REPORTAJE Escala real para el póker clandestino en Recoleta

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Autoridades ausentes en la fiscalización:
‘Escala real’ para el póker clandestino en Recoleta
Según estadísticas del Departamento de Fiscalizaciones de la Municipalidad de Recoleta,
anualmente hay un promedio de 100 establecimientos en la comuna que son allanados por tener
una patente y realizar otro giro en su interior. El padrón indica que en siete de ellos se han
detectado salones clandestinos de póker y en sólo dos se han podido tomar medidas y clausurar
los recintos. El padre de los sostenedores del emblemático ‘Casino Royale’, allanado el 2008 en
Bellavista, hoy administra un renovado espacio clandestino a vista y paciencia de las autoridades.
La falta de apoyo de las fuerzas de orden a las redadas que organiza la municipalidad, pone en
jaque la seguridad de los habitantes de la comuna.
Por Tomás Sepúlveda Ábalos
Santiago, julio de 2012
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Ana María Aguilar (54) jugó 15 años póker. Cinco de ellos en un salón clandestino. Asistía hasta
cuatro días por semana a estos recintos, apostó su auto e incluso llegó a ser administradora de
uno en Bellavista. Debido a esto, estuvo detenida, perdió a su marido y también a sus hijos.
Cuando tocó fondo, se fue del país y decidió buscar ayuda. España fue su residencia durante el
2001, ahí recibió apoyo y asesoría en un futuro proyecto. Hoy es la presidenta de la Asociación de
Jugadores Chilenos en Rehabilitación (AJUCHER), que se encuentra en Viña del Mar. Este caso es
único en Chile.
Así como Ana María, muchos otros jugadores vieron en la comuna de Recoleta las garantías y
seguridades para jugar en salones clandestinos de póker. La falta de fiscalización por parte de las
autoridades y el ambiente de juerga que se presenta en sus barrios, es la combinación perfecta
para su desarrollo.
Con la entrada en vigencia de la Ley de Casinos y Juegos en 2005, el póker encontró un espacio
donde poder desenvolverse bajo un resguardo legal. Esta última, en su artículo N°5, promueve las
diversas categorías que deben desarrollarse necesariamente dentro de un salón de juegos,
señalando que esta actividad se “implementó con el fin de competir y diversificar los juegos de
mesa de los casinos”.
En Chile, las estadísticas avalan que la dependencia a este juego sigue en aumento. La
Superintendencia de Casinos y Juegos en su boletín de enero-diciembre del 2011, indica que esta
alza ha generado más de US$40 millones anuales en el país, lo que ha registrado a más de 30 mil
jugadores en las diferentes mesas.
Entre los sucesivos artículos que integran esta ley, destaca la de un máximo de tres casinos por
región, con una separación de 70 kilómetros viales, a excepción de la Región Metropolitana. Esta
moción fue presentada en 1992 por los senadores Carmen Frei, Ricardo Núñez y Gabriel Valdés
argumentando no instalar casinos en Santiago con el fin de reactivar las economías regionales. En
la práctica, esta medida es sindicada por la Municipalidad de Recoleta como el caldo de cultivo
para el desarrollo del póker clandestino en su comuna.
Carlos Fernández es el primer inspector del Departamento de Fiscalizaciones de la
Superintendencia de Casinos y Juegos desde su creación el 2005. Ha fiscalizado los 17 casinos de la
nueva industria en Chile y reconoce que las municipalidades, en este caso Recoleta, muchas veces
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manejan antecedentes de salones ilegales de póker en sus comunas y hacen las denuncias a la
Superintendencia para que las fiscalice, pero no son ellos los encargados de realizar esta tarea.
“Ese es un tema que la Superintendencia no puede controlar, nuestra labor es fiscalizar y regular
lo que son los casinos de juegos creados bajo el amparo de la ley. Por ende, todas estas
actividades que se desarrollen por fuera son derechamente ilegales”, aclara Fernández.
El desconocimiento de los distintos departamentos de fiscalizaciones de las municipalidades sobre
los atributos legales de la Superintendencia es un tema que preocupa a Fernández. Las 21
denuncias que recibieron entre 2007 y 2012 hechas por la Municipalidad de Recoleta, en torno a
salones clandestinos de póker, ratifican sus dichos.
“Nos pasa mucho con el tema de las municipalidades, con estas famosas máquinas tragamonedas.
