María Susana Cipolletti EL ASCENSO AL CIELO EN LA TRADICION

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María Susana Cipolletti
EL A S C E N S O A L CIELO EN L A T R A D I C I O N
(NOROESTE AMAZONICO)
ORAL
SECOYA
U n g r u p o de relatos de la tradición oral de l o s Secoya
g r u p o Tucano
o c c i d e n t a l del N o r o e s t e a m a z ó n i c o -
— un
tiene p o r
protagonistas a d e t e r m i n a d o s i n d i v i d u o s q u e logran ascender al
m u n d o superior. Estos i n d i v i d u o s o bien son especialistas relig i o s o s o bien son g u i a d o s p o r u n o de éstos. Esta temática se
halla í n t i m a m e n t e relacionada al f e n ó m e n o del s h a m a n i s m o ,
q u e d e s e m p e ñ a u n p a p e l esencial en la c o n c e p c i ó n secoya
del
mundo.
El ascenso al m u n d o superior conlleva la superación de la
necesidad de m o r i r : Si l o logra, el i n d i v i d u o c a m b i a su c o n d i c i ó n o n t o l ó g i c a , c o n v i r t i é n d o s e en ma'temó
y obteniendo
la inmortalidad.
pai ( " s e r c e l e s t e " )
Este ascenso ha sido a d e m á s
i n t e n t a d o c o n c r e t a m e n t e p o r los Secoya
en varias o c a s i o n e s ;
a q u í se analizan las i n f o r m a c i o n e s relativas al ú l t i m o de estos
i n t e n t o s , realizado e n 1 9 6 0 a p r o x i m a d a m e n t e .
I N D I A N A 11, Berlin 1987
181
„ D a s ganz k o n k r e t e und ernsthafte,
das eingestandene Ziel m e i n e s L e b e n s
ist die Erlangung der Unsterblichkeit
für die M e n s c h e n . "
Elias C a n e t t i ( 1 9 7 9 : 3 4 s.)
"El más concreto y serio,
el confesado objeto de mi vida
es la obtención de la inmortalidad
para los
hombres."
Elias Canetti
En la tradición oral secoya^ la ascensión al mundo superior se halla
presente desde el inicio de los tiempos míticos: determinados seres se han
transformado por medio de esta acción en astros, c o m o el héroe cultural,
que se transforma en Luna (ñañé), y sus sobrinos, convertidos en usébo
päi (Pléyades). Otro relato detalla las peripecias de una viuda que siguió a
su marido, ya fallecido, hasta el cielo (lugar donde, según la concepción
tradicional, habitan los muertos) pero que no puede permanecer allí, pues
para esto sería necesario morir, a lo cual la protagonista se niega.^ Esta
serie de transformaciones nos es conocida prácticamente de todas las mitologías sudamericanas; los relatos que presentaré a continuación nos enfrentan a una temática más peculiar; el intento, realizado por algunos individuos de esta etnia, de ascender al cielo. Si esta afirmación — de c u y o
posible éxito, aunque remoto, no se duda — nos obliga a afinar nuestra
capacidad de comprensión, más nos obligará a hacerlo la idea vigente
detrás de ella: el ascenso al mundo superior no implica un mero cambio de
estrato c ó s m i c o — ciertos individuos vivirían en el cielo, en vez de hacerlo
en la tierra — sino que el éxito en la empresa conlleva la superación de la
necesidad de morir. (Los Secoya traducen c o m o " i n m o r t a l " la expresión
tí páni weseyé, "estar para siempre", "la vida que no se acaba"). El
ascenso al cielo, entonces, implica un cambio o n t o l ó g i c o en el individuo,
que abandona su condición de ser humano, sujeto a las enfermedades y a
la muerte, para convertirse en ma'témó päi o "persona celeste".^
Ignoro si esta concepción se halla presente entre algún o t r o de los
grupos Tucano occidentales, debido a la — especialmente en lo que hace a
estos temas - escasez de bibliografía. Entre los Mai Huna u Orejón del
Perú este intento no se ha dado nunca (Irene Bellier, comunicación personal). Por otra parte, esta concepción no es privativa de los Secoj^a; el caso
más c o n o c i d o es seguramente, en América del Sur, la búsqueda de la
"Tierra sin m a l " de distintos grupos guaraní, c u y o hallazgo implica la
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superación de la muerte (cf. Cadogan 1951: 198, Clastres 1975, Lindig
1961, Meliá et al. 1976). Nimuendajú analiza detenidamente la creencia
Tucuna de que, en el pasado, ciertas personas podían ir a vivir con los
" i n m o r t a l e s " ( 1 9 5 2 : 136 s.), y el hecho de que algunos individuos A/ac/z/guenga pueden evitar la muerte ha sido señalado por Baer ( 1 9 7 9 : 106).''
Estas menciones sólo intentan mostrar la extensión del c o n c e p t o , la c o m paración de los f e n ó m e n o s existentes en ellas superan los límites del presente trabajo.
En la escatología secoya, una parte constituyente del ser humano — su
joyo o áwe, " a l m a " o corazón, que conserva el aspecto del hombre viviente — asciende, al morir aquél, al m u n d o superior o má'témó. Cada individ u o sabe, con más o menos detalles, según la profundidad de su vocación
religiosa (indisolublemente unida a la ingestión de alucinógenos), qué
destino le espera luego de la muerte. La posibilidad de ascender en trance
al cielo es, en cambio, privilegio exclusivo del especialista religioso.
La mayoría de los adultos c o n o c e el relato que fundamenta el motivo
por el cual los seres humanos son mortales. La necesidad de morir no es en
opinión de los Secoya un hecho primario, biológico, consustancial a los
hombres desde su aparición sobre la tierra, sino introducido secundariamente, una c o n c e p c i ó n compartida por numerosas etnias sudamericanas
(cf. Cipolletti 1983: 3 2 / 4 8 ) . De haber respondido al llamado de ñañé, el
héroe cultural, antes de que éste ascendiera al cielo y se convirtiera en
Luna, los hombres hubieran sido inmortales. Pero se quedaron dormidos,
y no lo o y e r o n , por lo cual sólo respondieron los saltamontes y las serpientes, que, por lo tanto, tienen la posibilidad de mudar de piel y vivir para
siempre. Esto nos permite acercarnos a la c o n c e p c i ó n de la inmortalidad,
que se cristaliza en el cambio de piel, es decir, que se trata de un estado de
"eterna j u v e n t u d " , o por lo menos, de un paso hacia atrás que interrumpe
el proceso de envejecimiento. Hasta aquí, el mito proporciona una suerte
de aseveración general: debido a un acontecimiento sucedido en los tiempos originarios, todos los hombres deben morir, pero - y aquí se insertan
los relatos que veremos más adelante - determinadas personas logran, en
ciertas circunstancias, evitar la muerte.
El hecho de que la necesidad de morir sea fundamentada en el mito no
debe conducir, sin embargo, a concebir entonces que para los Secoya la
muerte sea un f e n ó m e n o secundariamente "natural", introducido en los
tiempos míticos, pero convirtiéndose a partir de entonces en un fin al cual
están destinados t o d o s los seres vivientes. Por el contrario, toda muerte
concreta es atribuida a la intención maléfica de un especialista religioso
(en su calidad de dawé, o " b r u j o " ) de otra comunidad secoya o siona
sospechándose que, de no existir esa intención malévola, los hombres
podrían vivir para siempre. El marco teórico proporcionado por el mito.
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entonces, que contiene implícita la aseveración " T o d o s los hombres deben
morir", es sobrepasado e ignorado ante la muerte de un individuo determinado. Por lo demás, hay una resistencia intrínseca de los individuos con
especialización religiosa a la muerte, quienes fallecen dificultosamente.
Cada relato sobre la muerte de uno de ellos contiene por lo general la
mención a una o más resurrecciones (/Y/'«/'wé'/véA una c o n c e p c i ó n similar
a la de los Sipaya, cuyos especialistas religiosos poseen, según Nimuendajú
( 1 9 2 1 / 2 2 : 3 6 7 ) una "relativa inmortalidad".
