Comieron todos hasta quedar satisfechos

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XVIII domingo del Tiempo Ordinario • AÑO / A •Mt 14, 13-21
● Primera lectura ● Is 55, 1-3 ● “Venid y comed”.
● Segunda lectura ● Rm 8, 35.37-39 ● “Ninguna criatura
podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo”.
● Salmo responsorial ● Sal 144 ● “Abres Tú la mano,
● Evangelio ● Mt 14, 13-21 ● “Comieron todos hasta queSeñor, y nos sacias de favores”.
dar satisfechos”.
Mt 14, 13-21
13
Al saber esto, Jesús se fue de
allí en una barca a un lugar tranquilo y solitario; la gente, al enterarse, lo siguió a pie desde las
ciudades. 14 Al desembarcar y
ver a tanta gente, se compadeció
de ella y curó a sus enfermos. 15
Al caer el día, se le acercaron sus
discípulos y le dijeron: «Estamos
en un descampado y ya es muy
tarde; despide a la gente para que
vayan a las aldeas a comprarse
algo de comer». 16 Jesús les dijo:
«No hace falta que se vayan.
Dadles vosotros de comer». 17 Ellos le dijeron: «Sólo tenemos aquí
cinco panes y dos peces». 18 Él dijo: «Traédmelos». 19 Mandó que la
gente se echase sobre la hierba, tomó los cinco panes y los dos peces,
alzó los ojos al cielo y los bendijo; partió los panes y se los dio a los
discípulos para que se los distribuyeran a la gente. 20 Todos comieron
y se hartaron; y se recogieron doce canastos llenos de las sobras. 21
Los que comieron eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y
niños.
Para situar el Evangelio
● El Evangelio de Mateo comienza con una nueva sección centrada en la Iglesia
como realización concreta
de las promesas del Reino
de Dios.
rra hasta dar con Él (13-14);
b) se escenifica un diálogo
entre los discípulos y Jesús,
previo a darles de comer (15
-18); c) la gente se sienta y
Jesús multiplica los panes
(19); d) y los discípulos distribuyen el pan, todos quedan satisfechos y aún sobran doce cestos (19-21).
● El texto consta de cuatro
escenas: a) La muerte del
Bautista (14,1-12) impulsa a ● Conviene resaltar que toJesús a subir a la barca y dos los evangelistas descriretirarse a un lugar tranqui- ben la multiplicación de los
lo; la gente le sigue por tie- panes [(Lc 9,10-17; Jn6,1-15);
y Mateo (Mt 14,13-21; 15,32-39)
y Marcos (Mc 6,30-44; 8,1-10) lo
cuentan dos veces.] El testimo-
nio múltiple de fuentes y la
coherencia con el tema de
las comidas de Jesús avalan
su historicidad, sin restar
una micra a su mensaje
teológico (vinculado en estrecha conexión con la institución de la Eucaristía:
“Tomó el pan, elevó los ojos
al cielo, pronunció la bendición y lo repartió”).
Notas para fijarnos en el Evangelio

Es necesaria la referencia a los
versículos 1-12: donde se recuerda el
nerviosismo de Herodes, que ve en Jesús un Juan resucitado (Juan le reprochó su adulterio). El sentido Teológico:
el adulterio, es figura de la infidelidad a
Dios (12,39). Surge un paralelismo entre la Hija de Jairo y la de Herodías
(muchacha), ambas figuras del pueblo
sometido a los dirigentes. Al dar estos
su fidelidad a Herodes (poder tiránico y
asesino) se han hecho infieles a Dios.
El pueblo sometido (la hija), sin iniciativa ni decisión propia (dependiente de
la madre), se esfuerza también en
complacer a Herodes.

Así las cosas, la situación, es
amenazante para Jesús. Él se aleja
del escenario del peligro. Recordemos
que Herodes le busca para matarle y Él
huye a Egipto (Mt 2,13-14); regresa a
Judea pero, por miedo a su rey Arquelao, se retira a Nazaret (2,19-23); cuando oye que han encarcelado a Juan, se
refugia en Galilea (4,12); si los fariseos
deciden matarle, se marcha de allí
(12,14-15); y al enterarse de la muerte
del Bautista, sube a la barca y llega a
un lugar desierto y tranquilo (14,3-13).
Está claro, Jesús no busca la muerte, y
otra cosa es que la crucifixión sea el
final coherente con su misión.

