LA ESCATOLOGIA DE LOS BAILES RELIGIOSOS DE LA TIRANA

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Carmen Morales
Juan Tapia
Diego Yrarrázaval
LA ESCATOLOGIA DE LOS BAILES RELIGIOSOS DE LA TIRANA
INTRODUCCION
E
STA BREVEINVESTIGACION gira en torno a la pregunta: ¿cómo es la escatología de los bailes religiosos de La Tirana? Para contestarla hemos
expuesto nuestra observación-participante
de la fiesta de La Tirana y
evaluado el sentir de los grupos de bailes respecto a la temática escatológica. La observación-participante
fue realizada en la tercera semana
de julio de 1970 por treinta estudiantes y profesores de Teología de la Universidad
Católica de Santiago. Luego se redactó un informe general sobre dicha observaciónparticipante;
además, en aquella ocasión se aplicó una encuesta elaborada
por un
equipo de FLACSO dirigido por Juan Van Kessel (1). Nos fue también de gran utilidad el estudio que Juan Van Kessel está realizando
sobre los bailes religiosos del
norte de Chile (2). Basándonos en estos antecedentes hemos intentado una evaluación
de la escatología de los bailes de La Tirana, reconociendo de antemano que se trata
de conclusiones provisorios y condicionadas por los antecedentes en que fundamentamos nuestras apreciaciones. Finalmente, en un apéndice, consideramos el problema
de la incorporación de los bailes a la sociedad moderna.
1.
OBSERVACION PARTICIPANTE EN LA TIRANA
Se trata de desentrañar algunas actitudes y comportamientos de los integran-
tes de los bailes respecto al tiempo, la historia, la responsabilidad humana y la sal(1)
(2)
El informe general se publica en este mismo número de Teología y Vida.
Juan Van Kessel, El baile piel roja de Alberto Madrid, FLACSO 1970.
LA ESCATOLOGIA
DE LOS BAILES DE LA TIRANA
129
vación. El objetivo de este capítulo es señalar los datos que indican en forma implícita
o explícita la escatología que manifiestan los bailes religiosos de La Tirana.
1. 1.
Tiempo e historia
El tiémpo de la celebración en La Tirana tiene un carácter eminentemente re-
ligioso. La mayoría de los miembros de los bailes van a cumplir una manda (61,7%)
o van por devoción (37,2%), y la casi unanimidad
piensa que La Tirana es una
fiesta religiosa (94,4%) (3). Las actividades principales durante la permanencia en La
Tirana son de índole religiosa; por ejemplo, sólo en el baile propiamente tal se ocupan unas cuatro o cinco horas diarias. El tiempo dedicado a asuntos profanos (comida, diversión, etc.) está subordinado a lo que constituye la intencionalidad
mental de los bailes: lo religioso. Además, en la temporalidad
funda-
sagrada de esos días
no hay cabida para riñas, borracheras, traba¡o remunerado ni, en fin, para nada de
lo que entra en la vida corriente. En referencia, por ejemplo, a la visita de un candidato presidencial a La Tirana hubo bastante malestar y una persona dijo: 'Aquí estamos para honrar a la Virgen y nada más'. El tiempo propio de La Tirana es pues
de carácter sagrado y se diferencia del tiempo profano.
la historia es vivida como un ciclo anual que comienza y termina cada 16
de julio. la vida de los integrantes de los bailes está enfocada hacia este climax anual.
Los que hacen mandas buscan ahí la solución de las dificultades que se suscitan durante el año. Las únicas expresiones sobre el tiempo que se escuchan en los cantos
se refieren a estos días del año. En los cantos del baile Moreno de Victoria, por ejemplo, se dice del 16 de julio que es un día glorioso, día de una Madre, día de María,
día de su santo y, en cuanto al año, se repite a menudo en los cantos de despedida
la frase "volveremos al otro año" (4). La intensísima emoción que se manifiesta al
llegar y al abandonar La Tirana es también indicadora del carácter cíclico de su concepción de la historia: el año termina bien cuando se llega a saludar a la 'China', lo
que contrasta con la increíble angustia y tristeza que experimentan al despedirse de
ella y comenzar de nuevo el ciclo anual.
Nótese que a esta celebración anual se acude con extrema regularidad. Como
la mayoría viaja con toda la familia, se imprime desde la niñez la costumbre de ir
a la fiesta. Un 31 % de los integrantes de los bailes han acudido entre 10 y 24 años a
La Tirana (5).
