El encarecimiento mundial de los alimentos Está el mundo al borde de una hambruna generalizada como aseguran científicos y analistas de prestigiadas organizaciones internacionales? La respuesta, a todas luces, parece decir que el planeta va en esa tendencia y se ha puesto en alerta. Las cifras no mienten y condicionan la preocupación global. De acuerdo con las estadísticas proporcionadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la FAO se observa que el precio de los alimentos se ha encarecido 45% en los últimos nueve meses y en diciembre pasado se registró el alza de precios mensual más alta en casi 20 años. Dentro de todo el panorama alimentario, según las estadísticas que ofrece el organismo internacional, hay tres rubros, que reflejan claramente el encarecimiento: los cereales, con un alza de 41% los aceites vegetales, 60% y los productos lácteos, 83%. Lo preocupante es que la tendencia no ha retrocedido, y más bien parece acelerarse pues entre marzo de 2008 y el mismo mes del año pasado, el valor de venta del trigo (materia prima para el pan) sufrió el alza record de 130%. La razón de ello, según un estudio reciente, elaborado por la FAO y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo explica que “la oferta de la producción agrícola se ha visto impactada por el alza que ha tenido en el último año el precio del combustible. Este año, por primera vez en la historia, el barril de petróleo se negoció a US$100 el barril”. Los investigadores de la FAO manifiestan su voz de alerta, cuando señalan que en esta alza desmesurada, han influido la creciente demanda de materias primas proveniente de Asia y la expansión del mercado de biocombustibles o agro combustibles como otros prefieren llamarlos, el cual se basa en la cosecha de algunos rubros como maíz, trigo, soja o caña de azúcar para producir energía en vez de alimentos. De acuerdo con una información del Programa Mundial de la Alimentación PMA de la ONU, el valor de negociación del maíz y del trigo, alimentos básicos para el consumo humano, prácticamente se ha duplicado. Asimismo, el precio de los granos, también productos básicos, ha alcanzado niveles sin precedentes. "Esto significa que la ingesta nutricional de las grandes mayorías poblacionales, que ya es pobre en muchas regiones, se redujo a la mitad especialmente en los países del tercer mundo". En total, la FAO calcula que solamente en América Latina hay 52 millones de personas que sufren de desnutrición. Estas y otras razones han determinado que el encarecimiento de los alimentos hayan puesto bajo la lupa a los programas de combustibles alternativos, propuestos para solucionar la crisis energética que padece el mundo (y que se agravará en los siguientes años) y que utilizan tierra agrícola para impulsar la agricultura con el fin de cosechar con fines energéticos. Es decir, sembrar alimentos para producir combustibles. Esta es la razón por la cual el PMA advierte de los riesgos de una agudización de la crisis alimentaria que, por otro lado ya se sentía con fuerza, desde hace decenios, fundamentalmente en las zonas rurales y empobrecidas de América Latina. La preocupación se manifiesta en todos los sectores. Así por ejemplo el director del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick indicó en reciente entrevista que “El encarecimiento de los alimentos a nivel global podría acentuar las condiciones de pobreza de unas 100 millones de personas y no podemos esperar con esta situación, por lo que debemos poner el dinero 1 donde está nuestra boca para que podamos llevar alimentos a personas hambrientas. Es así de crudo", afirmó. Algunos informes de la Organización de Naciones Unidas indican que la oferta alimentaria de varias materias primas se ha reducido luego de que países -como Brasil y Estados Unidoshan dedicado vastas áreas de tierra arable para la cosecha de rubros que sirvan para generar combustibles, como etanol. Como se sabe Brasil y Estados Unidos son los principales productores de los llamados "combustibles verdes", acumulando 90% del mercado mundial, y aseguran que el objetivo es obtener energías renovables en el futuro que reduzcan la dependencia petroleras. No obstante, esta política les ha generado críticas de quienes consideran que la siembra de la tierra sólo debe hacerse para obtener comida. De mantenerse la expansión actual de biocombustibles el encarecimiento de bienes de consumo puede ser aún mayor, ya que los cultivos con fines energéticos le restarían mercado a la agricultura dicen expertos del Instituto Internacional de Investigación de Política Alimentaria en EE.UU. Técnicos de éste organismo de investigación prevé que de mantenerse el ritmo de crecimiento de los programas de biocombustibles el valor del maíz ascendería al menos 26% para el 2020. Sin embargo, afirma que de duplicarse la expansión de cultivos para generar energía, el alza sería más bien de 72%. Y como siempre sucede "el aumento del precio de los alimentos suele afectar en mayor medida a los países pobres que