No es necesario ahondar aquí en los detalles de la c o n c e p c i ó n shamánica del cosmos, pues ya ha sido hecho en otro lugar (Cipolletti 1985). En
rasgos generales, y en opinión de los adultos de la etnia, el cosmos se halla
compuesto por el plano donde habitan los hombres (yéjá), un inframundo,
poblado de distintos seres y especies animales (yéjá we'e wé o "tierrahogar", pues de allí surgieron los prototipos de los hombres actuales) y
ma'témó, el mundo superior, donde habitan numerosos grupos de seres
celestes, y, relativamente alejados, los muertos; no existiendo entre aquellos y éstos ningún contacto.
Las comunidades de los distintos grupos de ma'témó päi ("gente del
c i e l o " ) o wT'ñáo wá'i ( " l o s tiernos", en el sentido de " l o s que no mueren")®, se hallan dispersas a lo largo del río que articula la geografía
celeste: el umejatsiáya o " r í o de arenas calientes". Estos seres reciben
distintos nombres, los más c o n o c i d o s son los wakará posé ("garzas tiernas,
o inmortales"), los será posé ("gavilanes tiernos, o inmortales") y wekó
pia posé ( " l o r o s tiernos, o inmortales"). Estos pueden ser contemplados
por el especialista religioso, cuando asciende en trance al cielo, o por los
adultos que perseveran en la ingestión de alucinógenos, cuando los seres
celestes descienden al lugar donde los hombres se hallan reunidos.^ Podría
afirmarse que ellos no ejercen ninguna actitud benéfica con respecto a los
seres humanos, sólo si entendemos este c o n c e p t o de una manera restringida, en el sentido de que ellos no ayudan al hombre en las tareas diarias:
ni en la cacería, ni en la curación de los enfermos; t a m p o c o desempeñan
un papel en las funciones shamánicas.
El sentido que poseen los wfñáo wá'i para los hombres es o t r o : su
aspecto, los collares de fruto de palmera que utilizan y que producen un
armonioso sonido con los movimientos del cuerpo, las hierbas aromáticas
que llevan en los antebrazos y, sobre t o d o , los diseños rojos del posé (Bixa
orellana), alternados con los azulados del we'é (Genipa americana) en el
rostro y el cuerpo, configuran el ideal de belleza y perfección para los
Secoya, que poseen una marcada preocupación estética.^ Ellos impresionan además en cuanto mensajeros y habitantes de un ámbito — el celeste — ajeno a la vida cotidiana, al sufrimiento y a la muerte. Estos seres no
tienen ni principio ni fin — no han nacido ni morirán. A la manera de los
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arquetipos platónicos existen continuamente, sin interrupciones, en el
mundo superior, c o m o un parámetro de ejemplaridad, liacia el cual los
Secoya se sienten atraídos.
Los relatos sobre la ascensión al cielo se centran t o d o s en la figura de un
especialista religioso, ya sea que se afirme explícitamente que éste, ya
fallecido, regresa a buscar a un pariente muy cercano, o que ascienda c o n
su familia, debido a una transgresión provocada en el ritual por otras
personas. Los relatos que analizaré al final se sitúan en otro ámbito:
alrededor de 1960, un grupo de Secoya intentó, bajo la guía de un especialista religioso (kuraka)®, ascender al cielo. De estos relatos' se desprenden
una serie de características relativas a la forma en que se c o n c e b í a la
ascensión, y las causas de su fracaso.
( a ) " D i c e que hay una historia de a n t i g ü o . H a b í a una mujer y su h e r m a n o , eran
p e q u e ñ o s , c o m o de d o c e a ñ o s . C u a n d o tenían d o c e a ñ o s , el papá h a b í a m u e r t o ,
e n t o n c e s ellos vivían tristes, p o r q u e n o tenían padre ni m a d r e . Eran d o s herman o s , el h e r m a n o dice q u e era m a y o r y la hermana era m e n o r . Era j o v e n el
m u c h a c h o , p e r o ya sabía de t o m a r ayahuasca^ ° , p o r q u e el papá ya le h a b í a d a d o
de t o m a r , ya p o d í a ver visiones t a m b i é n , era p r e p a r a d o . ' ' Eran s ó l o d o s n o m a s .
Esa n o c h e
habían
t o m a d o ayahuasca,
c o n el o t r o kuraka, y e n t o n c e s , al día
siguiente, en la mañana, [el h e r m a n o ] la h a b í a l l a m a d o c u a n d o ella estaba e n otra
parte. Y c u a n d o ella a c e r c ó , d i c e : — ' ¿ Q u é tal, h e r m a n o ? ' — E n t o n c e s él h a b í a
d i c h o q u e : — ' N o s o t r o s v a m o s a ir, ya n o v a m o s a vivir a q u í ' —. H a b í a c o g i d o a
la hermana de la m a n o y [se] h a b í a levantado de la h a m a c a . El o t r o kuraka dice
que estaba cerca de él. Le h a b í a d i c h o a ese h o m b r e q u e n o v a y a , q u e quedara a
vivir c o n ellos. El j o v e n h a b í a d i c h o q u e : — ' N o , m e j o r m e v o y , p o r q u e n o t e n g o
ni padre ni m a d r e ' —. Y h a b í a salido a la puerta y a la hermana ha c o g i d o de la
m a n o . A la hermana le ha s o p l a d o t o d o el c u e r p o , c u a n d o ella salió a la puerta.
Después de e s o ( . . . ) se habían i d o al c i e l o , h a b í a n s u b i d o , los d o s , j u n t o c o n la
hermana.
C u a n d o s u b i e r o n , el o t r o kuraka q u e estaba s e n t a d o , h a b í a d i c h o a las otras
personas q u e — 'El ya n o vuelve, n u n c a ' —. Y e n t o n c e s l o q u e t e n í a n , las hamacas de él y de la h e r m a n a , las ropitas, le h a b í a n b o t a d o q u e m a n d o , p o r q u e él ya
n o va a v o l v e r en esa casa.' ^ — ' Y a se f u e a vivir en el c i e l o ' —, d e c í a n . "
(Texto 343, Fernando/Marcelino, 24.7. 1984)
( b ) " E s t e es o t r o c u e n t o , " p e r o también igualito a ése. L o m i s m o h a b í a , un j o v e n ,
y e n t o n c e s le mataron al h i j o y al papá. Y el h i j o t a m b i é n era j o v e n y l o m i s m o
ya sabía, de t o m a r ayahuasca, ya tenía su p o d e r de ver visiones. E n t o n c e s el papá
también [ t e n í a el m i s m o p o d e r ] . El o t r o kuraka le h i z o d a ñ o a los d o s , al h i j o y
al papá, e n t o n c e s h a b í a n m u e r t o .
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Y c u a n d o él h a b í a m u e r t o , el o t r o kuraka,
esa n o c h e ayahuasca.
decía que: -
ayahmsca,
el q u e n o h i z o d a ñ o , estaba t o m a n d o
Y c o m o a la madrugada, él d e c í a , el q u e estaba t o m a n d o
' Y a viene el q u e ha m u e r t o ' - , e n t o n c e s c u a n d o o y e r o n
e s t o , las gentes se q u e d a r o n quietas, para escuchar q u e viene él. C u a n d o estaban
e s c u c h a n d o , él, al bajar en el aire les hablaba c o n la v o z de él; él t o c a b a flautas
también.
Después de hacer [ t o c a r la flauta], b a j ó y e n t r ó en la casa. C u a n d o e n t r ó , le d i j o
a ese kuraka:
-
' ¿ E s t á s t o m a n d o ayahuascal'
- y él le r e s p o n d i ó : -
m i s m o [el m u e r t o ] le dijo q u e le brindara una taza de ayahuasca,
kuraka
-
' S f - . Y él
e n t o n c e s el
le b r i n d ó , y él t o m ó y a c a b ó t o d a la taza. D e s p u é s le h a b í a
' ¿ E s t á a q u í mi h e r m a n a ? ' - , y ella m i s m a h a b í a r e s p o n d i d o : -
dicho:
'Sí' - , porque
estaba l l o r a n d o p o r el papá y el h e r m a n o . E n t o n c e s el h e r m a n o h a b í a d i c h o :
— ' V e n g a para acá' —, y ella v i n o , d o n d e [estaba] el h e r m a n o . Después de e s o , l o
m i s m o h a b í a h e c h o : h a b í a s o p l a d o c o n t r a ella, y después de h a c e r e s o h a b í a
d e s p e d i d o al kuraka
q u e estaba t o m a n d o : — ' Y a m e v o y , m e v o y llevando a mi
h e r m a n a ' —. Despues de decir e s t o h a b í a salido de la puerta, de la casa, y p o r
t o d o s l a d o s dice q u e h a c í a n sonar l o s demás, q u e h a b í a n v e n i d o j u n t o a él.
