Evolución industrial y eficiencia productiva de las regiones colombianas en un contexto de integración económica Jorge Lotero Contreras 1 Docente e investigador Universidad de Antioquia Introducción Como una respuesta al agotamiento del modelo mixto de desarrollo y la desaceleración del cambio estructural, desde mediados de los ochenta se venían haciendo en Colombia ajustes en materia de política económica y de comercio exterior; sin embargo, es solo a partir de 1990 que se adopta una política explícita de apertura al implementarse un paquete de medidas e instrumentos con el fin de profundizar la liberación del comercio y estimular la reestructuración productiva y territorial. En efecto, desde comienzos de este año se redujeron los aranceles y se eliminaron las restricciones cuantitativas, se establecieron acuerdos de integración comercial con los países andinos y Méjico y se fortalecieron los instrumentos institucionales del gobierno para reorientar la economía hacia los mercados externos; estas medidas de política comercial se complementaron con programas de modernización de puertos y de la red vial y ferroviaria, adoptándose además un nuevo esquema institucional, con el fin de integrar el territorio nacional con los mercados externos; posteriormente, después de 1995, se ajustó el régimen comercial se introdujeron instrumentos que condujeran al mejoramiento de la productividad y competitividad del país y de sus regiones, fomentando en particular el desarrollo de las zonas fronterizas y francas para la exportación. Entre los propósitos explícitos de las reformas se contaba con la recuperación del papel que, como locomotora del crecimiento y la transformación estructural, había perdido la industria durante el modelo de economía cerrada. Entre otros objetivos, 1 Esta ponencia presenta algunas de las conclusiones de trabajos realizados por el autor en el marco del Centro de Investigaciones Económicas de la Universidad de Antioquia, conjuntamente con los profesores Sergio Restrepo de la Universidad de Antioquia y Liliana Franco de la Universidad Nacional, sede Medellín; no obstante, su contenido no los compromete y solo es responsabilidad del autor. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 1 se buscaban: primero, un cambio sustancial en la reasignación de los recursos y, por esta vía, en las fuentes de crecimiento desde el lado de la demanda y la oferta; segundo, reducir el peso de la demanda doméstica al “volcar” la industria hacia los mercados externos mediante su especialización en bienes con ventajas comparativa; por último, mejorar la eficiencia industrial al elevarse la productividad del trabajo y total factorial, reduciéndose el peso de los factores “fundamentales” capital y el trabajo- en el crecimiento del producto. Aunque no se hizo explícito, las reformas deberían conducir a ajustes territoriales, destacándose los cambios en el patrón de localización de la industria, al desplazarse la actividad hacia las regiones con ventajas comparativas bien sea en mano de obra o recursos naturales o por mejor acceso a los mercados. No obstante, si se comparan los resultados obtenidos después de una década de reformas con los de períodos anteriores, el panorama no podía ser más decepcionante: desde 1996 la economía perdió dinamismo, entrando en una crisis profunda en los dos últimos años de la década; el desempeño de la industria fue muy pobre al crecer a tasas comparativamente más bajas que las de las décadas anteriores, acelerándose, además, la desindustrialización al caer el coeficiente industrial de 21.4 % en 1990 a 14% en 1999; por último, como se mostrará a continuación, el patrón de localización industrial y la polarización se mantuvieron relativamente inalterados. En este trabajo se examina la evolución y eficiencia de la industria en las regiones de Colombia, enfatizando en los ajustes y cambios principales que se han producido en el período 1985/98. Con este fin se divide en cuatro secciones: en la primera, se presentan brevemente los principales planteamientos teóricos sobre los ajustes territoriales en un contexto de apertura y globalización; en la segunda, se examina la localización industrial enfatizando en la distribución geográfica de la actividad y la concentración o dispersión de las distintas agrupaciones industriales; la tercera está dedicada a analizar la productividad y eficiencia; en la última, a manera de observaciones finales, se extraen algunas conclusiones e hipótesis. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 2 1. Breves consideraciones conceptuales El interés por el examen de los problemas sobre la geografía, el desarrollo regional y la localización industrial se ha renovado en Colombia en la última década. Este se centró en los cambios en las tendencias hacia la polarización espacial y de la localización industrial, como expresiones de los ajustes productivos y territoriales al adoptarse reformas económicas con el fin de integrar al país en la globalización. De otra parte, la evidencia sobre el desarrollo de un grupo amplio de regiones y ciudades periféricas localizadas principalmente en países avanzados, así como los avances teóricos en materia de crecimiento, desarrollo y geografía, además de contribuir a renovar este interés por el tema, confirmaban su pertinencia. En efecto, desde hace ya varias décadas un grupo amplio de regiones y ciudades, consideradas como periféricas durante al vigencia del modelo fondista, han experimentado un dinamismo superior al de muchas de las regiones metropolitanas y ciudades de mayor desarrollo, lo que ha llevado a pensar a algunos analistas del desarrollo regional en la inauguración de una nueva era de reversión de la polarización, al emerger un nuevo modelo de desarrollo y de organización territorial para la industria2. A grandes rasgos y para fines de este trabajo, dos son las corrientes que con sus desarrollos teóricos, han contribuido a analizar estos cambios: de un lado, se encuentran las corrientes que ignoran la geografía y basan su planteamientos en los fundamentos de la ortodoxia neoclásica en desarrollo; de otro, se tiene un conjunto diverso y heterogéneo de enfoques, pertenecientes a una gama variada de escuelas en economía, geografía y desarrollo, cuyo elemento común, además del cuestionamiento de la ortodoxia, es el abordaje del problema con una óptica de la geografía y desarrollo; siguiendo a Requier-Desjardins (1996) a esta corriente se le denominaría como “economía de los territorios”, donde confluirían enfoques neoclásicos no ortodoxos y heterodoxos. Desde la corriente neoclásica, las causas de la polarización económica y de la industria radican en las distorsiones de los mercados y el sesgo antiexportador 2 Sobre la evidencia empírica véase a Cuadrado (1998, a, b) para la Unión Europea y España; Markusen(2000) para las ciudades de Estados Unidos, Corea y Brasil; para América Latina véase los trabajos de Hiernaux (1998), Guadarrama y Olivera (2001) para México, Riffo y Silva(1998) para Chile, Lotero (1998) para Colombia y Diniz y Crocco(1998) para Brasil RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 3 provocados por las políticas proteccionistas y los “fallos” del gobierno para favorecer la industrialización. Se considera que los subsidios recibidos por la industria durante la sustitución de importaciones, favoreció, en el caso colombiano, al triángulo de oro (Bogotá, Medellín y Cali) discriminando en contra del resto de regiones. La naturaleza de los desequilibrios regionales se encontraría, pues, en un manejo del régimen comercial que distorsionó el funcionamiento de los mercados de bienes y factores y fue adverso para el desarrollo económico3. Las conclusiones de política no pueden ser, entonces, más simples: eliminadas estos