Habla Perón sobre el periodismo

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Clase de Roberto Baschetti dada en la Universidad Nacional de La Plata, Facultad de
Periodismo y Comunicación Social en el segundo semestre del año 2.000; en el marco de la
materia que brinda, titulada “Una interrelación entre Periodismo e Historia Política
Argentina”.
1. HABLA PERÓN
ANTE LA MAGNA ASAMBLEA DE CLAUSURA
DEL PRIMER CONGRESO NACIONAL DE
PERIODISTAS
Ocurrió en Buenos Aires, el 8 de septiembre de 1951 en el Salón de Actos de
la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. De su discurso extracto:
Cuando habla de los ideales que se contraponen a los intereses:
“La prensa, como los hombres como las instituciones, como los gobiernos y
aun como los pueblos, orienta su conducta según sus ideales o según sus
intereses.
“Sostengo firmemente, con la plenitud absoluta de mi convicción, que los
ideales deben estar por encima de los intereses, y esta norma ética no puede
ser violada ni por los hombres, ni por la prensa, ni por los gobiernos, ni por los
pueblos, sin grave perjuicio para la justicia y para la libertad que sostienen
como pedestales la dignidad del hombre y la dignidad de los pueblos.
“Esta es para mí una norma básica de la ética social y debe inspirar y regir
todas las actividades del periodismo cuando el periodismo quiere serlo de
verdad y quiere servir honradamente al interés social.
Luego hace referencia al periodismo y su ética:
“A través de estos años he llegado a la conclusión de que: La actividad
periodística de un país, en sus distintas formas, es el reflejo de la vida misma
de un pueblo. De colectividades sin ética y hombres sin honor no puede
esperarse sino un periodismo sin objetivo, sin valores morales y sin virtudes.
Cada pueblo tiene también el periodismo que se merece...
“El periodismo como toda actividad humana, al servicio del pueblo se
ennoblece, al servicio de la pasión del hombre se envilece.
“Yo estimo fundamental por eso, que el periodismo acepte ante todo y como
primera norma de su ética someter los intereses a los ideales. Solamente así
podrá servir al pueblo y, por la misma razón, ennoblecerse.
Se refiere luego Perón al discutido concepto de libertad:
“Este principio básico (la ética periodística), se vincula lógicamente, con el
tan debatido problema de la libertad.
“Yo quiero, sobre este punto fundamental del pensamiento y de la vida
periodística, exponer la verdad que la doctrina justicialista sostiene en esta
cuestión trascendental para el hombre
“El justicialismo ha abandonado ya definitivamente el antiguo concepto
liberal e individualista de la absoluta libertad, por entender que la libertad
absoluta es el medio más propicio para el abuso de la libertad, que
conduce a la explotación y a la opresión del poder por parte de unos pocos
frente a la debilidad de la inmensa mayoría.
“El justicialismo entiende que la libertad es un medio y no un fin; que no es
lógico luchar por la libertad como tal, por sí misma, pero que ella es un
instrumento necesario e insustituible para el hombre que ha de usarlo en su
propio beneficio, pero también en beneficio de la comunidad.
“Para nosotros la libertad, como la propiedad, el capital, la economía y todo lo
que es un bien del hombre, es no solamente un bien individual sino que,
además es un bien social.
Por último, Perón hace referencia a la ligazón que existe entre sus posiciones
doctrinarias y las que deben defender los periodistas bien intencionados.
“No concibo que se utilice la libertad que ofrecemos a cada ciudadano como
medio para atacar o destruir los objetivos fundamentales del pueblo argentino,
cuya justicia social, independencia económica y soberanía política, no pueden
ser ni siquiera discutidos en nombre de la libertad, desde que esas tres
realidades son, precisamente, el fundamento básico de la libertad de nuestro
pueblo.
“Señores cuando la prensa nacional y el periodismo que le da vida y
movimiento acepten total y absolutamente estas normas generales de la
doctrina justicialista, nosotros habremos alcanzado uno más de nuestros
grandes ideales.
“No se trata de coincidir en un movimiento político, porque eso sería, incluso,
demasiado monótono
“Se trata de coincidir en una política nacional, y esto es lo que trata de
hacer el Justicialismo fijando posiciones generales, básicas y fundamentales
para la coincidencia de todos los argentinos en cuanto se refiere a los
objetivos superiores de la Patria.
