> DOSSIER: SEGURIDAD VIAL FICHA TÉCNICA AUTOR: MARTÍNEZ BARROSO, Mª de los Reyes. TÍTULO: Los accidentes de circulación como riesgo laboral: caracterización jurídica del accidente in itinere. FUENTE: Gestión Práctica de Riesgos Laborales, nº 75, pág. 22, octubre 2010. RESUMEN: Los accidentes de tráfico constituyen actualmente la quinta causa más frecuente de muerte en España, situándose sólo por detrás de las enfermedades cardiovasculares, neoplásicas, respiratorias y digestivas. Y un colectivo importante de víctimas de esa lacra social son los trabajadores en activo mientras desempeñan su actividad profesional, bien por cuenta propia o bien por cuenta ajena. Si se quiere analizar en profundidad el riesgo profesional derivado de los múltiples desplazamientos profesionales por carretera, un aspecto al que hay que dedicar atención, desde la perspectiva reparadora, es el relativo a los conocidos como accidentes in itinere para tratar de discernir cuándo un percance en la salud del trabajador ocurrido en los desplazamientos realizados desde o hasta el lugar de trabajo merece la mayor y mejor protección asignada a la contingencia profesional. DESCRIPTORES: • Accidente de circulación • Siniestralidad • Trayecto • In itinere • Imprudencia 22 • Gestión Práctica de Riesgos Laborales 022_a_Accidentes in itinere.indd 22 Los accidentes de circulación como riesgo laboral: caracterización jurídica del accidente in itinere El accidente laboral in itinere constituye una de las vías del desbordamiento de la noción clásica de accidente de trabajo fundada en el riesgo profesional porque, a través de él, se está imputando al empresario un riesgo creado por las condiciones del trayecto, en gran medida vinculadas al fenómeno de la motorización del tráfico y su específica siniestralidad, que el empresario no está en condiciones de controlar. Mª de los Reyes Martínez Barroso, profesora titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social. Acreditada a catedrática de Universidad por ANECA. Universidad de León. Nº 75 • Octubre de 2010 28/09/2010 21:12:46 www.riesgos-laborales.com la hora de buscar una oportuna cobertura legal, el artículo 115.1 del RD Leg. 1/1994, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social (LGSS) define el accidente de trabajo como la lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o como consecuencia del trabajo ejecutado por cuenta ajena. El nexo causal entre los dos elementos que en el Régimen General el precepto expresa con la frase “con ocasión o por consecuencia” resulta capital para que una lesión sea susceptible de ser considerada como accidente de trabajo. La clave de este precepto, centenario en su literalidad, es que el accidente lo es de trabajo, si tiene en el mismo su causa o es simplemente el trabajo su ocasión, entendiendo por ocasión “el quid que sin ser la causa pone a ésta en condiciones de producir efectos”1. Si bien el término “consecuencia” indica una causalidad inmediata, la expresión “con ocasión” es más amplia, admitiendo una causalidad mediata, cuando la lesión tenga, de alguna manera, su causa en el trabajo2, dotando al accidente laboral de lo que se ha dado en llamar una gran fuerza expansiva jurídica3, llegando a la presunción legal iuris tantum de la existencia de tal nexo de unión entre lesión y trabajo cuando las lesiones son manifestadas durante la jornada laboral y en el lugar de trabajo. A Es decir, el trabajo ha de ser normalmente la causa primera o generatriz del proceso morboso que, dando origen a la lesión corporal, haga surgir el concepto de accidente. Pero junto a la hipótesis simple, y ordinariamente la más frecuente, de esta causa única como productora del efecto lesivo, se presentan otras en las que, además de esta causa laboral inicial, han existido alguna o algunas más, cuya contribución al resultado finalmente obtenido no debe desconocerse4. La configuración tan am- 1 ALONSO OLEA, M.: “El origen de la Seguridad Social en la Ley de Accidentes de Trabajo de 30 de enero de 1900”, RMTAS, núm. 24, 2000, pág. 23. 2 Supone un nexo o vínculo más flojo entre ambos elementos, una relación “ligera pero necesaria”, ORDEIG FOS, J.Mª.: El sistema español de Seguridad Social (y el de las Comunidades Europeas), 5ª ed. actualizada, Madrid (Edersa), 1993, pág. 185. 3 LEÓN ASUERO, J.Mª.: Evaluación del trabajo como causa de cardiopatía isquémica. En el marco de la Jurisprudencia del TSJ de Andalucía, Cádiz (La Fraternidad-Universidad), 1998, pág. 27. Nº 75 • Octubre de 2010 022_a_Accidentes in itinere.indd 23 En el trabajo por cuenta propia, frente a la desprotección existente, es positiva la Ley 53/2002, de 30 de diciembre, que ha añadido una disposición, que permite a los autónomos mejorar el ámbito de la acción protectora que dicho Régimen les dispensa plia de la relación de causalidad ha traído consigo una ampliación del concepto de accidente de trabajo en el Régimen General, derivado de la propia ampliación del nexo causal por vía jurisprudencial que ha ido alargando el concepto a actos anteriores o preparatorios del trabajo, a situaciones interruptivas e, incluso, a supuestos fuera del tiempo y lugar de trabajo, si tuvieran conexión con él (por ejemplo, accidentes de tráfico en desplazamientos por orden de superior jerárquico5 o acaecidos tras realizar un trayecto ajeno a su categoría profesional por orden de la empresa6). En el ámbito del trabajo por cuenta propia, y frente a una desprotección del riesgo profesional mantenida durante décadas, debe aplaudirse la decisión adoptada por el legislador a través de la Ley 53/2002, de 30 de diciembre, de medidas