El mundo marginal en la prensa gráfica Porfiriana: los pobres de la

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EL MUNDO MARGINAL EN LA PRENSA GRÁFICA PORFIRIANA: LOS POBRES DE LA
CIUDAD DE MEXICO EN EL MUNDO ILUSTRADO
Jorge I. Castillo Canché
José Carlos Magaña Toledano
Universidad Autónoma de Yucatán
INTRODUCCION
La pobreza como asunto de la sociedad colonial novohispana no pasó de interesar
fundamentalmente a escritores religiosos que la entendieron desde el presupuesto de la caridad
cristiana tal y como lo indica la expresión “miserable” que muchas veces se usó para resaltar el
estado de inocencia espiritual y la protección que la población indígena debía recibir de las
autoridades tanto eclesiásticas como civiles; sólo en el contexto del siglo XVIII -el siglo en el que la
sociedad se convirtió en el tema de reflexión de muchos escritores y filósofos- el concepto
comenzaría a definirse según sus condiciones materiales de existencia. Aparecieron entonces las
descripciones de una pobreza novohispana que habitaba lugares infectados y llenos de inmundicia,
1
alimentándose de mendrugos de pan o tortillas, con una desnudez que no despertaba compasión sino
actitudes de reprobación y responsabilizaba a los pobres de su condición social por sus vicios y
malas costumbres.
Esta percepción secular de la pobreza tuvo su correlato en el siglo XIX cuando los liberales
comenzaron a definirla desde los valores del trabajo, la educación y en la segunda mitad del siglo
XIX, desde una perspectiva higienista. Así, las imágenes escritas acerca de los pobres comunicadas
por viajeros y personajes de la vida pública en el país además de incorporar estos valores modernos
estarían acompañadas de litografías que en algunos casos aparecen bajo el título de “tipos
mexicanos”. Libros como Los mexicanos pintados por sí mismos (1855) o México y sus alrededores
(1872)1 se convierten en el antecedente de un discurso gráfico de la pobreza que aparece en el
Porfiriato. Por su puesto, en esta época se hará más explícito pues el uso de la fotografía en la prensa
como criterio de objetividad apuntalará el tradicional lenguaje escrito y juntos comenzarán a darle
un sentido diferente a la prensa de finales del siglo XIX. En efecto, el aguador, la ventera de frutas o
el cargador se convirtieron en los prototipos de las “clases populares”, elegante eufemismo que
escondía su pertenencia a los sectores más pobres del país y en cambio las ubicaba en un discurso
nacionalista que se construía desde la literatura costumbrista. Pero esta percepción visual de los
pobres no tiene en el discurso integrador de nación su frontera social pues en sus inicios la fotografía
la recogerá en las imágenes de los mexicanos Cruces y Campa y del francés Aubert que se
encargaron de reproducir sus propios “tipos populares”.2
1
Ilustradores como Iriarte y Villasana se encargaron de los dibujos donde muestran una galería de tipos sociales
estereotipados unas veces y otras ridiculizados mediante la caricatura múltiple. Aurrecoechea y Bartra, 1989, pp. 22-30.
2
Las fotografías de comerciantes ambulantes como galleros, plumeros, veleros, muestra la presencia urbana de una
población trabajadora que cambia al mismo ritmo que la ciudad. A principios del siglo XX algunos serán sustituidos por
nuevos "tipos", el vendedor de nieves será uno de ellos. Debroise, 1994, pp. 103-108.
2
El mejoramiento técnico de los métodos de reproducción de imágenes en los periódicos -en
especial la fotografía- preparó el
camino para el surgimiento de un
periodismo gráfico a tono con el
desarrollo económico al finalizar el
siglo XIX. En efecto uno de sus tópicos
fue la riqueza que aparecía de una
manera singular pues a través de ella se
Imagen 1, Una Kermesse en Tacubaya, El Mundo
Ilustrado, 28 de octubre de 1900.
reproducía el discurso modernizador de
orden y progreso que presentaba a la
sociedad porfiriana en armonía y con una vocación benefactora.3 Ver imagen 1.
Interesantemente también apareció el tema de la pobreza en uno de los semanarios ilustrados
dominicales más importantes de la prensa gráfica porfiriana: El Mundo Ilustrado. Con una
perspectiva bastante positivista la revista publicaría noticias y reportajes de los espacios de pobreza y
sus habitantes de la ciudad de México que hasta hoy poco se han utilizado en la historiografía
contemporánea sobre la pobreza porfiriana.4
La presente ponencia; por supuesto, no pretende llenar este vacío: nuestro interés es más
modesto pues sólo persigue visibilizar el tema a partir de un primer acercamiento de contenido que
pasa primero por clasificar el tipo de información visual y escrita sobre el asunto para comenzar a
3
Torre, 1998, pp. 356-363.
En los trabajos de Piccato, 1997; Speckman, 2002, y Buffington, 2001, no aparece esta revista como fuente
histórica. Sólo la hemos encontrado en el trabajo de Castillo, 2006, pp. 153-161; 188-195, acerca de la construcción
del concepto de la infancia en el Porfiriato; en particular en las ideas de la inocencia infantil y su contraparte la niñez
de la calle. Por otra parte, son escasos los estudios que convierten en objeto central de investigación a El Mundo
Ilustrado. Un ejemplo reciente es Hellion, 2008, quien examina los anuncios y sus anunciantes entre 1905 y 1908
para explorar la imagen que éstos últimos construían de la ciudad de México.
4
3
revelar las percepciones e imágenes negativas que se construyeron de una parte de la ciudad y de
quienes la vivían desde las páginas de esta importante revista gráfica.
LA FOTOGRAFIA EN LA PRENSA PORFIRIANA: EL CASO DE El MUNDO ILUSTRADO
La renovación del periodismo con ilustraciones tiene su expresión más clara con la introducción de
la fotografía en la prensa de finales del siglo XIX.5 El semanario dominical El Mundo del periodista
oaxaqueño Rafael Reyes Spíndola incluyó fotografías en sus notas periodísticas. Al subvencionarse
el semanario -al igual que El Imparcial- por el gobierno porfirista, fue posible instalar un periódico
con los adelantos tecnológicos de la época en materia de impresión.6 En el primer año del siglo XX
el semanario se convirtió en El Mundo Ilustrado. Con una tendencia oficialista, se convirtió en el
mejor medio de comunicación masiva de las actividades de gobierno de don Porfirio.7 Sus
fotógrafos y reporteros se encargaron de cubrir todos los actos oficiales del presidente y su gabinete;
hicieron acto de presencia cuando aquél inauguraba obras de saneamiento de la ciudad, pasaba
revista a las tropas del ejército, en las fiestas conmemorativas de las colonias extranjeras, en el
hipódromo, en el palco de honor ante los actos conmemorativos de la independencia, en la
inauguración de obras y edificios de beneficencia pública, o simplemente en la foto oficial, de la
cual, se jactaba El Mundo Ilustrado de presentarla al público como la más reciente tomada a "El
Señor Presidente".8 Ver imagen 2.