a los ricos" indican los expertos y estiman que por cada punto porcentual que sube en el índice mundial de los precios de los alimentos, unas 16 millones de personas adicionales podría sufrir de desnutrición. El uso de biocombustibles es un crimen contra la humanidad El relator de Naciones Unidas, Jean Ziegler, aseguró hoy, en una entrevista con la Radio Televisión de Baviera, que el uso de biocombustibles se ha convertido en un "crimen contra la humanidad" en vista de los problemas que tiene actualmente el mundo con el precio de los alimentos. Explicó que la quema de cientos de millones de toneladas de maíz, cereales, arroz y otros productos para producir biocombustibles era un factor primordial en las fuertes alzas de los precios de los alimentos, aunque admitió que no era el único. Otros factores a los que aludió son la política del Fondo Monetario Internacional -que obliga a muchos países del tercer mundo a tener una agricultura orientada la exportación a costa de la economía de subsistencia- y la especulación en los mercados que ayuda a disparar el precio de los alimentos. Ziegler advirtió que actualmente estamos en el umbral de una situación peligrosa en la que las revueltas por hambre pueden multiplicarse, protagonizadas por personas que luchan por su supervivencia y que temen por su vida. Con respecto a los biocombustibles dijo que los argumentos originales a favor de ellos, tanto desde el punto de vista de la protección del clima como desde el punto de vista estratégico, no eran absurdos pero que ante la amenaza de una catástrofe humanitaria han perdido validez. "Los argumentos no tienen validez ante el desastre que nos amenaza. Hoy, el uso y fomento de biocombustibles es un crimen contra la humanidad", aseveró Ziegler. Sus declaraciones se produjeron después de que el Banco Mundial advirtiese que el alza de los precios de los alimentos en todo el mundo generaba peligro de revueltas violentas en 33 países. En algunos países, como Haití, ya se han registrado las primeras revueltas debido a los precios de los alimentos. UNESCO recomienda recuperar la agricultura tradicional 2 La UNESCO ha presentado un informe sobre el estado de la agricultura en el mundo. El estudio evalúa los desafíos del uso de biocombustibles, los cultivos transgénicos, la utilización de conocimientos tradicionales y las repercusiones del cambio climático. Su principal conclusión es la necesidad urgente de modificar las reglas de la agricultura moderna. Para la UNESCO la situación es apremiante. Desde marzo de 2007 los precios de la soja y el trigo han aumentado en un 87% y un 130%, respectivamente, mientras que las reservas mundiales de cereales están bajo mínimos. La “Evaluación Internacional de las Ciencias y Tecnologías Agrícolas para el Desarrollo” (IAASTD) prevé que los precios del arroz, el maíz y el trigo suban más aún, debido al aumento de la demanda – sobre todo en países como China y la India – y a su utilización como biocombustibles. Este incremento se produce en momentos en que, a nivel mundial, el 35% de las tierras cultivables gravemente deterioradas lo están debido a la actividad agrícola. En África del Norte y Asia Central y Occidental, la biodiversidad agrícola es todavía única en su género, pero está desapareciendo. Estas regiones son especialmente vulnerables a los cambios climáticos y corren el riesgo de sufrir de escasez de recursos hídricos en los años venideros. En efecto, casi la mitad de sus recursos renovables de agua se hallan por debajo del umbral mínimo necesario para garantizar el desarrollo. Por otra parte, el cambio climático puede intensificar considerablemente las corrientes migratorias. Se prevé que, de aquí a 2020, la cantidad de agua disponible por persona será dos tercios menor que en 1950, o incluso menos. Chefs latinoamericanos en batalla contra el hambre Chefs latinoamericanos, convocados por la FAO, preparan recetas para enseñar a los más pobres a comer más balanceado y nutritivo, aprovechando los productos autóctonos que tienen a la mano. La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, a través de su iniciativa "América Latina y Caribe sin hambre", busca movilizar a los cocineros a crear recetas originales elaboradas con los mismos productos y utensilios que tienen las familias más pobres. El representante regional de la FAO, José Graziano da Silva, dijo durante una reunión con corresponsales de la prensa extranjera que la iniciativa busca combatir tanto la desnutrición como la obesidad. "Hay 53 millones de personas que padecen hambre en la región, cerca del 10% de todos los latinoamericanos", declaró. Dijo que además de la desnutrición, ahora hay que combatir la obesidad, que aqueja a un 35% de las personas de la región. Da Silva dijo que decenas de chefs de la región se han sumado a la iniciativa y están preparando recetas atractivas con productos autóctonos, especialmente la papa, que luego serán impresas en un libro barato para distribuirlo entre los más pobres. La convocatoria concluyó en abril. El presidente de la Asociación de Chefs de Chile A. Rodríguez, llamó la atención sobre las pocas verduras que consumen los chilenos, por ejemplo. Añadió que los chefs pueden ayudar a los más pobres a experimentar y enriquecer sus alimentos, "haciéndolos más nutritivos, sabrosos e interesantes". Los chefs acudirán a barriadas pobres para enseñar los nuevos platos creados con productos baratos, pero nutritivos, y de paso, enseñarán normas higiénicas en la preparación de las comidas. Los chefs están circulando desde enero la invitación entre sus colegas, con una frase que dice: "Mientras más chefs, menos hambre". 