“Todos te andan buscando” Nº 01 Mayo 2015 Unos amigos de

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Nº 01
Mayo 2015
Unos amigos de muchos años, Ana María y Eduardo, nos abrieron la posibilidad de
participar en la web. Al principio nos negamos, pero después de insistir y “provocarnos”...
finalmente nos rendimos (!). Somos del tiempo del “mimeógrafo” pero los argumentos esgrimidos
por nuestros amigos nos terminaron por convencer.
Vamos a proponer materiales que servirán, así lo creemos, para la catequesis. En esta
primera entrega mensual presentamos una charla del recordado y querido Frans De Vos y el Primer
tema de una exitosa experiencia evangelizadora, fruto del Concilio Vaticano II:
Círculos de Evangelización. Esperamos que sean de tu agrado. Un abrazo,
Pedro Tulipano y Equipo.
“Todos te andan buscando”
N°1
Pedro Tulipano y equipo
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“Todos te andan buscando”
Marcos 1, 37
La Buena Noticia resuena en mi barrio
Temas para círculos de evangelización
Recopilado y adaptado por Pedro Tulipano
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Evolución de la preocupación evangelizadora
Trataremos de describir la evolución de la preocupación evangelizadora en la Argentina sin
ninguna preocupación científica. Lo que vamos a relatar es simplemente el resultado de haber
participado en la vida de la Iglesia y de la experiencia de un gran número de sacerdotes y laicos
con los que hemos compartido.
Comenzamos con el año 1930, en primer lugar porque es el año que señala el comienzo de
nuestra generación. Todos hemos bebido de alguna manera lo que ha ocurrido y lo que se ha ido
evolucionando desde esta fecha hasta ahora. En segundo lugar, porque el Congreso Eucarístico
Internacional de 1934 ha marcado profundamente la vida eclesial en nuestro país.
Se podría objetar que la descripción que vamos a hacer es una descripción unilateral porque
se refiere a la mentalidad de los sacerdotes y demás agentes de la evangelización. Al respecto
queremos observar que solo consideramos evangelización el anuncio explícito del Evangelio.
Aunque estamos de acuerdo que hay valores evangélicos y una presencia implícita de Cristo en
muchas realidades humanas, sin embargo creemos que solo el anuncio explícito del Evangelio
puede ser llamado evangelización. Se trata, por lo tanto, de una actividad típicamente eclesial.
En la época que comienza con el año 1930 hasta ahora, podemos distinguir tres etapas:
 Las décadas del 30 y del 40
En ésta época existía en la Iglesia una cierta unanimidad respecto a los criterios apostólicos. Las
divisiones o disidencias que existían eran más bien de tipo disciplinario o de relaciones entre
personas. No se hablaba de evangelización ya que se aplicaba este concepto casi únicamente a la
actividad apostólica de la Iglesia en los países de misión. Además, se consideraba el país como en
situación de cristiandad, sin ninguna discusión.
Las grandes preocupaciones del apostolado eran:
- la defensa de la Iglesia contra los ataques de liberales y ateos,
- combatir la ignorancia religiosa, ya que se consideraba que ésta era la gran falla,
- hacer cumplir con Dios, sobre todo en el aspecto sacramental (recuérdense las campañas:
cumpla con Pascua),
Los medios utilizados en este apostolado eran:
 El fervor religioso, retiros, meditación, comunión diaria, procesiones, grandes
concentraciones, etc.
 La organización, estatutos, divisiones de cargos, repartición de sectores geográficos,
etc.
 la formación como condición para el apostolado, reuniones, libros, institutos, etc.
La gran cristalización y expresión de la actividad apostólica de esta época era la Acción
Católica.
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 Las décadas del 50 y 60 hasta el Concilio Vaticano II
Como consecuencia de los movimientos bíblico y litúrgico y de una nueva corriente teológica,
inspirada en los mismos, se pone el acento en el kerygma y la evangelización. Por eso la llamamos
la etapa kerygmática. La acción de algunos sacerdotes y laicos que introdujeron una nueva manera
de encarar la pastoral produjo en la Iglesia una gran tensión, expresada en la antinomia avanzados
– tradicionales.
