Podría estar, sin mala intención, un poquito en juego

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LATERCERA Lunes 23 de junio de 2014
Temas De Hoy
Debate por la educación
CRITICA
REFORMA
EXPULSION
“Podrían estar en juego
bienes muy valiosos, parte
de la autonomía de los
colegios y la libertad de los
papás para elegir la
educación de sus hijos”.
“Yo pienso en términos
generales que (la reforma
educacional) está bien
intencionada, o sea los
valores que se quieren
rescatar son positivos”.
“Los colegios debieran ser
capaces de sacar adelante a
sus alumnos, pero a mí me
parece que hay
circunstancias en que no
queda más alternativa”.
Gonzalo Celis
Director del Colegio Cordillera:
“Podría estar, sin mala intención, un poquito
en juego la autonomía de los colegios”
R El director del establecimiento de Las Condes entrega su
posición respecto de la reforma educacional y analiza
los aspectos en que toca al sistema particular pagado.
R Discrepa con las restricciones para expulsar alumnos,
precisando que esta opción debería quedar abierta para
casos extremos, como sería la agresión a un profesor.
Daniela Muñoz
El Colegio Cordillera destaca por sus
buenos resultados académicos (este
año obtuvo el mejor promedio PSU
del país) y por el alto costo de la mensualidad que exige a sus alumnos, cuyas familias desembolsan $ 350.000
cada 30 días por la colegiatura. Tiene 850 estudiantes y 65 profesores y,
según su director, Gonzalo Celis, el
establecimiento de Las Condes no
selecciona. Desde esa posición, la
máxima autoridad académica de este
recinto de orientación cristiana entrega su posición respecto del debate que por estos días se ha apoderado del medio educacional del país.
¿A qué atribuyen los buenos resultados del Colegio Cordillera?
A un esfuerzo de papás comprometidos con la educación de sus hijos,
profesores con vocación, niños a los
que se les exige y responden. El colegio tiene un ritmo de trabajo exigente, pero, a la vez, las relaciones
humanas al interior son súper amables, entonces es como una gran familia en la que se exige, pero también se tiene cariño entre los distintos componentes.
¿Cómo trabajan los profesores?
En el colegio se toman muchas pruebas, los alumnos tienen una cierta
atención personal, porque gracias a
Dios en este colegio los profesores
tienen máximo 25 horas de clases y
las otras 25 o 30 son para atender
alumnos y padres, preparar clases,
corregir pruebas y eso siempre ha
sido un factor que ayuda mucho.
Porque el profesor tiene tiempo para
su trabajo fuera del aula.
¿Cree que el ministerio reconoce
el aporte que hacen los colegios
particulares pagados a la calidad
y diversidad?
Quizás no en el discurso, pero sí en
los hechos, porque son colegios bien
valorados y me parece que se reconoce el trabajo que se hace en ellos,
aunque evidentemente tenemos
ventajas importantes, yo no voy a
desconocer eso.
¿Cuál es su evaluación de la reforma que propone el gobierno?
Está todavía en pañales, uno se da
cuenta de que hay una larga discusión por delante. Yo pienso en términos generales que está bien intencionada, o sea los valores que se
quieren rescatar son positivos, pero
creo que tiene que madurar mucho, porque da la impresión de que
el ímpetu con que se quiere sacar
adelante puede pasar a llevar ciertos bienes que son muy valiosos.
¿Cuáles son esos bienes?
Quizás podría estar, sin mala in-
RR El rector del Colegio Cordillera habló sobre la reforma educacional y sobre los puntos en que afecta a los establecimientos pagados.
FOTO: RAUL LORCA
tención, un poquito en juego parte
de la autonomía de los colegios y la
libertad de los papás para elegir la
educación de sus hijos. Me parece
que está muy verde todavía, que
hay que esperar.
¿Y cómo se puede abordar eso?
Hay que participar en la discusión,
tratar de sacarse un poquito todos
la chaqueta de la ideología y de que
realmente favorezca al país entero.
¿Los apoderados han manifestado alguna preocupación?
No, yo creo que, en general, está
todo el mundo a la espera, se saben
las grandes ideas de la reforma, pero
también está la sensación de que hay
un largo camino por recorrer en la
discusión y que hay que esperar un
poquito y ver qué proyecto realmente va a quedar. Porque, efectivamente, si el gobierno quisiera podría aprobar sin mucha dificultad
un montón de cosas, y yo veo una
cierta disposición para dialogar.
La reforma los toca en la prohibición
de seleccionar como sistema de admisión y en la limitación para eventualmente expulsar a un alumno…
Yo pienso que en los dos temas hay
una buena intención, porque efectivamente ojalá no hubiera que seleccionar a nadie ni echar a nadie.
Lo que uno procura identificar en los
procesos de admisión de los colegios
es ver qué tan sintonizado se está
con el proyecto educativo.
¿Ustedes seleccionan?
Hacemos una entrevista con la familia y una prueba que es simplemente para establecer la madurez
del alumno. De hecho, a la familia
se le comunica que está acogida su
postulación antes de que el niño dé
el examen. Entonces, lo que busca
el colegio en su proceso de admisión
es estar seguro de que estamos sintonizados en el proyecto educativo
y esa es la riqueza que aporta. Nosotros no seleccionamos por razones académicas.
Pero ¿cuál es su postura frente a
la selección?
Me parece que debería definirse
bien qué se entiende por selección,
porque si selección efectivamente,
y te lo digo con total convicción,
significa que solamente entran los
niños que destacan en una prueba
de diagnóstico, no estoy en eso.
¿Está de acuerdo con limitar la
expulsión?
De nuevo es una buena intención,
porque los colegios debieran ser capaces de sacar adelante a sus alumnos, pero me parece que hay circunstancias en que no queda más alternativa.
¿En qué casos se debiera poder
expulsar?
Cuando un alumno es reiteradamente insolente con sus profesores,
y si habiendo hecho un proceso serio conversado con los papás en el
tiempo, viendo gradualmente las
sanciones y se llega a esa conclusión,
me parece que esa posibilidad tiene
que existir. Porque hay veces que el
alumno no quiere aportar en la convivencia y al trabajo, y pasa el tiempo y tratas de buscar las fórmulas
para conseguirlo y no lo consigues.
O en cosas extraordinariamente
graves, como, por ejemplo, que un
niño le pegara a un profesor.
¿Han analizado cómo les va a
afectar realmente la reforma?
Estamos un poquito a la espera. La
conclusión que sacamos es que hay
un gran ímpetu por legislar en este
tema, con principios muy claros y
con buena intención, pero vemos
que toda la sociedad está reaccionando y que ese proyecto va a ir
como decantando. Chile, al final,
siempre es moderado, y cuando se
plantean las cosas así con tanta fuerza, de a poquito se van como decantando y suavizando.
Cuando se plantea que se van a
defender los derechos humanos
y que no se podrá discriminar,
por ejemplo, por raza, religión,
etc., ¿ustedes sienten que ese aspecto podría afectar al colegio en
su proceso de admisión?
Con o sin ley el colegio siempre ha
procurado y procurará respetar y
defender los derechos humanos. La
discriminación no puede ser parte
del proceso de admisión. Si alguna
vez hay que decidirse por una familia porque hay más postulaciones
que cupos, intentamos que se incorporen las que más sintonicen con el
proyecto educativo del colegio. b
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