La historia del mejor disco de Lou Reed

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LATERCERA Martes 29 de octubre de 2013
Cultura&Entretención
El músico falleció el domingo, dejando
una discografía compleja, irregular,
siempre importante. Transformer es el
lugar por donde empezar: homenaje al
Nueva York de Andy Warhol y viaje
accidentado al corazón del glam rock.
Por Marcos Moraga
La historia del
mejor disco
de Lou Reed
RR El músico, cantautor y fundador de The Velvet Underground. FOTO: EFE
L
ou Reed construía
gran parte de su
presupuesto con pequeños trabajos
como mecanógrafo,
recluido en su casa
paterna en Long Island, alejándose de a poco de Nueva York, de sus cuatro discos junto a Velvet Underground, de las
tertulias y exploraciones estéticas a la sombra de Andy Warhol en
The Factory. Venía a la baja, protagonizando su desaparición.
En la otra esquina, David Bowie.
El británico acababa de publicar
Hunky dory y trabajaba en el disco que lo proyectaría al firmamento del rock: Ziggy Stardust
and the Spiders from Mars. Bowie
siguió de cerca la carrera de The
Velvet Underground y con la manga ancha que le confería su status
de estrella en ascenso, influyó para
que su ídolo, Lou Reed, fichara
por la RCA del Reino Unido. Reed,
sin embargo, le devolvería un ladrillo con su primer disco solista,
el homónimo de 1971, que apenas
reinterpretó algunos temas ya conocidos con su banda, y nuevas
composiciones sin la trascendencia que se esperaba del “poeta del
rock’n roll”.
Para su segundo intento, sin embargo, Bowie tomó el control. Se
puso al frente como productor ejecutivo y acarreó consigo a su guitarrista, Mick Ronson. “Yo estaba
petrificado”, explica el autor de
Héroes en el documental Rock ’n
roll heart, “me sentía abrumado
por su legado. Estaba desesperado y lo único que quería es que
funcionara, que desde ahí apareciera un disco memorable”. Lo logró. En diciembre de 1972, Reed
publicaba su álbum más reconocido, un imprescindible del glam
rock: Transformer.
Fueron apenas nueve días de trabajo en los estudios Trident, en
Londres, donde también grababa
Mott The Hopple. Reed, de hecho,
terminó haciendo coros para el
cantante de All the young dudes.
Pronto, Ronson se reveló como
jefe de la operación: hizo los arreglos, tocó instrumentos y se encargó de varias decisiones estéticas,
en sesiones que -según ha recordado más tarde- Reed apenas sabía si su guitarra estaba afinada. La
foto de la portada, de hecho, fue
capturada por Ronson. Y ya con la
primera canción del álbum, Reed
ponía una visagra que presentaba
un nuevo sonido, con un homenaje a los personajes que había acompañado su carrera: Vicious suena
a glam rock, pero su letra fue compuesta en base a una discusión
con el antiguo mánager de The
Velvet Underground, Andy
Warhol. Andy’s chest también recuerda al artista pop y el ataque a
balazos que sufrió en 1968.
Transformer también tiene par-
te del catálogo más reconocible
de Reed, como Satellite of love con Bowie en los coros- y Perfect
day, esta última siempre en disputa respecto de la dedicatoria: su
biógrafo Victor Bockris explicó
que se refería a su pareja de ese entonces, Bettye Kronstad; la película Trainspotting, sin embargo, selló su destino como una oda a la
heroína. New York telephone conversation fue grabada en vivo con
Bowie, pero por más que se destaque la participación del británico,
todas las composiciones llevan el
crédito de Reed.
Walk on the wild side es la única entrada que exhibe Reed en el
Billboard Top 100 (y dos veces: en
1991 revivió después que Marky
Mark lo ocupara para su tema
Wildside). Pero más allá de sus
números, fue la primera canción
realmente popular armada en torno a un bestiario inédito de prostitutos y transformistas, todos performistas del teatro bar Max’s
Kansas City de Nueva York. Así, el
actor bisexual “Little” Joe Dallesandro -famoso por los desnudos
que protagonizó en las películas de
Warhol- entró en el panteón de los
personajes en la historia del rock
con esa estrofa dedicada a “Little
Joe”. Tanto así, que The Smiths lo
elegirían para retratar la carátula
de su álbum debut en 1980. “Después de toda la labor rupturista
que habían hecho ellos, no habían
recibido recompensa alguna”, celebró Patti Smith en una retrospectiva del disco.
Con todo ese trasfondo, los accidentes también conspiraron para
el éxito de Transformer: Walk on
the wild side fue seleccionada por
Johnny Walter de la BBC para presentar el álbum. Casi por defecto,
quedó convertida en el primer single. Su fama fue creciendo cuando los autores comenzaron a desencriptar el coa neoyorquino y
entendieron que la línea “giving
head” era una referencia al sexo
oral que había escapado a la censura británica.
La dupla, además, había inyectado con polémica la antesala de
Transformer. La más celebre fue el
beso que ambos se dieron en el
Hotel Dorchester: Reed, borrachísimo; Iggy Pop, tirado en el suelo,
actuando como junkie.
Estuvieron a punto de repetir su
colaboración en 1979, pero el Duque Blanco puso como condición
que el estadounidense debía “limpiarse” de las drogas y el alcohol Bowie estaba rehabilitándose, tras
su período en Berlín- y Reed se le
fue encima con pies y puños, amenazándolo a que nunca más en su
vida repitiera una estupidez como
esa. Ambos cantantes harían las
paces sólo dos décadas más tarde
y Transformer quedó como único
testimonio de una alianza donde el
fracaso conspiró para el éxito.b
La causa de
muerte y sus
condolencias
RR Ayer, el médico Charles Miller de
la Cleveland Clinic atribuyó el deceso de Reed a una “enfermedad hepática”. Miller atendió a Reed durante
el trasplante de hígado al que se sometió en abril y según cuenta a The
New York Times, el músico había regresado a tratarse los últimos días.
Durante el día siguieron los mensajes de despedida para el neoyorquino: “Era un maestro”, escribió
Bowie; “es la razón de todo lo que
hago”, describió el vocalista de The
Strokes, Julian Casablanca. “El mundo ha perdido un gran cantautor y
poeta; yo a mi compañero del colegio”, dijo John Cale.
FICHA TECNICA
Transformer
Lou Reed.
Publicado en 1972, con la producción
de David Bowie y Mick Ronson.
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