Tema 9. La Segunda República. La Constitución de 1931

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Tema 9. La Segunda República. La Constitución de 1931. Política de reformas y
realizaciones culturales. Reacciones antidemocráticas.
INTRODUCCIÓN
La Segunda República (1931-36) es un intento de solucionar los viejos problemas de España,
pretendiendo instalar en España un sistema democrático puro. Inspirada también en el
regeneracionismo, se caracteriza, al igual que la primera, por la inestabilidad, la radicalización,
las divisiones internas y el desfavorable contexto internacional: la crisis económica del 29 le
afecta plenamente, al igual que la crisis de los sistemas democráticos en Europa y el
advenimiento de los fascismos y el recurso al uso de la violencia.
Hay que contextualizarla dentro de la crisis de la Restauración, que comienza en 1898 y prosigue
con las crisis de 1909, 1917, 1921 y la dictadura de Primo de Rivera. La dictadura de Primo
había dejado sin Constitución y sin sistema democrático a España; la segunda república iba a
intentar consolidar la democracia en España.
La corta vida de la República pasa por tres momentos diferentes: un primer bienio reformista
(1931-33), un segundo bienio de paralización de las reformas y retroceso democrático (1933-35),
y unos últimos meses (1936), en los que el Frente Popular retoma la política reformista en una
sociedad cada vez más polarizada.
1. Proclamación de la República, gobierno provisional y Constitución de 1931.
Tras la dimisión de Primo de Rivera, los republicanos, los catalanistas de izquierdas y el PSOE
firmaron el pacto de San Sebastián (agosto, 1930) por el que se comprometían a derribar la
monarquía y formar un gobierno provisional en una futura segunda república. Se formó un
Comité revolucionario, presidido por Alcalá Zamora (Derecha Liberal Republicana), que prepara
un levantamiento militar y una huelga general; aquel se precipitó y fracasó (sucesos de Jaca,
diciembre de 1930; sus cabecillas Fermín Galán y Ángel García Hernández serían fusilados).
En un intento de reponer gradualmente la vieja Constitución, el general Berenguer, sucesor de
Primo de Rivera, convoca elecciones generales para marzo de 1931, pero los representantes
políticos, incluidos los monárquicos (como el conde Romanones), se niegan a participar en esos
comicios, pidiendo la abstención: la gran mayoría sólo quería que Berenguer y Alfonso XIII
abandonaran sus puestos. La pérdida de apoyos y la soledad de la monarquía era manifiesta, lo
que lleva a Berenguer a dimitir (febrero 1931), siendo sustituido por el almirante Aznar
El nuevo gobierno pretende una vuelta gradual a la Constitución: se convocan elecciones
municipales para el 12 de abril a las que seguirían otras generales más adelante. En este contexto
esas elecciones municipales se convirtieron en un plebiscito nacional contra la monarquía. El
triunfo de los republicanos en las grandes ciudades (41 de 50 capitales) llevó a la proclamación
espontánea de la república en algunas localidades e hizo estallar el júbilo popular, lo que
provocó la renuncia de Alfonso XIII. Los firmantes del pacto de San Sebastián constituyen un
gobierno provisional que proclama oficialmente la II República. Empezaba así su andadura la II
República en medio de un ambiente de júbilo, consenso y alegría, al igual que con la Gloriosa.
El Gobierno provisional
De acuerdo con el Pacto de San Sebastián, el gobierno provisional era de concentración: había
representantes de la derecha republicana (Alcalá Zamora y Miguel Maura), radicales (Lerroux y
Diego Martínez Barrio), izquierda republicana (Azaña y Marcelino Domingo), del PSOE (Largo
Caballero, Fernando de los Ríos, Indalecio Prieto) y de los nacionalismos catalán y gallego.
Fueran quedaban la derecha monárquica, el obrerismo radial y el nacionalismo vasco.
Sus primeras disposiciones:
 amnistía general a los presos políticos,
 libertades políticas y sindicales,
1




convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes (para el 28 de junio),
inicio de medidas reformistas referidas al ejército y a la situación de los campesinos,
búsqueda de una solución a la cuestión autonómica,
medidas secularizadoras de la vida política 1.
