En estos dos últimos meses he tenido la oportunidad de volver a

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ARTÍCULO
La nao ballenera y los
En estos dos últimos meses he tenido la
oportunidad de volver a revivir unos viajes
que hace veintiún años los hice una vez a la
semana, durante tres años. Subir y bajar a la
colina de Gurutze, en autobús o a pie hasta
la casa de uno de los modelistas navales
en activo que más textos haya leído sobre
construcción naval, redactados en castellano
antiguo; todo ello en mi modesto entender
pues igual hay otro y está escondido.
Fotos y textos: Jesús Mª Lizarraga Gurrea
12 · MÁS NAVÍOS
Escudo antiguo
Diputación Guipúzcoa
D
espués del primer saludo nuestra charla
se fue hacia un tema
pasado y vivido en
aquellos lugares y que hoy
todavía sigue candente. De
las paredes de la bodega
cuelgan los recuerdos, en los
cajones duermen los textos,
los apuntes y los diarios llenos de notas. Alguna vieja
foto sujeta con chinchetas en
Escudo moderno
Diputación Guipúzcoa y logotipo
con los tres pimientos verdes
un tablero de corcho es testigo de alguna de las muchas
visitas que por allí pasaron.
Hoy todos son ya mayores.
Por todo lo escuchado en
estos meses, lo recibido para
leer, los apuntes y aclaraciones que sobre los márgenes
de copias de manuscritos y
contratos de época, ha ido
realizando este singular modelista de su puño y letra,
mientras en silencio trataba
de razonar consigo y con
quien lo escribió en su día,
tratando en todo momento
de pensar como él. Todas
estas confesiones que he tenido la oportunidad de disfrutar, creo que deberían ser
puestas a disposición para su
divulgación entre los innumerables amigos del modelismo
y la construcción naval.
No es correcto que vuelvan
al baúl de los recuerdos esperando esa hora que inexorablemente llegará, en la que
muchos de nuestros trabajos
se verán reducidos a un ato
de papeles, depositados con
cierta tristeza, para el reciclado en el contenedor azul.
Quizás hayan sido las horas de tertulia las que hayan
despertado el gusanillo de
pimientos verdes
querer difundir los trabajos y
los conocimientos, también
pudo comenzar con alguna
idea sembrada sobre la utilidad o inutilidad de nuestros
trabajos de aficionados, sobre las discusiones con nuestras familias o amigos que
siempre creyeron que perdíamos el tiempo. También
pudo pesar mucho la idea
de aportar a nuestra cultura
nuevos descubrimientos, sobre las dudas de ciertas ideas
falsas o estrafalarias vertidas
hoy por quienes mandan u
ordenan sin saber el porqué
de las mismas. Lo más correcto y sencillo es creer que
el fruto ya está maduro, la
semilla sembrada en un lejano día terminó de germinar.
No resulta fácil el presentar
en pocas líneas a Jesús Mª
Perona; antiguo remero de
Orio, ebanista de profesión
en su juventud en una de
las mejores fábricas de muebles de estilo en su comarca,
amante de su pueblo y de sus
aportaciones a la cultura naval. Por eso quizás sea mejor
empezar como quien cuenta
una historia y en el transcurso
de la misma ir conociendo algo de sus trabajos o mejor dicho uno de ellos, el que más
le ha marcado de por vida y
el que le hizo abandonar el
mero modelismo de aficionado para adentrase en el duro
camino de la investigación, el
que durante años realizó en
una especie de garaje multiuso en el que incluso había
guardado un piano de cola.
La Nao Ballenera Vasca y
así de paso rendir homenaje a quien fue su maestro o
nuestro maestro en estas lides. D. Miguel Laburu y con
Primera parte
él a todos los miembros del
Grupo de Historia, Investigación y Modelismo Naval de
la Sociedad Oceanográfica
de Guipúzcoa; hoy Fundación con el mismo nombre e
inquietudes.