fiscales, administrativas y del orden social, al añadir una nueva disposición adicional al texto refundido de la LGSS (la trigésima cuarta) permitiendo a los trabajadores autónomos mejorar voluntariamente el ámbito de la acción protectora que dicho Régimen les dispensa, “incorporando la correspondiente a las contingencias de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, siempre que, previa o simultáneamente, hayan optado por incluir, dentro de dicho ámbito, la prestación económica por incapacidad temporal”. Dicha ampliación supone una importante mejora en el nivel de protección dispensado por el sistema público de Seguridad Social, el cual históricamente ha ligado el concepto de riesgo profesional a la figura del trabajador por cuenta ajena, cuando ya la normativa comunitaria (Reglamentos 1408/1971, de 14 de junio y 574/1972, de 21 de marzo) extiende este concepto a quienes ejercen una actividad profesional con independencia de que la prestación 4 Así surge uno de los problemas más interesantes y de más difícil solución práctica en materia de accidentes: la concausalidad. “La responsabilidad de la empresa, en caso de accidente al cual hayan contribuido simultáneamente varias causas, quedará determinada por la relación directa, indirecta o nula que guarden con respecto al motivo laboral, también operante en el resultado obtenido”, HERNÁINZ MÁRQUEZ, M.: Accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, 2ª ed., Madrid (Edersa), 1953, págs. 99 y 102. 5 STSJ Cataluña 27 abril 2005 (AS 2005, 2369). 6 SSTSJ Cataluña 25 enero 1999 (AS 1999, 874); Andalucía/Sevilla 4 febrero 1999 (AS 1999, 2712) o Asturias 17 septiembre 2004 (AS 2005, 526). Gestión Práctica de Riesgos Laborales • 23 28/09/2010 21:12:48 > DOSSIER: SEGURIDAD VIAL se canalice a través de un contrato de trabajo. La heterogeneidad de los colectivos encuadrados en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) no aconseja una homogeneidad en la cobertura, si bien siempre ha existido una conciencia clara de que existen algunos con evidente riesgo de sufrir alguna lesión en el ejercicio de su profesión, es decir, en el tiempo y lugar de trabajo (piénsese, por ejemplo, en los transportistas, taxistas, trabajadores autónomos de la construcción, etc.). Es decir, en muchas ocasiones el trabajador que desarrolla personalmente la prestación se encuentra expuesto a los mismos riesgos profesionales que un trabajador dependiente o por cuenta ajena7, por lo cual puede calificarse de especialmente oportuna la ampliación de la cobertura, al menos para aquellos colectivos más laboralizados8. Sin embargo, a la hora de definir el concepto de accidente de trabajo, en el caso de los trabajadores por cuenta propia, el legislador quiere que la relación de causalidad o nexo entre lesión y trabajo sea mucho más estricta, no siendo suficiente que el accidente se haya producido “con ocasión” del trabajo, lo cual lleva consigo la dificultad añadida de asegurar con certeza cuál es la causa u origen de la lesión9. Específicamente, respecto a la cobertura de las contingencias profesionales, hay que partir del carácter generalmente voluntario de dicha protección por parte del trabajador autónomo. No obstante, este carácter voluntario general, la Ley 20/2007, de 11 de julio, por la que se aprueba el Estatuto del Trabajo Autónomo (LETA), 7 Un amplio análisis de las posibilidades preventivas de los riesgos laborales en el ámbito del trabajo por cuenta propia en MARTÍNEZ BARROSO, Mª.R.: Protección de la salud y seguridad de los trabajadores autónomos, Albacete (Bomarzo), 2006. 8 MERCADER UGUINA, J.R. y NOGUEIRA GUASTAVINO, M.: “Trabajo por cuenta ajena y sujeto protegido protegido contra el accidente de trabajo: historia de una divergencia”, en AA.VV. (GONZALO GONZÁLEZ, B. y NOGUEIRA GUASTAVINO, M., Dirs.): Cien años de Seguridad Social. A propósito del centenario de la Ley de Accidentes de Trabajo de 30 de enero de 1900, Madrid (La Fraternidad-MuprespaUNED), 2000, pág. 320. 9 Sobre el particular, por extenso, MARTÍNEZ BARROSO, Mª.R.: “Extensión de la acción protectora por contingencias profesionales a los trabajadores incluidos en el Régimen Especial de trabajadores por cuenta propia o autónomos (artículo 40.cuatro de la Ley 53/2002, de 30 de diciembre)”, RTSS (CEF), núm. 240, 2003, págs. 37-38. 24 • Gestión Práctica de Riesgos Laborales 022_a_Accidentes in itinere.indd 24 prevé expresamente para los trabajadores autónomos económicamente dependientes (TRADE) –además de para otros colectivos a determinar por el Gobierno en función de la siniestralidad en el sector, a tenor de los dispuesto en la disposición adicional tercera de ésta– su incorporación obligatoria, dentro del ámbito de la acción protectora de la Seguridad Social, a la cobertura de la incapacidad temporal y por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. Para el autónomo ordinario, una de las consecuencias más negativas del estrecho concepto de accidente de trabajo es la exclusión de los ocurridos en trayecto, pues en estos casos no hay más protección que la derivada del accidente común. Es difícil no ver en esta limitación, que deja fuera casi un 40 por 100 de los accidentes laborales que se producen en nuestro país, la constante cultura de la sospecha de fraude respecto del autónomo, seguro tentado de hacer pasar un accidente común por otro profesional10, aunque “el carácter dramático, casi siempre súbito y con frecuencia violento del accidente de trabajo… conduce a que se vea como menos propicio para el fraude”11. Por lo demás, la exclusión expresa del accidente in itinere en este ámbito12 la ha llevado a cabo el legislador sin ningún tipo de justificación legal ni de otro tipo, pareciendo insuficiente argumento el hecho de realizar una actividad por cuenta propia y no por cuenta ajena13. Por contra, a efectos de la cobertura del TRADE sí se considerará accidente de trabajo el que sufra al ir o volver del lugar de la prestación de la actividad, o por causa o consecuencia de la misma (artículo 26.3 LETA). Esta nueva definición implica, por 10 GARCÍA JIMÉNEZ, M. y MOLINA NAVARRETE, C.: El Estatuto profesional del trabajo autónomo: diferenciando lo verdadero de lo falso, Madrid (Tecnos), 2007, pág. 234. 