CLASE DE APENDICITIS AGUDA ANA MARIA HIGUITA

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CLASE DE APENDICITIS AGUDA
ANA MARIA HIGUITA-CIRUJANA GENERAL
UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE PEREIRA
HISTORIA
En 1886, Reginald H. Fitz, un patólogo, describió la condición clínica de la apendicitis
aguda. Destacó la importancia del diagnostico temprano y tratamiento oportuno. Unos
pocos años después, Charles McBurney describió los hallazgos clínicos previos a la ruptura
y defendió la cirugía temprana. La mortalidad disminuyó con la introducción del antibiótico
y con el desarrollo de la anestesia y los cuidados perioperatorios.
Epidemiologia
En los países occidentales aproximadamente el 7% de los individuos desarrollan apendicitis
durante sus vidas. Aproximadamente 200,000 apendicectomías son realizadas anualmente
en Estados Unidos.
La incidencia es de 1 por 1000 personas en Estados Unidos y 86 casos por cada 100,000
personas en el mundo. La apendicitis es menos común en África y en algunas zonas de Asia
debido a las dietas con alto contenido de fibra.
La apendicitis es una de las urgencias quirúrgicas y de las causas de dolor abdominal más
comunes. Existe alguna predisposición familiar. Hay una prevalencia mayor en hombres de
3:2 en adolescentes y adultos jóvenes; en adultos, la incidencia es aproximadamente 1.4
veces mayor en hombres que en mujeres.
El promedio de edad los niños es de 6-10 años. La hiperplasia linfoide es observada en
niños y adultos y es la responsable del aumento de incidencia en ese grupo de edad. Los
adultos jóvenes tienen una alta tasa de perforación, del 50-85%. La edad promedio de
apendicectomías es 22 años. Aunque rara, la apendicitis neonatal y eventualmente la
prenatal han sido reportadas.
Anatomía
Embriológicamente, el apéndice es la continuación del ciego y hace su esbozo durante el 5
mes de gestación. El apéndice no crece tan rápido como el resto del colon, así se queda en
forma de gusano. El promedio de longitud de 10 cm con rango entre 2-20 cm. La pared
tiene dos capas musculares, una circular interna y otra longitudinal externa que es la
continuación de la tenia coli. Existen pocos folículos linfoides que están al nacer, esos
folículos crecen, con un pico a los 12-20 años y luego disminuyen.
La irrigación del apéndice es principalmente por la arteria apendicular, rama de la arteria
ileocólica. Una arteria accesoria puede ser rama de la arteria cecal posterior.
La base del apéndice es constante y se localiza en la pared posteromedial del ciego, a 2.5
cm de la válvula ileocecal, en este punto convergen las tenias del colon.
La posición de la punta del apéndice es variable. En el 65% de los pacientes, se localiza
retrocecal; el 30% se localiza en la pelvis y el 5%, detrás del ciego, colon ascendente o
íleon distal. Esta localización determina la presentación clínica.
Fisiopatología
La apendicitis es causada por obstrucción de la luz apendicular por varias causas. Esta
obstrucción aumenta la presión intraluminal asociado al aumento de secreción de líquidos y
moco. Al mismo tiempo, las bacterias intestinales se proliferan y forman pus aumentando
más la presión intraluminal.
Si la obstrucción persiste, se disminuye el drenaje venoso, luego se produce isquemia con
pérdida de la integridad epitelial, lo que conlleva a invasión bacteriana de la pared
apendicular.
En unas pocas horas, esta condición localizada puede empeorar con trombosis de venas y
arterias apendiculares, llevando a gangrena y perforación del apéndice. Si este proceso
continúa puede ocurrir un absceso periapendicular o peritonitis.
Etiología
La apendicitis resulta de la obstrucción de la luz del apéndice. Esta obstrucción puede ser
por hiperplasia linfoide (60%), fecalito o estasis fecal (35%), cuerpo extraño (4%), y
tumores (1%).
La mayoría de las causas de la obstrucción luminal incluyen la hiperplasia linfoide,
secundaria a enfermedad inflamatoria intestinal o infecciones (común en la infancia y
adultos jóvenes), estasis fecal y fecalitos (común en ancianos), parásitos (especialmente en
países orientales), o, menos frecuente, cuerpos extraños y neoplasias.
