La falta de legitimidad en los contratos inoponibles

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Magister
From the SelectedWorks of Rómulo Martín Morales Hervias
Summer January, 2013
La falta de legitimidad en los contratos
inoponibles
Rómulo Morales, Pontificia Universidad Católica del Perú
Available at: http://works.bepress.com/romulo_morales/27/
E
SPECIAL
RÓMULO MORALES
HERVIAS
La falta de legitimidad en los contratos inoponibles
13
ALFREDO F. SORIA
AGUILAR
¿Es inválido el acto jurídico de disposición efectuado por un solo cónyuge?
23
ROSARIO DEL CARMEN
GUERRA MACEDO
La jurisprudencia registral y los alcances de la legitimación del estado civil del titular del derecho inscrito
29
DESSIRÉE MENDÍVIL
AGÜERO
La tributación de la sociedad conyugal peruana y sus particularidades
35
La falta de legitimidad en los
contratos inoponibles
Rómulo MORALES HERVIAS*
i. propósito. ii. El primer párrafo del artículo 315 y el numeral 1 del artículo 971 del código civil no regulan un
problema de imposibilidad jurídica del objeto del contrato. iii. No cabe la integración jurídica de la normativa de
los contratos de bienes ajenos al numeral 1 del artículo 971 del código civil. iV. la inoponibilidad del contrato por
falta de legitimidad. palabras finales.
MARCO NORMATIVO
 Código Civil: arts. 161, 162, 219, 315, 971 num. 1, 978 y 1540.
I. PROPÓSITO
La legitimidad 1 es la capacidad de transferir efectos jurídicos o el poder de disposición del sujeto en relación con una determinada posición
*
Abogado por la Universidad de Lima. Magíster por la Universidad di Roma “Tor Vergata”. Diplomado en Derecho Romano; y en Derecho de los Consumidores y de la Responsabilidad Civil por la Universidad di Roma
“La Sapienza”. Doctor por la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Profesor de Derecho Civil en la misma
casa de estudios, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Universidad de San Martín de Porres y en la
Universidad de ESAN.
1
En doctrina nacional se ha objetado el uso del término “legitimidad para contratar” por dos “graves inconvenientes”: “i) La legitimidad no recae propiamente en el ‘contratar’, ya que cualquier persona capaz y en estado de libertad puede hacerlo; por el contrario, la legitimidad recae estrictamente en el ‘disponer’, esto es, en realizar con
ACtuALIdAd JurÍdICA enero nº 230
El autor analiza que en el caso del
artículo 315 del Código Civil, se presenta un supuesto de inoponibilidad
totalmente diferente a la invalidez. A
su criterio dicha norma no regula los
remedios jurídicos a favor del cónyuge no interviniente, debiendo aplicarse
el artículo 161 del Código Civil (falsus
procurator) vía integración jurídica, resaltando ciertos pronunciamientos que
estiman que la intervención de ambos
cónyuges supone dar cumplimiento
a un requisito de eficacia denominado
legitimidad para contratar, el cual implica
el “poder de disposición en relación con
una determinada situación jurídica”.
13
tEmA rELEVAntE
SUMARIO
E SPECIAL
jurídica2. La falta de legitimidad genera la inoponibilidad del contrato para el verdadero titular del derecho.
De ahí que la legitimidad es un requisito de eficacia de
los contratos3.
Es claro que los conceptos de la falta de legitimidad y de
la inoponibilidad del contrato no fueron regulados como
categorías generales en el Código Civil peruano de 1984
(en adelante, CC). Hubiese sido ideal que el legislador
peruano haya tomado en cuenta el § 185 del Código
Civil alemán de 1896:
“Disposición de un no titular
(1)Una disposición sobre un bien llevada a cabo por
un no titular es eficaz si se realiza con el asentimiento de su titular.
(2)La disposición deviene eficaz si el titular la ratifica
o si el disponente adquiere el bien o lo hereda del
titular y este responde ilimitadamente de las obligaciones del caudal relicto. En los dos últimos casos, si sobre el bien ha tenido lugar varios actos
de disposición entre sí incompatibles, solo es eficaz el primer acto de disposición”.
Aunque el CC no contenga una norma semejante, existe una normativa similar en los artículos 161 y 162 donde
se regulan las hipótesis de defectos de representación
otorgando al representado la posibilidad de ejercer el derecho de pedir judicialmente la inoponibilidad o de ratificar los contratos celebrados por el falso representante
o por el representante sin autorización. Esta normativa
debe servir para aplicar a otros casos de falta de legitimidad con laguna normativa en cuanto a sus remedios
mediante la analogía. Ello no quiere decir que la inoponibilidad solo se aplica en el tema de la representación. Al
contrario, se aplica a muchos supuestos más. También
es importante resaltar que la inoponibilidad en el presente estudio es diferente cuando el acto de disposición
en fraude a los acreedores es inoponible al acreedor; y
cuando el acto no inscrito o inscrito después es inoponible al tercero que haya adquirido derechos incompatibles
con base en un acto inscrito antes4.
Nuestra jurisprudencia judicial ha considerado algunos casos de inoponibilidad del contrato como casos de
nulidad. Al contrario, una doctrina española expresa que
“la inoponibilidad no implica por tanto la nulidad del acto,
sino que un acto perfectamente válido puede ser inoponible”5. Otra doctrina española consideró al negocio inoponible perfectamente válido, celebrado conforme a lo
dispuesto en la ley, y por lo tanto normalmente de general eficacia, el que a pesar de ello, no puede alegarse u
oponerse respecto de otra u otras personas determinadas. Es cierto que esta última doctrina no consideró a la
inoponibilidad como figura de ineficacia negocial pero sí
como “una manifestación del fenómeno general del valor relativo de los negocios jurídicos, en cuanto títulos de
derechos y de obligaciones; del que deriva esa jerarquía
de títulos, conforme a la que ciertos negocios o su ineficacia son inoperantes respecto de otros o quedan a las
resultas del mayor o menor alcance de estos”6. En general, el sujeto no está legitimado para disponer de la esfera jurídica ajena7.
Asimismo, un sector importante de la doctrina argentina
reconoce que la ineficacia en sentido estricto o la inoponibilidad es diferente a la nulidad:
“Por nuestra parte sostenemos que la inoponibilidad,
como causal independiente de ineficacia de actos jurídicos, a diferencia de la nulidad de ellos, es una
sanción establecida por la ley a un acto válido en su
comienzo, pero se torna ineficaz por incumplimiento
de algún requisito adicional que le es exigido por la
ley para la producción plena de sus efectos, especialmente en relación con determinados terceros, los llamados terceros interesados.