[ ¿ E r a n los m u e r t o s ? ] Sí. Y después ya h a b í a l l e v a d o a la h e r m a n a , ya estaba
aclarando el d í a , e n t o n c e s h a b í a s u b i d o al c i e l o j u n t o c o n su h e r m a n a . [ ¿ E s t o s
h e r m a n o s viven aún e n el c i e l o ? ] D i c e que viven t o d a v í a en el c i e l o .
ma'temó
päP.
[¿Son
] Sí. Y dice que viven t o d a v í a . "
(Texto 344, Fernando/Marcelino, 24.7. 1984)
( c ) " T a m b i é n se dice l o m i s m o , que un h o m b r e h a b í a llevado a los d o s h e r m a n o s .
Ese h o m b r e dice q u e h a b í a llegado c u a n d o estaban t o m a n d o ayahuasca,
i d o t r a n s f o r m a n d o en mawajó
päi
Vjái,
él h a b í a
[ j e f e de los seres m í t i c o s mawajó\,
h a b í a v e n i d o p u e s t o ( . . . ) c o n esa c o r o n a de t u c á n , h e c h a de p l u m a s . '
y él
C u a n d o él
llegó a la puerta, h a b í a s o p l a d o c o n t r a él y e n t o n c e s h a b í a e n t r a d o a la casa. Y
c u a n d o e n t r ó , le h a b í a d i c h o : — ' A q u í e s t o y ' —, y la otra hermana t a m b i é n , y él
h a b í a d i c h o q u e — ' V a m o s ' —, y esos d o s h e r m a n o s h a b í a n salido j u n t o c o n él.
Después el h o m b r e h a b í a s o p l a d o a ellos y los h a b í a l l e v a d o l o m i s m o en el c i e l o ,
d o n d e él.
[ ¿ P u e d e n suceder h o y estas cosas? ] S í , dice q u e ha s u c e d i d o h a c e treinta a ñ o s ,
c u a n d o vivían en el Perú, dice q u e h a b í a s u c e d i d o e s o . El [kuraka],
cuando
estaba m u e r t o , h a b í a v e n i d o a llevar a la hija. Mi a b u e l o dice q u e sí p u e d e
suceder eso c u a n d o [es] una p e r s o n a , [ u n ] kuraka
bien p r e p a r a d o , sí se p u e d e
hacer e s t o .
( ¿ L a persona viva, vive c o n los m u e r t o s o aparte? ] D i c e q u e vive j u n t o c o n los
q u e h a b í a n m u e r t o . [ ¿ E s t á viva? ] Sí. [ ¿ M u e r e alguna v e z ? ] N o p u e d e m o r i r ,
dice que vive para siempre. [ ¿ E s a gente tiene n o m b r e ? ] S í , tienen sus n o m b r e s ,
p e r o n o se p u e d e preguntar c ó m o se llamarán, n o m b r e s de esos vivos. [ ¿ N o se
p u e d e n decir? ] N o se p u e d e n d e c i r . "
(Texto 345, Fernando/Marcelino, 24.7. 1984)
186
Los tres relatos anteriores presentan un esquema similar, en cuanto es
un muerto quien viene a buscar a un familiar muy cercano con el fin de
llevarlo consigo al m u n d o superior. En ninguno de los textos se afirma
explícitamente que el muerto es un especialista religioso, lo cual se infiere
a partir de ciertas pautas internas: En el texto (a) se afirma que el joven
sabía tomar alucinógenos, pues su padre le había dado (la bebida). Este
"dar de t o m a r " — que significa el acto concreto de brindar la bebida, y al
mismo tiempo la enseñanza — es una expresión sumamente c o m ú n en las
descripciones relativas al aprendizaje shamánico. El relato siguiente menciona el hecho de que el padre y su hijo tenían el poder de ver "visiones"
(ñañé), con la cual los Secoya traducen al español la posibilidad de c o n templar a los seres celestes y lo que sucede en otras regiones cósmicas
distintas al m u n d o de los hombres. Dos detalles del último relato muestran
asimismo que el muerto no es o t r o que un kuraka: Este aparece c o m o
mawajó päi, un ser mítico del extenso grupo de los seres míticos watí,
c u y o nombre hace mención a la azulada mariposa Morpho; se le ha agregad o la expresión T'jái, que tiene el significado de "el que c o n d u c e " . En la
ideología shamánica, sólo los especialistas religiosos tienen la posibilidad
de convertirse luego de la muerte en uno de estos seres míticos, y vagabundear con ellos por la atmósfera. El o t r o detalle consiste en el hecho de que
el muerto lleva puesta una " c o r o n a " (máro), de plumas de tucán, reservadas en la vida post mortem para uso exclusivo de los kuraka más p o d e r o sos.
El hecho mismo de la ascensión, y c ó m o se verifica ésta, no recibe
ninguna atención por parte del relator. Este mismo me explicó, en otra
oportunidad, lo que posibilita la ascensión de un individuo al cielo. La
continua ingestión de alucinógenos, en alta concentración, produce un
estado de ligereza y liviandad (peakó wa'ireoyé) en el cual el individuo
pierde peso. C o m o las hojas secas de los árboles se levantan en el aire en el
verano, cuando se quema la chacra, afirmó. Un Secoya adulto, que fue
protagonista del último intento del grupo por ascender al cielo, describió
así su sensación:
" D i c e que se p o n e a t o m a r bastante cada v e z , cada v e z , sin dejar. E n t o n c e s él
dice q u e a h í p o d e m o s q u e d a r livianos. D i c e que ha t o m a d o , y [ s e ] ha s e n t i d o
bien liviano, c o m o las h o j a s . . . "
(Belisario, 5. 1 9 8 5 )
Los tres relatos tienen asimismo c o m o protagonista a una mujer j o v e n ,
c u y o papel es pasivo, y que refleja la escasa participación de las mujeres en
el f e n ó m e n o de los alucinógenos y , por lo tanto, en el shamanismo. El
hecho de que se sople sobre su cuerpo, a fin de que pueda ascender, no me
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ha sido explicado; esa acción, realizada por un especialista religioso, neutraliza evidentemente la imposibilidad de la ascensión de quien no ha
tomado alucinógenos.
Al final del último relato se agrega la negativa de mencionar los n o m bres de los protagonistas del mismo. Los Secoya niegan que exista alguna
restricción en pronunciar el nombre (indígena) de un individuo, pero en la
práctica son renuentes a hacerlo.
En el relato siguiente son otras causas las que determinan el ascenso al
cielo de algunas personas. Para comprenderlo es necesario hacer una referencia a rutayó, la figura más lúgubre del panteón secoya. Ella fue una de
las esposas de ñañé, el héroe cultural, y p r o v o c ó en el principio de los
tiempos un anegamiento y destrucción de la tierra. Su esposo la envió al
mundo subterráneo, en el cual permanece, e x c e p t o en contadas oportunidades, en las que acude a la sesión de alucinógenos conducida por un
kuraka poderoso. Su intención de provocar un nuevo cataclismo permanece latente, y se concretiza cuando no se respeta una prohibición muy
estricta: la de que nadie abandone su casa ni realice ninguna tarea mientras
un grupo de individuos ingiere alucinógenos.' ® A q u í son las mujeres — un
'leitmotiv' en las conversaciones de los kurakas y de los hombres en general, y que las mujeres excluyen de sus relatos — que salen a orinar y / o
defecar, provocando c o m o respuesta la ira de rutayó y su consiguiente
venganza. Si bien esta figura mítica se halla asociada a la lluvia en general,
el texto menciona la ruptura de la tierra, que permite así la sahda de las
aguas contenidas en el interior de la misma:
( d ) " D i c e él que la d e s c e n d e n c i a antigua, de m u c h o t i e m p o atrás, en ese instante el
kuraka
h a b í a t o m a d o yajé,
y en ese instante salieron las señoras para d e s o c u p a r
( . . . ) [ E n ] el m o m e n t o de t o m a r va/e, salir era p r o h i b i d o , d i c e , n o l o c u m p l i e r o n
nada, y ellas salieron. Salieron las señoras, l u e g o e n t r a r o n : en ese instante se
había r o t o la tierra, se q u e d ó c o m o h e c h o diluvio. El, el kuraka,
c o n ella (rutayó),
estaba h a b l a n d o
y las demás salieron. L o s q u e n o estaban Xommáo
q u e n o vieron a rutayó,
s ó l o el kuraka
yajé
dice
n o m á s , y él h a b í a visto, y se abrió la tierra
y q u e d ó pura agua.
