El contrabajo y la maquina parlante

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EL CONTRABAJO Y LA MÁQUINA PARLANTE
por Joe Bunny
E
l jazz es principalmente un arte basado en la improvisación, por eso la mayor
parte de su historia no está escrita, sino grabada. De las primeras grabaciones
es de donde los artistas actuales han obtenido su educación, la tradición del
instrumento, y muchas satisfacciones.
Se cree que el jazz empezó a grabarse en 1917, cuando la Original Dixieland Jazz
Band tocó por primera vez ante los “cucuruchos” de las primeras máquinas de
grabar. El éxito de estas grabaciones podría haber impulsado la aparición de
otras nuevas inmediatamente, pero las compañías tardaron en reaccionar. Las
excepciones fueron Emerson Records, que en 1918 y 1919 presentó 40 tomas de un
grupo llamado Louisiana Five, y Ory Sunshine Records, que produjo en 1922 las
primeras grabaciones de los Memphis Five.
Las primeras grabaciones importantes de jazz no se hicieron hasta 1923, cuando
la King Oliver’s Creole Jazz Band, que incluía al primer gigante del jazz, Louis
Armstrong, tomó parte en seis sesiones de grabación: dos para Genett (el 6 de
abril y el 5 de octubre), una para Columbia (15 y 16 de octubre) y una para
Paramount (probablemente el 24 de diciembre).
Ese año, el Talking Machine Journal informaba en su número de noviembre:
“...durante más de dos años, el volumen de ventas de discos (de blues) ha
aumentado significativamente, lo que ata a la Columbia Gramophone Company”. En
la época, en efecto, se dispararon las ventas. La producción norteamericana pasó
de 27 millones de dólares en 1914 a 158 millones en 1919. (Según la Asociación
de la Industria de Grabación, en el primer semestre de 1984 las ventas fueron de
1,93 billones de dólares).
Sin embargo, el debut del contrabajo en las grabaciones de jazz debería
retrasarse todavía debido a la ineficiencia de las primeras máquinas de grabar
usadas en 1923. Para grabar, los artistas debían cantar o tocar en un cucurucho
(parecido a la famosa imagen del perro y la gramola, del anagrama de Victor), lo
que concentraba el sonido en un pequeño diafragma, haciéndolo sonar, el cual
activaba la aguja que tallaba los surcos del disco. Los resultados de este
aparato rudimentario no eran muy satisfactorios, produciendo fastidiosas
resonancias y una gran cantidad de ruído de frecuencias altas. Se necesitaban
sonidos muy potentes, y los productores arrinconaron el contrabajo en favor de
la tuba, o “helicon”, como la llamaba Joe Venuti.
Para complicar más la evolución, en muchos grupos de jazz, el contrabajo y la
batería empezaban a funcionar como una sola entidad. En muchas grabaciones de
jazz se escucha al contrabajo y la batería - Paul Chambers/Jimmy Cobb, Sam
Jones/Louis Hayes, o Jimmy Garrison/Elvin Jones, etc.- tocar tan empastados que
el sonido de cada instrumento se subordina a la textura del conjunto.
Como resultado de esto, el desarrollo del contrabajo en las grabaciones de jazz
fue influenciado por los siguientes inventos: el pedal de bombo de William
Ludwig; los revolucionarios platos de Avedis Ziljian, que parecían papel de
fumar en comparación con los anteriores; y la radio.
El pedal de bombo (junto con el del charles, que apareció más tarde) liberaba
las manos del batería para tocar otros tambores y mantener un ritmo constante en
los platos, que se conocerían como “crash” y “ride”. Esto hizo posible el
empaste entre el bajo y la batería que se da por supuesto en el jazz de hoy en
día. (Gene Kruppa es considerado el primer batería en montar los platos en un
soporte, y es el primer batería en las grabaciones al que se le oye usar
el
plato “ride” con frecuencia). El concepto del “Walking bass” (Bajo caminante)
era ahora posible.