Los efectos de la inoponibilidad consisten en la imposibilidad que tienen las partes del acto jurídico válido,
de fundar en él las pretensiones jurídicas dirigidas al
tercero protegido por la ley; y por parte de este tercero interesado, la inoponibilidad del acto se traduce en
la posibilidad de actuar jurídicamente como si el acto
no se hubiese celebrado”8.
La inoponibilidad pertenece a una categoría más general
de la ineficacia en sentido estricto, pero totalmente diferente a la invalidez. Ello no ha sido advertido en nuestro
medio. Un ejemplo es la aplicación defectuosa del primer
párrafo del artículo 315 del CC por parte de los jueces y
eficacia la transmisión o constitución de un derecho, para lo cual no se requiere estar habilitado para contratar, sino contar con la titularidad del derecho; ii) El término ‘legitimación’ presenta el inconveniente del uso paralelo en la ciencia procesal, y no se obtiene ningún beneficio de proyectarlo, por lo menos formalmente, hacia el ámbito sustantivo”.
Esta doctrina prefiere hablar de “poder de disposición” entendido como “la posibilidad otorgada al titular de una determinada situación jurídica a efectos de modificarla eficazmente”. GONZALES BARRÓN, Gunther. Introducción al Derecho Registral y Notarial. 2ª edición, Jurista Editores, Lima, 2008, p. 216. En respuesta a tales objeciones es importante
resaltar que la legitimidad es un requisito de eficacia de los contratos porque justamente la parte contractual tiene la capacidad de transferir derechos. Dicha capacidad es diferente a la capacidad natural y a la capacidad de obrar. Tampoco es obstáculo que este concepto se confunda con el concepto procesal de legitimidad para obrar. Ambos tienen
significados completamente diferentes. Por ejemplo, nadie podría confundir el desistimiento en los contratos frente a los desistimientos de la pretensión o del proceso. En Derecho, las expresiones no necesariamente mantienen una uniformidad formal y sustancial como en las ciencias exactas. En la ciencia jurídica importan más los contenidos de las
palabras que las denominaciones colocadas textualmente en los textos normativos. Si no fuera así, por ejemplo serían inservibles los mecanismos de la interpretación correctora.
Además como ya lo ha advertido alguna doctrina italiana el poder de disposición es la legitimidad para contratar. Para mayores referencias: MORALES HERVIAS, Rómulo. Patologías y remedios del contrato. Jurista Editores, Lima, 2011, p. 310.
2
BIANCA, C. Massimo. Derecho Civil III. El contrato. Traducción de Fernando Hinestrosa y Édgar Cortés. 2ª edición, Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 2007, p. 86.
3Ídem.
4
ROPPO, Vincenzo. El contrato. Traducción de Eugenia Ariano Deho, Gaceta Jurídica, Lima, 2009, p. 680.
5
COLÁS ESCANDÓN, Ana María. La ratificación. Comares, Granada, 2000, p. 337.
6
DE CASTRO Y BRAVO, Federico. El negocio jurídico. Reedición de la 2ª Reimpresión de la edición original de 1971, Civitas, Madrid, 1985, p. 531.
7
BIANCA. Ob. cit., p. 87.
8
LLOVERAS DE RESK, María Emilia. Tratado teórico-práctico de las nulidades. Depalma, Buenos Aires, 1985, p. 20.
14
administración y disposición del patrimonio conyugal
de los abogados. Esta norma establece que para disponer de los bienes sociales o gravarlos, se requiere la intervención del marido y la mujer. Pero dicha norma no
regula los remedios jurídicos a favor del cónyuge no interviniente. El problema de esta norma es de integración
jurídica, es decir, qué norma jurídica se puede aplicar por
analogía cuando existe una laguna normativa.
La solución jurisdiccional correcta fue señalada en el fundamento quinto de la Cas. Nº 111-2006-Lambayeque del
31 de octubre de 2006 donde se expresó que la intervención de ambos cónyuges supone dar cumplimiento a
un requisito de eficacia denominado legitimidad para contratar, el cual implica el “poder de disposición que tiene
el sujeto en relación con una determinada situación jurídica” y que tal supuesto resulta plenamente reconocido
en el artículo 161 del CC, a propósito de
los efectos realizados por el denominado
falsus procurator.
otro, esto a fin de poder actuar por la sociedad conyugal que ambos conforman, aspectos ambos que conducen a entender que el conflicto incide en un primer
supuesto en la falta de representación, esto es, que
al carecer el cónyuge que celebra el acto de la representación de la sociedad conyugal su acto se constituye en uno de representación sin poder de acuerdo
al artículo 161 del Código Civil, acto que de acuerdo a
tal artículo resulta ineficaz, siendo siempre pasible de
ser ratificado por el otro cónyuge de acuerdo con su
artículo 162, lo que no sucede con el acto nulo”.
En las dos últimas casaciones citadas se confunde la falta de legitimidad del cónyuge contratante con la falta de
legitimidad del representante. No hay duda de que en
ambos casos hay falta de legitimidad, pero en un caso
un solo cónyuge o una sola cónyuge no
tienen la capacidad de transferir o de
gravar los bienes sociales; y en el otro
Un error común de alguna
caso, el representante no tiene la capaciUn error común de alguna jurisprujurisprudencia es sostener que
dad de ejercer la autorización represendencia es sostener que el efecto jurídiel efecto jurídico del artículo
tativa dentro de sus límites; y en nombre
co del artículo 315 del CC es la ineficay por cuenta del representado para pro315
del
Código
Civil
es
la
inecia en sentido estricto porque existe una
ducir efectos jurídicos directamente al reficacia
en
sentido
estricto
porrepresentación defectuosa o inexispresentado por inexistencia, violación o
que
existe
una
representación
tente. El fundamento octavo de la Cas.
exceso en la autorización representativa.
defectuosa
o
inexistente.
