Patrimonio cultural de Jaén

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PATRIMONIO CULTURAL
DE
JAÉN
Manuel Martínez
2º Bachillerato (Jaén)
INTRODUCCIÓN
Patrimonio cultural en Jaén:
El Patrimonio cultural es el conjunto de bienes, tanto espirituales como materiales, de valor histórico,
artístico, antropológico, científico o técnico, producido por los habitantes de un territorio a lo largo de la
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historia y que forman parte de su cultura (arte. Artesanía, habla, literatura, gastronomía, música, cantes, bailes,
creencias, costumbres, tradiciones, edificaciones, etc.) y que ha sido acumulada a lo largo de la historia por
nuestros antepasados.
Jaén:
Ciudad al sur−este de Andalucía y famosa por sus extensos campos verdes de olivos.
La historia de Jaén empieza en el 2.500 antes de Cristo según el último yacimiento de Marroquíes Bajos
encontrados en el norte de la ciudad, con viviendas dispuestas en círculos concéntricos y una incipiente
infraestructura hidráulica.
Jaén fue a continuación un campamento cartaginés, antes de la llegada de los romanos, que le dieron el
nombre de "Auringis" o "Aurgi", por la presencia de oro. Fue conquistada por los musulmanes en el año 744.
A partir de entonces sufrió una serie de cambios en su gobierno, siendo sucesivamente conquistada por la taifa
de Sevilla (1031) y los almorávides (1148). Fernando III la perdió a manos del nazarí Yusur al−Ahmar, para
recuperarla de nuevo en 1246 por un pacto de vasallaje. Durante la guerra contra el Reino de Granada se
convirtió en un importante y estratégico centro de operaciones. Durante el s. XVI Jaén fue una de las 18
ciudades que tuvo representación en las Cortes. Fue un importante centro productor de tejidos de seda, pero
esta floreciente industria no pudo evitar que, durante el reinado de los Austrias, la ciudad cayera en una
profunda depresión económica que obligó a abandonar la ciudad a muchos de sus habitantes. A pesar del
impulso que alcanzó, durante la primera mitad del s. XIX, el cultivo de las olivareras, las sucesivas
incursiones francesas sumieron a Jaén en una profunda crisis económica. En 1873 se proclamó cantón
independiente. Permaneció en un periodo de estancamiento económico que se prolongó hasta 1953, cuando un
plan de desarrollo activó su economía.
Lo que la hace poseer un vasto y rico patrimonio cultural, como consecuencia de los diversos pueblos que se
han asentado en él a lo largo de toda su historia.
INDICE
1º Patrimonio Inmueble
• Arco de san Lorenzo
• Fuente de la Magdalena
• Fuente de los Caños
• Baños Árabes
• Castillo de Santa Catalina
• Catedral
• Santa capilla de san Andrés
• Iglesia de san Idelfonso
• Real monasterio de Santa Clara
• Convento de las bernardas
• Palacio de Don Fernando de Torres y Portugal
• Palacio de los Quesada−Ulloa
− Parque la victoria
• Excmo. Ayuntamiento
• Palacio de la Diputación
• Palacio de la Alameda
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2º Patrimonio Mueble:
• El Santo Rostro
− Nuestro Padre Jesús el abuelo
3º Patrimonio Etnográfico
• Feria san Lucas
• Semana santa
• Lumbres de San Antón
• Andrajos
• Pipirrana
• gachas
• Tapas
• Melenchones
• Ronquido de Jaén
4º Patrimonio Documental−Bibliográfico
• Ya se salen de Jaén
• Tres morillas de Jaén
• Cuando Jabalcuz tiene...
• La Casa de los Rincones
• Lagarto de Jaén
• El viaje de san Eufrasio
• Caño Quebrado
PATRIMONIO INMUEBLE
Arco de San Lorenzo:
Fuente de la Magdalena:
La Fuente de la Magdalena o también llamada Raudal de la Magdalena, abasteció en un primer momento al
pueblo romano, para después ser utilizada por los árabes hasta la llegada de los cristianos. El agua que
emanaba este grifo natural no sólo se utilizaba para el abastecimiento de los habitantes de la ciudad, también
era utilizada en los cinco baños públicos que existían en la ciudad y regaba un importante número de huertas.
El Raudal de la Magdalena está situado en la plaza que lleva su mismo nombre y frente a la iglesia parroquial.
Existe una leyenda popular sobre este manantial de agua. Dicen los lugareños que la ubicación de la Fuente de
la Magdalena era la guarida del famoso Lagarto de Jaén.
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Fuente de los Caños:
La Fuente de Los Caños, que ha dado su nombre a la plaza en la que está ubicada, es una fuente monumental
que se erigió según un proyecto de Francisco del Castillo en 1558, aunque fue reedificada en el siglo XVII.
Antiguamente la Fuente de los Caños se abastecía para su función de abrevadero público del Raudal de la
Magdalena, un agua que sigue saliendo al exterior por medio de las bocas de las ánforas que portan tres niños
desnudos esculpidos en este monumento.