Avedis Ziljian descubrió la forma de fabricar platos que emitían un delicado
“ping” con la baqueta, lo que contribuyó a la evolución de la simbiosis de
bajo/batería. En casi todas las grabaciones actuales se puede escuchar en cada
tiempo, cada negra, la penetrante fusión de bajo+plato+bombo. Esta unidad es lo
que proporciona el swing, y como dice Duke Ellington “no vale nada si no tiene
swing”.
Ni el pedal de Ludwig ni los platos de Zildjian solucionaron la dificultad de
grabar el contrabajo. Pero en 1925 la radio se estableció como medio de
entretenimiento, lo que propició varios avances tecnológicos. Con la invención
del micrófono de condensador, el cucurucho en el que se grababa fue a parar al
cubo de basura. Por fin la orquesta se podía grabar con un grado de fidelidad
considerable, y el contrabajo podía reclamar su puesto en las bandas de jazz.
Mientras tenía lugar todo esto, el primer gran contrabajista de jazz, George
“Pops” Foster había comenzado a explorar y ampliar las posibilidades del
instrumento. “Contemplar la carrera de George “Pops” Foster produce vértigo,
porque abarca desde Congo Square hasta John Coltrane, setenta años”, escribió B.
Turetzky en su introducción a Autobiography of Pops Foster, New Orleans jazzman.
“Foster fue el primer contrabajista famoso en el jazz, y trabajó con casi todos
los grandes, incluyendo a Louis Armstrong, Sidney Bechet, Duke Ellington, Earl
Hines y Charlie Parker. (...)
En 1924, Foster realizó sus primeras grabaciones con los Charlie Creath’s JazzO-Maniacs en St. Louis, pero tocando la tuba, no el contrabajo. Sólo en 1929
hizo su primera grabación en el contrabajo, tocando el 5 de marzo con Louis
Armstrong and His Savoy Ballroom Five en Nueva York. Foster grabó 14 discos ese
año, todos con el contrabajo.
Aunque fue el más importante, Foster no fue el primer contrabajista en grabar.
Podemos escuchar a John Lindsay con Jelly Roll Morton en Black Bottom Stomp
(de la colección Smithsonian de jazz clasico), grabado en 1926. El 6 de octubre
de 1927, Duke Ellington y su orquesta graban Black and Tan Fantasie y Washington
Wobble (Victor 24861) con el potente sonido de Wellman Braud al contrabajo.
Otros contrabajistas que pueden escucharse en las primeras grabaciones son
Steve Brown (con Bix Beiderbeck), Harry Goodman (con su hermano Benny), Jim
Lanagan y Bass Edwards. Pero con las grabaciones de Pops Foster en 1929, el
contrabajo había aparecido de verdad.
En los años siguientes, han grabado tantos grandes contrabajistas que
enumerarlos a todos sería imposible. Otros han tocado mucho y bien durante sus
carreras, pero aparecen poco o nada en las grabaciones. Cualquier lista de
contrabajistas sería en seguida difícil de manejar. Un acercamiento sería, en mi
opinión, comenzar enumerando las grabaciones donde los contrabajistas son los
líderes o artistas invitados; pero incluso esto no es satisfactorio. Por
ejemplo, el primer album como solista de Paul Chambers 1st. bassman (VJ 3012),
aunque es un disco maravilloso lleno de inspiración e invención, no es
verdaderamente representativo del importante y variado trabajo que realizaría en
los álbumes de muchos otros artistas, particularmente Cannonball Adderly.