Nº 3437-2010-Lima del 9 de junio de
La aplicación por integración jurídica de
2011 corrobora este equivocado criterio:
los remedios de los artículos 161 y 162
del CC al primer párrafo del artículo 315
“A partir de la premisa de que ningudel CC se justifica porque existe semejanza pero no idenno de los cónyuges, en forma individual, puede dispotidad en los hechos jurídicos hipotéticos.
ner de derechos de propiedad sobre los bienes sociales (salvo el caso excepcional), podemos concluir que
cuando uno solo de ellos se compromete a gravar o
II.EL PRIMER PÁRRAFO DEL ARTÍCULO 315 Y
disponer el patrimonio de la sociedad de gananciales,
EL NUMERAL 1 DEL ARTÍCULO 971 DEL CC
NO REGULAN UN PROBLEMA DE IMPOSIBILInos encontramos ante un acto jurídico que se opone
DAD JURÍDICA DEL OBJETO DEL CONTRATO
a una norma imperativa, en la que existe una falta de
representación de uno de los cónyuges o de la dispoEl mismo problema del primer párrafo del artículo 315 del
sición de derechos de uno de ellos, como ocurre en el
CC lo tiene el numeral 1 del artículo 971 del CC cuando
presente caso, en que la hipoteca celebrada sobre el
indica que las decisiones sobre el bien común se adopinmueble adquirido por la sociedad conyugal confortarán por unanimidad, para disponer, gravar o arrendar
mada por Brito Ruiz Maldonado y Nelly Argelia Aguiel bien, darlo en comodato o introducir modificaciones en
rre de Ruiz, no fue autorizada por esta última, pues
él. Estamos en un caso de laguna normativa donde no se
no consta su firma en dicho documento, ni otorgó poregulan los remedios jurídicos a favor de los copropietader especial a su cónyuge para que la represente, lo
rios no intervinientes.
que no significa que el acto jurídico en sí sea nulo,
dado que es susceptible de ser ratificado por el cónEl fundamento sétimo de la Cas. N° 4410-2006-La Liberyuge que no participó en la celebración del acto juríditad del 25 de marzo de 2008 establece el criterio de la nuco, situación que no es posible de ser convalidada de
lidad por imposibilidad jurídica del objeto:
declararse nulo dicho acto; en consecuencia, tal como
“Que, en el caso concreto, tenemos a un heredero de
lo ha establecido la sentencia de vista, el petitorio de
una cuota ideal (no determinada), que ha dispuesto o
la demanda alude al supuesto de ineficacia regulado
por el artículo 161 del Código Civil, y no a la causal invendido no solo su cuota sino además la totalidad de
vocada por la recurrente (…)”.
las cuotas ideales de sus coherederos, de las cuales
no era propietario, siendo este un objeto del cual juEste criterio ya fue considerado en el fundamento sétimo
rídicamente no podía disponer, por no ser titular del
de la Cas. Nº 907-2008-Arequipa del 24 de julio de 2008:
mismo y por impedimento establecido en la ley, específicamente en el artículo novecientos setenta y uno
“Que, así en principio debe destacarse que la norma
inciso primero del Código Civil, razón por la cual asisen referencia no precisa el momento de la intervente el derecho a la demandante y coheredera perjudición del cónyuge para disponer o gravar el bien, y
cada para solicitar la nulidad del acto jurídico de comsolo a renglón seguido señala que cualquiera de los
cónyuges puede hacerlo si tiene poder especial del
praventa por imposibilidad jurídica del objeto (…)”.
ACTUALIDAD JURÍDICA enero Nº 230
15
E SPECIAL
El fundamento octavo de la Cas. N° 102-2009-Cusco del
25 de agosto de 2009 siguió el criterio indicado en la
Cas. N° 4410-2006-La Libertad para determinar que el
acto de disposición de la copropiedad sin intervención de
todos los copropietarios es nulo:
“En ese sentido habiéndose determinado que por escritura pública de fojas siete a nueve doña Nicolasa
Jesusa Ccohuanqui Huamán transfiere, no solo su
cuota ideal sino una parte material o física del bien
común, con un área de doscientos doce con treinta metros lineales, cuyos linderos se encuentran indicados en la cláusula segunda del citado documento, la interpretación de la Sala Superior no ha sido
errónea, toda vez que estando a la norma invocada
[Numeral 1 del artículo 971 del CC] indica que para
disponer del total o una parte de dicho bien se requiere del concurso de todos los copropietarios, y habiéndose realizado los actos jurídicos de compraventa (Escritura Pública de fecha cinco de mayo de mil
novecientos ochenta y siete de fojas diez; y otra de
fecha once de febrero de mil novecientos noventa y
ocho de fojas siete) se ha vulnerado dicha norma, por
haberse realizado enajenaciones materiales y no solamente de índole jurídica”.
Cabe hacerse la pregunta si el remedio del numeral 1 del
artículo 971 del CC es la nulidad por imposibilidad jurídica del objeto. Y la respuesta es negativa. El numeral 2
del artículo 1123 del Código Civil peruano de 1936 y el
numeral 3 del artículo 219 del CC responden a lo que se
conoce en doctrina como nulidad por imposibilidad jurídica del objeto del contrato. En este tema es importante
describir el desarrollo de la doctrina italiana por su claridad. ¿En qué casos el objeto de un contrato es imposible jurídicamente?
Una doctrina italiana señala lo siguiente:
“La posibilidad se debe entender sea en sentido físico
o material, sea en sentido jurídico. El objeto del contrato es materialmente posible cuando es, en abstracto, susceptible de actuación; el juicio de posibilidad,
precisamente, no se refiere a la aptitud concreta de
las partes de absolver el compromiso adquirido, sino
a la posibilidad de realizar, en abstracto, ese compromiso, así sea haciendo un esfuerzo diligente superior
al normal.
Cuando el compromiso es posible, en abstracto, el
contrato es válido, aun cuando la parte, de hecho,
no tenga los medios para cumplir. En este caso la
ineptitud de la parte se traducirá en incumplimiento
de la prestación, y así, por ejemplo, si el empresario asume un compromiso de producción para el que
no tiene los equipos necesarios, el contrato se reputa
9
BIANCA. Ob. cit., pp. 344-345.
constituido válidamente, y el empresario tendrá que
responder por incumplimiento”9.
Lo desarrollado líneas arriba hace pensar a otra doctrina
que la “noción de imposibilidad parece estar referida a la
configuración más en términos de cualidad –y de compromiso– del comportamiento debido del deudor, que en
clave del requisito (objetivo) del contenido del contrato y
por ello referido al objeto de la obligación. Viceversa, la
doctrina tradicional [Giuseppe Osti y Giuseppe Mirabelli]
califica como imposibilidad física la prestación que tiene
por objeto cosas no existentes en la naturaleza o actividades prácticamente irrealizables, y como imposibilidad
jurídica aquella que tiene por objeto bienes o actividades
que no pueden ser deducidos en una relación jurídica”10.