Todos los pueblos, aún
teniendo un origen común
perdido en la niebla de los
tiempos, siempre han aspirado a conocer la particularidad del suyo sin caer nunca
en la cuenta de que todos
proceden de la misma pareja. Por razones antropológicas difíciles de explicar en
MÁS NAVÍOS · 13
ARTÍCULO
estas breves líneas podemos
comenzar la historia de cualquiera de ellos basándonos
en sus leyendas y en sus mitos. Leyendas y mitos transmitidos por vía oral, siempre
de difícil credibilidad pero
que poco a poco va pasando a pintura impresa en paredes, siguiendo por la letra
sobre papel y dando a ésta
valor de documento para
crear lo que hoy conocemos
como Historia.
De esa Historia quisiera
hoy decir algo para empezar,
de la Historia de Guipúzcoa,
de sus gentes, de sus trabajos,
de su paso por las páginas de
la Historia, que hoy con la
moda de la revisión histórica
y alianzas en el aire alguno
se preguntará, ¿de qué historia?. Por eso mismo, haré un
pequeño inciso poniendo un
ejemplo para decir que en
la actualidad y por motivos
políticos, parte de la Historia
de nuestra provincia representada en nuestro escudo
ha sido maquillada, depilada y sometida a liposucción
para dejarnos un escudo que
parece el anuncio de algún
cocinero minimalista.
Dicen los especialistas que
es un logotipo, más bien parece un plato con tres pimientos
verdes al que solo le falta el
perejil de Arguiñano. Si toda
nuestra historia está ahí no sé
donde queda aquello de que
estamos aquí antes que Asdrúbal y pocos días después
14 · Más NAVÍOS
de Noe. Todo lo que antes
estuvo en el blasón ha desaparecido y con ello parte de
nuestro pasado, hasta el texto en latín del que estábamos
orgullosos. La futura explicación de quienes éramos queda reducida a un catálogo de
jardinería porque sobre esos
tejos son muchos los pueblos
de la cornisa cantábrica que
cuentan las mismas historias,
por lo que se oye muchos
tomaban esas infusiones de
las bayas del tejo cuando las
cosas iban a ir mal.. Nuestro
milenario escudo de hoy dice
poco, habla poco de nosotros
y eso que los escudos en muchos países son considerados
como las auténticas tarjetas
de visita.
Hablo del escudo minimalista que figura en los membretes de cartas, logotipos de
puertas oficiales y en algunos folletos de propaganda;
parece como si les costase
poner el que oficialmente circula por la casa que aunque
depurado, todavía conserva
el texto latino y los dos várdulos o guardianes a los que
las Juntas Generales llaman
salvajes; por lo menos todavía en él nos queda algo por
explicar antes de que seamos
víctimas del pleonasmo que
nos invade. Nos queda su
simbolismo.
Con un escudo medieval
a la vista se pueden contar
muchas historias, historias
que llenarían páginas y pa-
ginas de letra impresa. El
escudo es como si fuese un
telegrama. Pocas palabras y
mucho contenido afectivo.
Ahora me llega la hora
hamletiana. ¿Y si lo que he
escuchado y voy a contar
resulta que también nos lo
están cambiando y encima
cobrando?.
Estas son mis dudas a la
hora de tratar el tema de
hoy, la Nao Ballenera Vasca
hundida en Red Bay y la que
realizó en 1986 el modelista
que entrevisto.
Primero veamos si puedo
explicar lo de los tres pimientos verdes del escudo en plan
logotipo que veo en puertas
oficiales. Porque igual tienen
su mensaje y no lo vemos.
Comenzaré por descartar su
alusión a los tres Reyes Magos, tampoco creo que sean
la representación de las tres
virtudes, ni de las tres marías famosas que todos res-
petamos cuando saltamos
de roca en roca cogiendo
carraquelas, tampoco nada
que ver con el mus. ¿Y si
fuese algo más profundo y
trascendental el mensaje que
nos tratan de transmitir?.
Vendrá en mi ayuda algo que en su día escribió el
gran pensador D. Baltasar
Gracián y Morales, nacido
en Calatayud, prestigioso
escritor de nuestro Siglo de
Oro; fue jesuita y lo digo por
honradez de quien hoy os lo
cuenta y no por quitar o poner méritos a quien escribió
la famosa obra El Criticón,
que algunos la comparan con
El Quijote y La Celestina. Lo
que sí fue este hombre, un
hábil especialista en el dominio del juego de palabras
y asociaciones ingeniosas
entre éstas y las ideas. Otro
gran hombre, Martín Descalzo, también glosó sobre el
mismo tema.