5
La presencia de la fotografía en la prensa se asentaba en la tradición de un periodismo político y literario que utilizaba la
comunicación visual desde los primeros años de la vida independiente. Las primeras imágenes en la prensa datan de 1825
y aparecieron en el periódico El Iris del italiano Claudio Linati. Fernández, 1955, pp. 35-40.
6
Ruiz Castañeda, 1973, p. 223; Toussaint Alcaraz, 1989, p. 21.
7
Lara Klahr y Hernández, 1985, pp. 12 y 13.
8
Torre, 1998, p. 357, nota 23.
4
El Mundo Ilustrado presentaba en sus ediciones otro tipo de noticia además de la oficial. En
sus
números
también
aparecieron
noticias
internacionales que ilustraban por lo general con
fotograbados, dibujos, litografías y de vez en cuando
con algunas fotografías. El espacio dedicado a la
noticia sobre eventos sociales y culturales fue
importante en sus páginas. Las carreras de caballos,
la batalla de flores, los carnavales de la ciudad capital
y de los estados, las modas, las excursiones a zonas
arqueológicas, las nuevas formas de esparcimiento
social de la clase pudiente, se fotografiaron y
Imagen 2, Retrato de Porfirio Díaz, El
Mundo Ilustrado, 16 de septiembre de
1900.
comentaron en las páginas del semanario.
En
esta
misma
línea,
El
Mundo
Ilustrado
promocionó a las compañías extranjeras de ópera y zarzuela, a los toreros españoles como
Mazzantini, o al circo más famoso de la época, como el Orrin.
El Mundo Ilustrado incorporó a sus páginas antiguos grabadores y dibujantes de oposición como
Villasana y Martínez Carrión.9 Junto con ellos, y sustituyéndolos después, encontramos las
colaboraciones de los mejores fotógrafos de la ciudad. Imágenes de fotógrafos de la vieja guardia
como Cruces y Campa, y los Hermanos Valleto, aparecen con los de la nueva generación, es decir,
el fotógrafo de prensa , como Manuel Ramos, José María Lupercio, Guillermo Khalo,10 y de vez en
9
Aurrecoechea y Bartra, 1989, pp. 101, 104 y 107.
Khalo era un inmigrante de origen alemán que se estableció en la ciudad de México a fines del siglo XIX. Su
producción fotográfica se orientó más a lo artístico tal y como lo muestran sus imágenes de monumentos coloniales. Para
10
5
cuando, las imágenes de algún fotógrafo de provincia como Pedro Guerra de la ciudad de Mérida.
Ver imagen 3.
Además de los diferentes acontecimientos de la vida social de la clase pudiente, de las
actividades del gobierno de Díaz, El Mundo Ilustrado publicó en sus páginas diversos artículos
sobre la situación de los pobres de la ciudad. La
pobreza y los seres humanos que la encarnaban
apareció de diferentes maneras: unas veces era su
habitación, sus costumbres, sus diversiones, sus
personas, sus "vicios", fueron retratados en las
cámaras de los fotógrafos del semanario y en las
plumas de sus reporteros. A diferencia de otros
periódicos de la época, El Mundo Ilustrado
acompañó con fotografías sus artículos, con ello dio
mayor impacto a sus trabajos periodísticos por la
Imagen 3, Carnaval de la Ciudad de
Mérida, El Mundo Ilustrado, 8 de marzo de
1896.
calidad indiscutible de sus imágenes: El reportaje
gráfico había iniciado en México.11
una visión amplia de su obra, véase Coronel Rivera, 1993. José María Lupercio fue un fotógrafo de Jalisco que también
tuvo una predilección por una fotografía estética, sus "tipos estereotipados" gozaron de cierto éxito a principios de este
siglo. Debroise, 1994, p. 111; Éder, 1984, pp. 120-121.
11
Un antecedente de la prensa fotográfica mexicana se encuentra en el reportaje gráfico que se hizo sobre el fusilamiento
de Maximiliano. Las fotos de sus prendas, el féretro, entre otras, circularon en el país y en Europa en el formato de
tarjetas de visita. Debroise, 1994, pp. 140-143.
6
LOS POBRES DE LA CIUDAD EN EL MUNDO ILUSTRADO
El tratamiento que los articulistas de El Mundo Ilustrado dan a los diferentes aspectos de la pobreza
no es de denuncia o de crítica social. Trasmiten más bien el pensamiento de los sectores sociales
pudientes y de la clase en el
poder. La pobreza que desfiló en
sus páginas en escritos y notas
periodísticas se hizo acompañar
de
las
"instantáneas
fotográficas" con las cuales se
pretendía dar una información
"fidedigna" a sus lectores.12 Es
Imagen 4, “El periodismo moderno”, El Mundo Ilustrado, 3 de
enero de 1904.
un periodismo gráfico que se
limitó a tímidas llamadas de
atención a las autoridades capitalinas para hacer algo por los pobres. En otros casos, la intención fue
explicitar lo que el gobierno y la clase más favorecida hacían por ellos.
Para comenzar el estudio de la pobreza en la prensa fotográfica de El Mundo Ilustrado
hemos agrupado la información en artículos/reportajes, notas/crónicas y fotografías. Localizamos en
la revisión de la publicación entre 1896 y 1910: 21 de los primeros, 31 de las segundas y 15 de las
terceras. Cabe mencionar que respecto a las imágenes fotográficas varias aparecieron como portada
y la mayoría se acompañaron de pies y títulos que sin duda ayudan al análisis.13 En cuanto a los
12
La aparición en el mercado fotográfico de las placas secas al gelatino-bromuro fue determinante para la impresión de
imágenes en "movimiento". El tránsito de objetos y personas en la ciudad se captaron en las cámaras de los fotógrafos del
semanario. Rodríguez, 1993, pp. 124-126.
13
Respecto a la importancia que se otorgó en la prensa fotográfica a los pies de las imágenes, dice Benjamin "... por
7
artículos/reportajes destaca la presencia del reporter quien puede ser el propio fotógrafo por las
expresiones usadas en su estructura.14 En otros casos, reportero y fotógrafo conjugan sus esfuerzos
para llevar a cabo el trabajo y sus nombres aparecen en las firmas del mismo.15 Ver imagen 4.
I LA POBREZA EN EL REPORTAJE GRÁFICO
Los articulistas presentan invariablemente una visión positivista
de los pobres. Se recurre constantemente a ejemplos donde
asemejan los diferentes espacios de la ciudad con partes del
organismo humano. Las colonias pudientes de la ciudad son
presentadas como la parte saludable, mientras que los barrios y
colonias pobres las consideran partes enfermas. Su población es
presentada con los peores defectos morales.16 Los varones son
caracterizados por su poca afición al trabajo, a las mujeres por su
Imagen 5, “Los niños
abandonados”, El Mundo
Ilustrado, 31 de mayo de
1908.
desapego a los hijos y su ligereza. Con los niños se matiza la
visión, si bien padecen de los mismos defectos que sus padres, son
justificados por el ambiente social en el que han nacido. Ver
imagen 5.
primera vez son en esos periódicos obligados los pies de las fotografías. Y claro está que éstos tienen un carácter muy
distinto al del título de un cuadro. El que mira una revista ilustrada recibe de los pies de sus imágenes unas directivas... la
comprensión de cada imagen aparece prescrita por la serie de todas las imágenes precedentes". Benjamin, 1973, pp. 31 y
32.