Los fecalitos se forman cuando las sales de calcio y los restos fecales hacen capas sobre la
materia fecal espesa en la luz apendicular. La hiperplasia linfoide es asociada a varias
alteraciones inflamatorias o infecciones como enfermedad de Crohn, gastroenteritis,
amebiasis, infecciones respiratorias, sarampión y mononucleosis.
La obstrucción de la luz apendicular es menos frecuente y se asocia a bacterias (Yersinia,
adenovirus, citomegalovirus, actinomicosis, Mycobacteria, Histoplasma), parásitos (ej.,
esquistosomas, áscaris, Strongyloides stercoralis), cuerpos extraños (ej., perdigones,
dispositivos intrauterinos, carbón activado), tuberculosis, y tumores.
Presentación
La presentación clásica de un paciente con apendicitis incluye la historia de dolor
periumbilical o epigástrico que se irradia a fosa iliaca derecha. El dolor es de inicio gradual
y empeora progresivamente. Se asocia a anorexia, nauseas y emesis. Inicialmente afebril o
con febrícula, cuando hay perforación existe fiebre alta.
Al examen físico, el paciente suele permanecer inmóvil, ya que el movimiento empeora el
dolor. Sensibilidad a la palpación localizada, dolor a la percusión. Sensibilidad al lado
derecho con el tacto rectal. Desafortunadamente, solo el 55% de los pacientes con
apendicitis se presentan con historia clásica y hallazgos al examen físico. Ya que los
síntomas tempranos dependen de la localización de la punta del apéndice que es muy
variable.
Síntomas
La historia clásica de anorexia y dolor periumbilical seguida por nauseas, dolor en
cuadrante inferior derecho y emesis ocurre en solo el 50% de los casos. Las nauseas están
presentes en el 61-92% de los pacientes; la anorexia en el 74-78% de los pacientes. Cuando
el vomito precede al dolor es sugestivo de obstrucción intestinal y debe considerarse el
diagnostico de apendicitis. La diarrea o el estreñimiento se presentan en el 18% de los
pacientes.
El síntoma más común de la apendicitis es el dolor abdominal. Típicamente el síntoma
inicia periumbilical o epigástrico y luego migra al cuadrante inferior derecho del abdomen.
La migración del dolor es característica, con una sensibilidad y especificidad de
aproximadamente el 80% . Los pacientes usualmente se acuestan, flexionan las caderas y
las rodillas para reducir el movimiento y evitar el empeoramiento del dolor. Luego de la
progresión del dolor ocurre el vomito, nauseas y anorexia. Usualmente, la fiebre no se
presenta en este estadío.
La duración de los síntomas es menos de 48 horas en el 80% de los adultos pero tiende a
ser mayor tiempo en los ancianos.
Al realizar la historia clínica del dolor abdominal debe obtenerse datos completos de
síntomas gastrointestinales, genitourinarios y pulmonares, además de los ginecológicos en
las mujeres. Un apéndice inflamado cerca de la vejiga o el uréter puede causar irritación y
ocasionar síntomas de hematuria o piuria. La cistitis en hombres es rara en ausencia de
instrumentación.
Examen Físico
Es importante recordar que la posición del apéndice es variable. De 100 pacientes que se les
realizaron un TAC tridimensional, la base del apéndice se localiza en el punto de
McBurney solo en el 4% de los pacientes; en el 36%, a 3 cm de este punto; en 28%, a 3-5
cm de este punto; y en el 36% de los pacientes, la base estaba a mas de 5 cm del punto de
McBurney.
El hallazgo físico mas especifico es el signo de rebote, dolor a la percusión, rigidez y
defensa abdominal. Aunque la defensa en el cuadrante inferior derecho se presenta en el
96% de los pacientes, no es específico. Rara vez, el dolor en el cuadrante inferior izquierdo
es la manifestación del paciente con situs inversus o con apéndices largos que se extienden
hasta el flanco izquierdo.
El examen físico no se limita al abdomen, debe estudiarse el sistema gastrointestinal,
genitourinario y pulmonar.
