su sistema – nos encontraríamos ante la contingencia pura y nuestro juego de libertad sería radical. Únicamente desde aquel “desprendimiento” es posible un auténtico “compromiso” (engagement).” Un proyecto de identidad. “Y si la dictadura militar, en nombre del Estado, tronchó una generación, destruyó una juventud y provocó el exilio más grande de la historia patria, el plan económico que se inició con ella, continua profundizándose y llevando a otras generaciones a los márgenes de la vida y de la historia”. A Roig le parece que aún estamos de algún modo en el clima de aquel tiempo. Condición primordial de esto es el “olvido”. Obviamente a partir de intereses creados, se intenta acallar a su opuesto: “la memoria”. Es más, Roig ve entre ambos componentes cuando se muestran en oposición un dilema falso puesto que “la memoria” no es incompatible con la justicia y el ejercicio memorioso acompañado de ella no implica agravio, ni menos aun venganza” puesto que la memoria en su construcción pasa por “toda auténtica vida democrática”. Roig propone como lema para este asunto “memoria y justicia”. Así mismo, considera como necesarias y derecho inalienable la construcción de historias alternativas frente a las oficiales. Esto último, se hace necesario en la medida que nos preocupamos por nuestra identidad, cuestión que no depende de una esencia, sino de una construcción constante en la medida de la necesidad del 42 tiempo. En esta historicidad y autorreconocimiento está presente la posibilidad de responder a la circunstancia actual, sino ¿cómo habríamos de vivir? “¿vamos a dejar llevarnos por aquel desencanto o vamos a resignarnos a vivir en los resquicios que dejaría eso que llaman “Globalización”? ¿Nos plegaremos al discurso resignado, conformista, y en muchos casos, oportunistas y hasta cínicos de aquellos que han bajado los brazos porque en este mundo “fragmentado” vivir el desencanto es saludable?”. Como respuesta a estas preguntas Roig llama a embarcarnos en un “proyecto de identidad social nacional y latinoamericano”. Existe todo un bagaje cultural y hereditario que posibilita esa esperanza. Roig propone como referente preferencial a los derechos humanos, su profundización y aseguramiento más allá del discurso político, construcción de “nuevas formas de convivencia humana y estructuras sociales, adecuadas a esos derechos”. Y por otra parte, dice algo que nos parece vital respecto del apropiamiento de la historia como “haber”, puesto que esta está hecha de necesidad y contingencia, posibilita que pongamos a “nuestro favor tanto la una como la otra”. El filósofo argentino llama a hacer esfuerzos comunitarios siguiendo el camino de la humanidad tras “sus propios ideales regulativos”. En ese sentido, el hacerse críticos parece sustancial a un logro de un “perfil propio”, dinámico y combativo desde una sociedad civil independiente. Junto a esto plantea la profundización del “poder de opinión” y la prensa libre. Todas conductas en relación con la lucha por una democracia en que haya justicia social y “los derechos humanos no sean palabras vanas” dejando de lado cualquier posibilidad de corrupción la que amenaza tanto en democracia como está presente en la tiranía. A modo de conclusión El tema de la identidad latinoamericana nos remite a una diversidad y pluralidad de naciones, grupos sociales, tradiciones, etc. En ese sentido se evidencia que la construcción de lo latinoamericano requiere del reconocimiento de lo múltiple. Solo así es concebible una unidad en nuestra tierra: unidad en la pluridiversidad. Por otra parte, la captación del “nosotros” se produce siempre desde un horizonte de comprensión. El transcurso de la historia modifica los contextos, exigiendo de parte de quien los vive una recreación de modo que la herencia o la tradición -“el legado” según Roig- necesita una continua re-actualización. Del mismo modo una actitud de revisión respecto del sí mismo propio y sus condicionantes. Así entonces tenemos, considerando lo anterior, otro antecedente para un marco de acción. Antecedente que se nos presenta como pedagógico-axiológico en cuanto indica una orientación para ser y deber