Baños Árabes:
Castillo de S. Catalina:
Sobre el cerro al que se ciñe la ciudad se alza, a 820 metros, el Castillo de Santa Catalina, una mole defensiva
que hoy conocemos como fortaleza restaurada. Sus orígenes se remontan a época musulmana, en época del
rey Alhamar. La fortaleza pasaría a manos cristianas con Fernando III, en 1.246, y sufriría diversas
vicisitudes. Así, a principios del XIX fue acuertelamiento y polvorín de las tropas francesas. En el
emplazamiento que ocupa se han ido sucediendo a lo largo de los siglos tres fortalezas: el Castillo Viejo, el
Alcázar Nuevo y el de Abrehui, estos dos últimos separados por una explanada que hoy ocupa el Parador. Las
reformas del siglo XV, impulsadas por el Condestable Iranzo, los unieron en la práctica. Sufrió numerosas
modificaciones y largas etapas de abandono que lo sumieron en la ruina que los franceses (1812) acabaron por
consumar. A lo largo del XIX, debido a las escaramuzas de las Guerras Carlistas, se remoza por última vez.
En 1907 es adquirido por don Manuel Ruiz de Córdoba, que trató de restaurarlo, aunque no avanzó mucho. En
1948 es adquirido por el Ayuntamiento, que inicia las reformas. En 1965 se construye el Parador, que
destruyó buena parte de los restos.
Catedral:
Tras la conquista de Jaén por Fernando III en 1246, la mezquita aljama (o mayor) se adapta como Catedral, al
ser trasladada la sede episcopal de Baeza a Jaén en 1249.
Siendo Obispo don Nicolás de Biedma, se derribó la mezquita y se construyó en el mismo lugar un templo
que perduró alrededor de un siglo, pues el obispo don Luis Osorio y posteriormente don Alonso Suárez
acometen su demolición y nueva construcción que fue proyectada es estilo gótico.
Sin embargo, siendo obispo el cardenal Esteban Gabriel Merino, natural de Santiesteban del Puerto, coetáneo
de los mejores artistas italianos del "quinientos", se acometió la definitiva construcción de la actual catedral,
dirigida principalmente por Andrés de Vandelvira, en el más puro estilo renacentista.
Santa Capilla de San Andrés:
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Institución Benéfico−docente, fundada por don Gutierre González Doncel en 1515. Consta de dos partes
claramente diferenciadas y comunicadas entre sí, la institución y la iglesia de San Andrés.
La institución, con acceso por la calle del rostro con fachada del siglo XVIII, ofrece un patio muy evocador,
presidido por el busto del fundador y desde él se accede a dependencias de gran interés artístico como son la
Sala Capitular y la Sala de Juntas (convertida en pequeña exposición donde se exhiben valiosas pinturas y
recuerdos históricos).
La iglesia de San Andrés (de estilo mudéjar con reminiscencias judías, parece tener su origen en una
sinagoga), ofrece una bella fachada abierta a la calle de San Andrés. Consta de tres naves separadas por arcos
de herradura apuntada. La pieza de mayor interés es la capilla de la Inmaculada o capilla de la
Purísima(construida sobre tierra santa traída de Nazaret), con bello retablo barroco que enmarca el camarín de
la Virgen (de escuela andaluza), la puertecita mudéjar del púlpito, la tabla de la Virgen de la Luz o Virgen del
Pópulo, su bellísima cúpula y la sin par reja repujada en hierro y dorada, obra cumbre del maestro Bartolomé.
Iglesia de San Ildefonso:
Erigida la Parroquia en 1.248 en el Arrabal de San Ildefonso, se sitúa en la plaza de su nombre. A raíz del
Descenso de la Virgen en 1430, este templo adquirió una gran importancia y se convirtió en santuario de la
Virgen de la Capilla, patrona de la ciudad. El interior es gótico con retablos barrocos de interés. La planta
divididas en tres naves por columnas. Destaca la capilla de Nuestra Señora de la Capilla, Patrona de Jaén, de
finales del XVI. Pertenece el templo al gótico final. Tiene tres portadas, una del gótico rezagado, hecha en los
tiempos del obispo Alonso Suárez; la principal, que da a la Plaza de San Ildefonso, plateresca, construida por
orden del cardenal Pacheco, en el siglo XVI, y la neoclásica, del XVIII, según proyecto de Ventura
Rodríguez, realizado por Francisco Calvo. Esta última está formada por cuatro columnas de orden compuesto
adosadas, sosteniendo una cornisa en el que apoya un frontón triangular. Detrás de él y sobre el muro de
fachada está colocado un pedestal con la figura de San Ildefonso, con dos flameros a cada lado. A la derecha,
correspondiendo con la antigua torre de la Iglesia, hay una torre de dos cuerpos coronada con cúpula. En esta
iglesia se hallan sepultados los restos de Andrés de Vandelvira, arquitecto de las catedrales de Jaén y Úbeda,
fallecido en 1.575.
