Literatura 6ºSE y FM-MD Profesora Mariana Álvarez PRE

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Literatura
6ºSE y FM-MD
Profesora Mariana Álvarez
PRE-ROMANTICISMO
Se trata de un fenómeno histórico tan amplio y complejo que ni los propios promotores y representantes de este
movimiento espiritual se pone de acuerdo al tratar de definir integralmente su sentido.
El Romanticismo es un verdadero drama espiritual, un conflicto de ideas y sentimientos que puso en juego los
fundamentos de la cultura de Occidente. Sus efectos se prolongan todavía en algunas manifestaciones actuales.
Este movimiento surgido en el siglo XIX ha de considerarse el fruto de un estado social en que el espíritu romántico
(siempre existente) prevaleció más que nunca en el mundo, se impuso sobre la concepción de la vida y el arte hasta
entonces predominante y llegó a condicionar todas las manifestaciones de la existencia haciendo primar en forma
casi exclusiva los sentimientos y la imaginación; y así oponerse al movimiento anterior: el Neoclasicismo. El
Romanticismo representó un cambio no solo a nivel literario, sino también en el plano de las instituciones. No fue
únicamente un movimiento entre los hombres de letras que se dispusieron a seguir una nueva estética, sino que
trajo consigo una renovación total, incluso un nuevo concepto de la vida, de las costumbres y de las instituciones.
Representó un verdadero cambio revolucionario a nivel estético, filosófico y político.
EVOLUCIÓN (SIGLO XVIII)
NEOCLASICISMO Y RACIONALISMO
En el Humanismo del Renacimiento comienza a gestarse la tendencia hacia lo clásico que llegará a su punto
culminante con el Neoclasicismo de los siglos XVII y XVIII. Esto no significa que el Humanismo y el Neoclasicismo
sean dos movimientos exactamente iguales. La diferencia está en que los humanistas eran imitadores serviles de
la literatura greco-latina; mientras que los neoclásicos la imitaban con cierta independencia y espíritu crítico.
Conjuntamente con el Neoclasicismo se ha ido cultivando el Racionalismo, cuyo máximo exponente fue Descartes
(“pienso, luego existo”).
Durante este período la literatura encontraba su espacio de producción y discusión en los “salones”; ámbitos
determinados por la aristocracia. De esta manera los escritores entran en la sociedad mundana y durante las
reuniones los asistentes discutían puntos de vista literarios, leían sus obras o las componían en colaboración. Los
salones surgieron como espacios para la construcción de un arte elegante que se evade de las maneras groseras,
buscando un refinamiento intelectual y la depuración del buen gusto. Así los salones pretendieron cultivar la
estética y los modales del creador para oponerse y distanciarse de la rudeza de las costumbres y la falta de
refinamiento.
Dentro del ámbito de los salones el escritor procuraba adaptar su gusto al ideal del hombre conocido como “hombre
de bien” exigía buen sentido, buen gusto, prudencia y cautela suficiente para configurar un hombre adecuado, La
consigna de este ideal era la mesura.
Con la existencia de los salones la literatura se centraliza, todo gira en torno a estos espacios. Los salones
pretendían establecer una unidad espiritual.
Si bien la época de esplendor de los salones se dio durante el siglo XVII, algunos perduraron su actividad durante
las primeras décadas del siglo XVIII.
A nivel literario debemos decir que el Neoclasicismo fue un arte fundamentalmente normativo: estableciendo un
conjunto de normas a partir de las cuales se debía componer. En el Arte Poética de N. Boileau de 1674, que influyó
tanto en el siglo XVII como en el siglo XVIII, encontramos una síntesis de la concepción neoclásica:
1)
Promueve el retorno a la pureza de lo griego y la grandeza de lo romano. Su deseo es reproducir la vida y
el arte grecorromano, tal como se planteó desde el Clasicismo renacentista. Para el Neoclasicismo los antiguos
eran los modelos y el artista debía estar sujeto a las directivas estéticas del pasado. En tal sentido se trata de
una literatura que busca la universalidad y deja de lado las características propias de la nación de origen y de su
productor.