ser. Eludiendo toda victimización, el autor propone la marginalidad como un espacio enriquecedor en que se producen creativamente acciones superadoras de la condición de postergación, respuestas que quiebran la construcción oficial de la realidad con su destino y que subyacen en la mayoría de los casos ignoradas. Es desde allí que se origina no solo la resistencia, sino también la posibilidad de 43 pensar la utopía. La subjetividad latinoamericana entonces, desde Roig, tiene como piso el mundo marginal. Es desde allí, desde los necesitados – el sitio de la moralidad de la protesta - desde donde ha de surgir la confrontación y alternación al mundo de la ética del poder. Es así que el sujeto postulado por Roig se constituye como respuesta desde una moralidad alterna a una eticidad estatuida. La moralidad es el ámbito de lo vivido, la existencia, en su variopinta realidad. Por el contrario, la eticidad dominante se constituye desde “la escritura”, en la pretensión de universalidad. Este conflicto es uno de los antecedentes básicos de la existencia latinoamericana, confrontación claramente señalada por la presencia de los amos y el “mundo de la subjetividad popular”. El espacio en que debe desarrollarse las tareas superadoras de la situación, metafóricamente ha sido nombrado como “ágora”, es decir, la ciudad, lo social y lo político. También los saberes científicos e intelectuales deben constituirse comunitariamente en una actividad pedagógica participativa que extraiga riquezas a partir de la experiencia cotidiana. Junto a estas herramientas de liberación, tenemos que contar con que esta debe desarrollarse también como tarea individual. La fundamental acción respecto de lo personal es desalojar el miedo. Roig dice que en las condiciones actuales de la sociedad, el miedo se hace carne, es decir, se instala vitalmente en cada uno de nosotros, generando mecanismos a través de los cuales hacemos juego al poder dominante. La responsabilidad y el compromiso son valores que se ejercen individual y socialmente, pero requieren para asumirlos cabalmente de una gran radicalidad. Esta debe contemplar como supuesto central el que no seamos seres definidos desde una esencia, sino más bien desde la existencia. Un punto de partida que debe considerarnos como una continua e inacabada construcción que deshiele las fórmulas respecto de nuestro deber ser en la tibieza de la “inmersión en la contingencia”. Esta situación humana señala una condición con la cual hay que contar siempre: La contingencia ocurre no externamente a nosotros, sino en y con nosotros. Así es que la tarea requiere el estar en continua modificación según nuestra lectura de la realidad, sabiendo que esta deviene y formamos parte de ella. El sujeto visto así es un continuo hacerse, llamado a liberarse de todo absoluto que no sea el del propio existir. * Sergio Romero González es profesor de filosofía. Magíster mención Pensamiento Contemporáneo. Trabaja para el Departamento de Teología de la Universidad Católica del Norte, Sede Coquimbo, a orillas del mar pacífico en Chile, cuarta región. Este artículo tiene como base la investigación realizada entre el 2004 y 2005 con el patrocinio de ICALA, Intercambio Cultural Alemán-Latinoamericano. En nuestra investigación hemos intentado enlazar dos obras de Arturo Andrés Roig: Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano y Ética del poder y moralidad de la protesta: La moral latinoamericana de la emergencia. Separadas en el tiempo por casi dos décadas, sin embargo articuladas plenamente. 