No piensen que quiero tocar el tema religioso, sé que
esta temporada se lleva el
relativismo y el agnosticismo aunque los que lo llevan
no sepan explicarlo y creo
que en un papel de fumar
les sobra sitio para contarlo
poner fecha y firma. Quiero
que recordando el párrafo
anterior volvamos a los pimientos verdes. ¿Y si esas figuras representasen algo en
nuestra vida o en nuestras
vidas. Todo pueblo ha sentido un gran respeto por sus
muertos, eso es innegable;
todas las culturas antiguas
nos hablan de ello. Entonces
el primer pimiento verde podría representar la necesidad
que tenemos de hablar con
los muertos, de experimentar
lo que ellos nos quieren decir
y que en forma de escrito lo
dejaron para que nosotros lo
leyésemos.
El segundo pimiento verde,
bien podría ser el hablar con
los vivos, ¡algo tendrán que
decirnos!. Si a Eisntein o Mozart los hubiesen encerrado
en una habitación y no los
hubiesen dejado salir nunca,
de ellos hoy no sabríamos
nada; aunque no queramos
todos somos hijos de quienes
nos precedieron. Ellos tuvieron que hablar con alguien,
tuvieron que ser enseñados,
el genio estaba, pero había
que descubrirlo. Hay que hablar, hay que viajar, pero no
al estilo de hoy. Hoy se sale
de viaje y te importa poco la
cultura del país al que llegas,
antes de bajarte del autobús
o del avión ya has gastado
media tarjeta de memoria de
la digital que todo el mundo
lleva en la cintura o los muy
pijos colgada al cuello. Sin
esfuerzo alguno por tu parte
te das cuenta, la máquina te
dice que has consumido la
mitad de la batería llamando
a Mary Loly o a Luis Jorge
para contarle cómo es la gente, el calor que hace y decirle
que la playa es igual que la
de tu pueblo pero con palmeras. Lo más duro de toda esta
movida es que se asemeja a
la de los peces en un acuario
ir de derecha a izquierda o de
izquierda a derecha; la dura
conclusión final, es que eres
un besugo más o un tonto
que no se da cuenta.
Llegas al destino elegido
o impuesto por las modas
con tus neuras, tu genio, tus
manías y volverás a casa con
ellas porque no has sido capaz de conversar con alguien,
de vivir esa experiencia con
alguien, de poder contársela
a alguien. Tú siempre has
sido fiel al dicho aquél «el
viajar enseña muchísimo»,
puede que sea verdad pero
la mayoría de viajeros, pierden maletas y se desesperan
en aeropuertos, rellenan reclamaciones y no aprenden
porque no se fijan en nada,
¿no crees que si fuese cierto
que el viajar enseñase muchísimo los revisores de tre-
nes, azafatas y pilotos serían
catedráticos o aspirantes al
Nóbel?.
Séneca, nuestro Séneca
tiene unos escritos formidables sobre la estupidez de los
viajes. No colecciones postales y metros de película; trata
de comprender y entender
los sitios que visitas y las
gentes que conoces; procura
ver las cosas con los ojos del
prójimo, que es tu hermano
aunque te parezca chino o
malayo, igual tus ancestros
no están tan lejos como pensabas y al final del viaje entre
copa y copa cantáis el Asturias Patria querida.
El tercer pimiento verde
podría ser el más interesante,
el de la reflexión, seguro que
no sabes quién eres, la prueba es que para demostrarlo
tienes que recurrir al DNI.
Una simple foto y unos números. Te has parado alguna vez a pensar quién eres,
¿serás capaz de morirte sin
haber hablado media hora
contigo mismo?. Si es así, de
verdad nunca te enterarás
de que la vida que tienes es
única y, que merecía la pena
vivirla de otra manera.