Signos accesorios
El signo de Rovsing (dolor en cuadrante inferior derecho al palpar el cuadrante inferior
izquierdo) sugiere irritación peritoneal. El signo del obturador (dolor en el cuadrante
inferior derecho con la rotación interna y externa del miembro inferior derecho flexionado)
sugiere inflamación del apéndice con localización profunda en la hemipelvis derecha. El
signo del psoas (dolor en cuadrante inferior derecho con extensión de la cadera derecha o
con flexión de la cadera derecha contra resistencia) sugiere que el apéndice inflamado se
encuentra sobre el músculo psoas.
El signo de Dunphy (dolor agudo en el cuadrante inferior derecho debido a la tos
voluntaria) puede ser útil para hacer el diagnostico de peritonitis localizada. Similarmente,
el dolor en cuadrante inferior derecho en respuesta a la percusión firme del talón sugiere
inflamación peritoneal.
El signo de Markle, dolor producido en un área del abdomen cuando el paciente cae en los
talones bruscamente, estando de pie, tiene sensibilidad del 74%.
Score Diagnóstico Alvarado
Score de MANTRELS
Característica
M = Migración del dolor a FID
A = Anorexia
N = Nauseas y vomito
Puntaje
1
1
1
T = Defensa en FID (Tenderness)
2
R = Dolor de rebote (Rebound)
1
E = Temperatura Elevada
1
L = Leucocitosis
2
S = Desviación a la izquierda de leucocitos (Shift of WBCs to the left) 1
Total
10
Un estudio de McKay y Shepherd sugiere que un paciente con puntaje de 0-3 puede ser
dado de alta, puntaje encima de 7 requiere valoración por cirujano y puntajes entre 4-6
requieren evaluación con TAC abdominal. Para puntajes menores de 3 tienen una
incidencia del 3.6% de apendicitis, puntajes entre 4-6 tienen incidencia del 32%, y puntajes
entre 7-10 tienen el 78% de incidencia de apendicitis.
Estadíos de la Apendicitis
Apendicitis temprana o edematosa
La obstrucción de la luz apendicular conlleva a edema de la mucosa, ulceración, diapédesis
bacteriana, distensión del apéndice por acumulación de líquidos y aumento de la presión
intraluminal. Los nervios aferentes viscerales se estimulan y el paciente percibe leve dolor
periumbilical o epigástrico, el cual dura 4-6 horas.
Apendicitis Supurativa
El aumento de la presión intraluminal excede la presión de perfusión de los capilares, la
cual se asocia a obstrucción del drenaje linfático y venoso y lleva a invasión bacteriana y
acumulación de líquidos que vuelven tensa la pared apendicular. La invasión transmural de
bacterias causa apendicitis aguda supurativa. Cuando la serosa inflamada del apéndice tiene
contacto con el peritoneo, los pacientes experimentan la migración del dolor de la región
periumbilical a la fosa iliaca derecha, el cual es continuo y más severo.
Apendicitis Gangrenosa
La trombosis intramural venosa y arterial da como resultado la apendicitis gangrenosa.
Apendicitis Perforada
La isquemia tisular persistente resulta en infarto y perforación. La perforación puede causar
peritonitis localizada o generalizada.
Plastrón apendicular o absceso
Un apéndice perforado o inflamado puede ser envuelto por el epiplón o asas intestinales,
resultando un plastrón apendicular o un absceso focal.
Apendicitis resuelta espontáneamente
Si la obstrucción de la luz apendicular se resuelve, la apendicitis aguda se puede resolver
espontáneamente. Esto puede ocurrir en el caso de la hiperplasia linfoide o cuando un
fecalito se expulsa de la luz apendicular.
Apendicitis recurrente
La incidencia es del 10%. El diagnostico se acepta si el paciente ha presentado cuadros
clínicos idénticos previamente y que luego de la apendicectomía se demuestra
histológicamente una apendicitis.
Apendicitis Crónica
Tiene una incidencia del 1% y se define con lo siguiente: (1) el paciente tiene una historia
de dolor en fosa iliaca derecha mínimo de 3 semanas de duración, sin otras alternativas
diagnosticas; (2) luego de la apendicectomía el paciente mejora los síntomas; (3)
histológicamente se encuentra una inflamación activa crónica del apéndice o fibrosis.