11 BORRAJO DACRUZ, E.: “El accidente de trabajo in itinere: ampliaciones judiciales”, AL, núm. 5, 2007, pág. 544. 12 Pues para los trabajadores autónomos no tienen la consideración de accidentes de trabajo los que sufra el trabajador al ir o volver del lugar de trabajo, BARREIRO GONZÁLEZ, G. y ESTAÑ TORRES, Mª.C.: La nueva regulación legal del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, Madrid (Consejo General de Colegios de Graduados Sociales de España), 2004, pág. 63. 13 BLASCO LAHOZ, J.F.; LÓPEZ GANDÍA, J. y MOMPARLER CARRASCO, Mª.A.: Regímenes Especiales de Seguridad Social, 10ª ed., Valencia (Tirant lo Blanch), 2009, pág. 143. una parte, cierta similitud con la contenida en el artículo 115 LGSS y, por otra, la presunción indirecta de que será accidente cuando se produzca en el tiempo y lugar de trabajo, al establecer que “salvo prueba en contrario, se presumirá que el accidente no tiene relación con el trabajo cuando haya ocurrido fuera del desarrollo de la actividad profesional de que se trate”, lo cual implica necesariamente, sensu contrario, que se presumirá tal riesgo profesional cuando la lesión corporal ocurra dentro del desarrollo de la actividad profesional. Podría destacarse, en este sentido, un dato más. La presunción que en sentido contrario dispone el último inciso del artículo 26.3 LETA no se refiere expresamente a un lugar o tiempo de la prestación –como sí ocurre en el artículo 115 LGSS en una concepción clásica de la prestación de trabajo– , sino que, atendiendo a la naturaleza del trabajo por cuenta propia (aún económicamente dependiente), la referencia es más genérica al desarrollo de la actividad profesional14. En fin, aun cuando en un plano estrictamente conceptual la protección no es muy desigual, lo cierto es que la inexistencia de empleador dificulta extraordinariamente la articulación funcional de la cobertura de estas contingencias. JUSTIFICACIÓN DE LA PROTECCIÓN OTORGADA AL ACCIDENTE IN ITINERE Al amparo del artículo 115.2 a) LGSS el accidente laboral in itinere constituye una de las vías del “desbordamiento” de la noción clásica de accidente de trabajo fundada en el riesgo profesional, porque, a través de él, se está imputando al empresario un riesgo –“il rischio della strada” de los italianos– creado por las condiciones del trayecto en gran medida vinculadas al fenómeno de la motorización del tráfico y su específica siniestralidad, que el empresario no está en condiciones de controlar. Si extendemos el concepto de riesgo laboral al que existe durante los desplazamientos hacia o desde el trabajo llegamos a una paradoja: “o admitimos que hay un riesgo laboral frente al cual el empleador no está obligado a actuar, contra lo que 14 VALVERDE ASENCIO, A.: “La protección social del trabajador autónomo”, en AA.VV. (DEL REY GUANTER, S., Dir.): Comentarios al Estatuto del Trabajo Autónomo, Valladolid (Lex Nova), 2007, pág. 289. Nº 75 • Octubre de 2010 28/09/2010 21:12:48 www.riesgos-laborales.com la Ley pide, o extendemos el deber empresarial a un terreno en el que nada puede hacer, lo que tiene menos sentido pues nos sitúa ante obligación de cumplimiento imposible”15. La recepción legislativa del accidente en trayecto como aquel que sufra el trabajador al ir o al volver del lugar de trabajo es, en esencia, “más una limitación que un ensanchamiento de las posibilidades interpretativas del concepto de accidente de trabajo”16, tal y como corrobora la labor jurisprudencial en este campo17, que en esencia viene a delimitar sólo los supuestos admisibles de entre todos los posibles18, convirtiéndose en creadora del derecho al concretar las condiciones, requisitos, conductas, etc., que determinan la existencia de nexo entre las lesiones sufridas in itinere y el trabajo19. Su justificación o bien reposa sobre la ficción legal de que el itinerante, en tanto realiza su recorrido, es considerado como trabajador en funciones y, por consiguiente, cualquier mal que le sobrevenga vale como accidente de trabajo20, reputándose, de esta manera, centro de trabajo el trayecto e iter laboris y tiempo de trabajo el invertido en el camino hasta/desde el lugar de prestación de servicios21 o bien actúa a modo de 15 SEMPERE NAVARRO, A.V.: “Una reflexión crítica sobre el accidente in itinere”, AS, núm. 5, 1999, pág. 17. ampliación jurisprudencial, precisamente para dar cobertura a los accidentes ocurridos en el trayecto, por no considerarse éste legalmente tiempo y lugar de trabajo. oportunas, aclarando de una vez por todas las dudas que se plantean26), si bien es posible esbozar una síntesis de los elementos que con mayor frecuencia exige la doctrina judicial para calificar un siniestro como accidente laboral en camino27: CARACTERIZACIÓN JURÍDICA a) Que el infortunio sobrevenga al acudir el trabajador desde su domicilio al centro de trabajo o viceversa, insistiéndose en la finalidad laboral del desplazamiento28. No obstante, el precepto de referencia debe interpretarse de manera dinámica y cambiante de acuerdo con la