sesgos, los mercados y la movilidad de los factores se encargarían de revertir la polarización, lográndose la convergencia. Por su “neutralidad”, las políticas de precios correctos y una intervención mínima del gobierno, facilitarían una asignación más eficiente, tanto sectorial como regional, de los recursos de acuerdo a su abundancia o escasez, mejorando, todas las regiones sus posiciones competitivas en los mercados externos, al explotar las economías de escala y acceder a las mejores prácticas tecnológicas Esta hipótesis es aceptada parcialmente por algunos geógrafos económicos; sin embargo, desde la misma geografía-económica, física y humana- y de los enfoques heterodoxos en desarrollo, se pueden a obtener resultados diferentes. Con un modelo de geografía económica para Méjico, Krugman y Livas Elizondo(1996) habían predecido que, al eliminarse las restricciones al comercio, entre otras la protección, disminuiría la concentración geográfica y la industria se desplazaría hacia las regiones o zonas próximas a los mercados externos; no obstante, existe evidencia empírica para varios países de América Latina que no confirman tal hipótesis. En particular, para el caso colombiano, Fernández (1998) ha señalado lo limitado de un modelo como el utilizado por estos dos autores para extraer conclusiones sobre la relación entre comercio y aglomeración; además, ha señalado, que al limitarse su ejercicio a los primeros años de la apertura durante los cuales esta afectó positivamente la demanda interna que hallaba concentrada en las regiones del interior del país, no se confirmar la hipótesis de la reversión de la polarización. 3 Un planteamiento similar aparece en Meisel y Bonet(2001 p.48) RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 4 Según una variedad amplia de enfoques en geografía económica, la concentración se produce por la conjunción de rendimientos crecientes por externalidades pecuniarias (efectos de enlace sobre la demanda final e intermedia) y tecnológicas (efectos de propagación del progreso técnico) con la proximidad y las facilidades de acceso a los mercados por reducción de costos de transporte y la movilidad de fuerza de trabajo. La combinación de estos factores, entre los cuales, el capital humano tiene un peso muy importante, da lugar a aglomeraciones especializadas o diversificadas. Si bien la aglomeración es un proceso acumulativo y de path dependence, o donde las condiciones iniciales, determinadas por la historia, inciden en la trayectoria de crecimiento, se puede producir la desconcentración. En efecto una vez la concentración ha alcanzado cierto límite, entran en operación fuerzas centrífugas que contrarrestan las centrípetas, pudiéndose dispersar la industria hacia otras regiones. Este fenómeno se produce por la aparición de economías externas negativas y costos elevados de los factores inmóviles y congestión, conjuntamente con la eliminación de restricciones al acceso a los mercados o expectativas negativas de los agentes sobre la aglomeración. Pero el proceso de desconcentración y de relocalización no es generalizado y solo las regiones y ciudades periféricas que poseen un buen acceso a los mercados y están dotadas con capital humano e infraestructura física e institucional de calidad, atraerán las industrias que además de tener bajos costos fijos y débiles enlaces tecnológicos y con la demanda, son intensivas en factores inmóviles, pudiéndose así “incubar” nuevos procesos de aglomeración industrial en la periferia (Herderson et al, 2000)4. Por su relación con el acceso al mercado, las condiciones geográficas (topografía, clima, fertilidad de los suelos) y de urbanización, también pueden contribuir a explicar la localización y la concentración (o dispersión) industrial. Una ciudad costera, portuaria o cercana a los principales corredores de transporte (marítimo, fluvial o terrestre) tendrá ventajas respecto a otra que se halle situada en el interior de un país, para acceder a los mercados, atrayendo capital y mano de obra calificada; así mismo, la geografía y las instituciones, por su incidencia en la 4 Sobre este y otros planteamientos de la geografía y de su relación con el desarrollo, véase también Krugman (1998); Thisse (1996), Gallup et al (2003), Gallup et al (1998). RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 5 densidad y la calidad de la infraestructura vial y de comunicaciones, también afectan los costos de transporte y al acceso a los mercados. En general, muchos trabajos en geografía económica han predecido el fortalecimiento de las regiones centrales respecto a las periféricas en condiciones de integración. Al respecto, Charlot (2000) establece que, en tales condiciones, las mayores inversiones de capital público en vías y comunicaciones en una región central son un poderoso factor de atracción y no de expulsión de capital que favorece la concentración y no la dispersión de la industria hacia la periferia; de otra parte Ottavianno y Puga ( 1997) conceptúan que, en condiciones de restricciones a la movilidad de la mano de obra, la mayor integración favorece al centro al aglomerarse las actividades con rendimientos crecientes, en particular, las innovaciones; finalmente, del trabajo de Bellone y Maupertuis( 2000) se concluye que los resultados de la integración en cuanto a la desconcentración industrial son ambiguos, aunque tienden a favorecer más al centro que a la periferia. Los enfoques heterodoxos también han proporcionado hipótesis e interpretaciones alternativas a las anteriores. Pecando de simplismo, dos serían los enfoques principales que explican el dinamismo de las regiones periféricas5: de un lado, se encuentran planteamientos próximos al pensamiento radical, que relacionan el desarrollo reciente de la periferia con la revolución tecnológica y los cambios del modelo de organización productiva después de la crisis del fordismo; de otro, aquellos que lo atribuyen a procesos de desarrollo endógeno local determinados por: a) la especialización en bienes con mercados externos dinámicos; b) una organización productiva basada en redes de empresas, principalmente pequeñas y medianas; c) mecanismos institucionales y convenciones locales que regulan , imprimen dinámica y facilitan la acción colectiva. En algunos círculos de investigadores estas planteamientos se consideran como un nuevo paradigma en desarrollo regional y, como tal, el camino a seguir por las regiones periféricas para contrarrestar las tendencias concentradoras de la 5 Presentaciones y clasificaciones diversas algunos de estos enfoques aparecen en Becattini (2002), Fernández Sánchez(2000), Hsaini(2000), Kherdjemil (1999), , Courlet y Kherdjemil (1996) y Rallet y Torre( 1995); sobre estudios de regiones específicas véase, Amin y Thrift( 1994). RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 6 industria; sin embargo, pese a los avances teóricos, aún no se les reconoce validez universal debido al énfasis que en el análisis tiene la organización socioeconómica y territorial y obtenerse los resultados de estudios sobre regiones particulares, con condiciones institucionales específicas y no extrapolables de manera general; en este sentido, su utilidad y alcance son muy limitados al tratarse de análisis como el que a continuación se presentará. 2. Las tendencias del desarrollo regional no se debilitaron con la apertura y la integración comercial Las tendencias hacia la polarización y el patrón de localización de la industria se examinan considerando, de un lado, su distribución interregional y, de otro, la concentración o dispersión de las distintas agrupaciones. 