Estas líneas reformistas del gobierno provisional se profundizarán en el bienio progresista.
Las actuaciones reformistas contaron desde el principio con la oposición de un sector del ejército
y de la oligarquía económica, puesto que veían peligrar sus intereses. Pero, sobre todo, chocaron
con la Iglesia, que se resistía a aceptar la concepción laica que los republicanos tenían del Estado
El cardenal Segura República destaca en su oposición a la República la que considera que era
obra de los “enemigos de la Iglesia y el orden social”, por lo que estaba justificado la formación
de un “compacto frente unido” en defensa de la Monarquía y de la Iglesia Católica. Esta actitud
realimentó el anticlericalismo de una parte del pueblo y se produjeron numerosas quemas de
conventos e iglesias (jornadas de los días 11-12 de mayo en Madrid -unos 20 conventos o
iglesias son quemados- y en otras ciudades especialmente del sur).
Las nuevas elecciones se celebraron el 28 de junio con una amplia participación electoral. Los
resultados ponen de manifiesto la fragmentación del panorama político español. La victoria fue
para la coalición formada por el PSOE y los partidos republicanos de izquierda (250 diputados
de los 464). La derecha, desunida, quedó en minoría. Una segunda minoría de importancia fue el
Partido Radical de centro-derecha (Lerroux).
Este resultado permitió ratificar al gobierno provisional. Poco después Alcalá Zamora sería
designado presidente y Azaña jefe de gobierno.
La Constitución de 1931
Una Comisión de las Cortes elaboró un proyecto, que sería aprobado en diciembre de 1931.
Sus principales características son:

Realiza una estricta división de poderes, potencia el legislativo (Cortes unicamerales:
Congreso de los Diputados), separa totalmente el judicial y crea un cuarto poder: la
presidencia de la república elegida por el Parlamento, con potestad para proponer al
Presidente del Gobierno (doble confianza: Presidente - Cortes) y para disolver las Cortes.

Carácter socializante: Define al Estado como una "república de trabajadores…", expresión
moderada por la continuación “… de todas las clases”. Además, aunque contemplaba la
propiedad privada, también aparecía la posibilidad de socialización de la propiedad:
expropiación para fines de interés público y general.

Exaltación republicana y democrática: ha sido considerada como un código para la reforma
social y política de España, destacando el laicismo y la extensión del sufragio universal a las
mujeres (sufragio universal desde 23 años).

Carácter avanzado en su tiempo: introducción del matrimonio civil o el divorcio, no sin una
gran polémica. También recogió, y eso era una novedad, derechos colectivos como al trabajo,
la educación, la salud o la vivienda. Orientación pacifista al “renunciar a la guerra como
instrumento de política internacional” y proclamar “el acatamiento de las normas universales
del Derecho internacional” frente a la extensión de las dictaduras europeas que proclamaban
el uso de la fuerza como instrumento de política internacional.
1
Entre las primeras medidas secularizadoras están: disolución de la órdenes militares, prohibición de participación
oficial en actos religiosos, fin de las exenciones tributarias a la Iglesia. Entre todas, quizá la medida más destacada
fue declarar voluntaria la enseñanza religiosa y privar a la Iglesia de intervenir en la elaboración de los planes de
estudios, un derecho que venía ejerciendo desde hacía mucho tiempo.
2

Estado autonómico. La dicotomía entre estado federal o centralista se resolvió con la
posibilidad de establecer autonomías. Dicho concepto fue moderado con el del “estado
integral, compatible con la autonomía de los municipios y de las regiones”.

Carácter novedoso. La Constitución del 31 crea una serie de órganos de gran importancia
posterior, como el Tribunal de Garantías Constitucionales (similar al actual Tribunal
Constitucional) o la Diputación Permanente.
