Conocer y vivir el Campo de Cariñena. Una invitación

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Conocer y vivir el Campo de Cariñena. Una invitación
ALBERTO SABIO ALCUTÉN
(COORDINADOR)
Es curioso que el Campo de Cariñena haya conservado tanta identidad histórica,
aunque no siempre tuviese ni siquiera rango de partido judicial. Hasta 1917 no se
convirtió Cariñena en un partido judicial con continuidad. Para hacernos una idea,
de los 20.871 habitantes con que contaba el partido de Cariñena en 1920, 11.239
hubieran correspondido antes a Daroca, 5.423 a Belchite y 4.209 a La Almunia. Pero
los pueblos del Campo de Cariñena han sabido aunar sus esfuerzos, sus lazos naturales e históricos, hasta fraguar en comarca.
El paisaje del Campo de Cariñena comienza a tener consistencia cuando, más allá
de la consideración del espacio «puro», lo examinamos desde el punto de vista del
uso que los hombres hacen de él. Sin intervención antrópica ni fines humanos no
habría paisajes; sólo ecosistemas. Y en la comarca de Cariñena el verde de las hojas
de la vid destaca sobre los suelos secos, especialmente aptos para el cultivo de la
uva en un paisaje repleto de contrastes. Esta organización del territorio es, en buena
medida, una consecuencia más de un determinado tipo de estructuración social.
En este sentido, los paisajes agrarios han sido consecuencia de desiguales condiciones naturales, pero también de las distintas
adaptaciones humanas. Sin ir más lejos, están
fuertemente ligados a las relaciones de producción y de poder, es decir, al tipo de propiedad
y de usufructo. El paisaje es proceso y tiene una
clara dimensión diacrónica: cambia a medida
que se transforman los usos del suelo y las estructuras técnico-productivas. A nadie se le oculta que a la problemática del mundo rural hay
que responder desde diferentes ámbitos. En este
aspecto, el viñedo de Cariñena no sólo cumple
funciones de salvaguardia del empleo agrario,
también defiende el territorio y el paisaje. Es indudable que el vino ha ayudado a hacer calar
la idea de comarca, pero no es menos cierto
decir que el Campo de Cariñena es mucho más
que vino.
Por estas tierras pasaron romanos, visigodos,
árabes, personalidades renacentistas, absolutistas, liberales, republicanos, maestros como
Goya, María Moliner o Ildefonso Manuel Gil o
Encinacorba. Fuente Vieja.
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pintores contemporáneos como Marín Bosqued, parte de cuya obra se muestra en
el museo de su pueblo natal, Aguarón. Las torres mudéjares se recortan sobre los
tejados de las villas y sobre casas apiñadas, a veces con galerías típicas aragonesas. Este legado está visible en los restos materiales, en los topónimos, en la arquitectura o en las costumbres... De todo ello se pretende dar cuenta en esta obra.
Por citar solo un ejemplo, la ermita de la Virgen de la Fuente, en Muel, está edificada sobre un dique romano, en el solar de una antigua mezquita, es un edificio barroco y las pechinas de la cúpula albergan unas magníficas pinturas de Goya
en su etapa juvenil. No faltan tampoco sorpresas recónditas pero de lo más reconfortante para el viajero (y para el autóctono), como las bodegas excavadas por
los vasallos moriscos del conde de Aranda, la Peña Chiquita en Tosos, el pantano
de Las Torcas, el paseo hasta la Virgen del Águila, sentarse a escuchar las bandas
municipales de música, beber vino en la Fuente de la Mora de Cariñena o una visita a la tradición alfarera y ceramista en Muel.
La comarca ha cambiado tanto o más como lo han hecho los vinos de Cariñena
en los últimos veinte años. Tras una tradición milenaria, documentada por lo menos
desde el siglo III antes de Cristo, y cumplido ya el 75 aniversario de la Denominación de Origen Cariñena, el viajero curioso notará hasta qué punto se han producido por estas tierras de Cariñena, entre somontanos y llanuras, vinos de campesinos y vinos de señores, vinos de árabes y vinos de cristianos, vinos de
burgueses y vinos de obreros, de clérigos y de príncipes, de pintores y de poetas,
vinos de la jerarquía y vinos de la igualdad, vinos en definitiva del mestizaje. Y es
que las tierras de Cariñena, como sus vinos, son un legado cultural de muchas generaciones anteriores, de abuelos y bisabuelos que intentaron transmitir hacia el
futuro lo más depurado de su saber.