Jesús no enseña a las multitudes, ciegas y sordas, el mensaje
(13, 14 ss). Se le conmueven las entrañas y les muestra su amor
(curaciones). El verbo griego significa
tener misericordia, sentir compasión,
partirle a uno el corazón ante el sufrimiento ajeno, interiorizar el dolor que a
otro aplasta. Los discípulos, por el contrario, aparecen como insolidarios
(15): “es tarde…/… que vayan y compren”.
 El diálogo entre Jesús y los discípulos (vv.15-18) pone de manifiesto
la actitud poco caritativa de los discípulos ante la gente desfallecida, le sugieren que les despida. Lejos de esta solución (en parte realista, económica y
para ellos cómoda) Jesús les hace una
propuesta alternativa. Que frente al
“comprar” (que es someterse a las leyes económicas de la sociedad que los
ha mantenido en la miseria), les propone “el darles vosotros” (16), les invita a
poner en común lo poco que tienen:
“cinco …/… y dos…”. Jesús cuenta con
ello y les manda “Traédmelos”. Hacer
notar el juego simbólico de cinco más
dos = siete, totalidad del alimento disponible.

Jesús, rodeado de sus discípulos, les manda -con autoridad- que
la muchedumbre se siente (recostarse) sobre la hierba (19). Algunas
palabras importantes: “recostarse” es
la postura de los hombres libres; la
“bendición” desvincula el pan de sus
poseedores humanos para considerarlo
don de Dios; “repartir el alimento” es
continuar la generosidad divina; “se
saciaron” resuena la Bienaventuranza
(5,6): “Dichosos los que tienen hambre
y sed de justicia, porque ésos van a ser
saciados”; “Doce cestos de sobras”:
compartiendo se saciaría el hambre de
Israel.

Es fácil ver en este milagro una
anticipación de la Última Cena, que en
cada Eucaristía revivimos. ¿nos suena?

Pero, Jesús termina alejando a
los discípulos del contacto con las
multitudes (22), para evitar el falso
mesianismo triunfal (22). Y termina con
esa primera mención de un espacio de
oración de Jesús (23ª); no olvidemos
que antes (19) ora “elevando los ojos al
cielo”, indicando la oración dirigida a
Dios, pero con el color especifico de
dar gracias y bendecir. ¿Qué hará ahora?
“El Evangelio en medio de la vida”
(Domingos y fiestas del ciclo-A)
José María Romaguera
Colección Emaús
Centro de Pastoral Litúrgica

Ruego para pedir el don de com-
prender el Evangelio y poder conocer
y estimar a Jesucristo y, así, poder
seguirlo mejor

Apunto algunos hechos vividos es-
ORACIÓN del PAN
Danos el pan de cada día,
danos arrestos para trabajar la tierra
y sembrar y cosechar
y repartir y comer.
Danos lo de cada día,
no lo de mañana o pasado mañana,
para que no confiemos
en nuestras seguridades,
sino en Ti y en tu providencia.
ta semana que ha acabado

Leo el texto. Después contemplo y
subrayo.

Ahora apunto aquello que descubro
de JESÚS y de los otros personajes,
la BUENA NOTICIA que escucho...veo.

Jesús ve los peligros e intenta esquivarlos (vv.13.22)

Y vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi
entorno... desde el Evangelio ¿veo?

¿Qué “multiplicaciones” de vida he
encontrado (gente que comparte, que
se da, que acoge…) ...

Llamadas que me hace -nos hace-
el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso.