2.1 La distribución interregional: la polarización se mantiene El desarrollo industrial colombiano se había distinguido por ser uno de los más descentralizados de América Latina. No obstante, este rasgo ha venido viene desapareciendo desde la década de los sesenta debido a la integración del mercado interno y recientemente con la mayor inserción internacional de la economía. El patrón actual de organización espacial de la industria, al cual ha contribuido la geografía ha evolucionado hacia la polarización creciente desde las últimas décadas del modelo mixto de desarrollo industrial6, manteniéndose tal tendencia con la apertura. En el cuadro 2.1 aparece la distribución de la industria manufacturera por grupos de departamentos clasificados de acuerdo a sus niveles de desarrollo económico e industrial. Allí se observa, primero, que el desarrollo industrial continúa concentrándose las cuatro regiones principales del país, pese a la disminución como grupo de la participación en el valor agregado y el empleo durante la década de los noventa; segundo, que la primacía industrial de Bogotá, especialmente, en cuanto al empleo, como una tendencia que se inició desde los años de vigencia del modelo mixto de industrialización, se ha fortalecido con la apertura y la integración al comercio. 6 Más que un modelo de sustitución de importaciones, la economía colombiana a seguido desde 1967 uno mixto con promoción de exportaciones . RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 7 Cuadro 2.1 Distribución del valor agregado y del empleo industrial por departamentos v.a Bogotá Grupo 1 Antioquia Valle Atlántico Subtotal 1974 empleo 1990 empleo v.a v.a 1998 Empleo 24,6 28,3 24,9 32,2 26,2 30,1 22,1 24,7 22,9 23,2 20,0 23,4 18,8 16,3 19,8 14,9 18,2 16,2 8,4 7,9 7,5 5,7 6,7 6,6 49,3 48,9 50,2 43,8 44,9 46,2 1,9 2,1 2,0 2,2 2,2 2,5 2,6 3,0 2,4 3,3 2,6 2,7 4,9 2,1 3,0 1,9 4,6 2,1 Grupo 2 Caldas Risaralda Bolívar Santander Subtotal 5,5 3,6 3,7 3,8 4,6 3,2 14,9 10,8 11,1 11,2 14,0 10,5 Grupo 3 Resto Total 11,2 12,0 13,9 12,9 14,9 13,2 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 32,4 27,1 29,9 23,4 29,9 25,6 1,3 1,5 1,5 2,1 1,4 1,7 Regiones portuarias Regiones fronterizas Fuente: Encuesta Anual Manufacturera (EAM), Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Entre 1974 y 1990, período de vigencia de este modelo, Bogotá elevó su participación en el empleo mientras el grupo de regiones de Antioquia, Valle y Atlántico donde se localizan las tres de las principales ciudades industriales del país, la disminuyeron. El resultado es claro: con el agotamiento de la sustitución de importaciones, la brecha entre Bogotá y las regiones que le seguían en el desarrollo industrial ya se había ampliado. El segundo grupo conformado por los departamentos de Caldas, Risaralda, Bolívar y Santander, donde se sitúan las principales ciudades y áreas metropolitanas de tamaño “medio”, fue uno de los más afectados con la crisis y la reestructuración industrial de mediados de la década de los ochenta., debido especialmente a una caída de la productividad. El “resto”, donde se agrupa el mayor número de economías periféricas, que poseen los menores coeficientes de industrialización, fue otro de los grupos que RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 8 podrían denominarse como “ganadores” durante la última etapa del modelo mixto de desarrollo, especialmente por la contribución del crecimiento de la productividad, fruto de la reconversión y el ajuste espacial posterior a la crisis de comienzos de los ochenta (Lotero, 1998b). Para el período de apertura, se observan también algunos cambios que, valga señalar, no son considerables para modificar las tendencias heredadas del modelo mixto. Al parecer la primacía se ha reforzado al aumentar Bogotá su peso en el valor agregado respecto a todas las regiones del país, manteniéndose la tendencia del período que antecede a las reformas estructurales. La industria del segundo grupo fue una de las que más se afectó con la apertura, aunque ello no le haya significado perder el importante peso que siempre ha poseído para el desarrollo de la industria del país. En general, aunque no de manera significativa, el sector demandó más empleo, especialmente en los primeros años de la apertura pero a costa de una pérdida relativa de valor agregado y, por consiguiente, de caídas de la productividad. Indudablemente la región más afectada durante este período fue Antioquia, mostrando su fragilidad y débil capacidad de respuesta a la mayor integración comercial, debido entre otras razones, a su especialización en industrias de primera generación de la sustitución de importaciones; en Valle y Atlántico, a causa de la mayor diversificación y facilidad de acceso a los mercados e insumos intermedios por ser regiones costeras, la industria mostró mejor capacidad de respuesta a la liberación comercial. Puede afirmarse, entonces que son las regiones donde se asentaron las industrias sustitutivas de primera generación, las que han mostrado dificultades para su reconversión, perdiendo competitividad (CEPAL, 2002). Por último, cabe mencionar, que este grupo de regiones ha venido perdiendo en eficiencia y productividad, pese a que con la apertura se benefició el empleo a causa de la expansión de la demanda interna, especialmente de bienes con elevada elasticidad del ingreso y de insumos con alto componente importado, que fueron las actividades más dinámicas durante los primeros años de la apertura comercial. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 9 Las regiones que ganaron o se favorecieron durante este período corresponden a los grupos de menor desarrollo relativo o con coeficientes de industrialización medios o bajos. En particular, se trata de regiones como Cundinamarca, Tolima y Santander en el oriente del país, Cauca en el sur, Caldas y Risaralda en la zona cafetera central y, Bolívar en la costa atlántica, mejoraron sus participaciones en valor agregado, en empleo o en ambos. Cabe señalar que el grupo conformado por los departamentos de Caldas, Risaralda, Santander y Bolívar aprovechó la apertura para recuperar el peso que había periodo durante el modelo mixto, lo que se debió tanto al debilitamiento de las viejas regiones industriales como al desarrollo de condiciones endógenas para atraer capitales y que se habrían venido generando desde finales de los ochenta, entre otras razones, por medidas de política fiscal.7 Puede afirmarse que las mejoras en productividad uno principales logros y el factor en el que se fundamentaron las ganancias de estos dos grupos. En estas regiones el relativo avance industrial provino de la elevada especialización en la producción de insumos básicos o el procesamiento de recursos mineros, mediante altas densidades de capital o elevados tamaños de planta o del aprovechamiento de exenciones tributarias que han permitido la localización de industria más modernas y con altos tamaños de planta, situadas a poca distancia de algunas de la principales áreas metropolitanas del país. La apertura fue desfavorable para las regiones muy especializadas en agroindustrias o con un peso importante de manufacturas livianas a causa de la caída de la protección y la tasa de cambio real que simultáneamente favoreció a las importaciones y afectó negativamente las exportaciones. A ello también contribuyó el hecho de que estas industrias, a diferencia de las de bienes durables, no contó con la protección que siempre han brindado, de un lado, la topografía accidentada del territorio nacional con su deficiente infraestructura de vías de comunicación y transporte y, de otro, el servicio al cliente. Uno de los ajustes territoriales que se esperaba con la apertura era la reasignación de recursos y la reestructuración productiva que se producirían por el desplazamiento de la generación de empleo industrial desde el interior país, 7 Diversas medidas han sido adoptadas después de los desastres del Nevado del Ruiz que favorecieron a Caldas, Risaralda y Tolima y de la región de Paez, a Cauca y Huila. