PARTIDOS POLÍTICOS ESQUEMA 1. El origen de los partidos políticos

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PARTIDOS POLÍTICOS
ESQUEMA
1. El origen de los partidos políticos
2. EL CONCEPTO DE PARTIDO POLÍTICO
3. TIPOLOGÍAS DE PARTIDOS POLÍTICOS
Numéricos
Ideológicos
Estructurales
Funcionales
4. LAS FUNCIONES TRADICIONALES DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Socialización política
Movilización
Participación
Legitimación
Representación
Operatividad del régimen político
5. LA ORGANIZACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
6. LAS TRES MANIFESTACIONES DE LA ORGANIZACIÓN DE PARTIDO
El partido como organización de afiliados
El partido como organización de gobierno
El partido como organización burocrática
7. CLASIFICACIONES DE LOS PARTIDOS SEGÚN SU ORGANIZACIÓN
Weber
los partidos de patronazgo
los partidos estamentales o clasistas
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los partidos ideológicos
Partidos de notables
Partidos de masas
Duverger
partidos de origen interno
partidos de origen externo
Partidos de estructura directa
Partido indirecto
8. LA FINANCIACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Modalidades de financiación
A) Financiación privada
1. Cuotas de los afiliados
2. Donaciones
3. Préstamos y créditos
4. Gestión de patrimonio
• Ingresos atípicos
Aportaciones extranjeras
El sottogoverno
B) Financiación pública
1. La financiación pública directa
a) Financiación de gastos electorales
b) Financiación de gastos permanentes
2. La financiación pública indirecta
a) La financiación en «especie
b) Medidas fiscales especiales
c) Subvenciones a organizaciones relacionadas con los partidos
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• El «impuesto partidario»
9. LOS SISTEMAS DE PARTIDOS
Rasgos básicos para clasificar los sistemas de partidos:
La capacidad de penetración de los partidos en la sociedad
Su ideología
Su posición respecto a la legitimidad del sistema político
Su número
Duverger y los criterios numéricos
Sartori y su aporte
La transformación de los sistemas de partidos
LOS PARTIDOS POLÍTICOS
1. El origen de los partidos políticos
Las sociedades humanas siempre han sufrido divisiones internas de carácter político. El conflicto social es uno
de los modos básicos de la vida en sociedad. En todos los tiempos, sus miembros se han agrupado en clanes o
bandos enfrentados acerca de cuestiones que afectaban los intereses de grupos sociales más o menos
importantes dentro de la colectividad. Determinados hombres han asumido el liderazgo, de modo que el grupo
era su clientela, el líder se identificaba social y políticamente con el grupo, y todos juntos defendían intereses
comunes.
El partido político se hace necesario para organizar y activar la voluntad política de las masas en función de
los procesos electorales. El encuentro entre el sufragio universal en una sociedad de masas y la movilización
de los electores a través de los partidos políticos se produce con la aparición del primer partido político en el
sentido técnico moderno, los jacobinos bajo el gobierno de la Convención en la Francia revolucionaria de
1789.
Sin embargo para algunos autores, el partidismo político no aparece como tal hasta la progresiva
consolidación del liberalismo en cuanto idea y praxis políticas, hasta la mitad del siglo XIX. Las relaciones
con el primer liberalismo político fueron muy problemáticas, en cuanto que este cuestionaba radicalmente
todo gremio, corporación o asociación, pues limitaban la libertad individual, que debía ser absoluta.
El reconocimiento del derecho de asociación y la 1ª Revolución Industrial hacen posible a finales del siglo
XIX el nacimiento de unos partidos, que surgen al margen de los Parlamentos y que muchos han considerado
como los primeros genuinos: los partidos socialistas. Serán los primeros en poseer las características de los
partidos de nuestros días: programas homogéneos, organizaciones extensas y funcionamiento permanente.
2. EL CONCEPTO DE PARTIDO POLÍTICO
Los partidos políticos con organizaciones estructuradas, articuladas, jerarquizadas y adaptadas a la lucha por
el poder, que expresan los intereses y objetivos de diversas fuerzas sociales. Los partidos tienen como objetivo
directo la conquista del poder o la participación en su ejercicio. Estas organizaciones especializadas median
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entre la base social, con intereses y demandas muy diversas, y el Estado, estructura donde emanan las
decisiones que definen los objetivos primordiales de la sociedad.