El kuraka
d o yajé,
sí se f u e para arriba, y los d e m á s q u e estaban, los q u e estaban t o m a n los q u e participaban en ese m o m e n t o y los demás kurakas
se f u e r o n a
los cielos. L o s que n o t o m a r o n q u e d a r o n d e n t r o del agua y [se] c o n v i r t i e r o n en
pescados.
C u a n d o ya se q u e d ó pura agua, subieron los kurakas
c o n sus h i j o s y las señoras
( . . . ) . Y los q u e n o eran familiares se q u e d a r o n d e n t r o del a g u a . " ' ®
( T e x t o 5 8 7 , F e r n a n d o / J o r g e , 12.8. 1 9 8 4 )
188
Otro relato detalla la expresa intención de un grupo de Secoya, guiados
por el kuraka, de ascender al cielo:
( e ) " Y ese kuraka
yajé
era m u y sabio, q u e r í a ir al c i e l o el h o m b r e ; le d i e r o n de t o m a r
a t o d a s las mujeres, él m i s m o las invitó y d i e r o n de t o m a r . ' ' En c a m b i o , n o
comían
nada, s ó l o t o m a n d o yajé
garzas, será,
t o d o el t i e m p o , y así es q u e bajaron estas
y t o d o s . Y l o s niños c o m o é s t e ' ® y a estaban c a n t a n d o , y los o j o s
c o m o esos pájaros será,
esos o j o s ya tenían los n i ñ o s , y a querían convertir en
pájaro. Y n o c o m í a n nada. A s í q u e el kuraka
c o m e n z ó a hacer e s o para ir al
c i e l o , y n o h a b í a e n c o n t r a d o lugar para ir.
Y o t r o kuraka
v i n o , y esas garzas estaban [ d e n t r o d e ] la casa, y ellos veían c o m o
una persona, c o m o gente ( . . . ) . En c a m b i o , [los que eran] c o m o n o s o t r o s " , que
n o saben t o m a r _va/é, vieron c o m o un pájaro. En c a m b i o , ellos [los que t o m a n ]
decían
-
'esas g e n t e s ' - . En c a m b i o las garzas tenían c a s c a b e l e s ^ "
vieron que tenían collares ( . . . ) . L o s q u e t o m a b a n yajé
ahí. Ellos
los veían p i n t a d o s , c o n
collares. Las personas miraban callados, n o entraron en la casa: los pájaros llenaban la casa. [La g e n t e ] estaba c a n t a n d o , y así n o c o m í a nada. — ' U y , una persona
viene, y otra persona viene' - , dijeron ellos. E n t o n c e s los q u e miraban callados
vieron así: eran pájaros que entraban y salían y entraban y salían. — ' A h o r a c o n
ellos v a m o s a salir para n o m o r i r ' - , dijeron ellos. En c a m b i o ellos [los q u e n o
t o m a b a n yajé]
vieron pájaros: — ' ¿ C ó m o van a llevar? ' —, d i j e r o n , — ' C r e o que
son t o n t e r í a s ' — ( . . . ) .
Vieron:
era c o m o
una l o m a , dice q u e h a b í a bastantes pájaros, será
y garza
t a m b i é n , y v o l a n d o , y llena la casa t a m b i é n . Y él estaba m i r a n d o , y los
será
t a m b i é n tenían los cascabeles así, [ y estaban] p i n t a d o s . Y o t r o h o m b r e q u e vino
le d i j o : — ' ¿ Q u é está h a c i e n d o una t o n t e r í a usted?
¿ A d ó n d e va a ir? N u n c a la
gente se va al c i e l o , m u e r t o s tal vez se van. Usted s ó l o [ h a c e ] tonterías n o m á s .
¿ U s t e d ve personas?
Esos n o son personas, ¡son pájaros! '
le gritó. Y los será
también se f u e r o n a volar. Y d i j e r o n , c o m o e s o s c a n t a b a n , los o j o s tenían de
será,
kuraka
y les salían plumas [en lugar de las cejas] ( . . . ) . [ ¿ M a t i l d e l o c o n o c i ó al
o le c o n t a r o n ? ] Le c o n t a r o n . Era [ en el t i e m p o d e ] antes del a b u e l o . "
( T e x t o 5 8 3 , M a t i l d e / C e l i n d a , 12.8. 1 9 8 4 )
El intento de ascensión es acompañado en el texto anterior por ciertas
acciones c u y o fin es el de posibilitarlo: a la ingestión de alucinógenos se
suma el ayuno; por medio de ambos se busca aligerar el cuerpo y permitir
la ascensión, concebida aquí obviamente c o m o vuelo. A q u í el ascenso se
daría a través de la inetamorfosis de los seres humanos en aves: de los
niños se afirma que sus ojos adquirieron la forma alargada de los de las
garzas, y de algunos adultos que en lugar de las cejas les crecieron plumas
de esta ave.
189
La alusión al canto se refiere a las canciones entonadas por los participantes en las sesiones de ingestión de alucinógenos, canciones que reciben
el nombre genérico de wT'ñá kashé o "palabra de los seres celestes". Estas
pertenecen a la "gente del c i e l o " que la canta cuando desciende al lugar
donde los hombres se hallan reunidos. En un proceso no diferenciable, los
Secoya cantan incansablemente para lograr divisar a esos seres y al mismo
tiempo, llegan a verlos porque los describen sin pausa en sus canciones.
En la ideología shamánica (me refiero con esta expresión al punto de
vista o a las opiniones detentadas por los especialistas religiosos, a menudo
diferentes de las de otros individuos),
será posé son wT'ñáo wá'i, y sólo
tienen de las aves la denominación. Aunque no he discutido explícitamente este relato con el kuraka, creo que él opinaría en este caso lo que tantas
veces afirmó: los seres del cielo poseen nombres de distintos animales,
pero no existe ninguna coincidencia ni en su aspecto general ni en ninguna
otra característica física. En el relato, la frontera entre ambos es lábil,
expresivamente se señala la percepción antipódica de quienes han t o m a d o
alucinógenos y quienes no lo han hecho: para los primeros, las garzas
tienen un aspecto a n t r o p o m o r f o , llevan collares, y sus rostros se hallan
pintados, mientras que para los segundos, se trata simplemente de aves. El
intento es interrumpido en el relato por un especialista religioso que no
cree en la posibilidad del ascenso, tras lo cual las aves se retiran.
Desde la perspectiva del relator existe aquí una intención de ubicar
cronológicamente el suceso: éste sucedió "antes del a b u e l o " , es decir,
cuando aún no había nacido el abuelo de la relatora. Este m o d o de lo que
podría llamarse una " c r o n o l o g í a relativa" es adoptado a menudo por el
relator secoya para expresar la profundidad temporal de un determinado
hecho.
A continuación presentaré tres versiones de un mismo suceso que posee,
en este caso, una ubicación cronológica precisa: en la región de Yubineto
(Perú), un kuraka intentó, aproximadamente en 1960, ascender con un
grupo de gente al cielo. El primer texto procede de un individuo de unos
50 años que ha sido protagonista del hecho, por el cual trataba de alcanzar
la inmortalidad. El kuraka que trata de realizar la empresa atribuye primeramente el fracaso al hecho de que las mujeres abandonaron sus viviendas
- ya sea para orinar o efectuar una tarea — mientras se bebían alucinógenos. C o m o he señalado anteriormente, esta acusación es un 'leitmotiv' en
las informaciones de los especialistas religiosos y, a través de ellos, de la
mayoría de los hombres. El fracaso de las acciones shamánicas es atribuido
por lo general a la actitud irresponsable de las mujeres. Aunque éstas
provocan el fracaso, los poderes del kuraka son en cierto m o d o consignados: una humareda que se ve a lo lejos es relacionada por el relator con el
intento.
