La Historia de Katharine Graham y el Despegue de The Washington

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La Historia de Katharine Graham y el Despegue de
The Washington Post
En julio 17 del 2001, katharine Graham, la antes editora, gerente y presidenta del directorio de
The Washington Post Co. murió como resultado de las heridas sufridas en una caída. En la reseña
de la vida de la señora Graham muchas personas conocieron sobre su extraordinario toma del
poder y control en el mundo formado por la intersección de la prensa escrita y la política. La Sra.
Graham transformó The Washington Post de ser un periódico mediocre a una institución
Americana. En el centro de la transformación del Post hubo tres decisiones críticas.
El protagonismo alcanzado por katharine Graham en el negocio de periódicos no es la típica
historia de arduo trabajo, fortaleza y determinación. Es mucho más que eso. El padre de Graham,
Eugene Meyer, un financista y funcionario público de alto rango, compró The Washington Post en
1933 en una subasta de bancarrota por $825,000. El periódico tenía una circulación insignificante
de 50,000 y pérdidas anuales de un millón de dólares.
A pesar que Graham pasó tiempo en el negocio de los periódicos, trabajando para The San
Francisco News y The Washington Post, el trabajo de administrar el periódico recayó en su esposo,
el abogado Philip Graham. Philip Graham sentó las bases de una viabilidad financiera y periodística
para el Post. El ingenió la adquisición del competidor Times-Herald y otras propiedades de los
medios del distrito capital. Bajo la administración de Philip Graham, The Post retó al Senador
Joseph McCarthy, notorio líder de los anticomunistas inquisidores de los inicios de la década del
cincuenta. Pero la conducción de Graham del Post estaba plagada de inestabilidad emocional,
suicidándose en 1963.
La viuda de 46 años fue lanzada a la palestra a lidiar con la muerte de su esposo y administrar el
Post. A pesar que katharine Graham no había estado involucrada en las operaciones diarias del
periódico, tenía “tinta en sus venas”. Su padre y esposo habían estado profundamente
involucrados en el negocio y ella mantenía muchos contactos con periodistas líderes. Después de
un inicio tambaleante y algunos traspiés en los primeros dos años, Graham tomó la decisión que
tendría un impacto duradero en el periódico. Contrató al jefe de la oficina de Washington para
Newsweek, Ben Bradlee, para ser el subgerente de edición del Post y luego rápidamente
elevándolo a la posición de editor ejecutivo. Esta decisión es difícil de ponerla en términos
cuantitativos. Bradlee, era exitoso en Newsweek, pero administrar un periódico es muy diferente
de ser responsable de la oficina de una revista semanal. Instinto y confort emocional son
típicamente los factores importantes en este tipo de decisiones. Graham no tenía forma de saber
cuándo contrató a Bradlee que sería un líder decisivo quien impartiría un nuevo estilo al Post.
Durante el liderazgo de Bradlee, el periódico pasó dramáticamente al reporte de investigación y
desarrolló un estilo temerario e innovador.
Mg. Omar Maguiña Rivero
La segunda decisión critica vino en 1971 en el centro del conflicto con Vietnam. The New York
Time empezó publicando los Pentagon Papers, una vista detrás de escena del complejo y
frecuentemente contradictorio proceso de decisión que guió a la milicia y política de los Estados
Unidos sobre Vietnam. Poco después que el Times empezara a publicar el Pentagon Paper, un
juez federal, preocupado por la seguridad militar, emitió una orden de restricción que impedía al
Times continuar con su publicación. Esta era la primera vez que un diario americano era sujeto a
una orden preventiva para publicar una historia.
Poco después que el Times fue restringido de publicar el Pentagon Paper, The Washington Post
obtuvo su propia copia del Pentagon Papers. La decisión de publicarlos fue dejada a Graham, la
presidenta y editora del Post. En la tradición de reportes de investigación y escándalos, los
periodistas del Post abogaron por publicar los Papers. Los abogados del Post fueron más
precavidos, temiendo que las cortes cierren el periódico y sus otros negocios relacionados.
Graham afirmó “Aterrados y tensa, tome un buen trago y dije, ‘Adelante, vamos, publiquemos”. La
decisión de Graham fue luego justificado por la Corte Suprema contra las restricciones previas. La
decisión de Graham hizo mover al Post a un peldaño elevado en los periódicos. La gente comenzó
a hablar del New York Times y The Washington Post de manera conjunta. El Post fue desde
entonces visto como un diario nacional de referencia. Esta decisión también estaba llena de
incertidumbre y emoción. El resultado no estaba claro al momento de la decisión. Ni siquiera el
nivel de riesgo estaba claro.
No mucho después de la decisión de los Pentagon Papers, Graham encaró con la tercera decisión
crucial que eventualmente pondría al Post al frente de una crisis nacional. A mediados de 1972,
reporteros de investigación del Post relacionaron el robo a las oficinas del Comité Nacional
Democrático en el complejo Watergate a la Casa Blanca, siendo presidente Richard Nixon.
Ante el liderazgo algo reacio de Graham, el Post, tenazmente persiguió la historia hasta las
Oficinas del Presidente Nixon y sus asesores más cercanos. Graham no retrocedió a pesar de la
presión e intimidación proveniente de la Casa Blanca. Lo que empezó como una simple historia de
robo llevó a la caída de Nixon y a la cárcel a varios de sus ayudantes.
En 1972 no había forma de saber que el reporte Watergate llevaría al premio Pulitzer por servicio
público en 1973. La historia inicial ciertamente no tenía las características de un escándalo
nacional. Si no hubiera sido por el acuerdo de la fiscalía que llevó a descubrir el sistema de
grabación de la Casa Blanca y las infames grabaciones, la historia nunca hubiera llegado a más. En
lugar de eso, la historia reafirmó la posición de liderazgo periodístico del Post. La Sra. Graham
escribió luego: “Sin las grabaciones, la verdadera historia nunca hubiera emergido. En realidad,
creo que nosotros en el Post fuimos salvados al final por las grabaciones y la suerte de que no
fueran destruidas”
La historia de Katharine Graham es un testimonio extraordinario de toma de decisiones en
incertidumbre. Las decisiones de Graham fueron críticas para el futuro de The Washigton Post,
pero no eran las frías, calculadas, cuantitativas decisiones que típicamente asociamos con las
decisiones de negocios. La realidad es que, la mayoría de veces las decisiones que toman los
Mg. Omar Maguiña Rivero
líderes de negocios son como las decisiones que katharine Graham enfrentó. Emociones e
instintos están al centro de esas decisiones. Valores, organizacionales y personales, restringen las
opciones. Mientras que las implicaciones financieras no eran ignoradas, no fueron necesariamente
criterios determinantes.
PREGUNTAS PARA DISCUSIÓN
1. Emplee los modelos de toma de decisiones para valorar cada una de las decisiones de Graham.
¿Las decisiones fueron racionales, de racionalidad limitada o de cesto de basura?
2. ¿Hay algo único en el negocio de los periódicos que pueda producir la clase de decisiones que
tomó Graham?
3. ¿Tomaría usted las mismas decisiones si los hechos se hubieran producido en su país?
Fuente: B.J. Hodge, William P. Anthony y Lawrence M. Gales (2003). Organization Theory. A
strategic approach. Sixth edition. USA: Prentice Hall. Basado en el Artículo Merelyn Berger:
“Katharine Graham of Washington Post Dies at 84”, New York Times (Wednesday, July 18, 2001).
Traducción Omar Maguiña Rivero, UCV Trujillo-Perú.
Mg. Omar Maguiña Rivero
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