Consideraciones diagnosticas
El promedio de precisión diagnostica es del 80%, lo que produce apendicectomías con un
falso negativo del 20%. La precisión varía con el sexo, con un rango de 78-92% en
hombres y 58-85% en mujeres.
El diagnóstico diferencial es un desafío clínico ya que la apendicitis puede simular varias
condiciones abdominales severas.
Deben considerarse otros problemas incluyendo apendicitis del muñón apendicular, tiflitis,
apendajitis epiploica, absceso del psoas y yersiniosis.
Error diagnostico en mujeres en edad fértil
La apendicitis es mal diagnosticada en el 33% de las mujeres en edad fértil. El mayor error
diagnostico es la enfermedad pélvica inflamatoria, seguida de gastroenteritis e infección
urinaria.
En las mujeres embarazadas, la apendicectomía negativa no parece afectar la salud
maternal o fetal, pero la demora en el diagnostico con perforación aumenta la morbilidad
maternal y fetal, por lo tanto se debe realizar una evaluación más exhaustiva en las mujeres
embarazadas.
Consideraciones en ancianos
La apendicitis en mayores de 60 años corresponde al 10% de todas las apendicectomías. El
paciente anciano consulta en forma tardía, con una duración de síntomas más de 24-48
horas.
Diagnostico diferencial
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Absceso abdominal
Colecistitis y cólico biliar
Constipación
Enfermedad de Crohn
Enfermedad Diverticular
Embarazo Ectópico
Endometriosis
Gastroenteritis
Enfermedad Inflamatoria intestinal
Divertículo de Meckel
Isquemia Mesentérica
Linfadenitis Mesentérica
Torsión Omental
Quistes de Ovario
Torsión de Ovario
Enfermedad Pélvica Inflamatoria
Cálculo Renal
Envenenamiento picadura de araña viuda negra
Infección urinaria
Estudios de laboratorio
Los estudios de laboratorio para la apendicitis no son específicos pero son útiles para
confirmar el diagnóstico en pacientes con presentaciones atípicas.
Cuadro hemático completo
 Leucocitosis leve con desviación a la izquierda. Cuando hay leucocitosis severa
puede haber perforación.
 En niños o ancianos no siempre hay leucocitosis. En estos pacientes la historia
clínica y el examen físico es difícil, por lo que también una leucocitosis persistente
puede ser un indicio de apendicitis.
 Menos del 4% de los pacientes con apendicitis tienen menos de 10,500 leucocitos y
neutrofilia menos del 75%.
 El cuadro hemático es barato, rápido y disponible, pero los hallazgos son
inespecíficos. En mujeres embarazadas, existe leucocitosis fisiológica por lo que es
poco útil para el diagnóstico.
Proteína C reactiva
 Es un reactivo de fase aguda que se sintetiza en el hígado en respuesta a la infección
o inflamación y aumenta en las primeras 12 horas. Es útil para el diagnóstico pero
con baja especificidad ya que no diferencia entre los sitios de infección.
 Niveles mayores de 1 mg/dL es reportado en apendicitis, pero niveles muy altos se
ven en la fase gangrenosa, especialmente asociada a leucocitosis y neutrofilia. Sin
embargo, la PCR se normaliza 12 horas luego de instaurados los síntomas.
 Múltiples estudios reportan una sensibilidad de 93-96%.
Electrolitos y función renal
No es requerido para el diagnostico pero es útil en la reanimación antes de la cirugía.
Pruebas de función hepática y pancreática
Transaminasas, bilirrubinas, fosfatasa alcalina, lipasa, amilasas, pueden ser útiles para
determinar el diagnóstico en pacientes con presentaciones poco claras.
Parcial de orina
Descarta la infección urinaria; sin embargo la piuria leve es observada en la apendicitis por
el proceso inflamatorio adyacente al uréter derecho. La piuria severa es común en la
infección urinaria. La hematuria o proteinuria sugiere enfermedad genitourinaria o trastorno
de coagulación.
Hormona gonadotrofina corionica humana
En mujeres de edad fértil para diferenciar del embarazo ectópico.
Acido 5-HIAA urinario
De acuerdo a un reporte de Bolandparvaz y cols, la medición del acido 5hidroxindoleacetico urinario (U-5-HIAA) puede ser usado como marcador temprano de
apendicitis. Se relaciona con la cantidad de serotonina secretada por las células del
apéndice.