14
En el artículo "Los dormilones" del 16 de octubre de 1898 se dice "...nuestro papel se limita a fotografiar tipos
callejeros de dormilones diremos, con gran asombro de los que viven normalmente, alojados en una casa, con su
correspondiente dormitorio, que el número de los noctívagos es infinito".
15
En el reportaje "Notas del pueblo" del 29 de junio de 1902 aparece como autor Luis Frías Fernández. Las
"Instantáneas" se las atribuyen a Manuel Ramos. Otro ejemplo es el artículo "La colonia de la bolsa y las colonias
modernas" del primero de enero de 1907 lo firma Carlos Toro y las imágenes se acreditan a Guillermo Khalo.
16
Esta visión de la pobreza es similar a la que presentaban algunos intelectuales cercanos al poder como Miguel Macedo,
que en un artículo de México su evolución social los describe como una población con costumbres atávicas, sin reglas
morales ni higiénicas que explicaban su posición en la escala social de ser la clase "inferior". Macedo, 1901, pp. 721-723.
8
Las causas de esta pobreza la encuentran los articulistas en la genética de su población, es
decir, se justifica sus condiciones sociales bajo el pensamiento de una herencia biológica,17 con
atavismos atribuidos a los tiempos prehispánicos y que la colonización se había encargado de
mantener por la explotación a que los habían sometido.18
Complementando esta visión presentaron una idea higienista de la
pobreza pues consideraban que sus condiciones habitacionales,
alimentación, vestido, eran las causas primordiales de su situación
tan precaria.
La idea de la pobreza capitalina que los articulistas
presentaron en El Mundo Ilustrado la reforzaron con los atributos
de objetividad y veracidad que se le adjudicó a la fotografía en la
época.19 Todos los artículos tenían fotografías y se cuidó que
tuvieran una relación directa con el texto. Cuando mostraron los
"contrastes sociales"-en realidad las condiciones socioeconómicas
Imagen 6, “La Colonia de la
Bolsa y las Colonias
Modernas”, El Mundo
Ilustrado, 1 de enero de
1907.
tan desiguales entre los diferentes sectores sociales de la ciudad- recurrieron a fotografías de
colonias pudientes y a sus lados barrios y colonias populares.20 Ver imagen 6.
Indicaban que los culpables de su situación eran los propios pobres, por su inclinación habitual al
17
"... El mecapalero esa especie de lázaro arrojado de la tumba... vestido con harapos y de pies duros como cascos, es la
degeneración de la raza, el mandandero de la plebe y por eso desempeña oficio de bestia...". "La evolución del mandado",
12 de marzo de 1899.
18
Un articulista que firmó con el pseudónimo “Demetryos” mencionaba que los gritos de los vendedores de gelatinas,
billetes, helados, frutas, le recordaban los "alaridos" de las "hordas de Lozada" al tomar Nayarit o los que se emitieron en
el movimiento de independencia. "Los gritos de México", 22 de enero de 1899.
19
La fotografía sustituyó en un primer momento a otras formas de reproducción -la litografía, el grabado, la pinturavisual por considerarse que captaban la realidad tal cual era. La utilización de la imagen fotográfica en la ciencia, las
artes, en la prensa, etcétera; fue la expresión de esa captura fiel de la realidad que se le atribuyó. Véase Ivins, 1975. En
especial el capítulo "Nuevas informaciones y nueva visión: el siglo XIX".
20
"Alrededor de la ciudad. Contrastes", 3 de mayo de 1903".
9
alcoholismo y su poca dedicación al trabajo; las imágenes presentadas fueron los exteriores de las
pulquerías con personas junto a sus puertas, entrando, o en los parques públicos durmiendo.21 Ver
imagen 7.
La mirada higienista de la pobreza capitalina la
reforzaron los reporteros con las tomas fotográficas que
hicieron de los exteriores habitacionales con sus fachadas
sucias y semiderruidas. Los lugares de venta de sus
alimentos como las fondas, mercados populares como la
Merced, el Baratillo, y la Alcaicería.22 Los articulistas
dotaron a las imágenes de elementos escritos que
reafirmaron sus "virtudes" de reproductoras fieles de la
realidad. La inserción de títulos de "instantáneas
callejeras" al interior del artículo, o como parte central del
título general, daba credibilidad de haberse tomadas en los
momentos
que
acontecía
el
hecho
descrito.23
Imagen 7, La Colonia de la Bolsa y
las Colonias Modernas”, El Mundo
Ilustrado, 1 de enero de 1907.
Contribuyeron también los pies que pusieron a las fotografías, como las que se agregaron a las
imágenes del reportaje de 1907 en la colonia de la Bolsa.24
21
"Los dormilones", 16 de octubre de 1898. "El despertar de la ciudad", 4 de marzo de 1900. "Psicología callejera", 7 de
junio de 1903.
22
"Los lunares de México", 29 de octubre de 1899. "Notas del pueblo", 29 de junio de 1902. "Después de la lluvia", 28
de junio de 1903.
23
El articulista reforzaba la visión de instantaneidad de sus imágenes con textos como este: "La cámara fotográfica,
curiosa y audaz, con su obstinación de extranjero que quiere verlo todo, no ha temido internarse por esos andurriales y en
su excursión osada ha sorprendido instantáneas reveladoras de esa vida tenebrosa, que está allí a dos pasos de nosotros...".
"La colonia de la bolsa y las colonias modernas", 1º. de enero de 1907.
24
Este reportaje gráfico sintetiza muy bien lo que se ha comentado hasta ahora. Se trasmite la visión de unos pobres
degradados, faltos de una higiene física y moral, responsables de su propia pobreza. La comunicación visual de esta
10
Cabe mencionar que de los artículos recopilados en uno da la impresión de que el fotógrafo
puso a actuar a los fotografiados. Es el dedicado a los niños delincuentes que se firman bajo el
pseudónimo Kodak. Se ve a unos niños que roban a una
persona con el truco de la venta de billetes de lotería. La
intención del fotógrafo es validar la idea de que estos niños
serán "carne de presidio" tarde o temprano. En las otras
fotografías pretende mostrar que estuvo en el momento del
pleito que llevó a los niños a la comisaría de policía y25
donde uno falleció a causa de las heridas que le infringió
otro con un arma punzocortante. Finalmente presenta dos
fotografías de la escuela correccional para completar la
Imagen 8, “Los niños
delincuentes”, El Mundo Ilustrado,
7 de junio de 1908.
visión de la inevitable carrera del crimen que llevan los
niños pobres.26 Ver imagen 8.