No es un tema nuestro que las máquinas sean o no de azar, son ellos los que tienen que guiarse y
pedir los peritajes (…) Después nos dicen que hagamos los peritajes y nosotros no somos los
encargados de hacerlos”, explica el inspector de la Superintendencia.
Esta insistencia o incomprensión por parte del Departamento de Fiscalización de la Municipalidad
de Recoleta deja al descubierto varias interrogantes en torno a este tema. La falta de apoyo de
otras instituciones y la necesidad por controlar esta situación en un barrio bohemio como
Bellavista, amenazan la seguridad que entrega el municipio a sus vecinos.
Si bien la Policía de Investigaciones, Carabineros y el Ministerio Público son los encargados de
fiscalizar los establecimientos en los cuales ocurre este tipo de ilícito, son ellos mismos los que
descuidan esta tarea y dejan en manos de las municipalidades, con muchas más limitaciones
legales, la labor de rastrear y clausurar estos recintos.
Las únicas facultades con las que cuentan los inspectores municipales para poder cerrar un local
como un salón clandestino de póker, es a través de la patente comercial sobre la cual tributan, y
que en el interior del recinto se realice efectivamente su desarrollo y no otro giro comercial. (Ver
Recuadro 1)
Hace cuatro años que Hugo Fernández es Jefe del Departamento de Fiscalizaciones de la
Municipalidad de Recoleta. Su especialidad es la fiscalización de locales que funcionan con patente
de alcoholes pero durante los peritajes nocturnos por los barrios de la comuna, más de una vez se
ha encontrado con casinos ilegales. El funcionario reconoce los continuos avisos a la
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Superintendencia de Casinos y Juegos alertando sobre la presencia de este tipo de ilícitos y
asegura que se siente abandonado por las policías al momento de fiscalizar.
“Nosotros concentramos los esfuerzos en fiscalizar a los locales que venden alcohol sin patentes y
ahí nos encontramos con este tipo de juegos (…) No tenemos cómo sancionarlo porque, cuando
nosotros vamos al local, nos muestran la patente de su giro y listo”, relata el funcionario público.
Según las estadísticas de 2011 del Departamento de Fiscalizaciones de la Municipalidad de
Recoleta, anualmente son 103 los establecimientos en la comuna que son allanados por tener una
patente y realizar otro giro en su interior. En siete de ellos se detectaron salones clandestinos de
póker y en sólo dos, se pudieron tomar medidas y clausurar los recintos.
Operación ‘Casino Royale’
Miércoles 6 de junio de 2012. Tres y media de la tarde. El salón clandestino de póker ubicado en
Loreto #225 casi al llegar a Antonia López de Bello en la comuna de Recoleta, camufla su ejercicio
ilegal bajo una patente de pool.
A través de los ventanales de la puerta de entrada, que se encuentra con candado, se observa un
salón bien amplio con varias mesas de billar. Un auto Toyota Yaris, estacionado frente a una
señalética de ‘No Estacionar’, bloquea el ingreso al local. Su conductor, con un abrigo largo y de
boina negra, desciende del vehículo. Lo intercepto y le consulto interesadamente por un salón de
póker.
Aprovecho que salí de clases y quería apostar unas luquitas antes de irme para la casa. Me dijeron
que por aquí jugaban.
No conozco ninguno por aquí cerca. Acá sólo jugamos pool y nos tomamos una que otra cosa.
Al cabo de ocho minutos de conversación, Jorge Reyes de 68 años de edad, un metro setenta de
estatura y rasgos orientales, reveló su nombre y la práctica ilegal que se realiza en el segundo piso
del salón de pool.
¿Pero tú y cuántos amigos más están interesados en el póker? Porque les puedo pasar el segundo
piso y nos acompañan un rato.
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En ese momento, cuatro hombres adultos pasan por detrás de Reyes y le hacen un guiño. Todos
van vestidos con abrigos largos y boinas en sus cabezas. Estacionaron sus vehículos, una Ford
Escape, una camioneta SsangYong y un Subaru Impreza, en la calle Dardignac, perpendicular a
Loreto. El valor de cada uno de los autos en el mercado automotriz supera los $10 millones de
pesos.
Ingreso como el ‘invitado’ de Jorge Reyes y así soy presentado frente al resto de los jugadores que
observan despreocupadamente mi presencia. Al interior del recinto, cuatro personas juegan pool
en una de las diez mesas del local. En este primer piso todo parece funcionar con normalidad: En
una de las esquinas hay un mesón que sostiene una caja registradora y en su costado figura un
talonario con boletas del Servicio de Impuestos Internos. Hay un refrigerador de dos metros lleno
de bebidas gaseosas y a su derecha una cortina que esconde un pasadizo hacia una escalera.