Otros ejemplos de imposibilidad jurídica son los siguientes:
“En el ámbito de la imposibilidad jurídica se deben
mencionar las hipótesis de res communes omnium, o
las energías, y en general, se deben comprender las
cosas no valorables económicamente, como los derechos de la personalidad y las partes del cuerpo humano de las cuales está prohibido el acto de disposición, (…) no pueden formar objeto de un contrato”11.
La jurisprudencia italiana ha resuelto casos concretos de
imposibilidad jurídica del objeto del contrato:
“La jurisprudencia de la Corte Suprema [italiana] ha
considerado afectados por nulidad por imposibilidad
jurídica del objeto, por ejemplo, la compraventa de
una cuota de un fondo común de una asociación no
reconocida; la cesión entre privados de bienes comunales sujetos a un uso cívico; el contrato relativo a un
bien cuya utilización o transformación según las exigencias del uso contractualmente previsto necesitan
autorizaciones administrativas cuya obtención resulta
imposible por las normas vigentes a la fecha del contrato; el contrato de arrendamiento por el uso no habitacional teniendo por objeto un inmueble declarado
por la Administración Pública no accesible; el contrato de arrendamiento de empresa relativo a bienes situados en zona destinada a actividades agrícolas, al
interior de la cual el ejercicio de las actividades de
abastecimiento solo se admite en un contexto de una
actividad agroturística; el contrato de arrendamiento
relativo a bienes que por estar situados en una particular zona pueden tener solo un uso y no otro”12.
Un ejemplo fue el caso de un contrato de compraventa
preliminar donde una parte se obligó a enajenar la situación de posesión relativa a un bien inmueble. Dicho contrato se declaró nulo por imposibilidad del objeto porque
la posesión “no es negocialmente transferible” (Casación
de la Corte Suprema italiana, 27.9.1996, n. 8528).
10 GABRIELLI, Enrico. “Dell`oggetto del contrato”. En: AA.VV., Commentario del Codice Civile. Dirigido por Enrico Gabrielli, Dei Contratti in generale, Bajo la dirección de Emanuela
Navarretta y Andrea Orestano, artt. 1321-1349, Utet Giuridica, Turín, 2011, pp. 733-734.
11 Ibídem, p. 734.
12 Ibídem, pp. 734-735.
16
administración y disposición del patrimonio conyugal
Otros ejemplos que desarrolla la doctrina italiana son:
“La imposibilidad jurídica es debida, precisamente
a razones o causas jurídicas, como tiene lugar, por
ejemplo: En la venta al extranjero de mercancías para
las que está prohibida la exportación, en la venta de
cosas a quien ya es propietario de ellas, etc. Con razón se configura, al respecto, una idoneidad del objeto, bien respecto a los negocios jurídicos en general, bien respecto a los distintos tipos de negocio. Así,
la hipoteca no puede tenerse sobre muebles, sino
solo sobre los registrados o sobre inmuebles (…); el
mutuo no puede tener cosas fungibles”13.
También es imposibilidad jurídica, si la prestación está
obstaculizada por una norma: “por ejemplo, atribución de
la propiedad de un edificio que se levanta sobre un área,
de la cual el disponente retiene la propiedad, sin constituir derecho de superficie a favor del adquirente; o bien
constitución de una sociedad de responsabilidad limitada
para el ejercicio de actividad que la ley reserva a las sociedades por acciones”14.
De acuerdo a los casos doctrinarios y jurisprudenciales
italianos mencionados, en ningún caso se menciona a
los actos de disposición celebrados sobre bienes ajenos.
De ahí que la Cas. N° 4410-2006-La Libertad y la Cas.
N° 102-2009-Cusco se equivocan al considerar que los
actos de disposición sin unanimidad de los copropietarios son nulos por imposibilidad jurídica del objeto. Por
el contrario, dichos actos son válidos y eficaces para los
contratantes pero inoponibles para los copropietarios no
intervinientes.
III.NO CABE LA INTEGRACIÓN JURÍDICA DE LA
NORMATIVA DE LOS CONTRATOS DE BIENES AJENOS AL NUMERAL 1 DEL ARTÍCULO
971 DEL CÓDIGO CIVIL
Un sector de la doctrina nacional ha denunciado los graves errores e incoherencias del artículo 978 del CC porque el contrato queda sometido indefinidamente a una
supuesta condición suspensiva, sin que el afectado pueda decidir lo más conveniente para su protección y por
ello está doctrina afirma que la disposición de todo el bien
por un solo copropietario no requiere un régimen especial
de ineficacia negocial, pues existe una norma específica
para este tema la cual es el artículo 1540 del CC, pues
permite que el afectado (comprador) decida el mantenimiento o no de la relación contractual de acuerdo a sus
intereses15. Esta doctrina propone modificar el artículo
978 en los siguientes términos16: “Si un copropietario celebra actos de disposición sobre todo el bien común, se
aplican las reglas de contratos sobre bienes ajenos”. En
dicha doctrina, el artículo 978 del CC pretende dar solución a la interrogante si el copropietario realiza un acto de
disposición del bien común sin tener consentimiento de
los otros copropietarios o autorización judicial17.
Al respecto, debemos discrepar de la solución planteada por varias consideraciones. El numeral 1 del artículo
971 del CC señala la unanimidad para disponer, gravar
o arrendar el bien, darlo en comodato o introducir modificaciones en él. La normativa del artículo 1540 del CC
no establece ningún remedio jurídico a favor del copropietario que no participó en la celebración del contrato.
Si el comprador del bien parcialmente ajeno opta por elegir alguno de los dos remedios, ello no cambiará jurídicamente la inoponibilidad del contrato en el copropietario no interviniente. En otras palabras, el artículo 1540 del
CC presupone que el copropietario contratante transfirió
parcialmente bienes ajenos pero no dice absolutamente
nada sobre el derecho de ratificar o el derecho de pedir la
inoponibilidad a favor del copropietario no interviniente.
De ahí que no coincidimos que el problema de la laguna normativa del numeral 1 del artículo 971 del CC se resuelva con la aplicación de la normativa de los contratos
sobre bienes ajenos. Ello por una razón evidente. En dicha normativa no se regulan los remedios a favor del propietario quien no celebró dichos contratos.
