Nostalgia por aquellos cómics

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NUESTRO MUNDO
Fidencio Treviño
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Nostalgia por aquellos cómics
Fui, lo confieso, un lector asiduo de El libro vaquero y otros
cómics como Kaliman, que en 2015 cumplió 50 años de su estreno.
“Serenidad y paciencia”, se decía a sí mismo o a su amigo Solin
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e pronto la nostalgia invade a los que disfrutaron
de revistas semanales, años en que el ciudadano,
el habitante normal leía, se entretenía y disfrutaba las
historietas de dibujos en blanco y negro, en sepia y ya
después a colores, los llamados cómics que llenaban los
espacios de los puestos de revistas en cada esquina del
centro de muchas ciudades, inclusive a precios bajos en
tiempos en que nadie hablaba de la crisis, ni de salarios
mínimos o inflación, cuando México apenas rebasaba los
70 millones de habitantes y que nadie se perdía viendo
la “caja luminosa”, cuando el cine y las canciones eran
en un 95 por ciento de autores nacionales y latinos, así
como sus intérpretes; como ícono de ese tiempo estaban
las revistas de cómics que atajaban y cubrían el tiempo
que nunca fue perdido.
Fui, lo confieso, un lector asiduo de El libro vaquero
y otros cómics como Kaliman, que en 2015 cumplió 50
años de su estreno. “Serenidad y paciencia”, se decía a sí
mismo o a su amigo Solin, por el radio, desde 1963 y después en su versión impresa, cuya primera edición fue en
1965, y que llegó a tener un tiraje de cien mil ejemplares
por semana. Este personaje ficticio y mítico, Kaliman,
el hombre increíble, estudió en el Tíbet, luchaba contra
extraterrestres, vampiros, momias y otros cientos de
entes y monstruos; caballero con sus semejantes, galante con las mujeres, generoso con los niños e implacable
con los asesinos. Se calcula que vendió más de 100 millones de ejemplares.
Chanoc, otro cómic que apareció en 1959, una historia recogida de un pueblito de Veracruz llamado Ixtac.
Chanoc, el Tarzán mexicano, con su inseparable Tsekub
Baloyàn, entre otros personajes como Yambo y pata de
palo, apareció en 1959 hasta los años setenta.
Memín Pinguín salió en 1964 y llegó a tener tirajes
de hasta de 100 mil ejemplares por semana. La familia
Burrón, la inventora de los chilangos, integrada por don
Regino Burrón y su señora Borola Tacuche, sus hijos
Regino chico (el tejocote) y su hija Maruca. Tuvo mil 616
episodios contando los que salieron hasta 2009, aunque
la que cuenta es la edición de 1952 hasta 1978.
Para las damas, la época dorada de los cómics tal vez
fue Lágrimas y risas de Yolanda Vargas Dulché, que
también fue la creadora de Memín Pinguín. Esta revista tuvo resonancia en toda Latinoamérica, ya que
al igual que Santo, el enmascarado de plata, se hacía
llegar en gran volumen a Panamá, Colombia, Venezuela, el Salvador y Honduras, entre otros países de habla
hispana. Cientos de historias fueron abordadas en Lágrimas y risas, de entre las que sobresalen Yesenia, con
58 capítulos (1965-1966); Rarotonga (1973-1975), que
tuvo su segunda parte con 107 capítulos entre 1977 y
1979; María Isabel con 50 capítulos (1964); El Pecado de
Oyuki, con 137 capítulos, y la lista sigue y sigue.
Santo, el enmascarado de plata, una revista innovadora creada por José G. Cruz en 1952, usaba el fotomontaje llamado collage para montar animales y monstruos
dibujados en fotos con el Santo. Esta revista llegó a salir
hasta dos veces por semana con tirajes que rebasaban
los cien mil ejemplares, y tuvo casi 400 episodios. También estaban en puestos o estanquillos Los supersabios,
copia de una revista estadunidense, así como Superman, Batman, Archie, El llanero solitario, Tarzán, sin
faltar los de Walt Disney.
Era común el intercambio de revistas entre familias
y conocidos, así como llegar a una peluquería y ver un
montón de revistas. ¿Y qué me dicen de Los Supermachos y Los Agachados de Rius? En la actualidad estarían que ni mandados a hacer unos cómics de altura en
nuestra política… Pero la modernidad llegó como locomotora desgobernada y los distintos teléfonos móviles
acabaron no sólo con la lectura, sino que destruyeron
hasta nuestro precioso y florido lenguaje.
SIGLO NUE V O
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