Un partido político es una asociación de personas con las mismas concepciones ideológicas que se proponen
participar en el poder público o conquistarlo, y que para la realización de este objetivo posee una organización
permanente.
3. TIPOLOGÍAS DE PARTIDOS POLÍTICOS
• Numéricos: número de partidos existentes en un sistema político, desde los que reciben un caudal mínimo
de votos a los que alcanzan algún tipo de representación efectiva.
• Ideológicos: el bagaje interpretativo de los partidos políticos de la condición humana, de las causalidades
de la existencia de los individuos como realidades sociales y de la justificación de sus actividades logran
definir unos patrones sólidos de una actitud política.
• Estructurales: conciben al partido como un sistema de organización interactivo más que una mera
agregación de individuos. Esta perspectiva se basa en la evolución histórica por la cual los partidos
terminan por poseer una maquinaria política burocrática, en tanto que grupo de apoyo, red de información y
sistema de decisiones.
• Funcionales: los criterios funcionales se ven inmersos en una continua situación de cambio y de
adaptabilidad, al situarse los partidos políticos entre la estructura formal del sistema político y la sociedad,
escenarios de profundas y permanentes mutaciones.
4. LAS FUNCIONES TRADICIONALES DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
1. Socialización política: Es el proceso mediante el cual la gente adquiere ciertos patrones y valores de
comportamiento político. Para Almond y Powell (1966) las funciones de socialización desempeñadas por los
partidos políticos son:
• refuerzan la cultura política existente, dando continuidad en su ejecución, e
• inician un cambio significativo en las pautas existentes de la cultura política.
En ambos casos se trata de la capacidad de moldear la cultura política hacia objetos políticos (partidos y
líderes). Es una función de carácter constante. El propio estilo de la socialización de cada partido llega incluso
a explicar el papel que puede o no desempeñar a la hora de ser un mecanismo de movilidad social interno.
2. Movilización: Se refiere al proceso por el que un grupo pasa de ser un conjunto pasivo de individuos a un
activo participante en la vida pública (Tilly). Todo proceso de movilización trata de reducir las reclamaciones
opuestas sobre los recursos, desarrollar un programa que corresponde con los intereses de los actores
movilizados y construir una estructura grupal mínima.
3. Participación: Milbrath (1965) formula la existencia de:
• La participación activa, cuyo valor es tanto instrumental, como expresiva a través de manifestaciones y de
la discusión política.
• La participación pasiva que supone la obediencia y la disciplina.
Las formas de la actividad participativa se ciñen al voto, al quehacer partidista ordinario, que incluye tanto las
campañas electorales como la vida cotidiana del partido (reuniones, campañas informativas y acciones
puntuales) y a los contactos particularizados, que afecta a los ciudadanos como individuos. Los militantes
actúan de forma individualizada, pero haciendo constar su adscripción partidista. Su nota más identificable es
la que conlleva la capacidad de ejercer presión sobre apartados del régimen político y los resultados que se
derivan.
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4. Legitimación: Se refieren a la articulación del apoyo y de la confianza de la gente en las reglas de juego
del sistema político. Estas funciones dan sentido a las anteriores, de manera que incluso puede mantenerse que
las funciones de participación, socialización y movilización son funciones de legitimación.
Se llega a producir una identificación total entre la legitimidad del sistema y la existencia−actividad de los
partidos. El papel de los partidos es fundamental en el proceso de consolidación democrática.
5. Representación: Esta función está tamizada por las leyes electorales que se encargan de traducir las
voluntades individuales en cuotas de poder para los partidos según muy diferentes criterios.
6. Operatividad del régimen político: El funcionamiento de los regímenes políticos contemporáneos se
inspira, desde la estricta perspectiva de su operatividad, en su capacidad para producir políticas. Dicho
proceso se basa en la actuación de los partidos políticos que aportan una lógica al quehacer y una capacidad a
la hora de seleccionar y formar a sus militantes para ocupar cargos. Las funciones de operatividad las
desempeñan los partidos en instituciones como los Parlamentos.
• LA ORGANIZACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
Cada partido es único y presenta las huellas de su propia evolución. Los partidos se presentan como actores
unitarios, como una unidad cohesionada, pero importan también las líneas de conflicto que determinan los
procesos de decisión. Estructuras formalizadas, normas y procedimientos constituyen uno de los principales
modos de canalización, limitación e incluso prefiguración de las luchas internas de los partidos.