El contexto social en que se encuentran las personas que van a La Tirana promueve sus aspiraciones y es así como sobre el futuro tienen una concepción bien material.
En el porvenir se espera una mejor situación económica, especialmente para
los hijos. Se espera que, mediante la educación, éstos podrán alcanzar
(3)
(4)
(5)
Van Kessel, Encuesta, preguntas 9 y 10.
Baile Moreno de Victoria, Libreta de Canto •.
Van Kessel, Encuesta, pregunta 6.
un futuro
CARMEN
130
MORALES,
JUAN
TAPIA,
DIEGO
YRARRAZAVAL
mejor para que sean algo más que los adultos cuyas posibilidades han sido tan limitadas. La experiencia cíclica y religiosa del tiempo contrasta por lo tanto con sus aspiraciones de progreso profano.
l. 2.
Responsabilidad
Al participar
humana
en un grupo de baile se da una responsabilidad
existe una sumisión profunda
a las autoridades,
relativa, ya que
normas y valores tradicionales
del
baile. Por una parte es muy cierto que los integrantes de los bailes sienten que la
festividad de La Tirana les pertenece y está a cargo de ellos. Las directivas de los
bailes, los caporales y la Federación de Bailes están conscientes de que la buena
marcha de la fiesta depende de su labor y esfuerzo. En forma colectiva e individual,
al interior de cada baile se realizan grandes sacrificios y se reparten
dades. Los hombres trabajan
responsabili-
en sus respectivos oficios con mayor dedicación y aho-
rran el máximo posible a fin de reunir los fondos necesarios para poder acudir a la
fiesta. Mujeres y !óvenes traba!an
confeccionando
o reparando
los trajes, el anda
para la Virgen y otros aspectos del baile. En los meses previos a la fiesta hay ensayos de baile todas las noches y periódicamente
se celebran reuniones. Además, se
arriesga todo con tal de viajar a La Tirana: el trabajo,
la salud y hasta la educación
de los hijos. Pero toda esta práctica de la responsabilidad
toridad
está subordinada
a la au-
del caporal y de la directiva, así como a las rígidas tradiciones en los ritos,
costumbres y normas de los bailes. No se permite innovar en la forma de bailar,
en la música, en los cantos, en los tra!es, etc., aunque de vez en cuando se introducen
nuevas 'mudanzas' de baile y modificaciones
en la vestimenta. Este conformismo y
sumisión se dan en el contexto de cada grupo de baile, grupos que constituyen núcleos aislados del resto de una sociedad que a menudo no los comprende y los critica.
En cuanto a la vida en general, los bailarines tienen múltiples responsabilidades, aunque en un círculo restringido: cumplimiento en el trabajo,
familia, participación
mantención de la
en asuntos gremiales, responsabilidades con los hilos, etc. Pero,
al ser miembros de los estratos asalariados y con frecuencia explotados de la sociedad, no controlan
responsabilidades
los aspectos más fundamentales
de su existencia. Sus pequeñas
están enmarcadas en una impotencia
produce su situación social de marginalidad
general
En cuanto a la devoción religiosa, la responsabilidad
dinada a la acción infinitamente
hacia la vida, que
y dependencia.
del hombre está subor-
superior de la Virgen. Para obtener auxilio
de la
divinidad el hombre tiene que tener fe y tiene que pagar la manda, pero la responsabilidad
última para el éxito en la vida reside en la Virgen. En los cantos, las expre-
siones más usadas en lo tocante a la relación entre los devotos y su Madre son: 'implorar perdón' y 'pedir su bendición'.
Solamente el perdón de la Virgen justifica al
hombre y solamente la bendición de la Virgen concede el éxito en la vida.
LA
ESCATOLOGIA
l. 3.
DE LOS BAILES DE LA TIRANA
131
Salvación
La salvación, como realización
de La Tirana. La actividad
personal y comunitaria, ocurre en el presente
religiosa de los integrantes de los bailes se concentra en
el desarrollo de los días de la fiesta; en el resto del tiempo no aparece tan claramente la. salvación que se expreóa en el perdón y la bendición que provienen de la
Virgen. Al cumplir con la Madre milagrosa sienten que ya han cumplido con su religión y es así como en sus lugares de origen no suelen acudir a la Iglesia, aunque
algunos dicen que todavía les falta mucho por conocer de su religión católica. Además, sienten que no pueden expresar bien su religiosidad en la estructura oficial de
la Iglesia. En el 'presente' de la fiesta se da pues la salvación para el devoto de la
Virgen, sin vislumbrarse el carácter futuro y colectivo de la salvación integral.