3 El proyecto que involucra a los chefs es financiado por el gobierno español y una de sus condiciones es que la papa sea un elemento clave, pero no el único, aprovechando la designación del 2008 como Año Internacional de la Papa por la Organización de Naciones Unidas. La papa es el cuarto alimento básico del mundo después del maíz, el trigo y el arroz, y su producción mundial supera los 323 millones de toneladas. Es originaria de América, de la región andina de Perú. Según antecedentes de la FAO, los países en desarrollo consumen el 50% del total de papas que se consumen en el mundo, y muchas de ellas provienen del autocultivo para la subsistencia, aportando un alto porcentaje de las necesidades calóricas de las familias más pobres. Simultáneamente con el llamado a los chefs, la FAO y Naciones Unidas convocaron a un concurso fotográfico internacional basado en la papa. El Año Internacional de la Papa busca incrementar la conciencia mundial sobre la contribución de la papa a la agricultura, la economía y la seguridad económica mundial, por lo que el elemento central de las fotografías debe ser la papa. Las fotografías deben ilustrar la enorme diversidad de papas, su cultivo, elaboración, comercialización, uso y consumo. La biodiversidad del planeta, en juego La biodiversidad del planeta ha disminuido más de una cuarta parte en los últimos 35 años. La pérdida de diversidad biológica es –junto con el calentamiento global- una de las crisis mas apremiantes que está enfrentando la humanidad, ya que aumentará las dificultades de la población mundial para acceder al agua y los alimentos, así como para enfrentarse a enfermedades y desastres naturales. Del 19 al 30 de mayo se llevó a cabo, en la ciudad alemana de Bonn, la Novena Conferencia de las Partes de la Convención de Diversidad Biológica (COP-9). Una iniciativa lanzada por la ONU en Río de Janeiro en 1992 con el fin de proteger la vida en el Planeta Tierra, por la que cada dos años, las partes miembros de la convención, se reúnen para definir las directrices del convenio. Este año, entre los principales temas en agenda, se encuentran: La liberación de árboles transgénicos. Las tecnologías de restricción de uso de las semillas, con las que se producen las semillas "Terminator", una tecnología que inventaron las compañías que producen transgénicos, para que las semillas que se planten sean estériles en la segunda generación. Y la forma en la que la fiebre por la producción de biocombustibles está afectando la biodiversidad. Son temas de tanta trascendencia que las decisiones tomadas pueden afectar a la vida de cientos de millones de personas, y yendo un poco mas lejos, el futuro mismo de la humanidad. La biodiversidad del planeta ha disminuido más de una cuarta parte en los últimos 35 años, según indica el último informe "Planeta vivo" de la Organización WWF/Adena. Muchas especies están disminuyendo a niveles poblacionales críticos, hábitats importantes han sido destruidos, fragmentados y degradados, y ecosistemas en todo el planeta, están siendo desestabilizados por causa del cambio climático, la contaminación, las especies invasoras generalmente introducidas por acción del hombre y por el impacto humano directo. La pérdida de diversidad biológica es –junto con el calentamiento global- una de las crisis mas apremiantes que está enfrentando la humanidad, ya que aumentará las dificultades de la población mundial para acceder al agua y los alimentos, así como para enfrentarse a enfermedades y desastres naturales. 4 La salud del planeta depende de su diversidad biológica y su disminución tiene un impacto directo sobre la vida. La reducción de la biodiversidad significa, entre otras cosas, que los recursos agrícolas serán más vulnerables a las plagas y las enfermedades, y que la disponibilidad de agua, sobre todo en las zonas agrícolas, donde se producen los alimentos, será más irregular y escasa, con una directa consecuencia sobre los niveles de producción. Organizaciones de la Sociedad Civil de todo el mundo se encuentran en Alemania intentando presionar a los gobiernos allí reunidos, para que las resoluciones a tomar sean las necesarias para proteger esa diversidad biológica que se nos está escurriendo de las manos, debido a decisiones erróneas tomadas en el pasado y que, de repetirse en esta oportunidad, podrían tener resultados catastróficos e irreparables. Se realizará