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 10 donde históricamente se han localizado los centros principales de producción y consumo, hacia las regiones costeras y fronterizas, que han contado siempre con un acceso mejor a los mercados externos. La industria de los departamentos de la región de la costa atlántica, que cuenta con algunos de los más importantes puertos del país, y de las regiones fronterizas con Venezuela y Ecuador fue la más abierta del país, al elevar significativamente el grado de apertura de la actividad durante la década de los noventa (Franco y Vásquez, 2003); sin embargo, esto no les significó mejoras sustanciales de participación en el desarrollo industrial. Según el cuadro 2.1 entre 1990 y 1998 las regiones costeras, donde se encuentran localizados los principales puertos del país-Buenaventura en el Valle, Cartagena en Bolívar, Barranquilla en Atlántico y Santa Marta en Magdalenaelevaron su participación en el total del empleo manufacturero en 1.9 %, equivalente a cerca de 43364 nuevos puestos de trabajo. Si se excluye al Valle, que ha sido una de las regiones líderes, ha concentrado parte del desarrollo industrial y posee el principal puerto del país, prácticamente desaparece tal aumento de participación; la región de la costa atlántica definitivamente ha ganado muy poco con la apertura. Cabe señalar que pese al cierre de la economía el peso de estas regiones en el desarrollo industrial era superior en la década de los setenta al actual, lo que indica el poco efecto que ha tenido la apertura comercial sobre la localización. Para las regiones de “frontera” más importantes -Nariño, Norte de Santander y Cesar- la situación se torna aún más grave que para las anteriores: en el departamento del Cesar se crean solo 750 puestos de trabajo durante la década de los noventa, destruyéndose empleos en las otras dos regiones y cayendo la participación de todo el grupo en el empleo industrial nacional. No parece pues que la apertura comercial haya contribuido a un cambio sustancial en la distribución regional de la industria o a cambio en la tendencia hacia la primacía y la polarización. La polarización en vez de debilitarse se fortaleció al ampliarse posiblemente el radio de acción de Bogotá sobre los RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 11 municipios y los departamentos vecinos, arrastrando, incluso su crecimiento8. De otra parte, tampoco las regiones periféricas especializadas en actividades transformadoras de recursos naturales o con mejor acceso a los mercados elevaron significativamente su peso en el desarrollo industrial. Pese a los mayores costos por la su localización en el interior del país y a su débil inserción internacional si la comparamos con otras regiones, la capital continúa elevando su participación en las principales variables económicas y manteniendo su posición en la jerarquía regional como la región más competitiva pese a su menor coeficiente de apertura económica e industrial (CEPAL, 2002). La explicación a este comportamiento puede encontrarse en la geografía económica. De un lado, la dinámica, diversificación y tamaño de la demanda de Bogotá son una fuente importante de externalidades pecuniarias y enlaces -hacia atrás y hacia delante- y una fuerza centrípeta significativa que arrastra consigo a capitales y mano de obra calificada, contrarrestando todo intento de desconcentración; de otra parte, el mayor crecimiento de población así como la expansión de la división del trabajo especialmente en servicios públicos y modernos para las empresas (financieros, de consultoría, marketing, etc), la mayor dotación de capital humano y la “cercanía” con el poder político, han contribuido también con la primacía y la estabilidad económica de la región de la cual no han disfrutado el resto de regiones colombianas (CEPAL 2002)9. La apertura por su impacto positivo sobre el consumo privado, estimuló aún más las externalidades pecuniarias como factor de localización. Las condiciones geográficas tampoco favorecen la desconcentración hacia las regiones periféricas. La integración de estas regiones a los mercados, tanto domésticos como externos, se ha venido estancando paralelamente con el deterioro de la infraestructura vial; esto limita el surgimiento de otros subcentros que compitan con los ya establecidos del triángulo de oro y fortalece la primacía. 8 Según Sánchez y Núñez (2000) los municipios próximos a las grandes ciudades y especialmente a Bogotá, que concentran la actividad económica y la industria y se encuentran en el interior del país, poseen niveles de ingreso y son más dinámicos, que los más alejados y dispersos. De otra parte, los estudios de Meisel y Bonet, (2001) y Galvis y Meisel(2001) también señalan el fortalecimiento de la polarización en la década de los noventa. 9 Según el estudio de Galvis y Meisel , op cit, los principales determinantes del crecimiento de las ciudades son el capital humano y la infraestructura de servicios públicos, factores que son muy fuertes en los centros urbanos del interior del país, especialmente en Bogotá, Medellín; Manizales y Bucaramanga y muy débiles en los costeros. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 12 Colombia es un país que cuenta con una topografía “accidentada” que exigiría ingentes recursos financieros, tecnológicos e institucionales para superar esta barrera natural e integrar el territorio nacional. Pese a los esfuerzos realizados en el pasado, el atraso es la característica del actual sistema de transporte, lo cual ha generado fragmentación territorial y ha incidido negativamente sobre los costos del transporte, contribuyendo a la ineficiencia en la asignación de recursos y a la creciente polarización. Los índices de densidad vial y de vías pavimentadas están entre los más bajos del mundo10. El sistema de transporte se caracteriza por su desarticulación en relación a la estructura y configuración espacial.: las principales regiones y ciudades se encuentran vinculadas entre sí y con las intermedias pero los vínculos son débiles con las de menor desarrollo o periféricas; la red se concentra en ejes troncales pero se carece de tramos alternativos haciendo el sistema altamente vulnerable a las averías, elevándose significativamente los costos de transporte cuando estas se presentan. Indudablemente, la incidencia negativa de estos factores sobre en los costos de transporte, es alta: según Garay (1998) las contribución de los costos del transporte interno en los precios de los bienes es similar a los externos. De esta manera la deficiente la infraestructura vial si bien obstaculiza las exportaciones, se convierte simultáneamente en una barrera para las importaciones. Se comprenderá que, con cada peso invertido en infraestructura vial en Bogotá y en las regiones vecinas y mientras se mantenga el marco institucional que define las inversiones en la malla vial, la polarización conjuntamente con la dispersión de industrias con débiles enlaces sea el patrón de localización que tienda a predominar en el país. La sola liberación comercial, entonces, es insuficiente para revertir la tendencia hacia la polarización y, paradójicamente, la estaría fortaleciendo. 