190
( f ) " S í , [el kuraka
t o m a r yajé,
les] h i z o creer, ¿ n o ?
traer. Y l u e g o él (el kuraka)
como
E n t o n c e s les h a b í a d i c h o él q u e -
'Vamos a
bastante' —. El dice q u e t a m b i é n f u e (el relator) a cargar yajé
d e c í a que -
livianos para ir al c i e l o .
' V a m o s a tomar
para
y vamos a quedar
[ P o r q u e ] allá viven las gentes del c i e l o , [ q u e ]
t o m a n , c o m e n , y tienen m a í z para t o m a ^ ' ' —.
Y e n t o n c e s les d e c í a q u e — ' T o d o s los q u e han m u e r t o en esta tierra están allá
v i v i e n d o . T o d o el c u e r p o . ' —^^ Y l u e g o les d e c í a , una n o c h e , e m p e z a r o n a t o m a r
yajé,
y les i n d i c ó q u e n o salieran las mujeres afuera. Y ellos han g u a r d a d o ya sus
cosas para salir. El d e c í a q u e — ' A la madrugada van a venir' —, e n t o n c e s han
guardado sus cosas. [ ¿ Q u i é n iba a venir? ] ma'témó
päi, gente del c i e l o .
E n t o n c e s ellos han g u a r d a d o sus cosas, y l u e g o ha a m a n e c i d o ( . . . ) . E n t o n c e s el
kuraka
d e c í a : — ' Y a n o vienen, p o r q u e las mujeres han salido a f u e r a , y n o van a
venir más. Y ya n o van a llevarnos al c i e l o . ' — C r e o q u e él h a b í a m e n t i d o ( o p i n a
el t r a d u c t o r ) . N o sé, dice (el relator). Y e n t o n c e s él (el kuraka)
decía que -
'Ya
vienen' —. H i z o sonar c o m o un fierro ( . . . ) , p e r o n o aparecieron. Se veía c o m o
h u m o , p o r allá. C o m o un [ h u m o ] negrito pasaba, p e r o n o se veía c o m o gente,
c o m o nosotros
( T e x t o 8 8 6 , B e h s a r i o / M a r c e l i n o , 11.6. 1 9 8 5 )
La siguiente versión del mismo suceso fue narrada por un especialista
religioso quien no se hallaba cerca del lugar dónde sucedió lo narrado,
pues había emigrado alrededor de 1940 hacia el Ecuador. A q u í no se duda
de la capacidad del especialista religioso para tener éxito en tal empresa;
más bien, en tanto al kuraka no emparentado ni aliado, se le atribuye una
intención maléfica. Esta característica es habitual del shamanismo Tucano
occidental en particular, c o m o asimismo de numerosas etnias del Noroeste
amazónico.
A q u í se menciona un detalle, ausente en los otros textos, pero habitual
en las referencias al m u n d o superior: el kuraka ordena a la gente a llevar
consigo sólo objetos (hamacas, ropa, etc.) que no han sido usados. El ideal
de perfección que los Secoya proyectan sobre el cielo no permitiría que se
utilicen allá objetos viejos.^''
( g ) " E s t o dice que pasó c u a n d o mi a b u e l o (el relator) ya estaba en el E c u a d o r . Y el
o t r o kuraka
d i j o a los demás q u e -
' H o y de mañana va a venir una lancha del
c i e l o para llevar a ustedes' —. I n d i c ó q u e — ' G u a r d e n s o l a m e n t e las cosas nuevas,
las ropas nuevas, amárrenlas d u r o , [apretadas], y esténse afuera y cuelguen su
hamaca afuera y esténse afuera, para ir' —. Y d i j o e s o y ellos guardaron, salieron
para afuera y estaban e s p e r a n d o esa lancha. Y ese kuraka
q u e d i j o se f u e de
mañanita para la c a c e r í a . Y él d i j o e s t o c o n el f i n de q u e venga esa [ l a n c h a ] y los
haga b o t a r en los diferentes sitios de la selva. [ ¿ C ó m o ? ] Q u e las gentes que
quieran ir al c i e l o que suban a esa [ l a n c h a , ] y los b o t e en diferentes sitios.
191
Dice que en ese instante, c u a n d o ellos estaban afuera, l l e g ó , p o r e n c i m a del
y u c a l ^ ' , la c a n o a . Dice q u e n o era c o m o una lancha, era una tortuga grande, d o s
veces [ m a y o r q u e ] los galápagos, o sea d o b l e ; dice que era bien g r a n d o t a . Y esa
vino h a c i e n d o c o m o grito, h a c i e n d o r u i d o , y la c a b e z a de la tortuga era grande, y
también sus patas bien anchotas. Y p o r l o tanto n o le c o g i e r o n a él para subir
para irse, y la tortuga pasó. Se asustaron.
Esto dijo el kuraka
c o n el fin q u e c u a n d o venga esa, q u e suban y vaya, y q u e esa
tortuga los b o t e en diferentes sectores de la selva. [¿Para q u é ? ] Para q u e mueran
p o r allá, el kuraka
d i j o c o n mala i n t e n c i ó n , c o n e s o d i j o , n o era verdad para ir al
c i e l o ( . . . ) . C u a n d o p a s ó así en f o r m a de galápago y h a c i e n d o r u i d o c o m o tigre, le
vieron, y ante e s o entraron en la casa.
Y a de tarde vino el kuraka
q u e se f u e de mañana a la c a c e r í a . Y él v i n o y
p r e g u n t ó si es q u e ya pasó la lancha. O sea, la c a n o a de los c i e l o s , y ellos dijeron
que -
' N o era c o m o c a n o a , sino c o m o tortuga. F e o '
d i j e r o n . El kuraka
seguía
c o n la mala i n t e n c i ó n , d i j o : — 'Esa era c o m o c a n o a , s o l a m e n t e a la mirada de
ustedes parecía c o m o tortuga. ¿ Y p o r q u é n o c o g i e r o n la tortuga, c o n bastantes
personas? ' —. — ' N ó , n o q u e r e m o s hacer e s o '
d o . Q u e d ó a h í n o m á s , callado [el
Esto h i z o el kuraka
dijeron los q u e estaban esperan-
kuraka].
c o n el fin que venga ese galápago y haga b o t a r a las gentes,
c o n mala i n t e n c i ó n d i j o el kuraka.
C u a n d o v i o e s o , el o t r o kuraka
v i o en las visiones que el kuraka
h i z o c o n la i n t e n c i ó n de hacer perder [a la
g e n t e ] en diferentes lugares. Y e s o v i o , y avisó a los demás. -
cocinó
yajé
y
'El está h a c i e n d o
c o n la i n t e n c i ó n de e s o , n o v a m o s a creer otra vez las p r o m e s a s de él.' — El avisó
así, el o t r o kuraka.
— ' Y n u n c a v a m o s a o b e d e c e r , para salir afuera a esperar la
c a n o a de los cielos, n u n c a v a m o s a salir. El está h a c i e n d o c o n la i n t e n c i ó n de
dejarnos en la selva ...' —
( T e x t o 5 9 4 , F e r n a n d o / J o r g e , 13.8. 1 9 8 4 )
La tercera versión proviene de una mujer de unos 40 años, a quien le
fue narrada por una protagonista en el suceso (la esposa del relator del
texto ( f ) ) . Es la que posee una dosis más elevada de escepticismo, debida a
la situación vital de la narradora, quien nunca consumió alucinógenos, y
estuvo sometida a la influencia directa de misioneros del Instituto Lingüístico de Verano (una de las principales actividades del misionero que vivía
en el lugar consistió en anatemizar t o d o lo relacionado con el c o n s u m o de
drogas). La relatora no duda del poder de los especialistas religiosos, pero
no cree que en la actualidad sea posible a los hombres ascender al cielo y
alcanzar la inmortalidad: Estas posibilidades sólo estuvieron abiertas para
los Secoya de tiempos ya idos.
