Sara Sefchovich - Debate Feminista

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recordando a Monsiváis
Sara Sefchovich
Carlos Monsiváis convirtió en objetivo de su vida recoger lo que pasaba
en México para construir un panorama de lo que es el país y lo que son
los mexicanos: "Darle voz a este país que informe y caóticamente va creciendo entre las ruinas del desperdicio burgués y la expansión capitalista",
escribió en alguna parte. De ahí que se dedicara a cronicar cómo viven las
gentes, cómo se divierten, cómo se organizan y luchan, qué miran, oyen
y leen, cuáles son sus ídolos.
En sus crónicas está "La Patria" con todo y líderes charros que la
acompañan, políticos que la habitan, ricos que la despojan, escritores que
la relatan, militantes que la quieren salvar. Con él aprendimos a escuchar
a Pedro Infante y a leer a Guillermo Prieto, a bailar en los antros y a ver
cine nacional; recorrimos la ciudad y conocimos a quienes, como él decía,
"ejercían la democracia desde abajo y sin pedir permiso". Con Monsiváis
pudimos entrar en todos los mundos: el de "las minorías de vanguardia" y
el de "las mayorías astrosas", como él mismo los clasificaba.
La suya era una descripción, pero también una acusación: el verdadero
fondo de los problemas de México son los sindicatos corruptos, los sueldos
de hambre, las transas, las mentiras, la inexistencia de leyes que protejan, la
falta de alternativas, el despojo, la represión. El mexicano no es esa criatura
del descuido, el relajo, el fatalismo y la ineptitud que nos han querido hacer
creer, sino el resultado de un capitalismo voraz y depredador.
Monsiváis mostró a la sociedad en movimiento, amplió los límites de
lo que se consideraba cultura, cronicó un amplio espectro de hechos y procesos, de individuos y grupos, y lo hizo con una prosa que transformó la
manera de escribir y de pensar en México. ¿Qué fue antes, el lugar común
o la frase del Monsi?
Él nos enseñó a mirar, a leer, a pensar; nos rompió los esquemas y los
límites; nos abrió a nuevos temas y, sobre todo, nos quitó esa solemnidad
Sara Sefchovich
pesada a que tan afectos hemos sido. Alegre, irónico, divertido, pero también enojado y hasta deprimido, vió y escuchó todo, explicó y criticó todo,
con una inteligencia lúcida que iba derivando de lo que parecía fugaz lo
que resultaba definitivo, y de lo que parecía superficial lo más profundo, y
fue construyéndole un sentido y una historia a nuestra manera de ser y a
nuestro hacer y todo eso con un estilo absolutamente original, tan complejo
que ni siquiera ha podido tener imitadores. Por eso Octavio Paz dijo que
Monsiváis "es un género en sí mismo".
Uno de sus temas es el que nos reune hoy: el feminismo. Monsiváis fue
un compañero de ruta y un impulsor, pero, sobre todo, fue el primero que
entendió, antes que las feministas mismas, que se trataba de la revolución
cultural más importante del siglo xx; como dijo Alain Touraine, que triunfó
antes de conseguir sus objetivos, por el hecho mismo de que sus premisas
ingresaron en la mente y en la cultura al punto, recordemos, que hasta los
más rejegos empezaron a hablar de "los niños y las niñas", y a hacer por
esconder su misoginia.
La vida, lo sabemos, da vueltas increíbles: hace casi un cuarto de siglo
le pedí a Monsi que escribiera un blurb para mi primera novela, y hoy me
pidieron a mí que hiciera lo mismo para este libro. Jamás imaginé que eso
sucedería y menos aún que él ya no estaría para verlo.
Hoy hemos sido convocadas aquí por Marta Lamas y por la editorial
Océano en calidad de amigas del Monsi. Confieso que no me siento digna
de ponerme ese sombrero. Porque lo que fui y soy su admiradora; cada vez
que lo vi o lo escuché hablar, cada vez que se publicó un libro suyo o que
me tocó en suerte participar juntos en algún evento, mi corazón latía con
fuerza, porque su inteligencia y su humor me desarmaban.
Cuando Monsi vivía, siempre supe que era ubicuo o que tenía dobles o
que usaba fotocopias de sí mismo porque estaba anunciado en tres lugares
a la misma hora. Ahora que ya no está con nosotros descubro que ese ser
suyo múltiple era también en su escritura, porque siguen apareciendo libros
con sus textos y estos no parece que se vayan a terminar. ¿Cuánto escribió
Monsiváis? ¿O será que desde donde está sigue haciéndolo, porque sabe
que extrañamos y necesitamos sus palabras y sus ideas? •
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