El movimiento kerygmático puso el acento en la autenticidad de la fe, en los estudios
bíblicos, en la historia de salvación, en la comunidad cristiana, en la renovación de la liturgia, etc.
Se comenzó a hablar de la necesidad de la evangelización en contraposición con la
sacramentalización. Este movimiento se manifestó sobre todo en los trabajos de catequesis y de
liturgia, puso en crisis la identidad de la fe cristiana e incluso la identidad de la Iglesia. Se empezó
a hablar de la preponderancia de lo cualitativo sobre lo cuantitativo, las exigencias de la fe y su
autenticidad, la prolongación del tiempo de catequesis, etc.
 Después del Concilio Vaticano II y Medellín
El Concilio Vaticano II canonizó los elementos valederos del movimiento kerygmático y, junto con
Medellín, abrió el camino para una preocupación antropológica como condición para hacer efectivo
el diálogo entre Dios y el hombree por medio de la evangelización.
Nuevamente se produce una gran tensión entre los que van decididamente por el camino de lo
antropológico y los que temen, a veces con razón, el peligro del antropocentrismo o el
horizontalismo.
Progresivamente se van descubriendo distintas dimensiones de lo antropológico que podemos
caracterizar de la siguiente manera:
- el conocimiento psicológico del hombre, sobre todo de acuerdo a las distintas edades,
- la importancia de la situación de los evangelizandos y, por lo tanto, el carácter histórico del
hombre,
- la dimensión política del ser humano y la resonancia de la misma evangelización: la noción de
pueblo, liberación, etc.
- la importancia de la religiosidad popular y su profunda incidencia en la vivencia de la fe.
La falta de síntesis hace que algunos evangelizadores piensen que se trata siempre de algo
totalmente nuevo que no tiene nada que ver con lo anterior. Por eso es importante ver el desarrollo
de todos estos elementos como un crecimiento orgánico. Otros se quedan simplemente anclados
en su propia formación inicial sin asimilar los nuevos aportes que presenta la Iglesia. Otros le dan
más importancia a uno u otro elemento de este desarrollo, considerándolo como la solución
definitiva y excluyente. Y no falta quien está siempre detrás de la última novedad como si ésta
fuera la solución mesiánica.
Este momento parece ser el indicado para hacer una síntesis entre todos los elementos de
la renovación. Los aportes de cada una de las etapas tienen que volver a formar una íntima
unidad. Es importante mantener muy firme la importancia de lo kerygmático en la evangelización,
con toda su insistencia en la pureza de la fe y en la autenticidad de la vivencia cristiana, como
respuesta a la Palabra de Dios. Es necesario también ahondar y profundizar la dimensión
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antropológica como condición indispensable para que la Palabra de Dios sea actual e interpele al
hombre en su vivir concreto. De esta manera podremos volver, poco a poco, a una serena
unanimidad y eficacia apostólica en la Iglesia argentina.
No queremos terminar sin insistir en el hecho de que se trata de un verdadero trabajo que
supone paciencia, estudio, perseverancia, comprensión. Frente a la situación realmente compleja
y difícil de la tarea evangelizadora hemos de evitar actitudes unilaterales, puramente emocionales
o fanáticas.
Disertación de Frans De vos
En el encuentro de la región
Buenos Aires-Gran Buenos Aires
de 1974, bajo el lema La Evangelización
del mundo de hoy.
Círculos de evangelización
A mediados del S. XX empezaron una serie de movimientos que proponían una renovación
en la Iglesia. La misma teología tomó nota de estos aires nuevos que surgían. Poco a poco se puso
el acento en el Kerygma y en la Evangelización, entendida ésta como anuncio explícito del
Evangelio. Una constatación que se hizo de la realidad eclesial fue que había que evangelizar a
los adultos. Pero, ¿cómo llegar a ellos? Una experiencia muy eficaz fue la creación de Círculos de
evangelización: pequeños grupos de amigos y/o vecinos, reunidos periódicamente en la casa de
uno de ellos, para compartir distintos temas de interés común, iluminados por la Palabra de Dios.