Los reportajes gráficos de El Mundo Ilustrado son el más claro ejemplo del desarrollo técnico de la
fotografía de la época. Las imágenes insertas en los artículos analizados, captan momentos de la vida
diaria de la ciudad. Son imágenes congeladas del movimiento de cuerpos y objetos, como el
guitarrero de la colonia de la Bolsa, los niños jugando en los canales de agua, en sus diversiones,
personas entrando a fondas y cantinas, etcétera. Esto significa que algunos fotógrafos del semanario
usaban los avances técnicos fotográficos del momento. Contaron con cámaras más pequeñas,
imagen se hace con fotos de diferentes espacios y momentos del lugar. Pulquería, casas, calles, venta de alimentos,
comercio ambulante, entre otros. Los pies que las acompañan: "san lunes", "baratillo", "un restaurant", "Romeo y Julieta
en la bolsa", etcétera, refuerzan las ideas que el articulista presentaba. “La colonia de la bolsa y las colonias modernas, 1º.
de enero de 1907.
25
Su intención de veracidad la argumenta así "...la riña duró apenas un momento, lo necesario para que yo señor
comisario, tomara estas instantáneas". "Los niños delincuentes", 7 de junio de 1908.
26
“Los niños delincuentes”, 7 de junio de 1908.
11
utilizaban procedimientos de reproducción que permitían sacar este tipo de imágenes.27 Su uso daba
al fotógrafo ventaja sobre los sujetos fotografiados. Podían ser capturados por la cámara sin que se
dieran cuenta. Esto explicaría los reportajes "veraces" de 1908 sobre los niños pobres que
aparecieron en el semanario.28
Los reportajes gráficos de El Mundo Ilustrado presentan una imagen integral de la pobreza
con el texto y las fotografías que las acompañan. Éstas se conjuntan con el contenido del artículo y
con los títulos que les pusieron. Se creó una estructura coherente del trabajo periodístico realizado y
de esa forma presentaron una "realidad" de la pobreza que satisfacía al gobierno y a sus lectores. Ni
uno ni los otros eran culpables de la marginación de un gran número de familias de la ciudad capital.
¿No habían demostrado acaso que la miseria en que vivían era consecuencia de sus propias actitudes
sociales y culturales?. Esta fue la razón por la cual los pobres siguieron apareciendo en el semanario
dominical. Los reporteros continuaron recabando datos de ellos sin ningún problema, a diferencia
del encerramiento que sufrió C. B. Waite al querer mandar sus fotografías de pobres a su
periódico.29
II LOS POBRES EN LA CRONICA FOTOGRAFICA
Las notas gráficas de la pobreza en El Mundo Ilustrado abordan básicamente dos temas. Uno es el
que se ha titulado "Las diversiones de los pobres". El otro desarrolla la pregunta ¿Qué hacemos con
los pobres?
27
José Antonio Rodríguez plantea cinco momentos de la fotografía mexicana y sus autores. El tercero (1880-1910) se
caracteriza por la existencia de talleres fotográficos con producción fotomecánica, firmas de autoría en la foto y
"...dándose también la fotografía instantánea". Rodríguez, 1993, p. 130.
28
"Los niños abandonados", 31 de mayo de 1908; "Los niños ebrios", 21 de junio de 1908.
29
Otra razón que explica la actitud hacia Waite es que sus imágenes se conocerían fuera del país. Seguramente influyó
la idea de que la visión de un México progresista forjada por el gobierno se vería empañada como se juzgó en la nota que
El Imparcial publicó del incidente. Montellano, 1994, pp. 35-44.
12
1.- LAS DIVERSIONES
Las crónicas de las fiestas y celebraciones religiosas anuales complementaron la mirada sobre la
pobreza que El Mundo Ilustrado presentó a la sociedad porfiriana. Las notas acerca de las verbenas
expresan el pensamiento en boga de que las diversiones coloniales, aún presentes en el pueblo,
debían desaparecer al considerarse resabios de una sociedad tradicional que chocaba con la
modernidad del momento.30
Sus
menciones
de
los
escándalos en las verbenas
por la presencia del alcohol
era el argumento para sugerir
que los "aires de modernidad"
debían llegar a los barrios
Imagen 9, “Las bendiciones de San Antonio”, El Mundo
Ilustrado, 31 de enero de 1904.
donde se celebraban.31 El
alcoholismo
se
presentó
como parte de la vida del pobre, la expresaron en sus crónicas sobre la tradición popular del día de
muertos. Sus descripciones en los cementerios de la capital muestran la idea que tenían de que éste
todo lo volvía "fiesta", sus comentarios expresan "el bacanal" de la comida al llevar el pulque para
acompañarla.32
Los reporteros de estas notas no se alejaron de la idea de los pobres que mostraban en sus
reportajes gráficos. Los siguieron presentando con las mismas características, si bien, menos racista.
30
"El día de san Juan. Verbena popular", 3 de julio de 1904.
"El santuario de los ángeles. Verbena popular", 9 de agosto de 1906.
32
"La sexta clase", 9 de noviembre de 1902.
31
13
Agregaron la idea de que los pobres eran felices aún cuando debían estar tristes. La forma como se
incluyó la imagen fotográfica en las crónicas de las verbenas no difiere del reportaje. Los pies de
"instantáneas callejeras" que las acompañan denotan el tipo de crónica social que han hecho.
Significa que han sido efectuadas en los diferentes
momentos de la celebración religiosa. Pero también
denota un espacio público. Ver imagen 9.
A diferencia de los privados donde se efectúan las
nuevas diversiones de la élite porfiriana, razón por la
cual nunca se ve en estas crónicas el pie "callejera".
Las fotos que acompañan las crónicas no tienen como
únicos elementos a los pobres. En algunas de ellas
aparece la clase pudiente. Las fotografías de las fiestas
de San Juan y de Corpus Christi, denota que la clase
acomodada de la ciudad aún participa en ellas.33 Ver
imagen 10.
En la celebración del día de muertos, aunque
Imagen 10, “Las fiestas del Corpus”, El
Mundo Ilustrado, 12 de junio de 1904.
cada uno en su espacio propio, el reportero de la crónica las ha juntado para contrastar los
sentimientos, que según él, inspiran a cada uno. Mientras que al pobre lo convierten en un ser que no
siente dolor ni aún en esos momentos, el rico es presentado con el atributo moral del recogimiento.34
33
En la fiesta de san Juan era tradicional los baños en las albercas. A los niños se les compraban arreos militares. "Las
instantáneas que publicamos representan algunos cuadros de la verbena efectuada frente a una alberca y diversas escenas
sorprendidas por la cámara ante los puestos de armas". Una de las fotos decía "un general de división", es la imagen de
una familia pudiente cuyo hijo tiene adornos militares. "Fiestas populares. San Juan", 22 de junio de 1902.