La organización interna de los partidos políticos venezolanos son muy similares entres sí. Se asemeja a la del
partido leninista clásico, y es de tipo estrictamente vertical. A la cabeza de ella se encuentran las instancias de
cobertura nacional, llamadas Comité Ejecutivo Nacional o Dirección Nacional, en este nivel se agrupan los
miembros más influyentes y antiguos de la militancia, de allí salen las líneas principales de acción y las
estrategias de los partidos. Estos comités ejecutivos están subordinados a otras instancias más amplias,
convenciones o asambleas, que son las representativas de las bases de los partidos. En la practica casi no
existen. A estos comités responden los Comités Nacionales, y a estos las Seccionales.
En la actualidad, los partidos al momento de determinar su organización deben tomar en cuenta varios
factores como son:
• su creciente dependencia de expertos profesionales, en lugar de amateurs;
• la creciente dependencia de subvenciones estatales, en lugar de las contribuciones de sus miembros;
• el desarrollo de los medios de comunicación de masas, que ofrecen un canal más efectivo de
comunicación con los ciudadanos;
• las encuestas de opinión pública, que desplazan a las organizaciones de partido como instrumentos de
comunicación con los ciudadanos
Los fines u objetivos de los partidos tienen dos vertientes fundamentales:
• la maximización de los votos y
• la maximización de objetivos exclusivos del propio partido.
Estos dos fines se corresponden con la doble naturaleza del partido, como instancia que aspira al gobierno y
como agrupación privada.
6. LAS TRES MANIFESTACIONES DE LA ORGANIZACIÓN DE PARTIDO
Con el tiempo la organización de afiliados ha perdido significado y la organización gobernante y la
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burocrática la han ganado. Los tres aspectos coexisten dentro de una sola organización compleja.
EL PARTIDO COMO ORGANIZACIÓN DE AFILIADOS
Nos enfrenta con las cuestiones de la distribución y el equilibrio del poder dentro del partido: dónde se
adoptan las decisiones importantes, cuáles son los miembros y las funciones de estos cuerpos, cuáles las
normas acerca de la selección de candidatos, etc.
Cuanto más abierta es la organización menos vinculados se sentirán los afiliados y más proclives serán a
adoptar posiciones pasivas. La apertura incrementa la heterogeneidad de miembros y dirigentes, bajando el
nivel de actividad de las bases. Un partido de este tipo presenta una débil institucionalización.
Los incentivos principales para la participación suelen ser propósitos públicos (políticas), simbólicos y
solidarios. El estatuto del afiliado suele comportar su derecho a participar en las decisiones de los órganos del
partido, a concurrir a las elecciones para cargos del partido y a ser designado candidato para cargos públicos
en representación del partido. Entre los deberes, suele estar sometido a un deber de lealtad al partido, que
limita su capacidad de criticar las decisiones del partido o de adoptar públicamente posiciones diferentes a la
del mismo. Suele tener que pagar una cuota de afiliación.
EL PARTIDO COMO ORGANIZACIÓN DE GOBIERNO
El partido como organización de gobierno está encarnado por las organizaciones de los afiliados que ocupan
cargos públicos y su fuerza está caracterizada por el dominio de los tenedores de los cargos (parlamentarios).
Dado que el poder político es obtenido a través de la competición partidista, será conquistado por aquellos
partidos que compitan más eficientemente; a largo plazo, un partido para resultar viable debe elegir sus
alternativas en los términos más adecuados para atraer a la mayoría de los votantes.
El ganar las elecciones tiende a ser el objetivo supremo para el partido como organización de gobierno. Los
dirigentes de esta cara del partido son más propensos a mirar al exterior, hacia la sociedad como un conjunto,
o al menos hacia el electorado potencial del partido, mientras que los dirigentes del partido como organización
de afiliados son más propensos a mirar hacia adentro, hacia los afiliados ordinarios.
* La división en corrientes o fracciones
El grado de cohesión de los partidos varía según los casos. Los conflictos político−ideológicos y las luchas
personales y de grupo por el poder son normales en todo partido. Es virtualmente imposible eludir un cierto
grado de fraccionalización. Es un aspecto fundamental de la estructura y de los procesos de toma de
decisiones, internos y externos. Se distingue entre fracciones ideológicas, orientadas programáticamente, y
fracciones de poder, orientadas a la mera conquista del poder.