una carta abierta a la Novena Conferencia de las Partes de la Convención de Diversidad Biológica (COP-9). Esta carta estará firmadas por gran cantidad de organizaciones de distintas partes del mundo y advertirá sobre los impactos que tendrá la expansión continua de agro combustibles, árboles transgénicos y la liberación de la tecnología Terminator en la soberanía alimentaria, el medio ambiente, la biodiversidad y la salud pública a nivel mundial y pedirá por la inmediata detención de la promoción de estos cultivos y tecnologías. (Fuente: Ecoportal.net) Las verduras, fuente de salud Que verduras y frutas formen parte de la dieta no es sólo cuestión de armonía en cuanto a gustos. Su condición de fuentes privilegiadas de minerales y vitaminas elimina todo atisbo de disputa. Iniciativas tan popularizadas como Cinco al día no buscan sólo una formulación óptima de la comida en las generaciones más recientes, sino rebajar la desorbitada proyección de síndrome metabólico, diabetes, sobrepeso y obesidad que acecha en todos los rincones del mundo y rebajar preventivamente la morbimortalidad y los costes sanitarios que las enfermedades derivadas de los malos hábitos alimentarios traen consigo. Educar en el valor de la verdura supone educar en el valor de mantener un cuerpo bien hidratado. Por su elevado contenido de agua, las verduras facilitan la eliminación de toxinas y la supervivencia de las células y los tejidos. En organismos originalmente herbívoros o frugívoros, como los seres humanos, frutas y verduras son una fuente exclusiva de vitamina C y su consumo regular resulta imprescindible. Algunas vitaminas (C, E y el beta-caroteno o pro-vitamina A) ejercen en mayor o menor grado una actividad antioxidante que protege frente a cánceres, enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. Otro punto fuerte es la fibra, que ayuda a regular la función intestinal, equilibra el estreñimiento y ha demostrado en estudios clínicos una cierta capacidad para prevenir y tratar con éxito trastornos metabólicos como la hipercolesterolemia o la diabetes. A modo de curiosidad, vale la pena apuntar que tanto la mayor concentración de vitaminas y minerales como de fibra se da 5 precisamente en la corteza de frutas hortalizas y verduras de uso regular; por lo que, al pelarlas, conviene apurar a fondo justo debajo de la piel. Por lo general, los vegetales contienen poco sodio y mucho potasio, lo que ayuda a que el organismo se deshaga con facilidad de los líquidos retenidos con residuos metabólicos. La cantidad de grasa que presentan los vegetales es a menudo inapreciable, salvando el caso del aguacate y las aceitunas (ricos en ácido oleico), o el coco (ejemplo casi único de vegetal con grasa saturada). Genes y educación no están reñidos. Los niños y niñas con mayor apetito configurado hacia los gustos dulces pueden sacar un gran partido de la fruta, fuente variada de azúcares (fructosa, glucosa o sacarosa) con el valor añadido de todo lo demás. Para el corazón, un fruto Naranjas, plátanos, espinacas y brócoli. Éstos y otros frutos le pueden salvar la vida. Según un estudio publicado en la revista médica The Lancet, el consumo diario de por lo menos cinco porciones de frutas y verduras, reduce en un 25% el riesgo de una trombosis. La formación de estos coágulos puede tener una serie de consecuencias, como infartos cardíacos y derrames cerebrales. Es por ello que los responsables de la investigación en la Universidad de Londres creen que miles de vidas podrían ser salvadas cada año. El proyecto se centró en los hábitos de alimentación de 250.000 personas, e incorporó datos de estudios similares en Europa, Japón y Estados Unidos. Una de sus conclusiones centrales señala que aquellos que comen entre tres y cinco porciones de frutas y verduras al día, ven reducidas sus posibilidades de una trombosis en un 11%. En cambio, aquellos que consumen cinco o más porciones por día, ven esas posibilidades reducidas en un 26%. Autoridades médicas llamaron la atención sobre el impacto global que tendría una simple mejora en la dieta de millones de personas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un bajo consumo de frutas y verduras es uno de los factores que explican la muerte de más de 2.5 millones de personas cada año. En los países ricos, la trombosis es la tercera causa más común de muerte y en los países en desarrollo, es la principal causa de incapacidad física. Según los investigadores, es posible que el potasio sea el elemento más importante en prevenir la trombosis. Uno de los autores del informe señaló que cuando a una persona se le aumenta la dosis de potasio, se reduce su presión arterial. Las frutas y verduras son ricas en nutrientes como vitamina C, betacaroteno y potasio, así como fibra y proteínas. Según el Ministerio de Salud británico, un mayor consumo de frutas y vegetales reduce el riesgo de enfermedades del corazón, obesidad y un menor riesgo en determinados tipos de cáncer. Fuente: Gastrotur Perú notici@s N° 75, 76, 79, 81 6