“En síntesis yo diría que, en cuanto al periodismo se refiere, la coincidencia
con el Justicialismo se reduce a la común aceptación de los tres principios que
he desarrollado:
1. Subordinación del interés al ideal
2. Ejercicio de la libertad de prensa en función social dentro del concepto
justicialista de la libertad socialmente justa
3. Servicio permanente de los grandes objetivos nacionales: la justicia
social, la independencia económica y la soberanía política.
Luego cerró al acto y su discurso con palabras premonitorias:
“Por fin quiero hacer llegar a todos los periodistas aquí presentes mi voz de
amigo y compañero
“Estamos en una misma lucha. Tenemos una misma bandera.
“Tal vez no esté lejano el día en que tengamos que apretar filas, olvidar
nuestras pequeñas diferencias de opiniones y enfrentar unidos la amenaza
exterior.
“Precisamente por haber levantado la bandera de los pueblos en medio de
un mundo manejado con prescindencia de los pueblos, hemos sido ya
marcados con el sello de los contaminados
“Sin embargo tenemos fe en el triunfo final de Justicialismo porque creemos
en el triunfo de los pueblos.
2. UN CONCEPTO MEDULAR DE PERON
SOBRE EL PERIODISMO Y LOS PERIODISTAS
Dicho concepto lo vierte el 24 de junio de 1953, también en el Salón de Actos
de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos
Aires, con motivo de la inauguración de los cursos de la Escuela de
Periodismo creada por el Sindicato Argentino de Prensa.
Las mentiras que se propalan no son obra de los periodistas sino de los
dividendos de las empresas
Entre todas las funciones para las cuales deben ser preparados los periodistas
argentinos, está la de la propia defensa de la profesión. Yo les he de decir por
qué. En mi concepto, tanto las empresas periodísticas estatales como las
comerciales o las particulares están servidas por periodistas pero manejadas
por otros intereses y por otros hombres de intereses. Cuando nosotros los
hombres de la calle, nos quejamos contra las malas causas que el periodismo
defiende, contra las mentiras que propala, contra las infamias que comete,
empezamos a hablar mal de los periodistas, que en este caso no tienen
absolutamente ninguna responsabilidad, porque bien sabemos que las causas
innobles que se defienden y las mentiras que se propalan no son obra de los
periodistas sino de los dividendos de las empresas, que están sirviendo sus
intereses.
(Asociar con el Diario La Prensa)
Sin embargo, la culpa se carga siempre en la cuenta de los periodistas; y hoy,
en el mundo entero, no hay quien no hable mal de los periodistas. Es una
injusticia tremenda...
Yo estoy persuadido de que si los periodistas hubieran de manejar el
periodismo, y no los directores de las empresas que lo financian o los
gobiernos que lo manejan, el periodismo en el mundo andaría mucho mejor y
la verdad sería un verdad bien distinta de la que nos conjugan hoy en todos los
lugares de la tierra.
El único que puede defender la verdadera verdad es el periodista que no
tiene partido en ninguno de los intereses que se juegan. El puede decir la
verdad tal cual es, desnuda, sin sentir el rubor de ver turbados sus propios
intereses, cuando se trata de un periodista veraz y honrado.
¿En manos de quién debe estar el periodismo?
Nuestra aspiración en el orden doctrinario-justicialista, está en realizar ese
milagro; pensar que algún día, en nuestra tierra, el periodismo esté en manos
de los periodistas; que quien quiera financiar las empresas se conforme con
disfrutar de los dividendos, pero que no entre en el dividendo de la noticia,
porque ese no es dividendo que le corresponde a él.
Ya se que muchos compañeros que están aquí pensarán que yo estoy hablando
con un cierto grado de ingenuidad y de idealismo exagerado, porque esto no se
ha realizado todavía en ninguna parte del mundo. Pero nosotros estamos
realizando precisamente muchas cosas que todavía no se han realizado en
ninguna parte del mundo y pensamos que también quizá sea posible
realizar este milagro más en nuestra tierra: que los diarios, cualquiera sea
la procedencia de los bienes materiales que los sustenten, estén dirigidos
en su acción periodística solamente por los periodistas, y que ningún
periodista esté obligado a escribir nada que repugne a su propio espíritu
de hombre honrado y a la profesión.
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