realidad social, siendo de destacar que lo importante no es que el accidente ocurra al ir desde el domicilio habitual al trabajo o viceversa, sino que se produzca el suceso al ir o volver del mismo29. Esto es, el punto de salida o llegada puede o no ser el domicilio habitual, por cuanto, “el desplazamiento del trabajador para ir o volver al trabajo ha de determinarse conforme a lo que pueden denominarse patrones usuales de convivencia o comportamiento del común de las gentes”30. Teniendo en cuenta la evolución que se produce en las normas de transporte y en las costumbres sociales, la noción de domicilio se amplía para incluir lugares de residencia o, incluso, de estancia o de comida, distintos de la residencia principal del trabajador31. Así, recientemente se ha La jurisprudencia que dio vida a esta previsión legal partía, con un afán indiscutiblemente pro operario, de la consideración de que, caso de no haberse entablado relación laboral con la empresa, no se hubiera efectuado el desplazamiento hacia o desde el lugar de trabajo y presumiblemente no se habría sufrido el accidente22. Por ello se estima que el trabajador que es víctima de un siniestro mientras recorre la ruta de ida a su lugar de trabajo –iniciándose éste en las escaleras fuera de la vivienda23 o en las escaleras del edificio donde se ubica el domicilio del trabajador24– o vuelta desde éste, se encuentra en una situación merecedora de una protección idéntica que la que se le otorga cuando el siniestro tiene lugar dentro del tiempo de trabajo y en el lugar de prestación de servicios. Con todo, los tribunales laborales no aplican un criterio absolutamente unánime al identificar las notas o requisitos delimitadores del tipo25, siendo por este motivo una figura cuyos perfiles jurídicos no resulta fácil delimitar (y de ahí que se proponga modificar expresamente el tenor de la LGSS para reajustar y actualizar el concepto de accidente in itinere, introduciendo las precisiones que se crean 16 DE SOTO RIOJA, S.: “Las enfermedades del trabajo y su manifestación ‘in itinere’”, RDS, núm. 6, 1999, pág. 154. 17 Como con acierto expresó la STCT 22 noviembre 1979 (RTCT 1979, 6569), la protección del accidente in itinere no puede extenderse “a todos los actos de la vida del trabajador”. 18 De modo que criterios como la idoneidad del medio de locomoción, del trayecto elegido, del tiempo empleado, de las interrupciones o paradas en el camino deben verse más como factores de limitación que de ampliación del accidente de trabajo. Al respecto, por todos, CAVAS MARTÍNEZ, F.: El accidente de trabajo in itinere, Madrid (Tecnos), 1994, especialmente págs. 25 y ss.; SÁNCHEZRODAS NAVARRO, C.: El accidente “in itinere”, Granada (Comares), 1998, págs. 49 y ss. o SEMPERE NAVARRO, A.V.: “Una reflexión crítica sobre el accidente in itinere”, AS, núm. 5, 1999, pág. 11: “la generosa y vaga delineación normativa del accidente in itinere, paradójicamente, es modulada y restringida por la jurisprudencia”. 19 GARCÍA ORTEGA, J.: “El accidente de trabajo. (Actualidad de un concepto centenario)”, TS, núm. 109, 2000, pág. 38. 20 STS 25 abril 1967 (RJ 1967, 1972). Nº 75 • Octubre de 2010 022_a_Accidentes in itinere.indd 25 21 “El trayecto deviene lugar de trabajo y el tiempo de trayecto tiempo de trabajo; con lo cual lo ocurrido en y durante estos lugar y tiempo adicionales queda amparado por la presunción de que es un accidente de trabajo”, ALONSO OLEA, M. y TORTUERO PLAZA, J.L.: Instituciones de Seguridad Social, 18ª ed, Madrid (Civitas), 2002, pág. 74 o SSTCT 10 noviembre 1983 (RTCT 1983, 9481), 1 junio y 5 julio 1985 (RTCT 1985, 3676 y 4808) y 25 junio 1986 (RTCT 1986, 5055) o STSJ Andalucía/ Málaga 22 marzo 1996 (AS 1996, 520). 22 Por todas, SSTS 16 octubre 1984 (RJ 1984, 528), 16 noviembre 1998 (RJ 1998, 9825) y 30 mayo 2000 (RJ 2000, 5891). 23 STSJ Cataluña 17 julio 2006 (JUR 2007, 56312). 24 STSJ País Vasco 21 febrero 2006 (AS 2006, 1749) y STS 26 febrero 2008 (RJ 2008, 3033). 25 Un estudio detallado en MORENO CÁLIZ, S.: “El accidente de trabajo y la enfermedad profesional”, Cuadernos de Jurisprudencia Laboral y Seguridad Social, núm. 4, 1999, págs. 44 y ss. 26 SEMPERE NAVARRO, A.V.: “Una reflexión crítica…”, cit., pág. 16. 27 Condiciones o circunstancias que se compendian en los cuatro requisitos específicos de todo accidente laboral in itinere: teleológico, topográfico, cronológico-temporal y modal o mecánico, enunciados en la STSJ País Vasco 6 mayo 1993 (AS 2189). Sobre cada uno de ellos, CAVAS MARTÍNEZ, F.: El accidente de trabajo in itinere, cit., págs. 25 y ss. 28 Al respecto, CAVAS MARTÍNEZ, F.: “El accidente de trabajo in itinere y delimitación teleológico-espacial del iter laboris (STSJ Canarias/Santa Cruz de Tenerife 23 enero 1998)”, AS, 1998, T.I., págs. 2469 y ss. 29 STSJ Aragón 23 octubre 2000 (AS 2000, 3404). 30 STSJ Navarra 18 enero 1999 (AS 1999, 4747): “el lugar desde donde se vuelve al trabajo es un lugar de comida que se encuentra a una distancia razonable, en relación con el tiempo de descanso para comer, del centro de trabajo, siendo así que la finalidad principal y directa de dicho desplazamiento no era otra distinta que volver al trabajo, corroborada igualmente por el elemento cronológico y el lugar del accidente, al haber acaecido éste diez minutos antes de la hora de entrada a aquél y siendo el trayecto utilizado, si no el habitual, el normal según un necesario juicio de razonabilidad”. 