Asimismo, el artículo 978 del CC señala que si un copropietario practica sobre todo o parte de un bien, acto que
importe el ejercicio de propiedad exclusiva, dicho acto
solo será “válido” desde el momento en que se adjudica el bien o la parte a quien practicó el acto. Esta norma tuvo como antecedente el artículo 90118 del Código
Civil peruano de 1936. En dicha normativa no se reguló
la representación como sí lo regula el CC. Ahora con el
CC sí cabe aplicar la legitimidad que ha sido consagrada
nada más y nada menos en la normativa de la representación. Por eso consideramos que la disposición de todo
el bien por un solo copropietario sí requiere un régimen
especial de ineficacia negocial, la cual es la inoponibilidad. Entonces, cabe hacer una interpretación correctora
del artículo 978 del CC y en concreto una interpretación
sistemática. En relación con esta interpretación, “toda expresión del lenguaje legislativo es significativo del peculiar
contexto en que está situada, de modo que no es posible
que una expresión conserve el mismo significado al cambiar el contexto” y pueden “reconducirse a la interpretación
sistemática todas las soluciones interpretativas que dependen de construcciones dogmáticas preconstituidas que el
intérprete proyecta sobre los textos normativos ab extra,
13 CARIOTA FERRARA, Luigi. El negocio jurídico. Traducción de Manuel Albaladejo, Aguilar Ediciones, Madrid, 1956, p. 514.
14 ROPPO. Ob. cit., pp. 324-325.
15 GONZALES BARRÓN, Gunther. Código Civil y reforma, Libros V (Derechos Reales) y IX (Registros Públicos). Jurista Editores, 2011, p. 257.
16 Ibídem, p. 258.
17 Ibídem, p. 256.
18 Artículo 901 del Código Civil peruano de 1936.- Si los copartícipes individualmente practican sobre todo el bien o sobre parte material de él un acto que importe el ejercicio de la
propiedad exclusiva, dicho acto será válido si se adjudica el bien o la parte a quien practicó el acto.
ACTUALIDAD JURÍDICA enero Nº 230
17
E SPECIAL
desde afuera”19. En el contexto actual del artículo 978 del
CC, el intérprete debería leer la norma en otro sentido: “Si
un copropietario practica sobre todo o parte de un bien,
acto que importe el ejercicio de propiedad exclusiva, dicho acto solo será ‘eficaz’ desde el momento en que se
adjudica el bien o la parte a quien practicó el acto”. Asimismo, estimamos que el artículo 978 del CC no coloca a los copropietarios no intervinientes en una situación
de incertidumbre ni indefensión. Es todo lo opuesto. Mediante una interpretación sistemática del artículo 978 del
CC, la eficacia del contrato celebrado sin unanimidad a
favor de los copropietarios no intervinientes dependerá
de su ratificación. La adjudicación es un momento ulterior a la ratificación. La ratificación es un acto de autorización que integra el defecto de legitimidad que no se refiere a un elemento esencial para la existencia del contrato
sino solamente a la posibilidad que el contrato sea eficaz
en referencia al sujeto que lo ratifica20. El contrato celebrado es un contrato perfecto. En efecto, dicho contrato contiene todos los elementos constitutivos (acuerdo,
objeto, causa, forma). La ratificación no es integradora
del acuerdo ya celebrado, pero lo hace eficaz21 al titular.
El contrato celebrado es ineficaz (es decir, improductivo
de efectos finales22) para el titular porque dicho contrato
está sometido a la condición legal de la ratificación23. Si
no se ratifica, el contrato habrá producido los efectos en
sentido estricto para quienes lo celebraron pero no producirán los efectos finales para el titular legitimado. En
el caso que estamos analizando, si los copropietarios no
intervinientes no ratifican, los contratos serán inoponibles para ellos y consecuentemente no podrá producirse
la adjudicación. En otros términos, si no hay ratificación
no habrá adjudicación.
La misma interpretación correctora y en específico una
interpretación sistemática cabe hacer en el artículo 1669
del CC, el cual establece que el copropietario de un bien
indiviso no puede arrendarlo sin “consentimiento” de los
demás partícipes; y sin embargo, si lo hace, el arrendamiento es “válido” si los demás copropietarios lo ratifican expresa o tácitamente. La lectura correctora es la
siguiente: “El copropietario de un bien indiviso no puede
arrendarlo sin ‘asentimiento’ de los demás partícipes. Sin
embargo, si lo hace, el arrendamiento es ‘eficaz’ si los
demás copropietarios lo ratifican expresa o tácitamente”. El § 185 del Código Civil alemán de 1896 debe ser
uno de los fundamentos para esta nueva lectura de esta
norma.
IV.LA INOPONIBILIDAD DEL CONTRATO POR
FALTA DE LEGITIMIDAD
Entre ineficacia en sentido amplio e invalidez hay una
categoría intermedia muy importante:
“(…) la de los casos en que no se trata de un vicio de
constitución, antes bien los elementos constitutivos
del negocio se dan con toda integridad; pero falta, ya
sea de una manera definitiva, ya sea solo por el momento, alguna otra circunstancia no perteneciente a
los requisitos de hecho del negocio, y que, conforme a los preceptos del ordenamiento jurídico, es necesaria para que los efectos se produzcan. Así, por
ejemplo, en el caso de que alguien, no siendo titular
del derecho, o en concepto del representante, pero
no siéndolo legítimamente, dispone de una cosa ajena. Es claro en tal caso, por una parte, que no existe vicio alguno en los elementos, y, por tanto, no se
da ninguna causa de invalidez: si A transfiere a C una
cosa B, nada tiene que ver este defecto (la no pertenencia del objeto) con los requisitos que determinan
la perfección del negocio, ni influye de ningún modo
en ellos”24.
Aquí lo podemos graficar en el siguiente cuadro donde
una cosa es la ineficacia en sentido amplio y otra cosa
es la ineficacia en sentido estricto. Dentro de esta última
categoría se puede citar como ejemplo la inoponibilidad.
inoponibilidad
Invalidez
Ejemplo:
Nulidad
Ineficacia
en sentido
estricto
Ejemplo:
Inoponibilidad
Ineficacia
(en sentido
amplio)
Una doctrina alemana se preocupó en resaltar los requisitos o supuestos legales de eficacia diferentes a los
requisitos de validez:
“No forman parte de los elementos constitutivos
del negocio, sino que representan únicamente las
19 GUASTINI, Riccardo. Estudios sobre la interpretación jurídica. Traducción de Marina Gascón y Miguel Carbonell. 9ª edición, Porrúa, México, 2010, pp. 45-46.
