El Estado, principal acreedor de las Comunidades

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El Estado, principal acreedor de las Comunidades Autónomas El Fondo de Financiación Autonómica (FLA) proporcionó a las CCAA 36.000 millones de euros en 2015. Pero ¿qué es el FLA? ¿Cómo funciona? ¿Por qué se creó? El FLA está diseñado para dar liquidez a las CCAA, en forma de préstamos del Estado y como una deuda para las comunidades. Deriva de unos mecanismos extraordinarios de liquidez creados en 2012 con objeto de ayudar a las regiones –a cambio de ajustes‐ que, por su situación financiera no podían acceder a los mercados para colocar su deuda o, de hacerlo, habrían tenido que pagar intereses muy altos. 
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16/3625689/ Texto completo El pasado 30 de mayo, el Ministerio de Hacienda comenzó a liquidar a las comunidades autónomas el primer tramo correspondiente a 2016 del denominado Fondo de Financiación. Puesto que las cuestiones relacionadas con la financiación autonómica son, además de complejas, muy controvertidas, dedicaremos este espacio a aclarar algunos de los términos principales que configuran este Fondo de Financiación a comunidades autónomas y que, en conjunto, para hacernos una primera idea, proporcionó a éstas 36.000 millones de euros en el año 2015. Lo primero que debe señalarse es que este Fondo de Financiación no tiene relación con el sistema de financiación autonómica que tanto debate político genera. En el sistema de financiación autonómica las regiones obtienen los ingresos de su participación en ciertos impuestos (como el IRPF o el IVA), de sus propios tributos y de transferencias del Estado. Todos ellos se integran en sus presupuestos y pueden gastarse en los servicios que libremente decidan. Son, por decirlo así, recursos de su propiedad. Cuestión muy distinta es el Fondo de Financiación, del que hoy nos ocupamos, y que está diseñado para proporcionar liquidez a las comunidades autónomas, en forma de préstamos del Estado –que en principio habrá que devolver‐ y como una deuda para las comunidades. Este fondo deriva de unos mecanismos extraordinarios de liquidez creados en 2012 con objeto de ayudar a las regiones que, por su delicada situación financiera, no podían acceder a los mercados financieros privados para colocar su deuda o, de hacerlo, habrían tenido que pagar elevados intereses. A cambio, las comunidades autónomas debían cumplir unos planes de ajuste con el fin de alcanzar determinados objetivos de déficit. En la actualidad, este Fondo de Financiación tiene dos compartimentos principales: la Facilidad Financiera, destinada a las comunidades que cumplen los objetivos de estabilidad presupuestaria, de deuda pública y de plazos de pago a proveedores; y el Fondo de Liquidez Dirección de Educación y Divulgación
Autonómico, para las comunidades que no cumplen esos requisitos y que tienen que realizar un plan de ajuste, que es objeto de control por el Ministerio de Hacienda. Como resultado de la aplicación de todos estos mecanismos de préstamo (que, insistimos, no forman parte del sistema general de financiación autonómica), el 48% de los 261.456 millones de deuda de las regiones españolas a finales de 2015 –es decir, casi la mitad‐ era deuda con el Estado. En algunas comunidades, el porcentaje que representa esta financiación del Estado en el total de su deuda es incluso mayor: 60% en Cataluña, 63% en Andalucía y Castilla‐La Mancha, 69% en la Comunidad valenciana y 70% en la Región de Murcia. Las condiciones de estos préstamos del Estado son muy ventajosas para las comunidades autónomas: tipos de interés mucho más bajos que los de mercado, incluso cero en determinados casos, periodos de carencia y amortización en plazos largos. A cambio, deben cumplir una serie de requisitos de estabilidad presupuestaria y de ajuste de sus cuentas, que sin embargo, a la vista de los recientes datos de déficit y deuda, no han resultado muy eficaces. En todo caso, el importe de estos préstamos no puede utilizarse libremente por las comunidades autónomas, sino que ha de destinarse al pago de vencimientos e intereses de deuda, a cubrir el déficit acordado con el Gobierno y al pago a proveedores con los que existe deuda comercial, como sucede con frecuencia en sanidad y servicios sociales. En conjunto, 125.666 millones de euros que las comunidades autónomas deben al Estado, que por esta vía se ha convertido en su principal acreedor. Dirección de Educación y Divulgación
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