Reyes corre la cortina y en la subida se suma un nuevo elemento. Un joven que no supera la
mayoría de edad resguarda la entrada al segundo piso. Fuma un pito de marihuana y tiene un par
de colillas en sus pies. Ésa es su paga.
Tres mesas con cinco jugadores en cada una de ellas, decoran la habitación. Es un espacio
sombrío, apenas iluminado por una ampolleta de bajo voltaje que cuelga del techo y que recae
sobre los hombros de los asistentes. Las persianas de los ventanales se encuentran abajo y las
puertas poseen cajas de huevos, simulando un estudio de grabación, para apaciguar los ruidos
hacia el exterior.
El encargado de administrar los dineros que se recaudan en el día es un hombre que tiene 64 años
y lo conocen como ‘El Turco’. La mayor parte del tiempo la pasa sentado en una esquina, no es
difícil reconocerlo, su escritorio está sobre una tarima y al igual que Jorge Reyes viste de abrigo
largo y boina. A su costado se encuentra un cooler lleno de hielo y de botellas de whisky.
Sobre su escritorio se ven bolsas de plástico y paquetes de diario que guardan la marihuana que
será vendida a $10.000 el ‘pito’. Los croupier son las manos de ‘El Turco’. Ellos cumplen una doble
función: Ordenan el juego en la mesa y venden los tragos y la marihuana. Dentro del salón, cuenta
sólo el efectivo y el valor de las fichas es variable dependiendo de la cantidad de jugadores que
haya en ese momento, pero generalmente el valor unitario no excede los $5.000.
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“El póker aquí es bravo y tú tienes que tener $100.000 o $200.000 de caja como mínimo para
poder jugar. Te puede durar una hora como te puedes ir al tiro (…) Aquí adentro pasa de todo, se
apuesta hasta la casa”, revela Reyes.
A la salida del local ‘El Turco’ señala que ‘abre el segundo piso’ del establecimiento los miércoles y
viernes. El resto de los días trabaja en su exportadora de ropa (Comercializadora y Distribuidora
Chadía Limitada) en la calle Santa Filomena #356, a sólo tres cuadras del salón de pool. Vive en Los
Domínicos y estuvo preso dos años en Palestina tras ser detenido por protestar contra el gobierno.
No sólo él ha estado detenido y formalizado en el último tiempo. Su hijo también lo estuvo.
Gabriel Shahwan, alias ‘El Turco’, es padre de Nicolás Shahwan Pichara (38) quien fue detenido en
un operativo denominado ‘Casino Royale’ junto a otros dos palestinos más, por ser sindicados
como los sostenedores de un salón clandestino de póker en 2008.
El local en el que fueron sorprendidos se encuentra ubicado en la calle Loreto #225 casi al llegar a
Antonia López de Bello. Exactamente la misma dirección en la cual actualmente Gabriel Shahwan
ejerce de administrador dos días a la semana ocultando su identidad.
En 2008, Patricio Flores era inspector de la Brigada de Crimen Organizado de la Policía de
Investigaciones. Hoy es el Subcomisario de la división y recuerda que para esa operación de
allanamiento trabajaron más de 40 funcionarios entre PDI e inspectores de la municipalidad.
“Entramos a las dos de la mañana, detuvimos a 21 personas e incautamos cerca de $2 millones en
efectivo (…) Los vecinos fueron quienes alertaron sobre esta situación porque llegaban muchos
autos sobre los $12 millones y la gente que frecuenta un pool no anda en esos vehículos”, revela
Flores.
“Se temía que como llegaban muchos vehículos y muchas personas podría haber sido utilizado
como un prostíbulo, como un lugar de venta de tráfico de drogas o receptación de especies y
había que determinar qué es lo que había ahí”, agrega el funcionario policial.
El Subcomisario, al enterarse sobre la reincidencia de un integrante de la familia Shahwan en el
salón de pool, reconoce que la comunicación entre la PDI y el Departamento de Fiscalización de la
Municipalidad de Recoleta para coordinar operativos en conjunto es prácticamente nula.
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Han pasado cuatro años desde ‘Casino Royale’ y en ese lapso han habido 18 denuncias por parte
de la Municipalidad de Recoleta a las tres entidades encargadas de fiscalizar (Ministerio Público,
Carabineros de Chile y Policía de Investigaciones) y sólo una ha sido procesada por la PDI.
