Menos biodiversidad merma salud humana

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Menos biodiversidad merma salud humana
Fuente: El Universal
Lunes 26 de mayo de 2008
En un libro auspiciado por la ONU, más de 100 científicos documentan la delicada
interrelación entre organismos
La pérdida de biodiversidad tiene efectos perniciosos no sólo en lo económico,
ambiental, social o ecológico, como lo han determinado numerosas investigaciones,
sino también un impacto sustancial en la salud humana.
La acelerada extinción de especies y poblaciones no sólo merma el patrimonio natural
del planeta: al mismo tiempo priva a la ciencia médica de herramientas para la
caracterización, estudio y también tratamiento de enfermedades.
Por tal motivo, Eric Chivian y Aaron Bernstein, de la Universidad de Harvard,
decidieron documentar esta conexión inextricable con la edición del libro Sustainig
Life: How Human Health Depends on Biodiversity (Sosteniendo la vida: cómo la salud
humana depende de la biodiversidad), lanzado este mes por la Oxford University Press.
Dicha obra, auspiciada por el Programa Ambiental de la ONU y en la que colaboran
más de 100 científicos de todo el mundo, es un llamado de alerta sobre la forma en que
la intervención humana amenaza con desbalancear las delicadas interrelaciones entre
ecosistemas.
“Durante los últimos 50 años, nuestras acciones han resultado en pérdidas de una quinta
parte del suelo superficial, una quinta parte de las tierras aptas para cultivo, casi 90% de
las mayores pesquerías comerciales y un tercio de los bosques, mientras la población se
triplicó de 2.5 a 6.5 mil millones de personas”, escriben los expertos de la Escuela
Médica de Harvard en el prefacio del libro.
“Dañamos los hábitats de otras especies llevándolas a la extinción en una tasa cientos e
incluso miles de veces mayor que los niveles naturales. Según algunos biólogos,
vivimos la llamada ‘sexta gran extinción’. La quinta tuvo lugar hace 65 millones de
años, cuando al parecer un asteroide chocó contra la Tierra y terminó con los
dinosaurios. La actual la provocamos nosotros”, añaden los editores.
Ambos destacan siete grupos de organismos para ilustrar cómo su pérdida afectaría la
salud humana. Estos son: osos, tiburones, caracoles, coníferas, cangrejos, primates y,
sobre todo, anfibios, de los que está en peligro un tercio de las 6 mil especies conocidas,
con más de 120 extinguidas en las décadas pasadas.
El ejemplo más revelador es la extinción de dos especies australianas de rana
(Rheobatrachus vitellinus y R. silus), los únicos anfibios capaces de alojar crías en el
estómago.
Estudios preliminares encontraron en ellas una sustancia que inhibe la secreción de
ácido y peptina en dicho órgano, lo cual evita que digieran a sus vástagos. Pero la
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desaparición de ambas impidió indagar nuevos tratamientos contra la úlcera péptica en
humanos.
Suicidio ecológico
Otro hecho alarmante es el de los osos polares. Debido a la capacidad que tienen para
perder y ganar peso, además de su tejido adiposo característico, estos animales proveen
un modelo médico invaluable para investigar la obesidad. Pero podrían desaparecer si
este verano hay reducción drástica de glaciares.
Los casos abundan. Mas no habían sido bien difundidos porque es difícil rastrear la
compleja interacción entre seres vivos. “En la última década ha habido muchos
problemas de enfermedades emergentes (nuevas o ya controladas que surgen otra vez),
muchas provocadas por la pérdida de diversidad biológica”, asienta el científico
mexicano Gerardo Ceballos González.
El investigador del Instituto de Ecología (UNAM) recuerda que en su laboratorio
condujo un experimento con el cual determinó que la incidencia de infección por
hantavirus era mayor en los ambientes donde se redujo la biodiversidad de roedores,
pues los sobrevivientes fueron mucho más susceptibles a la enfermedad, que se
transmite al humano por contacto con esos animales.
En México, recuerda el doctor Ceballos, Lourival Possani en la UNAM estudió al
monstruo de Gila, uno de los dos lagartos venenosos que hay en el mundo y hoy
amenazado. Con su saliva se produjo uno de los medicamentos más importantes para
combatir la diabetes tipo 2.
Pero los beneficios a la salud no sólo derivan de sustancias extraídas del reino animal,
pues según el ecólogo, de las 25 mil especies silvestres de plantas que hay en el país,
sólo se han evaluado unas 300 para fines médicos. “Y a nivel mundial, hay 300 mil
especies vegetales, de las cuales se han estudiado 2 mil o 3 mil. El resto, dice, sigue ahí
para que podamos hacer las investigaciones pertinentes”.
Parte fundamental de Sustaining... es el concepto de “servicios ambientales”, que
Ceballos define como “aquellos beneficios que directa o indirectamente aportan las
plantas y animales al humano”. Éstos abarcan del balance adecuado de temperatura o
gases en la atmósfera, gracias a la interacción entre organismos, a los productos y
procesos que sustentan la alimentación, sanidad y en general la vida humana.
El experto subraya la importancia de enfocar el problema de la biodiversidad no sólo a
cuantificar la extinción de especies, sino también la de poblaciones, a la que considera
“un proceso mayor y más grave”, pues si sólo quedara un grupo de cada especie, se
acabarían los servicios ambientales. “Estamos perdiendo poblaciones de plantas y
animales. De las 5 mil especies clasificadas de mamíferos, se habían perdido más de
116 mil poblaciones a nivel global. Si hiciéramos una evaluación correcta (en lo
general), hablaríamos de millones de poblaciones perdidas”.
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