La sociedad del siglo XIX

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La sociedad del siglo XIX
En las décadas siguientes a la Revolución Francesa, la burguesía afianzó su poderío y decidió los
destinos económicos y políticos de las naciones. Esto impuso una nueva manera de ver la realidad:
la cosmovisión burguesa, que creyó en el progreso científico y tecnológico, es decir en la idea de
que el hombre domina un mundo en el que todo debe ser aprovechado en beneficio propio y
donde cada parte cumple su función en aras del progreso material. La historia, desde esta mirada,
presenta un desarrollo con una dirección única y precisa: el mejoramiento de las formas de la vida
humana mediante el dominio creciente de la naturaleza. Esta cosmovisión tuvo como pilares las
ideas de progreso y orden y encontró en una postura filosófica su expresión más completa.
Auguste Comte, filósofo francés que proponía analizar todos los fenómenos sociales desde una
perspectiva científica a partir de la observación de hechos y del establecimiento de leyes fue el
precursor de esta filosofía que imperó gran parte del siglo xix que se llamó positivismo.
En este contexto positivista, cada hecho, cada acción, cada idea debe ser, por sobre cualquier otra
opción, útil. El concepto de belleza por sí misma, entendido a la manera clásica o romántica, queda
relegado a la nada. El arte debe servir para algo, ser utilitario.
El progreso, que se inició gracias la industrialización y se potenció a partir de la tecnificación creciente
de la producción, engendró el nacimiento de una nueva clase social: el proletariado. Este nuevo grupo
viviría en las grandes ciudades en condiciones inhumanas, vendiendo su fuerza de trabajo por muy
poco y sin ninguna legislación que lo protegiera del abuso y de la explotación. Los artistas del siglo
xix, con su deseo de "servir" a la sociedad, observaron, describieron y denunciaron los males de su
tiempo. Y movidos por este afán de mostrar todo a todos, incluyeron en sus obras a representantes de
las clases sociales más bajas así como de la burguesía. El proletariado, el pobre, el marginal, tendrá su
lugar en el arte del siglo xix, lo mismo que los grandes burgueses.
Como forma literaria, es realista toda manifestación artística interesada en observar al hombre (y al
mundo) en sus dimensiones biológica, psicológica y social para mostrarlo de manera mimética, como
si la obra actuara de espejo. Así definido, el realismo es una forma literaria no exclusiva de una época
o región, es un estilo de ver el mundo y de representarlo que podemos rastrear y reconocer en obras
literarias de distintos autores, épocas, culturas que, a fines del siglo xix, constituyó el estilo más
puesto en juego, por ser también el más "necesario" ya que se imponía que las formas del arte
debían servir para conocer y comprender el mundo. Así, la novela -por sus capacidades
narrativas y descriptivas y su amplitud- constituyó el género más cultivado y leído, la forma
literaria que permitía una aproximación a la realidad que el artista quería lograr.
De este precepto que, los escritores realistas pretenden que su literatura sea espejo de la realidad
que los circunda y, para ello, recurren a la observación atenta y minuciosa del mundo que los
rodea. La reproducción exacta de la realidad les exige fidelidad en la descripción de ambientes y
costumbres de las más diversas capas sociales, así como también la descripción de los caracteres,
temperamentos y motivaciones de los personajes y todo tipo rasgos o cualidades que sirva para
"pintarlos" de la manera más profunda posible. Por podemos encontrar en las novelas realistas
auténticos retratos inolvidables y personajes complejos sometidos al análisis de los móviles de su
comportamiento. Para crear este efecto de objetividad, el narrador adopta, a veces, la actitud de
un "cronista" imparcial. Por otro lado, el mundo representado presenta solamente sucesos que se
rigen por leyes físicas de nuestro mundo de referencia y que responden siempre a un criterio
estricto de verosimilitud. En otras palabras, el relato es mimético: lo que ocurre y "vive" dentro
de él puede ocurrir y ser en la realidad extraliteraria. Por ello la novela realista debía contribuir a
la reforma o cambio de la sociedad porque, en ella, a pesar de su objetividad, el autor/ narrador
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enuncia juicios y observaciones ideológicas y personales, cosa que ocurre porque el novelista
denuncia defectos y males de la sociedad.
Sociedad como materia novelable
Benito Pérez Galdós(España 1843-1920) dedicó a literatura toda su vida: ochenta novelas entre las
que se destacan La fontana de oro, Doña Perfecta, Marianella y Fortunata Jacinta; veinticuatro obras
teatrales, además de ensayos y artículos Este autor tituló su discurso de Admisión a la Real
Academia “ La sociedad presente como materia novelable" encerrando en esta frase la relación
que establecerán él y otros tantos escritores con el mundo que los rodea y sus literaturas.