En conclusión, era una Constitución de izquierdas, fruto de acuerdos coyunturales entre los
socialistas y la pequeña burguesía republicana, y no de un consenso generalizado de las fuerzas
políticas que, de todos modos, hubiera sido imposible en aquellas circunstancias. Aunque fue
aprobada por una gran mayoría (368) se crean profundas discrepancias: los temas más polémicos
fueron la cuestión autonómica y la cuestión religiosa. Pero mientras en el primer caso se alcanzó
una "fórmula de concordia" que se plasmó en el "Estado integral" que hizo posible el Estatuto de
Autonomía de Cataluña de 1932, en el segundo se optó por una "fórmula de confrontación" no
buscando el consenso ni siquiera con la derecha católica republicana y mucho menos con la
derecha católica “posibilista”. El artículo 26, verdadero punto neurálgico de la Constitución,
prohíbe a las Órdenes religiosas el ejercicio de la industria, el comercio y la enseñanza, les
impide adquirir y conservar bienes salvo los que se destinen a su vivienda o al cumplimiento
directo de sus fines privativos, y posibilitaba que los bienes de las Órdenes religiosas pudieran
ser nacionalizados. Al aprobarse los asuntos relativos a la iglesia el sector católico del gobierno
dimite y la derecha se ausentó de los debates.
2. El bienio reformista (1931-1933)
2.1. Política de reformas durante el bienio reformista.
Tras la aprobación de la Constitución de 1931, se estableció un gobierno dirigido por Azaña y
compuesto por una coalición republicano-socialista. Guiados por el espíritu regeneracionista del
siglo XX van a intentar reformar y modernizar el viejo estado y los viejos problemas, desde una
ideología de izquierdas. El gobierno lleva a cabo el mayor intento reformador de la historia de
España, aplicando reformas relativas a todos los problemas que arrastraba España: la estructura
de la propiedad de la tierra, el problema militar, el religioso, social, educativo, autonómico, etc.
El presidente de la república es Alcalá Zamora y el presidente del gobierno Azaña (Izquierda
Republicana) que, ante la alternativa de pactar con los republicanos radicales de Lerroux (centro)
o el PSOE, lo hace con estos últimos.
a) La cuestión religiosa
El gobierno republicano pretendía limitar la influencia de la Iglesia en la sociedad española y
secularizar la vida social. Ello quedó plasmado en la Constitución, que estipuló la no
confesionalidad del Estado, la libertad de cultos y la supresión del presupuesto del culto y clero.
En el bienio se hicieron efectivos esos principios. También se permitió el divorcio, el
matrimonio civil y se secularizaron los cementerios. Se prohibió la enseñanza a las órdenes
religiosas. La Ley de Congregaciones permitió la disolución de la orden de los jesuitas y sus
bienes fueron nacionalizados.
El problema religioso creó al régimen republicano sus mayores enemigos, dando lugar a grandes
enfrentamientos por las posturas radicalizadas de ambos sectores. Muestra de ello había sido la
quema de conventos (11 y 12 de mayo de 1931). Gran parte de la jerarquía de la Iglesia mostró
su antagonismo hacia la República y movilizó a la opinión católica en su contra. A todo ello el
gobierno respondió con una medida de fuerza expulsando de España al cardenal Segura, primado
de España, y al obispo de Vitoria.
b) Reforma militar
Azaña, presidente del gobierno y ministro de guerra, quería acabar con la macrocefalia militar y
su protagonismo político, profesionalizándolo, modernizándolo y democratizándolo. Para ello
3
quiso reducir sus efectivos, poner fin al fuero especial de los militares y asegurar su obediencia
al poder civil.
Por la Ley de retiro de la oficialidad podían pasar a la reserva y con su sueldo íntegro los
militares que no firmasen la adhesión al régimen (se acogen más de la mitad de los oficiales).
Además se cerró la Academia Militar de Zaragoza y desaparecieron los tribunales de honor y la
prensa exclusivamente militar.
Con estas medidas la república se ganó la animadversión de los africanistas, por considerar las
reformas como una agresión al estamento militar.
c) Reforma agraria
Fue la más importante, debido al papel de la agricultura en la economía española y a que fue la
que más influyó en la República. Se trataba de solucionar el viejo problema agrario, con dos
objetivos: solucionar la miseria de la mayor parte del campesinado español y modernizar la
economía española.
Entre las primeras medidas está la prohibición de rescindir los contratos de arrendamiento;
limitación de la jornada a 8 horas y establecimiento de salarios mínimos.