Sobre este tercer pimiento,
no quisiera que pensasen al
leerlo que son ocurrencias de
una persona que hace tiempo
dejó atrás su juventud, lo que
pasa es que uno recuerda
los cuentos de su niñez que
si entonces fueron solo cuentos para dormir, de mayor se
convierten en lecciones.
El cuento de entonces relata poco más o menos lo que
yo proponía cuando hablaba de la reflexión. «Una vez
unos muchachos, una noche en la que la luna estaba
más brillante, oyeron unos
pasos. Se levantaron, salieron de la tienda y siguieron
al misterioso personaje que
se adentraba en el bosque.
Llegó hasta el claro en cuyo
centro estaba el lago de plata
y sobre él cruzaba un viejo
tronco de árbol desgastado
de tanto pisarlo. El individuo
caminó teniendo cuidado de
no resbalar y cuando llegó a
la mitad, se volvió hacia el
agua, ésta devolvió su imagen. La planidud y la tranquilidad de las aguas hicieron que se viese como en el
mejor espejo y, al reflejado
le fue contando sus penas,
sus alegrías y sus proyectos.
Realizado esto volvió a la aldea con el mismo sigilo con
el que había salido». Los jóvenes se enteraron que allí
acudían los mayores y los
guerreros a encontrarse consigo mismo.
Más NAVÍOS · 15
ARTÍCULO
Yo no pediría que hiciésemos el indio, pero sí que
respetásemos esa sana costumbre de encontrarnos con
nosotros de vez en cuando,
criticarnos o animarnos y de
paso invitarnos a un café.
Después de todo, pensándolo bien creo que igual es
esa la Historia de nuestro
actual escudo de Guipúzcoa,
porque no quisiera pensar
que hubiesen borrado nuestra Historia para que nos la
escribiesen otros y para colmo nos la estuviesen vendiendo a plazos.
Con estos pequeños pensamientos al aire quisiera
remontarme ya al comienzo
de mi historia. La famosa Expo de Sevilla de 1992 en la
que se quiso conmemorar el
500 aniversario del descubrimiento de América; al menos
oficialmente. Todo el mundo
quiso colaborar en tan magna
Exposición, se crearon foros
de trabajo con las consabidas
cenas, hubo Comunidades
Autónomas que gastaron pasta gansa a manta. El grupo
de Modelistas de la entonces
Sociedad Oceanográfica de
Guipúzcoa, hoy Fundación,
quiso participar con lo que
mejor tenía y conocía, la llegada de los vascos a América.
Su historiador D. Miguel Laburu y las conversaciones con
la investigadora canadiense
Selma Huxley. podrían dar
fruto y llegar a concebir en
una primera aproximación
la nao ballenera hundida
en Red Bay, de esta manera poder darla a conocer en
el Pabellón que montaría la
Comunidad a la que pertenecían los contratos, la nao y la
historia.
Decididos a todo, la gran
pregunta se dibujó en el aire. ¿Cómo eran y cómo se
construían en el País Vasco
las naves que durante el siglo XVI llegaron a los bancos
de Terranova?. Barcos que
también sirvieron a las armadas de guerra de los reyes de
Castilla bien en los convoyes
de Indias o en singladuras
comerciales.
16 · Más NAVÍOS
Se conocían cosas de oídas, unas veces vistas y alguna otra leídas. La iconografía
era abundante y en cuanto
a los escritos, pues honradamente, hasta que no llegó la
Sra. Selma Huxley a Oñate,
allí dormían el sueño de los
justos. El pecio de Red Bay,
el famoso San Juan es quien
ha despertado toda una
historia que no parece terminar. Selma tuvo la suerte
de poder contactar con otro
paciente investigador y enamorado del mar, Miguel Laburu, amistad que duró toda
la vida de uno de ellos, en el
transcurso de la cual cambiaron muchas veces sus impresiones entre lo leído y lo que
pudo ser realidad.
Los antiguos maestros o
carpinteros de ribera eran
muy prácticos pero nada
científicos ni en geometría
ni en cálculos. Sin embargo
eran diestros en sus oficios
y además tenían la garantía
del conocimiento transmitido de padres a hijos como
herencia y tesoro que había
que guardar. Similar al que
hubo con el acero de Toledo
cuando nadie pensaba en los
análisis metalográficos de la
austenita o la ledeburita. To-
do resumido en observación,
experiencia y herencia.