34
"El grupo que la fotografía tuvo la feliz oportunidad de sorprender para fijarlo en este grabado muestra un rasgo de las
clases inferiores, rasgo un poco simpático que deja un poco oculto en la penumbra los bárbaros festines funerarios que
14
Hubo otro momento del año en el que la vida del pobre se cruzaba con la del rico. Era la fiesta de las
piñatas la que daba la ocasión al reportero de cubrir la nota y exponer su idea de que gracias a la
"buena voluntad" de los ricos lograban los pobres su subsistencia.35 Las fotografías de los reporteros
de El Mundo Ilustrado muestran algunos parques de la ciudad con puestos improvisados o al aire
libre donde se vendían pinos y heno para las celebraciones decembrinas. No obstante una lectura
diferente a la del fotógrafo sería que la necesidad apremiante en las familias hacía que todos sus
miembros participaran en la venta de los productos navideños.
2.- ¿QUÉ HACEMOS CON LOS POBRES?
La mirada positivista que hemos comentado no fue óbice para que las autoridades capitalinas y la
clase alta se ocuparan de los pobres. El Estado porfiriano lo hizo con la creación y mejoramiento de
instituciones correccionales. Formaba parte de su proyecto de control y orden de los marginados
sociales de la época.36Criminales, prostitutas, huérfanos, mendigos, fueron encerrados en espacios
que intentaban, mediante la mirada científica, imponer hábitos, costumbres, valores, de los que
supuestamente carecían.37 Los reporteros de El Mundo Ilustrado se encargaron de hacer llegar a la
ciudadanía una visión del trato que el Estado le dio a la pobreza en términos de "Beneficencia
pública". Los socorría mediante instituciones creadas con el fin de darles un bienestar material y
moral. En esta perspectiva, las instituciones para niños pobres se abordaron con más frecuencia en
las notas de los reporteros del semanario. Las crónicas dedicadas al nuevo hospicio de pobres tratan
los diferentes momentos de construcción hasta su inauguración en 1905.38
Las descripciones de los edificios, sus interiores y el funcionamiento de la institución, se
celebra el pueblo en la necrópolis... ese pueblo tan poco serio que ríe tanto y tanto se burla de todo, que es un milagro
sorprender en él algo que no revele su tendencia cómica". "El mercado de flores", 12 de noviembre de 1899.
35
"La fiesta de las piñatas", 28 de diciembre de 1902.
36
González Navarro, 1985. Véase el capítulo "Los paliativos".
37
Padilla Arrollo, 1995, pp. 26-50.
38
"Hospicios de pobres, un gran edificio", 31 de agosto de 1902.
15
acompañaron de imágenes fotográficas. Destaca aquella con el pie "grupo de asiladas en el
hospicio".39 La formalidad y marcialidad de las niñas parecen decir dos cosas: una es que fueron
acomodadas para la toma; la otra es que la imagen parece estar describiendo el régimen disciplinario
y el control que la institución asistencial ejerce en los cuerpos de los pequeños asilados. Las niñas
están uniformadas en uno de los corredores, junto a ellas dos mujeres que pueden ser las vigilantes
permanecen muy cerca. La misma relación se repite en el taller, en el comedor, o en los corredores
de los edificios de la institución.
Las instituciones correccionales para los menores de edad también ocuparon las páginas de
El Mundo Ilustrado. Sus reporteros gráficos las describen como alternativas sociales para los niños
pobres que evitarían el camino del "vicio y del crimen" que a sus padres los había conducido a las
"bartolinas de Belén". La solución que presentan es de tipo moral, pues consideran que con los
"buenos hábitos" que aprenderían en estas instituciones podrían salir adelante.40 Estas buenas
costumbres significaban "amor al trabajo y una instrucción adecuada", que les proporcionaban los
correccionales. Este discurso de la pobreza infantil en peligro lo reforzaron con las imágenes que
aparecen en el contenido de la nota pues son fotografías que mostraban a los "corrigendos" en los
talleres en pleno trabajo o en los momentos de sus clases.
La institución correccional se basaba en la disciplina que se debía imponer a los pequeños
infractores. Las fotografías del correccional para varones indican que su funcionamiento es muy
similar a la cárcel para mayores, es decir la penitenciaría. Los niños aparecen con el pantalón y la
camisola ancha, sus boinas tipo militar, el pelado "a peine" de la misma forma que se alineaba a los
presos de las penitenciarías de la época. En las fotografías de este tipo podemos destacar las que
39
40
"El hospicio de pobres", 24 de septiembre de 1905.
"Escuela correccional para mujeres", 14 de junio de 1903.
16
acompañaron las crónicas del traslado de los varones al nuevo edificio construido en Tlalpan.41
Algunas muestran los interiores del antiguo correccional y se ven a los niños enfilados con sus
utensilios domésticos vigilados por la policía capitalina. La que aparece con el título "fachada del
antiguo edificio", produce una idea más allá de la que el fotógrafo había pretendido darle. Una
multitud expectante aparece a las puertas del edificio. ¿No serían acaso padres, hermanos, o
parientes de los niños que trasladarían?. La última foto de esta crónica nos puede ayudar. Con el
título "el nuevo edificio" se logra apreciar la entrada de los corrigendos a la nueva institución y de
nuevo volvemos a encontrar a estas personas observando el momento. Queda ahí el apunte. El
correccional para mujeres tiene las mismas características en su funcionamiento como la sección
para niñas del hospicio de pobres.42 Las fotografías de ambas podrían intercambiarse con los textos
que les corresponden y sería difícil identificar tal hecho. Uniformes similares, momentos en el taller
de costura, de bordado, en el salón de clases, etcétera,43 muestra que las ideas de solución a la
criminalidad y la pobreza de la época se cruzan en el mismo discurso moralizador44 donde el trabajo
y la educación siguen siendo esenciales; la vieja fórmula planteada por la primera generación liberal
para los problemas sociales de su época se actualiza en el Porfiriato bajo la premisa científica e
higienista. La relación de la élite porfiriana con los pobres de la capital estuvo mediada por el
concepto de la "caridad".
La intención de las crónicas sobre festivales, “kermesses”, sirvieron para destacar la presencia en la
41
"La nueva escuela correccional", 25 de octubre de 1908.
"Escuela correccional para mujeres", 20 de enero de 1907.
43
La casa de corrección para mujeres", 29 de diciembre de 1907.
44
El reportero describía la intención del correccional de mujeres así: "...allí se les instruye y se les educa, haciéndoles
olvidar los malos hábitos que hayan adquirido y una vez que dan muestras de mejores inclinaciones y de que poseen los
conocimientos indispensables para sostenerse por si mismas de una manera decorosa, se les devuelve al seno de la
sociedad para que laboren como factores útiles a su desarrollo y a sus fines en la obra común..." “La casa de corrección
para mujeres, 29 de diciembre de 1907.
42
17
clase pudiente de los valores más altos de la sociedad.45 Por ejemplo, a la esposa de Díaz, de los
ministros de su gabinete, y de las familias más poderosas de la ciudad las pintaron con los
sentimientos maternos más altos como el amor filial por los hijos que contrastaban vivamente con
las madres pobres a las que mostraban con un desapego y ligereza haciéndolas frías e insensibles
ante los hijos.46Para dar credibilidad a este discurso los reporteros incorporaron en sus crónicas
fotografías de diferentes momentos de las actividades caritativas femeninas. En unos casos aparecen
entregando a los pobres desde frazadas, rebozos, enaguas hasta juguetes y zapatos.47 Y en otros
presentaban a las organizadoras de las actividades de caridad con sus fotos al principio de la crónica.