La Ley de Reforma Agraria (1932) persigue la modernización de la agricultura; permitía la
expropiación de los latifundios mal explotados y reparto de tierras entre comunidades de
campesinos, con explotación individual o colectiva, creando para ello el Instituto de Reforma
Agraria (IRA). La expropiación se hacía con indemnización, salvo las tierras de la grandeza
nobiliaria.
Los resultados de la reforma fueron bastante limitados y supusieron un considerable aumento de
la tensión social (oposición tanto por la derecha como por la izquierda: ocupación de fincas,
incendios de cortijos, enfrentamientos con la Guardia Civil).
La causa de esta lentitud, que tanto exaltó los ánimos de las masas campesinas, estaba en los
trámites burocráticos y legales que requería la expropiación legal de la tierra. Junto a esto hay
que señalar la escasez de presupuesto para abordar la indemnización a los propietarios de las
tierras expropiadas.
d) La reforma territorial del estado
Se intentaba solucionar el viejo problema de la estructura de España, agudizado con la aparición
de los nacionalismos a finales del XIX. El derecho a la autonomía había quedado reconocido en
la Constitución de 1931.
Ante la proclamación de la República Catalana (Maciá, 14 de abril), el gobierno provisional
había reconocido la Generalitat como ente autónomo provisional. En 1932 se aprueba el Estatuto
de Cataluña, así como su antiguo órgano de gobierno, la Generalitat. Las lenguas oficiales serían
el catalán y el castellano y, excepto las competencias exclusivas del Estado (asuntos exteriores,
moneda, defensa y control de fronteras), la Generalitat tenía amplias atribuciones en materia de
orden público, sanidad, cultura, hacienda, transportes, etc.
En octubre de 1936 se aprueba el Estatuto de autonomía vasco, ya iniciada la guerra (José
Antonio Aguirre, primer lendakari). La causa del retraso de su aprobación está en su carácter
confesional y poco democrático. La fuerte implantación carlista en Navarra le llevó a preferir el
foralismo, al considerarse la legislación republicana contraria a la religión.
Los estatutos de autonomía de Galicia y Andalucía no llegaron a aprobarse en Cortes: el primero
solo logró un proyecto de estatuto en junio de 1936 y el segundo quedó en una fase inicial.
e) Las reformas educativas
Su objetivo principal fue promover una educación mixta, laica, obligatoria y gratuita y hacer del
Estado el garante del derecho a la educación de toda la población.
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Se hizo un esfuerzo de creación de escuelas sobre todo en la primaria y se aumentó el número de
maestros, aumentando el presupuesto de educación en más de un 50%. También, para aumentar
el nivel cultural de la población se crearon las misiones pedagógicas (La Barraca) y las
bibliotecas ambulantes. Por problemas de presupuesto y de la crisis económica no se pudieron
llevar a cabo todas las reformas previstas, además la República se encontró con el gran problema
de tener que atender a una población estudiantil que antes lo hacía la Iglesia. Las reformas
sociales
f) Reformas laborales
El socialista Largo Caballero, ministro de trabajo, fue el encargado de llevarlas a cabo. Se trataba
de una serie de reformas para mejorar las condiciones laborales, como la ley de contratos de
trabajo, la de Jurados Mixtos, la reducción de la jornada laboral, la ampliación de los seguros
sociales, el reforzamiento del papel de los sindicatos en la contratación de las tareas del campo...
Estas medidas provocaron la irritación de los empresarios y el empeño de los partidos
conservadores de que el PSOE saliera del gobierno.
2.2. Realizaciones culturales.
La República recibió el apoyo de muchos intelectuales. El lema de "cultura para todos" se
convirtió en un objetivo colectivo. Muchos dirigentes republicanos y socialistas pertenecían al
mundo cultural y veían en el ideal republicano el instrumento eficaz de regenerar al país.