31 SSTS 8 junio 1987 (RJ 1987, 4141) y 29 septiembre 1997 (RJ 1997, 6851). Gestión Práctica de Riesgos Laborales • 25 28/09/2010 21:12:48 > DOSSIER: SEGURIDAD VIAL b) Que el trayecto recorrido sea el usual o normal para tal propósito, es decir, que tenga la condición de habitual33, y que sea racionalmente empleado por el trabajador. Según recientes pronunciamientos del Tribunal Supremo, la existencia de tal conexión causal sólo puede demostrarse probando que el mismo trayecto que se recorría al acaecer el accidente es el que se emplea habitualmente, no sólo a la salida del trabajo, sino también para la incorporación al mismo. La laboralidad del desplazamiento en el lapso posterior a la terminación de la jornada sólo puede demostrarse a través de la acreditación de la habitualidad en la utilización de dicho recorrido en el doble sentido de ida y de vuelta. La doctrina legal, con inequívoca inclinación pro operario accidentado, considera que el trayecto protegido es el que “normalmente” recorre el trabajador, en el doble sentido de ida y de vuelta durante los períodos laborables, o los utilizados con habitualidad, caso de que sean varios (así, para dirigirse a la residencia utilizada en la temporada de verano34), pero no, curiosamente, para desplazarse al lugar de residencia utilizado con frecuencia durante el fin de semana, aunque se retorne desde él para acudir al trabajo al inicio de una nueva jornada laboral semanal35. Tampoco el acaecido yendo al trabajo 32 STSJ Cataluña 13 enero 2009 (Rec. núm. 3883/2008). 33 Solamente se permiten desviaciones insignificantes en la ruta normal, de modo que no se incremente por causas extralaborales el riesgo normal consustancial a los desplazamientos ordinarios al centro de trabajo o al domicilio habitual. En otro caso (v. gr. cuando el trabajador se desplaza a una localidad distinta) el riesgo sólo podría considerarse extraordinario y extraprofesional, SSTS 29 septiembre y 17 diciembre 1997 (RJ 1997, 6851 y 9484). En torno a la exigibilidad o no de la demostración de la habitualidad en la utilización (con ocasión de los desplazamientos ordinarios de ida y vuelta al trabajo) del mismo recorrido empleado cuando se sufre el accidente, por extenso, MATORRAS DÍAZ-CANEJA, A.: “Accidente de trabajo in itinere y domicilio particular de referencia. Comentario a la STS de 28 de febrero de 2001”, AL, núm. 36, 2001, págs. 3531 y ss. 34 SSTS 16 octubre 1984 (RJ 1984, 5284) y 17 diciembre 1997 (RJ 1997, 9484). 26 • Gestión Práctica de Riesgos Laborales 022_a_Accidentes in itinere.indd 26 © Latin Stock considerado accidente de trabajo in itinere al sufrido por el trabajador que tras acabar su jornada laboral se dirige en coche a casa de su esposa, “de la que se encuentra separado”, a fin de cumplir el régimen de visitas de su hija menor que tiene concertado32. Deben gozar de idéntica protección los desplazamientos efectuados antes de la incorporación a la empresa y los que se realicen después de la salida. desde la casa (domicilio de la novia) donde se había pernoctado “excepcionalmente”36. Como es lógico, deben gozar de idéntica protección frente a la contingencia de accidente de trabajo los desplazamientos efectuados antes de la incorporación a la empresa y los que se realicen después de la salida, puesto que el empleado se ve forzado a recorrer un determinado trayecto por razón de la relación de trabajo que mantiene (para la ejecución del trabajo, en el primer caso, y por la finalización de su jornada laboral, en el segundo). El nexo de causalidad entre el desplazamiento que efectúa y el trabajo que realiza en la empresa es, por consiguiente, 35 En este sentido, STS 29 septiembre 1997 (RJ 1997, 6851) y STSJ País Vasco 9 julio 1996 (AS 1996, 2565). Contra, STSJ CastillaLa Mancha 29 octubre 1992 (AS 1992, 5310). 36 STS 20 septiembre 2005 (RJ 2005, 7331). de idéntica fuerza e intensidad, cualquiera que sea el sentido en el que recorra el trayecto (ida al trabajo o vuelta desde el mismo). Sin embargo, lo cierto es que resultará más fácil la prueba de la causalidad cuando el accidente se produzca en el período de tiempo inmediatamente anterior a la incorporación al trabajo que cuando acaezca a la salida de la empresa si el lugar de procedencia o el de destino difieren del de residencia habitual del empleado37. c) Que el trayecto se cubra a pie o empleando un medio de locomoción idóneo, que no suponga un grave e inminente peligro y que esté autorizado expresa o tácitamente por la empresa, careciendo de validez las prohibiciones empresariales arbitrarias o injustificadas. 37 MATORRAS DÍAZ-CANEJA, A.: “Accidente de trabajo in itinere y domicilio particular…”, cit., pág. 3535. Nº 75 • Octubre de 2010 28/09/2010 21:12:48 www.riesgos-laborales.com d) Que el accidente ocurra en tiempo prudencial38, inmediato39 o próximo al inicio o finalización del trabajo40. e) Que no se rompa el nexo causal por imprudencia temeraria –considerando tal aquélla que vulnera las más esenciales normas de precaución, con conciencia del riesgo y peligro que supone tal vulneración– o dolo del trabajador accidentado o por desviaciones o detenciones injustificadas en la ruta41. Dicho requisito exige valorar la influencia que la conducta del trabajador haya podido tener en la producción del accidente, señaladamente en los accidentes de tráfico, como consecuencia de un uso indebido del medio de locomoción. La infracción de las normas de circulación puede constituir imprudencia simple o temeraria y las consecuencias de adoptar una u otra conclusión son, obvio es decirlo, muy diversas y trascendentes. Entre otras conductas, se ha apreciado en vía judicial imprudencia temeraria por conducción de vehículo en estado de embriaguez42, siempre y cuando la tasa de alcohol sea considerablemente 38 Pese a que se demore el inicio de la situación de incapacidad temporal, STSJ Asturias 14 abril 2000 (AS 2000, 899). 