Sin embargo, una forma aún más clara de destacar sus acciones solidarias con los más necesitados
fue el recurso de la foto como portada del semanario.48
La intención de los reporteros de mostrar que la élite era un modelo de moralidad, la
complementaron con crónicas de comidas que empresarios del periodismo, comerciantes y "familias
distinguidas" de la ciudad ofrecían a los pobres. Por ejemplo, El director de El Heraldo Agrícola dio
a los papeleros una comida acompañada de pulque.49 La imagen que ilustraba la nota era en realidad
una composición fotográfica. En la parte superior de la misma aparece un papelerito en actitud de
estar brindando mientras que en la parte inferior vemos a los niños con sus jarros de pulque
45
"Fiesta infantil en Orrin", 27 de septiembre de 1908.
“Los trabajos del congreso de madres", 28 de junio de 1908. Líneas de una nota sobre un bazar para niños pobres decía
"... las amables damas se esmeraron en darles gusto y fingieron de amantes y cariñosas madres para los chiquillos,
algunos de los cuales seguramente no han gustado nunca de caricias". "El Bazar de caridad", 14 de agosto de 1910.
47
Una de las fotos que acompañó la nota decía "Reparto de ropa a los niños pobres, presidida por la señorita Amparo
Corral". La imagen destaca a las dos mujeres que entregan ropa a los niños de espaldas a la cámara. "Caridad", 3 de
octubre de 1909.
48
La nota comentaba la comida que se había dado a "la multitud indigente" en honor del vicepresidente de la república.
La fotografía de la portada tiene el pie "Comensales y anfitriones en la comida de caridad en honor del vicepresidente de
la república". En un primer plano aparecían dos niños con una hoja de periódico extendida donde se apreciaba un retrato
que pudo ser el del vicepresidente. Inmediatamente vienen varias damas que por su vestimenta pudieron ser las
organizadoras."Comida de caridad", 19 de septiembre de 1909.
49
El autor de la nota comentaba "el espectáculo singular" que había significado la reunión donde habían asistido ciento
treinta dos voceadores para ser "agasajados". Y terminaba diciendo que "... aplausos y gritos fueron su manifestación de
gratitud". "El almuerzo de los papeleros", 17 de enero de 1904.
46
18
alrededor de una mesa; detrás de ellos se incorporó un dibujo que destacaba a la "gente distinguida"
que asistió al evento; la composición cerraba en la parte izquierda con la imagen de la nota que El
Imparcial había sacado de la comida. Ver imagen 11.
Algunos de estos festivales se organizaron en espacios públicos como el de la Alameda en los
últimos días del mes de diciembre de 1908. Como en otras ocasiones, el reportero que se encargó de
cubrir la nota se desvivía en elogios por los "actos de caridad" de las "Damas distinguidas de nuestra
sociedad" que permitían un rato de
felicidad a los "Desheredados de la
fortuna".50
Pero
estas
expresiones
parecían estar dirigidas a la esposa de
Díaz quien era la que presidía los
repartos a los niños. Esto explica porqué
la nota se llenó de imágenes fotográficas
con diferentes momentos del festival.
Por ejemplo, una de ellas capturó la
Imagen 11, “El almuerzo de los papeleros”, El
Mundo Ilustrado, 17 de enero de 1904.
llegada de "Doña. Carmelita" al parque;
otras en cambio mostraban a los niños enfilados y vestidos con las mismas ropas mientras que otras
imágenes captaban diferentes partes de la Alameda que se habían adornado con motivos navideños.
Resaltando entre ellas la del árbol de navidad donde se encontraban los juguetes que se entregarían a
los niños. En cuanto a las participantes del festival fueron "capturadas" en algunas poses donde
50
Un fragmento de la crónica destacaba de esta manera el amor maternal de las organizadoras a los niños: "... recordando
que hay pequeños seres para quienes la vida no sonríe, cuyos padres que carecen de todo en lo material y aun a veces en
lo moral, en lugar de caricias y juguetes les dan casi siempre golpes y fatigas, queriendo aliviar, aún cuando fuera sólo
por unas horas tanta miseria y tanto dolor...iniciaron la idea de un festival". "Caridad, la fiesta infantil en la Alameda", 3
de enero de 1909.
19
parecen platicar en espera de que se hiciera el reparto. Esta imágenes, por cierto, causaron cierta
polémica pues otro periódico se refería negativamente a las damas; según refirió el reportero de El
Mundo Ilustrado en él se criticaba estos festivales al considerarlos simplemente como un pretexto
para el lucimiento de sus mejores galas. El comentario no estaría lejano de ser cierto pues en las
fotografías de los festivales invariablemente aparecían con vestidos y sombreros muy sofisticados,
contrastando con las ropas sencillas y desgarradas de la gente común.
Cuando los eventos caritativos se hicieron en espacios privados, los reporteros de El Mundo
Ilustrado se encargaron de que salieran a la luz pública. Ponemos como ejemplo el que se realizó en
el Tívoli del Eliseo.51 Según la nota, habían asistido cerca de cinco mil personas que fueron
atendidas por las organizadoras. Junto con ellas se encargaron de la repartición las obreras de
fábricas como "El buen tono", y de la casa comercial "El palacio de hierro". La importancia otorgada
al festival en el número dominical de El mundo Ilustrado se manifestó con la fotografía que aparecía
como portada y había servido de preámbulo a la crónica.52 Se había captado un momento del festival
donde podía apreciarse la repartición de la comida, a un niño debajo de la mesa en el momento en
que come y los que pueden ser sus papás mirando hacia la cámara al momento de recibir el plato. En
las siguientes páginas aparecen varias fotos que acompañan la noticia. Las dos primeras muestran a
una multitud a las puertas del Tívoli que parece estar validando la cantidad de personas que el
reportero mencionaba.53 Las siguientes ilustran momentos de la repartición de la comida, las
donaciones y dos últimas fotos capturan a las obreras que habían participado en el festival. De todas
las fotografías que acompañaron el texto de la crónica llaman nuestra atención aquellas donde se ven
51
"El festival de caridad", 29 de diciembre de 1907.
El título de la fotografía decía: "La navidad de los pobres. Un extremo de una mesa en la gran comida dada en el Tívoli
del Eliseo".
53
Fotografías similares a éstas aparecieron en la crónica del mismo festival en los primeros días de 1908. Véase "La
fiesta de los pobres", 5 de enero de 1908.
52
20
a los pobres de la ciudad dentro del Tívoli pues con toda seguridad muchos de ellos no volverían a
pisar un espacio donde algunos sectores de la élite se solazaban con sus banquetes y bailes de
etiqueta a lo largo del año.