Real monasterio de Santa Clara:
El más antiguo de Jaén, fue fundado por San Fernando (el rey Fernando III "El Santo") y trasladado a su
actual emplazamiento en 1495. Edificio de enorme extensión. En su interior destacan un Claustro de elegantes
líneas, los Coros alto y bajo cubiertos de artesonado y la curiosa imagen del Cristo de Bambú (escuela
quiteña, siglo XVI). En las diferentes dependencias del convento se conservan recuerdos históricos de gran
interés. Ocupado por una comunidad de clausura de las Religiosas Franciscanas.
Convento de las Bernardas:
Fundación del siglo XVI debida al obispo auxiliar de Toledo don Melchor Soria y Vera, natural de Jaén. Es
sin duda el monasterio mas notable en el aspecto artístico de toda la ciudad. Bellísimas fachadas y patio
conventual. La iglesia encierra muchos tesoros artísticos, entre los que destacan pinturas de Ángelo Nardi. Su
auténtico nombre es el del Convento de la Concepción Franciscana, aunque simplemente se conoce como "las
Bernardas", nombre que le viene de la protección que sobre él ejerció el cardenal don Bernardo de Sandoval y
rojas. Lo habita una comunidad de clausura de Religiosas Franciscanas Descalzas.
Palacio de Don Fernando de Torres y Portugal:
Este edificio señorial fue construido a finales del siglo XVI por el Virrey del Perú, don Fernando de Torres.
En el siglo XVIII se destinó a hospicio, y permaneció como tal durante muchos años. Una pequeña iglesia fue
añadida en 1902 y dedicada a la Visitación. En la actualidad es sede del Museo de Artes y Costumbres
Populares y del Museo de Arte Naïf. Los Baños Árabes se encuentran bajo el palacio, a los que se acceden
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desde su patio, y son un magnífico ejemplo de los baños hispanomusulmanes del siglo XI.
Palacio de los Quesada−Ulloa:
Casa palacio construida en el siglo XVI por el Capitán don Fernando de Quesada y Ulloa. Su fachada posee
notables detalles decorativos. Recientemente fue restaurada y destinada a albergar al Negociado Municipal de
Urbanismo.
Parque la Victoria:
El Parque de la Victoria es el más céntrico de los espacios verdes de Jaén. Se sitúa en la plaza de las Batallas,
entre la Avenida de Madrid y el Paseo de la Estación. A finales del XIX, la zona donde se asienta era un
paraje insalubre. Cerca de allí bajaban las aguas fecales de la ciudad. El médico Eloy Espejo propuso al
Ayuntamiento la transformación de la zona en un parque. El monumento de las Batallas, dedicado a las
batallas de Navas de Tolosa y Bailén, se erigía en 1912 y el Paseo de la Estación se convierte en bulevar. En
1927, Luis Berges Martínez diseña el Plan de Ensanche de 1927, que cambió radicalmente la fisonomía de
esta zona de la ciudad. El Plan preveía un 10% de espacio verde sobre el total de la superficie que ocuparía el
ensanche. El Parque de la Victoria ocuparía 16.489 m2, una vez restado el espacio que ocupa el antiguo
edificio de la AISS, que se construyó sobre terrenos inicialmente previstos para el Parque. Con posterioridad a
la Guerra Civil se inició su construcción. El nombre que se le dio a la zona tiene que ver con el resultado de la
contienda. La riqueza vegetal del parque de la Victoria es mucho mayor que la del otro jardín histórico de la
ciudad, la Alameda, aunque el esquema básico de ajardinamiento es muy similar en ambos: coníferas y
frondosas de hoja caduca y perenne.
Parque de la Alameda:
Parque de la Alameda jardín de origen renacentista, a la entrada la Puerta del Ángel, a la espaldas del
convento de las Bernardas, se encuentra el Pilar de las Bernardas, del XVI con añadidos posteriores. A un
lado del Paseo se encuentra la plaza de toros y al otro el Campo Hípico. En el otro extremo, el Auditorio de la
Alameda que en años fue sede de un convento de Capuchinos. Desde las terrazas posteriores a los jardines se
obtienen unas magníficas vistas de Jaén y las montañas cercanas. La riqueza vegetales rica en coníferas y
frondosas de hoja caduca y perenne.
Excmo. Ayuntamiento de Jaén:
A través de los tiempos, el Ayuntamiento de Jaén estuvo ubicado en varios lugares de la ciudad. Es en el siglo
XVIII cuando ya aparece en la Plaza de Santa María. Primero donde estuvo después el Banco de España.
Posteriormente, en el actual emplazamiento, que era donde estaba el Palacio de Montemar. Adquirido por la
ciudad el Palacio, y demolido seguidamente, se construyó el Palacio. El autor del proyecto se inspira en el de
la Diputación. En la fachada, un cuerpo central sobresale con tres vanos adintelados en la planta baja y tres
arcos ante el balcón principal, rematándose dicha fachada con un hastiar en la que figura el reloj. Por los años
cuarenta de este siglo, y posteriormente, el edificio ha sufrido varias modificaciones y ampliaciones.