“No hemos tenido denuncias con características similares a este operativo (…) Hemos tenido
antecedentes de otro tipo de casinos pero como no teníamos la dirección exacta sino que nos
dijeron el sector solamente, quedamos con los brazos cruzados”, recuerda el Subcomisario Flores.
Ante esta falta de comunicación entre las autoridades, los administradores de salones
clandestinos de póker en la comuna de Recoleta cuentan con todas las garantías para desarrollar
su negocio y ‘zafar’ en caso de que sean descubiertos. Casos como el casino ilegal de Loreto #225
suceden, por estadísticas, siete veces al año.
‘El Joker’
Ricardo Lagos tiene 23 años y vive en Las Condes. Es un jugador que abandonó los casinos para
adentrarse en la clandestinidad del póker, ya que a su juicio en estos lugares “se siente la
adrenalina a flor de piel” y no están las restricciones que se imponen en la legalidad.
Sus compañeros de juego lo llaman ‘El Joker’, por su habilidad con las cartas y su exagerada risa,
pero, principalmente, porque a nadie dentro del salón le interesa su nombre verdadero. Todos
tienen seudónimos.
El salto de los casinos a los salones clandestinos marcó la vida de Lagos. Las ganas de ahorrar en
bencina y no pagar la entrada a los recintos era el punto de inflexión para él y sus amigos, todos
jóvenes ABC1 que contaban con el respaldo monetario suficiente para gastar a rienda suelta y no
tener que responder por los gastos.
“Un día, conversando con el 'Flaco Gutiérrez', salió el tema de que estaba chato de gastar lucas en
bencina y en peajes. Mi compadre me dijo que tenía un lugar en Bellavista, donde unos amigos de
él iban a un clandestino (...) Se apuesta fuerte y corre de todo, alcohol, éxtasis y marihuana”,
asegura Ricardo.
Para Carlos Fernández, el inspector de la Superintendencia de Casinos y Juegos, los salones ilegales
de póker, aparte de la evasión de impuestos y el consumo de sustancias ilícitas en su interior,
cometen un delito en su génesis como ejercicio indebido. Para él la comunicación entre las
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municipalidades y las policías es clave ya que “si no son capaces de coordinarse y trabajar en
equipo, este tema puede llegar a otros niveles gubernamentales e incluso a nivel de política
pública”.
“Estos salones clandestinos no es que evadan sólo el tema tributario sino que están desarrollando
una actividad ilícita (…) Es como que yo fuera a poner un local para vender drogas. Es la misma
figura. Tú no puedes desarrollar una actividad que es contraria al ordenamiento jurídico y, por
ende, no hay permisos ni patentes”, aclara Fernández.
Juntar dinero para jugar se volvió una obsesión para Ricardo. Se empleó en un trabajo a medio
tiempo y comenzó a dejar de lado la universidad junto con su círculo de amigos. Su adicción al
juego y a lo prohibido cada vez se iba haciendo más notoria. El salón clandestino lo permitía todo.
“Le poníamos harto, huevón. Dentro del salón sus pitos de marihuana, incluso éxtasis (...) Te
prendían po’h y, al final de cuentas, me iba mejor. Me sentía súper lúcido y las cachaba todas.
Piensa que empezaba a ponerle del bueno a las nueve de la mañana y tipo una me iba para la
casa. Cuatro horas de carrete a concho y no querías más guerra después”, relata Lagos.
Quienes asisten a estos casinos ilegales también ponen en riesgo su salud. Tanto la dependencia al
juego (ludopatía) como el consumo de drogas ilícitas en su interior pueden generar efectos
difíciles de contrarrestar en un mediano plazo. Así lo asegura la psicóloga clínica de la Universidad
Católica y experta en patologías conductuales, Amelia Herrera (58).
“En el salón clandestino la persona obtiene más que el juego. Obtiene sustancias que en otros
lugares no están disponibles, por lo tanto en este sentido hay mayores probabilidades que esa
conducta de juego se potencie gracias al acceso a estas sustancias y sea más complicada su
abstinencia”, advierte la profesional.
Sin embargo, para Ana María Aguilar en su rol de presidenta de la AJUCHER, debiera existir una ley
paralela a la Ley de Casinos y Juegos que velara por el estado de salud de aquellas personas que
son ludópatas y sugiere que esta enfermedad debería ser reconocida en el Plan Auge.
“La salud de las personas debe estar considerada en un marco legal (…) La gente juega y juega
desmedidamente, se destruyen familias. Hay gente que se va perdiendo en esto, va quedando en
el camino, lo pierden todo”, testifica la dirigente.