La conflictividad ideológica interna puede ciertamente debilitar al partido, incluso llegando a su paralización,
proporcionarle una imagen negativa ante el electorado y debilitar su liderazgo, reduciendo su capacidad de
movilización político−electoral. Pero en ocasiones los conflictos internos son medios de garantizar la
democracia y la participación interna del partido.
EL PARTIDO COMO BUROCRACIA
Su indicador primario es el número de empleados pagados. Los miembros de este grupo son los cargos
profesionales del partido, que tiene muchas de las características de otras burocracias: permanencia, jerarquía,
especialización. La seguridad en el cargo, así como el nombramiento y la promoción sobre la base del mérito
propenden a estar mucho menos desarrollados que en el Estado.
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Los funcionarios del partido son personas que viven más de la política que para la política, y tienden a tener
aún menos posibilidades que los cargos electos de cambiar de partido. La necesidad de tareas de vigilancia de
la pureza ideológica suelen incrementar el carácter conservador de la organización. Los ideólogos tienden a
establecer vínculos preferentes con los burócratas que les sirven de custodios y difusores del dogma.
7. CLASIFICACIONES DE LOS PARTIDOS SEGÚN SU ORGANIZACIÓN
Weber
Visto desde la sociología del poder se distinguen:
• los partidos de patronazgo: tienden exclusivamente a conseguir una posición de poder para su jefe y
la ocupación de cargos administrativos por el aparato de sus seguidores;
• los partidos estamentales o clasistas: actúan deliberadamente en interés de alguna clase;
• los partidos ideológicos: organizados en base a principios abstractos referidos a una particular visión
del mundo.
Weber subrayó por primera vez la importancia de las modalidades de financiación para la naturaleza de los
partidos. Si los candidatos soportan el mayor peso de los gastos electorales, los partidos se configuran como
plutocracias de los candidatos; si los fondos provienen de mecenas, el partido se configurará como agente de
los intereses específicos de aquellos grupos; y si, finalmente, la financiación proviene de los afiliados al
partido, los candidatos dependerán del aparato del mismo.
Más influyente sobre la reflexión posterior fue su distinción entre:
• Partidos de notables: caracterizado por un personal político legitimado en base a sus capacidades
prepolíticas, p.e. su pertenencia a la nobleza, su riqueza o su notoriedad profesional, y que se entrega
a la actividad política como ocupación secundaria. Los miembros se reúnen sólo periódicamente, con
vistas a las elecciones.
• Partidos de masas: se caracterizan por una organización fuerte y diferenciada, que produce un
personal político profesionalizado a tiempo completo. La organización del partido de masas se acerca
a la de la burocracia estatal presentando parecidos atributos: uniformidad, jerarquización formal,
disciplina y secreto, que lo convierten en un instrumento político mucho más eficaz que los partidos
de notables.
Duverger
En lo que respecta a su origen, retoma la distinción entre:
• partidos de origen interno a las instituciones políticas formalizadas, en particular al Parlamento. Se
desarrollan a partir de un grupo parlamentario hacia afuera, mediante la organización de estructuras
de captación de apoyo electoral, y
• partidos de origen externo, que surgen en el exterior de las instituciones parlamentarias,
organizando sectores sociales que pretenden acceder a ellas.
Desde el punto de vista de la estructura organizativa, Duverger propone distinciones más originales:
• Partidos de estructura directa: supuesto más común, basado en la adhesión individual al partido, sin
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mediaciones orgánicas, lo que comporta el pago de una cuota de afiliación y la participación, más o
menos regular, en la vida del partido.
• Partido indirecto: tiene una estructura constituida por una serie de asociaciones, p.e. sindicatos u
otras organizaciones profesionales, cooperativas, mutualidades, unidas en una única organización con
fines políticos, en particular electorales. Los miembros del partido no son las personas, sino los
grupos sociales o profesionales a que pertenecen.
8. LA FINANCIACIÓN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
La articulación de la financiación de los partidos políticos está en estrecha relación con la configuración de los
partidos dentro del Estado democrático y, por tanto, con la gestación y desarrollo de la política parlamentaria
en nuestras sociedades occidentales.
Los partidos, al inicio de su historia, eran agrupaciones laxas que estaban conformadas, de forma casi total,
por personalidades de considerable fortuna, lo que les permitía no tener que contar con un patrimonio propio
para mantener su estructura organizativa.