2)
Se busca contribuir un arte equilibrado y sereno, que se ubique más allá del quehacer corriente, sus
fórmulas y expresiones. De allí la inclinación hacia lo artificial, lo rebuscado y lo elegante.
3)
La literatura ha de ser objetiva e impersonal. Las fuentes del arte siempre se han de buscar en el exterior
del individuo, construyendo así un arte común a todos los hombres. De esta manera el arte pretende adoptar un
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carácter universal y abstracto.
4)
Se trata de un arte racional. A partir de la razón el artista neoclásico construye su producto estético.
5)
Se opone a la inclusión de lo absurdo y lo increíble dentro de la obra de arte, partiendo de la idea de que
el espíritu no se deja conmover por aquello que no cree.
6)
Siempre se debe respetar la separación de los géneros, como categorías fijas y preestablecidas. Boileau
indicó las características esenciales de los tres géneros dividiéndolos en mayores y menores. De esta manera la
norma predomina por encima de las determinaciones personales del artista.
7)
Se valora la pureza y la claridad de la lengua, abandonando las rudezas que puedan presentar el idioma. El
verso se transforma en un modo exacto y perfecto de expresar ideas abstractas, en el que solo interesa el
significado del pensamiento.
8)
La Naturaleza se asocia con el espacio bien cultivado y ordenado de los parques y jardines.
La concepción neoclásica que tiene su auge en el siglo XVII se mantiene en la centuria siguiente pero comienza a
debilitarse. Durante el siglo XVIII el Neoclasicismo mantiene aún la majestad de sus formas exteriores, pero va
quedando vacío el contenido. El racionalismo tiene aún suficiente fuerza para influir en la marcha de la sociedad,
como sucede con la Revolución Francesa en 1789, pero también comienza a hartarse del intelectualismo razonador
y reivindica, en contra de él, por el instinto, la intuición, imaginación, y los sentimientos, que serán las
características básicas del posterior Romanticismo.
PRE-ROMANTICISMO O STURM UND DRANG.
Al promediar el siglo XVIII asistimos a la progresiva desintegración de las normativas clásicas, y a la aparición de
una atmósfera espiritual en la se mezclan las exigencias ideológicas de la Ilustración y los rasgos de una
sensibilidad nueva que reacciona contra el equilibrio clásico del siglo anterior. Se comienza a gestar un nuevo gusto
estético y una nueva concepción de la tarea creadora. Esta nueva sensibilidad que surge:
–
abandona las normas generalizadoras y de valor universal de la estética clásica, por una visión más personal,
más íntima que surge de la afectividad individual;
–
los escritores dejan de lado la descripción de situaciones puramente objetivas, de sentimientos elevados
y de personajes arquetípicos, para encargarse de la enumeración de las vivencias personales que constituyen su
historia individual;
–
el rigor y la precisión se cambia por la sinceridad de la confesión personal, se comienza a bucear en el
mundo interior.
Así se va formando la nueva literatura que resulta una anticipación de lo que representará el movimiento Romántico
del Silgo XIX.
Se hace muy difícil englobar el período Pre-romántico en una sola y única definición que se pueda aplicar a todas
sus zonas de influencia. Por eso es aceptada la opinión de Van Tieghem: “habría que hablar de prerrománticos, ya
que este se presenta menos como un conjunto lógico y unido que como una colección de esfuerzos aislados.”
Cronológicamente, las primeras manifestaciones de una sensibilidad Pre-románticas surgen en Inglaterra, donde
las encontramos ya a principios del siglo XVIII. Por esta época un grupo de autores comienzan a preferir los
ambientes góticos, lo nocturno, a buscar nuevos horizontes, sobre todo se orientan hacia el norte geográfico, como
si allí residieran fuentes inagotables de renovación, que parecen poseer un pasado rico y fecundo en leyendas, Y
así, la sensibilidad neoclasicista termina por agotarse dando paso al espíritu plenamente romántico.