Las fotografías que acompañaron las crónicas y notas periodísticas analizadas comunican
mensajes similares a los reportajes gráficos. Siguieron validando la imagen que la clase en el poder
quería dar sobre los pobres. Fueron estas fotografías las que destacaron de forma clara que se hacía
algo por aliviar sus miserias poniéndolos en esos espacios de encerramiento que resultaban ser los
correccionales, o dándoles paliativos de ropa, comida, dos o tres veces al año, en los festivales
comentados. La conciencia podía quedar tranquila pues habían hecho lo que la caridad cristiana
mandaba de socorrer al pobre. Por otra parte, las imágenes fotográficas de estas notas tienen otro
lado que resulta importante resaltar: la cámara captó momentos en los cuales pobres y ricos se
juntaron en el mismo espacio no por accidente, como en los desfiles cívicos, por ejemplo, sino por
un mismo objetivo. Unos, compelidos por la necesidad aparecieron en la fotografías con la timidez
de quien poco contacto han tenido con la cámara. Los otros, en cambio, se mostraron con la
seguridad que da a quien ha tenido una relación continua con la lente debido a su posición de
privilegio en la sociedad. Ambos, pobres y ricos, sólo llegarían a verse nuevo juntos en aquella
imagen donde el fotógrafo mostraba el movimiento de las principales arterias de la ciudad; su lente
fotográfica capturaba -consciente o inconscientemente- a personas que representaban "mundos" tan
distantes y tan cercanos a la vez.
21
III LOS POBRES EN LA IMAGEN FOTOGRAFICA
Las fotografías sin texto localizadas en El Mundo Ilustrado adquieren una dimensión con los pies
que las acompañan. Algunas están firmadas por
José María Lupercio y Manuel Ramos. Las
fotografías de ambos no se apartan de las que se ha
denominado "tipos nacionales" pues recuerdan un
poco los retratos de pobres en el escenario ficticio
del estudio, como los de Cruces y Campa. La
diferencia es que estos nuevos "tipos” están en el
escenario natural de la ciudad. Fueron captados en
los momentos cotidianos de su lucha por la
sobrevivencia. Los "Artistas espontáneos" como se
les denominó en el pie, formaban parte de la nueva
Imagen 12, “Tipos nacionales – Artistas
espontáneos”, El Mundo Ilustrado, 17 de
enero de 1904
generación de pobres que la modernidad de la
época traía consigo.54 Ver imagen 12.
Un tratamiento analítico similar es el que se le
puede dar a los "retratos al natural" que presentan los fotógrafos con imágenes como aquella donde
se ve a toda una familia vendiendo nieves,55 el mendigo hincado frente a una iglesia,56 o la fotografía
cuyo pie es "Flor de la miseria" y que precisamente tiene como elemento visual incorporado una
flor que inicia en el pie de la foto de una niña de rebozo en la cintura, una pequeña manta desgarrada
54
"Tipos nacionales. Artistas espontáneos", 17 de enero de 1904. Está firmada por Manuel Ramos.
"Instantáneas callejeras. Un puesto de nieve", 28 de agosto de 1904.
56
"Una limosnita..!", 24 de enero de 1904. Se le acredita a Lupercio.
55
22
en la cabeza y sosteniendo en una mano adornos de palma.57 Esta fotografía en particular llama la
atención de lo que puede ser una estrategia visual –darle un toque estético-artístico- para suavizar
esta realidad agobiante de la pobreza capturada y
poder aparecer en El Mundo Ilustrado. Ver imagen
13.
Otras fotografías en cambio dan cuenta de la visión
higienista de la pobreza que se ha comentado en otra
parte del trabajo. Una sección denominada "México
viejo" presentaba fotografías de interiores de
vecindad destacando un cuadro de espacios reducidos
con viviendas y tendederos de ropa.58 Por ejemplo, la
fotografía denominada "agua turbia" parece trasmitir
la idea de impureza. La niña y el agua de pozo que
saca parecen decirle al fotógrafo que representan lo
59
mismo, suciedad física y moral.
Es el mismo caso
Imagen 13, “Flor de la miseria”, El
Mundo Ilustrado, 10 de enero de 1904
de la "instantánea callejera" que se reprodujo con el pie "En el arroyo"60. Muestra a un pequeño en
medio de una calle sin pavimentar que juega con la tierra del lugar.
La credibilidad que se le otorgó a la fotografía en el Porfiriato permitió su uso para demostrar a la
autoridad de que el remitente vivía en una situación de miseria,61 así lo expresa la fotografía que
57
Aparece en la portada del número de El Mundo Ilustrado de 10 de enero de 1904 y la firma Manuel Ramos.
"México viejo. Patio de vecindad", 9 de diciembre de 1906.
59
"Agua turbia", 13 de marzo de 1904. Está firmada por Lupercio.
60
"Instantáneas callejeras. En el arroyo", 30 de diciembre de 1906.
61
Es una fotografía que se usó con un sentido similar a las que se mandaron a Porfirio Díaz para solicitarle ayuda por la
situación precaria de sus remitentes. Matabuena, 1991, pp. 65-67 y 100 y 101.
58
23
mandó un tal Teodoro Candia a El Mundo Ilustrado. En la imagen se aprecia a una persona mayor
sentada en un banquillo con unos periódicos en el brazo; su indumentaria, un saco viejo lo mismo
que el pantalón que porta, un sombrero de paja, y calzado con unos huaraches.62 Por el comentario
del semanario sabemos que el papelero solicitaba ayuda urgente de las autoridades. Pero la
fotografía no parece haber llegado sola pues se conocían dos hechos de su vida personal que
apoyaban su petición. Uno fue que había participado como soldado en las diferentes luchas liberales
y la otra aludía precisamente a su situación precaria que validaba con la foto enviada. Esto nos
plantea la pregunta hasta que punto entre los pobres de la época hicieron uso de la fotografía para
justificar alguna petición tal y como ha planteado Matabuena que hicieron muchas personas en sus
cartas dirigidas a Porfirio Díaz.
La imagen recurrente del niño pobre en el espacio urbano en los reportajes gráficos y en las
crónicas es la del papelero que se pasaba gran parte del día vendiendo periódicos como El Imparcial,
EL Mundo Ilustrado, en las calles del centro de la ciudad de México. Era una actividad que
combinaba con la venta de billetes de lotería. Los grabados de El Mundo Ilustrado muestran que esta
actividad la realizaban desde las últimas décadas del siglo XIX. Un ejemplo de esto es el grabado de
Villasana que los presenta todos apretujados durmiendo en el rincón de una casa con unos perros
junto a ellos.63 Para la primera década del siglo XX la imagen fotográfica del papelero se ha vuelto
común en diferentes escenarios de la vida diaria de la ciudad capital. Para la clase pudiente era de lo
más común comprar el periódico a estos niños con los que se topaban en las esquinas de las calles
más concurridas del centro. Esto explica la fotografía que apareció en el semanario en julio de 1904,
62
63
"Un soldado de la guerra de reforma. Vendedor de periódicos", 3 de abril de 1904.
"Los desheredados", 10 de enero de 1897.