10 Colombia contaba sólo con 383 kilómetros pavimentados de carreteras por cada millón de habitantes, poniendo a la nación incluso por debajo de países como Sri Lanka o Zimbabwe (Centro de Estudios Económicos 1996: 9). En relación con la superficie, según el Instituto Nacional de Vías, Colombia contaba en 1994 con sólo 9 kilómetros de carreteras pavimentadas por km², superado por países tan atrasados como Bangladesh (48 km/km²), Ghana (35 km/km²), Senegal (20 km/km²) y Etiopía (11 km/km²). RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 13 2.2 El patrón de localización: leve dispersión de la industria El examen de la concentración y dispersión geográfica de las distintas agrupaciones industriales, que expresa el patrón de organización del sector en el territorio, complementa algunos de los resultados obtenido en la sección anterior. Mediante el Índice Cinco de Concentración (I5C)11 podemos aproximarnos al análisis de este patrón y de sus relaciones con la distribución por regiones; los resultados aparecen en el cuadro 2.2. De acuerdo con los valores del índice, las agrupaciones más concentradas geográficamente han sido las de tabaco (314), refinerías de petróleo (353) y sus derivados (354) fabricación de objetos de barro, loza y porcelana (361), metales no ferrosos (372), textiles (321), maquinaria eléctrica (383) y, finalmente, equipo y material de transporte (384); entre las de las de concentración moderada encontramos las de confecciones (322), cuero (323), muebles de madera (332), imprentas y editoriales (342), productos químicos (352), productos de caucho (355), productos plásticos (356), productos de vidrio (362) y material científico ( 385); por último, las más actividades más dispersas corresponden a industrias tradicionales de pequeña y mediana escala, que abastecen mercados locales de bienes consumo tales como alimentos (311-312), bebidas (313), calzado (324) y manufacturas diversas ( 390) o muy dependientes de la explotación recursos naturales, minerales no metálicos, que corresponden a las industrias productoras de cemento y productos para la construcción. Cuadro 2. 2 Colombia. Indice Cinco de Concentración Geográfica (29 agrupaciones industriales) Actividades Alimentos (311) Alim animales(312) Bebidas(313) Tabaco(314) Textiles(321) Confecciones(322) Cuero(323) Calzado(324) Madera(331) 1974 1985 1990 1998 0.38 0.42 0.35 0.83 0.66 0.44 0.45 0.48 0.33 0.36 0.41 0.38 0.83 0.66 0.46 0.61 0.46 0.43 0.37 0.45 0.35 1.00 0.66 0.48 0.62 0.52 0.47 0.34 0.45 0.36 1.00 0.63 0.51 0.54 0.39 0.41 11 El I5E es un indicador de distribución espacial que mide el grado en que se hayan concentradas o dispersas las distintas agrupaciones industriales. Su valor fluctúa entre o, si la agrupación está totalmente dispersa y 1 si se concentra en un solo lugar . RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 14 Muebles(332) Papel(341) Imprentas(342) Sust químicas(351) Otros químicos 352 Refinerías353 Dtrol/carb 354 Caucho(355) Plásticos(356) Barro,loza,porc(361 Vídrio(362) Min no metal (369) Hiero y acero(371) Met noferroso(372) Productos metal(381) Maq no electrica(382) Maq eléctrica (383) Transporte(384) Eq profes/ cient(385) Diversas(390) 0.54 0.52 0.61 0.38 0.60 0.62 0.55 0.64 0.40 0.63 0.57 0.51 0.65 0.45 0.63 1.00 0.59 0.61 0.93 0.50 0.36 0.50 0.73 0.51 0.59 0.62 0.56 0.74 0.32 0.84 0.55 0.60 0.80 0.54 0.40 0.59 0.61 0.52 0.58 0.65 0.58 0.48 0.22 0.68 0.53 0.54 0.80 0.56 0.39 0.63 0.60 0.53 0.58 0.64 0.61 0.56 0.25 0.56 0.48 0.63 0.45 0.58 1.00 0.70 0.51 0.53 0.75 0.52 0.37 0.46 0.69 0.48 0.54 0.61 0.61 0.59 0.28 Fuente: Encuesta anual manufacturera (EAM), Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).Cálculos: Centro de Investigaciones Económicas (CIE), 2000. Desde la mitad de la década de los setenta la localización de la industria venía modificándose posiblemente a causa de las transformaciones que se presentaban en el entorno nacional e internacional. Los mayores cambios hacia la concentración se presentaron entre 1985 y 1990 período considerado de ajustes productivos y reconversión como un respuesta a la crisis de comienzos de la década: la concentración aumentó para cerca de la mitad de las agrupaciones industriales, insinuando una tendencia hacia una especialización mayor de las regiones; el índice de concentración se elevó para las agrupaciones de alimentos para animales, tabaco, confecciones, cuero, calzado, madera, imprentas, sustancias químicas, vidrio, hierro y acero, productos metálicos, transporte, equipo profesional e industrias diversas. Paradójicamente, durante la década la tendencia hacia la especialización que debería fortalecerse con la asignación de recursos que traería la apertura, parece debilitarse: la concentración aumenta para solo cinco de las agrupacionesconfecciones, metales no ferrosos, equipo profesional, manufacturas diversas y derivados del petróleo- y se reduce, aunque no sustancialmente, para las catorce restantes. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 15 De lo anterior se deduce que durante el modelo mixto, con los ajustes introducidos después de la segunda mitad de los ochenta, se habían produjeron cambios más importantes con la introducción del modelo de apertura. En vez de concentrarse para aprovechar las ventajas que brinda la especialización, como era lo deseable, la industria se dispersó, probablemente debido a las expectativas negativas que generaron la apertura comercial y el deterioro de las condiciones institucionales del país, lo que se manifestó en la aceleración de la desindustrialización y, por consiguiente, en el mayor peso que tuvieron las actividades de bienes no transables, manifestando la economía síntomas de enfermedad holandesa. En suma, del análisis de esta sección se concluye que durante la primera década de reformas estructurales no hubo cambios sustanciales en la localización de las actividades industriales que condujeran a la reversión de polarización. Pese a que la mayoría de actividades tendieron a desconcentrarse geográficamente, sólo algunas regiones, aquellas que contaban con un buen acceso a los mercados domésticos, mejoraron su participación en la industria. La actividad tampoco se aglomeró más en las regiones y ciudades portuarias y fronterizas, que poseen ventajas por su localización respecto a los mercados externos o comparativas por su dotación en recursos naturales. El resultado es simple: no se desencadenaron fuerzas centrífugas que implicaran cambios sustanciales en el desarrollo regional y espacial del país y la liberación del comercio acentuó la concentración, contrario alas predicciones de la teoría. 3. La evolución y comportamiento regional de la productividad y la eficiencia industrial Se ha planteado que la apertura y la integración comercial propician, además de una nueva organización productiva y territorial, el acceso a nuevos productos, insumos y tecnologías, aumentando, por esta vía, la productividad y eficiencia de las actividades. Los cambios que ha experimentado la industria a nivel regional también nos indican trayectorias de crecimiento, asociadas con el comportamiento de la productividad del trabajo y de los factores, que no es independiente de las condiciones geográficas, la localización de recursos y el acceso a los mercados. