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LA VANGUARDIA 31
O P I N I Ó N
DOMINGO, 24 OCTUBRE 2010
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DEBATE
Ventura & Coromina
La inmigración
Nuevos
ricos
m Joves esportistes
m En un moment en què sem-
bla que tots estem d'acord en la
necessitat de fomentar entre els
nostres joves valors com l'esforç,
les ganes de superar-se i el compromís, sembla mentida que cada cap de setmana se celebrin
competicions de tota mena i cap
publicació hi faci referència.
Parlo de nois i noies que, en
plena adolescència, dediquen gairebé tot el seu temps lliure a entrenar-se durament, sense oblidar l'escola, ni els amics, ni la família ni les ganes de divertir-se.
Aquest cap de setmana, a Saragossa se celebra el Campionat d'Espanya de Clubs d'Atletisme en categoria cadet, i el següent, en categoria júnior. Però segur que cap
diari tindrà espai ni temps per parlar-ne. O potserés que el tema només m'interessa a mi com a mare
perquè parlo del que fan la meva
filla i els seus esforçats amics.
T. MORENO SALAMAÑA
Sant Pere de Ribes
m Telefónica: me rindo
m He vagado durante cuatro
meses por el desierto del 1004, o
lo que es lo mismo, por las dunas
arenosas y, a veces, infranquea-
bles de los comerciales y personal de Atención al Cliente de Telefónica. Una simple llamada para dar de baja el servicio de Imagenio se convirtió sin yo saberlo
en un tránsito agotador de llamadas, reclamaciones, indignación
y, finalmente, resignación. Resulta que el servicio de Imagenio no
te lo dan de baja hasta que recogen el famoso descodificador. Y
mientras esperas a que alguien
llame para pedir el dichoso aparato, te siguen cobrando el servicio
aunque no dispongas de él. Cuando se dignan a venir a recoger el
artefacto, los astros se conjugan
para que tú tengas que ir a trabajar; sí señores, algunos (hoy lamentablemente cada vez menos)
tenemos que trabajar. Resultado,
no recogen el Imagenio y la baja
no se hace efectiva; eso sí, ellos
siguen cobrando. Llamadas y
más llamadas al 1004, canción de
moda como melodía de espera,
transitando de departamento en
departamento, explicando una y
otra vez lo mismo a diferentes
personas, mirando al infinito y
viendo que el desierto es cada
vez más extenuante. Algún espejismo se cruza en mi camino a
modo de “no se preocupe, lo
resolveremos en 24/48 horas”.
Cuatro meses después, sigo caminado sin saber muy bien hacia
dónde. Finalmente, me rindo.
Ninguno de los operadores me
ha ofrecido ni un simple vaso de
agua, me siento como un cadáver
más en el desierto de Atención al
Cliente de Telefónica.
DAVID GONZÁLEZ INGLÉS
Vallirana
m Del tarannà al cinisme
m El president del Govern asse-
gurava fa uns dies que ningú li havia demanat que reveli si tornarà
a ser el candidat a la presidència
del Govern el 2012. “La política
és temps”, va dir, i es va quedar
més tranquil... L'home que venia
bon tarannà, el boníssim, ens està
sortint una mica cínic. Dir que ningú li ha demanat que reveli... És
que no s'assabenta del que es diu
al Parlament, ni del que es publica
a la premsa, ni de les esbroncades
que tant li molesten, o bé que pensa continuar intentant enganyar
els espanyols? Si us plau, Zapatero, deixi de practicar el cinisme
que ens va vendre com a tarannà.
Si no vol no ho digui, però no afirmi que ningú li ho pregunta.
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En cada época de crisis reaparece el
tema de la inmigración en el debate
público, como si se tratase de una especie de eterno retorno nietzschiano
emergen los argumentos en pro y en
contra del papel de la inmigración
en las sociedades receptoras de perANTONI ABAT
sonas. Alemania, y en particular la
I NINET
CDU-CSU, ha escenificado la complejidad y división de opiniones en la maInvestigador del
Centre de Recerteria. Entiendo que en el caso del Estaca en Governando español este debate no puede obça del Risc (UAB) viar hechos que deberían sopesarse a
la hora de emitir juicios de valor o decidir en cuestiones migratorias. El primer aspecto es
que hasta hace cuatro días eran los españoles quienes
debían emigrar a países de la Unión Europea y Latinoamérica, muchos de estos inmigrantes no tenían papeles o ni siquiera se los pedían en destinos como Argentina, México o Chile. Otro factor importante es la
inmigración interna a la que se han tenido que adaptar zonas como Catalunya, las Illes Balears o el País
Valencià. Con estos antecedentes parecía lógico pensar que este Estado, acostumbrado a exportar e importar personas, debería tener cierta comprensión con
los que sufren un nuevo tipo de esclavitud y que se
emplean en trabajos que no quieren desarrollar los
nativos. Empleos mal pagados, precarios y en muchas
ocasiones sin que se cubran las necesidades de salubridad y seguridad exigidas por la legalidad. Sin embargo, el Estado español, que ciertamente se ha equiparado en un tiempo récord a las ratios de inmigrantes de otros países de la Unión Europea, actúa como
un nuevo rico, déspota, negando el acceso, los papeles
o expulsando a los Pujol, Garau y Bacardí argentinos,
nietos de catalanes.
La ignorancia del nuevo rico es tal que obvia que, al
margen de la riqueza cultural que aporta la inmigración, estas personas son la mejor garantía de viabilidad económica de las pensiones de nuestros padres.
Otro síntoma de la inopia es que dejan al cuidado de
estos no ciudadanos (en sentido ateniense del concepto) a las personas que supuestamente más quieren, a
sus padres e hijos. Como buen nuevo rico no es sim-
La ignorancia del nuevo rico es tal
que obvia que el inmigrante garantiza
las pensiones de nuestros padres
plemente xenófobo, sino que además es clasista, por
eso no tiene problemas con los suizos, noruegos o canadienses que han destrozado el litoral con sus segundas residencias y sus campos de golf, tampoco con los
jeques que amarran sus yates y compran equipos de
fútbol. En definitiva, el camerunés o el marfileño es
bienvenido si corre detrás de una pelota. El alemán o
el inglés, como son del grupo, tienen carta blanca.
Otro claro síntoma de la ignorancia del nuevo rico es
su complejo de haberse incorporado el último al club,
por eso se pretenden mimetizar políticas de expulsión de personas contrarias a lo establecido en los tratados constitutivos de la Unión Europea y los derechos humanos. Olvidando que los gitanos rumanos,
sus hijos y mujeres, eran nuestros padres y abuelos en
Argelers de la Marenda.
Ante este panorama se quiere tratar la inmigración
como una especie de contrato entre inmigrante y receptor, una nueva variedad de la metáfora del contrato social de Rousseau. El contrato, que como tal crea
obligaciones y derechos a ambas partes contratantes,
debe tener en cuenta los antecedentes y peculiaridades de cada sociedad (casos de reciprocidad) y, ante
todo, debe respetar los derechos humanos. El contrato no puede ser la excusa para continuar permitiendo
que el Estado instrumentalice sus individuos y además esclavice a los sin papeles.