Presentación al libro Una guerra para construir la paz | Contexto

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Tipo de documento: Presentación
Autor: Schafik Hándal
Título del libro: Una guerra para construir la paz
Editorial: Ocean Sur
Lugar de publicación: Colombia
Año de publicación: 2006
Páginas: 1-6
Temas: El Salvador, Fuerzas políticas
Presentación al libro Una guerra para construir la paz
El Instituto Schafik Handal, creado por resolución de la Comisión Política del FMLN, presenta la publicación de una pequeña parte del gran patrimonio histórico,
político, ideológico, programático y teórico, de invaluable valor, legado por Schafik a nuestro Partido, a su membresía, al pueblo y al país, y a fuerzas
revolucionarias y democráticas de otros países del mundo.
El pensamiento de Schafik para la lucha política atesorado a lo largo de sus más de cincuenta años dedicados permanentemente a realizar transformaciones de la
realidad del país con el fin de construir una nueva sociedad, incluyó orientaciones y pasos prácticos para avanzar hacia la consumación de una nueva sociedad,
con justicia social y económica, cualitativamente superior en su desarrollo con rumbo hacia un tipo de socialismo con peculiaridades salvadoreñas.
Las reflexiones teóricas y científicas de Schafik, tanto para fundamentar su pensamiento para la lucha política en cada momento, período, y sus perspectivas, así
como la fundamentación acerca de la etapa de la revolución democrática y la orientación al socialismo, de la misma manera que todo lo relacionado al debate sobre
la teoría de la revolución, expuestos con sencillez o simpleza, sin dogmatismo, y al mismo tiempo con la debida profundidad, forman parte del patrimonio histórico
legado por Schafik.
Schafik abanderó principios, practicó y defendió valores, ideales, propósitos y objetivos para la construcción de una nueva sociedad a favor de los excluidos de
siempre, de nuestro país y la humanidad, por cuyos anhelos y esperanzas, dedicó las energías de su vida. Los fundamentos de su ideología, la ideología del FMLN,
perfilan lo que sus afiliados deben esforzarse ser como personas y luchadores sociales y políticos por una nueva sociedad.
La obra sobre su pensamiento es voluminosa: libros escritos; entrevistas publicadas bajo la forma de libros y folletos; muchos artículos sobre la realidad de El
Salvador y otros países; ponencias; comparecencias en medios de prensa televisivos y radiales; discursos en actos o actividades dentro y fuera del Partido y otras
organizaciones, dentro y fuera del país. El pensamiento de Schafik recoge momentos, períodos y hasta etapas por las cuales el país ha atravesado, de cuyas
apreciaciones supo trazar las perspectivas y anticiparse al futuro de los procesos.
El presente libro incluye una síntesis de la historia política del país, titulada “El Largo Proceso que Condujo a la Guerra y la Negociación en El Salvador”, en que se
describe “el proceso de opresión, frustraciones y luchas” que condujo, primero, a la instauración en diciembre de 1931 de la dictadura militar, la insurrección de
enero de 1932, las matanzas de población de la dictadura militar y la consolidación de la misma durante sesenta años hasta diciembre de 1991; segundo, al largo
período de pobreza, de represión de la dictadura que militarizó al país; tercero, a la guerra de más de doce años a la que fue arrastrado el pueblo y el país por la
dictadura que cerró todos los caminos legales, democráticos y pacíficos para enfrentar los principales problemas del país; y, cuarto, al período de más de 22 meses
del proceso de solución política negociada de la guerra y la lucha por el cumplimiento de los acuerdos pactados.
Con la sencillez, agudeza de pensamiento y explicación de los procesos y hechos, Schafik sostiene, en ese documento, por que la guerra es la “continuación de la
política” y pone al descubierto las falsas argumentaciones de los “halcones” de los gobiernos estadounidenses para fundamentar su ilusión de una fácil y pronta
derrota militar del FMLN, para negarse a hablar de un final negociado de la guerra.
Schafik desmiente, en detalle y a fondo, las afirmaciones superficiales que hacían los gobiernos salvadoreño y estadounidense en aquel momento. Schafik
sostiene: “con mucha ligereza y prescindiendo de los hechos, se afirma que la negociación fue posible gracias al derrumbe del socialismo en Europa del Este, por la
desaparición de la Unión Soviética, la derrota electoral de los sandinistas en febrero de 1990 y, sobre todo, gracias a la decisión del gobierno de los Estados Unidos
(administración Bush). Se dice también, en la propaganda de la derecha salvadoreña y de sus acólitos que todo el mérito corresponde a Alfredo Cristiani a quien
califican de ‘Presidente de la Paz’”.
Schafik es contundente al demostrar la falsedad de esas afirmaciones, igual que los hechos que forzaron al Gobierno de los Estados Unidos a “pasar, en diciembre
de 1989, a la política de doble carril (el diálogo y el militar) y moverse, cautelosa y gradualmente, en 1991 al carril negociador” y convertirlo en “el principal” en las
“rondas negociadoras de septiembre y diciembre” de este último año.
El libro incluye dos importantes discursos. Uno sobre la firma de los Acuerdos de Paz de Chapultepec, el 16 de enero de 1992, y el otro sobre el cese del
Enfrentamiento Armado o de la Paz Armada, el 15 de diciembre de 1992, en la sede de la Feria Internacional de El Salvador. La labor de Schafik en la negociación
de acuerdos políticos y el cumplimiento de los más importantes de los mismos para la finalización de la guerra, fue de inmenso valor político para el país.