Se destacaba el papel del coordinador a quien se le proveía de una guía previamente elaborada por
un equipo integrado por sacerdotes y laicos. Revisando viejos papeles encontré algunos de estas
guías que, a mi entender, no han perdido actualidad. Aquí presento algunas de ellas con la
esperanza de que sean útiles para la evangelización.
1.- Lo que tenemos en común
Introducción
Nos hemos reunido en esta casa como amigos y vecinos. Como amigos y vecinos tenemos
mucho en común: muchas alegrías y esperanzas, dolores y problemas.
¿Cuáles son las alegrías y problemas que tenemos en común?
(Ayudamos con ejemplos concretos y actuales a tomar conciencia de lo que se tiene en
común. Por ejemplo: las alegrías de las fiestas; el dolor por las víctimas de las inundaciones; el
progreso del barrio; el futuro de los hijos; etc.)
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La finalidad de estas reuniones es escuchar la Palabra de Dios que ilumina nuestra vida, le da
sentido y nos da fuerzas para enfrentar las dificultades.
La Iglesia nos invita a buscar la Palabra de Dios, en primer lugar en el Evangelio, y trata
de ayudarnos a comprender esta Palabra que se dirige a cada uno de nosotros.
¿Quién de nosotros tiene una Biblia?..
¿Quiénes la leyeron?...
¿Quién nos habló alguna vez de ella?...
Lecturas
1. Dios es el Señor Supremo, el Creador de todas las cosas, revestido de gloria, es
cierto, pero no es como ciertas personas importantes que no hablan con sus
subordinados ni los escuchan.
Dios dialoga con la humanidad, por eso mandó primero a los profetas en el Antiguo
Testamento, y luego en el Nuevo Testamento a Jesucristo, su Hijo, que se hizo hombre para
traernos la Palabra de Dios:
Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres
por medio de los profetas, en muchas ocasiones y de
diversas maneras, ahora, en este tiempo final, Dios nos
habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero
de todas las cosas y por quien hizo el mundo.
Hebreos 1,1-2
2.
“No impulsa a la Iglesia ambición terrena alguna. Solo desea una cosa:
continuar, bajo la guía del Espíritu, la obra misma de Cristo, quien vino al
mundo para dar testimonio de la verdad, para salvar y no para juzgar, para
servir y no para ser servido”.
GS,3
3. El que escucha de corazón la Palabra de Dios, será transformado por ella, porque
no es habladuría sino una fuerza espiritual. La Palabra de Dios es eficaz. Así nos lo
dice el profeta Isaías:
Los pensamientos de ustedes no son los míos,
ni los caminos de ustedes son mis caminos
-oráculo del Señor -.
Como el cielo se alza por encima de la tierra,
así sobrepasan mis caminos y
mis pensamientos a los caminos y a los pensamientos
de ustedes.
Así como la lluvia y la nieve
descienden del cielo
y no vuelven a él sin haber empapado la tierra,
sin haberla fecundado y hecho germinar,
para que dé la semilla al sembrador
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y el pan al que come,
así sucede con la palabra que sale de mi boca:
ella no vuelve a mi estéril,
sino que realiza todo lo que yo quiero
y cumple la misión que yo le encomendé.
Isaías 55,8-11
Oración
Oremos unos por otros:
(Cada uno pone la intención que desee)
Pidamos que todos tengamos el corazón bien dispuesto, a fin de escuchar la Palabra de
Dios, y de ponerla en práctica.
Salmo 18 B
Tu palabra, Señor, es la verdad y la luz de mis ojos.
La ley del Señor es perfecta,
reconforta el alma;
el testimonio del Señor es verdadero,
sabiduría del humilde.
Los preceptos del Señor son justos,
alegran el corazón;
la palabra del Señor es pura,
ilumina los ojos.
Los mandamientos del Señor son santos,
permanecen para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
y siempre justos.
Su palabra es más valiosa
que el oro más fino;
Sus preceptos son más dulces que la miel.
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