Palacio de la Diputación provincial:
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PATRIMONIO MUEBLE
El Santo Rostro:
La reliquia más conocida de Jaén es el Santo Rostro. Para custodiarla se construyó la Catedral y se convirtió
en una seña de identidad para la ciudad. Su origen está sujeto a leyendas, como la del viaje de san Eufrasio.
Según la tradición, es el Santo Rostro de Cristo impreso directamente por la Verónica en un lienzo con su
sangre y sudor. El lienzo se doblaría, siempre según dicha tradición, en tres partes, por lo que existirían otros
tantos ejemplares.
Nuestro Padre Jesús el abuelo:
PATRIMONIO ETNOGRÁFICO
Feria san Lucas:
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La Feria de San Lucas aparece en realidad en 1.805, debido a una epidemia de peste y fiebre amarilla que
aconsejó no levantar la cuarentena de la ciudad durante aquel mes de agosto. El Concejo de la ciudad decidió
entonces celebrar aquel año la feria haciéndola coincidir con una antigua feria menor de ganado vacuno que se
venía celebrando en Octubre. La Guerra de la Independencia provocó un importante quebranto en la cabaña
ganadera jiennense. Por eso, en 1814 muchos ganaderos de la provincia y tratantes se dieron cita durante el
mes de octubre en Jaén, costumbre que se fue asentando en los años de carencia y epidemias que siguieron. La
Real Sociedad de Amigos del País propuso en 1833 realzar la feria de octubre como feria agrícola y ganadera
con festejos. Así, las ferias de Agosto y Octubre convivieron durante años. Motivos económicos sin embargo
fueron inclinando la balanza hacia la de octubre. Ya en 1855 sólo se celebró la de octubre.
Semana santa jiennense:
De domingo de Ramos a Domingo de Resurrección salen a la calle una serie de procesiones organizadas por
las 13 cofradías de penitencias que existen en la ciudad. La más antigua de ellas data de 1546. recorren buena
parte del casco antiguo de la ciudad, propiciando momentos de gran belleza y emoción, entre los que
sobresalen la madrugada del Viernes Santo, con la salida de la popular cofradía de "Nuestro Padre Jesús
Nazareno".
Lumbres de San Antón:
De los orígenes de la fiesta tenemos ya constancia en las Crónicas del Condestable Iranzo. D. Miguel, en la
noche del 16 de enero, la víspera de la celebración, enviaba cuatro hachas de vela que ardían ante el altar del
santo toda la noche y el día 17 completo. Pero la fiesta ha ido transformándose con los años. Hoy en día
monumentales hogueras se encienden por las plazas de Jaén como ofrenda votiva al santo protector de los
animales, San Antonio Abad. En torno a ellas se realizan bailes típicos y se consumen calabazas asadas, las
típicas "rosetas" de maíz y otros productos de la tierra.
Andrajos de Jaén:
Es un plato consistente en un guiso de carne, verduras y setas en el que se cuecen obleas de masa que quedan
hechas pedazos (de ahí el nombre de andrajos).
Pipirrana:
La pipirrana es una ensalada cuyos ingredientes básicos son cebolla, tomate y pepino. A veces se le añade
huevo cocido e incluso algún tipo de pescado de carne prieta e incluso embutidos
En Jaén esta ensalada es para mojar sopas (es decir para empapar trozos de pan). Es muy frecuente en
ambientes rurales, ya que la sencillez de su preparación lo hace idóneo para comerlo en el campo, sobre todo
en tiempos de recogida de aceituna.
Gachas:
Comida de consistencia blanda, casi líquida, compuesta por harina tostada cocida más posteriormente con
agua.
Melenchones:
Podría ser considerado como patrimonio documental−bibliográfico, pero debido a que son conocidos por sus
bailes más que por sus canciones las incluimos como parte de las Tradiciones populares. Estos como ya he
dicho son canciones populares, acompañados de bailes, que se cantaban antiguamente por San Antón bailando
alrededor de las hogueras alimentadas por ramas de olivo procedentes de la poda.
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Veamos algunos:
Y tu madre esta muy tonta
eea
Porque tiene un hijo guapo
eea
Que lo meta en una orza
eea
Y lo tape con un saco
Eea
Ronquido de Jaén:
Esta característica jiennense del habla hace alusión a la pronunciación del fonema /j/. La aspiración de F latina
no existió nunca en esta zona oriental, y tampoco fue trasladada a las zonas del reino de Granada repobladas
desde ahí. Como consecuencia de esto, cuando apareció el sonido j no se encontró con la 'competencia' de
ninguna aspirada, y por tanto pudo incorporarse al sistema fónico sin ningún problema, y en términos
similares a los del castellano centropeninsular. De hecho, en el antiguo reino de Jaén la articulación actual de
este sonido es particularmente intensa, lo que la ha hecho merecer el sobrenombre de 'tierra del ronquío'.