En Francia, a diferencia de Inglaterra, no encontramos a un grupo de escritores sino a un escritor que llevará
adelante las ideas pre-románticas: J.J. Rousseau. Su obra deja ver la vida y los pensamientos del autor, lo que se
convierte en un hecho inusitado en la literatura francesa. Para el canon literario francés del siglo XVIII, marcado
por la influencia Neoclasicista, exhibir la propia personalidad se consideraba al impúdico y fuera de lugar. Por lo
tanto esta obra, desde su título resulta toda una audacia. En ella Rousseau se arriesga a mostrar al hombre en su
interior, y ese hombre que expone no es otro que él mismo, por lo que la innovación se produce en un doble aspecto.
Con Confesiones Rousseau realiza una tarea verdaderamente revolucionaria e inaugura la narrativa autobiográfica
moderna, tan usada en nuestra época.
Rousseau que perteneció a la Ilustración, fue un escritor contracorriente, que pregonó por volver a un estado
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natural, lo que implicaba alejarse de los demás para poder aproximarse a sí mismo. Para devolverle al hombre su
auténtica naturaleza era preciso poner todo en tela de juicio: la forma de vivir, de amar, enseñar, de relacionarse
con Dios y finalmente la forma de gobernar. En él encontramos a un hombre preocupado verdaderamente pro todos
los aspectos de la vida humana.
La empresa de Rousseau será la búsqueda de una naturaleza perdida, la liberación del hombre frente a la violencia
de una sociedad que aborrece, porque el hombre es naturalmente bueno y la desigualdad, la opresión y la tiranía
son producto de la historia y la sociedad. No existe nada en la Naturaleza que justifique las desgracias, por lo
tanto la felicidad es posible, porque “Todos nuestros males provienen de nosotros mismos”, opina.
Con Rousseau se inaugura una nueva forma de sentir y un nuevo estilo de vida. Su empresa autobiográfica y
búsqueda interior, que irá profundizando a través de toda su producción, se resume en las características del
espíritu romántico:
–
Se parte de la soledad para poder llegar al conocimiento de uno mismo. El estado de soledad es el que
permite realizar el viaje hacia el interior.
–
Se remarca el aspecto individual. El enunciador es un “yo” que narra sus vivencias y sentimientos.
–
El entregarse a las ensoñaciones, un estado entre el sueño y la vigilia, implica apelar a un estado donde
faltan los límites.
–
Se percibe una primacía de lo pasional sobre lo racional. En la obra encontramos la exaltación de los
sentimientos, un desborde de la sensibilidad. Rousseau se presenta como un hombre apasionado que todo lo hace
con entrega.
–
Aparece una gran afinidad y contacto directo con la naturaleza, que se transformará en uno de los grandes
temas del Romanticismo. Esta naturaleza se presenta en dos sentidos:
a.- por un afán botánico que tiene que ver con el espíritu científico y curioso propio de la Ilustración que está
presente en Rousseau;
b.- por el amor a la naturaleza en sí mismo que implica el deseo de volver al estado natural del hombre.
Todo el libro “Ensoñaciones...” saca a relucir el más puro sentimiento hacia la naturaleza, antecediendo a la visión
romántica. El autor no solo es el inventor del paisaje “romántico” (es el primero que caracteriza a un paisaje como
“romántico”), sino que también le da a esa misma naturaleza una función esencial en el ámbito literario. Para él la
naturaleza no es solo el paisaje de marco o de fondo, sino que es un refugio donde el hombre se encuentra protegido
en su auténtica esencia. La naturaleza pasa a ser su confidente, es en quién se puede reflejar, con quién puede
establecer una complicidad.
Con todo esto Rousseau construye los primeros lineamientos de lo que será el Romanticismo. Pero él no es en sí
mismo un escritor romántico, porque la construcción de su prosa, en ordenada y mesurada, mantiene aún rasgos
neoclasicistas.
Todas estas innovaciones se encuentran en Alemania, el territorio más fructífero para consolidarse y expandirse.
