CAPITULO XXXI.

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CAPITULO XXXI.
CoMo PUSIERON EL CERCO A LA FORTALEZA DE UTRERA,
P DE CUANTO DURó EL CERCO, E COMO LA TOMARON
POR FUERZA DE ARMAS.
Pusieron el cerco a la fortaleza de Utrera en los
postreros dias de rioviembre de 1477 afios. Habia
dentro cuarenta O cincuenta escuderos bien aderezados y escogidos para la defender, y otros hombres
de pelea, e de servicio algunos. Habia un fijo del
Mariscal, mozuelo
de fasta catorce
6 quince aims,
Los quc Cs-
.
taban dentro que les habia dejado en compat ia corno por prenda.
en Ia fortaEra el Alcaide de la fortaleza Alonso Tellez, Ufl CScudero que vivia con ci Mariscal. Era Capitan un
escudero liamado Juan de Guzman que tenia un
ojo menos, ci cual habia sido ya contra ci Rey D.
Fernando, é lo habian liciado en los cercos de Castilla 6 sacado por partido; é püsose a vivir con ci
Mariscal, solo para le defender aquella fortaleza,
ansi como hombre que sabia de la guerra. Tenia
grandes cavas, é baluartes a edificios la fortalcza, é
palizadas; e muchas armas a viandas, a todo lo quc
Los que Ia era menester. Los cercadores que alli ci Rey puso,
fueron cuatro capitanes, Biedma, é Sancho del AguiIa, é Basco de Vivero, D. Gutierre de Cardenas,
cabo, con fasta seiscientas ianzas 6 poco mas, é dos
mil peones, pocos mas o menos; 6 tuvieronla cercada cuatro meses, conihatiendola muchas veces, y
tirandole con dos iornbardas grandes 6 otros tiros
medianos, fasta quc Ic derribaron los adarves por
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on
que le queci suclo, y horadaron La torre mayor
nospodian
subir arriba; y hibraron ci escalera, quo
cieron muchas minas los de fuera, y estando asi para
dar combate, vino Juan dc Rabies Alcaide de Xerez, con la gente de Xcrez e de Lebrija, y un dia
cornenzaronle a dar muy fuertes combates: durO
gran pieza del dia, y on chico rato murieron mas
de cincuenta hombres de los de urn parte y de otra;
ernpero los de adentro mataban cuantos querian de
los de fuera, a dieronse a tat recaudo que no les
pudieron entrar; cá echaban on las cavas sobre la
lefla quo ies habian puesto, C sabre los quo entraban,
aceite hirviendo; y viendo los que combatian que
no aprovechaba, e que maria la gente, cesaron ci
conibate, é Juan de Robles se volviO a Jerez, y tUvose ci cerco coma prirnero. Y un dia fuC una saeta
Muerte del
de fuera y acertO at capitan Juan de Guzman par capitan
de la
fortaleza.
la cara, ö par la cabeza, de que murió; de to cual
los de den tro recibieron mucho disfavor, C proveyO
el Mariscal aiguna ge nte de refresco, on quo en una Socórrela el
Mariscal con
noche entro un escudero de Sevilla liamado Esqui-i capitan Essti por capitan, y- defendieronse hasta el dia de Cua- Ae :
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simodo del aio de 1478, que vino ci Marques
Cadiz de Arcos por alli, y decian que la venia Cuastmodo de
combatir. Y estando comiendo, los capitanes del 1478.
cerco no contentos de su venida mandaron por
cada parte arremeter, y los de dentro con la venida del Marques esta ban un poco seguros, y estaba
on atalaya un escudero liarnado Morales, y camo
vido mover in gente, descubriose a los de afuera, y
vino un serpentin, y lle ole la cabeza, y no hubo
quien apellidar; y subitarnente por todas partes les
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entraron, y aim los capitanes en la delantera, de
forma que antes que el Marques acabase de corner
todo era hecho; y aPi prendieron a! Alcaide, C a todos, C tornaronles las arruas C cuanto estaba en la
fortalcza. E por mandado del Rey, de ellos degollai-on, y de elios caforcaron, y a Esquivel y a otros
lievaron a Sevilla encarretados, C ficieron justicia
de ellos, é los ficieron cuartos; y el Marques supliCastigo de cO a Sus Altezas por algunos de ellos que no eran
los c!ttdas tan culpados, que primerarnente habian sido guiaotros. dos del Mariscal, y por su ruego escaparon once
hornbces en que fueron de ellos el fijo del Mariscal
ya dicho, que se decia Pero Fernandez, y el Alcaide
Alonso Tellez, y Juan de Cebdad, que aunque vivia
con el Mariscal era vasallo del Marques vecino de
los Palacios; y el Marques los trujo consigo a este
lugar dc-los Palacios, C les diO de corner; y ansi estos se escaparon por ruegos del Marques de Cadiz:
todos los otros murieron mala muerte, degoliados y
cii forcados.