Aquí y hoy si queríamos
algo, teníamos que empezar
ya. Se dibujaron planos según contratos de la época, se
fijaron los arqueos recomendados, contratos de embarques y aprovisionamiento,
número de personas por oficios que se enrolaban; poco
a poco D. Miguel comenzó
ha hacer realidad los trazos
del papel, su fiel discípulo Sr.
Perona discutía con él la obra
hasta que un día la investigadora canadiense llegó a casa
de Miguel para decirle: – «Miguel, no siga, en Red Bay están sacando la quilla, la parte
de la roda no es así».
Allí se interrumpió el trabajo de Miguel, era inútil seguir
y, a partir de ese momento
hace un alto en su trabajo,
deja las herramientas y se
dedica a reestudiar y revisar
más archivos, más consultas
a expertos navales y más
discusiones sobre la extraña
quilla sobre la que Azcárraga,
modelista de la SOG, elaboró una teoría que el propio
Laburu expuso en una reunión de expertos en Villefranche (cerca de Lyon) a
donde llevó una colección de
fotos de lo que aquí se había
vuelto a empezar a construir
de acuerdo a los pocos datos
que Canadá facilitaba.
Sus conocimientos los cifraba en García de Palacio, Escalante de Mendoza, Alonso
de Chaves que fueron quienes con sus escritos y criterios
se mantuvieron las ideas de
construcción hasta pasada la
mitad del XVII, los documentos de la colección de Vargas
Ponce así lo acreditan. Estas
eran nuestras fuentes.
Por más datos que se pusieron encima de la mesa fue
difícil determinar con exactitud la figura real de una nao
de aquellas. Los dinteles nos
dieron perfiles, unos sugeridos, otros con cierta evidencia, los contratos daban
dimensiones pero no formas.
El pecio no daba baos; cierto
es que se tuvo que especular
un poco con los datos reales
que se conocían. La historia
que se tenía delante era preciosa, capaz de enamorar a
un amante del mar y de este
pueblo. Se elige como modelo a seguir la nao del dintel
de Orio. Se tuvo que valorar
y tomar decisiones aunque
de momento chocasen con
otras respetables, ellos o no-
sotros tendríamos razón. La
historia lo dirá. En nuestra
nao no habrá ni toldilla, ni
chupeta ni elementos superfluos; igual que en los dinteles (palabras de Miguel).
Después de santiguarnos
los creyentes en la obra, el
resto de los cofrades entonó
la canción del pirata. Jesús
Mª Perona pone manos a la
obra. Con nuevos planos y
más datos sacados de contratos y una vez valorados se
comienza a construir en 1986
para terminarla en 1989,
siendo testigo de la obra el libro sobre la misma publicado
por la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián el 4
de Mayo de 1989. La madera
que se empleó fue casi de la
misma época que la hundida;
la vieja solivería de la Iglesia
de San Nicolás de Orio, con
motivo de unas obras de
consolidación de la cubierta
fueron sustituidas sus viejas
vigas de roble, serradas y bajadas con cuerdas por uno de
los laterales con ayuda de los
hermanos del constructor y
del sacristán de la parroquia,
Saneadas y tronzadas en tablones comenzaron a formar
parte de la mencionada nao.
Madera de más de 400
años, seca y dura como la
piedra, preciosa después de
lijada y pulida, con una terminación parecida al mármol
y con el gran inconveniente
de no poder ser humedecida
para curvarla dada la sequedad que tenía.
Así fue como tabla a tabla,
consulta a consulta, robando
horas al sueño, a las
vacaciones y con un
seguimiento fotográfico de más de ciento
treinta fotos; hoy se
puede disfrutar de
ese modelo a escala
1/20 construido por
D. Jesús Mº Perona
en el cual invirtió
un metro cúbico de
madera de roble sin
limpiar, unas 20.000
piezas y 9.000 clavos
de cabeza cuadrada trabajados uno a
uno, 2.870 metros de
hilo para trenzar el aparejo,
170 motones y cuadernales y
1.800 horas de trabajo.