A q u í se repiten detalles que c o n o c e m o s de textos anteriores (el ayuno,
la ingestión continuada de alucinógenos, la reunión de objetos nuevos, el
canto), a los cuales se suman otros rasgos: el hecho de que no descienda
192
ningún ser celeste es atribuido obviamente por el kuraka a algún error en
la conducta de los participantes; los dibujos faciales no han sido suficientemente bien realizados, por lo cual les ordena lavarse el rostro y proceder a
efectuarlos otra vez. El lavado debe efectuarse sin utilizar j a b ó n , evitando
claramente el uso de un o b j e t o extraño a la cultura indígena, un rasgo
conspicuo en los movimientos mesiánicos de distintas regiones del m u n d o .
( h ) " T o n t e r í a s saben decir, y los kurakas
también h a c e n . H i c i e r o n , un h o m b r e
kura-
ka ( . . . ) t o m ó bastante y v o l v i ó t o n t o ( . . . ) . Y dice q u e e n g a ñ ó a las personas; y los
que n o iommyajé
piensa la m e n t e bien.
— ' Y ahora v a m o s a salir t o d o s ; guarden las cosas, b i e n , cosas q u e n o han u s a d o ,
s ó l o sin usar tienen q u e llevar al c i e l o . ' — E n t o n c e s ellos d i j e r o n : — 'Es v e r d a d ,
p o r q u e es kuraka'
- . Esos canastos n o usados guardaron, y la shigra
( b o l s a de
acarreo)^ ^ también sin usar, le guardaron. — ' P o n g a acá.' — Y la g e n t e , p o b r e ,
p u s o a h í m i s m o . Después, la hamaca t a m b i é n sin usar g u a r d ó a h í m i s m o . Y d i j o :
— ' A h o r a tienen q u e t o m a r t o d o el pilche
t o d o el yajé'
( r e c i p i e n t e ) ^ ® , d a n d o la vuelta así,
—. Ellos t o m a r o n , y d i j o : — ' C u a n d o ustedes estén un p o c o borra-
c h o s , ahí v a m o s a salir' —, les d i j o ese kuraka.
Ellos, p o b r e s , piensan q u e van a
salir.
Ellos estaban e s p e r a n d o , y el kuraka
c o n t ó : — 'Un h o m b r e del c i e l o va a bajar,
allí' —, y ellos, p o b r e s , estaban e s p e r a n d o , y ni siquiera v i n o ese h o m b r e . Y les
dijo:
— 'A
las siete, a las o c h o va a venir' —. Y ellos sin c o m e r estaban, sin
d e s a y u n o , s ó l o t o m a n d o los yajé.
Y t o d o s estaban r e u n i d o s , para salir al c i e l o .
E s p e r a n d o , y dice q u e más tarde, a las d o c e , [ t o d a v í a ] esperaban ellos. A las
c i n c o de la tarde, a h í t a m b i é n esperaban, sin salir a hacer la c o m i d a . Una mujer
ha d i c h o : -
' ¿ A q u é hora va a venir un h o m b r e del c i e l o ? ' - . -
— ' A m e d i a n o c h e va a venir.' — T a m p o c o v i n o . — ' F a l t ó yajé'
'Ya mismo.' - .
—, d i j o , — ' [ p a r a ]
llevar al c i e l o para vivir' —. E n t o n c e s ellos c o c i n a r o n _yfl/e otra v e z .
Esto c o n t ó m i tía Alicia, la q u e pinta [la cara], m e c o n t ó a m í así. T a m b i é n [es]
historia, ella t a m b i é n l o v i o . Ella t a m b i é n estaba e s p e r a n d o l o q u e hace el
ka, n o h a b í a q u e h a c e r la c o m i d a , faltó el yajé.
yajés,
y otra vez c o c i n a r o n . -
kura-
Ellos se f u e r o n a traer bastantes
' Y ahora sí v a m o s a salir. T i e n e n q u e guardar las
cosas, ollas.' — Y l o pusieron a h í m i s m o . — ' N o hay q u e t o c a r ' —, el kuraka
d i c h o , y ellos sin tocar estaban. El kuraka
ha
se ha p e r d i d o m á s , l o q u e toma>'fl;e, y
se ha p e r d i d o la m e n t e , y les d i j o : — ' A h o r a tienen q u e echarse en la h a m a c a ,
tienen que sacar, tienen que p o n e r a un l a d o ' —. Ellos, p o b r e s , sacaron [las viejas]
y pusieron nuevas hamacas. Y les d i j o : -
' L o q u e se pintaron ustedes, tienen que
ir a lavar b i e n ' —. Otra vez, ellos se f u e r o n a lavar t o d o . — 'Sin j a b ó n ' —, les d i j o .
Sin j a b ó n se lavaron ellos, y [se] p i n t a r o n otra vez. Ellos vinieron y t o m a b a n
yajé,
y les d i j o : — ' A h o r a sí v a m o s a sahr' —. Y ellos estaban, [era d e ] n o c h e ,
n o c h e . Ese kuraka
estaba c a n t a n d o , c a n t a n d o , c a n t a n d o . D i c e q u e ni bajar un
á n g e P ' así del c i e l o , nada. A s í es q u e e n t o n c e s ella m i s m a d i j o : — ' C r e o q u e este
193
kuraka
está m i n t i e n d o . Si fuera un h o m b r e , o tal vez un ángel, p u e d e venir, y
hasta ahora n o viene. C r e o que está d i c i e n d o t o n t e r í a a l o c o ha s i d o . ' - Alicia ha
d i c h o así.
El kuraka
e n t o n c e s ha d i c h o q u e : -
' F a l t ó yajé,
d i c h o . E n t o n c e s ellos c o c i n a r o n b i e n , y él d i j o : yajé
tienen q u e c o c i n a r m á s ' - , ha
' A h o r a sí v a m o s a salir, este
es f u e r t e ' —, ha d i c h o . Estaban e s p e r a n d o al q u e va a venir, o que abra. El ha
dicho: -
' V a a abrir el c a m i n o así' - , d i c e . A b r i r el c a m i n o para llegar hasta la
casa. — ' A h í v a m o s a salir, p o r ese c a m i n o ' —, ha d i c h o . Piensa q u e va a bajar un
c a m i n o , ni siquiera b a j ó , d i c e . Y después se e n f e r m ó , el m i s m o kuraka,
y [en]
t o d o el c u e r p o salieron granos, granos negros. Y él t o m ó esa m i s m a n o c h e y d i j o :
-
' A h o r a sí v a m o s a salir' - . Y los q u e t o m a r o n yajé
esa n o c h e , a ésos han
c o g i d o esos granos. Q u e d ó negra la piel, y ni siquiera [ p o d í a ] alzar la m a n o ese
kuraka,
y ni siquiera levantar los pies.
En c a m b i o él ha d i c h o q u e -
' A h o r a sí v o y a salir, ahora v a m o s a salir al c i e l o
t o d o s ' —. E n t o n c e s le d i j e r o n : - 'Es mentira, ¡ q u é v a m o s a salir!
es verdad.' [¿Cuándo
E n t o n c e s le d e j a r o n . Y
P o r q u e ya n o
ese p o b r e , de ganas d e c i r , se
falleció.
pasó e s t o ? ] A n t e s de q u e vengan ellos acá, q u i n c e años. A s í sabe
c o n t a r la Alicia. C u a n d o t o m a n bastante esos yajé,
saben perder la m e n t e . "
Resumamos las características de la tradición oral examinada aquí:
Los primeros relatos consignados nos comunican el motivo por el cual uno
o más individuos han abandonado el m u n d o de los hotnbres, debido a la
tristeza y la nostalgia producida por la muerte de un ser querido (es decir,
en situaciones de intensa crisis individual) o , en otro, salvándose de la ira
de un ser mitológico que ha producido un cataclismo. En ambos casos la
acción se centra en un especialista religioso, por intermedio del cual los
parientes cercanos se ven involucrados en el ascenso. Estos relatos se diferencian de los tres liltimos en la perspectiva cronológica (aquí se trata de
un suceso de la década del 6 0 ) , y en que viven numerosos individuos que
han participado del mismo. Veamos brevemente las causas posibles del
intento y las concepciones subyacentes al mismo.
