UNA ESTRUCTURA VITAL LA FAMILIA Mensaje a la Familia non lorem et massa maximus lobortis in quis nulla. Cras id ipsum aliquet, bibendum dolor ac, suscipit UNA ESTRUCTURA VITAL – LA FAMILIA Hoy día, la razón de ser de la familia pareciera perderse en un mar de intereses sociales, económicos y políticos que, por momentos ocupan los titulares de los medios de comunicación y por ende, nuestra atención. Pero la Biblia enseña el propósito de la familia en un lenguaje no sólo sencillo sino penetrante. La creación de la primera familia, la constituida por Adán y Eva, tuvo como razón primaria el que el ser humano no estuviese solo (Génesis 2:18). Aunque muchos han visto en esto únicamente la necesidad del cónyuge (Génesis 2:24), la declaración divina es mucho más abarcadora y poderosa. La familia se convierte en un núcleo vital al que cada ser humano puede y debe pertenecer y evitar de esa manera la soledad deprimente y robadora de vida que nos hace más vulnerables a los ataques del enemigo de nuestras almas. Observemos que el factor compañerismo es fundamental en la relación familiar: a. En la pareja, desde el momento del matrimonio, cuando abandonan a sus respectivos padres para constituir un nuevo núcleo familiar, queriendo ser una “sola carne” formada por dos personas que renuncian a sus sueños individuales para perseguir las metas corporativas de la familia (Mateo 19:5-6). Notemos que cuando uno de los miembros viola el compromiso de ser parte exclusiva del núcleo familiar (Hebreos 13:4), crea todo tipo de desajustes tanto en sí mismo como en su pareja, lo que puede llevar aún a la ruptura del núcleo. b. En la crianza de los hijos, en la medida en que les brindamos amor y atención desde que nacen, cuidando de ellos y alimentándolos para que puedan llegar a ser adultos capaces de enfrentar los desafíos de la vida por sí solos (Efesios 6:4b). Notemos que cuando uno o ambos padres se ausentan de la vida de los hijos, sea por la razón que fuese, esto crea un desbalance en la formación psicológica del muchacho que no puede compensarse por medios naturales. Por otro lado, también es la familia la que tiene la misión primaria de la enseñanza y fortalecimiento de los valores que, debiendo fundamentarse en la Biblia, permitan a nuestras naciones desarrollarse y alcanzar los propósitos que Dios decretase para cada una de ellas. Así, es el hogar el que influye en nosotros la adopción de valores tales como: a. Amar a Dios con todo el corazón y fuerzas (Mateo 22:27-38) en contraste con la creciente actitud atea que rechaza de plano a Dios o de conveniencia religiosa que pretende “usar a Dios” en momentos de necesidad. b. El amor al trabajo honesto (1 Tesalonicenses 4:11-12) en contraste con un deseo creciente de enriquecimiento rápido por medios ilícitos y la exaltación de la ociosidad, aún con ribetes religiosos. c. El ser personas de integridad (Salmo 15:1-5; Proverbios 20:7) en contraste con la actitud oportunista dispuesta a violar cualquier principio con tal de lograr beneficios personales o grupales. d. Amar a nuestras comunidades y nación (Génesis 12:2-3; Filipenses 2:3-4) en contraste con la mentalidad egoísta de “sálvese el que pueda”, que concede poca o ninguna importancia a los intereses de los demás. Nuestras familias son vitales no sólo para la nación y la comunidad sino también para la Iglesia… por lo que debemos convertir nuestras familias en bastiones de fe y justicia. ¡Adelante!