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Ricardo asistió por un año a un salón clandestino ubicado entre las calles Santa Filomena con
Purísima, en el límite de las comunas de Providencia y Recoleta, con una frecuencia de dos veces
por semana. Con respecto al funcionamiento de estos recintos recuerda que “están disponibles a
toda hora y no están mucho tiempo en un mismo lugar, se mueven constantemente. A veces los
administradores he visto que dejan a cabros chicos a cargo de la venta de copete (...) Se ve harto
matonaje y tienes que ir con efectivo y lo que llevas puesto no más”.
Ante este tipo funcionamiento, Hugo Fernández reconoce que en el Departamento de
Fiscalizaciones de la Municipalidad de Recoleta manejan una cifra estimada de siete salones
clandestinos en la comuna. Pero que es difícil corroborar esta información con exactitud dada la
facilidad de levantar una mesa de juego y la red de confianza de quienes participan.
“Toda esta gente se encierra en los locales y prácticamente usan claves para poder entrar, casi a
nivel mafioso (...) Lo que nosotros hacemos es un trabajo de inteligencia previo y si llegamos a
contar con el apoyo de la policía, logramos entrar al recinto”, explica Fernández.
El juego de la ley
Darío Silva (35) es abogado de la Universidad Católica de Concepción, Magíster en Derecho Penal
Económico de la Universidad de Barcelona y Pompeu Fabra. Actualmente es Director del Centro de
Estudios Penales y Penitenciarios de la Universidad Mayor donde dicta una cátedra sobre la Ley de
Casinos y Juegos. Silva explica que la acción de tener salas de póker es penalizada sólo por ofrecer
al público la posibilidad de ganar dinero por medio de la suerte. (Ver Recuadro 2).
Esto está registrado en el Código Penal de Chile, capítulo IV: “Es lotería toda operación ofrecida al
público y destinada a procurar ganancia por medio de la suerte y quedan sujetos a sanción los
autores, empresarios, administradores y comisionados o agentes de lotería no autorizados
legalmente”.
Además, el abogado advierte que aquellas personas que sean detenidas por gestionar un salón
clandestino de juegos, recibirán una sanción administrativa en Unidades Tributarias Mensuales
(UTM) cuyo valor es de $39.689 mil pesos, bajo los cargos de la Superintendencia de Casinos y
Juegos, y en el ámbito penal porque se comete un delito de fraude, arriesgando penas de cárcel.
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“La Ley de Casinos y Juegos es muy clara, dice una no es excluyente de la otra, o sea, va a tener
sanción administrativa (económica) y además va a tener una pena penal (tiempo de cárcel)”,
reafirma Darío Silva.
En el caso de los sostenedores y dueños de los salones clandestinos, arriesgan penas que pueden
llegar a los cinco años de presidio y una multa económica que va desde los $6 millones hasta $24
millones. Mientras que aquellos que sean detenidos jugando al interior de estos salones, pueden
recibir una condena que va desde los 61 a los 540 días de cárcel y una multa que puede ascender
hasta los $14 millones.
La Municipalidad de Recoleta, a través de Hugo Fernández, reconoce que es muy difícil poder
llevar ante la justicia a quienes administran y juegan en estos salones clandestinos sin un debido
apoyo logístico de las fuerzas de orden y seguridad. A su vez, aclara que en su labor fiscalizadora
sólo pueden exigir la presencia de la patente y corroborar el giro en el cual tributan.
“En el tema de los casinos ilegales, nosotros tenemos locales con patente donde sabemos que
podrían ejecutarse este tipo de juegos pero cuando vamos a fiscalizar ellos toman las precauciones
y se resguardan al saber que no contamos con las atribuciones necesarias para detenerlos”,
reconoce el Jefe del Departamento de Fiscalizaciones de la Municipalidad de Recoleta, Hugo
Fernández.
Responsabilidades mal barajadas
Las múltiples descoordinaciones y malentendidos entre el Departamento de Fiscalizaciones de la
Municipalidad de Recoleta, la Superintendencia de Casinos y Juegos y la Policía de Investigaciones
han enredado aún más el panorama sobre en quiénes recaen las responsabilidades al momento de
fiscalizar la aparición de salones clandestinos de póker en la comuna.
La Superintendencia de Casinos y Juegos a través de Carlos Fernández denuncia la inoperancia de
la Municipalidad de Recoleta cuando entrega las patentes comerciales al no realizar un control
inmediato sobre los propietarios.
