Los Hermanos que llegaron para la Obra Marista en el Paraguay

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Los Hermanos que llegaron para la Obra Marista en el
Paraguay
Estos son los Hermanos que iban llegando de distinta parte de España, en los años 19681975, para sumarse a la Misión, en la nueva fundación del Instituto: Obra Marista en Paraguay
Llega el Hno. Pablo Linés.
Pronto crecería la familia de los Hnos. era el 27 de noviembre el polifacético Hno. Linés,
procedente de Caracas, donde había asistido a unos cursillos de sos meses de preparación en el
Inst. Venezolano de Acción Comunitaria, promocionado por Fe y Alegría. En el curso se había
interiorizado sobre las obras de los Hnos. AL y sobre la Pastoral juvenil, a la sazón de muy
avanzada en Venezuela. Asimismo se concientizó sobre la educación popular, cuyas realizaciones
prácticas de promoción sobre el campesinado LA podían ser útiles al aplicarse en Paraguay.
El Hno. Pablo debía permanecer más tiempo en Venezuela, pero los Hnos. urgieron que viniese
cuanto antes. Su presencia, su saber hacer, su creatividad e ingenio dieron al trío inicial
entusiasmo y empuje organizador. Había venido todo un técnico en las ramas del saber. Los
albañiles que trabajaban para los Hnos. le llamaban “el ingeniero” Pablo, y en ocasiones
superaba el honorable título. Gracias a su experiencia, maña y ciencia práctica, los Hnos. no
tardaron un mes para construir las mejores instalaciones en Concepción, especialmente en
materia de higiene.
El Hno. Vicente se incorpora a la misión.
Era el 31 de enero cuando el Hno. Vicente Villalaín Fernández se incorporaba a la misión de
Paraguay. La travesía lo hizo desde Barcelona hasta Buenos Aires en barco, y desde Buenos
Aires hasta e puerto de Asunción. vino trayendo numerosos materiales necesarios para los Hnos.
y el traslado de los mismos le causó no pocas dificultades durante todo el viaje. Llegó a Horqueta
el día tres de febrero. Había viajado desde As. hasta Hta. en un Land.rover que los Hnos habían
adquirido para moverse mejor entre la ciudad de Horqueta y Concepción. El largo viaje del Hno,
ha repercutido negativamente en su salud. Al segundo día cuando iba a abrir una caja, sufrió un
ataque nefrítico y hubo que trasladarlo inmediatamente a Concepción. Gracia a la atención del
Hno. Félix, el Hno. Vicente recuperó bien y rápidamente su salud.
Llegada del Hno. Higinio
En un atardecer del mes de diciembre, aparece en Horqueta, sin previo aviso, el Hno Higinio
Blanco Cidad. Venía desde Bolivia.
El polvo, el cansancio y e sueño en los que venía sumido le daba un aire de desconocido. Tal era
su aspecto que los Hnos tenían que esperar que hablara para cerciorarse de que era él en persona.
Había venido por ruta desde la frontera de Brasil, unos 200 km. de ruta de tierra. Un año había
permanecido en Bolivia con los Hno vecino de Chiquitos de Roboré.
Cuando llegó, la comunidad de Horqueta estaba por cenar, el cocinero lo mejoró el menú como
pudo y los Hnos se sentaron a comer charlaron largo y tendido con el recién llegado.
Así de esta forma tan sencilla y familiar entró en familia el Hno Higinio, quedándose con el
pueblo horqueteño.
Historia del Instituto
Los Hnos Jaime y José Luis
En las vacaciones llegaron buenos refuerzos a la misión. Eran los Hnos. Jaime y José Luis Calvo.
Vinieron por vía marítima desde Barcelona, transbordaron en Buenos Aires y, por vía fluvial,
arribaron a Asunción, donde los esperaba el Hno. Pablo. Hubo abrazos y emociones, en poco
tiempo recordaron cosas de su vieja amistad.
Además de mucho cariño, los Hermanos traían cargas respetables: materiales pedagógicos,
donación de los Hermanos Maristas de España a los Hermanos de Paraguay, máquinas de
carpintería de todo tipo y tamaño, cajas con objetos variados tan útiles como necesario en la
misión, y cosas dulces que con mucho cariño mandaban los Hnos de España. Gracias a los
trámites realizados por el cónsul general del Paraguay en Barcelona, Dr. Luis Mezquita Chavarri,
y el aviso del Dr. Raúl Peña, Ministro de educación de Py., al Sr. Miguel Angel Gutiérrez,
administrador Gral. De Aduanas, el cargamento no tuco mayores problemas para ingresar al país.