Imágenes
No hay estudios de imágenes que se necesiten en la apendicitis clásica. Los estudios de
imágenes pueden solicitarse en la apendicitis atípica. Existe controversia en el estudio más
preciso, rápido y costo efectivo que no retarde el diagnostico y aumente la morbilidad.
Radiografía abdominal
En la mayoría de los casos, no es útil para el diagnostico. En el 85% son normales y en el
10% son hallazgos inespecíficos.
Los hallazgos más comunes son íleo y obstrucción. El fecalito en fosa iliaca derecha,
observado solo en el 4-5%. Raramente, neumoperitoneo en el apéndice perforado.
El consenso de la literatura indica que es poco sensible, poco especifica y no es costo
efectiva.
Ecografía Abdominal
La ecografía es un método no invasivo, barato y portátil, que se puede realizar con poca o
ninguna preparación. No tiene radiación y se puede usar en niños y mujeres embarazadas.
Por otro lado, es operador dependiente, y requiere experiencia.
Se sospecha apendicitis cuando hay engrosamiento de la pared, distensión luminal y falta
de compresibilidad. Además detecta líquido libre intraabdominal y colecciones con
formación de abscesos.
Sensibilidad 86% y especificidad 94%.
Es útil para excluir otros diagnósticos. En mujeres, la patología pélvica, como la EPI,
folículo de Graafian roto, tumor o quiste de ovario torcido, endometriosis, y embarazo
ectópico roto.
Un apéndice sano puede no ser visualizado por la ecografía. Cuando ocurre la apendicitis,
se identifica una estructura tubular no compresible de 7-9 mm de diámetro.
TAC abdominal Contrastado
Los resultados específicos son edema, engrosamiento de la pared, inflamación de grasa
periapendicular y presencia de fecalito. Formación de absceso, una pequeña cantidad de
aire libre en la fosa iliaca derecha y plastrón pericecal sugieren perforación.
En la mayoría de los estudios, la TAC es superior a la ecografía en la evaluación del
abdomen agudo. Sensibilidad 87-100% y especificidad 91-97%, respectivamente.
Hay dificultad en la identificación del apéndice normal con un rango de 44-51% en
pacientes asintomáticos.
La TAC es el estudio imagenológico mas importante en la evaluación de los pacientes con
presentaciones atípicas. El medio de contraste intravenoso usualmente no es necesario.
La TAC se utiliza cuando la ecografía es negativa o poco concluyente.
Gammagrafía de glóbulos blancos marcados con tecnecio
Los neutrófilos y macrófagos son marcados con tecnecio 99m (99m Tc) y se administra
intravenoso. Luego de 4 horas se toman imágenes de abdomen y pelvis. La captación del
trazador localizada en la FID, sugiere apendicitis. Sensibilidad 98% y especificidad 95%, el
tiempo para realizarlo lo hace poco ideal para el diagnóstico.
Estudios de contraste con bario
Para pacientes con síntomas atípicos, el enema contrastado con bario. Evalúa la
permeabilidad de la luz apendicular o masas extrínsecas que pueden causar apendicitis. Es
sencillo, barato y seguro, pero ha sido reemplazado por la ecografía y la TAC y rara vez se
usa.
Es un estudio simple que se realiza sin preparación del colon. El llenado ausente o
incompleto del apéndice, junto con efecto de presión o espasmo del ciego sugieren
apendicitis. El signo típico radiológico es el “3 invertido” el cual se manifiesta como una
indentación del ciego. El apéndice no se puede visualizar en el 50% de los individuos
sanos, por lo que es poco confiable.
Resonancia magnética nuclear
Tiene un papel limitado en la evaluación de la apendicitis por el alto costo, tiempo
prolongado y poca disponibilidad. Sin embargo, la ausencia de radiación la hace atractiva
en mujeres embarazadas. Sin embargo, si la mujer embarazada tiene sospecha de
apendicitis se debe realizar una ecografía, que es el método de elección. Si la ecografía
demuestra inflamación del apéndice debe ser llevada a cirugía, si existen dudas puede
tomarse una resonancia magnética nuclear.