“Cuando le den la patente comercial vea si la actividad que va a realizar es lícita o ilícita (…) Si
alguien te va a pedir permiso para instalar un kiosco donde van a vender droga, eres tú el que
tienes que ver qué mercancía va a vender el tipo. Tú no puedes entregarle la autorización a
alguien que va a desarrollar una actividad ilegal”, reclama el inspector de la SJC, Carlos Fernández.
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En su defensa, la Municipalidad de Recoleta a través de Hugo Fernández sindica a la Policía de
Investigaciones, y en particular a la Brigada de Crimen Organizado, como los responsables de
‘olvidar sus tareas’ de apoyo en este tipo de redadas y de minimizar las probabilidades de
detención de los administradores que desarrollan este delito en la comuna.
“Hasta las cinco de la mañana los fines de semana está permitida la venta de alcoholes en locales
establecidos con patente (...) Nosotros ocupamos ese argumento para fiscalizar a quienes siguen
con la juerga pasada esa hora y ahí observamos actitudes sospechosas, pero somos meros
espectadores sin la colaboración de la policía”, argumenta Hugo Fernández.
El Subcomisario Patricio Flores de la Brigada de Crimen Organizado alega que las denuncias de
‘falta de apoyo’ son injustificadas y arbitrarias, ya que ellos siempre han estado dispuestos a
colaborar y que sólo se requiere de una conversación con la municipalidad afectada “nosotros
podemos hablar con ellos y en el momento que detecten algo, nosotros vamos po’h. Pero si no
hacen la denuncia, ¿cómo cresta quieren que los apoyemos? ¡Si no somos magos!”.-
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Destacados
1) Gabriel Shahwan (64), alias ‘El Turco’, es padre de Nicolás Shahwan Pichara (38) quien fue
detenido en un operativo denominado ‘Casino Royale’ junto a otros dos palestinos por ser
sindicados como los sostenedores de un salón clandestino de póker en 2008 (...) Hoy,
Gabriel, cuatro años después de este episodio, es sorprendido administrando nuevamente
el local.
2) “En el tema de los casinos ilegales, nosotros tenemos locales con patente donde sabemos
que podrían ejecutarse este tipo de juegos pero cuando vamos a fiscalizar ellos toman las
precauciones y se resguardan al saber que no contamos con las atribuciones necesarias
para detenerlos”, reconoce el Jefe del Departamento de Fiscalizaciones de la
Municipalidad de Recoleta, Hugo Fernández.
Recuadros
1) El último argumento
La Ley sobre Expendio y Consumo de bebidas alcohólicas establece en su artículo N°20 las
facultades que poseen las municipalidades para suspender la autorización de patentes de
alcoholes. Para los inspectores de Recoleta se ha convertido en el arma principal ante una
situación irregular y la han interiorizado como una ‘parte indispensable’ dentro del procedimiento
de rutina ante la falta de apoyo de las fuerzas de orden.
Este artículo está compuesto por tres incisos. El primero de ellos hace mención a las personas que
administran estos recintos y si cumplen una serie de requisitos como ser mayor de edad, no haber
sido condenado por crímenes o simples delitos y aquellos dueños de negocios que hubiesen sido
clausurados definitivamente.
En el segundo inciso se consideran las condiciones de salubridad, higiene y seguridad que
presentan los establecimientos comerciales. Y, finalmente, pueden recurrir en el tercer inciso, a
que la patente no fuera pagada en la oportunidad debida.
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2) Lo desconocido de la ley
Para muchos chilenos juntarse en sus casas a jugar una partida de póker resulta ser un momento
de esparcimiento y entretención. Pero la gran mayoría desconoce que la Ley de Casinos y Juegos
es muy clara al señalar que todos los juegos de azar, en los cuales existe una apuesta y se entrega
un premio avaluable en dinero, sólo se pueden realizar al interior de un casino establecido. Así lo
ratifica Carlos Fernández quien es inspector de la Superintendencia de Casinos y Juegos desde
2005.
“A veces nos llegan solicitudes de empresas organizadoras de eventos que quieren hacer una obra
a beneficio con una temática de casinos: No pueden. ‘Es que no vamos a jugar plata, vamos a
entregar premios’, dicen, y lo que habla la ley no es sólo plata sino especies avaluables en dinero.
El sólo hecho de apostar un peso y que te vayan a entregar un premio avaluable en dinero ya es un
juego de azar y desacata la ley”.
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