A partir del proceso de constitucionalización de los partidos políticos, que se produce de forma generalizada
después de la Segunda Guerra Mundial, se desarrolla un debate sobre la financiación de los partidos políticos
que se relaciona con la labor que éstos realizan dentro del sistema político. El considerar a los partidos como
instrumentos centrales de la democracia, puesto que articulaban de forma mayoritaria la voluntad popular y
eran expresión del pluralismo social, planteó la necesidad de introducir criterios que superaran el carácter
exclusivamente privado de los partidos y la necesaria corresponsabilidad del Estado a la hora de su
mantenimiento. Esta concepción llevaba a que los partidos pudieran verse como instrumentos que debían ser
financiados por el Estado.
Modalidades de financiación
La financiación privada se gesta, en clara conexión con la desarrollada durante el primer período de formación
de los partidos, por cauces particulares no estatales. Y denominamos pública a la financiación que tiene su
origen y articulación de forma oficial, desde las arcas públicas del Estado.
A) Financiación privada
1. Cuotas de los afiliados: Es el conjunto de aportaciones económicas individuales que periódicamente los
afiliados de un partido aportan a la organización, con carácter obligatorio. Si bien su origen se dio en los
partidos de masas, con el paso del tiempo se fue extendiendo a los demás partidos.
El principal problema se da en el frecuente impago de las cuotas, aunque a los propios partidos no les interesa
que esta medida sea muy rígida, por lo que normalmente suelen reaccionar con bastante flexibilidad. Esta
forma de financiación es cada vez menos importante.
2. Donaciones: Son contribuciones económicas voluntarias no periódicas de carácter privado. Tiene su origen
en los partidos conservadores, ya que históricamente se establecía una relación entre determinados intereses
privados y los candidatos, de modo que éstos actuaban en favor de los que les pagaban las campañas.
Tiene el problema de que puede limitar la independencia de la actuación de los partidos y que el interés
general se vea mermado por otro de carácter particular. Tiene la ventaja de que permite conocer la vinculación
real entre los partidos y los organismos o particulares que les donan dinero.
3. Préstamos y créditos: Los partidos actúan como empresas, solicitando préstamos y créditos a bancos que
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imponen condiciones uniformes, al menos formalmente, para el conjunto de los partidos. Lo más habitual es
que los partidos recurran a esta forma de financiación en los procesos electorales. En principio se deben dar
condiciones de igualdad entre todos los partidos, puesto que no es la rentabilidad monetaria la que debe guiar
estos préstamos.
4. Gestión de patrimonio: El tipo de empresas que los partidos suelen tener son las dedicadas a editoriales y
prensa, aunque aparte de su labor de propaganda ideológica, su trascendencia económica es pequeña, porque
normalmente son deficitarias.
Otro tipo de financiación son las actividades festivas de los partidos, en las que la recogida de fondos puede
ser muy satisfactoria y aportar cantidades importantes.
5. Ingresos atípicos: Esta fórmula se refiere a aquellas vías de financiación que no se encuentran dentro de la
estricta legalidad y que están en la línea fronteriza del delito. Las dos formas más comunes de subvención
atípica son:
• Aportaciones extranjeras: determinadas organizaciones ajenas al país, ya sean nacionales o
internacionales, hacen llegar fondos a un partido a través de personas o entidades interpuestas.
• El sottogoverno: la Administración concede contratos a empresas que se prestan a entregar dinero a un
partido. Además de la posible ilegalidad, ya que no tiene en cuenta los principios de imparcialidad y
neutralidad de la Administración, expresa otro rasgo muy significativo de algunos sistemas políticos, que
atañe a su legitimidad y el nivel moral de sus prácticas políticas.
B) Financiación pública
1. La financiación pública directa: Es aquella por la que los partidos políticos reciben directamente algún
tipo de subvenciones con cargo al Estado.
a) Financiación de gastos electorales: El Estado subvenciona por adelantado en función de los resultados
obtenidos en los comicios ya celebrados y de las previsiones sobre los futuros. Según los países el pago se
realiza a los partidos, a los grupos parlamentarios o a los candidatos individuales.
b) Financiación de gastos permanentes: El Estado subvenciona anualmente con una determinada cantidad
los gastos ordinarios de los partidos y grupos parlamentarios en los períodos interelectorales. Su fundamento
consiste en que la Ley considera a los partidos como el cauce fundamental de representación democrática.