En 1960, entonces, un grupo de Secoya, dirigido por un kuraka, intentó
ascender al cielo. Es posible postular una situación análoga de crisis, pero a
nivel social. La penetración de c o l o n o s en la región en que habitaban, las
relaciones cada vez más estrechas con éstos, y la comparación de los
propios valores con los de una cultura extraña ha quizás producido una
crisis de identidad en el seno de la comunidad. Es difícil juzgar en qué
medida esta situación ejerció una influencia decisiva, pero es más que
probable que haya jugado cierto papel si, c o m o se desprende de los testimonios citados, los Secoya recurren al intento de abandonar el m u n d o
humano en estados de extrema c o n m o c i ó n . C o m o sucede en los relatos
194
míticos, c o m o les era c o n o c i d o de su tradición oral (según la cual algunos
individuos lo habían logrado), un grupo de individuos trató de ascender al
cielo, con el fin de vivir allí para siempre, evitando la muerte. El objetivo
de la ascensión — concebida a través de la transformación en ave, o simplemente por la elevación en el aire, luego que la influencia de los alucinógenos ha aligerado el cuerpo - es, en e f e c t o , lograr el tí páni weseyé, el vivir
para siempre, obtenido a través de la transformación en ma'témó pai,
gente del cielo.
Este intento no habría sido iniciado sin la voluntad expresa de un
especialista religioso, quien determina las reglas necesarias de la conducta
ritual (ingestión de alucinógenos, ayuno, preparación de los objetos sin
uso, etc.). La duda acerca de la capacidad de éste para lograr lo propuesto
es posterior al hecho (al fracaso); lo cierto es que en su m o m e n t o él logró
convencer a un determinado número de individuos de que la empresa
podía aspirar al éxito.
En lo que hace a este tema, p o d e m o s visualizar al especialista religioso
secoya c o m o al individuo que actualiza - en cuanto lleva al plano de la
acción — concepciones que las demás personas c o n o c e n (pues son parte de
su tradición oral), pero que no poseen la posibilidad de intentar llevarlas a
la práctica. A su vez, aquél sólo pudo realizar el intento basándose en una
suerte de consenso popular. Es decir, existe un marco general de referencia, pero la plasmación, la " p r e c i p i t a c i ó n " de esos datos generales en la
acción concreta, son d o m i n i o exclusivo del especialista religioso. De ahí
que este f e n ó m e n o se halla íntimamente ligado tanto a la esfera del shamanismo c o m o a un f e n ó m e n o concomitante: el de la ingestión de alucinógenos, que no es entre los Secoya un elemento más de la experiencia religiosa, sino más bien el que la posibilita.
Cabe preguntarse en qué medida el Cristianismo, con su acentuación en
la vida celeste, puede haber influido en estas concepciones. Por esos años
los misioneros del Summer Institute of Linguistics ya habían c o m e n z a d o
su prédica en la región. En el tema que nos ocupa, la prédica cristiana
acerca de que tanto los seres potentes c o m o los muertos^" residen en el
cielo, n o ha sido más que una ratificación de lo que los Secoya ya sabían
por su propia tradición. En este sentido, la prédica de la "vida eterna" no
hizo más que alimentar nostalgias profundas del pensamiento indígena. Y o
diría que la influencia del Cristianismo se ha plasmado en o t r o aspecto: el
del hiatus temporal en que se cree es posible realizar esta empresa. Cada
vez más los indígenas tienden a pensar que si bien en el pasado era posible
ascender al cielo en vida, evitando la muerte, en la actualidad sólo se
puede llegar a él luego de la muerte.
El c o m p l e j o de creencias respecto de la ascensión al cielo se basa en
ciertos presupuestos expresados en las informaciones anteriores, tales
195
c o m o la existencia de los ma'témó päi en el m u n d o superior — seres no
sujetos a la muerte - , la facultad de verlos en quien persevera en la ingestión de alucinógenos, el hecho de que éstos provoquen una ligereza por la
cual un individuo, a la manera de las hojas de los árboles con el viento,
logra elevarse. Si aceptamos estos presupuestos, es factible lograr un acercamiento a la intelección del marco de referencia propio de la c o n c e p c i ó n
secoya y liberar esta narrativa de cierta nota de exotismo que pueda haber
tenido en un principio.
NOTAS
1
L o s Secoya
p e r t e n e c e n - j u n t o c o n los Siona, Correguaje,
Tama, etc. — a la rama
o c c i d e n t a l de los Tucano.
El g r u p o se halla c o m p u e s t o p o r unas 5 0 0 personas, de las
cuales a p r o x i m a d a m e n t e la mitad habita a orillas del r í o A g u a r i c o ( E c u a d o r ) y la
otra mitad en la z o n a del r í o Y u b i n e t o ( P e r ú ) . V i c k e r s ( 1 9 7 6 , passim) ha p r o p o r c i o n a d o el análisis más a m p l i o , hasta la f e c h a , de este g r u p o .
A g r a d e z c o a la F u n d a c i ó n A l e x a n d e r v o n H u m b o l d t , de la R e p ú b l i c a Federal de
A l e m a n i a , q u e p a t r o c i n a m i p r o y e c t o s o b r e las etnias Tucano.
A g r a d e z c o asimismo
al Dr. Mark M ü n z e l la lectura y los c o m e n t a r i o s a este a r t í c u l o .
2
3
4
5
6
Las versiones siona y secoya
de este relato han sido r e c i e n t e m e n t e elaboradas
(Cipolletti 1985b).
Entre l o s ma'temó
päi y los wi ñáo wá'i existe claramente una diferencia q u e aún
n o he c o m p r e n d i d o . La segunda parece ser una c a t e g o r í a más r e d u c i d a , y a q u e n o
t o d o s l o s ma'temó
päi son wTñáo
-wá'i. L o s seres vivientes q u e logran ascender al
c i e l o n o f o r m a n parte de esta última c a t e g o r í a .
A l r e d e d o r de 1 9 6 0 existió un m o v i m i e n t o religioso de características mesiánicas
entre los Tucano
orientales del Brasil ( i n f o r m a c i ó n en una carta del Dr. M. M ü n z e l ,
2 7 . 2 . 1 9 8 6 ) . Una c o m p a r a c i ó n de los rasgos de a m b o s f e n ó m e n o s religiosos sería
seguramente de interés, p e r o l a m e n t a b l e m e n t e n o he h a l l a d o b i b l i o g r a f í a al r e s p e c t o .
Es necesario distinguir la inmortalidad de la cual se habla a q u í (es d e c i r , del ser
h u m a n o en su t o t a h d a d , l o cual es un h e c h o a n ó m a l o ) , de la i n m o r t a l i d a d de una
parte del ser h u m a n o l u e g o de la m u e r t e , un rasgo c o m ú n a p r á c t i c a m e n t e t o d a s las
religiones amerindias. En las c o n c e p c i o n e s de la vida post mortem,
en e f e c t o , l o
habitual es la p e r d u r a c i ó n de la existencia después de la m u e r t e .
L o s a l u c i n ó g e n o s utilizados c o m p r e n d e n varias especies de Banisteriopsis
Brugmansia (pejíj y Brunfelsia
(yajéj,
de
(ujajay).
1
Chantre y Herrera ( 1 9 0 1 ; 6 3 ) , r e s u m i e n d o i n f o r m a c i o n e s de m i s i o n e r o s jesuítas del
siglo X V n i , afirma c o n r e s p e c t o a l o s Encabellado
( d e n o m i n a c i ó n para g r u p o s
Tucano
o c c i d e n t a l e s ) : " . . . de c u y a n a c i ó n es vanidad característica pintarse los
r o s t r o s así l o s h o m b r e s c o m o las mujeres ... Causa risa ver á estos h o m b r e s , e m p e ñ a d o s en pintarse las caras al acercarse á los p u e b l o s , á c u y a causa llevan c o n s i g o sus
e s p e j u e l o s y c o l o r e s en ciertos c o q u i l l o s p e q u e ñ o s . . . "
8
C u a n d o hablan español, los Secoya
d e n o m i n a n al especialista religioso kuraka
(del
q u e c h u a " j e f e " ) , e x p r e s i ó n q u e se hallaba y a en u s o en el siglo X V H . La d e n o m i n a c i ó n p r o p i a es yajé unkuke,
" b e b e d o r de yajé",
q u e se resume generalmente en
"unkuke";
existen también otras e x p r e s i o n e s .