Finalmente decidí que lo mejor que podía hacer es una lista e invitar a otros a
completarla. De manera que aquí tenemos (con mis disculpas para quien pueda
faltar) una lista de contrabajistas de jazz que aparecen en grabaciones:
En Chicago, el 19 de noviembre de 1935, el contrabajista Israel Crosby grabó
Blues of Israel con la orquesta de Gene Krupa. El contrabajista Horace Rolling
grabó con la banda de Krupa en el 38 y 39 y Biddi Bastien en 1939, 40 y 41. Una
década más tarde Crosby seguía siendo un sólido miembro del trío de Ahmal Jamal,
que realizó un gran número de grabaciones, incluyendo dos excepcionales
versiones de Poincianna. Crosby y Vernell Fourier muestran una remarcable
empatía al proporcionar la textura bajo/batería en muchas de estas grabaciones.
El 28 de octubre de 1938, John Kirby llegó a ser el primer contrabajista
notable que grabó exclusivamente con su propio nombre. Entre las muchas
grabaciones de John Kirby y los Onix Club Boys in York había varias piezas
jazzísticas basadas en composiciones clásicas. En el sexteto estaban el
trompetista Charlie Shavers, el saxo alto Russell Procope, el clarinetista
Buster Bailey, el pianista Billy Kyle y el batería/cantante O’Neil Spencer literalmente una banda de all-stars.
En 1938, el contrabajista Bob Haggart y el batería Ray Badouc, miembros de Bob
Crosby and the Bobcats, grabaron el célebre Big Noise From Winettka, en el cual
Badouc toca las
cuerdas del contrabajo con baquetas. Verdaderamente un buen
contrabajista, Haggart grabó con mucha frecuencia, primero con los Bobcats y
después con Yank Lawson y The World’s Greatest Jazz Band.
En el mismo año, Slam
y voz, grabó Flat Foot
años 40 Stewart hizo
Charlie Parker, Dizzie
Stewart, que perfeccionó la unión de contrabajo con arco
Booguie con el multiinstrumentista Slim Gaillard. En los
cientos de grabaciones con Art Tatum, Benny Goodman,
Gillespie, Red Norvo y Lester Young, entre otros.
En 1938 Jimmy Blanton entró en la orquesta de Duke Ellington reemplazando a
Billy Taylor, y sus ágiles y articulados pasajes llevaron al contrabajo a
alturas solísticas jamás imaginadas. Murió cuatro años después a la edad de 23
años, dejando una marca indeleble en la historia del jazz. Fue sustituido por
Junior Raglin.
Tras los pasos de Blanton aparece el gran Ray Brown, que grabó con la orquesta
de Dizzy Gillespie una composición propia titulada One Bass Hit, que llegó a ser
un clásico del jazz. Brown y el batería Kenny Clarke fueron la primera sección
rítmica del Modern Jazz Quartet. De 1955 a 1965 Brown grabó intensivamente, con
el trío de Oscar Peterson, con el guitarrista Herb Ellis, y después con
Ed
Thigpen a la batería. Las interpretaciones de Brown en los álbumes superventas
de Barney Kessel y Shelly Manne, así como su primer álbum en solitario, Bass Hit
(Verbe 8022), son de obligada escucha para los contrabajistas. Brown también
colaboró con Duke Ellington en un álbum muy especial llamado This one’s for
Blanton (Pablo 2310-721) grabado en 1973.
Otros contrabajistas con un número prodigioso de grabaciones a sus espaldas
fueron Milton “the Judge” Hinton, Charlie Mingus y Oscar Pettiford, Paul
Chambers y Sam Jones. En 50 años de constantes grabaciones, comenzando con
Cab Calloway en los años 30, Hinton ha tocado prácticamente con todo el mundo.
Mingus grabó más de 30 discos entre 1955 y 1979. Pettiford grabó entre 1945 y
1959 con Duke Ellington, Coleman Hawkins y Woody Herman, entre otros líderes, y
con otros contrabajistas como Harry Babasin en un álbum de 1953 llamado Oscar
Pettiford (Imperial EP 122), y Red Mitchell en 1955: Jazz Mainstream
(Bethlehem).