Los más jóvenes adoptaron una actitud de militancia a su favor. En 1930 se formó la Agrupación
al servicio de la República (Ortega, Marañón, López de Ayala.), Ortega y Marañón se
presentaron a las elecciones de 1931, consiguiendo acta de diputados. Sin embargo, grandes
intelectuales como Miguel de Unamuno y Pío Baroja, integrantes de la generación del 98, se
sintieron desplazados, ya que la Segunda República se decantó por una democracia de masas, lo
que terminó rechazando el propio Ortega, acusando de demagogia a los gobernantes,
Literatos como Federico García Lorca, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Miguel Hernández o el
cineasta Luís Buñuel, componentes de la Generación del 27, se sintieron plenamente
identificados con el ideal republicano. Formaban un grupo muy compacto vinculado a la
Residencia de Estudiantes de Madrid.
El Gobierno provisional diseñó un plan educativo de cuya aplicación se ocuparon Marcelino
Domingo y Fernando de los Ríos, según el modelo de la Institución Libre de Enseñanza: escuela
laica, mixta, obligatoria y gratuita.
Desde la Revista de Occidente, que fundara Ortega en 1923, se difundió lo más importante de la
filosofía y la ciencia europea de la época.
Destacan igualmente el Teatro Itinerante (la compañía teatral universitaria “La Barraca” creada e
impulsada por Federico García Lorca y subvencionada por el Ministerio de Instrucción Pública,
y el Búho, dirigido por Max Aux) y las Misiones Pedagógicas, creadas en mayo de 1931 con el
objetivo de difundir la cultura general y la educación ciudadana en aldeas, villas y lugares.
Igualmente destacaron las Universidades Populares y las bibliotecas ambulantes y rurales.
2.3. Los problemas del bienio reformista
Las reformas polarizaron la vida política española y los reformistas se toparon con una
importante oposición, tanto de los sectores directamente más afectados (Iglesia, Ejército,
propietarios de tierras, organizaciones patronales...) como de los sectores radicales del
izquierdismo que promovían una oleada de conflictividad, alentada por la alta incidencia del
paro y las duras condiciones de vida en algunas zonas de España.
Por la derecha se reorganizan las fuerzas contrarias al régimen con una clara actitud conspirativa.
El Ejército intenta el golpe de estado (Sanjurjo, agosto 1932) y su sector derechista se organiza
en la UME (organización militar clandestina de importante papel en la conspiración de 1936).
5
Por la izquierda, la impaciencia de los trabajadores frente a las reformas y el desencanto ante la
lentitud y timidez, según ellos, de estas reformas, provocaron una oleada de conflictos sociales.
Las huelgas obreras y las insurrecciones campesinas menudeaban. Especial significación
tuvieron los levantamientos de campesinos en Castilla-la Mancha, Extremadura y Andalucía; en
1931 tuvieron lugar los sucesos de Corral de Almaguer (Toledo)2. A finales del año 31 tuvieron
lugar los sucesos de Castilblanco de los Arroyos (Badajoz)3; En Arnedo (Rioja),4 Y, sobre todo,
tuvo su gran repercusión cuando el levantamiento campesino de Casas Viejas5
Los sucesos de Casas Viejas fueron aprovechados por la derecha y la izquierda radical para
forzar la salida de los socialistas del gobierno y el derrumbe de la coalición. El desgaste del
gobierno llegó hasta tal punto que Azaña dimitió y Alcalá Zamora convocó elecciones para
noviembre de 1933.
3. El bienio conservador (1933-1935). La reacción antidemocrática.
Mientras que la izquierda acudió desunida y los anarquistas se abstuvieron, la derecha concurrió
unida. El partido ganador fue la CEDA y se formó un gobierno presidido por Lerroux
(republicano radical) con el apoyo de la CEDA, pero sin su intervención.
El gobierno realizó una contrarreforma legislativa: paralizó la reforma agraria, ordenó la
devolución de las tierras a la nobleza y dio libertad de contratación (bajada de salarios), dio un
presupuesto para el culto y el clero, amnistió a los golpistas del 32, redujo el presupuesto de
educación y recortaron la autonomía en Cataluña y paralizó la del País Vasco. El PSOE y la
UGT se radicalizan y prometen la revolución si entraban en el gobierno miembros de la CEDA.