Procedimientos diagnósticos
El único procedimiento diagnóstico para la apendicitis aguda, después de la exploración a
cielo abierto es la laparoscopia diagnostica.
Hallazgos histológicos
Un pequeño porcentaje de apéndices de apariencia normal tienen apendicitis focal al
examen microscópico. Además la apendicitis temprana puede ser identificada por el
aumento de la interleukina (IL)-2 y la secreción del factor de necrosis tumoral (TNF)-alpha,
las cuales no se detectan al examen macroscópico. Aproximadamente el 1% de los
pacientes tienen tumor carcinoide o adenocarcinoma.
Tratamiento Medico
No hay tratamiento médico para la apendicitis aguda. Puede ser útil cuando no se puede
realizar la apendicectomía, o cuando temporalmente el procedimiento es de alto riesgo. (ej.,
marineros, viajes en el mar).
Tratamiento quirúrgico
Un total de 17 ensayos aleatorios han comparado la apendicectomía laparoscópica versus
abierta. Las dos técnicas son similares con respecto a la tasa de apendicectomías negativas,
la estancia hospitalaria, y abscesos intra-abdominales.
La apendicectomía laparoscópica parece tener una tasa de infección de la herida
ligeramente inferior (2,9%) en comparación con la apendicectomía abierta (7,4%).
Los beneficios de un abordaje laparoscópico parece ser más pronunciada entre los pacientes
obesos, donde un estudio reciente encontró una duración significativamente más corta de la
estancia hospitalaria y una tasa de cierre de la herida más alta.
El abordaje laparoscópico se prefiere en mujeres en edad fértil que se presume una
apendicitis.
El diagnostico laparoscópico puede ser útil en casos seleccionados (ej., niños, ancianos y
mujeres) para confirmar el diagnostico de apendicitis. Este procedimiento se sugiere en
mujeres embarazadas en el primer trimestre con sospecha de apendicitis.
Si en el abordaje laparoscópico el hallazgo es el apéndice normal, la resección debe ser
considerada según el contexto clínico del paciente. Las ventajas de la laparoscopia incluyen
el resultado cosmético y disminución de la tasa de infección del sitio operatorio
postoperatorio. Menor estancia hospitalaria y menor convalecencia que la cirugía abierta.
Manejo preoperatorio
Una adecuada hidratación, y antibióticos profilácticos por vía intravenosa (ampicilina,
gentamicina y metronidazol o una cefalosporina de tercera generación y metronidazol)
media hora a una hora antes de la cirugía.
Antibióticos, analgésicos, o antipiréticos no se debe administrar a pacientes ingresados
inicialmente, debido a que pueden enmascarar la enfermedad subyacente.
Para minimizar el tiempo entre la presentación hasta la cirugía, la consulta con el cirujano
debe ser obtenida antes de la obtención de otros estudios de diagnóstico, ya que estas
pruebas son a menudo innecesarias.
Indicaciones de la consulta de cirugía
El cirujano debe evaluar cualquier paciente con dolor abdominal clásico. La apendicitis
aguda debe estar en la lista de los posibles diagnósticos del dolor abdominal. Para
minimizar el tiempo entre la presentación y la cirugía, se debe evaluar por el cirujano antes
de realizar estudios diagnósticos, como TAC, ecografía o gammagrafía de glóbulos blancos
marcados con tecnecio.
Indicaciones de cirugía
Cualquier paciente con sospecha de apendicitis con (1) dolor abdominal persistente y fiebre
(2) leucocitosis en aumento o (3) empeoramiento de los hallazgos físicos deben llevarse a
apendicectomia o mínimo una laparoscopia diagnóstica.
Contraindicaciones de cirugía
No hay contraindicaciones para realizar una apendicectomia en el paciente que se sospeche
apendicitis; sin embargo en los pacientes con absceso o plastrón apendicular detectado por
TAC, puede ser manejado con drenaje y antibióticos intravenosos. Una vez la función
intestinal inicie, el paciente puede ser dado de alta con antibiótico oral (total días de
antibiótico 7-10 d) con la recomendación de realizar apendicectomia programada en 6
semanas.