El Mariscal en este tiempo estaba en Zahara,
y en Ronda que era de moros, y por allá pasaba su
vida; y sabiendo de Cl el Rey de Granada Muley
Bullihacen, enviolo a ilamar, y Cl fiaC aiM por tierra de moros con chico de a caballo, y ci Rey le flzo
honra, y fue a tiempo que ci Rey facia alarde, a
vido el alarde el Mariscal, y dijole el Rey que se
hallaba a la sazon con siete mil de a caballo, C
ochenta mit baltesteros; y dijole at MariscaL que Ic
requiriese, y que Cl Ic mandaria ayudar en to que
oviese menester; y despedido del Rey moro se vino
A Zahara. Y despues de tornada Utrera, ovo caba-
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licros que rogaron por el, y entregO a Tarifa ci Ma- los Perdonan
Reyes at
riscal, y ci Rey y la Reina to perdonaron, C qucdO Mariscal.
con Zahara. E los padres C maridos C fijos de aquelbs que alit murieron, ansI en su favor corno en
su contra, siempre le tuvieron Odio y mal quiesta,
y toda la villa de Utrera, segun los males y pCrdidas C infames de mujeres, con Ia gente de la guarnicion se les recreciO a causa de revelarse Cl at Rey,
que tuvo la villa de Utrera con aquella gran gente
de guarnicion en mucha fatiga con los posadores
que continuarnente te:iian dentro en sus casas, y
habia continuamente muchas veces sobre ello ruidos
y muertes de hombres, y por esto tenian muy mala
voluntad at Mariscal; y ann demandaban a Dios
peticiones sobre el; é quiso su ventura que dende a
pocos dias estando en ci Jarafe, con su mujer, C
fijos C criados, en una torre casa fuerte suya, una Muerte del
y de
noche la torre se derribO, y cayO sobre ei y sobre Msu&15I
familia, lastoda su casa, C matO catorce personas, C a el, a atimosamente.
su mujer, a a todos, que no escapO uno; decian
que de un temblor de tierra habia quedado aquella
torre estrernecida.
QuedO Zahara at Mariscal su hijo, la cual dendc
Pérdida de
a pocos dias la tomaron los moros hurtiblemente
una noche, C la perdiO; la cual despues ci Marques
de Cádiz Ia ganO a los moros, corno dire en su lugar. Asi la fortuna lastima a los que siguen la pura
aficcion, y no miran antes que comienze Ia cosa to
quc dende podra redundar segun su calidad, y mas
en las cosas de la guerra, que de chica centeila se
levanta gran fuego, y una muerte de un hombre
no se puede satisfacer con muchos dineros; y un
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ánima quc no puede ser comprada por oro ni plata,
Si Va a ci infierno no se puede rescatar aunque den
por ella todos los tesoros del mundo. Pues por tantos cuerpos y Animas corno alli perecieron en aquel
cerco contra el Rey, LcOmo se satisfaran? Satisfágalo Nuestro Seflor: por su gloriosa pasion redimiO a
todos; que 61 quiera perdonar a los unos, y a los
otros.
CA4PITULO XXXII.
DEL NACIMIENTO E BAUTISMO DEL PRINCIPE D. JUAN.
En treinta dias dcl mes de junio dcl a?io susodicho de mil cuatro cientos setenta y ocho aos,
entre las diez e once horas del dia pario la Reina
Dola Isabel un hijo Principe heredero, dentro en
el Alcázar de Sevilla. Fueron presentes a su parto
ofidaics Ypor rnandado del Rey, ciertos oficiales de la ciudad,
los cuales fueron estos: Garci Tellez, e Alonso Perez Melgarejo, e Ferrando de Abrego, 6 por servicio Juan de Pineda. Fuo su partera con quien pario,
La partera: una mujer de la ciudad que se decia la Herradera,
su nombre. vecina de la Feria. Dieron por ama al Principe a
Doña Maria de Guzman, tia de Luis de Guzman
Señor de la Algava, mujer dc Pedro de Ayala veci110 de Toledo. Ficieron rnuy grandes alegrias en la
ciudad tres dias de dia y de noche, asI los ciudadaEn gdeJu- flos cono los cortesanos.
lie ci haut's-
macn la igle-
En jueves nueve dias de j ulio del dicho ano, en
sia mayor, y
su adorno. Santa Maria la mayor en la pila suya, bautizaron
de1478 ao
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