Nos encontramos frente a una obra escultórica que no tiene autor y nada se sabe de él. Recibe el nombre de dama Baza ya que se encontró en una ciudad de Granada en 1971. Actualmente se encuentra en el museo de Madrid. La cronología aproximada de esta escultura se abarca por el siglo IV a.C. Esta escultura es de bulto redondo, la cual esta trabajada por todas sus lados y se aprecia desde distintos puntos de vista pero está pensada para ser vista de frente. Es una escultura completa referente al cuerpo entero. Presenta una temática religiosa y funeraria. Exhibe un estilo Íbero que se aprecia por sus vestimentas, también tiene influencia el período arcaico ya que se muestra la frontalidad y la rigidez. El material que compone dicha escultura es de piedra caliza de color grisáceo que está realizada en un solo bloque de este mineral. La escultura esta enlucida con yeso y presenta tonos policromados a pesar de que no se aprecian muy bien debido al transcurso del tiempo. Esta escultura presenta una serie de características formales que se detallaran a continuación. En primer lugar se aprecia una mejora del realismo en comparación con la Dama de Elche que es más idealizada. Además las vestimentas son bastantes realistas ya que se portaban en aquella época. Se aprecia a una mujer sentada sobre un trono, la cual está bien vestida, era algo de distinción sobre el pueblo y la aristocracia. Esta vestida con un manto, una túnica y dos sajas de color azul y calzada con unas babuchas rojas sobre un cojín azulino. Su pelo negro está recogido en dos rodetes a ambos lados de la cara y su tocado se adorna con una tiara. Destacan sus pendientes, de forma cúbica rematados con flecos. Además se adorna sus extremidades con brazaletes, anillos y gargantillas pequeñas. En su cuello porta dos collares, uno en forma de lengüeta porta-amuletos y otro con tres colgantes en forma de anforilla, que según las investigaciones eran para contraer el perfume. Además junto a ella se han encontrado otras piezas (espadas, búcaros…). Respecto a su trono tiene un respaldo en forma de alas, reposabrazos y cuatro patas, las delanteras en forma de león. En uno de los laterales tiene una oquedad donde se portaban las cenizas del difunto. Las damas de arte íbero como dicha escultura pueden aparecer entronizadas como ésta, donde se muestra una absoluta rigidez al estar sedente. Destaca la solemnidad y un cierto hieratismo. Esta presenta una mano plegada y una cerrada, según los investigadores podrían tener en el puño cerrado una paloma. Podemos concluir diciendo la funcionalidad y la iconografía de esta escultura la cual se basaba en albergar las cenizas de un difunto como ajuar funerario. Estas esculturas eran enterradas en las necrópolis situadas en las inmediaciones del poblado.