Algunas de las ideas sostenidas en el discurso se plasman en este fragmento:
“Imagen de la vida es la novela, y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres
humanos, las pasiones, las debilidades, lo grande y lo pequeño, las almas y fisonomías, todo lo
espiritual y lo físico que nos constituye y nos rodea, y el lenguaje, que es la marca de la raza, y las
viviendas, que son el signo de la familia, y la vestidura que diseña los últimos trazos externos de
la personalidad.”
Pérez Galdós, Benito. Obras completas. Madrid, Aguilar, 1963.
Además de su propuesta literaria, los avatares de su vida lo llevaron a ser diputado por el
Partido Liberal Dinástico en 1886 y por la Conjunción Republicano-Socialista en 1909 para más
tarde pasarse definitivamente a las filas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Esta
evolución ideológica da a la obra de Pérez Galdós un matiz complejo de reflexión sobre los
diversos campos del conocimiento y sobre las causas y consecuencias del cambio social que
impulsó la burguesía.
Interesado en imitar de manera completa esa realidad que nutre sus relatos, incluye las voces, las
palabras y los modismos propios de cada personaje mediante diversos procedimientos:
Discurso directo: el narrador reproduce textualmente las palabras del personaje, usando un verbo
introductorio, respetando el sistema verbal y pronominal de origen y valiéndose de signos
gráficos que permiten reconocer el cambio de voz (dos puntos, comillas).
Ejemplo: Su hija, que le abrió la puerta, le dijo estas palabras: "No te asustes papá, no es nada... Valentín ha
venido malo de la escuela".
Discurso indirecto: el narrador reproduce las palabras del personaje incluyéndolas en su discurso.
Ejemplo: Su hija procuraba tranquilizarle.
Monólogo interior: el narrador reproduce el pensamiento del personaje respetando pautas
gramaticales y de puntuación, a diferencia del fluir de la conciencia en el que la agramaticalidad
domina el discurso.
Ejemplo: Eso que dicen de que no he hecho bien a nadie es mentira. Que me lo prueben..., porque no basta
decirlo. ¿ Y los tantísimos a quien he sacado de apuros?... Pues ¿y eso? Porque si a la Humanidad le han ido
con cuentos de mí: que si aprieto, que si no aprieto... yo probaré...[..,] Si no he hecho ningún bien, ahora lo
haré; ahora, pues por algo se ha dicho que nunca para el bien es tarde.
Ironía: el narrador apela a la ironía para enunciar sus críticas a una clase social.
Ejemplo: En el caso de nuestro personaje, el usurero contradice lo que se espera de un avaro, ya que ejerce
su oficio no por el afán de acumular dinero per se. No es la suya una "avaricia metafísica ", aclara el
narrador.
En contrapartida, y, como era de esperarse en esa época, Emilia Pardo Bazán, escritora (España,
1851-1921) desde muy joven, tuvo que luchar contra un ambiente intelectual que no reconocía a
las mujeres y le negó la admisión a la Real Academia Española.
Esto no la amedrentó y dio a luz obras tales como “La tribuna”, “Los pazos de Ulloa”, “La madre
Naturaleza” y “La prueba”. En ellos, la presencia de la mujer es preponderante y se delinean con
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claridad1 tipos femeninos: la mujer española típica, caracterizada como frívola e ignorante; la
prostituta, inmoral y cuestionada; la mujer moderna que, liberada de prejuicios, se convierte en
fría y calculadora. Y la mujer española verdadera, caracterizada como cristiana y capaz de
sacrificios. Pardo Bazán, de gran cultura e inteligencia también presidió la sección literaria del
Ateneo de Madrid y ocupó una cátedra en la Universidad Central.
Como si esto fuera poco, en 1883 publicó La cuestión palpitante, un texto crítico del Naturalismo
francés y de su principal representante, Émile Zola. Esta corriente literaria, surgió a partir del
Realismo, y planteó la idea de que el individuo está fuertemente determinado por la herencia
genética y el medio social en el que nace y vive, a punto tal que resulta imposible superar su
situación de origen. Por ende, las clases sociales desfavorecidas transitarán eternamente en una
existencia signada por la pobreza, la marginación y la violencia. Así, la mirada naturalista se
concentró, no en el accionar de la burguesía, sino en la clase social que surgió con la
industrialización: el proletariado. Si bien muchos autores realistas, Charles Dickens entre ellos,
habían incorporado temas tales la desprotección de la infancia urbana o el hacinamiento obrero en
las grandes ciudades los naturalistas van a centrarse en el mundo sórdido y desesperanzado de la
vida de miseria y explotación de los trabajadores fabriles. Para estos escritores, la narrativa era
un medio para estudiar la sociedad y sus mecanismos de funcionamiento tomando como punto de
partida una tesis sociológica a demostrar en sus relatos objetivos y rigurosos dado que concebían
al escritor como un mero observador de la realidad social.
A este determinismo y a “la representación de ese mundo de pasiones degradadas y bestiales” se
opone en su crítica , aunque sus detractores destacan elementos naturalistas en sus obras.