44 Roig , Arturo Andrés, Teoría y crítica del pensamiento latinoamericano. http://www.ensayistas.org/filosofos/argentina/roig/teoria/ . ________________ Ética del poder y moralidad de la protesta: La moral latinoamericana de la emergencia. http://www.ensayistas.org/filosofos/argentina/roig/etica/ Borroneo que empieza a ser molesto para sectores conservadores y a requerir soluciones radicalmente represivas como el muro de los 600 kl. en la frontera de los EEUU. y México actualmente en construcción. Ética del poder y moralidad de la protesta: La moral latinoamericana de la emergencia. Homenaje en el CRICYT, Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, Universidad nacional de Cuyo. "¿Crees que he hecho mal en consagrar al estudio el tiempo que, por mi sexo, debería haber perdido como tejedora?". Etica y liberación: José Martí y el “hombre natural”en Op. cit. En recepción y homenaje a su retorno a la Universidad Nacional de Cuyo, después de su exoneración en dictadura. Op. Cit. 45 El pensamiento de Nuestra América I AMÉRICA: RAZA INDÓMITA “No las damas, amor, no gentilezas de caballeros enamorados, ni las muestras, regalos y ternezas de amorosos afectos y cuidados; mas el valor, los hechos, las proezas de aquellos españoles esforzados que a la cerviz de Arauco no domada pusieron duro yugo por la espada” (Fragmento del Poema “La Araucana” de Alonso de Ercilla y Zuñiga) José Martí ese gran visionario latinoamericanista instalado en el bronce y en el corazón de nuestra América, llegó a decir que si la guerra mayor que se nos hacía era de pensamiento, había que ganarla con el pensamiento. El pecado capital inconfeso de la civilización Occidental, ha sido su absolutismo y su incapacidad para distinguir las diferencias del otro. La presencia avasalladora del conquistador español en el llamado “nuevo mundo”, vino a significar, en todo el proceso del coloniaje cultural y extendido hasta nuestros días, que América sea negada y asesinada en nombre de la razón. La razón instrumental impuesta por Europa, como un logos de luz y civilización, vino a 59 exorcizar el mito en la cultura ancestral de nuestros pueblos originarios, considerándolo “historia falsa”, o “fábula”, desconociendo que éste, en su función cosmogónica y antropogónica instauradora, constituía la síntesis de su experiencia y sabiduría, a la vez que el fundamento primordial de la historia. Comparto lo que dice Adolfo Colombre, que en cierto modo la civilización occidental ha fracasado en América y el resto del mundo, no sólo por su incapacidad de asumir lo diferente, sino por haberse convertido, como lo afirma Bonfil Batalla; en una espléndida constructora de desiertos y un eficiente agente de destrucción de la vida de la tierra, el aire y el agua (Colombres, 2004:15). En la ultra modernidad, esta cruel realidad se ha visto potenciada por el fenómeno globalizador y la seducción del mercado a las corporaciones transnacionales y su enamoramiento de los mercados periféricos. En las postrimerías del siglo XIX se había sellado la suerte de América por parte de las clases dominante y la elite intelectual, convencidos que el destino de ésta era Occidente. Esto propició y favorecido el abandono del proyecto de América como una civilización con vida propia. Tal empresa y tal desafío, implicaba la alienación en lo simbólico y como tal el alejamiento de los valores culturales propios. Al respecto, el escritor argentino Jorge Luís Borges, de educación europeizante dice: “nuestra tradición es toda la cultura occidental y que tenemos tanto derecho a ella como cualquier otro país europeo, pueden tener como principal misión innovar en la cultura europea, manejar todos sus temas sin supersticiones”(Columbres, 2004:12). Frente a esta visión eurocentrista y periférica de América ¿Acaso las tradiciones ancestrales de nuestros pueblos originarios no cuenta? ¿La sabiduría acumulada, reflejada y expresada en sus mitos no puede comunicarnos nada de la realidad? América también tiene pecados inconfesos, y estos pecados tienen que ver con la miopía cultural que nos empaña. Hemos querido ver siempre con los ojos del conquistador, negando la plenitud de nuestra historia. El pensador mexicano Leopoldo Zea, destacaba que América aún no ha hecho su propia historia, sino que ha pretendido vivir la historia de la cultura europea, como un eco, como su sombra. (Zea, 1953) Lo peor del caso es que un amplio sector de la intelectualidad latinoamericana está en sintonía con esta actitud mimética; quemando sus naves en el muelle; como dice Colombre: “un pueblo que deserta de su cultura y su destino deja de participar en la cultura del mundo pues otros hablan por él”. (Colombres, 2004:18) Las expresiones vertidas hace unos días por el historiador nicargüense Aldo