Sexualidad yóguica plena()

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Cuidados y consideraciones para una sexualidad plena desde el punto de vista yóguico
Maduración
Antes de pensar en una relación sexual, debes estar consciente de que, sí eres mujer, tu cuerpo madura
sexualmente a los 21 años, y si eres hombre, a los 24. Recuerda que si comienzas antes tu vida sexual,
y más aún, si eres mujer y ejerces tu actividad reproductiva antes de esa edad, forzarás intensamente tu
organismo. Ni la médula de tus huesos, ni tu sistema nervioso central, ni tu sistema glandular y
endocrino habrán madurado, y esto te traerá muchos problemas posteriores. Cuando los líquidos
sexuales se dejan madurar en el organismo, se reabsorben y nutren la médula, los sistemas nervioso y
glandular y a todos los órganos del cuerpo.
Compromiso
Construye tu vida sexual en una relación de compromiso. El compromiso te crea carácter y te madura
psicológicamente. Esto es especialmente importante para el hombre, quien tiene mayor dificultad para
comprometerse con el tiempo y el espacio. Para la mujer, la seguridad que ofrece el compromiso es
vital.
La relación de todos los días
Tu vida sexual será tan exitosa como lo sea tu relación cotidiana. Honestidad, respeto, comprensión y
tolerancia son la base de la convivencia y debería ejercerse en una comunicación consciente y
armoniosa. Es importante romper los esquemas que bloquean la entrega y el disfrute de compartir la
vida y el cuerpo.
Tiempo para entonarse
Para el hombre es mucho más sencillo centrar su mente y su energía en una relación sexual. La mujer
necesita más tiempo para desconectar la mente de sus múltiples carriles de atención, relajarse y
entregarse a la actividad sexual. Se recomiendan 72 horas para preparar el encuentro. En este tiempo
hombre y mujer deben comer ligero. Es vital que el estómago no esté lleno y que el colon no esté
constipado durante la unión. Si esto ocurre, la energía pélvica estará bloqueada y el placer y la
relajación serán pobres. Durante el periodo de 72 horas se prepara la química del sistema nervioso, en
especial la de la mujer y hay oportunidad de construir los detalles y la actitud que los acercará a una
magnífica experiencia.
Preparar el espacio
El encuentro sexual de una pareja es un acontecimiento muy importante y merece un espacio agradable.
Debe cuidarse todo lo que afecte los sentidos. Se recomienda quemar incienso o rociar el ambiente con
un aroma que estimule la sensualidad. La luz debería ser de tonalidades suaves y cálidas como rosa,
rojo y naranja. Favorece la comodidad y la sensación de acogida escuchar música suave, a su vez
rítmica y relajante. Las telas suaves y cojines favorecen el tacto.
El juego sensual
Un encuentro sexual requiere de tiempo suficiente para acariciarse, comunicarse, expandir la energía,
activar los chakras, abrir el corazón unir las auras y lograr el gran sueño de los amantes: un alma en dos
cuerpos. Los puntos lunares son primordiales para estimular el cuerpo de la mujer y hacer que ella
expanda su aura para nutrir y depurar el aura de su hombre. Aunque el orden de la estimulación puede
variar, se recomienda comenzar por el contorno de los pechos para abrir el chakra del corazón y abrir
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su segunda línea de arco, que la animará a relacionarse amorosamente. Las membranas: la boca, el
clítoris y la vagina, deben estimularse al final del ciclo de caricias. Es importante que la vagina sea
estimulada cuando todos los otros puntos hayan sido ya acariciados.
Las zonas erógenas a estimular en el cuerpo del hombre son: la cabeza y el pelo, la boca, el cuello y la
espalda, las cadera y la parte interna de los muslos, el pecho, las tetillas y la zona alrededor del
ombligo, los testículos, el pene y el borde de la cabeza del pene. En el hombre, el orden es cosa de
intuición y creatividad y el pene no es el final de la lista. Mil caricias más pueden ser inventadas, pero
las mencionadas no deben faltar.
Comunicarse lo que les gusta o les incomoda es vital para una buena relación. Yogui Bhajan dice en la
relación sexual, hombre y mujer tienen la libertad de fantasear, crear e inventar todo lo que quieran. Lo
único que deben cuidar es que nada los degrade, los dañe o destruya su espacio sagrado.