En octubre de 1934, Gil Robles exigió la entrada en el gobierno de tres ministros de la CEDA,
incluido él. La UGT, con escasa participación de la CNT, convocó huelgas generales en las
grandes ciudades. La declaración del estado de guerra por el gobierno hizo que tuvieran escaso
éxito, salvo en Madrid, Cataluña y Asturias. En Cataluña Lluís Companys declaró la Republica
catalana y una huelga general, pero la no intervención de la CNT y la llegada del ejército
acabaron con la sublevación. En Asturias, los mineros protagonizaron una revolución social,
fruto del acuerdo entre socialistas, comunistas y anarquistas (revolución de octubre de 1934).
Columnas de mineros armados ocuparon la cuenca minera. El gobierno mandó a la legión, grupo
elitista de los africanistas, mandados por Franco, que tras una dura represión sofocó la revuelta.
(1000 mineros muertos, 200 heridos, 5000 detenidos
La revolución de Octubre endureció la postura del gobierno. Las cárceles se llenaron de presos
políticos y entraron cinco miembros de la CEDA en el gobierno, con Gil Robles en la cartera de
Guerra y Franco como Jefe del Estado Mayor. Se suspendió el Estatuto de autonomía de
Cataluña, se devolvieron las propiedades a los jesuitas y se presentó un anteproyecto para
modificar la Constitución, contemplando la abolición del divorcio, la restricción de las
autonomías y la negativa a la socialización de la propiedad. Un escándalo de corrupción del
gobierno de Lerroux (el estraperlo) fue aprovechado por Gil Robles para forzar otra crisis y
pedir la jefatura del gobierno; Alcalá Zamora no accedió y convocó elecciones
2
donde los campesinos ocuparon las fincas y la Guardia Civil puso orden, muriendo cinco campesinos y siete
heridos muy graves
3
ante las manifestaciones de protesta de los campesinos por la lentitud de las reformas, la poca cantidad de tierra
expropiada y los obstáculos a los campesinos, la represión de la guardia civil tuvo como resultado un campesino
muerto. Los campesinos se vengaron con la muerte de los cuatro guardias civiles.
4
la Guardia Civil, para vengar la muerte de sus compañeros en Castilblanco, según parece, mató a siete personas e
hirió a treinta al disparar sobre una manifestación.
5
tuvo como resultado veinticinco muertos, esta vez con la guardia de asalto de protagonista y la guardia civil en un
papel secundario.
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4. El Frente Popular (1936)
La represión de Octubre y las medidas posteriores posibilitaron la creación de una coalición
electoral de las fuerzas de izquierdas (republicanos, socialistas y comunistas) que ganará las
elecciones (febrero, 1936), ante la desunión de las derechas. Esta coalición electoral tenía un
programa común: amnistía para los presos de Octubre y aplicación de la legislación reformista
del bienio de izquierdas. Además tenían el compromiso de que, una vez ganadas las elecciones,
la coalición se disolvería y gobernarían los republicanos de Azaña.
Manuel Azaña fue nombrado presidente de la República y Casares Quiroga, presidente del
gobierno. El gobierno, formado exclusivamente por republicanos y apoyado por los socialistas,
decretó la amnistía, restableció el estatuto y el gobierno catalán y se reanudó la reforma agraria.
Para frenar los rumores de golpe de estado trasladó a los generales más proclives a él, lejos de
Madrid (Mola a Navarra, Franco a Canarias, Goded a Baleares 6).
El triunfo de las izquierdas trajo consigo una intensa movilización popular que creó un clima de
tensión social. Huelgas obreras, toma de fincas, incendios de conventos e iglesias... Los
anarquistas, los comunistas y el sector de Largo Caballero del PSOE radicalizaron sus posturas,
propugnando la revolución social.
El gobierno no extremista, que pretendía el cumplimiento de la ley, se veía desbordado por la
espiral de violencia que generaba el extremismo de la izquierda y el terrorismo fascista. Las
milicias falangistas fueron ilegalizadas por el gobierno y sus líderes fueron encarcelados, con
José Antonio a la cabeza. Los carlistas también crearon sus milicias, los requetés, que se unieron
a la dialéctica de las pistolas de la que hablaba José Antonio. Además, la actitud conspirativa de
la derecha provocaba la respuesta de la izquierda, que quema iglesias y asesina a destacados
dirigentes de la derecha, mientras esta asesinaba a personajes representativos de la izquierda. Es
decir, el principio de acción-represión-acción.