39 La inmediatez temporal no garantiza, por sí sola, la declaración de laboralidad del accidente. La STSJ Cataluña 22 mayo 2000 (AS 2000, 2710) y STS 28 febrero 2001 (RJ 2001, 2826), al rechazar la posibilidad de calificar como laboral el accidente sufrido escasos minutos después de la salida del trabajo, en atención a que el trabajador se dirigía a una localidad distinta. 40 Por lo cual no se considera tal el ocurrido fuera del trayecto habitual al lugar de trabajo “en período vacacional”, por parte del trabajador de la ONCE que, tras haber ido a recoger a la Entidad los cupones para venderlos al día siguiente, sufre un accidente al salir de un programa de rehabilitación. STSJ Galicia 5 abril 2000 (AS 2000, 974). 41 Sin que se rompa el nexo causal por interrumpir el desplazamiento “para tomar alguna bebida en el bar cercano durante 10 o 15 minutos” en el regreso al domicilio, SSTSJ Cataluña 21 enero 2000 (AS 2000, 855) o Murcia 23 octubre 2000 (AS 2000, 4125) o por el hecho de que el trabajador hiciera un pequeño desvío, tanto en la distancia como en el tiempo, con la finalidad de saludar a su esposa, STSJ Baleares 14 junio 2000 (AS 2000, 3350). 42 SSTSJ Aragón 17 enero 2000 (AS 2000, 121); Castilla-La Mancha 19 febrero 2003 (Rec 1677/01); Murcia 29 abril 2002 (AS 2002, 2176); Cataluña 18 abril 2001 (AS 2001, 2313) y 7 marzo 2002 (AS 2002, 1565) o Castilla y León/ Valladolid 10 diciembre 2005 (AS 2005, 3375). Nº 75 • Octubre de 2010 022_a_Accidentes in itinere.indd 27 Los siniestros acaecidos fuera de la jornada y lugar de trabajo no sólo dependen de la actividad probatoria encaminada a demostrar la utilización habitual de un lugar como residencia sino también de la generosidad aplicada por jueces y tribunales elevada, lo que implica un notorio menosprecio de las normas más elementales que deben informar la conducción de un vehículo43, o bajo los efectos de las drogas44; por rebasar la doble línea longitudinal que divide la calzada y circular en dirección contraria45 así como por conducir por vía no abierta al público46. Igualmente destruye el nexo causal la infracción grave de las normas de circulación (in casu, no respetar semáforo en rojo cuando existe circulación densa47 o infringir una señal de stop48). Por el contrario, no se ha apreciado aunque el accidente de tráfico se produzca por conducir una motocicleta sin permiso49, o con una concentración de alcohol en sangre superior a la permitida50, al considerar que la concentración de 1,78 g/l constituye sin duda una conducta imprudente, pero no implica una imprudencia de gravedad excepcional, contra todo instinto de conservación de la vida y con clara conciencia del peligro, cual es la imprudencia temeraria a los efectos de pérdida de la condición de accidente de trabajo. Y es que en relación a la conducción con dosis notables de alcoholemia, el Tribunal Supremo ha rechazado hacer una declaración general sobre si una determinada tasa de alcohol en sangre puede configurarse como la imprudencia que rompe la relación de causalidad, razonando que ésta se configura en relación con las circunstancias de hecho concurrentes en cada supuesto litigioso, y esas circunstancias son de apreciación inicial del juzgador en cada caso concreto, para determinar si existe o no la causa 43 STSJ Andalucía 9 enero 1995 (AS 1995, 15). 44 STSJ Castilla-La Mancha 2 octubre 2006 (AS 2006, 3085) o Comunidad Valenciana 2 mayo 2006 (AS 2006, 2814). 45 STSJ Islas Baleares 7 febrero 2001 (AS 2001, 1205). 46 STSJ Castilla-La Mancha 9 enero 2007 (JUR 2007, 82090). 47 STS 18 septiembre 2007 (RJ 2007, 8446). 48 STSJ Comunidad Valenciana 30 noviembre 2004 (AS 2005, 205). 49 STSJ Andalucía/Málaga 23 junio 2000 (AS 2000, 2421). 50 SSTSJ Cataluña 10 abril 2000 (AS 2000, 2161), 30 mayo 2001 (AS 2001, 2603) ó 23 septiembre 2003 (Rec 1848/03); Andalucía/Sevilla 23 octubre 2003 (JUR 2004, 140023); Cantabria 19 julio 2001 (AS 2001, 3053); Madrid 19 septiembre 2005 (AS 2005, 3289) o País Vasco 13 septiembre 2005 (AS 2005, 3264). Gestión Práctica de Riesgos Laborales • 27 28/09/2010 21:12:49 > DOSSIER: SEGURIDAD VIAL de exclusión de la presunción de laboralidad51, siendo difícil la contradicción. Tampoco se aprecia la concurrencia de imprudencia temeraria, sino profesional, entre otros muchos supuestos, en la imprudencia simple con infracción de reglamentos, como el accidente sufrido al saltarse una señal de stop52; el adelantamiento antirreglamentario53; no respetar la prioridad de paso54; conducir sin permiso de conducir55 o sin el carné correcto56; circular con exceso de velocidad57; no respetar señal de ceda el paso58; desplazarse en sentido contrario al señalado en el vial59; no llevar cinturón de seguridad60 o incluso el sufrido al quedarse dormido al volante61. Ni siquiera el incorrecto mantenimiento del vehículo62 constituye imprudencia temeraria, enervante de la caracterización como laboral del accidente ocurrido en el desplazamiento. Tratándose de accidentes de circulación in itinere la jurisprudencia ha venido señalando que debe considerarse irrelevante para provocar la ruptura del nexo causal la simple infracción de la norma de tráfico, de tal modo que sólo las faltas 51 STS 31 marzo 1999 (RJ 1999, 3780). 52 STS 15 julio 1986 (RJ 1986, 4523) y 10 mayo 1988 (RJ 1988, 3595) o SSTSJ Cataluña 26 octubre 1999 (AS 1999, 4566), 1 marzo 2001 (AS 2001, 1445) o 9 junio 2005 (AS 2005, 1487). En términos similares de no considerar imprudencia temeraria la falta de respeto de una señal de stop desde la causalidad de circunstancias concurrentes, STSJ Murcia 29 enero 2001 (AS 2001, 78) o Castilla-La Mancha 16 octubre 2002 (JUR 2002, 90215). 