16 TARDA_40 TARDA.qxd 01/09/16 19:03 Página 16 TRIBUNA Por Joan Tardà i Coma* Otra oportunidad perdida para el PSOE 16 tencia, golpe de Estado, introducida por el Tribunal Constitucional. Y el Partido Popular regresó. Volvieron los que habían recogido firmas con el Estatut. Los mismos que no desfallecieron a la hora de alimentar entre las clases populares españolas la catalanofobia, diseñar la recentralización mediante hachazos a las competencias estatutarias, ahogar las finanzas autonómicas y desplegar una verdadera operación de españolización a través de Wert y otros personajes de desacomplejado nacionalismo. Y todo ello acompañado de la displicencia con que incluso Rajoy trató a sus potenciales colaboradores cuando le presentaron, a través de Artur Mas, una solución a manera de pacto fiscal. Luego uno se pregunta qué habrá entendido el PSOE de todo aquello. Al parecer nada que pudiera favorecer hoy un entendimiento con Catalunya. Considerar que puede ser compatible no autorizar la convocatoria de un referéndum para que la ciudadanía catalana decida sobre su futuro y liderar una solución de progreso ante los retos del sistema democrático español es, a nuestro entender, imposible. Ni estratégicamente ni tácticamente parece que este escenario de borrarse puede ser de interés para el PSOE. Por un lado, al soberanismo catalán nos aboca a la unilateralidad. Que se sepa que tenemos ya las herramientas para hacerla realidad: gobierno y mayoría parlamentaria independentistas. Por otra parte renuncia a ser una fuerza verdaderamente transformadora, o sea, capaz de asumir tantos riesgos como ambiciosa sea la intensidad de la transformación. Pero no nos engañamos. Tal como 5–11 de septiembre de 2016. nº 1166 F. MORENO Q ue nadie se engañe! Existe una alternativa a la mayoría conservadora. ¡Existe! Lo que no hay es un líder que se atreva a galvanizarla porque Pedro Sánchez es cautivo de sus miedos y de las prendas que arrastra su partido con ciertos poderes fácticos de cariz económico y mediático. Por esta razón nada va a cambiar, se dé o no una retirada de Rajoy para garantizarse la abstención socialista o se convoquen nuevas elecciones. Todo seguirá igual, es decir, con aquellos que nos han conducido a la actual desolación en la gobernación del Estado. Uno se pregunta por qué razón no podemos repetir lo protagonizado en 2004 cuando las izquierdas protagonizamos el entierro político del aznarismo. ¿Acaso no fue atrevida la posición de Zapatero en los primeros meses de su primer mandato? Recordarán las presiones sufridas entonces por haber pactado con los independentistas y la oposición desaforada del nacionalismo español alentado desde la ondas de la COPE. Las condiciones pactadas entonces también tenían un componente rupturista: garantizar la aprobación de un Estatut que marcara el patrón de lo que debería ser la senda del federalismo y, de otra parte, abrir en su momento un proceso de reforma constitucional para federalizar el Estado y debatir el reparto de las soberanías. Aquello salió mal, sin duda. El PSOE volvió a la senda de los pactos con los nacionalismos periféricos de centroderecha, y denunciando los pactos con el republicanismo. Posteriormente, todo evolucionó hasta el fracaso del Estatut a raíz del “cepillo” del señor Guerra y con la sen- No nos engañamos. Tal como me comunicó un alto dirigente socialista, ni por asomo contempla Pedro Sánchez un acuerdo con Podemos y el independentismo me comunicó un alto dirigente socialista, ni por asomo contemplan un acuerdo con Podemos y el independentismo. En todo caso, el republicanismo, que siempre se ha sentido concernido en colaborar y comprometerse con las izquierdas españolas, mantendrá la mano tendida a hacerlo posible. Ciertamente, los fracasos anteriores, aquellos que nos llevaron a afirmar que la España borbónica hoy por hoy parece irreformable, toman nueva vida a cuenta del posicionamiento del PSOE. Lo cual no deja de sorprender. Si en Gran Bretaña fue posible un acuerdo entre Londres y Edimburgo para convocar el referéndum cuesta entender que un sector mayoritario de la izquierda española se resista a negar tal referéndum al 80% de la población catalana que lo demanda. Difícil de comprender cómo una izquierda que pretende homologarse para el siglo XXI puede rechazar un empoderamiento ciudadano de tal magnitud. Incluso cuesta entender, aun cuando fuese por no alimentar la unilateralidad con que se actuará desde Catalunya atendiendo al empecinamiento de la derecha española ya no en negar el derecho a decidir, sino incluso a mantener una beligerancia contra Catalunya y su lengua verdaderamente irracionales. Bien, ésta continúa siendo la España mayoritaria de hoy que, desgraciadamente, tapa y no deja respirar a la España republicana y fraternal con Catalunya. ¡Otra oportunidad perdida para el PSOE! l *Portavoz del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso de los Diputados.