CONCLUSIÓN
El fracaso de la República fue el fracaso de España. El intento de solucionar los viejos problemas
de una forma tajante y súbita, sin tener en cuenta las circunstancias políticas, económicas y
sociales del momento, no tuvo éxito. La guerra civil, no fue sólo el resultado de la dinámica de la
República, sino que hay que integrarla dentro de su contexto internacional -triunfo de los
totalitarismos y crisis de las democracias en Europa- y dentro de las dificultades de implantación
del Nuevo Régimen de España. Es por tanto, el penúltimo episodio de la crisis iniciada en el 98
en España.
La importancia del periodo de la segunda república se debe no sólo a su intento de establecer un
sistema democrático moderno puro, mediante el esfuerzo reformista global más importante de la
historia de España, sino también por su fracaso, por dejar paso a la guerra civil y a la dictadura y
por servir de referencia para la transición española, que imitó parte de sus aciertos, pero también
tuvo en cuenta sus fallos.
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Otros generales significados, como Orgaz, Villegas, Fanjul y Saliquet quedaron en situación de disponibles. Sin
embargo esta política de traslados no serviría para frenar la conspiración militar y el golpe, que finalmente se
produjo entre el 17 y el 18 de julio, e incluso en algún caso, como el del general Franco, les hizo aumentar su
rechazo al gobierno de Azaña al considerar su destino a Canarias como una degradación, una humillación y un
destierro.
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Anexo al tema 9
Partidos políticos y sindicatos durante la II República.
a) Izquierdas
 Partidos republicanos: reformistas, no revolucionarios
 P. Radical-socialista (Marcelino Domingo) de carácter democrático, anticlerical y con
una posición avanzada en materia social, ajena, sin embargo, a la tradición marxista".
 Acción Republicana (Manuel Azaña) se caracteriza por su autonomismo, el
anticlericalismo, el compromiso con la reforma agraria y la reforma del Ejército.
 Organización Republicana Autonomista Gallega (ORGA) (Santiago Casares Quiroga)
de tendencia republicana, autonomista y de izquierdas.
Estas tres formaciones se fundirían en Izquierda Republicana (1934) (Manuel Azaña).
 Esquerra Republicana de Catalunya (Francesc Macià, Lluís Companys) de izquierdas
e independentista.
 PSOE - UGT. Su fuerza crece durante la II República. Dos corrientes: socialdemócrata
(Julián Besteiro, Indalecio Prieto) y revolucionaria (Francisco Largo Caballero, secretario
general de la UGT).
 PCE: (José Díaz). Escasa fuerza electoral hasta integrarse en el Frente Popular en 1936.
 POUM: de tendencia antiestalinista (trotskista)
 CNT: un millón de afiliados en 1936. Dos corrientes: moderada (los trentistas) y la radical
FAI (Durruti, Ascaso), defiende la vía revolucionaria.
b) Las Derechas
 Partido Radical: (Alejandro Lerroux), de centro, carácter populista.
 Derecha Liberal Republicana (Niceto Alcalá Zamora)
 Partidos Agrarios: inicialmente proliferan estos partidos agrarios de orientación católica,
muchos de los cuales se integran en Acción Popular para crear la CEDA
 Acción Española (José María Pemán, Ramiro de Maeztu) monárquicos, conservadores y
católicos, orientados por Angel Herrera Oria (ANCP).
 Nacionalismo conservador: PNV, Lliga Regionalista
 CEDA, poderosa coalición constituida en 1933. Dirigida por José María Gil Robles. Ideario
muy conservador, defensora de la propiedad agraria y los intereses de los propietarios, del
poder de la Iglesia y del ejército.
 Renovación Española: monárquicos. José Calvo Sotelo (partidario del golpe de estado).
Acuerdos electorales con carlistas (Comunión Tradicionalista).
 JONS y Falange Española (José Antonio Primo de Rivera): ideología fascista y partidarios
de la violencia.
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