Tapas:
La Tapa es una pequeña porción de comida con la que se acompaña a un aperitivo, no se paga aparte: se
adjunta graciosamente al mismo. Es decir, está incluida en el precio de la caña o del chato de vino, como
ocurre en muchos otros lugares de la provincia, en Granada o en Almería. La tapa suele acompañar
normalmente a una caña de cerveza. Frente a otros sitios, donde se sirven tubos o jarras, en Jaén se le tiene
especial apego a este formato de vaso pequeño, de tan sólo 180 ml, que cuando hace calor y es la primera sólo
aguanta dos sorbos, pero que permite que la cerveza circule con mayor celeridad y nunca pierda su
indispensable punto de frío.
PATRIMONIO DOCUMENTAL−BIBLIOGRÁFICO
Ya se salen de Jaén:
Romancero. Este romance mereció la atención de Menéndez y Pidal. Se publica en Rosa Española, de Juan de
Timoneda, en 1573. Cuenta la derrota de 300 hidalgos hijos de Jaén, al mando del Obispo Gonzalo Zúñiga,
que van hasta Granada y allí saquen el campo. Cuando el ejército moro sale en su busca, muy superior, en vez
de huir plantan batalla y mueren o quedan cautivos 236 de ellos. El hecho a juicio del estudioso tiene sustento
histórico y aparece reflejado en la Crónica de Juan II.
Ya se salen de Jaén
los trescientos hijosdalgo,
mozos codiciosos de honra,
9
pero más enamorados.
Por amor de sus amigas,
todos van juramentados
de llegar hasta Granada
y correrles todo el campo,
y no dar vuelta sin traer
algún moro en aguinaldo.
Un lunes por la mañana
parten todos muy lozanos...
Los mozos más orgullosos
son don Juan Ponce y su hermano,
y también don Pedro de Torres,
Diego Gil y su cuñado.
En medio de todos iban
cuatro viejos muy ancianos;
éstos van diciendo a todos:
"Perdémonos de livianos,
en querer ir a probar
dónde hay moriscos doblados".
Cuando esto oyó don Juan
con gran enojo ha hablado:
"No debían ir en guerra
los hombres viejos cansados..."
Llegados son a Granada;
dado han vuelta a todo el campo.
Ya que se llevaban la presa,
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de moros hueste ha asomado:
más de seis mil son de guerra
los que los están mirando.
Ven tocar los atambores,
ven pendones campeando,
ven poner los escuadrones,
los de pie y los de caballo;
vieron tanta yegua overa,
tanto caballo alazano...
Los de Jaén esto viendo
como moros hijosdalgo...
más han muerto de dos mil,
como leones rabiando.
Mas cargaron tantos moros,
que pocos han escapado:
doscientos treinta y seis
han muerto y aprisionado,
por no seguir sin creer
los mozos a los ancianos.
Tres morillas de Jaén:
Romancero. El poema que a continuación le transcribimos es uno de las piezas tradicionales más conocidos y
más identificados con Jaén. De origen musulmán, esta composición zejelesca proviene de una canción oriental
del siglo IX una anécdota del harén del Califa Harun ar−Raxid, y que comenzaba con "Tres muchachas me
dominan". Esta aventura tuvo gran difusión en el mundo árabe de la época, popularizada por la cantante
Oraib. En nuestra tierra fue pulida y reducida a zéjel.
Tres morillas me enamoran
en Jaén:
Aixa, Fátima y Marien.
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Tres morillas tan garridas
iban a coger olivas
ya hallábanlas cogidas,
en Jaén:
Aixa, Fátima y Marien.
Y hallábanlas cogidas
y tornaban desmaídas
y las colores perdidas
en Jaén:
Aixa, Fátima y Marien.
Tres morillas tan lozanas,
tres morillas tan lozanas,
iban a coger manzanas
en Jaén:
Aixa, Fátima y Marien.
Una a uno y uno a una
se quieren bien
Aixa, Fátima y Marien.
Cuando Jabalcuz tiene...:
Refranero. Refrán popular de Jaén, que tiene como explicación que si los vientos del Sur−oeste que soplan en
la comarca (de Jaén) con extrema violencia van seguidos de abundantes lluvias, llevan en la cumbre de estas
montañas (Jabalcuz y la Pandera) espesas nubes que toman el aspecto de sombreros sobre gigantescas
cabezas. Esto da origen a un refrán, muy popular en Jaén:
Cuando Jabalcuz tiene montera, llueve en Jaén quiera Dios o no quiera.
La Casa de los Rincones:
Romancero. Incluido en el Romancero de Jaén dedicado a la visita de la Reina Isabel II a la ciudad de Jaén en
1862, "La Casa de los Rincones" hace referencia a una leyenda que circula en la ciudad relacionada con el rey
castellano Pedro I el Cruel. Su autor, Javier del Palacio, conocido literariamente por "Conde de las Almenas",
fue canovista y murió en Madrid en 1902.