La salvación no es el producto de la actividad
del hombre, sino que es el
resultado de la acción benevolente de la Virgen María. Los integrantes de los bailes
religiosos acuden a ella en todo lo que para ellos aparece como fuera del control
humano, es decir, la enfermedad, la estabilidad
familiar,
la liberación
y el éxito en el trabajo,
la armonía
de fracasos y accidentes, y tantas otras cosas más que ellos
creen que están baio el control inmediato de la Virgen. La Virgen del Carmen es
una madre protectora en quien se refugian y de quien todo lo esperan, tal como un
niño tiende a relacionarse con su madre.
La salvación que ocurre en La Tirana cubre muchas facetas de la vida. Esa fiesta
religioso-popular
contiene expresiones sensoriales, comunitarias,
artísticas, fami-
liares, místicas y culturales. La gente se divierte, viaja, come, baila, reza, se congrega.
Por lo general la familia ente.ra participa en esta experiencia salvífica que les pertenece porque se sienten libres de las opresiones cotidianas. Se da también un grado
notable de socialización y de generosidad en cada baile y también con el resto de
la gente. Mediante las mandas, la sufrida vida de los nortinos se hace presente toda
entera en La Tirana en buóca de salvación. Estas características dan la impresión de
que la totalidad
de su existencia es afectada por la salvación implorada en La Tirana.
Los devotos de la Virgen encuentran allí la fuerza que necesitan para enfrentar
la
dureza de la vida del norte. Sin embargo, por el contexto en que se da esta salvación, es decir, en un tiempo sagrado y en una historia cíclica, se produce una salvación según esos condicionantes.
2.
2. l.
EVALUACION DE LA ESCATOLOGIA DE LOS BAILES
El tiempo como un presente sagrado
El tiempo tiene un gran valor cualitativo
durante la semana de la fiesta. Du·
rante el resto del año tiene un valor cronológico
o cuantitativo,
excepto en cuanto
132
CARMEN
MORALES,
JUAN
TAPIA,
DIEGO
YRARRAZAVAL
a la preparaclon o continuación de la fiesta: ensayos, reuniones, veneración durante
el año de la imagen de la Virgen, celebración de La Tirana 'chica'. Es decir, la temporalidad
de los integrantes de los bailes tiene una significación intensa durante pe-
ríodos de celebración que se diferencian claramente de la continuidad insignificante
del tiempo corriente. Parece por lo tanto que se vive en una dualidad de tiempo sagrado y tiempo profano: en el primero estaría lo divino, la vida, lo sagrado, y en
el segundo estaría lo humano, lo que atenta contra la vida, y lo profano.
El tiempo sagrado se sitúa principalmente en el 'presente', y secundariamente en un pasado y un futuro muy cercanos. En el presente de la experiencia salvífica
en el pueblecito de La Tirana hay un encuentro con la divinidad, es decir, con la Virgen del Carmen, y se vive plenamente. El recuerdo de esta experiencia y la expectativa de la siguiente celebración anual orientan hacia un pasado y un futuro muy próximos. Es así como el pasado y el futuro se viven sólo en cuanto proyecciones de una
actualidad
inmediata, lo único que realmente tiene valor. Esta concentración en el
presente nos inclina a pensar que los grupos de baile profesan una forma de escatología 'realizada'
o 'inmediata'. Lo plenitud del tiempo no reside en un pretérito o en
un porvenir sino en el presente que se va repitiendo anualmente.
2. 2.
La historia como una regeneración anual
El tiempo transcurre a partir de y hacia el 16 de julio de cada año. En ese
instante se reactualiza la fiesta de La Tirana como un arquetipo ya determinado en
su ritual y su eficacia salvífica. Se trata pues de un acontecimiento que se repite incesantemente y que marca el comienzo y el término del ciclo anual. Esto corresponde
al ritmo de la sociedad secularizada en torno al año nuevo. Para los bailes religiosos
el tiempo estó constantemente comenzando y así se elimina la historia mediante el ritual de eterna repetición. Aparece por lo tanto una temporalidad
como la del hom-
bre arcaico-religioso. No hay evidencia de la concepción moderna de la irreversibilidad del tiempo. Tampoco aparece el tiempo escatológico cristiano que es fundamentalmente de carócter lineal e histórico, al estar orientado hacia un futuro absoluto y
hacia la novedad creciente de la salvación.