24
donde se ve a un niño de una familia rica vestido como un papelero.64 La imagen de la élite acerca
del niño pobre estaba directamente asociada con el que veían a menudo en las calles principales
como Plateros y San Francisco.
Las ideas sobre la pobreza en estas fotos aunque menos explícitas que en el reportaje y las
crónicas compartieron las mismas intenciones que las presentes en ellos. Sus pies comunicaban el
mensaje de una población que se la pasaba en la ciudad de un lado a otro sin tantos problemas. Eran
"tipos pintorescos" que habían reemplazado a los de las décadas anteriores en el paisaje urbano
capitalino. En otros casos era un "México viejo" que no tardaría en desaparecer absorbido por la
modernidad.
CONSIDERACIONES FINALES
La fotografía puede tener diferentes lecturas, según el ángulo desde el que se le mire. Aquí se han
comenzado a explorar dos; la intención que ella tuvo en la prensa ilustrada porfiriana y la del
historiador que considera que la imagen, aún la oficial, puede ser un documento histórico revelador
de situaciones no consideradas por su creador el fotógrafo: expliquemos cada una.
Los reporteros de El Mundo Ilustrado incorporaron imágenes visuales y escritas de la
pobreza de la ciudad de México por varios caminos. Sus significados ideológicos, aparentemente
contradictorios, resultaron complementarios a fin de cuentas para construir una imagen que satisfizo
a la élite política y social en el poder. La fueron a buscar hasta sus espacios que ocupaba en la
ciudad: en la colonia, el barrio, el mercado, la pulquería. La "persiguieron" en sus momentos de ocio
y diversión escribiendo acerca de sus verbenas, paseos y tradiciones. No fue una descripción
64
La fotografía de Eugenio Márquez Naveda, se envió por el concurso infantil que había convocado El Mundo Ilustrado.
"Concurso de niños", 3 de julio de 1904.
25
costumbrista o estética la que se hizo de ella como en los primeros momentos de la fotografía en el
país. Fue una lectura racista que se escondió bajo un discurso que se jactaba de científico invocando
la higiene física y moral de la sociedad. Los pobres eran amorales, estaban peleados con la higiene,
dos elementos que provocaban su situación. La fotografía auxilió este discurso con sus atributos de
objetividad. Era más que suficiente ver las imágenes que se presentaban en los reportajes gráficos
para aceptar que efectivamente ellos eran responsables de su condición social.
Esta lectura de la pobreza manifiesta una función ideológica ratificadora de la prensa gráfica
de El Mundo Ilustrado. A cada quien reafirmó en su posición en la sociedad mediante un discurso
moralizador en el que presentó a la clase pudiente con los valores que supuestamente no tenían los
pobres. Honradez, laboriosidad, recato, amor al prójimo, recogimiento, etcétera. En esta línea la
fotografía desempeñó un papel pedagógico, pues mostraba lo que se debía y lo que no se debía de
hacer y ser. Presentó a unos padres que por sus comportamientos "viciosos" sus hijos paraban en
hospicios, correccionales, casas cunas, o andaban sin un techo que los cobijara. Un comportamiento
diametralmente opuesto presentaron las fotografías periodísticas de las actividades de los otros
padres. Los Corral, Díaz, Landa y Escandón, Limantour, se preocupaban por sus hijos y además se
daban tiempo para ocuparse de aquellos que sus padres no sabían conducir. Esta imagen de la
pobreza muestra la distorsión de la realidad que la fotografía hace cuando se le impone un discurso
como el que predominó en la prensa de El Mundo Ilustrado. Sin embargo, esas mismas fotografías
pueden decir otra cosa con un contenido diferente. Un discurso que el historiador puede construir
para convertirla en fuente de información de las condiciones reales de la población pobre de la
ciudad. Esas fotografías de prensa "hablan" de las contradicciones del sistema capitalista que se
implantó en el país. Un campo expropiado que condujo a parte de su población a migrar a la ciudad.
Algunos "tipos" nuevos incorporados en la fotografía de prensa provenían de los municipios
26
inmediatos a la ciudad de México.65 Al no ser mano de obra calificada tenían que implementar
estrategias de sobrevivencia como la de los "artistas espontáneos". Sus habitaciones bien pudieron
ser las de la Bolsa66 ante el alto valor que tenía el arrendamiento en la ciudad. Otros eran viejos
residentes en la ciudad, habitaban las vecindades del antiguo centro colonial como la Alcaicería o los
antiguos barrios indígenas que el ensanchamiento de la ciudad había absorbido.67 Sus vestimentas en
las fotos reflejan un viejo arraigo en la ciudad, o una presencia reciente. El pobre urbano tiene
pantalones oscuros, camisa blanca y encima un chaleco o un saco viejo. Trae por lo regular
sombrero oscuro y calza en ocasiones botas. El recién llegado mantiene su vestimenta de origen.
Pantalón de manta blanco, camisa del mismo color y por lo general sombrero de paja y calza
huaraches. Esta es la lectura de la pobreza que encontramos en la fotografía de prensa del semanario
en una perspectiva histórica. La pobres que aparecieron en el Mundo Ilustrado junto a artículos y
notas del progreso porfiriano de la ciudad capital fueron el reverso de la modernidad. Muy a su pesar
de los reporteros gráficos que los vieron con otros ojos. Hombres, Mujeres y niños vestidos con
ropas desgarradas, viviendo en casas de madera o de cartón, convivieron por un instante con damas
y caballeros vestidos a la usanza francesa o inglesa que habitaban grandes casas de arquitectura
neoclásica y respirando aire puro. Su presencia impuesta en la prensa ilustrada por la lente los
convirtió en un testimonio de las contradicciones de la sociedad porfirista. Los fotógrafos sin querer
65
Los estudios históricos sobre la ciudad de México coordinados por Alejandra Moreno demuestran un proceso
expansionista -producto del crecimiento natural de la ciudad y de las migraciones- poco planificado de la ciudad durante
el Porfiriato. Creación de fraccionamientos obreros en el oriente de la ciudad, la más insalubre, donde los fraccionadores
especularon con los antiguos terrenos de ranchos y haciendas de los municipios aledaños. Colonias como la Bolsa eran
de las más afectadas por la ausencia de servicios públicos. El poniente con las colonias Roma, Condesa y la Teja (que
tuvo los nombres de Americana, Juárez, entre otros) fueron el extremo, pues se les dotaron de los avances técnicos en
materia urbanística. Véase en especial, Morales, 1974, pp. 71-104.
66
En Garza, 2008, pp. 38-50, puede verse el pensamiento de las élites porfirianas sobre la Bolsa y otras colonias y
barrios catalogados como peligrosos en la ciudad de México.
67
"El ensanche de la ciudad", El Imparcial, 8 de abril de 1902. "Las colonias de los alrededores", El Imparcial, 9 de abril
de 1902.
27
se convirtieron en conductores del pasado en el presente. Sus imágenes no fueron inocentes ni
neutras, dicen cosas que hay que saber captar para darles un sentido acorde con la función social que
tienen de documento histórico.
28
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