9
L o s relatos f u e r o n grabados en San P a b l o , s o b r e el r í o A g u a r i c o ( E c u a d o r ) , en tres
estadías en l o s a ñ o s 1 9 8 3 , 1 9 8 4 y 1 9 8 5 . Han sido transcriptos t e x t u a l m e n t e , e x c e p -
196
t o c a m b i o s m í n i m o s , c o m o p. ej. la la c o n c o r d a n c i a entre sujeto y p r e d i c a d o . E x presiones ininteligibles o r e p e t i c i o n e s han sido e x t r a p o l a d a s , señalándose c o n tres
p u n t o s entre paréntesis. Entre paréntesis se p r o p o r c i o n a n aclaraciones al t e x t o ; en
c o r c h e t e s se c o l o c a n c o m p l e m e n t o s a la t r a d u c c i ó n , o bien se transcriben preguntas
aclaratorias. En las e x p r e s i o n e s indígenas, la nasalización de la v o c a l se marca c o n
una tilde p. ej.: e ) . A l final de cada t e x t o se consigna entre paréntesis el n ú m e r o del
m i s m o , el n o m b r e del relator y , a c o n t i n u a c i ó n , el del t r a d u c t o r , seguidos p o r la
f e c h a en q u e se realizó la g r a b a c i ó n .
10 Expresión q u e c h u a ; en secoya
es ya/é (Banisteriopsisj,
u n o de l o s tres a l u c i n ó g e n o s
utilizados p o r esta etnia. L o s restantes son pefi (Bmgmansia
sp.) y ujajay
(Brunfelsia sp.), ya m e n c i o n a d o s .
11 La e x p r e s i ó n " v i s i ó n " traduce al v o c a b l o secoya
'ñañé',
q u e se refiere a la posibilidad de divisar cierta realidad, a diferencia de quienes n o ingieren a l u c i n ó g e n o s .
A b a r c a el " v e r " a c c i o n e s q u e se desarrollan en lugares c o m u n m e n t e ajenos a los
h o m b r e s , c o m o el i n f r a m u n d o , el m u n d o superior, etc.
12 En la f u n e b r i a tradicional, los o b j e t o s del d i f u n t o son c o l o c a d o s j u n t o al cadáver.
D a d o q u e éste n o existe, la necesidad de desprenderse de sus o b j e t o s da lugar a una
f o r m a aberrante de la f u n e b r i a , q u e consiste en q u e m a r l o s .
13 Del relato anterior se a f i r m ó q u e era una " h i s t o r i a " ; de éste, q u e es un c u e n t o .
Estos d o s t é r m i n o s son utilizados c o m o s i n ó n i m o s p o r el t r a d u c t o r , y n o j u e g a n
ningún p a p e l en el c o n t e n i d o de verdad del relato. L o s Secoya
p o s e e n , sin e m b a r g o ,
una clasificación entre relatos v e r d a d e r o s o " h i s t ó r i c o s " (aipe koká, " p a l a b r a de los
a n t i g u o s " ) , que c o m p r e n d e n n o s ó l o l o s analizados en este trabajo, sino t a m b i é n
t o d o s l o s m i t o s de c r e a c i ó n , y l o s " c u e n t o s " o relatos n o v e r d a d e r o s (kóa
káshe,
" p a l a b r a de r i s a " ) , q u e c o m p r e n d e n u n n ú m e r o l i m i t a d o de t e x t o s , la m a y o r í a c o n
una i n t e n c i ó n moralizante.
14 En la i d e o l o g í a shamánica, los kurakas
f a l l e c i d o s utilizan " c o r o n a s " de distintos
materiales; la de p l u m a s de tucán fñansé) es una de las más altas en la jerarquía.
15 En o t r o trabajo ( C i p o l l e t t i 1 9 8 5 a ) he analizado la c a n c i ó n p e r t e n e c i e n t e a.rutayó
y
algunas características de su c o m p o r t a m i e n t o .
16 El relato c o n t i n ú a d e s c r i b i e n d o la existencia de estas personas en el agua, y c ó m o
algunos Secoya
los v i e r o n y p u d i e r o n conversar c o n ellos. Obsérvese c ó m o el p r o c e so de c r e d i b i l i z a c i ó n de l o narrado actúa desde a m b o s e x t r e m o s .
17 Este hacer hincapié en la p a r t i c i p a c i ó n de las mujeres en la ingestión de alucinógen o s se d e b e a q u e , siendo la relatora una m u j e r , el p u n t o de vista es f e m e n i n o .
Narradores del s e x o m a s c u l i n o tienden a o p i n a r q u e las mujeres sienten m i e d o de
participar en esas experiencias.
18 Se refiere al n i e t o de la relatora - e h i j o de la t r a d u c t o r a — un n i ñ o de 10 a ñ o s de
edad. El ave será, q u e se m e n c i o n a a q u í , es u n p e q u e ñ o gavilán de c o l a b i f u r c a d a
(Elanoides
forficatusj,
i d e n t i f i c a d o p o r varios Secoya
en las láminas de M e y e r de
Schauensee y Phelps 0 9 7 8 ) .
19 La t r a d u c t o r a se refiere a ella m i s m a y a la autora de este trabajo.
2 0 Se trata de l o s f r u t o s s e c o s de una palmera, c o n l o s cuales c o n f e c c i o n a n collares q u e
se llevan c r u z a d o s s o b r e el p e c h o , y q u e p r o d u c e n un d u l c e s o n i d o c o n cada m o v i miento.
21 Es decir, la b e b i d a preparada a base de m a í z , masato o , en secoya,
konó.
2 2 Hay o p i n i o n e s distintas s o b r e q u é parte del m u e r t o es la q u e p e r d u r a en la vida post
mortem;
entre otras, existe ésta, según la cual se trata del i n d i v i d u o c o m p l e t o .
2 3 A partir de a q u í se describe c o n l u j o de detalles varios casos de f a l l e c i m i e n t o s
atribuidos a este kuraka. Entre sus n u m e r o s a s v í c t i m a s se c u e n t a n d o s h e r m a n o s del
197
relator. La atribución de la m u e r t e a la i n t e n c i ó n maligna de aquél es m u y clara en
las palabras del relator: " . . . N o era tan anciano (se refiere a u n o de sus h e r m a n o s ) ,
un p o c o [ n o m á s ] ; p e r o l o m a t ó él. Si n o , hasta ahora hubiera v i v i d o " .
2 4 En un relato presente tanto en la tradición oral siona c o m o secoya,
un m u e r t o
vuelve a buscar a su esposa viva para llevarla al c i e l o , o r d e n á n d o s e e x p r e s a m e n t e q u e
lleve c o n s i g o s o l a m e n t e o b j e t o s sin u s o ( c f . Cipolletti 1 9 8 5 b ) .
25 La p l a n t a c i ó n de y u c a . Manihot
esculenta.
26 El relato c o n t i n ú a e n u m e r a n d o las m a l d a d e s c o m e t i d a s p o r el kuraka
posteriorm e n t e a este suceso, en parte similares, en parte diferentes a las q u e le atribuye el
relator del t e x t o anterior.
21 Shigra es la d e n o m i n a c i ó n q u e c h u a para las bolsas de acarreo, q u e se c o n f e c c i o n a n
de distintos t a m a ñ o s c o n las fibras de la palmera
Astrocaryum.
28 L o s f r u t o s de Crescentia
cujete partidos al m e d i o se utilizan c o m o recipientes.
2 9 " A n g e l " se refiere a q u í a los wT'ñao wá'i; la e x p r e s i ó n es utilazada p o r i n d i v i d u o s
q u e han estado en e s t r e c h o c o n t a c t o c o n los misioneros.
3 0 La n o c i ó n de q u e s o l a m e n t e l o logran los m u e r t o s de buena c o n d u c t a , en la q u e han
insistido bastante l o s m i s i o n e r o s , n o parece haber t e n i d o gran influencia. Jamás les
he o í d o m e n c i o n a r el i n f i e r n o .
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