Días Lacayo, respecto de un reclamo ético y un juicio histórico a la invasión española y el genocidio indígena, han sido asumidos con un gesto concreto, en las disposiciones emanadas del Ministerio de Educación de Nicaragua (MINED) 60 para modificar en el sistema educacional nicaragüense, la efeméride del día de la hispanidad, por el Día de la Resistencia Indígena”. Me parece un gesto loable y consecuente con nuestra historia de permanente sometimiento y resistencia, será una actitud que nos llevará no a celebrar, sino a reivindicar y revivir la memoria ancestral de nuestros pueblos originarios y a recuperar nuestra identidad cultural latinoamericana., desplazada a la periferia y muchas veces caricaturizada. Muchas de las políticas de los Estados nacionales en América Latina, conservan la idea de conformar sociedades nacionales homogéneas, considerando la presencia indígena y afro americana como un obstáculo para el desarrollo, por lo tanto son negadas y confinadas a su propia suerte. El concepto de cultura dominante resulta ser intolerante, simplista y hasta fundamentalista en muchos casos; en que el eurocentrismo y logoscentrismo, ha inducido a creer que los valores culturales se reducen a demostraciones folklóricas, reproduciendo bailes y coreografía que reflejan sumisión y no una racionalidad diferente, la del “otro”, la que puede construir su propio camino. Cultura es sinónimo de pluralidad, de otredad, es respeto por la identidad del otro que es diferente, y no por ello objeto de dominación, por esta razón se debe asumir un criterio etnológico que asimile el concepto de cultura al de matriz simbólica que nos permita identificar y reconocer las características multiétnicas de nuestros pueblos. Los datos antropológico acerca de la multiculturalidad y plurietnicidad de América, sostiene que en ella existen más de mil culturas o matrices simbólicas; entre las que se hayan la indígena, las criollas campesinas, las afroamericanas y sus variantes afrocaribeñas, las populares urbanas, las regionales rurales y las culturas ilustradas desplazadas por el continente. Se hace imperioso que en esta multitud de matrices simbólicas, se establezca un eje sobre el cual se articulen y se unan las identidades, bajo una idea de cultura que trascienda las diferencias y se comparta una historia común con sus diversas lenguas y tradiciones. Bonfil Batalla, planeta la tesis que “el proyecto civilizatorio de América y sus pueblos indígenas trasciende las particularidades concretas de cada cultura, viéndolas en su conjunto y como un proyecto distinto, así como entender la continuidad milenaria de la civilización amerindia. Los préstamos y transformaciones habían cambiado el rostro de esas culturas pero que la matriz civilizatoria permanecía. Nada impide, construir un proyecto alternativo que nos permitiera ver a la civilización occidental desde la perspectiva de nuestra propia civilización original” (Bonfil, 1987:235). A la par Martí decía: “el mismo golpe que paralizó al indio paralizó a América, y que mientras éste no echase a andar de nuevo tampoco América andará bien. 61 La crisis de las sociedades modernas es antes que nada cultural, es preciso tomar conciencia de esto y remediar este mal. Occidente ha realizado ya la suma de sus posibilidades, como civilización se ha anquilosado y cual árbol gigante no tiene hojas ni savia. Césaire, al hablar en nombre de los millones de hombres arrancados de sus dioses, de sus hogares, de sus tradiciones y hábitos, e incluso de su historia para pasar a ser la carne de cañón de otros procesos, de otras aventuras; dice que la civilización que utiliza el imperio de la fuerza para justificar su colonización, es ya una civilización enferma. (Césaire, 1955) América, con toda su riqueza cultural, con sus más variadas tradiciones, y con su matriz simbólica, nos plantea el gran desafío de redescubrirla, como un proyecto civilizatorio emergente, alternativo y con la voluntad explícita de alejarse de los modelos ajenos. América, a pesar de la invasión española y atrocidades del genocidio, resistió, cuál raza indómita. Guillermo Gómez Santibáñez Director del CIELAC UPOLI 62