La regeneración cíclica afecta principalmente el orden natural y corriente de
la vida. La enfermedad, el fatalismo respecto a los accidentes y tragedias, los desajustes de la convivencia humana y la situación problemótica en lo laboral van en contra de la estabilidad y de la prosperidad que son consideradas como propiedades
de la vida. Las mandas, que se formulan durante el año cuando este orden es violado
o amenazado, constituyen una súplica angustiosa por la regeneración de un universo trastocado. Así es como el ciclo anual gira en torno a una semana en que
fa
pro-
fano es regenerado gracias a la intervención milagrosa de lo sagrado (la Virgen).
Esto nos induce a pensar que no ocurre una regeneración de la historia propiamente
tal, como es el caso de la Pascua cristiana, y tampoco se nota una dirección hacia la
regeneración plena en el futuro.
LA ESCATOLOGIA
2. 3.
DE LOS BAILES DE LA TIRANA
limitaciones
de la responsabilidad
133
cristiana
A primera vista la organización de los bailes y el desarrollo de la Fiesta dan
la impresión de una gran creatividad, y cualquiera se asombra de la iniciativa de esos
nortinos con sus manifestaciones comunitarias y litúrgicas tan especiales. Es muy notorio que' en el grupo de baile y en el coniunto de la celebración se cumplen en forma
responsable las funciones que corresponden a cada individuo y a cada grupo. Pero
al observar más a fondo este fenómeno socio-religioso, aparece claro que se da un
respeto absoluto hacia tradiciones y normas que determinan hasta los más mínimos
detalles. La acción del hombre tiene valor en cuanto reproduce fielmente los modelos
de comportamiento que provienen del pasado. Las pequeñas modificaciones que ocurren son simplemente adaptaciones leves de dichos modelos que permanecen inmutables. Las relaciones de autoridad
son de rigidez extrema. Se debe una obediencia
absoluta al caporal en todo lo que pertenezca al baile como expresión religiosa y litúrgica. A la directiva corresponde asegurar el cumplimiento de las normas del baile
como organización social. Globalmente se produce una sumisión a tradiciones consagradas en la repetición de paradigmas establecidos en el pasado. Ahora bien, si la
vivencia comunitaria del cristianismo y la relación con Dios constituyen siempre una
novedad histórica que suscita la creatividad,
entonces la adhesión absoluta de los
bailes religiosos a sus tradiciones constituye una desviación de la vocación cristiana.
La experiencia cristiana lleva hacia una búsqueda y descubrimiento constante de nuevas formas de vida religiosa que a partir de la historia apuntan hacia el futuro.
l.a vocación cristiana de transformar la realidad presente de cara al porvenir
afecta también el ámbito de la familia, la política y la sociedad. Las actitudes religiosas de los bailes de La Tirana parecen favorecer la indiferencia frente a esa vocación. No es que su religiosidad sea por sí misma la causa de su pasividad, sino que
refuerzo su impotencia ante la injusticia generalizada.
A los estratos sociales en que
están ubicados los integrantes de los bailes se les ha impuesto una existencia dependiente de las minorías con poder; sufren por ello una opresión en todos los aspectos
de su vida. Esta dependencia se reproduce al interior de cada baile con respecto a
sus autoridades. El apego a valores y normas tradicionales en los grupos de baile interioriza aún más la actitud tradicionalista.
En vez de transformar el mundo se invo-
ca la acción milagrosa de la Virgen y así su religiosidad en vez de ser un impulso
para cambiar el desorden establecido ayuda a mantenerlo. La resurrección de Cristo
es fundamentalmente una promesa de vida y, como tol, está en contradicción con la
explotación
humana que impide vivir plenamente. Los cristianos tienen pues que
responder a esa promesa mediante su lucha contra el poder del mal que hay en
la sociedad. Esto lo pueden hacer gracias a su esperanza que es a la vez una crítica
contra toda opresión y un esfuerzo constructivo hacia una nueva sociedad.
134
2,4.
CARMEN
Una
salvación
religiosa
y
MORALES,
JUAN
TAPIA,
DIEGO
YRARRAZAVAL
no-escatológica
Los integrantes de los bailes acuden a La Tirana como a una fiesta salvífica.
Para ellos no se trata
de un espectáculo folklórico
ni de una celebración
social.