Tratamiento de apendicitis perforada con absceso
Los pacientes con apendicitis perforada y formación de abscesos o plastron pueden ser
tratados con una intervención inmediata o manejo medico inicial. Aunque hay algunos
defensores de la intervención quirúrgica inmediata, se ha asociado con una morbilidad
significativamente mayor que el tratamiento no quirúrgico en un meta-análisis de 19
estudios por Andersson et al.
Con el tratamiento no quirúrgico, los pacientes son tratados inicialmente con antibióticos de
amplio espectro por vía intravenosa sola o en combinación con la aspiración percutánea del
absceso y/o colocación de drenaje. Los antibióticos intravenosos se continúan hasta que el
paciente esté afebril durante 24 horas, tenga la función gastrointestinal normal, y un
recuento normal de leucocitos con diferencial normal. En este momento, los pacientes
cambian a los antibióticos orales para un curso total de los antibióticos de 10-14 días.
Tradicionalmente, la apendicectomía de intervalo se realiza 6-8 semanas más tarde.
Manejo postoperatorio
Si se encuentra apendicitis aguda, se debe cubrir la flora de la piel por 24 horas con
antibióticos. Si la apendicitis es supurada, los antibióticos por vía intravenosa que cubren la
flora entérica se deben continuar por 48 a 72 horas y puede ser seguro suspenderlos una vez
que el paciente permanezca sin fiebre por 24 horas. En ambos casos, la dieta se puede
avanzar según su tolerancia.
Si la apendicitis es gangrenosa o perforada se debe continuar antibióticos por vía
intravenosa hasta que el paciente esté afebril, tenga la función intestinal normal y un
recuento normal de leucocitos con diferencial normal. Una vez que la función intestinal
inicie, la dieta se avanza según la tolerancia. En la mayoría de los pacientes, una sonda
nasogástrica no es necesario.
Seguimiento
Control 1-2 semanas para evaluar la herida y revisar la patología. La actividad completa se
puede reanudar en dos semanas si fue no complicada. Si la incisión fue en línea media, la
actividad se puede reanudar a las 6 semanas.
Complicaciones
La morbilidad promedio de la apendicitis es del 10%. La mayoría de la morbilidad
perioperatoria se debe a complicaciones infecciosas. La infección de la herida es del 5% de
todas las apendicectomias, sin embargo la incidencia depende del estado de la apendicitis.
La infección de la herida es de 1.4% para la apendicitis no aguda, 3% para la apendicitis
aguda, y 10-15% para la apendicitis perforada o gangrenada. La formación de abscesos
pélvicos o intraabdominales ocurre en 2-5% de los pacientes. La incidencia es mayor para
la apendicitis gangrenada o perforada (6-8%) comparada con la apendicitis supurativa o
edematosa (1-2%).
Otras complicaciones incluyen íleo persistente, obstrucción intestinal y complicaciones
pulmonares, como atelectasia y neumonía. La trombosis venosa profunda, embolia
pulmonar e infarto del miocardio también han ocurrido en el postoperatorio temprano.
Evolución y pronóstico
La evolución de las apendicitis agudas o supurativas es excelente. La mayoría de los
pacientes reingresan a sus actividades completas en 2 semanas; sin embargo, cuando se
encuentra la apendicitis perforada, se requiere hospitalización prolongada, métodos
diagnósticos adicionales y procedimientos terapéuticos o cirugías.
El pronóstico de todos los estadíos de la apendicitis es excelente, con un promedio de
mortalidad de 0.2-0.8%, atribuida a las complicaciones de la enfermedad. Esta baja
mortalidad es debido al diagnóstico y tratamiento tempranos, los antibióticos y los
cuidados anestésicos. La mortalidad en niños es de 0.1% a 1%; en pacientes mayores de 70
años, cerca al 20%.
La perforación está asociada a aumento de la morbilidad y la mortalidad comparada con la
que no presenta perforación. El riesgo de mortalidad en apendicitis no gangrenada es menor
al 0.1%, pero el riesgo aumenta al 0.6% en apendicitis gangrenada. La tasa de perforación
varia de 16% al 40%, con un aumento de frecuencia en el grupo de edad joven (40-57%) y
en pacientes mayores de 50 años (55-70%), en quienes la demora en el diagnóstico es más
común.
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