53 STSJ Andalucía 9 enero 1995 (AS 1995, 159). 54 STSJ La Rioja 16 abril 2002 (AS 2002, 1392). 55 STSJ Andalucía 3 julio 1992 (AS 1992, 3183) o STSJ Castilla-La Mancha 11 julio 1996 (AS 1996, 2707). 56 STSJ Galicia 24 marzo 2001 (AS 2001, 1806). 57 STS 30 febrero 1973 (RJ 1973, 1206); SSTSJ Comunidad valenciana 16 octubre 1992 (AS 1992, 5253), 25 octubre 1994 (AS 1994, 4047) o Murcia 26 septiembre 2005 (AS 2005, 3528). 58 STSJ Cataluña 20 mayo 1993 (AS 1993, 2527). de extrema gravedad, no justificadas por ningún motivo legítimo y siempre que quien en ellas incurra tenga la clara conciencia de que aumenta necesariamente el riesgo que afronta, pueden citar aquella consecuencia63. El concepto de imprudencia temeraria no tiene en el ordenamiento de la Seguridad Social la misma significación que en el campo del Derecho Penal, pues en el primer caso el efecto que provoca su concurrencia es la pérdida de la protección cualificada de un riesgo específicamente cubierto, en tanto que el Derecho Penal tiende a proteger al colectivo social de los riesgos causados por conductores imprudentes. En fin, en el ordenamiento social la imprudencia temeraria se diferencia de la profesional porque esta última especie, que no rompe el nexo causal entre la lesión y el trabajo, es consecuencia del ejercicio habitual del mismo y se deriva de la confianza que éste inspira por la repetición de unos mismos actos, en tanto que la temeraria presupone una conducta en la que su autor asume riesgos manifiestos, innecesarios y especialmente graves, ajenos al usual comportamiento de las personas. En otras palabras, puede concebirse como el patente y claro desprecio del riesgo y de la prudencia más elemental exigible, definida jurisprudencialmente64 como aquella conducta del trabajador en que excediéndose del comportamiento normal de una persona, se corra un riesgo innecesario que ponga en peligro la vida o los bienes de manera consciente. En el contexto descrito, el eventual acaecimiento de una lesión puede razonablemente presumirse debido a factores de riesgo vinculados, en exclusiva o principalmente, al trabajo, en tanto que la incorporación a la prestación de servicios constituye un acto necesario preparatorio del cumplimiento de obligaciones laborales y la salida del mismo y retorno al propio domicilio es un acto inevitable derivado directamente del empleo65; es decir, cabe entender que el trabajador no hubiera sido víctima del accidente de no encontrarse vinculado laboralmente a la empresa; que existe rela- 59 STSJ Cataluña 4 marzo 2002 (AS 2002, 1534) o País Vasco 7 junio 2005 (AS 2005, 2611). 60 STSJ Canarias 12 noviembre 2004 (JUR 2005, 25926). 61 STSJ Galicia 19 enero 2004 (JUR 2004, 80137). 62 No haber pasado la ITV en dos años en STSJ Extremadura 8 marzo 2004 (JUR 2004, 84451). 28 • Gestión Práctica de Riesgos Laborales 022_a_Accidentes in itinere.indd 28 63 STS 18 diciembre 1973, citada por STSJ Andalucía /Málaga 23 junio 2000 (AS 2000, 2421). 64 STS 16 julio 1985 (RJ 1985, 3787). 65 MATORRAS DÍAZ-CANEJA, A.: “Accidente de trabajo in itinere y domicilio particular de referencia”, cit., págs. 3533-3534. ción de causalidad entre la ejecución del contrato y el hecho de que el trabajador se vea afectado por el siniestro66. La vigente LGSS deja plenamente subsistentes los criterios jurisprudenciales que han concretado y continúan delimitando la figura del accidente in itinere, criterios que con el devenir de los años han sido perfilados, atemperados y modalizados en sentido pro operario67, ampliando la cobertura –para algunos excesiva68– del riesgo profesional, pues tal y como está configurada actualmente la protección, se va a imputar al empleador el riesgo del trayecto que ha de realizar el trabajador para ir a trabajar o regresar, principalmente el riesgo del accidente de tráfico, conformando como laboral la alta siniestralidad que ocasiona el fenómeno de utilización de vehículos a motor. Por último, no puede negarse que la actuación de un tercero, incluso con culpabilidad civil o criminal concurrente, no debe impedir, en algunos casos, la declaración de accidente de trabajo. Y así, cuando la actuación de ese tercero revela que tiene su razón de ser en el trabajo realizado por la víctima con ocasión de este último, indudablemente no se podrá negar el carácter de accidente laboral a la agresión sufrida en tales circunstancias. Sin embargo, cuando los hechos enjuiciados, aunque materialmente se produzcan en el trayecto que conduce al centro de trabajo y precisamente cuando se inicia el mismo, respondan a una 66 STS 30 mayo 2000 (RJ 2000, 5891). 67 Se ha generado una profusa corriente jurisprudencial que ha puesto de relieve la necesidad de “adecuar la norma a la vida, o lo que es igual, la obligatoriedad de llevar a cabo una interpretación del precepto, de manera dinámica y cambiante, de acuerdo con la realidad social”, STS 21 mayo 1984 (RJ 3054). Semejante doctrina ha traído aparejada una ampliación del concepto de accidente de trabajo por vía jurisprudencial que, con apoyo en la laxitud del vínculo causal contenido en el precepto legal, ha desembocado en una mayor extensión de dicho concepto, “atendiendo a criterios de tiempo y lugar en concurrencia con el elemento etiológico”. SJS núm. 20 Madrid 22 febrero 1996 (AL núm. 21, 1996, págs. 1745 y ss.). 