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 16 3.1 El comportamiento de productividad del trabajo confirma que la periferia es más productiva La evolución de la productividad del trabajo (cuadro 3.1) nos muestra dos resultados distintos a los esperados o predecibles por la teoría: primero, los mayores niveles y tasas de crecimiento no tienden a presentarse en las regiones que concentran la actividad económica e industrial y donde se ubican las principales áreas metropolitanas; segundo, la apertura e integración comercial ha implicado algunos cambios en la ordenación y el crecimiento de la productividad, asociados a los ajustes que se han presentado en el territorio. Desde el punto de vista teórico, los niveles más elevados de la productividad, y probablemente también sus tasas de crecimiento, se obtendrían en las regiones diversificadas y donde se aglomeran los factores con rendimientos crecientes (capital físico, humano y tecnológico). La proximidad geográfica y las externalidades pecuniarias, por concentración de los mercados y los enlaces de demanda, y tecnológicas (spillovers) son fuentes importantes de aumentos de productividad y eficiencia, y, por esta vía, de crecimiento y atracción de capitales y fuerza de trabajo calificada (Quigley, 1998). Para Colombia esta predicción no se cumple, pues los más altos niveles y las tasas más elevadas de crecimiento de la productividad las ostentan algunas regiones periféricas, en particular aquellas con bajos coeficientes de industrialización y altamente especializadas en uno o pocas actividades industriales dependientes de recursos naturales, y no aquellas donde históricamente se ha concentrado el desarrollo industrial. De acuerdo a lo anterior podría entonces confirmarse, primero, la hipótesis del enfoque neoclásico ortodoxo según la cual la alta concentración de la industria no ha contribuido con la eficiencia y la competitividad, al ser el resultado de los subsidios otorgados al sector; segundo, la bondad que tendría la liberación comercial para la eficiencia al reasignar recursos de acuerdo al principio de las ventajas comparativas estáticas. No obstante, estas hipótesis no se confirman. En primer lugar, el proceso de aglomeración de los países de la periferia dista de ser idénticos a los de los centrales. Por el solo hecho de considerar que los países de la periferia son RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 17 importadores y no creadores de tecnologías, se marca ya una diferencia importante en cuanto al papel que actualmente poseen las externalidades tecnológicas para el crecimiento regional, a lo cual contribuye la abundancia de mano de obra y el atraso institucional en materia de desarrollo tecnológico. La protección indudablemente contribuyó a esto, sin embargo, no es la única razón que la explica. En segundo lugar, tampoco existe una correlación alta de los niveles y las tasas de crecimiento de la productividad del trabajo con los índices y evolución del grado de apertura desde 1985.Así, por ejemplo, las más altas tasas de crecimiento entre 1985 y 1998 son ocupadas por algunas de las regiones con más bajos coeficientes de industrialización y grados de apertura; solo existe correspondencia entre unas y otros para unas cuantas economías entre las que se resaltan Córdoba y Bolívar, situadas ambas en la costa atlántica y altamente especializadas en actividades transformadoras de insumos básicos para la exportación (Franco y Vásquez, 2003). Un punto a resaltar en este examen es la caída de la tasa de crecimiento de la productividad durante el período de ajustes y reformas estructurales, a lo cual contribuyó el pobre desempeño en las regiones de mayor desarrollo tales como Antioquia y Valle. Tal caída no pudo contrarrestarse por las altas tasas que alcanzó la variable en las regiones de Cauca, Nuevos Departamentos, Córdoba, Sucre, Santander Bolívar, Boyacá, Cundinamarca debido, entre otras razones, al poco peso que continúan teniendo en la industria nacional. En el contexto de desindustrialización por el que atraviesa la economía colombiana, esto muestra que para finales de la década de los noventa, estos altas niveles y elevadas tasas son el resultado de proyectos industriales aislados y dispersos, con débiles enlaces; en este sentido, los aumentos de productividad no son una manifestación de regiones ganadoras, nuevos centros de actividad industrial, una reasignación significativa de los recursos o sistemas de producción localizados. Cuadro 3.1 Niveles y tasas de crecimiento de la productividad Tasas de crecimiento 1967/85 1985/98 Bogotá Grupo 1 Antioquia Valle Cauca Atlántico Niveles (en miles de $) 1967/85 1985/98 2.93 1.20 1.770 2.100 3.17 0.56 1.940 2.280 3.18 0.01 2.320 3.150 3.44 1.16 1.850 2.650 RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 18 Grupo 2 Caldas Risaralda Bolívar Santander Grupo 3 Córdoba Huila Sucre Nariño Quindío La Guajira Meta Cundinamarca Tolima NorteSantander Chocó Boyacá Cauca Nuevos Deptos Magdalena Cesar Total nacional 2.87 0.32 1.910 2.190 2.54 1.14 1.520 1.900 2.31 2.90 4.160 4.620 0.17 6.86 2.790 2.980 7,4 5,8 1.460 10.750 6,8 2,1 2.800 4.010 6,8 3,6 1.580 3.080 6,1 0,6 1.800 2.280 5,5 6,8 1.700 2.830 4,0 5,3 820 880 3,9 2,1 3.660 3.420 3,3 2,6 2.100 3.000 2,7 1,5 2.020 2.590 2,6 0,1 2.010 1.850 2,1 6,2 2.060 1.260 1,8 2,4 2.440 4.210 1,6 8,1 1.580 3.280 1,5 7,1 2.620 2.060 0,3 0,6 2.210 1.870 3,3 0,9 2.840 2.600 4,3 3,7 2.300 3.400 Fuente: Encuesta anual manufacturera (EAM), Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Cálculos : Centro de Investigaciones Económicas (CIE), 2000 El comportamiento de la productividad entre los dos períodos considerados es consistente con los patrones de distribución y la localización industrial caracterizados por el distanciamiento de Bogotá respecto a sus inmediatos seguidores (Valle y Antioquia) y la consolidación de una periferia especializada y con mejoramientos de eficiencia, pero débil en cuanto a externalidades y efectos regionales de arrastre sobre otras actividades. Un examen del comportamiento regional de la productividad industrial utilizando técnicas de convergencia agrega elementos a los anteriores, para confirmar o rechazar la hipótesis de una supuesta reasignación industrial con fines de reducción de desequilibrios. En el gráfico 3.1 aparece la evolución de la desviación estándar o convergencia SIGMA, como una medida de la ampliación o reducción de las brechas interregionales de productividad. Allí se observa que la tendencia hacia la ampliación de las brechas se acentuó durante los noventa. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 19 Desviación estándar (22 Departamentos) Gráfico 3.1 Desviación estándar de la productividad del trabajo 0,30 0,25 0,20 0,15 0,10 0,05 0,00 1967 1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988 1991 1994 1997 Fuente: Encuesta anual manufacturera (EAM), Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Cálculos : Centro de Investigaciones Económicas (CIE), 2000 Estos resultados sugieren que durante el modelo mixto de desarrollo, la protección y la adopción de los instrumentos de promoción de exportaciones, así como mayor integración de los mercados debido a la urbanización y a las inversiones en infraestructura vial, favorecieron también el desarrollo industrial en muchas regiones periféricas regiones al crearles condiciones internas para impulsar su productividad, y no sólo a Bogotá, Antioquia y Valle12. Sugieren, además, que con la crisis y los ajustes productivos introducidos en la década de los ochenta, la acentuación de la desindustrialización y la volatilidad del crecimiento han generado un ambiente adverso para que mejore la productividad de un grupo amplio de regiones tanto centrales como periféricas. Las diferencias y evolución de la productividad son un reflejo de la organización de la industria colombiana y no son independientes de la geografía nacional, física y humana, que ha condicionado históricamente el desarrollo y la organización de las actividades económicas en el espacio. Hasta bien entrada la década los sesenta, el predomino de cuatro bloques regionales con centro en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, era el rasgo que distinguía la organización de la industria. Posteriormente, este patrón se “disolvió” y se configuró uno nuevo basado en la primacía en Bogotá, la “desconcentración concentrada” en las principales áreas metropolitanas de Medellín y Cali, la pérdida de peso Barranquilla como centro regional, y, por último, en la 12 Entre 1971 y 1974 se llevó a la práctica un plan de desarrollo denominado de las “cuatro estrategias” cuyo objetivo era acelerar la tasa de crecimiento mediante un impulso a las exportaciones, y a la construcción, que