Plegaria. Diálogo con Jesús dando
gracias, pidiendo...
Arranca de nosotr@ s la ambición,
para que no acaparemos lo de otr@ s,
ni despojemos a nadie de lo suyo,
sino que sepamos respetar y colaborar.
Líbranos del egoísmo.
No nos dejes caer en el egoísmo,
ni en el etnocentrismo o el racismo.
Concédenos un corazón nuevo
para poder llamarte cada día "Padre/
Madre",
para poder llamar a todo el mundo,
"hermano", "hermana",
y para ser herman@ s repartiendo,
compartiendo,
sentad@ s a la misma mesa en este mundo,
para sentarnos Contigo
en la Mesa de tu Reino. Amén.
esús”
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VER
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esde hace tiempo escuchamos ensalzar
los beneficios que la dieta mediterránea
tiene para la salud, y que incluso en países
que no la tienen buscan fomentarla por lo saludable que es. Por lo que desde hace unos
años, expertos en nutrición advierten de las
consecuencias que está teniendo el abandono
progresivo de la dieta mediterránea en las familias. Unas veces son las dificultades económicas y laborales, que hacen que se utilice
comida rápida, precocinados, alimentos industriales… ante las dificultades de conciliar le
vida familiar. Otras veces se abandona simplemente por comodidad o por seguir una moda. Y nos alimentamos con productos que no
proporcionan los beneficios de la dieta mediterránea.
JUZGAR
ACTUAR
tual” estamos siguiendo. Porque junto a
la fe cristiana hoy encontramos otras
“espiritualidades”, en algunos aspectos
quizá más atrayentes, o simplemente
más novedosas y más “de moda”, y son
numerosas las personas que las siguen.
Incluso entre los propios cristianos no
faltan quienes mezclan elementos de la
espiritualidad cristiana con elementos de
otras espiritualidades, buscando sucedáneos, una vivencia de la fe más “bonita”,
más satisfactoria para los sentidos, más
individualista… dejando de lado e incluso
olvidando lo específico y completo de la
espiritualidad cristiana.
Por eso debemos sentirnos cuestionados
por la pregunta que hemos escuchado
en la 1ª lectura: ¿Por qué gastáis dinero
en lo que no alimenta? ¿Y el salario en lo
que no da hartura? ¿Esas otras “dietas
espirituales” nos hacen sentir bien alimentados, satisfechos?
Jesús nos ofrece su “dieta”, según lo que
también hemos escuchado en la 1ª lectura: Escuchadme, atentos y comeréis
bien, saborearéis platos sustanciosos.
Además, la “dieta de Jesús” está al alcance de todos, no hay excusas para
privarse de ella: también los que no tenéis dinero; venid… comed sin pagar.
Y como hemos escuchado en el Evangelio, con la “dieta de Jesús” comieron todos hasta quedar satisfechos. Incluso
hubo de sobra: recogieron doce cestos
llenos de sobras.
La “dieta de Jesús” consiste en un “plato
único”: la Eucaristía. Y ese “plato” tiene
también un único ingrediente: Él mismo,
que es la personificación del Amor de
Dios, como hemos escuchado en la 2ª
lectura. Él mismo se entrega en la Eucaristía para ser el alimento comunitario
de todos los que en su vida se sienten
hambrientos, sedientos, pobres…
Y si seguimos la “dieta de Jesús”, descubriremos sus múltiples efectos beneficiosos, sentiremos bien alimentado nuestro
espíritu y experimentaremos lo que hemos escuchado en la 2ª lectura: ¿Quién
podrá apartarnos del amor de Cristo? En
todo esto vencemos fácilmente por
Aquél que nos ha amado...
¿Cómo alimento mi espíritu? ¿Sigo la
“dieta de Jesús”, o me la salto a veces,
o bien busco otras “dietas espirituales?
¿Acudo a la Eucaristía como un verdadero hambriento y sediento? ¿Me hace
sentir satisfecho? ¿Me siento “fuerte”
para afrontar la vida sabiéndome unido
a Cristo y a la comunidad?
La Eucaristía es el Sacramento del
Cuerpo y Sangre de Cristo, su presencia real. Es Cristo mismo que, con amor
y por amor, se nos da como alimento.
Sigamos la “dieta de Jesús”, para que
nuestro espíritu esté lo mejor alimentado posible; no vamos a encontrar otro
“alimento” comparable.
No tenemos excusa para no seguirla,
porque está al alcance de todos. Aprovechémosla. Además, así seremos también capaces de dar de comer a otros,
como nos pide el Señor, para que fuertes con la fuerza de la Eucaristía
(oración final de la Misa por los Laicos)
descubramos que realmente, como decía san Pablo, por difíciles que sean las
circunstancias de nuestra vida, las incertidumbres, los problemas… nada ni
nadie podrá apartarnos del amor de
Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.
oy la Palabra de Dios nos invita a
ómo cuido la alimentación de mi
H
reflexionar acerca de cómo alimen- ¿C cuerpo? ¿Sigo la dieta mediterrátamos nuestro espíritu, qué “dieta espiri- nea o me la salto, o sigo otras dietas?
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