Perona; fruto de su juventud, cree que todos los modelistas del grupo se deberían
involucrar en un trabajo cuya
magnitud se sale de las escalas a las que están habituados. El modelo se sale de la
capacidad de nuestras cocinas, del cuartucho de trabajo en el trastero o del garaje
compartido. Monta todo en
una bajera donde tiene que
compartir trastos almacenados por otros usuarios. Hace
años dejó la ebanistería, hoy
le queda el oficio que aprendió y las ganas de hacer su
barco, su nao.
Ante la envergadura del
trabajo tuvo que dotarse de
algo más que el cuchillo de
Rambo. Con un motor viejo
de lavadora construye una
lijadora de banda de la que
sacará gran partido. Ayudado por algún amigo construye una sierra de cinta con
volantes de madera, cierto
que alguna de las partes tiene que recurrir al herrero y a
la soldadura. Le falta un taladro vertical que se lo regala
un mecánico que se jubila.
Con estas tres máquinas y el
resto de herramientas de carpintero y tallista comienza a
trabajar. El resto compra en
ferretería o le son regaladas
por gentes que conocen a
quienes ya no las usan.
Trabaja fuera de horas,
monta todo en plan didáctico, para mejor explicar a los
amigos y curiosos se pintan
de color distinto las varengas,
los genoles y los ligazones a
modo de muestra. Algunos
sábados se reúnen en la
calle a las puertas de su improvisado taller un grupo de
modelistas que poco a poco
se van enterando de cómo
eran por dentro los barcos
que ellos siempre presentaron vistos por fuera. Tienen
oportunidad de ver cómo
se empernan las piezas, las
llaves, los curvatones, los
dormidos y los trancaniles.
Las maderas se abrazan, las
colas de milano y los rayos
de Júpiter permiten ver el
cómo. Los barcos, al mostrar su esqueleto, dejan de
ser esos preciosos muebles
barnizados para convertirse
en ciudades con vida, lugares donde decenas de hombres deben compartir días y
más días de navegación con
duras noches sin más luz que
la de una vela o un mísero
candil.
Llegan a ver lo que
nunca hicieron, montar una varenga sobre
otra enlazándolas por
medio de colas de
milano, la necesidad
de utilizar los clavos
de cabeza cuadrada
junto a los tubillones
o clavos de madera
como los llaman otras
culturas. Todo para
formar el gran espinazo que se endentará en la eslora. Las
varengas a su vez se
unirán por medio del
mismo lazo con los genoles y
esta obra de arte en cuanto
a unión se perderá al unirse
los anteriores con sus respectivos ligazones. Se muestra la
forma de unión entre quilla,
sobrequilla y varenga por medio de largos clavos de final
en forma de aguja de coser a
través de cuyo ojo se metería
una pieza de hierro en forma
de triángulo rectángulo, romo
en su parte más aguda, que
permitiese mediante golpes
de maza ir tensando la unión
de los tres maderos, posteriormente un golpe o varios de
maza doblaría esta especie de
cuña para impedir que saliese y disminuyese la presión.
Cumplía la misma función
que nuestras actuales arandelas de presión.
Poco a poco la obra va
creciendo y las gentes, algunos vecinos se convierten en
comentaristas de lo que van
viendo, llevan a otros amigos
y la Nao sigue creciendo. Se
puede decir que todos esperan el sábado para coincidir
con la llegada del fotógrafo
que acude puntualmente
para testificar el avance de
la obra. Los vecinos son los
que hacen de cicerones a los
nuevos. Se une además un
periodista amigo, Luis Pedro Peña, autor de numerosos libros de montaña quien
además escribe una vez a la
semana una página sobre
este deporte en el periódico
local, Diario Vasco. Se interesa tanto por el trabajo que
le dedica varios artículos,
Más NAVÍOS · 17
ARTÍCULO
alguno de ellos con cierto
gracejo debido a una equivocación.
Cuando está lo suficientemente avanzada la construcción se monta en una
furgoneta para trasladarla a
la playa de Ondarreta (continuación de la conocida Concha ) para vararla y dejarla
en un entorno parecido al
que tuvieron sus hermanas
mayores en algún momento. Algunas fotos que se hacen tienen un realismo que
permiten por unos instantes
retroceder siglos.