20 GIROLAMI, Matilde. “Ratifica”. En: AA.VV., Commentario del Codice Civile. Dirigido por Enrico Gabrielli, Dei Contratti in generale, Bajo la dirección de Emanuela Navarretta y
Andrea Orestano, artt. 1387-1424, Utet Giuridica, Turín, 2012, p. 171.
21 BIANCA, Ob. cit., p. 127.
22 SCOGNAMIGLIO, Renato. Contribución a la teoría del negocio jurídico. Traducción de Leysser L. León, Grijley, Lima, 2004, p. 340: “Puede hablarse, a propósito, y desde ahora, de una doble eficacia del negocio, o mejor aún, de un doble significado en el cual es asumida la expresión: se advierte, por lo tanto, la necesidad de distinguir fenómenos que
normalmente –es decir, según la perspectiva tradicional– son confundidos. Se considera, precisamente, que hay que separar, por un lado, el efecto que coincide en el plano dinámico con la existencia del negocio, el cual, al ser válido para identificar dicha figura, puede llamarse ‘negocial’ (en sentido estricto); y, por otro lado, los efectos que corresponden a las disposiciones de las partes, los cuales, al permitir realizar en el plano del derecho la función práctica del negocio, pueden llamarse ‘finales’”.
23 BIANCA. Ob. cit., p. 128. También: BRUSCUGLIA, Giusti. “Ratifica”. En: Enciclopedia del diritto. XXXVIII, Giuffrè Editore, Milán, p. 695.
24 OERTMANN, Paul. “Invalidez e ineficacia de los negocios jurídicos”. En: Revista de Derecho Privado. Año XVI, Nº 186, Madrid, enero-diciembre, 1929, p. 65.
18
administración y disposición del patrimonio conyugal
hipótesis en las que esos elementos pueden provocar
embargo, no tiene completos efectos retroactivos con
la consecuencia jurídica buscada. Mas, por otro lado,
respecto a los actos de disposición que hayan podihay que separarlos en absoluto de las condiciones
do realizarse entre tanto; tales disposiciones seguivoluntarias, pues no se fundan en una accesoriedad
rán en vigor después de la ratificación en el caso de
especial añadida al negocio ni responden a la volunque las hubiera realizado antes de ella el propio ratifitad de las partes, sino al precepto legal, a la voluncante, § 184, 2º. Pero, si se prescinde de estos actos,
tad del ordenamiento jurídico. Cuando falta uno de
la ratificación tiene aquí también fuerza retroactiva.
estos requisitos de eficacia, los efectos no pueden
Por lo demás, la citada restricción del efecto retroacproducirse, aunque los elementos del negocio como
tivo tiene claro fundamento. El que tiene facultades
tales se den con toda normalidad. Precisando todavía
para hacer la ratificación no es aquí, contrariamente
más, cabe imaginar dos hipótesis distintas: o el negoa lo que sucede en los actos de disposición del enacio carece en absoluto y definitivamente de eficacia,
jenante condicional, el mismo disponente primitivo. Y
por faltar en el momento de la conclusi el acto de disposición, del no titular no
sión de aquel un cierto requisito de
puede perjudicar a aquel en su propia lieficacia, sin que haya posibilidad de
bertad de disposición, es lógico que las
Se confunde la falta de legitisubsanar posteriormente esa falta,
disposiciones por él mismo realizadas en
midad del cónyuge contratante
como sucede, por ejemplo, según el
los límites de esa libertad de disposición
con
la
falta
de
legitimidad
del
25
§ 111 del Código Civil alemán, con
suya sean definitivamente eficaces y no
representante. No hay duda de
los actos jurídicos unilaterales de un
puedan ser puestas en peligro posteriorque en ambos casos hay falta
menor de edad, o bien como sucede
mente por el acto de disposición que la
de legitimidad, pero en un caso
normalmente con arreglo a la mayor
ratificación implica”29.
parte de los ordenamientos jurídicos,
un solo cónyuge no tiene la cay desde luego conforme al Código
Esta doctrina alemana no ha tenido una
pacidad de transferir o de graCivil alemán, los efectos no pueden
adecuada normativa en los Códigos Civar los bienes sociales.
producirse mientras falte el requisiviles salvo en el Código Civil alemán de
to de eficacia de que se trate, pero
1896. Tampoco existe una adecuada rese producen posteriormente, en cuanto aquel requigulación de la inoponibilidad y de la ratificación en dos
sito se da; así, por ejemplo, en los actos de disposiproyectos.
ción sobre cosas ajenas, si el propietario consienta en
El numeral 1 del artículo 154 del Anteproyecto de Códiellos más tarde bajo la forma de una ratificación”26.
go europeo de Contratos de la Academia de IusprivatisEsta doctrina alemana explicaba cómo debían resolver
tas Europeos de Pavía (Proyecto Gandolfi) establece un
los casos en que el disponente carece del derecho a
lista de contratos inoponibles a los terceros o a algunos
disponer:
terceros: a) el contrato disimulado; b) el contrato celebrado contra la prohibición dirigida a proteger a sujetos de “A esta categoría pertenece especialmente el caso de
terminados o sin observar los requisitos de forma o puque el que dispone en nombre propio no sea efectiblicidad establecidos en favor de terceros; c) el contrato
vamente titular, disponiendo, por tanto, de una cosa
celebrado conscientemente por las dos partes en fraude
ajena, o, si dispone como representante, no posea el
del acreedor de una de ellas; en este caso, el acreedor
necesario poder. Tampoco estos negocios son nulos
puede hacer valer con efecto retroactivo la inoponibilidad
en modo alguno, ni definitivamente ineficaces, sino
mediante la emisión de una declaración de voluntad dique se hallan afectados solamente de ineficacia interigida a las dos partes antes de que transcurra el plazo
rina, Código Civil alemán, §§ 18427, 185, 17728. Todo
de prescripción de tres años; d) las situaciones y relaciodepende de la concesión o negativa de la ratificanes de hecho subyacentes a los contratos nulos o realición por parte del titular efectivo, o, en el caso de diszadas para darles cauce; e) el contrato o el acto para el
posición realizada por un falsus procurator, por parte del verdadero representante. La ratificación, sin
que el presente Código, o las normas comunitarias o las
25 § 111 del Código Civil alemán de 1896.- Un negocio jurídico unilateral realizado por el menor sin el asentimiento necesario del representante legal es ineficaz. Si el menor concluye un negocio jurídico de este tipo frente a otro con este asentimiento, el negocio jurídico es ineficaz si el menor no hace constar la autorización por escrito y si, por esta razón,
el otro lo rechaza sin demora. El rechazo queda excluido si el representante legal ha puesto en conocimiento del otro la existencia del asentimiento.