2. La financiación pública indirecta: Cuando el Gobierno o las instituciones públicas subvencionan de
manera no directa o reconocen un tratamiento de favor.
a) La financiación en especie: El ejemplo más claro y tradicional es el referido a la existencia de espacios
gratuitos de propaganda político−electoral en los medios de comunicación públicos, que deben cumplir el
principio general de igualdad. No obstante, esta consideración igualitaria no es incompatible, como en el caso
español, con criterios de proporcionalidad en función de los escaños que se tengan, obteniendo mayor tiempo
y una mejor colocación en los espacios de publicidad, los partidos con más votos y escaños. Además, hay
otras formas de financiación en especie referida a la celebración de actos partidistas (plazas, teatros, vallas de
publicidad, tarifas postales especiales, etc.).
b) Medidas fiscales especiales: Consiste en un trato fiscal favorable por medio de exenciones o
desgravaciones a los partidos, teniendo en cuenta sus actividades, los afiliados, el pago de las cuotas y los
donativos que reciben. Esta forma de financiación ha sido muy criticada por las irregularidades
económico−fiscales que permite realizar, por lo que es bastante inusual y sometida a restricciones.
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c) Subvenciones a organizaciones relacionadas con los partidos: El Estado beneficia a múltiples
asociaciones que tienen una vinculación de fondo directa, aunque no formal, con los partidos, como p.e. las
juventudes y los periódicos de los mismos.
d) El impuesto partidario: La última modalidad se refiere a la detracción de un % del sueldo de los cargos
públicos para el partido o grupo parlamentario. Esta fórmula de financiación depende mucho de la cultura
política propia de cada partido y es probable que, en un proceso de profesionalización de la política creciente,
vaya descendiendo, ya que el sueldo de los representantes normalmente constituye su único ingreso.
9. LOS SISTEMAS DE PARTIDOS
El sistema de partidos incluye el número de partidos, su organización interna, sus vínculos con la sociedad y
las instituciones políticas, sus alianzas y estrategias, conformando un modelo de estructuras e interacciones
más o menos estables entre las distintas unidades partidistas. Los sistemas de partidos poseen propiedades
específicas, que son distintas de las de los partidos.
Rasgos básicos para clasificar los sistemas de partidos:
• La capacidad de penetración de los partidos en la sociedad: los partidos pueden situarse entre dos
extremos: el caracterizado por unos vínculos muy débiles de los partidos con sus electores, una incidencia
muy escasa en la vida de la gente y el definido por unos vínculos muy profundos entre electores y partidos,
por una influencia grande de éstos en la sociedad y por la fuerte identificación entre ciudadanos y partidos.
Cuando la penetración social de los partidos es baja es fácil la aparición de nuevos partidos que compiten
con éxito con los existentes.
• Su ideología: contribuye de forma importante a caracterizar los sistemas de partidos y a explicar su
funcionamiento.
• Su posición respecto a la legitimidad del sistema político: la presencia de sólidos partidos anti−sistema
puede plantear graves problemas de gobernabilidad, reduciendo las alternativas de gobierno.
• Su número: es el criterio más utilizado para caracterizar un sistema de partidos.
Duverger y los criterios numéricos
Para Duverger los sistemas de partidos son el producto de múltiples y complejos factores que pueden ser
específicos de cada país (tradición, historia, estructura socio−económica, creencias religiosas o conflictos
étnicos), y generales (régimen electoral). Estos últimos son los más importantes y condicionan de forma
decisiva cuatro aspectos básicos de los sistemas de partidos:
• el número de partidos,
• la dimensión de éstos,
• las alianzas y
• la representación.
Hay dos grandes categorías de sistemas de partidos:
• sistemas de partido único y sistemas pluralistas.
• sistemas bipartidistas y sistemas multipartidistas.
En general, hay una correspondencia entre régimen totalitario o autoritario y partido único y entre democracia
y pluralismo partidista.
El partido único es una de las grandes novedades políticas de este siglo y no siempre hay que asimilarlo a
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partido totalitario; hay partidos únicos no totalitarios y partidos totalitarios en sistemas pluralistas. La teoría
del partido único surgió con el Partido Fascista en Italia y el Partido Nacional−Socialista en Alemania; en la
URSS el Partido Comunista. La eficacia del partido único está garantizada por su ambivalencia: está en el
Estado y en la sociedad.