Tienen problemas ante los cuales se sienten impotentes y por ello acuden a alguien
que se los pueda solucionar. La conciencia del mal que los amenaza y que ex per:mentan a menudo como una culpa personal los lleva a solicitar el perdón, Para
reconciliarse con una realidad trastocada, que significa sufrimientos y angustias, tienen que refugiarse en una providencia
divina. Como el mal, el pecado y el sufri-
miento son fuerzas tan aplastantes ellos buscan y encuentran una salvación inmediata. El presente de La Tirana no es pues un tiempo de misión ni de esperanza creativa, sino que es principalmente
un tiempo de realización
personal. La escatología
cristiana responde a este afón d" liberación pero no lo sitúa en un presente absoluto e individual
sino que lo plantea como una plenitud venidera de toda la reali-
dad. Esta promesa de plenitud transforma el pre~ente al orientarlo
ción que ya se está dando pero que todavia
que le solicitan y le 'pagan'
hacia la salva-
no se da en forma total. Los favores
a la Virgen tienen el carácter de milagros inmediatos
que no están vinculados a un proceso de salvación, Para ellos es muy evidente y
palpable
la salvación en el presente, cuando
y adquieren así una gran tranquilidad
la Virgen soluciona
y felicidad
sus problemas
interior. Además, su misma per-
cepción cíclica del tiempo es un obstáculo para apreciar
la salvación futura.
No se puede simplemente decir que hay una mentalidad mítica en esta fe incondicional
en mandas y bendiciones; se trata más bien de la existencia del pro-
blema de la inmadurez de la fe del pueblo, tal como ha sido expresado en los
documentos de Medellín.
Esto es especialmelite
cierto en La Tirana, donde se dan
profundos valores cristianos. El problema es que si en las mandas y bendiciones hay
una expectación de la acción inmanente de Dios, entonces se reduce Dios al nivel
del hombre y el hombre al nivel del niño. Al respecto hay que tomar en cuenta
que la técnica, la ciencia y la historia han maravillado
des y lo han hecho asumir su responsabilidad
al hombre con sus capacida-
propia. El deseo de conseguir la sal-
vación por medio de una empresa comercial con Dios y con la Virgen no es el único motivo de las mandas y bendiciones. También hay en quienes las pagan o solicitan un amor sincero y una fe sencilla hacia Dios y la Virgen. El valor atribuido
la imagen de la Virgen en el Santuario es aparentemente
a
esencial en la festividad
religiosa de La Tirana. Esto hay que entenderlo como un rasgo de la cultura popular que necesita simbo los e imágenes concretas.
La Virgen del Carmen es la protagonista
Como madre protectora y como divinidad
central de la fiesta de La Tirana.
milagrosa constituye el objeto de la espe-
ranza y la única responsable de la salvación. Hay que tener en cuenta que los
integrantes de los bailes reconocen a Dios y a Cristo y se sienten plenamente cristianos. Sin embargo, su conciencia inmediata y real está centrada en la Virgen María; sobre todo se identifican
a sí mismos como devotos de la Madre de Dios. La
LA ESCATOLOGIA
DE LOS BAILES DE LA TIRANA
135
escatología cristiana tiene siempre un gran aprecio a María como la humilde servidora del Señor que goza de su elección y es una imagen privilegiada
vación de todos los cristianos. Pero la Virgen
liberación
escatológica,
que es Jesucrdo.
de la sal-
no debe sustituir el prototipo
de la
Es él quien comparte con la humanidad
el suf~imiento y la vida nueva que Dios da a los que se convierten a él. Las promesas de justicia, vida y libertad están fundadas en la Pascua, mediante la cual la humanidad y la naturaleza se dirigen hacia el futuro de Cristo. Los cristianos reconocen
su misión de ca-creadores al obedecer
la dinámica
de las promesas. La salvación
es por lo tanto la obra de Cristo con los hombres, que transforman
radicalmente
el presente en vista al porvenir. Por eso el modo de salvación que se manifiesta en
La Tirana
no parece ubicarse específicamente en el proceso de la escatología de
Cristo. Lo que ocurre allí parece más bien la salvación religiosa del hombre, algo
parcial
y actual, que no corresponde a la voluntad de Dios, quien desea se realice
una salvación universal.
2. 5.