tuvo un impacto significativo en la expansión de la demanda final RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 20 conformación de “ejes” de desarrollo industrial, regionales o a lo largo de los principales corredores viales, como lo señalan Cuervo y González (1998). Paradójicamente con la apertura al comercio y la desindustrialización, un nuevo modelo o reacomodo territorial de la industria parece estarse produciendo, cuyas características principales son el reforzamiento de la polarización y el relativo debilitamiento de las metrópolis regionales (Antioquia y Valle) conjuntamente con la dispersión industrial hacia algunas regiones que cuentan con dotación en recursos naturales; el comportamiento de la productividad sería pues, una de sus expresiones. En efecto, se han encontrado relaciones en el comportamiento de las productividades de Bogotá y de las regiones vecinas que confirman la hipótesis de una mayor polarización en el caso colombiano; es decir, existe una estrecha relación en las respectivas trayectorias de crecimiento, fenómeno que no se cumple para las regiones industrializadas de Antioquia y Valle; probablemente los enlaces hacia atrás con la demanda final y hacia delante con proveedores y los spillovers tecnológicos han venido extendiéndose desde Bogotá hacia algunas zonas vecinas, fortaleciéndose de esta manera la polarización industrial. Estos resultados se han obtenido mediante la utilización de técnicas de cointegración y aparecen en la tabla 1.13 Tabla 1. Relaciones de cointegración Regiones Valor del Estadístico -3.15599 -3.10619 -3.78408 -2.46796 Decisión 1% 5% No CI No CI No CI No CI No CI No CI No CI No CI -4.42 -3.79 Antioquia/Resto Atlántico/ Resto Bogotá /Resto Valle /Resto Valores críticos Fuente: Restrepo, Franco, Pérez (2001) Notas: CI: hay cointegración; No CI: no hay cointegración 10% No CI No CI CI No CI -3.38 Por último, la especialización y la infraestructura vial son variables que, aunque con poca significancia estadística, también estarían condicionando la convergencia de la productividad desde 1985. Una mayor diversificación industrial en algunas regiones conjuntamente con una mejora en la infraestructura de 13 La noción de cointegración alude a la trayectoria común a través del tiempo que poseen un conjunto de variables, no pudiendo separarse en el largo plazo; así mismo, puede interpretarse como la existencia de una relación lineal de equilibrio entre las variables. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 21 transporte, habrían incidido en la reducción de las brechas interregionales en productividad y contribuido, por consiguiente, a un crecimiento regional menos desequlibrado.14. Una parte importante de la responsabilidad del actual patrón territorial de desarrollo industrial, que los neoclásicos ortodoxos consideran como ineficiente, recae en la geografía y en la calidad de las instituciones y de las políticas públicas, por su incidencia negativa sobre la infraestructura vial y en los costos de transporte. La solución de este problema no se limita, entonces, al manejo del régimen comercial. 3.2 Eficiencia y fuentes de crecimiento: la acumulación extensiva continúa siendo la norma. Se ha argumentado que la exposición de la producción a la competencia externa y la facilidad que brinda la integración económica para el acceso a nuevos bienes e insumos y a las mejores prácticas tecnología, elevarían la eficiencia productiva y la capacidad competitiva del país y de sus regiones. La eliminación de trabas institucionales para el funcionamiento de los mercados de factores daría lugar, entonces, a cambios en las fuentes de crecimiento de la oferta, al tornarse más intensiva la acumulación y su uso conjunto. En el cuadro 3.2 aparecen las fuentes de crecimiento desde el lado de la oferta industrial de los departamentos colombiano según la contribución de los factores (capital y trabajo) y de la productividad total factorial (PTF) considerada como indicador de eficiencia productiva de tasas de crecimiento del valor agregado de las distintas regiones (departamentos)15. El examen de la PTF confirma algo de lo ya señalado en secciones anteriores: las regiones más especializadas y menos industrializadas parecen ser las más eficientes desde el punto de vista del uso conjunto de los factores, convirtiéndose en un contribuyente importante a la productividad y su crecimiento. Los valores y contribuciones de la PTF en el crecimiento del producto tienden a ser altas en regiones tan especializadas como Bolívar, Cesar, Córdoba, Magdalena, Quindío, 14 Estos resultados se obtuvieron mediante el uso de modelos econométricos y técnicas de convergencia considerando variables estructurales que denotan condiciones iniciales de las regiones. 15 La PTF se ha estimado mediante un ajuste econométrico de una función Cobb-Douglas que incluye cambio te´cnico “exógeno”. Cabe señalar que debido a problemas de información se podría estar sobreestimando la PTF en algunas regiones o departamentos. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 22 Nariño, Norte de Santander y Cauca y algo menores en Caldas, Risaralda y Tolima que ocupan un lugar intermedio en el desarrollo industrial; en regiones industrializadas son bastante bajas.(cuadro 3.2). Pese a que la acumulación industrial ha continuado dependiendo de la utilización extensiva y no intensiva de los factores (capital y trabajo) y, en general, la contribución de la PTF al Cuadro 3.2 Colombia. Contribución de los factores y de la productividad total factorial al crecimiento industrial Departamentos Bogotá Grupo 1 Antioquia Valle Atlántico Grupo 2 Caldas Risaralda Bolívar Santander Grupo 3 Boyacá Cauca Cesar Córdoba Cundinamarca Magdalena Nariño N. Santander Quindío Sucre Tolima Otros 1975/98 1975/85 1985/98 VA Factores PTF VA Factores PTF VA Factores PTF 5,2 4,6 0,5 5,5 5,0 0,5 5,0 3,8 1,2 4,6 4,4 0,1 4,9 4,1 0,7 4,4 3,7 0,7 4,8 5,5 -0,7 4,6 4,3 0,3 5,4 3,7 1,6 4,1 4,5 -0,3 2,7 4,0 -1,3 5,0 3,5 1,4 6,2 4,4 1,7 4,7 1,9 2,7 7,0 3,8 3,2 5,9 5,3 0,5 5,2 3,6 1,5 8,1 4,6 3,4 21,0 2,4 18,5 32,6 -3,8 36,4 12,0 3,0 9,0 7,0 4,3 2,6 1,4 2,2 -0,7 8,6 3,0 5,6 4,0 3,4 0,5 2,7 3,0 -0,2 4,1 1,0 3,1 8,4 3,1 5,2 2,1 1,1 0,9 13,1 5,6 7,5 32,3 4,4 27,8 6,9 2,6 4,2 50,8 7,6 43,1 23,0 8,0 14,9 27,5 12,4 15,1 16,0 12,2 3,7 7,0 6,7 0,3 5,9 5,3 0,2 8,1 4,7 3,3 12,4 5,1 7,2 7,6 2,8 4,8 11,3 10,6 0,7 5,8 3,2 2,6 5,1 0,0 5,0 6,7 4,9 1,8 5,9 2,8 3,0 9,4 5,2 4,1 4,1 1,5 2,6 18,9 5,1 13,7 11,8 1,6 10,2 32,3 4,5 27,7 11,4 22,4 -11,0 13,0 4,1 8,8 11,6 3,3 8,2 9,3 7,3 1,1 10,3 6,2 4,0 9,6 7,1 2,5 13,8 9,7 4,0 22,8 14,0 8,1 17,4 5,5 11,9 Fuente: Encuesta anual manufacturera (EAM), Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Cálculos : Centro de Investigaciones Económicas (CIE), 2000 crecimiento es aún baja en las regiones donde se concentró la industria. De otra parte, los ajustes productivos de los ochenta y la liberación comercial de los noventa han impulsado al alza la PTF en un número significativo de regiones especialmente del interior del país; las externalidades que supuestamente RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 23 generaría la integración comercial - acceso a nuevos bienes, insumos y tecnologías, etc, especialización por ventajas comparativas-, no favorecieron, entonces, a las regiones con mejor acceso a los mercados externos. Paradójicamente, por su impacto sobre la expansión de la demanda doméstica y antes de sobrevenir la crisis de finales del último siglo, la industria de un número considerable de regiones del centro del país pudo explotar economías de escala y aprovechar externalidades para mejorar sus niveles de eficiencia, sin la obligación de “volcarse” hacia las mercados externos, ni desplazarse hacia las zonas portuarias y fronterizas. De acuerdo