Realismo y Actualidad: Fotoperiodismo
Es una forma del periodismo centrada en el poder que tiene la imagen para mostrarnos el mundo y contar historias.
Muchos de los acontecimientos históricos de nuestro tiempo han quedado registrados gracias a la labor de los
reporteros gráficos. Sus fotografías, circulando en medios gráficos impresos (como afiches, diarios y revistas) y en
Internet, son al mismo tiempo puntos de reflexión y creatividad. Nunca habrá dos fotografías idénticas sobre un
mismo acontecimiento. El fotoperiodista, con el encuadre seleccionado, la composición figura-fondo elegida, el uso de
la luz y de la perspectiva, entre otros aspectos, "construirá" una visión del suceso, suya particular.
Práctico grupal:
Leer el siguiente fragmento de “La era del capital 1848-1875” de Eric Hobswan . Buenos Aires,
Crítica, 1998.
El arte en la sociedad burguesa
En este nuevo período, la literatura r regresó gracias a ese medio tan apto a los propósitos burgueses que fue la novela, único género capaz de adaptarse a -a burguesía cuyo surgimiento y crisis se transformaron en su tema principal.
El poder económico de los burgueses abrió un amplísimo mercado literario, se multiplicaron los libros baratos en
rústica, estimulados como "biblioteca de ferrocarril" por el tendido de nuevas vías férreas a lo largo de Europa. El arte
se volvió de gran consumo y de masiva reproducción.
El artista no solo disfrutó la posibilidad de lograr un bienestar material a través de la venta de sus producciones, sino
que gozó de una reputación especial. En la sociedad aristocrática, el artista había sido considerado como un adorno del
palacio. Para la sociedad burguesa, el escritor es un ideal porque unía el éxito material y los valores espirituales de la
vida. [... ]
El arte ocupaba en las sociedades burguesas un lugar especial de respeto y estima. Los símbolos del estatus, como el
teatro y la ópera, surgieron con ímpetu en las capitales. Se crearon museos y galerías. Se transformaron y ampliaron
las grandes bibliotecas nacionales y el número de las públicas se multiplicó. Las estanterías de las casas burguesas se
llenaron con obras cuidadosamente encuadernadas.
Para las generaciones de mediados del siglo XIX existía una creencia generalizada de que no importaba tanto la forma
artística como el contenido y la cuestión era, pues, de qué debía tratar el arte. La respuesta dada fue realidad y vida.
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"Realismo" es el término que acudía de modo natural e implicaba el intento de encontrar un equivalente preciso de los
hechos, imágenes, ideas, sentimientos.
Pero, ¿cuál era la vida que el arte debía representar? La imagen que la burguesía deseaba de sí misma no representaba
toda la realidad, en la medida en que la existencia era también pobreza, explotación y miseria, materialismo y
aspiraciones. Entonces, no se trataba de una reproducción perfecta, sino de aquello a lo que esos burgueses aspiraban y
para lo que habían sido puestos sobre la Tierra. [... ]
El gran poder de la novela realista reside en que sus logros más ambiciosos se consiguieron sin recurrir jamás al mito
y gracias a la simple descripción de la vida diaria. No se trataba de tomar por asalto los paraísos de la creatividad
como de adentrarse penosamente en ellos.
Con la expansión de estos textos narrativos colaboró el diario popular, que los publicaba por entregas y los ponía al
alcance del gran público. Estos periódicos alcanzaron la circulación sin precedente de entre 250.000 y 500.000 ejemplares vendidos.
Actividades:
1. Buscar breves datos del autor del fragmento.
2. Enumerar los cambios que ocurren en el mercado del arte y la literatura durante la
segunda mitad del siglo xix.
3. ¿Qué nuevo rol social desempeña el escritor del xix? Explícalo.
4. ¿Por qué el género preferido del realismo fue la novela? Justificar respuesta.
5. Buscar en internet la primera plana del diario Página/12 del 3/01/05, observar con atención la fotografía y luego
responder en grupo las siguientes responder.
a) ¿Cuál es el suceso puntual que registra y muestra esta fotografía? ¿Con qué hecho anterior se vincula? ¿Qué conoces
sobre él?
b) ¿Quiénes y qué cosas aparecen como figuras principales y como fondo? ¿Por qué crees que el fotógrafo realizó ese
recorte de la realidad?
c) ¿Cuál es la fuente de luz que aparece y qué consecuencias estéticas y de sentido tiene su presencia?
¿Con qué aspecto del hecho representado se vinculan la oscuridad y la luz de las velas?
d) ¿Qué gestos corporales se ven? ¿Qué te trasmiten?
e) A partir de lo reflexionado, redacten en grupo un texto que resuma cuál es el hecho que muestra el reportero gráfico y de
qué manera mostró esa realidad.
f) Elijan un tema actual, busquen en Internet fotografías periodísticas relacionadas con él y analicen las versiones
particulares que cada una muestra tomando pequeñas notas para exponer oralmente.
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