En el Campo de Cariñena se unen la tierra y el clima para que con una buena herramienta, es decir, con unas variedades sobresalientes de uvas, se construya una
comarca de prestigio. Y ahí la historia viene mostrándose como un sólido valor añadido en el mercado y en la aceptación de un vino. Hoy, las gentes de Cariñena,
a menudo hijos o nietos de otros viticultores, son conscientes de la importancia de
sanear el mercado y de evitar ciertas amenazas, pero también sus antepasados se
posicionaron con decisión a la hora de enfrentarse a las repercusiones acarreadas
por el cierre del mercado francés, o a las elaboraciones de alcoholes no vínicos
de base química. Las soleras históricas, cargadas de secretos, proporcionan sabiduría para extraer la taumaturgia de nuestros vinos que, a su vez, nos ayudan a
conocernos mejor a nosotros mismos.
La dimensión del cambio se debe a gentes que supieron imaginar y conquistar con
su esfuerzo unos indudables logros a partir de los cuales debemos hoy navegar y
avanzar por el siempre incierto futuro, sin victimismos, aunque también sin narcisismos innecesarios. Los nuevos vecinos del Campo de Cariñena, nacidos aquí
Página izquierda: Villanueva de Huerva, barrancos de San Pablo y de la Huerta Nueva.
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El vino es más que nunca factor de desarrollo económico de la comarca (Cariñena. Bodegas Prinur. Sala
de barricas).
o en África o Europa del Este –otra vez el mestizaje– quieren seguir construyendo, mano a mano, el porvenir de todos.
El vino ha proyectado el nombre de Cariñena hasta lugares remotos, pero sin olvidar el paladar y los corazones de muchos aragoneses. El vino de calidad, en tanto
motor de un desarrollo económico que busca ser armónico y equilibrado, nos ha
ayudado a querernos y a valorarnos algo más, a darnos una cuota suplementaria
de esa autoestima que tanto necesitaban estas tierras, a reconsiderar las oportunidades de estos pagos, a mostrar cierto orgullo de pertenecer a un entramado económico y social de raíces profundas, de conocimientos y valores que han permanecido a lo largo de los siglos y que sigue sirviendo en el siglo XXI para dotar de
vida a nuestros pueblos.
Con todo, el Campo de Cariñena no sólo es un mar de viñedo; hay más contrastes y más posibilidades de diversificación económica, de ocio y de cultura. En esta
obra se da cuenta de las fortalezas del Campo de Cariñena, pero también de algunas debilidades, y sobre todo de los retos de futuro, a menudo recogidos de boca
de los propios habitantes de la zona. Además de mejorar las rentas de situación
de esta comarca, la Autovía Mudéjar ha ayudado notablemente a vertebrar el territorio, y lo va a hacer aún más en un futuro que se augura prometedor, acercando
las tierras de Cariñena al radio de influencia directa de la ciudad de Zaragoza, con
las sinergias correspondientes, aunque siempre conservando las personalidades propias.
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Comarca de Campo de Cariñena
Los distintos capítulos de este
libro están firmados por reconocidos especialistas en geografía y paisaje, arte, historia,
economía o sociología que
han puesto rigor e ilusión en la
redacción de estas páginas. Son
autores relacionados de cerca
con la comarca, con múltiples
vínculos afectivos, que saben
de lo que escriben por haber
estado a pie de obra y lo hacen
con tanta profesionalidad como
Nevero en Santa Bárbara (Tosos). Un buen ejemplo del
patrimonio etnográfico de la comarca.
cariño. Y, en aras de una presentación más atractiva, la guía
viene acompañada de fotografías cuidadosamente seleccionadas. Todo con la intención de conocernos algo mejor y de que nos conozcan quienes acudan a visitarnos. Sólo resta pedir disculpas por las posibles carencias y por lo que se haya
podido quedar en el tintero. Para suplirlas, al lector y al viajero siempre le queda
la posibilidad de encaminar sus pasos hacia el Campo de Cariñena y recorrer la
comarca con detenimiento y sana curiosidad.
Al fin y al cabo, como decía Rousseau, solo somos curiosos en proporción con
nuestra cultura, que es también una forma de convertir a nuestra mente en un lugar
de esparcimiento para los ratos de ocio.
De la Naturaleza
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CAMPO DE CARIÑENA
Mapa de la comarca Campo de Cariñena (D.G.A.)
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