Seis aspectos que tener en cuenta para ser franquiciado y salir airoso

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LUNES, 17 DE DICIEMBRE DE 2012 EL ECONOMISTA
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Gestión Empresarial
Seis aspectos que tener en cuenta
para ser franquiciado y salir airoso
Los expertos coinciden en que una de las claves
es que el emprendedor conozca sus limitaciones
El aspecto económico y la formación previa
son algunos de los puntos más delicados
Antonio Pineda MADRID.
Aviso a emprendedores: nadie dijo
que el autoempleo fuera fácil, nadie dijo que no fuera arriesgado. Pero, ¿es posible agarrarse a un clavo
menos ardiendo que el resto?¿Existe un modelo de emprendimiento
con un respaldo extra? A priori, sí:
las franquicias.
Sin embargo, no son la panacea,
requieren el mismo esfuerzo que el
autoempleo independiente, y siempre dependeremos de una mano
que, en mayor o menor medida, nos
dé cierto cobijo; una mano a la que,
paradójicamente, alimentamos con
nuestra inversión.
Si hubiera que determinar los
dos principios vertebradores del
emprendimiento mediante franquicias, bien podrían ser el autoanálisis y la investigación. El futuro franquiciado debe sopesar si es
un candidato coherente, si el sector le ilusiona; en definitiva, “tiene que estar seguro de dónde se
mete”, apunta Santiago Barbadillo, director general de Barbadillo
y Asociados, una consultora de
franquicias. Y respecto a la investigación, es primordial documentarse, acudir a otros establecimientos de nuestra misma red con el
objetivo de verificar hasta qué punto lo acordado con el franquiciador se cumple o no.
Pero, ¿a qué puntos debemos
prestar más atención antes de dar
el salto?
■ La inversión inicial
En ocasiones se da al potencial franquiciado cifras más bajas de las que
realmente tendrá que aportar para
poner el negocio en marcha, o simplemente se deja de hablar de cifras que serán necesarias. Esta clase de presupuestos responden a cifras tipo, por lo que cabe la posibilidad de que un aspecto específico
infle o desinfle el montante que se
exige al franquiciado. Como apunta Mª Dolores Sevillano, directora
de Consultoría de Tormo y Asociados, “aun siendo transparentes, las
cifras pueden no coincidir. La cifra
hay que llevarla a su caso concreto”. “Hay veces que se les olvida incluir la partida de la obra civil”, remarca Barbadillo, partida que, insiste, no se puede obviar, “aunque
cualquiera con un mínimo de formación se da cuenta”.
■ Perspectivas de facturación
No debe olvidarse que para el fran-
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quiciador, el franquiciado no es sino un inversor más, de ahí que aquellos muestren ante éste ciertas reservas a la hora de disparar las previsiones de negocio o que, por el
contrario, traten de dibujar al franquiciado el mejor de los escenarios.
Sevillano defiende que estas cifras
siempre deben ser contrastadas antes de hacer definitivo el contrato,
La imperiosa necesidad del
autoanálisis previo al contrato
Si hay algo en lo que coinciden
algunos expertos en materia de
franquicias es en la necesidad insoslayable del potencial franquiciado de analizar cuidadosamente el paso que está dispuesto a
dar, para lo que será fundamental una labor de autoanálisis. Es
imprescindible para el futuro
emprendedor valorar todo para
no errar el paso, y en este análisis el primer punto a tratar es
uno mismo. En primer lugar el
sector al que pretende incorporarse, ya que no cualquier nicho
es el apropiado y será importan-
te que el franquiciado tenga cierta afinidad con el producto o servicio que va a comercializar. Y en
segundo lugar, se debe tener en
cuenta el ‘modus operandi’ de
este tipo de negocio, es decir, el
franquiciado no podrá trabajar
con total libertad, por lo que no
serán especialmente aptos
aquellos cuya independencia a la
hora de trabajar no conozca límites, pues franquiciador y franquiciado forman una yunta indivisible. Si el futuro franquiciado sale
airoso de este examen, quizá sea
hora de ponerse manos a la obra.
y para ello la mejor vía es acudir a
otras franquicias de la misma red y
preguntar por su caso.
■ La formación previa
La formación que en ocasiones promete prestar el franquiciador a su
inversor es el tercero de los aspectos que hay que tener en cuenta.
Barbadillo apunta que en ocasiones “no es lo profunda que debería”. Debe especificarse claramente el contenido de esta formación,
dónde se dará y cuánto tiempo durará este periodo formativo previo
a la puesta en marcha.
■ Apoyo inicial al franquiciado
Una vez rubricado el contrato, el
franquiciador debe ofrecer al franquiciado un apoyo continuo y sistemático. Especialmente, según explica Barbadillo, la marca debe tener capacidad para solventar los
problemas que atañen a la inexperiencia del emprendedor, aportando además el personal que fuera necesario para cubrir estas carencias.
“El rápido crecimiento de una franquicia hace que el personal disponible para este apoyo sea muy escaso o nulo”, explica Barbadillo.
■ Control del franquiciador
Por lo general, los fallos en los que
el franquiciado puede incurrir cuando el franquiciador no supervisa
la labor del primero como es debido conciernen principalmente
a una bajada de calidad del producto o servicio. La norma común
es que este control decaiga a medida que el éxito del establecimiento
aumenta.
■ Presupuesto de comunicación
Resulta también pertinente que la
franquicia tenga un comité de marketing para que el franquiciado sea
partícipe en cierto modo de la estrategia comunicativa que la empresa desarrolla. No obstante, en
ocasiones es el franquiciado el que
no está dispuesto a constituir un
comité de este tipo, que le privará
de tiempo sin remuneración extra.
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