Luego vienen los añadidos,
las figuras humanas para dar
sensación de grandeza, la artillería, meramente defensiva o
para asustar, ya que la nao era
una embarcación de carga.
Las supuestas medidas de
la Nao realizada fueron: Quilla 1722, Eslora 2870, Manga 918, Puntal 861 y arqueo
450 Tm, que reducidos a la
escala son 86-143-46-44 cm
y 39 kilos.
De bauprés a botavara 223
cm y de quilla a perilla 215
cm. Número de personas a
bordo, según cartillas y notas
unos ochenta para una nao
de 400 toneles de porte.
Modelo montado en forma
de diorama con arrastre de
ballena por botes balleneros
a costado de babor con obra
muerta totalmente cerrada.
Está en estudio añadirle un
diorama sobre el troceado y
tratamiento de la carne y la
grasa.
Este trabajo quiso ser llevado a la expo de Sevilla 92. El
18 · Más NAVÍOS
Sr. Lechuga, uno de los comisarios de la Feria, en una
de sus visitas a la SOG y a la
vista del trabajo y el acompañamiento fotográfico de
su construcción, manifestó al
secretario Sr. Susteta el interés por llevarse la obra. No
se le dio tiempo ni a indicar
el sitio en que sería expuesta.
Ignoramos el transcurso de la
visita, conocemos el resultado, a pesar de la ilusión que
todos los modelistas tenían
por verla marchar. Regó tanto la semilla del proyecto que
lo consideró como una hija
suya, a la que no permitió
que nadie la sacase a bailar
y para evitar tentaciones la
condenó a vivir siempre bajo
una campana de cristal. Decisión que no valoramos hoy
al suponer que en su día tuvo
que tener motivos más que
suficientes para dejar encerrado en una urna el trabajo
y la investigación de casi diez
años. En esa urna no solo se
encerró a la nao, con ella se
enterraron muchas ilusiones
de entonces. La nao nunca
ha salido de la casa.
Por todos esos trabajos y
desvelos, maestro y alumno
nunca pidieron nada, recibieron las ayudas impagables a título personal de unos
grandes amigos, el que fue
Diputado General D. Javier
Aizarna,el alcalde de San Sebastián D. Jesús Mª Alcain,
los Consejeros del Gobierno Vasco D. Carlos Blasco,
todos ellos hoy ya no están
entre nosotros pero los recordamos. También debemos
gratitud a otro Consejero
D. Javier Lasagabaster y a
nuestro actual Presidente D.
Vicente Zaragüeta en quien
confiamos como último eslabón de una larga cadena.
Por eso, con el ejemplo
de las personas anteriormente citadas, quienes por más
grande que fuera el puesto
que ocuparon mayor fue la
persona; verdaderos enamorados de la mar de sus
mayores y que desde sus
puestos no tuvieron a me-
nos el charlar y hasta cenar
amigablemente con el grupo
de modelistas compartiendo
ilusiones, proyectos y hasta
ayudas, cuesta mucho creer
que instituciones culturales
de hoy, de nuestro querido Gobierno Vasco, hayan
ignorado quien o quienes
fueron los pioneros en estos trabajos y que nunca se
hayan dignado a tenerlos en
cuenta a quienes sin pedir
nada hicieron todo. Abrieron
un camino a los que venían
por detrás, hoy nos entristece
que a pacer en los restos de
nuestros barcos no solamente vengan los Odyssey Marine Exploration con sede en
Tampa, Florida, a llevárselos y que luego el Gobierno
Central, otro incompetente
en esto, tenga que reclamar
lo rescatado o escribir sus
protestas en una barra de
hielo; son como aullidos del
lobo a la luna que nunca alcanzará; a nosotros nos están
vendiendo a plazos la Nao
que recibió sepultura en Red
Bay y, seguimos aullando;
pero esta vez de pena.
PS:- Para terminar quisiera
hacerte una gran pregunta.
¿Te has fijado si de verdad el
escudo de tu provincia sigue
siendo el mismo que conoció
tu abuelo?
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