Luis Sepúlveda - Bibliotecas Públicas

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Luis Sepúlveda
(Chile 1949 - )
acido en Chile en 1949, es uno de los escritores en lengua castellana
más leídos Un viejo que leía novelas de amor ha sido traducida a casi
veinte lenguas.
N
Los temas de sus libros surgen de sus numerosos viajes, motivados por
razones políticas y por opciones personales. Sepúlveda es un buen contador
de historias que reflejan la realidad del mundo en que vive y en las que la
naturaleza toma un papel protagonista e indispensable.
Ha cultivado varios géneros literarios: poesía, relato ecologista, cuento infantil,
novela policiaca, crónica de viajes, guiones para la radio, periodismo...
Entre los títulos publicados destaca Patagonia Expres (1995), Mundo del fin del
mundo (1996), Historias marginales (2000) o Historias de aquí y de allá (2010)
Entre otros ha recibido el premio Gabriela Mistral de poesía (1976), el premio
Rómulo Gallegos de novela (1978) y, con Un viejo que leía novelas de amor, el
premio Tigre Juan (Esta obra junto con Historia de una gaviota y del gato que le
enseñó a volar, han sido llevadas al cine.
Un viejo que leía novelas de amor
Antonio José Bolívar Proaño vive en El Idilio, un pueblo remoto en la región
amazónica de los indios shuar (mal llamados jíbaros), y con ellos aprendió a
conocer la Selva y sus leyes, a respetar a los animales y los indígenas que la
pueblan, pero también a cazar el temible tigrillo como ningún blanco jamás
pudo hacerlo.
Un buen día decidió leer con pasión las novelas de amor -«del verdadero, del
que hace sufrir»- que dos veces al año le lleva el dentista Rubicundo
Loachamín para distraer las solitarias noches ecuatoriales de su incipiente
vejez. En ellas intenta alejarse un poco de la fanfarrona estupidez de esos
codiciosos forasteros que creen dominar la Selva porque van armados hasta
los dientes pero que no saben cómo enfrentarse a una fiera enloquecida
porque le han matado las crías.
Descritas en un lenguaje cristalino, escueto y preciso, las aventuras y las
emociones del viejo Bolívar Proaño difícilmente abandonarán nuestra
memoria.
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