a Lotero et al (2003) el capital percápita y no la eficiencia fue el factor que condicionó la convergencia después de 1985. Desde el punto de vista territorial el desarrollo industrial se habría comportado de forma similar al modelo ortodoxo de crecimiento; en este sentido, entonces, las brechas de productividad se amplían debido a la relativa inmovilidad del capital, explicado, probablemente por los factores geográficos ya señalados y por debilidades de las regiones periféricas en cuanto a infraestructura física y de capital humano e inercia institucional para ejercer atracción. Por último, al no condicionar la PTF a la convergencia y al observar las diferencias interregionales de productividad, se confirma el efecto localizado que desde 1985 tuvieron tanto la reconversión como la apertura al favorecer el desarrollo industrial de un número limitado de regiones centrales ( Bogotá, Valle) y periféricas como las ya señaladas, excluyendo a las restantes de sus supuestos beneficios. Tabla 2 Contribución del capital por hombre ocupado y de la PTF a la ampliación de las brechas interregionales de productividad Período Capital por PTF trabajo 1974-1998 0.150351 0.070632 1974-1985 -0.056493 -0.380236 1985-1998 0.747116 0.133222 Fuente: Encuesta anual manufacturera (EAM), Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).Cálculos : Centro de Investigaciones Económicas (CIE), 2000 RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 24 4. Observaciones finales. Reflejan los ajustes un nuevo patrón territorial de desarrollo industrial? Después de más de una década de reformas estructurales liberales, el desarrollo económico y regional muestra pobres resultados. De un lado, la economía no recuperó una senda de crecimiento económico sostenido, no se aceleraron las transformaciones estructurales, cayó “estrepitosamente” el coeficiente de industrialización y aparecieron claros síntomas de enfermedad holandesa; de otro, las reformas institucionales-reestructuración del estado, descentralización, privatización -tampoco contribuyeron a mejorar la integración de las regiones del país, entre si y con el resto del mundo. Era difícil, entonces, que en este contexto adverso se cumplieran algunas de las predicciones hechas con la integración económica sobre un desarrollo industrial más equilibrado desde el punto de vista territorial. Las tendencias hacia la polarización, conjuntamente con su débil dispersión hacia algunas regiones periféricas del interior del país, que habían sido consideradas como las expresiones territoriales de las distorsiones y sesgos antiexportadores del modelo proteccionista, no se debilitaron. Desde el punto de vista de su organización territorial, ya desde finales de la década de los ochenta, venía configurándose un “campo aglomerativo” al extender Bogotá su radio de influencia a las regiones y localidades vecinas y al debilitarse el papel “equilibrador” que históricamente habían tenido las otras metrópolis regionales de Medellín, Cali y Barranquilla. El acceso al mayor mercado del país así como la posibilidad de aprovechar externalidades y spillovers tecnológicos, son fuerzas aglomerativas que compensan las pérdidas potenciales que tendrían Bogotá y sus vecinos y otras regiones del interior por su adversa localización respecto a los mercados externos. La dispersión, considerada como la otra cara de la evolución y la organización territorial de la industria, se corresponde con el impacto positivo que la apertura comercial tuvo sobre la producción insumos básicos y la manufactura de recursos naturales, especialmente provenientes de la minería; otras regiones periféricas muy especializadas en las industrias de papel, minerales no metálicos, metálicas RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 25 básicas, refinación de petróleo, etc, también con ventaja comparativa, se beneficiaron durante el período de ajustes productivos y liberación comercial. No ocurrió lo mismo con las regiones y ciudades costeras y fronterizas con ventajas de localización por su fácil acceso a los mercados externos, pues no absorbieron considerablemente más empleo, ni mejoraron su eficiencia y competitividad. Aunque no se trate de distritos industriales marshallianos ni sistemas de producción locales, y el término tampoco tenga aquí el significado que se le ha dado la literatura especializada sobre desarrollo local, las regiones que podrían catalogarse como “ganadoras” serían las de Bogotá y Cundinamarca entre sus vecinas, Caldas, Risaralda, Santander y Bolívar donde se asientan las más importantes ciudades intermedias del país (Manizales; Pereira; Bucaramanga y Cartagena); las “perdedoras” serían aquellas donde se localizaron las ramas tradicionales de la sustitución de importaciones -Antioquia y Atlántico- que posiblemente se han visto abocadas a profundos procesos de reestructuración y ajuste espacial, las regiones fronterizas y, por último, las muy especializadas en agroindustria. La mayor participación del producto industrial y las mejoras de los niveles de productividad de las regiones periféricas de industrialización media o muy especializadas no son un resultado de la adopción de innovaciones de punta ni de externalidades dinámicas; tampoco pueden considerarse como una fuerza desconcentradora importante que atente contra la polarización espacial de la industria o releve definitivamente a Antioquia y Valle. La adopción de técnicas incorporadas en los bienes de equipo y de capital así como el pequeño tamaño de sus mercados de bienes finales y los débiles enlaces hacia atrás y hacia delante que ofrecen las ramas en las que se especializan, no generan externalidades ni pueden considerarse como una fuerza considerable de aglomeración que garanticen un dinámica sostenida. La periferia se ha tornado más eficiente pero a costa de una mayor especialización que limita, en vez de estimular, el desarrollo industrial. Es esta una de las paradojas del desarrollo y la localización industrial durante la apertura. RII– VIII Seminário Internacional Grupo 5 – Atividades produtivas, mercado de trabalho e território 26 La “nueva” organización territorial de la actividad no es independiente de la desindustrialización, ni del aún precario acceso de las economías regionales, centrales y periféricas a los mercados externos y domésticos y puede afirmarse que poco ha contribuido para que la industria recupere su papel como motor del crecimiento y fuente de transformación estructural; en este sentido, debería considerársele como una expresión de ajustes y reacomodos transitorios de la actividad asociados a procesos de reconversión y reestructuración regional todavía incipientes, que debieron haberse acentuado con la crisis de finales de siglo. La asignación sectorial y espacial de recursos por ventaja comparativa han contribuido a la mejora de la eficiencia industrial en la mayor parte de las regiones colombianas, pero no con el desarrollo industrial del país ni de sus regiones. Por último, se señala que persiste aún un grado elevado de fragmentación territorial debido tanto a lo escarpado de la topografía del territorio nacional como a la caída de la inversión y el deterioro de la infraestructura vial en las dos últimas décadas, que inciden negativamente en la integración del territorio y, por ende, en elevados costos de transporte. Pese a la mayor apertura comercial, la geografía, aunque no sea determinante, continúa condicionando el patrón de desarrollo regional y de localización industrial en Colombia. Bibliografía ABDELMALKI, Lahsen; COURLET, Claude (1996). Les nouvelles logiques du développement . Paris. L´Harmattan. AMIN,Ash; THRIFT, Nigel (1995) Globalization, institutions, and regional development in Europe. 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