26 OERTMANN. Ob. cit., p. 66.
27 § 184 del Código Civil alemán de 1896.-. Retroacción de la ratificación
(1) El asentimiento ulterior (ratificación) se retrotrae al momento de la celebración del negocio jurídico, salvo que se haya dispuesto otra cosa.
(2) Mediante la retroacción no devienen ineficaces las disposiciones sobre el objeto del negocio jurídico realizadas antes de la ratificación por el ratificante, en el curso de la ejecución forzosa o derivada de embargo, o que ha llevado a cabo el administrador concursal.
28 § 177 del Código Civil alemán de 1896.- Conclusión de un contrato mediante un representante sin poder de representación
(1) Si alguien concluye un contrato en nombre de otro sin po­der de representación, la eficacia del contrato a favor y en contra del representado depende de su ratificación.
(2) Si la otra parte exige al representado la declaración de ratificación, tal declaración solo puede ser realizada frente a este; la ratificación o renuncia a ratificar realizadas ante el
representante devienen ineficaces si se realizan antes del requerimiento. La ratificación solo puede ser declarada en plazo de dos semanas desde la recepción del requerimiento; si no se declara, se entiende como rechazada.
29 OERTMANN. Ob. cit., pp. 79-80.
ACTUALIDAD JURÍDICA enero Nº 230
19
E SPECIAL
de los Estados miembros de la Unión Europea que resulten aplicables, establezcan que son inoponibles a los terceros o a sujetos determinados, o cualquier otra expresión semejante. Salvo el inciso b), las demás hipótesis
son otros casos de inoponibilidad. Nótese que en aquel
inciso no se regula la ratificación.
El artículo 382 del Proyecto argentino de Código Civil y
Comercial de la Nación de 2012 establece que los actos jurídicos pueden ser ineficaces en razón de su nulidad o de su inoponibilidad respecto de determinadas
personas. El artículo 396 estipula que el acto inoponible
no tiene efectos con respecto a terceros, excepto en los
casos previstos por la ley. Igualmente, estas normas no
diferencian los casos de inoponibilidad ni regulan la ratificación como categoría general salvo el artículo 369. Ello
no es de extrañar en la doctrina argentina que define a la
inoponibilidad como “ineficacia relativa, congénica o sobrevenida del negocio jurídico, en consideración a determinados sujetos a los cuales este puede interesar, pero
que mantiene su eficacia entre los que lo celebraron y
también, en algunos casos, respecto de otros terceros”30
sin que se mencione los casos de inoponibilidad relacionados con la ratificación. Lo que sí es claro para esta
doctrina es que “la inoponibilidad mantiene la validez y,
por lo tanto, la eficacia del negocio entre las partes y respecto de algunos terceros, pero no con relación a otros.
Estos últimos pueden oponerse a que el negocio sea eficiente o productor de efectos a su respecto”31.
Es importante referirnos a las características comunes
de la falta de legitimidad en los contratos inoponibles.
La primera característica común es que quien dispone,
transfiere o grava un derecho a un tercero sin asentimiento o sin autorización del verdadero titular del derecho, carece de legitimidad. Ello comporta que el contrato
celebrado no produce efectos jurídicos finales en la esfera jurídica del verdadero titular porque una parte contractual no tenía el poder de disponer, de transferir o de
gravar un derecho. En los casos del representante sin
autorización representativa, del cónyuge sin asentimiento del otro cónyuge y del copropietario sin asentimiento de los otros copropietarios, las partes contractuales
mencionadas no tienen legitimidad porque no son titulares de los derechos correspondientes y, por lo tanto no
pueden transferirlos o gravarlos. Los contratos celebrados no producirán efectos jurídicos finales en el verdadero titular del derecho (llámese representado, cónyuge no
interviniente o copropietario no interviniente) pero sí producirán los efectos jurídicos en sentido estricto entre las
partes contractuales.
Una segunda característica es que el verdadero titular
del derecho tiene tres derechos. El primero es el derecho
de solicitar la inoponibilidad y el segundo es el derecho
de formular la excepción de inoponibilidad del contrato celebrado entre el no titular del derecho y un tercero contractual. Estos derechos tienen como consecuencia práctica que se declare que el contrato en mención
es inoponible para el verdadero titular o que se impida
el ejercicio de un derecho mediante la excepción de inoponibilidad. En otros términos, la titularidad permanece
incólume e inatacable. El tercer derecho es la ratificación, el cual comporta que el titular del derecho transforme un contrato inoponible en eficaz para él.
Por último, una tercera característica es que la acción
de inoponibilidad y la excepción de inoponibilidad no tienen plazo de prescripción. En el CC no se regula expresamente el plazo de prescripción para ejercer la acción
de inoponibilidad o formular la excepción de inoponibilidad. Como no existe una ley expresa que impida ejercer la acción de inoponibilidad o formular la excepción de
inoponibilidad dentro de un plazo determinado, el ordenamiento jurídico debe proteger al verdadero titular de un
derecho concediéndole el derecho de pedir que judicialmente se declare la inoponibilidad o impedir el ejercicio
de un derecho mediante la excepción de un contrato celebrado entre un no titular de un derecho y el tercer contratante de manera imprescriptible. De igual modo, tampoco existe un plazo para ratificar un contrato celebrado
sin legitimidad.
En los casos del primer párrafo del artículo 315 y el numeral 1 del artículo 971 del CC cabe la integración jurídica de
los artículos 161 y 162 del CC por analogía. Ambas normas tienen lagunas normativas32 que deben solucionarse mediante la integración por analogía33. Ninguna de las
normas regula los remedios a favor del cónyuge y del copropietario no intervinientes en la celebración del contrato. Es claro que los casos del primer párrafo del artículo
315, del numeral 1 del artículo 971 y artículo 161 son casos de falta de legitimidad. Ante esta similitud, cabe aplicar la inoponibilidad y la ratificación como derechos del
cónyuge y del copropietario no intervinientes en la celebración del contrato.