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Dime tú, la negra casa
dó la pompa y la opulencia
del orgullo magnate
en otro tiempo se dieran;
dime tú la de los muros
derruidos; la de las alménas
que á las gentes pregonaban
de tus dueños la nobleza;
la de artesones labrados,
y alcatifas arabescas:
¿qué se hizo de tus señores,
de tus señores que eran,
en la córte los primeros,
los primeros en la guerra?
Hoy abandonada y triste,
miras caer tus alménas
al impulso de los aires
y de la ruda tormena.
Y ves que tus negros muros
sostenerse en vano intentan;
que ya la mano del tiempo
con la destrucción te sella
y se cava lentamente
tu cimiento, á la par mesma
que en el olvido enterradas
tus tradiciones se quedan.
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Tal vez, si intentara alguno
el velo en que estás envuelta
penetrar, nada sus ojos
descubriesen en tus piedras
para trazar una historia
ó misteriosa conseja
que en las veladas de invierno
cave el hogar se refiera.
Harto poco, noble casa,
de tu pasada te queda;
de aquellos tiempos que huyeron
de aquellas lejanas épocas
quede en sus sueños el alma
en gloria y misterio envuelta.
II.
Callada estaba la noche,
y mas que callada,negra,
ni un bulto alcanzaban los ojos;
ni un rumor al oido llega:
solo el aire silva á veces
en son de lejana queja
que se dilata y se estingue
y se pierde allá en la vega.
En el gran Zoco arabesco
de Jaen, junto á la puerta
que de Martos lleva el nombre,
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un hombre embozado espera
no muy lejos de la fuente
que llaman "La Magdalena."
Noble es us porte. Intranquilo
por la ancha plaza pasea
con tal premura, que á veces
la corona de su espuela
rozando vá las del Zoco
duras, desiguales piedras.−
Pararse un punto, escuchando;
y es que á lo lejos resuena
el crugir de una tizona
que contra la cota pega.
− Pero Gil! − Señor! − Yá mucho
ha sufrido mi paciencia
creyéndoete descubierto.
− Si tal sucedido hubiera,
por Dios que mi podre vída
harto cara les vendiera.
− ¿Y lo averiguaste? − Todo;
cuando la aurora aparezca,
también alzará este pueblo
por Don Enrique bandera.
Baldón, señor, por Castilla
que consiente con tal mengua
que un bastardo la avasalle
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y que á su Rey no defienda.
− Basta, Pero Gil, de Enrique
no es la culpa; el labio sella
porque en tierra de traidores
no hay que fiar ni en las piedras.
Vamos de aquí! − Deteneos;
ved que el huracán arrecia,
y procurarnos albergue
donde descansar, es fuerza.
Acado entre esta villana
gente, de mala ralea,
algún pecho noble quede
en quien la traición no quepa.
Dijo, y con el duro pomo
de su daga, en la primera
ventana que á mano hallóse,
llamó con la mano diestra.
− Quién vá! respnde una voz.
á tiempo que de la puerta
los ferreos goznes rechinan,
quedando á poco entreabierta.
− Hidalgo son, que á tu casa
á pedir albergue llegan,
porque la noche es oscura
y la tempestad no cesa.
− Adelante los hidalgos!
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entren y no se detengan
que para hidalgos pobres,
siempre mi casa está abierta.
Así contestára el huesped,
esto oyeron los de afuera,
y cuando el umbral pasaron
tras ellos cerró la puerta.
...
En silencia á quedar vuelve
aquella plaza árabesca
que tien al pié una fuente
y frente tienen una Iglesia;
Fuentecica de aguas puras;
templo de la Magdalena.
III.
Sonriendo viene el alba,
sonriendo el alba llega,
por su rosada ventana,
ventana de oro y perlas.
Ya la tempestad pasó,
y en mil colores se ostentan
las flotantes nubecillas
que por el éter vuelan.
El sol comienza á dorar
la curz de aguda flecha
que se alza sobre la tore,
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sobre la torre arabesca.
Y ay del mullido lecho
á levantarse comienzan
los que á pedir hospedaje
y durante la tormenta
la noche anterior llegaron
de Martos junto á la puerta.
Pero Gil es el primero
que abre y al umbral se acerca,
pero al ver un bulto armado
retrocede con sorpresa.
− Señor! Señor! nos vendieron!...
la mano en su daga puesta
esclama el noble hijodalgo.
− Villanos! nunca tan mengua
en los que su hogar me dieron
á suponer me atreviera!...
− No son traidores, señor,
los que con leal reserva
á su Rey le dieron guarda,
pasando la noche en vela;
esclama el buen Salazar;
y con la rodilla en tierra
al Rey presenta por armas
solo una tizona vieja
que por lo grande y mohosa
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la de Rodrigo recuerda.