Chambers y Jones tienen sus propios álbumes como solistas, pero donde podemos
escucharles mejor es en grabacines antológicas de otros solistas. Chambers y el
batería Jimmy Cobb trabajaron juntos en numerosos grandes álbumes. Entre muchas
apariciones con Miles Davis entre 1955 y 1962 podemos destacar Kind of Blue
(Columbia C-58163). Chambers tambien grabó numerosos discos con John Coltrane,
siendo un buen
ejemplo Giant Steps (Atlantic 1311), con Art Taylor a la
batería. Entre los muchos discos de Sam Jones con Cannonball Adderly no podemos
dejar de nombrar The Chant (Riverside 358/9358), grabado en 1961 y Down Home
(Riverside 4 32/9432), en 1962. Este último presenta a Jones al cello y cuenta
con los contrabajistas Israel Crosby y Ron Carter.
Scott La Faro, a pesar de haber fallecido en 1961 a los 25 años, vivió lo
suficiente para crear la escuela del contrabajo moderno. Sus grabaciones con el
trío de Bill Evans, realizadas entre 1959 y 1962 han llegado a ser libros de
texto de la forma de tocar en trío, y no hay mejor ejemplo que el álbum de 1962
Sunday at the Village Vanguard (Riverside 6201). No deberíamos pasar por alto el
trabajo de Richard Davis en las grabaciones con la big band de Thad Jones/Mel
Lewis entre 1965 y 1970.
Ron Carter, Stanley Clarke y Niels Henning-Orsted Pedersen han alcanzado
recientemente el status de contrabajistas que graban álbum tras álbum. En los
últimos 25 años Carter ha grabado con casi todos los
artistas de jazz
importantes. La forma de tocar de Stanley Clarke en el disco de Chick Corea
Light as a Feather (Polydor PD 5525) es, como poco, asombrosa. A Pedersen
podemos escucharle en muchos de los discos de Oscar Peterson para Pablo. Oscar
Peterson-the bassits: Ray Brown & Niels Pedersen (Pablo 2308-213) es un ejemplo
interesante.
Muchos contrabajistas han sido poco menos que invisibles en los discos. Trigger
Alpert es considerado un gran contrabajista, conocido por su trabajo en estudio
y sus apariciones en radio y televisión, pero su único LP - verdaderamente una
pieza de coleccionista- es Trigger Happy (Riverside 12-225). Grabado en 1956,
presentaba a los grandes saxofonistas Zoot Sims y Al Cohnn.
El primer álbum de Stan Kenton Artistry in Rythm, grabado para Capitol a
mediados de los 40, contiene una relativamente oscura pero deliciosa composición
-Safranski- llamada así por su compositor, arreglista e intérprete Eddie
Safranski.
Como excelente recopilación de obras de los principales contrabajistas, resulta
difícil de batir a The Bass, un set de tres discos producido en 1975 por Ed
Michell y Steve Backer en ABC/Impulse Records (ASY-9284-3). Contiene una
historia analítica de las principales corrientes en el desarrollo rítmico y
armónico de la sección de ritmo en el jazz. The Bass puede obtenerse por 6.95$
(precio de 1984) en Double Time Jazz, 1211 B Aebersold Drive, New Albany,
Indiana 47150. El catálogo de la compañía, que incluye cientos de grabaciones de
jazz es interesante y formativo, con los precios más bajos que he encontrado.
(Le pagan, n. del t.)
En resumen:
- 1917: The Original Dixieland Jazz Band realiza la primera grabación de
jazz.
- 1923: Louis Armstrong, con la King Oliver Creole’s Jazz Band hace las
primeras grabaciones importantes.
- 1925: El pedal de bombo Ludwig, los platos Zildjian (junto con la inventiva
de Gene Krupa) y el micro de condensador de la radio contribuyeron a la
simbiosis entre el contrabajo y la batería e hicieron posible la grabación
del contrabajo.
trad.: A. Portela
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