68 Entendiendo que ello supone una “sobreprotección” del trabajador, BILBAO, A.: El accidente de trabajo. Entre lo negativo y lo irreformable, Madrid (Siglo Veintiuno de España Editores, S.A.), 1997, pág. 96. Un referente claro de esta actitud restrictiva en las SSTS 17 diciembre 1997 (RJ 1997, 9484) y 28 febrero 2001 (RJ 2001, 2826). Nº 75 • Octubre de 2010 28/09/2010 21:12:49 www.riesgos-laborales.com motivación claramente ajena al trabajo así mismo considerado, es evidente que a tenor del apartado b) del número 5 del artículo 115 LGSS no puede calificarse de propio accidente laboral69. BREVE REFLEXIÓN CRÍTICA La calificación como accidentes de trabajo de los siniestros acaecidos fuera de la jornada y del lugar de trabajo no sólo depende de la actividad probatoria70 encaminada a demostrar la utilización habitual de un lugar determinado como residencia particular (y con ello, la frecuencia en la utilización de determinadas rutas o itinerarios al ir y al volver del trabajo) sino también de la dosis de generosidad aplicada por jueces y tribunales, pues gozan de un amplio margen de discrecionalidad a efectos de determinar qué recorridos guardan relación con el trabajo y son habituales y cuáles, por el contrario, o son episódicos o extraordinarios o están desconectados totalmente de la actividad laboral. Y ese margen de maniobra, que el legislador ha dejado conscientemente abierto, genera gravísimos problemas de inseguridad jurídica. giada de la contingencia profesional?, ¿para cambiar las reglas sobre su gestión y/o las entidades encargadas de asumirlo?. Tiene mucho sentido la adecuada protección del accidente in itinere, pero poco el que se considere como contingencia laboral en un sistema donde la financiación de tales prestaciones se lleva a cabo en función de unas tablas de riesgo profesional, entendiendo por tal el derivado directamente de la actividad productiva desempeñada”71, de ahí que quizá fuera más adecuado hacer coincidir la calificación del accidente de trabajo con el ámbito de la obligación patronal de dispensar seguridad, pues únicamente en su seno estaría el empresario en condiciones de controlar la esfera de riesgo72. 70 Pues en éste el trabajador o sus causahabientes han de demostrar que concurren esos requisitos, mientras que en el ocurrido en el tiempo y lugar de trabajo es el empresario o las entidades subrogadas quienes han de justificar que esa lesión no se produjo por el trabajo. Ampliamente, MARTÍNEZ BARROSO, Mª.R.: Las enfermedades del trabajo, Valencia (Tirant lo Blanch), 2002, págs. 81 y ss. Nº 75 • Octubre de 2010 022_a_Accidentes in itinere.indd 29 > > > > > BIBLIOGRAFÍA > > > 69 Sobre el particular, SSTSJ Islas Baleares 16 diciembre 2003 (JUR 2004, 168475) –actitud culposa del empresario–; Madrid 22 noviembre 2004 (JUR 2005, 159099) –accidente ocasionado por un compañero– o STS 20 febrero 2006 (RJ 2006, 739) –culpabilidad criminal de un tercero–. En sentido contrario, denegando la laboralidad por tratarse de actuaciones dolosas o agresiones físicas causadas por terceros por razones ajenas al trabajo, STS 20 junio 2002 (RJ 2002, 7490); SSTSJ Comunidad Valenciana 30 marzo 2001 (AS 2001, 3357) o Cataluña 14 mayo 2003 (AS 2003, 2595). > > > Urge, por tanto, abordar una reforma en profundidad de la institución pues, como con acierto se ha dicho, si el accidente común ya está protegido (sin necesidad de período de carencia específico), si la situación de necesidad resultante es la misma, “¿por qué hay que llevar al terreno de las contingencias profesionales los accidentes in itinere?, ¿para huir de una baja protección en el accidente común?, ¿para alcanzar la más privile- > > ALONSO OLEA, M. y TORTUERO PLAZA, J.L.: Instituciones de Seguridad Social, 18ª ed., Madrid (Civitas), 2002. BARREIRO GONZÁLEZ, G. y ESTAÑ TORRES, Mª.C.: La nueva regulación legal del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, Madrid (Consejo General de Colegios de Graduados Sociales de España), 2004. BARREIRO GONZÁLEZ, G.: “Accidente in itinere. Interrupción del nexo causal. Comentario a la STSJ Madrid 23 noviembre 1990”, La Ley, 1991, T. III. BILBAO, A.: El accidente de trabajo. Entre lo negativo y lo irreformable, Madrid (Siglo Veintiuno de España Editores, S.A.), 1997. BLASCO LAHOZ, J.F.; LÓPEZ GANDÍA, J. y MOMPARLER CARRASCO, Mª.A.: Regímenes Especiales de Seguridad Social, 10ª ed., Valencia (Tirant lo Blanch), 2009. 71 SEMPERE NAVARRO, A.V.: “Una reflexión crítica sobre el accidente in itinere”, cit., págs. 15-16, quien propone homogeneizar las prestaciones derivadas de accidente común y de accidente de trabajo así como hacer coincidir la calificación del accidente de trabajo con el ámbito de la obligación patronal de dispensar seguridad. 72 Sobre el particular, IGARTÚA MIRÓ, Mª. T.: La obligación general de seguridad, Valencia (Tirant lo Blanch), 2000. > > > > > > BORRAJO DACRUZ, E.: “El accidente de trabajo in itinere: ampliaciones judiciales”, AL, núm. 5, 2007. CAVAS MARTÍNEZ, F.: El accidente de trabajo in itinere, Madrid (Tecnos), 1994. CAVAS MARTÍNEZ, F.: “El accidente de trabajo in itinere y delimitación teleológico-espacial del iter laboris (STSJ Canarias/Santa Cruz de Tenerife 23 enero 1998)”, AS, 1998, T. I. CAVAS MARTÍNEZ, F.: “El esperado desarrollo reglamentario de las mejoras producidas en la acción protectora de los trabajadores autónomos. Ficha técnica del RD 1273/2003, de 10 octubre (BOE del 22)”, AS, núm. 15, 2004. DE SOTO RIOJA, S.: “Las enfermedades del trabajo y su manifestación ‘in itinere’”, RDS, núm. 6, 1999. GARCÍA JIMÉNEZ, M. y MOLINA NAVARRETE, C.: El Estatuto profesional del trabajo autónomo: diferenciando lo verdadero de lo falso, Madrid (Tecnos), 2007. GARCÍA ORTEGA, J.: “El accidente de trabajo. 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