Tranquilo el Rey dijo entonces:
− Sal del rincón y á mi llega,
tú que cine veces más noble
que los nobles de esta tierra
hospedaje al Rey Don Pedro
y guarda le das: nobleza
á ti y á tus descendientes
forzoso es que yo os conceda.
Por ende, merced te otorgo
de lo que pedirme quieras,
que así el Rey Don Pedro paga,
la lealtad donde la encuentra.
− Señor, yo solo deseo
serviros en paz y en guerra
y para mi casa os pido
por merced, aguas y almenas.
− Todo el Rey, te lo concede,
todo concedido queda,
Don Pedro de Salazar
y del Rincón, porque es fuerza
que tal nombre y apellido
ilustren tu descendencia.
Ahora Pedro Gil, al campo
que otras justicias nos restan
para que todos mis reinos
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asosegados se vena
y en vano me los desmembren
los que en llamarme se en empeñan
el Rey Don Pedro El Cruel
que non fizo cosa buena.
...
Y dime, noble casa,
la de las blancas almenas
¿qué se hicieron tus señores,
que se hizo de tu opulencia?
Lagarto de Jaén:
Leyendas. El tema de la leyenda confluye con otros mitos de lucha frecuentes en las regiones mediterráneas.
A juicio de Eslava, se transmitió a Jaén entre los siglos VI y I antes de nuestra era. Siguiendo su
interpretación, nos encontraríamos ante mitos relacionados con las sociedades agrarias, en las que se relata
simbólicamente las relaciones entre muerte y resurrección de la vida según las estaciones y en torno al agua y
el sol. Ureña Portero también recuerda alusiones al tema del Lagarto en la tradición judía. Según el relato
recogido por Eslava de un magdalenero en 1977, llamado José García Martos, en el venero que hay enfrente
de la iglesia de la Magdalena había un lagarto muy grande que salía y se comía a todo el que iba por agua y ya
no había quien saliera de sus casas en la Magdalena, todos asustados y sin trabajar. Había un preso en la cárcel
condenado a muerte que pidió el perdón si lograba matar al lagarto. Tal era la desesperación de los vecinos
que se le concedió su petición. Entonces él pidió un caballo, una lanza y un saco de pólvora. Fue de noche
frente a la cueva con un costal de panes calientes. Cuando el lagarto olió los panes, salió de la cueva. Al ver al
preso, fue a embestirlo, pero éste salió corriendo y en su huida iba echándole panes al lagarto hasta llegar a la
iglesia de San Ildefonso. Allí le tiró el saco de pólvora envuelto en la piel del cordero y el lagarto se lo tragó
creyendo que era un cordero y reventó. Esta versión, con más o menos variantes, es la más conocida y contada
en la ciudad.
Cazabán recoge otra versión: un guerrero vestido con traje de espejos espero al monstruo y al salir éste, quedó
deslumbrado por las reverberaciones de la luz sobre los cristales, recibiendo entonces el golpe mortal en la
espalda. Esta versión tiene réplicas literarias algo más del norte y tiene que ver con las gestas de caballerías.
La última versión la protagoniza un pastor de rústico, pero hábil ingenio que tendió una trampa a la serpiente
que se comía sus corderos, arrojándole la piel de uno de ellos rellena de yesca, con la que el monstruo se
abrasó y murió. Es tal vez la versión más popular y, si acaso, más verosímil.
El viaje de san Eufrasio:
Leyendas. Una de las leyendas más populares de Jaén esta está relacionada con el Santo Rostro como ya se ha
comentado antes. La leyenda dice así: Eufrasio, obispo de Andujar, era uno de los Siete Varones que San
Pedro y San Pablo enviaron a España. Este santo, que es patrón de la Diócesis jiennense, tenía encerrados en
una redoma a tres diablillos a los que oyó decir que el mismísimo Papa de Roma estaba a punto de cometer un
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pecado carnal con una adolescente. Eufrasio se vio obligado a intervenir y propuso a los diablillos un trato.
Quien de ellos lo llevase de inmediato junto al Papa recibiría cada día las sobras de su cena. Uno de ellos
aceptó y en treinta minutos llegaron volando a Roma a tiempo de impedir que el Papa pecase. Éste,
agradecido, le regaló a su obispo dos de las tres caras del Santo Rostro. Pero éste se encontró a la vuelta con
una tormenta que provocó la pérdida en el mar de uno de los Rostros. El diablillo recibió como recompensa
unas cáscaras de nuez que eran las sobras de las mortificadoras cenas que el santo se impuso.