Allí aparece el verdadero origen del movimiento Romántico de la mano de un movimiento conocido con el nombre
de Sturm und Drang. Es en este país donde se consolida la ruptura con los valores normativos de la Antigüedad
Clásica y con la época precedente de la Ilustración, para orientar al hombre hacia nuevos espacios: 1) el propio
interior; 2) el espacio de fuga de la Naturaleza; espacios que se corresponden mutuamente. Entre 1770 y 1785, a
partir de un grupo de jóvenes escritores, se construye un movimiento de rebelión contra la Ilustración, de
renovación antiracionalista, que pregona por una mayor libertad creadora, por una mayor preponderancia de la
imaginación y una búsqueda decidida a la inspiración original, de lograr una expresión más libre y natural.
Este movimiento toma su nombre de una pieza teatral de 1777 de F. Klinger (1752-1831) y se puede traducir como
“tormenta e ímpetu” o “tormenta y pasión”. El nombre del movimiento anticipa cuáles serán sus características
esenciales: ímpetu propio de la pasión juvenil, exaltación del espíritu creador, necesidad de liberación y de ruptura
con la rigidez impuesta por el Neoclasicismo. Las principales características del Sturm und Drang son:
1)
La exaltación de la sensibilidad como manifestaciones del sentimiento y de la pasión. En este sentido,
fueron básicas las influencias extranjeras, como por ejemplo Rousseau.
2)
La exaltación del nacionalismo. Estos jóvenes volvieron su mirada hacia el interior del Alemania, alejándose
del paisaje extranjero. De esta manera se gestó un sentimiento nacional que rescataba al espíritu de los moldes
clásicos. Esto condujo al estudio de las raíces lingüísticas de la nación y al resurgimiento de las primitivas formas
de expresión artística eminentemente populares. Reaparecieron las canciones populares, las leyendas, las
composiciones folklóricas, se desarrolló el drama histórico.
3)
La exaltación del individualismo, subjetivismo, del yo humano. La mirada se vuelca hacia cada individuo en
sí mismo. El hombre por su desbordante talento creador es elevado a la condición de “genio”, de “titán”. En la
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Ilustración, el concepto de genio aparecía vinculado a la inteligencia, a la razón, teoría, tradición y a los
convencionalismos. Para el strumer el genio se convierte en un ideal, para el cual resulta decisiva, justamente, la
ausencia de lo señalado. Esta concepción del creador como genio los llevó a denominarse como “movimiento de los
genios”, absorbidos por el sentimiento de distinción y particularización que replegó al hombre sobre sí mismo.
4)
Considerarán tres elementos fundamentales para la formación del arte: la inspiración (oponiéndose a la
tendencia imitadora del arte francés); la originalidad que buscaban afanosamente, y la imaginación que representa
el verdadero factor de renovación y vitalidad de la creación.
5)
La rebelión del movimiento contra las distintas formas de lo establecido. El estrumer combate el
racionalismo, la rigidez clásica, el preciosismo francés; pero también se opusieron a la estrechez de la vida políticosocial, contra los tabúes y normas que imponía la burguesía y que impedían el libre desarrollo del hombre en forma
íntegra. Se opusieron a la funcionalización del hombre.
6)
El sentimiento cósmico de la Naturaleza. Ésta adquiere una dualidad conceptual por lo que es medio de
vinculación entre el hombre y la divinidad, y expresión de lo divino natural. Esta concepción llevó a establecer una
relación más estrecha entre el hombre y la naturaleza como medio de acceder a los misterios de la divinidad,
porque ella integra al hombre, a Dios y al universo en una totalidad. El strumer, siguiendo la idea de Rousseau,
busca retornar a la naturaleza como forma de integración del hombre en la plenitud.
7)
La exaltación del irracionalismo. Se rebelaron contra el riguroso predomino de la razón como única forma
de acceder al conocimiento. El cientificismo y el conocimiento positivista de la Ilustración fueron desplazados por
el conocimiento intuitivo y la especulación metafísica.
8)
El gusto creciente por lo esotérico, oculto, desconocido y misterioso. Esto se reflejó en las formas de
expresión. En el sturmer vuelve evidente el deseo de diferenciarse de las otras personas, la preocupación por
establecer una distinción con el prójimo, el anhelo de convertirse en seres únicos, particularizados. Por ello
buscaron un lenguaje cifrado, su culto de lo difícil y lo complicado. Todo ello en un intento de aislar la vida
intelectual a una elite.
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