Sartori y su aporte
Este autor realiza una clasificación de los sistemas de partidos tomando en consideración el criterio numérico,
pero añadiéndole un factor dinámico: la polarización o distancia entre los partidos que compiten entre sí.
Establece las siguientes clases de sistemas:
1) de partido único: Los unipartidismos totalitario y autoritario tradicionalmente se engloban bajo el
concepto de dictadura. El partido totalitario, con una ideología fuerte y totalizadora, representa el grado
máximo de omnipresencia y control sociopolítico, no concede ninguna autonomía a los subgrupos sociales,
sigue una estrategia destructora respecto de los grupos externos y su arbitrariedad puede ser ilimitada e
impredecible. El partido autoritario tiene una carga ideológica menor que el totalitario.
2) de partido hegemónico: El partido hegemónico permite la existencia de otros partidos, pero como partidos
subalternos que en ningún caso pueden competir con él en condiciones de igualdad (el PRI mexicano).
3) de partido predominante: En el caso del partido predominante, éste obtiene de forma continuada −
durante 4 o 5 legislaturas por lo menos − una mayoría absoluta de escaños (India, Japón, etc.). Existe una
pluralidad de partidos legales y competidores independientes del partido principal, y aunque la alternancia en
el gobierno en la práctica no se produce, los partidos minoritarios pueden obtener representación
parlamentaria y en algunos casos un cierto poder institucional.
4) bipartidistas: El sistema bipartidista es el más conocido por su sencillez, por la importancia de los países
que lo utilizan y por su carácter paradigmático (Inglaterra, EE.UU., Nueva Zelanda, Australia y el Canadá).
Hay dos partidos que pueden competir por una mayoría absoluta de escaños; uno de los dos partidos consigue
una mayoría suficiente de escaños para gobernar y está dispuesto a hacerlo sin formar alianzas; y la rotación
en el gobierno es una posibilidad real.
5) de pluralismo limitado; El pluralismo limitado formado por 3, 4 o 5 partidos importantes se caracteriza
básicamente por, una distancia ideológica bastante pequeña entre sus partidos más importantes; una
configuración de coalición bipolar; y una competencia centrípeta.
6) de pluralismo extremo: El pluralismo polarizado (p.e. Alemania durante la República de Weimar) está
caracterizado por la presencia de partidos antisistema con un fuerte componente deslegitimador del régimen
político, la presencia de oposiciones excluyentes entre sí, haciendo que prevalezcan las fuerzas centrífugas
sobre las centrípetas y debilitando el centro, las diferencias entre los partidos no sólo se refieren a cuestiones
políticas concretas, sino también a cuestiones fundamentales y de principio y presencia de «oposiciones
irresponsables», que contribuyen a generar una «política de superoferta» o promesas excesivas.
7) de atomización
La transformación de los sistemas de partidos
Si vemos alguna de las variables que afectan a los partidos y a los sistemas de partidos (el número de los
partidos importantes, la formación de coaliciones, los % de votos), es indudable que la mayoría de los
sistemas de partidos cambian con el tiempo. Los partidos tienen que adaptarse a circunstancias cambiantes,
pues si no lo hacen, pueden perecer.
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Los partidos deberán hacer frente en un futuro inmediato a nuevos y difíciles retos:
• La diversificación de las líneas de división social: se puede dar el mantenimiento o la modificación
de valores tradicionales y la aparición de otras nuevas, como las de carácter ecológico,
postmaterialista, el problema del desempleo, el multiculturalismo.
• La progresiva profesionalización de la élites políticas y los activistas de partido: la tendencia a la
formación de una clase política, cuyos miembros tienen más intereses comunes entre ellos que los que
les unen a sus electores o militantes.
• Una mayor volatilidad electoral: los partidos se ven obligados a un desdoblamiento estratégico de
difícil reconciliación − el dirigido a la movilización de su electorado natural, y el que se orienta a
mantener o ganar otros segmentos electorales más volátiles.
• La creciente importancia de los medios de comunicación y de propaganda: los electores están
sometidos a una sobrecarga de información y se han transformado los mecanismos de acceso al
conocimiento político, cambiando las relaciones entre partidos y electores.
• La intensificación de los procesos de internacionalización: al menos en los europeos es una
tendencia, pero es también la base de una nueva línea de fractura en oposición a las posiciones
nacionalistas y aislacionistas.
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