los de Touluse y Montpellier. El re­ curso del padre Fillol es desestimado, y el día 8 de abril sale de Cuixa con­ trolado por la policía, por orden del ministerio francés del Interior y de la prefectura de Perpiñán. Dos semanas más tarde, también el padre Raimon Civil recibe orden de expulsión. Pero en este caso surgen dificultadas, porque el padre Civil ya tiene derecho de estancia en Francia, puesto que reside desde hace más de diez años en al país. Por lo tanto, puede recu rrir a los tribunales y con ello, autom áticam ente, tiene derecho a ver el sumarlo, es decir, conocer las acuslciones concretas que se form u­ lan para ju stifica r la orden de expul­ sión, a fin de preparar debidam ente su defensa. El sumario contiene una serie inin­ terrumpida de falsedades y embustes, que tienden a tergiversar totalmente la actuación de la comunidad bene­ dictina de Cuixá, presentándola como centro de revolución y politiqueo. En su defensa, el padre Civil dice no sólo que todo eso es falso, sino que puede demostrarlo. Pero de nada le sirve. Le escuchan, porque no queda más remedio. Pero un mes más tarde es expulsado. Las autoridades todavía se sienten con agallas, puesto que la cosa no ha trascendido a la opinión pública. El prefecto dice que también hay orden de expulsión contra el prior, Pero ya reconoce que las autoridades no se atreven a ejecutarla porque temen el escándalo que se produciría. Pero ya van com etiendo los errores más graves. En un artículo aparecido en el diario „Le Figaro“ sobre la in­ filtración de las izquierdas en Francia (o lo que el autor entiende por tales), se acusa a Cuixá de ser centro de ini­ ciación a la revolución. Y como eso no es cierto, pretende dem ostrarlo con falsedades. París a entrevistarse con el autor del artículo difamatorio para que las car­ tas sean publicadas. Pero aquí el esbirro plumífero de turno comete un nuevo error: Se publican las dos car­ tas, en las que se demuestran las falsedades que contenía el artículo, pero el autor añade una petulante ob­ servación a las mismas, en la que además incluye una nueva calumnia. Con todo esto, el asunto de Cuixá es ya de dom inio público. Las organiza­ ciones „D rets Humans“ , de Barce­ lona, y „Ju stitia et Pax“ , de la archidiócesis de Barcelona, escriben al em bajador de Francia en M adrid ex­ poniéndole la injusticia que se está com etiendo con los monjes de Cuixá. Y a partir de mayo, se suceden los artículos sobre el tema en gran núme­ ro de diarios, tanto españoles como franceses. Cosa curiosa: Todos estos artículos, incluso uno nuevo que se publica sobre el tema en „Le Figaro“ , son muy elogiosos para la labor de la com unidad de Cuixá. Y lo que para los manejos intergubernam entales es más peligroso: Algunos periódicos señalan la estrecha colaboración que ha existido en este caso entre las autoridades francesas y las españo­ las. Esto no sólo excita la ira del gobierno francés, sino que además le infunde un gran miedo. Porque una cosa es la colaboración secreta con una d ic­ EXPRES ES P A Ñ O L/S eptiem bre 1972 Como se ve, entre los Estados se ha desarrollado la misma moral hipó­ c rita de aquellos ricachones que po­ dían tener querida, y entre ellos era eso cosa sabida y todos conocían a la querida de sus amlgotes. Pero cuando uno de ellos se dejaba des­ c u b rir con las manos en la masa, entonces se armaba el escándalo y se hacía el vacío a una persona tan inm oral. Esto es lo que ha conseguido el régimen de Franco: que España sea la m eretriz del mundo que llam a­ mos libre. Una m eretriz con la que hay que tener trato para conseguir sus favores, como es que les con­ sienta sacar tajada en la explotación del pueblo español. Pero siem pre m anteniendo secretos los aspectos de este trato que com prom eten la imagen de honradez que hay que m antener ante los demás. El Gobierno francés se encuentra en el dilema que se ha creado a sí mis­ mo. Por una parte, quiere complacer las exigencias del Gobierno español. Se sabe de fuente directa del Mini­ sterio francés del Interior que el Go­ bierno franquista ejerce fuerte pre­ sión. Por otra parte, teme que la opi­ nión pública condene el indigno cha­ laneo con la dictadura franquista, disminuyendo así, aún más las esca­ ses simpatías de que goza el actual Gobierno francés entre los sectores liberales y honrados del pueblo fran­ cés. Por si fuera poco, el obispo de Perpiñán ha actuado siempre de for­ ma inequívoca a favor de la comuni­ dad de Cuixá. Esta es la historia, todavía inconclusa, de este desagradable capítulo de las relaciones franco-españoles. Si los dos m onjes expulsados no pueden volver a Cuixá, es probable que la com uni­ dad tenga que disolverse, lo cual cau­ saría un escándalo aún mayor. En todo caso, los demás m iem bros de la com unidad han m anifestado su abso­ luta solidaridad con los dos monjes expulsados, solidaridad que han declarado que hacían extensiva a todos los sacerdotes y seglares que en donde quiera que estén hayan sufrido los efectos de la injusticia. El artículo fue un e rror de las autori­ dades francesas, porque ya justifica definitivam ente que la com unidad de Cuixá exponga públicam ente lo que está sucediendo. Para ello, el abad de M ontserrat, Padre Casslá Just, y el prior de Cuixá, Padre Oleguer Porcel, escriben sendas cartas a „Le Figaro“ protestando y corrigiendo las calum nias vertidas contra la co­ munidad de Cuixá. Pero, de momento, las cartas no son publicadas. Es preciso que el padre Fillol, que se encuentra camino del exilio, vaya a tadura, aunque esta colaboración consista en com placer unos deseos de un Estado policíaco y que estos deseos supongan el desprecio de los derechos humanos. Y otra cosa es que esta com plicidad se haga pública y el G obierno que pretende darse aires de dem ocrático tenga que res­ ponder ante su opinión pública. Relieve del año 1030 que se conserva en el M onasterio de Cuixá. JOSE MOLL MARQUES 43