Notas sobre la memoria y el deseo * 679

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Notas sobre la memoria y el deseo *
Wilfred R. Bion ~'*
La memoria siempre es equívoca como registro de los hechos, ya que
está distorsionada por la influencia de fuerzas inconscientes.
Los deseos
interfieren el funcionamiento
del juicio, debido a la ausencia de la mente
cuando la observación resulta esencial.
Los deseos distorsionan el juicio
porque seleccionan y suprimen el material por juzgar.
La Memoria y el Deseo ejercitan e intensifican aquellos aspectos de
la mente que derivan de la experiencia sensorial. Promueven así una capacidad derivada de las impresiones sensoriales y destinada a servirlas. Tienen que ver, respectivamente,
con las impresiones sensoriales de lo que
se supone que ha ocurrido y las impresiones sensoriales de lo que todavía
no ha sucedido.
La "observación"
psicoanalítica no se ocupa de lo que ha ocurrido
ni de lo que ocurrirá sino de lo que está sucediendo. Además, tampoco se
ocupa de las impresiones sensoriales o de los objetos de los sentidos. Todos los psicoanalistas conocen la depresión, la ansiedad, el temor y otros
aspectos de la realidad psíquica, sea que dichos aspectos hayan podido
ser eficazmente rotulados o no. Este es el verdadero mundo del psicoanalista, acerca de cuya realidad no abriga duda alguna. Sin embargo, la ansiedad, por ejemplo, carece de forma, de olor, de gusto; la percepción de
los concomitantes
sensoriales de la experiencia emocional constituye un
obstáculo para la intuición que el psicoanalista tiene de la realidad con que
debe manejarse.
Para el analista cada una de las sesiones debe carecer de historia y
de futuro.
Lo que "se sabe" sobre el paciente carece de importancia, es falso
o irrelevante.
Si tanto el paciente como el analista lo "saben", entonces es
obsoleto. Si uno de ellos lo "sabe" y el otro no, interviene aquí una defensa
o un elemento de la categoría 2 de la tabla (1,2).
Lo único importante en
cualquier sesión es lo desconocido y nada debe impedirnos intuirlo.
En toda sesión se produce una evolución. Algo evoluciona a partir
de la oscuridad y la falta de forma. Tal evolución puede exhibir una seme•
••
Publicado en The Psychoanalytic Forum, 1967, 11, 3.
Dirección: 225 Homewood Road, Los Angeles, 90049,
California,
Estados Unidos de Norteamérica.
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Wilfred R. Bion
janza superficial con la memoria, pero una vez que se la ha experimentado
resulta imposible confundirla con ella. Comparte con los sueños la cualidad
de estar totalmente presente o bien inexplicable y súbitamente ausente. Esa
evolución es lo que el analista debe estar listo para interpretar.
Para ello necesita disciplinar sus pensamientos. En primer lugar, como lo sabe todo psicoanalista, debe haber realizado un análisis tan completo
como sea posible; nada de lo que se diga aquí debe arrojar la menor duda
al respecto. Segundo, debe cultivar una vigilante evitación de la memoria.
Las anotaciones deben limitarse a cuestiones que pueden ser registradas; el
horario constituye un ejemplo evidente.
Se deben seguir las siguientes reglas:
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1. Memoria: No deben recordarse las sesiones pasadas. Cuanto más
fuerte es el impulso a "recordar" lo dicho o hecho, más necesario se hace
resistirse a él. Dicho impulso puede presentarse como el deseo de recordar
algo que ha sucedido porque parece haber precipitado una crisis emocional:
no debe permitirse que ninguna crisis lleve a violar esta regla, ni que esos
supuestos acontecimientos ocupen la mente. De otro modo, será imposible
observar la evolución de la sesión en el único momento en que es dable
hacerlo, esto es, mientras tiene lugar.
2. Deseos: El psicoanalista puede comenzar evitando todo deseo relativo al fin inminente de la sesión (o la semana o el ciclo de trabajo). Los
deseos de obtener resultados, de "curar" o incluso de comprender, no deben
fomentarse.
Estas reglas deben obedecerse en todo momento y no sólo durante las
sesiones. Con el tiempo, el psicoanalista tomará consciencia cada vez más
clara de la presión que ejercen los recuerdos y los deseos y se volverá más
hábil para evitarlos.
Si se siguen estas reglas, al principio la ansiedad del analista aumentará, pero ello no debe llevarlo a violar estas normas. El procedimiento debe
iniciarse de inmediato y no debe abandonarse jamás, bajo ningún pretexto.
El patrón del análisis cambiará. En términos generales, parecerá que
el paciente no evoluciona durante un cierto período de tiempo, pero cada
Notas sobre la memoria y el deseo
sesron será completa en sí misma.
El "progreso"
se medirá por el mayor
número y variedad de estados de ánimo, ideas o actitudes que se observan
en cualquier sesión dada. Las sesiones serán menos entorpecidas por la
repetición de material que ya tendría que haber desaparecido y, en consecuencia, el ritmo dentro de cada sesión se hará más rápido.
El psicoanalista debe tender a lograr un estado mental de tal índole
que en cada sesión sienta que no ha visto antes al paciente. Si siente que
lo ha visto se ha equivocado de paciente.
Este procedimiento es sumamente penetrante, por lo cual el psicoanalista debe tender a una permanente exclusión de la memoria y el deseo y no
sentirse perturbado si los resultados parecen alarmantes al comienzo. Llegará a acostumbrarse y tendrá el consuelo de elaborar su técnica psicoanalítica sobre la sólida base de intuir la evolución y no sobre la arena movediza de una experiencia leve imperfectamente
recordada que no tarda en
dar paso a la experiencia pero también, neurológicamente,
a cierta decadencia de la facultad mental. La sesión en la que hay evolución es inconfundible y la posibilidad de intuirla no se deteriora. Si se le da una oportunidad, comienza desde temprano y se debilita tarde.
Estos comentarios constituyen una breve descripción de los resultados alcanzados cuando tales preceptos se ponen en práctica.
Cada psicoanalista puede elaborar por su cuenta las consecuencias de orden teórico.
Sus interpretaciones
adquirirán mayor fuerza y convicción -tanto
para sí
mismo como para el pacienteporque derivarán de la experiencia emocional con un individuo único y no de teorías generalizadas e imperfectamente
"recordadas" .
Bibliografía
Bion, W. R. (1963), Elements of Psycho-Analysis, Nueva York, Basic Books.
- (1965), Transformations, Nueva York, Basic Books.
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