El orgasmo
Es conveniente que la mujer logre uno o dos orgasmos de clítoris antes del orgasmo principal y que
éste sea simultáneo al orgasmo del hombre, quien debe eyacular una sola vez, ya que la eyaculación
consume enorme cantidad de energía. Recordemos que cada gota de semen se construye con 80 gotas
de sangre y cada gota de sangre con 80 bocados de comida nutritiva.
Las posiciones convenientes para lograr un buen orgasmo dependerán mucho de la posición del clítoris
en el cuerpo femenino. Más de la mitad de las mujeres tiene el clítoris ubicado muy al externo de la
entrada de la vagina, y por esto no alcanza a ser bastante estimulado por la penetración. Si esto ocurre,
es necesario el estímulo manual para lograr un orgasmo clítórico. Después de éste, se facilita mucho el
orgasmo vaginal.
A menudo la mujer no conoce la posición de su clítoris. Debe observarse para saber cuál es su manera
de estimulación más efectiva y no debe temer solicitarla a su compañero.
Después del orgasmo
Durante la unión sexual se han amalgamado los campos electromagnéticos, se han hecho por un
momento uno solo. Por esto la pareja no debe separarse abruptamente sino quedarse unida unos
momentos más, comunicándose con palabras y caricias, dejándose estar en la unión.
Cuidados después de la relación
Para el hombre es importante lavar el pene y orinar. Si no desaloja la vejiga, la presión de este órgano
puede dañar la próstata, con todos los problemas que esto conlleva. Al orinar, tanto el hombre como la
mujer cambian la polaridad de su respiración y esto los ayuda a relajarse y reconstruir su energía.
Es muy conveniente beber un té relajante, como el yogui té y unas horas después leche de ajonjolí y
jengibre especial para varones, que ayuda a construir un semen de buena calidad.
Para la mujer es necesario un ritual un poco más largo, Ella, además de orinar, debe lavar los huecos de
su cuerpo con una toalla húmeda (atrás de las orejas, axilas, hueco del codo, atrás de las rodillas y
genitales. Si le apetece puede bañarse, pero sin mojar la espalda, para no estimular la médula espinal,
porque ello le causaría envejecimiento prematuro (sólo cuando se moja después del sexo). Debe
masajear la cara interna de sus piernas con aceite de almendras, cepillarse el pelo y los dientes.
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Finalmente, debe hacer un poco de respiración o yoga y meditar unos minutos, para limpiar su aura de
la neurosis que ha extraído del aura del hombre.
Frecuencia de las relaciones sexuales
En la vida yóguica se recomienda calidad en vez de cantidad. Una relación preparada es mucho más
intensa que una espontánea, requiere más tiempo, pero la satisfacción y relajación que ofrece es más
duradera. Sin embargo, la frecuencia de la relación será decisión muy propia de la pareja, de acuerdo a
sus temperamentos y necesidades.
Cuándo abstenerse
Durante la menstruación no es conveniente tener relaciones sexuales, ya que la mujer está en periodo
de depuración y su energía no está suficientemente fuerte para limpiar y nutrir el aura de su pareja, pero
esto es también decisión de la pareja.
Durante el embarazo, después de los 120 días de gestación hasta los tres meses después del parto, se
recomienda abstenerse de relación sexual por consideración al bebé gestante. Para la mujer esto no es
difícil, por encontrarse dentro de una experiencia profundamente espiritual. Para el hombre suele
resultar prácticamente imposible, a menos que lleve una disciplina yóguica o de gran rendimiento
físico.
Masticar vegetales crudos, reducir la proteína y evitar la comida estimulante ayudan a enfriar el área
pélvica y estar más relajado en cuanto a la exigencia sexual. Finalmente, esto también será decisión de
la pareja. Lo más importante es que cualquier cosa que decidan traiga bienestar y armonía para ambos.
Masturbación
Al hombre masturbarse le provoca demasiada tensión en el sistema que presiona el cerebro. La
masturbación ejerce tan poderoso efecto sobre la glándula pituitaria, que reduce la capacidad de
concentración. Durante la relación sexual y como parte de la estimulación, si finalmente llega al
orgasmo dentro de la mujer, no hay problema, pero masturbarse solo, sin intercambio con la energía
femenina, es muy inconveniente para el hombre. A la mujer, en cambio, si está sexualmente madura, la
masturbación no la perjudica de ninguna manera desde el punto de vista yóguico.
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