El Museo te ayuda a hacer tus… …Tareas CUASIMODO

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…Tareas
CUASIMODO: TRADICIÓN DE LA ZONA CENTRAL DE
CHILE.
(Domingo siguiente a Pascua de Resurrección)
Padre e hijo Cuasimodistas, pertenecientes a la Comuna de Colina, durante la fiesta de Cuasimodo.
Fotografía 2010, Juan Cesar Astudillo. Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional
Departamento Educativo
Museo Histórico Nacional
Nace una tradición:
El Cuasimodo es una ceremonia muy propia del Chile Central. Esta tradición se
remonta al periodo Colonial y su nombre surge del evangelio en Latín “Quasi modo
genio infantis” o “Como niños recién nacidos” y como la gente no hablaba latín, el
Quasi modo derivó en Cuasimodo.
El Concilio de Trento, llevado a cabo por la Iglesia Católica en Italia entre 1545
y 1563, impuso la obligación, a los creyentes, de comulgar por lo menos una vez al año,
mejor aun si era durante la Pascua de Resurrección. Fue así como empezó la costumbre
de que los sacerdotes llevaran la comunión hasta el lecho de los enfermos, incapacitados
de pararse e ir a la iglesia.
Durante la Colonia, el sacerdote iba en un carruaje visitando a los lugareños. Al
acto litúrgico acudía vestido con toda su indumentaria y además con los accesorios
(cálices y copones) de oro y plata usados en las misas. Con el correr de los años, este
servicio se convirtió en presa de bandidos que asaltaban las comitivas sin respetar al
sacerdote a quien robaban todas las cosas de valor.
Entonces los sacerdotes encargados de llevar la comunión, comenzaron a pedir
asistencia, con el fin de evitar ser asaltados. Los mismos fieles hacían las veces de
guardias, organizando verdaderas procesiones.
Si bien, en un principio, los fieles que acompañaban al párroco eran hombres
armados, que andaban arriba de sus caballos, con el transcurso de los años, la cabalgata
fue derivando en una colorida procesión que el huaso acomodó a su tradicional
vestimenta, la que se ha ido transmitiendo de generación en generación hasta estos días.
Sacerdote saliendo de una casa después de dar el Sacramento durante la fiesta de Cuasimodo.
Fotografía 1915. Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional
Domingo siguiente a Pascua de Resurrección: Fiesta de Cuasimodo
Como niños ingenuos, los “Cuasimodistas” miembros de las cofradías,
participan de la celebración. El desplazamiento del Cuasimodo implica un movimiento
rápido y ágil, una vertiginosa carrera que no da pie atrás. La fiesta fue definida por el
Papa Juan Pablo II como un “Verdadero tesoro del pueblo de Dios”, la corrida es un
honor del Cristo Resucitado y Sacramentado.
En Chile, habría nacido en la comuna de Renca y en las localidades rurales
donde los poblados se encontraban muy alejados de las iglesias. En la actualidad la
fiesta se celebra en Colina, Maipú, Renca, Quinta Normal, Quilicura, Peñaflor, Isla de
Maipo, Talagante, Melipilla y Curacaví.
El Cuasimodo parte con una misa donde el sacerdote no da la bendición final,
sino que guarda todo, se mantiene con sus vestiduras, toma un copón con ostias
consagradas y sale en compañía de los jinetes. Se sube al carruaje, con un listado de los
puntos donde se tiene que bajar. Se detiene en los lugares que están marcados y lleva la
comunión a los enfermos que no pudieron participar de la Semana Santa. Cuando
termina, regresa a la parroquia y da la bendición final.
Cuasimodistas de la Comuna de Colina, durante la fiesta de Cuasimodo.
Fotografía 2010, Juan Cesar Astudillo. Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional
Con el transcurso de los años la tradicional manta que el huaso portaba fue
reemplazada por una pequeña capa llamada esclavina, que puede ser de seda o de raso,
cuyos colores varían según la zona. El sombrero también fue reemplazado, en su lugar
los jinetes portan un pañuelo. A comienzos del siglo XX, los atuendos eran de variadas
tonalidades, con el tiempo ha comenzado a primar el blanco y amarillo, colores del
Vaticano, o el blanco, azul y rojo, colores de nuestro país.
La fiesta es muy popular hoy en día y son cientos los espectadores que salen de
sus casas para
presenciar el paso de la comitiva, algunos rezando y cantando,
disfrutando con los atuendos y la alegría del evento. El silencio no existe en el
Cuasimodo, pues se celebra el triunfo de la vida sobre la muerte.
Cuando brilla el sol del medio día y la comitiva alcanza las casas de los últimos
enfermos, se inicia el regreso a la sede parroquial, donde se expone el Santísimo y
agradecen la gloriosa mañana.
Jinete de la Comuna de Colina, durante la fiesta de Cuasimodo.
Fotografía 2010, Juan Cesar Astudillo. Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional
Cuasimodistas de la Comuna de Colina, durante la fiesta de Cuasimodo.
Fotografía 2010, Juan Cesar Astudillo. Colección Archivo Fotográfico. Museo Histórico Nacional
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