Con los Acuerdos de Paz se puso fin a la dictadura militar de 60 años que tuvo ahogados “los ideales de libertad, justicia, democracia, dignidad humana y progreso”
por los cuales ha luchado largamente el pueblo. El FMLN siempre estuvo consciente de que del fiel cumplimiento de los Acuerdos de Paz, en letra y espíritu,
dependería la “estabilidad, la solidez de la paz y el futuro de la Patria”.
Schafik, en su discurso de Chapultepec, afirmó que los miembros del FMLN no estaban llegando al momento de la firma de los Acuerdos de Paz “como ovejas
descarriadas que vuelven al redil, sino como maduros y enérgicos impulsores de los cambios hace mucho tiempo anhelados por la inmensa mayoría de los
salvadoreños”. Es decir, como revolucionarios responsables de sus actos políticos en defensa de los intereses del pueblo y el país.
El FMLN dio ejemplo de seriedad revolucionaria, y no de “juego de apariencia”, al “tomar la decisión de concluir el período de paz armada”, después de luchar
durante once meses, del 16 de enero al 15 de diciembre de 1992, por el cumplimiento del calendario pactado para ese objetivo político de especial valor histórico
para el futuro de la Patria, y lograr que el 14 de diciembre el Tribunal Supremo Electoral le otorgara la personería jurídica, pese a la obstrucción de “políticos que
insistían en la mañosa idea de cerrar los caminos pacíficos, que fue lo que precipitó el conflicto armado”.
Por si la firma de los Acuerdos de Paz y la decisión de dar por finalizada la paz armada podía interpretarse como una resignación para adecuarse al sistema,
Schafik recordó que cuando los revolucionarios “iniciamos la lucha armada no teníamos armas, pero sí mucha convicción, voluntad y calidad revolucionaria” y que,
además, “seguimos y seguiremos siendo revolucionarios fieles al pueblo pobre y trabajador”; es decir, con la misma convicción de continuar nuestra lucha para
transformar al sistema no para que el sistema nos cambie a nosotros los revolucionarios.
Al finalizar la paz armada y comenzar, en 1993, el período de lucha política por las elecciones generales de marzo–abril de 1994, quedaban “acuerdos pendientes
de cumplir” principalmente por parte del gobierno y asumido por éste “el compromiso de continuarlos cumpliendo todos hasta el final”.
Esto no ocurrió y por eso todos los años el FMLN, incluyendo el último en que se cumplieron catorce años de Chapultepec, en enero del 2006, hizo los reclamos
correspondientes a causa del deliberado incumplimiento por parte del gobierno del compromiso asumido ante el país y la comunidad internacional, y el bloqueo que
le puso a la ONU para que no pudiera realizar la verificación continuada acerca del debido cumplimiento de todos los acuerdos. En los últimos años el FMLN
impidió que la derecha diera por cerrada formalmente la misión de este organismo internacional y finalizada la etapa de cumplimiento de los Acuerdos de Paz.
En el libro se incluyen discursos de Schafik al respecto, el primero al año de transcurrida la firma de los acuerdos, 1993, y luego a los diez, doce y catorce años. En
los mismos se pone en evidencia la decisión del gobierno de no cumplir con todos los acuerdos pactados y por eso muchos quedaron pendientes al finalizar el cese
del enfrentamiento armado. Además el proceso estaba lleno de enorme cantidad de irregularidades que rodearon el manejo de los mismos, la deformación y
tergiversación de las nuevas instituciones producto de los Acuerdos de Paz y el grave retroceso sufrido por el proceso de democratización nacida de los acuerdos
políticos negociados.
Al conmemorar los catorce años de la firma de los Acuerdos de Paz, Schafik explicó que era oportuno hacer un balance y sobre esa base realizar una proyección
sobre el futuro. El dijo lo siguiente: “cuando firmamos esos acuerdos, teníamos claridad de que aquello no era la revolución todavía, que lo que estábamos haciendo
era pasar a otra etapa de la lucha; que lo que estábamos haciendo era desmontar la dictadura militar de 60 años, ponerle fin a la matanza, a la represión,
desmontar los instrumentos represivos de la dictadura y abrir con eso la posibilidad de que el pueblo salvadoreño continuara adelante con la lucha por los ideales
de transformación; que el FMLN continuaría al frente del pueblo para alcanzar esa meta de transformar económica, social y políticamente a este país en beneficio
del pueblo salvadoreño”.
Y esa posibilidad de las transformaciones democráticas del país, abierta por los Acuerdos de Paz, según Schafik, es lo que la derecha ha estado tratando de cerrar
durante estos 14 años y esforzándose en volver a instaurar una dictadura con rostro distinto. Después de 14 años, la situación del país es peor, y aunque la
derecha preparó trampas y fraudes para las elecciones legislativas y municipales del 12 de marzo del 2006, y desbordó los límites para ello, el pueblo no se los
permitió.
La compilación de artículos es una expresión del desarrollo del pensamiento político de Schafik para la transformación revolucionaria del país y una invitación a
“pensar con cabeza propia”.
Dirección
Instituto Schafik Handal
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