Quedó liberado para su traslado inmediato, por vía terrestres a la ciudad de Horqueta, pues la
mayor parte del mismo, como ya se dijo, consistía en material pedagógico, el cual sería destinado
para uso exclusivo de la enseñanza en la mencionada ciudad.
La Navidad, a pesar del excesivo calor, un tanto desfasado para los hermanos, estaba llena no
sólo de sudores sino de contento y alegría, porque allende los mares alguien pensaba en los
misioneros. Sus familias habían cargado de paquetes a los nuevos viajeros, quienes se
convirtieron en “los reyes” magos de aquella Navidad.
Llegan otro cuatro Hermanos
Como respuestas a las solicitudes planteadas por el Hno. Virgilio, antes de finalizar el año 71,
llegarían a la Misión cuatro hermanos Jóvenes reclutados por él. con ellos el abanico de
posibilidades aumentó.
El primero en llegar fue el Hno. Pedro Closas y lo hizo por vía aérea. Vino después de la partida
del Hno. Pablo para reemplazarlo en su labor docente universitaria. Trajo algo de dinero para
pagar deuda de la misión y para comprar un nuevo vehículo, en vista de que el Lad-rover ya no
daba para más y que la tenencia de un auto propio era sumamente necesario para el buen
funcionamiento de labores de los misioneros. El Hno. Pedro también actuó como profesor en el
Centro estatal de Concepción, a instancia de la Directora del mismo. Pronto se ganó la simpatía
de profesores y alumnos con los que tuvo contacto, además de su buen carácter, gozaba de una
competencia profesional, rara en la época del país.
En agosto llegó el Hno. Adolfo Redaño, también por vía aérea. Después de permanecer algunos
días en la capital, se ubicó definitivamente en Horqueta y prestó buena ayuda a la comunidad,
siempre necesitada de mano de obra.
En noviembre llegaron por vía marítima los Hnos. Jorge castellá y Fructuoso Villarte, engrosando
considerablemente las líneas maristas en el Paraguay. Como llegaron en barco, trajeron un buen
cargamento de muchas cosas buenas y útiles, pero el mismo tuvo que esperar unos días en la
Aduana mientras el Hno. Santiago tramitaba su desgravación. En igual proceso tuvo el vehículo
nuevo adquirido por los Hnos: un jeep. Cuando el cargamento fue liberado, los misioneros lo
recibieron con mucha alegría, como sucedía en tales ocasiones. Material didáctico, material para
la escuela profesional y material religioso constituían la mayor parte de lo que llegó. Durante el
periodo vacacional. Los dos nuevos Hermanos lograron ambientarse lo suficientemente como
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para empezar el curso. Se les hizo visitar los puestos de trabajo y prestaron gran ayuda a la
programación del curso que se avecinaba. El Hno. Fructuoso fue un gran ayudante del Hno.
Higinio en la mecánica. El Hno Jorge también aprovechó el tiempo para preparar sus cosas en la
universidad, pues ya conocía su destino en Asunción para el año sigte.
Los primeros Hnos. llegados en Py., habían tenido poco tiempo para la Inculturación. Estos
cuatros jóvenes venidos desde fuera, vieron las cosas con mayor clarividencia y, por lo menos, se
dedicaron al estudios del Guaraní.
Llegan los Hnos. Enrique Alastuey y José Luis Arbués
Poco antes de acabar el curso escolar, el día 4 de noviembre del año 74, llegó de España lleno
entusiasmo el Hno. Enrique Alastuey Sánchez. Y el día 16 llegó el Hno. José Luis Arbués
Rubiol, también lleno de ilusiones y ansioso de trabajar en el Paraguay; prestó sus buenos
servicios de ayuda y tuvo el suficiente tiempo para ambientarse para el curso próximo.
La llegada de España de un nuevo constituía un gran acontecimiento para los Maristas del
Paraguay; había emoción, abrazos, regalos y noticias de la Madre Patria.
Vienen tres nuevos Hermanos
El día 8 de enero del año 1975 llegaron desde Madrid, España, los Hnos. Julián, Alberto Antolín
y Melchor Diez. Los esperaron en el aeropuerto donde además de abrazo hobo mucho carió y
simpatía para los recién llegados.
Visitaron las obras del Norte y pudieron comprobar el trabajo realizados por los hermanos en los
pocos años de iniciarse la obra.
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