La fuente de Caño Quebrado:
Leyendas. En la época de los moros, el Castillo de Jaén tuvo un gobernador llamado Omar, valiente guerrero
pero a la vez delicadamente enamorado de su esposa, Zoraida. Una tarde fue reclamado en la ciudad por el
Cadí y partió a galope. No volvió y su esposa, tras una angustiosa noche, salió en su busca y lo encontraron
con un puñal en la espalda en un altozano cercano. Tal era el dolor de la viuda que se abrazó al cadáver y
rompió a llorar desconsoladamente. Cuando sus acompañantes intentaron separarla del cuerpo de su marido,
cayeron en la cuenta de que había muerto también, pese a que seguía derramando abundantes lágrimas y que
éstas, al caer al suelo, se fundían con aguas cristalinas que brotaban del suelo, en un lugar que siempre había
sido seco. Allí se formó una fuente que hoy se conoce como Caño Quebrado. La leyenda habla de dos figuras
que aparecen en las noches de Febrero como espectros abrazados, alejándose hacia el Castillo. Otras versiones
han situado la leyenda en La Imora, relacionándola con el topónimo (Fuente de la Mora).
CONCLUSIÓN
A lo largo de todo el trabajo hemos visto que Jaén posee una gran riqueza en cuanto a Patrimonio. Esto como
ya se comentó era debido a las diversos pueblos que han pasado por Jaén. Los Baños Árabes, el Castillo de
Santa Catalina, multitud de leyendas, romances... todas ellas las hemos heredado de la tradición musulmana.
Incluso más antiguos como la fuente de la Magdalena que nos la dejó el asentamiento romano.
La tradición religiosa también se deja notar en la Santa Capilla de San Andrés y el barrio de la Magdalena que
formó antaño la judería jiennense.
Pero de donde mas restos tenemos es de nuestros antepasados más recientes: los viejos reinos cristianos que
llevaron a cabo la Reconquista como puede verse en la Catedral, en el Palacio de Don Fernando de Torres y
Portugal, Palacio de los Quesada−Ulloa...
BIBLIOGRAFÍA
• http://www.yayyan.com
• http://www.jaenonline.com/azul/turismo.htm
• El miedo en Jaén de Ángel Aponte Marín y Juan Antonio López Cordero.
Parte de la antigua Iglesia Parroquial de San Lorenzo, el exterior es un sólido torreón que culmina en planta
semicircular. Visto desde la calle Madre de Dios su aspecto es de fortaleza. Al interior tiene acceso directo
desde la calle de Almendros Aguilar, con puerta sencilla y graciosa escalera que lleva a una primera estancia
que es una capilla cubierta de bóveda de ladrillo y paredes de zócalo alicatado mudéjar. En el testero hay un
altar y sobre él un nicho donde, sobre fondo de damasco rojo, figura un Crucifijo. Desde esta capilla, a la
izquierda según se entra, arranca una estrecha escalera que se ilumina por saeteras y que lleva a la segunda
planta, que es un bello salón cubierto de bóveda ojival.
Gracias a un grupo de jiennenses, encabezados por Federico de Palma y Camacho, que, al final, consiguieron,
por Real Orden de 11 de octubre de 1877, que este Arco de San Lorenzo fuera declarado monumento
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nacional.
Los más conocidos y actualmente abiertos al público son los construidos en el siglo XI por Alí, rey que por
entonces dominaba la ciudad, y que se encuentran en el Barrio de la Magdalena, en el mismo solar que ocupa
el Palacio de Villardompardo. Funcionaron durante varios siglos, hasta la conquista de la ciudad por Fernando
III el Santo en 1246. Sus estancias fueron utilizadas durante largo tiempo para curtir y teñir pieles,
apreciándose restos en las salas templada y fría. A finales del siglo XVI el conde de Villardompardo, D.
Fernando de Torres y Portugal, Virrey del Perú, mandó construir un palacio sobre dichos baños y éstos
quedaron prácticamente enterrados, quedando las salas colmatadas de tierra y escombro. En 1913 fueron
redescubiertos en parte por Enrique Romero de Torres, que confeccionaba el Catálogo Monumental de Jaén y
provincia. En 1917 se propone la declaración de Monumento Nacional.
Levanta su estructura sobre el espacio donde otrora estuviera el convento de San Francisco, derribado en
1867. Según parece fue residencia de Fernando III el Santo, cuando la conquista de la ciudad. Pedro I entregó
el convento, en 1.354, a los Franciscanos, y éstos, en .1524, a los Observantes. El actual edificio de la
Diputación se hizo en base a un proyecto, redactado en 1.871, premiado en la Exposición Provincial de 1.878.
Es un edificio de planta tradicional al estilo del palacio italiano renacentista.
Conocida como «El Abuelo», la talla de Nuestro Padre Jesús Nazareno constituye el principal motivo de la
devoción popular durante todo el año, pero muy especialmente en la madrugada del Viernes Santo. En la
actualidad recibe culto en la capilla de San Fernando, en la Catedral, y es una imagen que debió esculpirse,
por autor desconocido, anónimo, entre finales del XVI y principios del XVII, corriendo en torno a la misma
multitud de leyendas y devociones populares. Dicha figura pertenece a la Antigua, Insigne y Real Cofradía de
Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores fundada en 1.588.
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