PALABRAS FINALES
La Cas. Nº 912-2010-Lima del 28 de marzo de 2011 ordenó a la Tercera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima expida una nueva resolución con arreglo a
ley. El fundamento noveno explica las razones de la Sala
Civil Transitoria de la Corte Suprema para cuestionar los
argumentos de la Sentencia de Vista:
“Que, en el presente caso, acorde a lo expuesto en el considerando cuarto de la presente resolución se advierte de manera evidente que la actora ha
30 CIFUENTES, Santos. El negocio jurídico. 2ª edición actualizada y ampliada, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma, Buenos Aires, 2004, p. 715.
31 Ibídem, pp. 713-714.
32 ALCHOURRÓN, Carlos E. Y BULYGIN, Eugenio. Introducción a la metodología de las ciencias jurídicas y sociales. 5ª reimpresión, Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma,
Buenos Aires, 2006, p. 101.
33 VISENTINI, Gustavo. Lezioni di teoria generale del diritto. Terza edizione riveduta, Cedam, Padua, 2008, p. 243.
20
administración y disposición del patrimonio conyugal
demandado la nulidad del acto jurídico por la causal
de falta de manifestación de la voluntad, así como por
no revestir la forma prescrita por la Ley y por ser contrario a ley y las buenas costumbres invocando la aplicación de lo previsto por el artículo 219 incisos 1, 6 y
8 del Código Civil (ineficacia estructural), no obstante,
en la sentencia superior establece que el acto jurídico
materia de la demanda no incurre en causal de nulidad, pero sí resulta ineficaz para la actora de conformidad a lo previsto por el artículo 315 del Código Civil
(ineficacia funcional), por tanto al pronunciarse el órgano jurisdiccional sobre un petitorio que no fue materia de la demanda y que no ha sido fijado como punto controvertido en la audiencia respectiva que obra
a fojas ciento treinta y cuatro se ha incurrido en vicio
de incongruencia procesal, infracción que acarrea la
nulidad de la sentencia impugnada de conformidad a
lo previsto por el artículo 122 inciso 4 del Código Procesal Civil, al haberse expedido un fallo extra petita”.
La Sentencia de la Tercera Sala Civil de la Corte Superior revocó la sentencia en cuanto declaró nulo el acto jurídico materia de demanda y nula la inscripción registral,
reformándolo en este extremo sancionó la ineficacia el
acto jurídico que es materia de la litis e infundada la pretensión de nulidad de la inscripción registral por cuanto según lo previsto en el primer párrafo del artículo 315
del CC la no intervención de la esposa no constituye un
supuesto de nulidad del acto jurídico sino uno ineficacia
o inoponibilidad del acto (fundamento sexto de la Cas.
Nº 912-2010-Lima).
La Cas. Nº 953-2010-Cusco del 14 de octubre de 2010
ordenó al juez de primera instancia califique la demanda
con arreglo a la aplicación correcta de la categoría jurídica de la ineficacia y no de la nulidad de una concreta
compraventa de un bien ajeno. El fundamento tercero de
esta casación es muy claro:
“Que, sin embargo, el Juez conoce el Derecho, y no
puede exigírsele a las partes conocer, indefectiblemente, en cuál categoría jurídica encuadran sus hechos, lo cual sin duda pertenece al mundo del derecho; más aún cuando muchas veces las distinciones
entre una categoría y otra son sutiles o, por lo general, excesivamente dogmáticas. Por lo que, en este
caso, el Colegiado considera que constituye un ejercicio lícito del iura novit curia entender que la demanda es una de ineficacia de acto jurídico y no de nulidad, debiendo precisar, además, que la ineficacia es
una solución menos extrema y menos gravosa que
la otra, pues genera que el acto jurídico no tenga
ACTUALIDAD JURÍDICA enero Nº 230
efectos solamente inter partes, de manera que no se
estaría causando ningún perjuicio al demandado, debiendo anularse todo lo actuado y reponer el proceso
al momento de la calificación de la demanda para que
el juez la encause, como corresponde, y de esa forma
el demandado puede ejercer su derecho de defensa
con todas las garantías que le franquea la ley”.
Las dos últimas casaciones mencionadas deben merecer un análisis procesal sobre el momento de la intervención del juez al calificar la demanda. Independiente de
ello, subyace una mala argumentación de la demanda. El
culpable es el abogado al plantear una incorrecta estrategia sustancial.
De acuerdo a lo narrado, podemos decir que existe un
desconocimiento de la categoría jurídica de la inoponibilidad de los contratos. Si queremos una verdadera
administración de justicia, no podemos aceptar pasivamente esta situación. Si quienes deben administrar justicia no conocen Derecho, para qué sirve formular demandas o contestar demandas o reconvenir demandas ante
personas que no tienen conocimientos jurídicos y que
aparentan tenerlos por el solo hecho de ocupar el cargo de jueces. Es una burla que nuestra administración de
justicia esté administrada por algunos jueces que ignoren las categorías jurídicas del Derecho Civil. Dicha situación afecta indudablemente el derecho al debido proceso
de los justiciables. También cabe imputar a algunos abogados la falta de profesionalismo al formular argumentos sobre nulidad cuando los casos concretos son casos
de inoponibilidad. Asimismo, cabe mencionar a algunos
profesores que dictan sus lecciones sin conocimientos
de los derechos inspiradores del CC y sin argumentaciones autónomas. Y aquí las causas de este deficiente
ejercicio profesional y académico se deben a las Facultades de Derecho y a la doctrina nacional. Los conceptos se aprenden y se discuten en las aulas universitarias.
La doctrina nacional en general no profundiza sus argumentos y carece de un conocimiento de las fuentes que
inspiraron el CC. Si queremos una sociedad justa, antes es necesario que los jueces, los abogados y los profesores actúen responsablemente cumpliendo sus deberes correspondientemente a sus roles. Si no hacen lo que
deben hacer, lo más recomendable es que se dediquen
a otra cosa y no sigan perjudicando al común justiciable
que solo busca una solución pacífica y justa de su caso
particular. Es fundamental romper el actual círculo vicioso que afecta la administración de justicia. Dicha ruptura debe ser institucionalizada y no aislada. Si no se hace
ello, seguiremos dentro de este maligno círculo vicioso.
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