Hacia la escatologización de los bailes
De acuerdo con lo que ya se ha señalado, se puede dudar seriamente de
que los bailes vivan en la historia y que su escatología sea una esperanza en las
promesas de Cristo y en la transformación
mar que un ciclo anual es un fragmento
progresiva de la historia. Se podría afirhistórico y que la negación de la historia
sólo se produce en un inmediatismo absoluto. Este no es el caso de los bailes de La
Tirana. Pero como los bailes manifiestan una concepción cíclica del tiempo con una
regeneración
anual del orden trastocado, tampoco se les puede atribuir
cia propiamente
histórica. Una evangelización
meta el lograr que los bailes proyectaran
luto de la humanidad
una viven-
al respecto debería quizá tener como
la salvación anual hacia el futuro abso-
con Dios, y que se concibiera
La Tirana solamente como un
sacramento de la plenitud por venir. Además, la regeneración del universo tiene que
estar subordinada
a la historia progresiva
hacia el reino de Dios. Por consiguiente
la protesta religiosa contra los desajustes y el sufrimiento que manifiestan los bailes
tendría que traducirse en una acción contra el mal social que está en contradicción
con el hombre y con la sociedad nueva de la escatología.
ver la forma de que los bailes no tuvieran como arquetipo
tagonista
principal
la Virgen,
sino que tuvieran
Por último, habría que
a la Fiesta ni como pro-
como arquetipo
la ciudad
futura
por construir y como protagonista el Cristo que fue, es y será.
APENDICE
La incorporación
yola
cultura
de los integrantes
de los bailes religiosos a la sociedad
moderna parece ser bastante problemática.
cesario hacer algunas
reflexiones
al respecto.
Por ello estimamos neo
136
CARMEN
MORALES.
JUAN
TAPIA,
DIEGO
YRARRAZAVAL
Si para los bailes de La Tirana el tiempo tiene valor sólo por su dimensión
cíclica de retorno a la fiesta, nos encontramos con una mentalidad
pular
y arcaica.
Según esta mentalidad,
y símbolos es de primordial
del hombre, trae
lidad
la fiel
importancia;
repetición
de revitalización
de una menta-
el mundo moderno. La presión de los acontecimientos
históricos requiere que el hombre tome conciencia de su responsabilidad
mundo yola
humanidad.
vocación de dominador
po-
de ritos, gestos, mitos
pero en cuanto forma
consigo consecuencias que limitan el desarrollo
capaz de enfrentar
de tipo
El cristiano está primordialmente
obligado
frente al
a ello por su
de la creación y ca-creador con Dios. A menos que estos
bailes religiosos entren en la realidad
crisis de la historia, su participación
medio ambiente será limitada.
histórica del mundo moderno, que vive la
en la construcción de ese mundo y de su
Por lo demás, no es extraño que en La Tirona se
muestre esta vivencia cíclica del tiempo y la desvalorización de la historia, ya que
es reciente la conciencio universal del sentido irreversible
del acontecer histórico.
También es preciso admitir que nos falto mucho por entender y por reconocer acerco de lo amplio
capacidad
del hombre paro
expresarse, crearse a sí mismo y
construir su propio medio ambiente.
Puede ser cierto que los integrantes de los bailes se vean limitados
participar
en lo construcción de su mundo por las barreras socioeconómicas del
norte chileno y que, por lo tanto,~ivan
difícil
para
en un mundo popular
retener acontecimientos históricos en su integridad,
01
cual se le hoce
sin mitificarlos
ni tomar-
los como modelos repetibles y ejemplares. El hombre, sin embargo, es un conjunto
de infinitas posibilidades
han trasladado
y vive en un mundo donde los medios de comunicación
culturas arcaicos y populares o lo era moderna en el tiempo de
una generación; es muy posible que en La Tirana se esté dando este fenómeno.
Sería importante
mantuvieran
La Tirana,
que, al ocurrir
este fenómeno sociocultural
las danzas como una auténtica
una expresión que concretiza
expresión litúrgica
la profundidad
de cambio, se
de la oración
impalpable
del
en
hombre
(su amor, fe, esperanza, miedo, etc.). En esta forma el hombre moderno experimentaría a través de la danza una liberación
la espontaneidad
de esto expresión litúrgico
personal que es necesario, yo que
lo hace más creativo.
El contexto de lo secularización influye yo sobre los integrantes de los bailes. La ideología
del progreso material
personas o ambicionar
y el desarrollo
y o buscar uno vida mejor. Esto contrasto con su vivencia
cíclico del tiempo y lo inmutabilidad
de su conciencio religiosa. Hay que pregun-
tarse, por último, si o través de lo ideología
cuada evangelización
humano impulsan o estas
se puede despertar
del cambio secular y con uno ade-
una acción histórica de transformación
del mundo, gracias o lo contemplación de los promesas escatológicas.
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